Capítulo 38.

Genzo estaba algo desconcertado. No sabía que Lily tuviese una tía, una tía que estaba dispuesta a ayudarlo a él para separarla de Lasse... Emirett le había dicho a Genzo la manera en cómo Lily caería rendida a sus pies. Y tal parecía que "Emirett" sabía mucho sobre Lily, porque aparentemente esta última era sobrina de la primera...

Con eso la tendrás a tus pies.- dijo Emirett.- Si haces lo que te digo, la conquistarás de inmediato.

Este... .- Genzo no sabía cómo expresarse.

¿Ocurre algo?.- preguntó Emirett, con una sonrisa.

Es solo que no sé por qué me está ayudando, si yo soy para usted un perfecto extraño.- dijo Genzo, sonriendo también.

Tal vez para mí lo seas, pero para Lily no, y con eso me basta.- respondió ella.

Gracias, señorita... Eh...

Bueno, a ti sí te podría decir mi nombre verdadero.- dijo Emirett, enigmáticamente.- Pero por ahora creo que será mejor que me conozcas como Emirett.

Mucho gusto.- dijo Genzo.- Soy...

Sé quien eres.- interrumpió Emirett, con una sonrisa.- Eres famoso, todo el mundo te conoce...

Y Lily nunca se dio cuenta de que Genzo y Emirett charlaron, así que la primera no sabía de la trampa de amor que el destino le estaba preparando...

"Tengo menos de cinco días", pensó Genzo. "Antes del concierto de Shadows of Soul. Si para ese entonces, no consigo que Lily me prefiera a mí sobre Lasse...Entonces quizás tendré que darme por vencido...".

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Shadows of Soul se preparaba para el concierto. Lo habían pospuesto miles de veces, por alguna u otra razón... En ese concierto, Joel desmentiría las locas declaraciones que Paola había hecho en televisión.

¿Y te vas a animar a decirle que te gusta?.- preguntó Katia a Joel.

¿De qué hablas?.- Joel no entendió.

De Paola.- aclaró Katia.

Ella no me gusta.- dijo Joel, con sinceridad.- Me cae muy bien, me agrada mucho, pero no me gusta.

¿Seguro?

Al ciento por ciento.- asintió Joel.

Ya deja tu espíritu de celestina en paz.- intervino Bioy.- No siempre vas a poder emparejar a todos tus amigos.

Quizás no a todos.- admitió Katia.- Pero sí a todos los que pueda.

Katia miró de reojo a Samael, quien fingió estar demasiado ocupada con Macbeth, su violonchelo. Lasse sonrió al notar la mirada de Katia.

Te ayudaría también, Lasse.- dijo Katia, notando la mirada del joven.- Pero creo que tú no necesitas ayuda. Si a estas alturas Lily Del Valle no te ama aun, no te amará nunca.

Extraña profecía.- comentó Samael.

Solo digo la verdad.- replicó Katia.

Ella tiene razón.- apoyó Lasse.- Si a estas alturas Lily no me ama, no lo hará nunca...

Eso me recuerda.- intervino Joel.- ¿Piensas invitar a la doctora Lily al concierto? Porque yo le dije a Paola que la invitaría a ella y a sus amigas y quiero saber cuantos boletos ocuparé.

Debería hacerlo, supongo.- respondió Lasse.- Pero Lily no me ha expresado su deseo de ir.

Y yo creo que ella está esperando a que tú la invites.- comentó Samael.

Sí, quizás.- admitió Lasse, aunque no agregó nada más.

Joel supuso que Lasse terminaría por invitar a Lily, así que solo apartó boletos para las demás amigas de Paola. A Katia le dio hambre y expresó su deseo de detener momentáneamente el ensayo para comer algo. Los demás estuvieron de acuerdo. Rato después, Katia se acercó a Samael con un vaso de té en las manos.

¿Piensas invitar a Kazuki?.- preguntó Katia, como quien no quiere la cosa.

¿A dónde?.- se sorprendió Samael.

No será al circo.- replicó Katia, elevando sus ojos al cielo.- Hablo del concierto, por supuesto.

Ya. ¿Crees que debería invitarlo?.- Samael fingió demencia.

Eso es cosa tuya.- dijo Katia.- Pero yo opino que sí. Si te gusta, al menos deberías invitarlo más seguido a salir.

Kazuki no me gusta.- Samael se puso roja.

Ajá, sí, como no.- se burló Katia.- Ya sé que se te pasó el "enamoriscamiento" por Hikaru Matsuyama, así que ahora ya puedes entregarle tu corazón entero a Sorimachi.

No seas tan ridícula y cursi, Katia.- replicó Samael.

