Capítulo 31.

Tsubasa miró a Kanda con mucha sorpresa. Era evidente que no esperaba el encontrárselo ahí, y después de tantos años.

Eh... Hola.- Tsubasa no supo qué más decir.

¿Qué tal te ha ido?.- Kanda hablaba con mucha naturalidad, como si fuese de lo más natural del mundo el aparecerse enfrente de Tsubasa.

Pues bien... Supongo...

Ya. ¿Y cómo está Sanae?

Pues bien... Supongo...

Y yo supongo que te sorprende demasiado el verme...

Sí, algo.- admitió Tsubasa.- Es solo que no esperaba que estuvieses en Barcelona... O sea, sabía que estabas en España, pero no pensé que estarías en esta ciudad...

Sí, supongo que fue una sorpresa... .- Kanda suspiró.- En fin, como sea, me da gusto verte. Veo que has prosperado en el sóccer. Ahora eres el capitán del equipo del Barcelona y aspiras con todo a la Champions League.

Sí.- asintió Tsubasa.- Ya sabes que yo siempre lucho por lo que quiero.

Eso lo sé de sobra.- Kanda esbozó una sonrisa maligna.- Por cierto que no respondiste a mi pregunta sobre cómo está Sanae...

Sí respondí: te dije que está bien.- replicó Tsubasa.

¿Y qué tal el bebé?

Creciendo fuerte y sano.- respondió Tsubasa.

¿Seguro? No sé por qué presiento que ella no está tan bien como tú crees... .- comentó Kanda.

¿Por qué dices eso?.- Tsubasa se sobresaltó.

Porque hace rato me encontré a Sanae por accidente y no parecía estar del todo bien.- respondió Kanda.

¿Qué quieres decir?.- exigió Tsubasa.- Dímelo.

Cuando llegues a casa, se lo preguntas a ella directamente.- replicó Kanda.- No quiero que pienses que solo lo digo por fastidiarte...

Tsubasa estaba comenzando a enojarse. No le gustaba la manera en cómo Kanda estaba diciéndole las cosas. Kanda se dio cuenta de que la noticia de que quizás Sanae no estaba tan bien como él creía había desconcertado a Tsubasa.

No quiero que te enojes.- continuó Kanda.- Solo lo digo porque Sanae me preocupa y, después de todo, tú eres su esposo...

Ya lo sé.- replicó Tsubasa.- Y sé como cuidarla, gracias.

En fin.- Kanda suspiró.- Me voy. Solo quería saludarte y avisarte sobre Sanae.

Kanda se dio la vuelta y se marchó. Tsubasa lo miró fijamente. ¿Qué rayos quería ese tipo? ¿Y porqué había regresado a buscarlo después de tanto de no verse? Habían pasado años desde lo ocurrido con él, allá en Japón...

"¿Cuántas sorpresas más nos esperarán?", pensó Tsubasa.- "¿Por qué no podremos llevar el embarazo en paz?".

Tsubasa iba a abordar su automóvil cuando un chico se acercó corriendo a él.

¡Señor Tsubasa!.- gritó el chico, respirando agitadamente.- ¡Señor Tsubasa! No se vaya por favor.

¿Qué pasa?.- Tsubasa le sonrió al chico.

Tengo esto para usted.- el chico le extendió a Tsubasa un sobre.

¿Quién te lo dio?.- preguntó Tsubasa.

Fue Carlos de Sousa.- sonrió el chico.- Me dio una playera de la selección chilena autografiada por él y por Matías González a cambio de que viniera a dejarle esto.

Ya veo.- Tsubasa miró el sobre con curiosidad.

Este... .- el niño miró a Tsubasa con cara de borreguito a medio morir.- ¿Puedo pedirle un favor?

El que quieras.- Tsubasa sonrió.

¿Me da su autógrafo?

Tsubasa le firmó al chico la playera de la Selección Japonesa que éste traía puesta (tan precavido es el chico que ya la llevaba XD). El chico le dio las gracias, emocionado, y salió despedido por donde vino. Tsubasa volvió a sonreír y abrió el sobre, el cual contenía tan solo un papel, el cual contenía un párrafo escrito en una no tan legible caligrafía.

Tsubasa:

Te retamos a un duelo en pareja, a Taro Misaki y a ti. Si ambos aceptan, los esperamos en la cancha pública ubicada en la parte norte de la ciudad, la que se encuentra a orillas del mar, el día de mañana al atardecer... Esperamos que no se acobarden y que acudan a nuestro duelo...

Atentamente.

Carlos de Sousa/Matías González.

¡Anda la osa! ¡Un duelo!

(Eso sonó como a que van a sacar las espadas y pelear cuerpo a cuerpo XD).

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Lily y Genzo terminaron la comida sin novedades. La charla se había mantenido en temas neutrales, nada que pudiese lanzar a ninguno a arenas movedizas. Muy a pesar de lo que ella deseaba, Lily se la había pasado muy bien. La única nota discordante fue que la camarera no dejaba de mirar fijamente a Lily, como si quisiera preguntarle algo. Al finalizar, Genzo llevó a Lily a la playa a contemplar el atardecer.

