Capítulo 42.

Temprano por la mañana en el Hospital General de Barcelona. Parecía que el mundo no se enfermaba entre el periodo comprendido entre las seis y las ocho de la mañana. El turno matutino comenzaba a las ocho, pero la mayoría del personal de salud de dicho turno ya se encontraba en el hospital desde las siete y media, para prepararse y para parlotear un rato. Deb buscaba su estetoscopio pinard en su casillero, al tiempo que trataba de ver en donde sería el mejor lugar para colocar la fotografía que se habían tomado ella y Levin antes de que él regresara a Alemania. Lily entró y saludó a todos los presentes con un "buenos días" tan meloso y alegre que todo voltearon a verla.

Y ahora tú, ¿qué te pasó que vienes tan contenta?.- le preguntó Deb.

Nada, nada.- Lily no dejaba de sonreír.- Es solo que hace un día taaaaan bonito...

Dafne y Deb intercambiaron miradas de asombro.

Supe que te fue del nabo ayer.- comentó Deb.- Porque Martina no llegó a su turno, ¿o sí?

No, no llegó.- respondió Lily, feliz.- Me quedé a cubrirla, pero Jean llegó temprano.

Pero aun así te fuiste muy tarde.- observó Dafne.- Y ayer te veías molida. ¿Qué te pasó que hoy te ves tan feliz?

Nada, nada.- insistió Lily.- Ya les dije: hoy hace un día hermoso.

Lily seguía canturreando la cancioncilla de "The Lion sleeps tonight" (No me pregunten quién la canta porque no tengo idea XD). Dafne y Deb la miraban como si se hubiese vuelto loca.

Awimbae, awimbae, awimbae, awimbae.- canturreó Lily.

Ya, en serio.- insistió Deb.- ¿Qué rayos te pasó?

Ya se los dije.- Lily no paraba de sonreír.- Nada. Voy por un café, ¿alguien más gusta?

Dafne y Deb negaron con la cabeza. Lily salió canturreando su canción.

In the jungle, the lion sleeps tonight (En la jungla, el León duerme esta noche).- cantó Lily.

¿Y a ésta que el pasa?.- musitó Deb.

¿Qué no es obvio?.- rió Dafne.- Le pegó fuerte... Está enamorada.

Eso ya me lo suponía.- bufó Deb.- La pregunta es: ¿de quién?

Dafne sonrió. Ella bien que lo sabía.

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Bere descubrió que no tenía pan para prepararse un sándwich. La chica, algo harta de que Caro se acabara el pan y no avisara ni comprara más, salió a la tienda para comprar una hogaza de pan. Bere iba refunfuñando. No solo le molestaba lo del pan sino que también la desesperaba Izawa. El muchacho no parecía dar señales de querer formalizar su compromiso con Bere.

Si serán babosos los hombres.- gruñó Bere, tomando la última hogaza de pan del mostrador.

Pero justamente, otra persona agarró la hogaza al mismo tiempo que ella. Bere, un tanto sorprendida, vio que se trataba de un muchacho muy apuesto, de cabello castaño claro y ojos verdes.

Lo siento.- se disculpó Bere.- Tome la hogaza, por favor.

No, tómala tú.- sonrió el joven.- A mí no me importará no comer pan el día de hoy.

Pero yo puedo comer tortillas.- sonrió Bere.

¿Qué son las tortillas?.- preguntó el muchacho, sin entender.

Nada, olvídelo.

Toma la hogaza, por favor.- insistió él.

El muchacho sonrió de una manera encantadora.

Gracias.- sonrió Bere, tomando la hogaza.

Ella echó a andar, pero el muchacho la siguió.

Al menos podrías decirme tu nombre.- pidió el joven.

Supongo que sí.- sonrió ella.- Me llamo Berenice Mendoza.

Erick Castañeda.- se presentó el joven.- Créeme, es un placer...

Ambos muchachos comenzaron a charlar y salieron de la tienda juntos. A Bere se le hizo simpático el joven y a él se le hizo muy linda la muchacha.

Bueno, me voy a mi casa.- dijo Bere, enfilando rumbo al camino que la llevaba al edificio de departamentos en donde ella vivía.

¿Vives en el edificio verde?.- preguntó Erick.

Sí, ¿por qué?

Es curioso.- sonrió él.- Yo acabo de cambiarme al departamento número uno.

¡Qué coincidencia!.- exclamó Bere.

Ambos muchachos comenzaron a caminar, al tiempo que seguían charlando. Izawa se había levantado temprano para poder sorprender a Bere con pastelillos que había comprado en la mejor pastelería de Barcelona. Pero al llegar al edificio en donde vivía Bere con sus amigas vio a ésta charlando con Erick y sintió celos. No sabía quién era ese muchacho, pero sí sabía que era evidente que a él le gustaba ella...

Hola, Bere.- saludó Izawa, irrumpiendo de la nada.

¡Ah! Hola, Mamoru.- sonrió Bere.- ¿Qué haces aquí tan temprano?