No soy ridícula ni cursi.- negó Katia.- O bueno, quizás un poco. Pero solo digo la verdad. Yo sé que a ti te gusta, y que él siente algo por ti... Ya de una vez deja atrás el pasado y mira hacia el futuro. Invita a Sorimachi al concierto.

¿Y qué hago? ¿Le canto la canción de "Baby one more time?".- se burló Samael.

Por Dios, no.- negó Katia.- Haces eso y te desconozco públicamente como amiga. Solo invítalo y ya. Las cosas se irán dando solas.

Samael suspiró. Katia siempre tendría ese complejo de celestina...

Lasse estaba muy pensativo. Él sabía que quizás debería de invitar a Lily al concierto pero... Él se dio cuenta de que algo estaba pasando entre ellos. Lasse en verdad quería a Lily y no dudaba de que ella sentía algo por él, pero... Había algo. Algo que tenía que ver con Genzo Wakabayashi. Quizás Lasse lo supo desde un principio, pero quizás no quiso darse cuenta... Hasta que llegó Emirett. Ella le había hecho ver a Lasse que no todo era tan bello como aparentaba ser...

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Sanae se encontraba tomando un té de hierbas en el café "La Puerta de Alcalá" (sé muy bien que la Puerta de Alcalá está en Madrid). Antes de ir ahí había pasado al hospital a visitar a Paola, para decirle lo que iba a hacer.

No deberías ir sola.- dijo Paola.- Deberías pedirle a alguien que te acompañe.

¿Qué me puede pasar?.- Sanae se encogió de hombros.- Nada.

Muchas cosas.- contradijo Paola.- Eres una mujer embarazada y por definición suelen ser un tanto más frágiles...

No estoy paralítica.- gruñó Sanae.- Aun puedo golpear fuerte a todo aquel que se me ponga enfrente.

Eso lo sé.- rió Paola.- Pero recuerda que proteges a alguien más pequeñito e indefenso que tú y quizás por él deberías tener cuidado...

Es por él por lo que estoy haciendo todo esto.- Sanae se acarició el vientre.

Supongo que estás decidida.- dijo Paola.- Pues solo te diré: bien hecho. Es hora de que termines con esto de una buena vez por todas. Aunque insisto en que no deberías de ir sola... Quizás yo debería acompañarte.

No será necesario.- negó Sanae.- Puedo sola. Muchas gracias. Además, tú estás ocupada.

Pero entonces deja que llame a alguna de tus amigas.- dijo Paola.- El chiste es que no te vayas sola.

No será necesario.- repitió Sanae.- Puedo sola, de verdad.

Sanae se despidió. Paola le deseó suerte. Ahora, mientras Sanae esperaba a que el chantajista llegara, solo esperaba que todo se arreglase cuanto antes. Yukari sospechaba que algo le estaba por ocurrir a Sanae, pero por más que lo intentó, no pudo sacarle nada... De hecho, Sanae se encargó de que el EPFUM estuviese ocupado para poder ir ella sola a la cita sin el temor de que alguien la siguiera.

Un hombre que traía lentes oscuros y gorra café llegó al lugar. Era el mismo reportero que había interrogado a Tsubasa días atrás acerca de Kanda, aunque Sanae no lo sabía.

Buenas tardes, señora Ozhora.- dijo el reportero.

Buenas tardes.- dijo Sanae, mirándolo fijamente.

¿Por qué me mira tan fijamente?.- cuestionó el hombre, algo incómodo.

Quiero grabarme el rostro del hombre que no tiene escrúpulos y se atreve a sobornar a una mujer que está esperando un hijo.- respondió Sanae, tranquilamente.

El hombre se rascó la nuca, terriblemente incómodo.

Mire, señora.- dijo el hombre.- Es algo sencillo. Deme el dinero y yo le regreso las fotos.

Eso me ha dicho cada vez que nos ponemos en contacto.- replicó Sanae.- Y no entiendo por qué he de creerle que esta vez será cierto. Así que me da igual. No pienso darle más dinero. Publique las fotos, si quiere. Fui una idiota por dejarme sobornar, pero ya no más. Ya le conté a mi esposo sobre esas reuniones, que por cierto no tuvieron nada de malo, no sé por qué me dejé amedrentar. Eso era todo lo que quería decirle. Buenas tardes.

Sanae se levantó, pero el sujeto la detuvo del brazo.

Suélteme.- pidió ella, procurando no hacer un escándalo.

Siéntese y todo saldrá bien.- dijo el reportero, con voz calmada.- Cada uno tiene algo que el otro quiere. Usted quiere las fotos. Yo quiero su dinero.

