Capítulo 45.

(¿Ya vamos en el cuarenta y cinco?).

"Voy a tener un bebé... Voy a tener un bebé..."

Tsubasa no dejaba de repetirse esto último, como si fuera él el que iba a parir al niño. Sanae estaba tan emocionada por sus regalos para bebé que no lo escuchó entrar.

¿Y ya decidieron cómo se va a llamar?.- preguntó Caro.

Creo que sí.- respondió Sanae.- Al menos sabemos como se va a llamar si es una niña...

¿Cuál nombre le pondrán?.- quiso saber Alisse.

Natsuko, como mi madre.- contestó Tsubasa, desde la puerta.

Como era de esperarse, todas se sorprendieron. Sanae corrió a abrazar a su esposo, lo más rápido que le permitió la barriga de cuarenta mil kilos que cargaba consigo.

¡Tsubasa!.- gritó Sanae, entusiasmada, al tiempo que se colgaba del cuello de su esposo.- ¡Volviste, corazón!

¿Cómo has estado?.- preguntó Tsubasa.- Vamos a tener un bebé.

El EPFUM y la UVA lo miraron con cara de "hello con tu hello".

No me digas que no te habías dado cuenta.- gruñó Paola.

Será que habrá pensado que Sanae se tragó un balón de fútbol..- comentó Lily.

Paola y Deb soltaron la carcajada.

No sean así.- las regañó Yukari.- Tsubasa ha de estar nervioso...

¿Y por qué? Si no es él el que va a parir al bebé.- replicó Paola.

Quizás, pero puede que vaya a parir chayotes con la cuenta del hospital.- opinó Lily.

Paola, Lily y Deb volvieron a reírse. Yukari no pudo evitar esbozar una sonrisa.

Ya dejen de reírse.- dijo.

Tsubasa seguía abrazado a Sanae. Ella comenzó a sentir que algo extraño le estaba pasando a su esposo...

¿Tsubasa, estás bien?.- preguntó Sanae, algo preocupada.

Estoy de lo mejor.- asintió él.- Vamos a tener un bebé.

¿Qué no sabe decir otra cosa?.- susurró Paola.

Tsubasa soltó al fin a Sanae y miró después a las demás chicas.

Todo estará bien,.- sonrió él.- Continúen con la fiesta.

La mayoría de las chicas se encogieron de hombros y continuaron con el alboroto. Paola, experta como era en los retorcidos caminos de la mente, se dio cuenta de que Tsubasa estaba algo aterrorizado...

Oye, chico fútbol.- Paola abordó al Tsuby.- ¿Estás bien?

¿Eh?.- Tsubasa pareció salir de un largo sueño.- Sí, gracias...

¿Seguro? Parecía que en cualquier momento vomitarías.- replicó Paola.- No debe ser fácil el saber que dentro de poco tendrás una boca más que alimentar.

Tan linda Paolita.

Estoy ago nervioso, lo reconozco.- admitió Tsubasa.- Pero sé que estaré bien... Creo...

¿Estás seguro?.- insistió Paola.- Créeme que soy una experta en personas que caen en el pánico total y sé que tú estás a un tris de hacerlo...

Estoy bien.- insistió Tsubasa.- No tienes por qué preocuparte.

Como digas... .- Paola se encogió de hombros.

Tsubasa trató de no dejarse llevar por el vértigo que comenzó a invadirlo...

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El Bayern Munich, con un imparable armada, derrotó al Manchester United con una goliza de cuatro goles por cero. Genzo estaba eufórica, al igual que el resto de su equipo.

Si seguimos así, llegaremos a la final.- dijo el chino Sho.

Y la ganaremos, que de eso no les quede duda.- sonrió Schneider.

¿Y a quién le dedicarías tu victoria Schneider?.- preguntó Sho.-

A mi esposa, Lydia, por supuesto.- sonrió el alemán.- A quien amo con toda mi alma...

Cursi.- musitó Levin.

Cállate, que tú también tienes cola que te pisen.- replicó Karl.

¿Lo dices por la doctora Débora?.- rió Sho.- Esa chica es un bombón...

Cuidado con lo que dices de mi novia.- reclamó Levin, molesto.

¡Qué mal genio se cargan Wakabayashi y tú últimamente!.- protestó Sho.- Se molestan si uno les dice que sus mujeres están como quieren...

¡Oye!.- protestó Genzo, enojado.