Vine a ver si querías desayunar conmigo pero... .- Izawa miró a Erick con cara de odio.- Veo que estás ocupada...

Él es Erick Castañeda.- presentó Bere.- Se acaba de mudar a nuestro edificio. Erick, él es Mamoru Izawa, un buen amigo.

A Izawa le caló que Bere lo presentara como tan solo un "buen amigo".

Bueno, yo me retiro.- dijo Erick, al notar la mirada de Izawa.- Fue un placer.

Hasta pronto.- sonrió Bere.

No sabía que estabas ocupada.- reclamó Izawa.- Porque, de haberlo sabido, no habría venido...

¿Por qué te molestas?.- preguntó Bere.- Tengo derecho a hablar con otros hombres. Además, no eres mi novio, no tienes derecho a hacerme escenas de celos.

Punto para Bere. Izawa prefirió quedarse callado.

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Ellos estaban sentados a la mesa, tomando un café (o sea, ¿qué obsesión tengo con el café? XD). Ambos llevaban ya un buen rato sin decirse palabra.

¿Estás segura, entonces?.- preguntó él, al fin.

Ya te dije que sí.- respondió ella.

¿Segura?

¿Tú estás seguro de lo que sientes?

Sabes que sí.- replicó él.- Sabes que si fui a buscar a Sanae fue más que nada por celos...

Celos de Tsubasa.- rió ella.

La segunda vez que me pasa.- suspiró él.- Ya con ésta son dos las mujeres que me cambian por Tsubasa Ozhora...

Yo no te he cambiado por Tsubasa.- replicó ella, muy seria.- Solo te pedí que me dieras tiempo para aclarar mis sentimientos...

Quizás...

Kanda le dio un sorbo a su café. Isa siguió mirando hacia el vacío.

Además, tú fuiste el que mintió, no yo.- continuó ella.- Si me hubieses dicho la verdad desde un principio, nada de esto habría sucedido.

En eso tienes razón.- admitió él.- Ahora solo nos queda saber si estamos bien, si aun queremos estar juntos...

Ya te dije que yo sí deseo que sigamos juntos.- murmuró ella.- Tuvieron que pasar muchas cosas, pero ahora ya estoy segura de qué es lo que siento... ¿Y tú?

Yo nunca tuve dudas, Isa...

Ambos suspiraron.

Ahora solo debemos hablar con aquellos dos.- musitó Kanda.

Y cuanto antes, mejor.- asintió Isabel.

Y con "aquellos dos", se referían a Tsubasa y Sanae, por supuesto.

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Ah, sí, lo olvidaba. El día del concierto de Shadows of Soul, Paola y Joel desmintieron las declaraciones que aquélla había hecho ante las cámaras de televisión días antes. Las admiradoras de Joel se sintieron aliviadas, mientras que por parte de Paola, cierto greñudo y lavacoches portero japonés se sintió mucho más tranquilo... Ahora la cosa sería en cómo Ken le diría a Paola lo que sentía...

A ésta no se le pasaba el coraje que sentía por el atrevimiento de Ken al besarla. Pero más que coraje por el suceso, le daba coraje porque ella no podía dejar de pensar en ese beso... Paola, tragándose todo su orgullo, le contó a Lily lo ocurrido, la única de sus amigas a quien Paola le hubiese contado algo semejante. Y como era de esperarse, Lily hizo un gesto de asco al escuchar que Ken había besado a Paola.

¡Guácala, que asco!.- exclamó Lily.- ¿En verdad te besó? ¡Qué espanto!

Cállate, babosa.- la regañó Paola.- No hables tan fuerte.

Babosa tu cola...

Lily... .- regañó Paola.

...ción... .- completó Lily.- Bueno, ¿y qué hiciste, qué le dijiste?

Lo golpeé, como era de esperarse.- bufó Paola.- Por atrevido.

Y asqueroso.- añadió Lily.

Paola la miró con cara de "hello con tu hello".

Y es que es tan odioso.- gruñó Paola.- Tan altanero, tan majadero, tan atrevido...

Paola despotricaba tanto contra Ken que Lily comenzó a sospechar...

No puede ser... .- musitó Lily.- Ay, no...

¿Qué pasa?.- cuestionó Paola.

Te gusta.- afirmó Lily.

¿Quién?.- Paola fingió demencia.

No va a ser Genzo, babosa.- replicó Lily.- Hablo de Ken.

¿QUÉ? ¿Gustarme a mí ese lavacoches?.- exclamó Paola, enojada, pero su exclamación era poco convincente.

Claro que te gusta.- insistió Lily.- Deja de comportarte como una Wakabayashi y no seas tan terca...

Paola buscaba un insulto que darle a Lily, pero no encontró ninguno adecuado que darle, al menos no en ese momento...

Bueno, ¿y qué?.- Paola intentó cambiar el tema.- ¿Al fin consiguió el tarado de Genzo conquistarte?