Es una vista hermosa.- musitó Lily, contemplando el océano.

Sí.- asintió Genzo.- Gracias por este día.

¿Por qué gracias?.- Lily rió.- Todo lo contrario, te agradezco que me hayas invitado a comer. Realmente la pasé muy bien.

¿En verdad?.- Genzo no se esperaba eso.

Sí, de verdad.- Lily sonrió.- Eres una persona agradable, cuando quieres.

Gracias por el cumplido... Supongo...

Ambos rieron. El sol se puso sobre el mar en un ocaso magnífico.

Es un espectáculo maravilloso.- suspiró Lily.- Y rara vez tengo la oportunidad de disfrutarlo...

¿Y eso por qué?.- preguntó Genzo.- Viviendo en Barcelona no es tan difícil...

Supongo que es porque siempre estoy ocupada.- contestó Lily, mirando el mar.- El hospital absorbe casi todo mi tiempo.

De vez en cuando podrías darte tiempo para disfrutar la vida real.- opinó Genzo.- Tienes derecho a vivir la vida también...

Lily miró a Genzo y sonrió de una manera muy dulce. Una hoja perdida de algún árbol lejano cayó sobre el cabello de Lily y Genzo se apresuró a quitársela, y sin querer (ajá), la mano de él acarició la mejilla de ella. Lily se puso muy colorada e inmediatamente se alejó.

Ya es tarde.- comentó ella, mirando su reloj.- ¿Me llevas a casa, por favor?

Por supuesto.- suspiró Genzo.- En seguida...

La chica comenzó a caminar hacia la carretera. Genzo la siguió con la mirada.

"Eres como una ola, Lily", pensó Genzo. "Cada vez que me acerco a ti y te toco, tú te alejas...".

Sin embargo, en el camino Lily se mostró muy risueña y dicharachera. Le contó a Genzo algunas de sus anécdotas graciosas que e habían ocurrido cuando ella era estudiante. Genzo estaba tan divertido como sorprendido, nunca creyó que Lily pudiese llegar a ser tan divertida.

Y cuando nos dimos cuenta, el paciente corría desnudo por la sala de espera, persiguiendo a los familiares de los demás pacientes.- Lily contaba a grandes carcajadas.- Se armó un pandemónium, yo estaba de lo más entretenida aunque en verdad fue un gran caos.

¿Y te animaste a atrapar tú sola al paciente?.- preguntó Genzo.

No estoy tan loca.- negó Lily.- Dejé que los policías lo hicieran por mí. ¿Podrás creer que se necesitaron siete policías para poder atraparlo? El hombre tenía una fuerza sorprendente.

Increíble.- murmuró Genzo.

El joven dejó a la chica en su casa. Lily se sentía tan feliz que, siguiendo un impulso, se acercó a Genzo y lo besó en la mejilla.

Gracias por la maravillosa.- tarde.- sonrió Lily.

Genzo, muy sorprendido y halagado por el gesto, solo atinó a sonreír como idiota. Cuando Lily cerró la puerta del departamento, Caro comenzó a canturrear: "Se quieren y no son novios", de manera tan persistente que Lily tuvo que agarrarla a cojinazos. Caro sacó una almohada para defenderse y mientras las dos mexicanas se peleaban, alguien tocó a la puerta. Lily, aun riéndose, se acomodó el cabello y se dispuso a abrir. ¿Y a qué no adivinan quién era? Pues nada más y nada menos que Lasse.

Hola.- saludó Lasse, sonriente.- Al fin te encuentro.

¡Ah!.- Lily sintió una extraña mezcla de alegría y culpabilidad por ver a Lasse.- ¿Me estabas buscando?

Sí. Fui al hospital a verte pero Dafne me dijo que ya te habías ido.- respondió Lasse.

Lasse... Tengo que decirte algo... .- suspiró Lily, dispuesta a decirle la verdad.- Genzo me invitó a comer. Y fui con él.

Ya veo.- Lasse no se esperaba esto.- ¿Qué quieres que te diga?

Nada.- contestó Lily.- Solo quería que supieras que fue tan solo una salida de amigos. Él quería disculparse por la manera en como me trató la primera vez que nos vimos y por eso acepté. No pasó nada. Solo comimos, vimos la puesta de sol y ya.

Lasse se quedó pensativo unos minutos. Definitivamente no le agradaba el hecho de que Lily se hubiese ido a comer con Genzo... Lily estaba algo arrepentida de haberle dicho la verdad a Lasse, pero si se suponía que ambos tenían una relación estable, o querían tenerla, debía ser sincera.

Si estuviese segura al cien por ciento de que Genzo me gusta, te lo diría.- dijo Lily.- Solo salí con él como amigos, nada más. Tú eres quien me gusta.