¿Ven? Se los dije.- rió Sho.

Desde la mitad del estadio, Schneider le mandó un beso a una linda chica de cabello rubio oscuro que le sonreía con dulzura.

Te quiero, Lydia.- susurró Schneider.

Te amo, Karl.- murmuró Lydia.

"Me gustaría que Lily estuviese aquí", pensó Genzo. "Pero sé que ella también tiene un sueño... Quizás, algún día, podré hacer que nuestros sueños se desarrollen juntos... ".

Genzo vio cómo Schneider corría a abrazar a su esposa.

"Algún día, así estaremos Lily y yo... Yo sé que así será...".

(Cursi ¬¬).

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Lily estaba tumbada sobre el pasto. Emirett tenía la espalda recargado contra un árbol.

Oye, Jules, ¿cuándo vas a decirle a Lasse tu verdadero nombre?.- preguntó Lily, con cierta desgana.

¿Cómo dices?.- Emirett fingió no entender.

Bien que sabes.- replicó Lily.- ¿Cuándo vas a decirle a Lasse que tu nombre no es Emirett Loustalot-Larclette?

No lo sé.- Emirett se encogió de hombros.- No he pensado mucho en eso...

Él te gusta, ¿no?.- preguntó Lily a quemarropa.

¿Cómo dices?.- Emirett trató de no ahogarse con su rubor.

Que Lasse te gusta.- afimró Lily.- No me lo niegues.

Claro que eso no es cierto.- protestó Emirett, con un tono de voz poco convincente.- Lasse me agrada mucho como amigo. Además, él fue tu novio y yo no podría...

Ya déjate de babosadas.- cortó Lily.- No me vayas a decir esa mensada de que no quieres nada con Lasse porque él y yo fuimos novios. Es más, ni siquiera fuimos novios, te lo recuerdo. Y yo amo a Genzo y solo quiero muchísimo a Lasse como amigo y pues sinceramente me gustaría que él y tú comenzaran a salir.

Pero creo que él sigue enamorado de ti.- replicó Emirett.- Contra ti no puedo competir...

No digas esas cosas.- pidió Lily.- Tú eres una chica súper especial y cualquiera se enamoraría de ti.

Quizás, pero Lasse Nordenström nunca lo hará.- suspiró Emirett, muy triste.

Ella no lo quería reconocer, pero se había prendado de Lasse desde la primera vez que lo vio en el hospital... Aunque Emirett estaba segura de que él nunca se fijaría en ella mientras Lily estuviera presente...

Pero Emirett se equivocaba. Cierto era que Lasse había querido muchísimo a Lily, pero también era cierto que gracias a ella, él había comenzado a olvidar... El día en que Emirett fue a buscar a Lasse con el fin de hablarle de Lily, ella le hizo ver a él que estaba destinado a amar y a hacer feliz a una mujer, pero que esa mujer no era Lily... Lasse no necesitaba que alguien se lo dijera, pero el simple hecho de que Emirett se preocupara no solo por Lily sino también por él lo había conmovido mucho...

Y conforme fue pasando el tiempo, Lasse iba pensando más y más en Emirett, aunque no se daba cuenta de ello. Simplemente, un buen día él despertó con la imagen de ella metida hasta en los huesos... Sin embargo, junto con el cariño vino también la preocupación. En una ocasión, Emirett se quitó un suéter y alcanzó a descubrirse parte de la espalda. Lasse la miró, "sin querer", y descubrió unos horribles verdugones que le cubrían toda la espalda. Lasse, preocupada, le preguntó que qué le había pasado, pero Emirett inmediatamente cambió el tema y no dejó que Lasse volviera a retomarlo...

Y Emirett quería decirle a Lasse su verdadero nombre... Pero ella tenía miedo...

Bueno.- dijo Lily, levantándose.- Debo volver al trabajo.

Si no te molesta, te esperaré aquí.- dijo Emirett.- Se está muy a gusto aquí...

Claro que no me molesta.- sonrió Lily.- Los jardines del hospital siempre han sido muy agradables.

Y era cierto. En los jardines siempre había mucha gente tomando el sol o la sombra, deseando perderse por un rato del mundo... Lily entró al edificio. Emirett se recargó nuevamente contra el árbol en el que estaba apoyada y cerró los ojos.

Tardé en encontrarte, Julieta.- dijo una voz de hombre.- Pero al fin lo logré.