Jajaja, ¿tú qué crees?.- rió Lily.

A juzgar por la cara de felicidad que traes, sí.- suspiró Paola.- Si quieres mi opinión, te pasas de babosa. Lasse Nordenström está mil veces mejor...

Eso me recuerda... .- murmuró Lily.- Que tengo un asunto pendiente...

No me vayas a decir que ya aceptaste andar con Genzo "manos rápidas" Wakabayashi antes de cortar con Lasse "papacito" Nordenström.- Paola elevó sus ojos al cielo.

Lasse y yo no éramos novios... .- se defendió Lily.

Como sea...

Paola apenas y pudo concentrarse en las consultas de ese día. No podía dejar de pensar en Ken (pobrecita mente paolesca, es como para volverse loca XD). Y al final del día, las cosas empeorarían (¿o mejorarían?) para ella. Ken fue al hospital con el firme propósito de decirle a Paolita lo que sentía. Aunque , por supuesto, ella no se lo iba a hacer tan fácil...

Vengo buscando a la doctora Shinobara.- dijo Ken.

No, aguanten, ése es de otro fic XD. Perdón, corrigiendo...

Vengo buscando a la doctora Wakabayashi.- Anunció Ken a Dafne, quien casualmente iba pasando por ahí.

Eh, ¿quién la busca?.- preguntó Dafne, pensando que Ken no estaba nada mal (otra loca XD).

Ken Wakashimazu.- anunció Ken.

Permítame un segundo, por favor.- pidió Dafne, quien salió corriendo a buscar a Paola.

Paola estuvo tentada a decirle a Dafne que le dijera a Ken que no estaba disponible, pero cambió de parecer en el último momento.

En un segundo voy.- dijo Paola.

¿Por qué todas tendrán tanta suerte y se consiguen a hombres tan buenos?.- suspiró Dafne.

Paola salió, con paso orgulloso, y vio a Ken esperándola impaciente.

¿Qué se te ofrece?.- preguntó Paola, aparentando una tranquilidad que no sentía.

Sabes a lo que vengo.- respondió Ken, seriamente.

La verdad, no.- negó Paola.- Así que te pediré que seas rápido y conciso, porque no tengo mucho tiempo disponible.

Me vas a escuchar, el tiempo que me tarde.- replicó Ken.- Porque lo que te tengo que decir es algo muy importante...

Pues empieza a hablar ya.- ordenó Paola.- No tengo todo el tiempo del mundo.

¿Podrías por un momento dejar de ser tan agresiva y escucharme?.- pidió Ken.

¿Y qué es lo que según tú estoy haciendo?.- replicó Paola.- ¿Sabes qué? Estoy muy ocupada, además de que no tengo tiempo ni ganas para escucharte.

Paola se dio la vuelta, de una manera un tanto altanera, y comenzó a caminar, pero Ken la abrazó por la cintura, por detrás.

Solo escúchame, Paola.- murmuró Ken.- Por favor, que pronto regresaré a Japón y no quiero irme sin decirte lo que quiero decirte...

Pues vete entonces, nadie te detiene.- replicó Paola, tratando de soltarse de Ken.

Sí hay algo que me detiene.- murmuró Ken, al oído de Paola.- Tú me detienes... No sé qué me hiciste pero por alguna razón no puedo dejar de pensar en ti... Yo te quiero, Paola...

Con estas palabras, el mundo entero pareció detenerse...

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Tsubasa y Sanae regresaban a casa después de hablar con un abogado. Ambos había interpuesto una denuncia por extorsión y chantaje ante los reporteros.

Ahora solo nos queda esperar.- comentó Tsubasa.

Lamento mucho el haberles dado tanto dinero... .- murmuró Sanae, cabizbaja.

El dinero es lo de menos.- Tsubasa abrazó a su esposa.- Te pudieron haber hecho daño. O al bebé... Te arriesgaste mucho, mi amor...

En ese entonces, el teléfono sonó. Tsubasa fue a contestarlo, pensando que podría tratarse del abogado.

¿Hola?.- dijo él.

Hola.- no era el abogado. Era Kanda.

¿Qué quieres?.- preguntó Tsubasa.

Hablar contigo.- respondió Kanda.- Y con Sanae.

¿Sobre qué?.- Tsubasa no cambió su tono de pocos amigos.

Sobre todo lo que ha ocurrido.- dijo Kanda.- Escucha, hay muchas cosas que queremos decirles a ti y a Sanae...

¿Decirnos?.- Tsubasa se sorprendió.

Sí. Isabel y yo...

Tsubasa casi se va de espaldas. No se esperaba eso...

Notas:

Un estetoscopio pinard es un aparato que permite escuchar los latidos de un bebé en el vientre de su madre.

En buen plan, ni yo misma me esperaba lo de Kanda e Isabel. Los personajes cobraron vida en la historia e hicieron lo que se les pegó la gana XD.

Ya, por Dios. A ver si para Navidad puedo acabar con este fic ¬¬.