Ya le dije que no más.- negó Sanae.

Pero a pesar de eso, Sanae volvió a sentarse, debido a que las otras personas estaban comenzando a mirar. El hombre aprovechó y sacó del bolsillo de su chaqueta un sobre amarillo.

Aquí están los negativos y las copias que se han sacado de esas fotos.- dijo el reportero, abriendo el sobre y enseñándole su contenido a Sanae.- Está todo. Deme el dinero y le daré el sobre.

Es tentador, lo reconozco.- admitió Sanae.- Pero ya se lo dije: ya no me interesa.

Sanae se levantó y comenzó a andar. El reportero recogió el sobre a toda prisa y la siguió.

No le conviene que estas fotos se publiquen, señora Ozhora.- insistió el hombre.

No me interesa. ¿Cuántas veces tendré que decírselo?.- replicó Sanae.

No me está entendiendo.- el sujeto agarró a Sanae con fuerza por el brazo.- No le conviene. Sé lo que le digo.

Suélteme.- pidió Sanae.

No.

A Sanae comenzó a darle un poco de pánico. Quizás Paola había tenido razón y no debió de haber ido sola...

Mejor la deja en paz y todos tranquilos.- dijo una voz, a sus espaldas.

No se meta en esto, señorita.- replicó el reportero.

Claro que me meto.- replicó la mujer, que no era otra que la propia Isabel.

¿A usted qué le importa?

Me importa porque estuve a punto de arruinar su vida y la del hombre que alguna vez amé.- replicó Isa.- Y ahora no permitiré que usted lo haga.

El reportero soltó a Sanae y estuvo a punto de golpear a Isa, pero ésta se movió con agilidad asombrosa y esquivó el golpe. Después, la chica pateó al hombre en el estómago y después, cuando el reportero cayó al suelo, Isa lo golpeó en sus partes nobles. El sobre amarillo cayó al suelo y la chica aprovechó para recogerlo. Sanae no salía de su asombro.

Toma.- Isa le extendió a Sanae el sobre.- Es tuyo. Seré mejor que lo cuides bien.

¿Por qué hiciste esto?.- quiso saber Sanae.- Siempre creí que tú...

¿Qué quería quitarte a tu esposo?.- terminó Isa.- Mira, quizás en algún momento me pasó esa loca idea por la mente... Lo lamento mucho, de verdad. Sé que no me creíste cuando te dije que quería arreglar las cosas contigo, pero te lo dije de corazón. Espero que con esto pueda reparar todo el mal que les hice, a ti y a Tsubasa...

Y sin esperar respuesta, Isa se dio la vuelta y se marchó. Sanae la miró irse, apretando contra sí el sobre amarillo...

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¿Y qué pasó con Deb y Levin? Bueno, pues él la llevó a comer comida italiana, para variar. No sé por qué, pero la comida italiana casi nunca falla en una primera cita. Deb y Levin hablaron de todo. Ella le contó a él sobre sus amoríos fallidos, él le contó a ella sobre Karen, su novia muerta. Ambos hablaron de sus sueños, de sus expectativas. Hubo un momento en que Levin tomó la mano de Deb y ella no la retiró. Al final, el sueco le dijo a la mexicana una noticia que no la puso muy contenta...

Debo decirte algo.- dijo Levin, en voz baja.

¿Qué cosa?.- preguntó Deb.- Ay no, no me digas que eres gay...

Claro que no.- Levin rió.- Es otra cosa...

¿Qué es?

Debo regresar a Alemania.- dijo Levin, mirándola fijamente a los ojos.

Ah... .- Deb sintió que la desilusión y la tristeza se apoderaban de ella.

La Champions League será dentro de poco.- continuó Levin.- Y debo ir para incorporarme a mi equipo.

Entiendo... .- Den retiró su mano.- ¿Cuándo te irás?

Dentro de cinco días.- respondió él.- Pero antes de irme, quiero decirte una cosa...

¿Qué es?

Levin se acercó a Deb y la besó con suavidad en los labios. Ella se quedó en estado de shock.

Realmente me gustas, Deb.- musitó él, llamándola por su apodo.- Quiero que seas mi novia...

Deb no podía creer lo que acababa de escuchar.

Notas:

Bueno, sé que la Puerta de Alcalá está en Madrid, pero pues no se me ocurrió un nombre mejor para el café en Barcelona XD. Pensaba ponerle el Monte Tibidabo pero como que no... No me hagan caso, ya alucino XD.

Al principio quise hacer a Isabel mala. Pero no pude. No me pregunten por qué...

La canción de Baby one more time es interpretada por esa tipa nada talentosa de Britney Spears.