Emirett abrió los ojos, asustada. Frente a ella estaba un hombre joven, moreno de ojos verdes.

¿Qué haces aquí, Daniel?.- preguntó ella, asustada.

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Taro Misaki entrenaba arduamente para tratar de olvidar a Alisse, aunque por más que lo intentaba, no lo conseguía... Su equipo, el PSG, había vencido al Porto de Portugal gracias a los dos goles que él había anotado, pero esto, en vez de alegrar a Misaki, lo puso más triste... Le hubiese gustado mucho que Alisse hubiese estado apoyándolo, como ella hizo con Chile en aquel partido que esta selección tuvo contra España...

¿Qué te pasa, Misaki?.- le preguntó Azumi, su amiga de toda la vida.

Nada, realmente.- mintió Misaki, fingiendo una sonrisa.- No te preocupes.

Desde que regresaste de España estás así.- suspiró ella.- ¿Te pasó algo allá?

No.- negó Taro.- Es solo que estoy tratando de concentrarme en la Champions League...

Lo estás haciendo muy bien.- sonrió Azumi.- Sé que llegarás a la final, ya verás que sí...

Gracias, Azumi.- Taro volvió a fingir una sonrisa.

Pero había otras personas que sabían lo que a Taro le pasaba.

Si me permites decirlo.- comentó Michelle, amiga de Azumi y Taro.- Creo que Misaki está enamorado...

¿Qué dices?.- se sorprendió Azumi.- ¿Eso crees?

Es bastante obvio.- asintió Michelle.- Se la pasa en las nubes todo el día, suspira de vez en cuando y tiene cara de borrego a medio morir...

¿Pero de quién estará enamorado?.- preguntó Azumi, algo esperanzada.

¿Qué no es obvio?.- intervino entonces Jacob, jugador del PSG y compañero de Misaki.- Creo te ama a ti...

Eso no es cierto.-Azumi se puso colorada.- Taro no me ama... Solo soy su amiga...

¿Pero a quién más podría amar?.- replicó Jacob.- No ha conocido a ninguna chica últimamente...

¿Y en España no habrá conocido a alguien?.- dudó Azumi.

Es poco probable, hubiese dicho algo.- replicó Michelle.

Pero Azumi no estaba segura de eso. Ella conocía lo suficiente a Taro como para saber que no era de ella de quien estaba enamorado...

"No debí irme así, Alisse", pensaba Taro, cada vez que disparaba a gol hacia la portería. "Pero tuve miedo de que no me escogieras a mí...".

Alisse, por su parte, y a pesar de que estaba furiosa con Misaki, pensaba cada vez más en él... Tal parecía que la distancia, en vez de distanciar sus corazones, los acercaba...

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Tsubasa estaba cada vez más asustado, aunque no quería reconocerlo. Era como si nunca le hubiese caído el veinte de que iba a ser padre. Como que los nueve meses que duraba un embrazado normal se le hubiesen hecho nueve años y nunca hubiese pensado que algún día ese bebé nacería... (No es raro que Tsuby sienta que pasaron nueve años, con lo largo que salió este fic XD).

Por el contrario, Sanae estaba cada vez más entusiasmada. Pronto se convertiría en madre! Apenas y podía esperar a tener a su precioso bebé entre sus brazos... Una noche, Sanae tuvo un sueño muy hermoso. Ella soñó que daba a luz a un hermoso varoncito que era idéntico en todo a su padre, desde los ojos oscuros hasta el cabello negro y rebelde... Pero después de ese sueño, Sanae tuvo otro... En donde Tsubasa y ella criaban a un bebé de un año y medio y a otro recién nacido...

Sanae se despertó antes de que pudiera descifrar lo que estaba ocurriendo en el sueño. Aunque en el fondo de su corazón, ella lo supo: había soñado su futuro...

Notas:

Changos, me está costando trabajo, pero creo que lo estoy logrando... Si alguien me diera más nombres de equipos europeos que jueguen la Champions, se los agradecería porque mi cerebro está convirtiéndose en puré XD.

Un amigo me dijo que un amigo suyo le dijo que este fic parecía "una reunión de la ONU" por tantos personajes que había, jajaja XD. ¡Me cae que tiene razón!

Lydia Schneider es un personaje creado por Lydia Schneider.

"Parir chayotes" es una expresión que usamos en México para decir que alguien va a sudar la gota gorda o pasar por muchas dificultades.