- Nee-san, una sopa por aquí - decía una pequeña chica pelirroja.

- Entendido Luca, una sopa en camino - respondía una chica alta de igual tono pelirrojo.

- Por aquí desean un estofado Rebeca nee-san - dijo también un pequeño niño, igualmente con dicho tono de cabello.

- Oh marco, entendido, estofado en camino.

Rebeca junto a sus hermanos Luca y Marco se encontraba atendiendo en su local en el que servía comida a sus clientes. Inesperadamente esa tarde el local logró llenarse por completo, este sería un reto nuevo para la joven pues jamás había experimentado algo así en su vida, por suerte contaba con 2 de sus hermanos para ayudarle, su tercer hermano aún era un bebé y no podía trabajar por obvias razones.

- Estofado para allí, un guiso para allá, una sopa para esa mesa y un poco de cerveza para los caballeros de la esquina ¡Luca, Marco! ¡Los pedidos estan listos, llévenlos por favor!

- ¡Claro Nee-san! - gritaron al unísono haciendo un saludo militar.

Inmediatamente llevaron los pedidos a sus respectivas mesas, esos eran los ultimos pedidos de la tarde pues el local ya estaba por cerrar.

Pasó media hora, y en ése lapso los comensales procedían a retirarse poco a poco hasta que por fin el salón quedó vacío.

- Fuaaaa... Vaya tarde... - expresó Luca.

- Pienso lo mismo hermana - respondió Marco.

- No puedo estar en desacuerdo con ustedes... - agregó Rebeca.

- No recuerdo la última vez que trabajamos tanto.

- Tampoco yo Luca ¿Y tu Marco?

- Uhmmm... Yo tampoco, creo que jamás.

Los 3 se miraron y se rieron un poco.

- Bueno, ¿Después de un arduo día de trabajo saben lo que viene?

- ¡Una ducha y a la cama! - dijeron Luca y Marco levantando ambos brazos.

- Jeje, pueden adelantarse, yo aún tengo que limpiar.

- Oh, Nee-san te ayudo, Marco tu puedes bañarte primero.

- ¡Okey! Iré en seguida.

- Muchas gracias Luca - dijo Rebeca con una sonrisa.

- No hay de que, imagino que también estás cansada.

- Jeje, ¿No puedo esconderlo de tí verdad?

- Claro que no, soy tu hermana después de todo - dijo Luca con una sonrisa - deberías conseguirte un esposo rapido.

- ¡¿Ehhh?! ¡De-de-de qué estas hablando Luca!

- ¿Eh? ¿Dije algo malo? Es la verdad.

- A-aún es muy pronto para eso...

- ¿Queee? Pero si la otra vez fuiste a una cita grupal y... ¡Oh! ¡Verdad! Tienes a Asta! ¿Hiciste algún avance con él?

- ¡¿A-a-a-asta?! Pu-pu-pues no... - dijo Rebeca avergonzada.

- ¿Ehhhhh? ¿Enserio? No te rendiste con él ¿verdad?

- Bu-bueno no... Pero...

- Fiuu... Que bueno escuchar eso ¿Y? ¿Cuál será tu siguiente movimiento?

- Yo... No tengo ninguno... - dijo Rebeca bajando su avergonzado rostro.

- Hermana... Ahh... Eres una mosquita muerta... ¿Por qué no lo atacaste la noche que vino aquí?

- ¡¿Ehh?! ¡Luca! ¡No haría eso! ¡Además! ¿De dónde aprendiste eso? - dijo Rebeca Nerviosa.

- Pues en la escuela.

- ¿Que cosas les enseñan hoy en día a los niños? - decía Rebeca en su mente.

- Bueno ¿Lo piensas hacer o no?

- Bu..bueno... Espera... ¡Claro que no!

- ¿Ehhh? Lo pensaste un poco eh? Bueno ¿Sabes? Tengo una forma en la que puedes hacerlo.

- No quiero oírla - decía Rebeca Bastante ruborizada.

- ¿Recuerdas la bebida super fuerte que compraste aquella vez? ¿Por qué no invitas a Asta a algún lugar y le das de beber eso?

- Basta Luca, yo... jamas haría eso...

- Ehh... Eso dices pero tienes la cara bastante rojaaaa jajajaja - dijo con una risa leve y un tanto burlona.

- Bu..bueno Puedes ir a tomar una ducha, yo terminaré de limpiar.

- ¡Claro Nee-san! - dijo Luca mientras procedía a marcharse.

- Pero... Piensa en lo que te dije ¿Si? - dijo nuevamente Luca a mitad de camino, luego siguió rumbo a la ducha.

- Hummm... Emborrachar a Asta y luego... Hacer.. e..eso con él... ¡No! ¡Pero en que estás pensando Rebeca!
¡Tu no harías eso jamás! Mejor sigue limpiando... - pensaba Rebeca.

Rebeca pasó 1 hora limpiando todo su local, realmente era grande.

- Ahhh... Al fin limpio.

- Uhmm, aún queda un poco de comida, aún no cené pero igualmente no la acabaría yo sola... Mis hermanos ya estan dormidos... Bueno supongo que me las arreglaré yo sola.

- Esa Luca... Decir algo como eso sobre mí y Asta... ¡Jamás! Ahhh... Aunque pensar en eso... ¡No Rebeca! Pero en qué estas pensando...

- (suspiro) Será mejor comer.

Rebeca estaba por dirigirse a la cocina cuando de repente alguien abrió la puerta de su restaurante.

- ¡¿Eh?! ¿A-Asta?

- ¡Que tal Rebeca! - dijo Asta con una gran sonrisa.

*Acontecimientos del cap 3*