Eso dices.- musitó Lasse.- Pero no sé qué creer.

Vamos, yo no me pongo celosa cuando sales con Katia o con Samael...

No es lo mismo.- replicó Lasse.

Sí, quizás.- admitió Lily.- Pero piensa en esto: si de verdad lo de hoy con Genzo hubiese sido una cita, ¿crees que te lo hubiera dicho tan tranquilamente? Si te lo cuento es porque para mí no fue nada importante.

Supongo que puedes tener razón.- Lasse estuvo de acuerdo.

Lo lamento.- se disculpó Lily.- Quizás debí haberme negado...

No, está bien.- la contradijo Lasse.- No puedo obligarte a que no salgas con otra personas o con tus amigos...

Gracias.- Lily besó a Lasse en los labios.- Sabía que me comprenderías. ¿Qué no entiendes que eres tú el que me gusta?

Ahora lo sé.- sonrió Lasse.- Solo quiero pedirte algo: si en algún momento llegas a sentir que alguien más te llega a atraer, solo dímelo. Lo hablaremos y lo entenderé. Pero quiero que me lo digas, ¿de acuerdo?

Eso tenlo por seguro.- sonrió Lily.

Lily y Lasse se volvieron a besar. El sentimiento de culpa que Lily sentía volvió a aparecer, pero en esta ocasión era distinto... Aunque ella seguía sin saber el por qué.

Por cierto.- comentó Lasse, cuando se separaron.- Te fue a buscar al hospital una chica llamada Emirett Loustalot-Larclett.

Lily enarcó muchísimo las cejas al escuchar ese nombre...

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Taro no podía creer que Matías y Carlos los hubiesen retado a él y a Tsubasa. El último había ido a buscar al primero para darle la carta del reto.

Se han de sentir muy confiados.- comentó Taro, releyendo la nota.- Supongo que aceptarás, Tsubasa...

Por supuesto.- respondió Tsubasa.- Supongo que tú también...

Tenlo por seguro.-asintió Misaki.- Deseo enfrentarme más que nunca a ese Matías...

¿No será por causa de la chica Farfán, o sí?.- preguntó Genzo, quien ya había llegado con sus amigos.

No sé de qué me hablas.- Taro se mantuvo muy serio.

Oh, por favor.- se burló Genzo, con cierto sarcasmo.- Me vas a decir que de buenas a primeras te entraron las ganas de enfrentarte a un jugador al que nunca te había interesado enfrentar.

Taro se puso ligeramente colorado.

Bien, entonces será mañana al atardecer.- dijo Tsubasa.- Allá estaremos.

Sí.- asintió Taro.

Iré a apoyarlos.- dijo Genzo.

Mejor convence a esa linda doctora Lily de que sea la porrista.- comentó Ishizaki.- Y pídele que lleve a la doctora Débora para que la ayude.

Por respuesta, Genzo le lanzó una mirada de pistola a Ryo.

Ya, nada más decía.- protestó Ryo.

Tsubasa y Misaki se miraron. Era el momento de volver a hacer dueto y derrotar al enemigo...

Cuando Sanae se enteró de que Tsubasa iba a enfrentarse a Carlos, se entusiasmó. Ya había pasado algo de tiempo desde que ella había cumplido sus funciones de porrista.

Iré contigo.- dijo ella, entusiasmada, olvidándose de Isa y de Kanda.

Me encantará que vayas.- sonrió Tsubasa.

Él cargó a su esposa y la hizo girar suavemente. Ella rió de una manera muy dulce... Había pasado mucho tiempo desde la última vez que ambos se sintieron así... Tsubasa se sentía tan feliz y entusiasmado que olvidó la visita que Kanda le hizo...

Pero no a todos les pareció bien el reto. Cuando Alisse se enteró de que Taro y Matías iban a enfrentarse en el campo de juego, Paola, Deb y Lily se preocuparon porque la bilis que estaba derramando fuese a reventarle la vesícula.

¡Es que no puede ser!.- gritaba Alisse, enojada. Era algo excepcionalmente raro que la chilena se molestara tanto.

¿Por qué estás tan enojada?.- preguntó Bere, con una gotita de sudor escurriéndole por la cabeza.

¡Porque todos los hombres son igual de simios!.- respondió Alisse.- ¡Todo quieren arreglarlo con duelos!

Al menos es en el campo de juego.- comentó Caro.- Es mejor eso a que se enfrenten a golpes...

Sí, quizás... .- admitió Alisse.

¿Y de cualquier manera, habría algún motivo por el cual deberían agarrarse a golpes?.- preguntó Paola.

¿Tú qué crees?.- Lily miró muy disimuladamente a Alisse.

Y por andar de payasa, Lily recibió un cojinazo como castigo.

Notas:

Espero que entiendan que Lily está tan confundida con sus sentimientos que no sabe a quién quiere en realidad, si a Lasse o a Genzo.

¡¡Feliz cumpleaños a Samael!