Hola de nuevo! Estoy aquí otra vez dándoles lata :) con el tercer capítulo de esta locura. Pero antes, las notas aclaratorias.

Nota #1: Gracias por seguir la historia, Sam y KsK! -y para los ke iwal lo hacen pero no dejan review, iwal gracias ;)- Nos vemos en el foro!

Nota #2: Les aclararía sus suposiciones maquiavélicas, pero eso arruinaría la sorpresa¿No? Ya al próximo capítulo entran al cole xDDD

Nota #3:A pesar de todo lo que he dicho en cierto foro, va a parecer que odio al que en realidad es mi favorito. Por tanto no se sorprendan si en lo sucesivo soy muy mala con él xDDDDD

Nota #4: Van a encontrar algunas escenas (separadas por guiones ---) en las que hay un cambio brusco de escenario. Espero quese entienda y no haya necesidad de aclaracionbes n.nU

Nota #5¿Hay una nota #5? bueno, sólo reitero que ninguno de los personajes de TMNT me pertenece -aún- y todo esto es con fines meramente lúdicos y sin intención de lucrar con ellos. en cambio, los personajes que de ahora en delante aparezcan como OC (original characters) sí lo son... aunque me da flojera meterles copyright, así que pueden usarlos sin bronka xDDDDDDD

Ahora sí -porque para su buena suerte estoy medio muerta de sueño y no quiero seguir escribiendo- les dejo con el capítulo. Lean ;)

CAMBIO DE IMAGEN

Por: Naoko Daidouji

Capítulo 3.- Acostumbrándose al nuevo yo

-¿Quedarnos aquí?. ¡Ni hablar!- reclamó Miguel Ángel al escuchar a su hermano mayor. -¡Yo quiero salir!. ¡Es sábado, Leonardo!

-Mickey¿Qué no te escarmentó un poquito lo que pasó ayer?

-¡No!. ¡Quiero salir! .Además, si vamos a tener este cuerpo toda la vida, .¿No tendremos que volver a salir de todas maneras algún día?

-Mickey tiene razón.- Apoyó Donatello. -Si esta va a ser nuestra nueva fisonomía, debemos habituarnos nuestro nuevo estilo de vida…

-¡Vamos, Leo! .¿O qué?. ¿Te da miedo?

-¡No seas tonto Mike! . No olvides que tenemos que reponer el entrenamiento de ayer…

Sus hermanos hicieron una mueca.

-¡Ya lo haremos más tarde!.¡No hay que desaprovechar el día!

-¡.¿Llamas al entrenamiento "desaprovechar el día"?.!..¡Ni hablar!

-¡Déjanos ir!.¡Ya volveremos y entrenaremos, lo prometo!

Una carraspera sonó a sus espaldas y los tres se dieron la vuelta.

Splinter y Raph habían dejado el cuarto y ahora estaban atrás de ellos.

-Creo que… una buena manera de habituarse a su nuevo cuerpo puede ser entrenando con él. ¿No lo creen, hijos?

-Pero, maestro…

-Además, adoptar un nuevo estilo de vida no significa cambiar las cosas buenas del anterior. No olviden quienes son; se vean como se vean, son ninjas.

Leonardo asintió con la cabeza aprobatoriamente.

-¡Changos!- musitó Mickey al oído de Don. -Debimos huir mientras pudimos…

-------------------

Hicieron una reverencia y se sentaron frente a su maestro.

-Bien… dado que, físicamente hablando, estoy tratando con alumnos nuevos… déjenme ver sus aptitudes. Miguel Ángel, te observo.

Mickey hizo una mueca apenas perceptible y se colocó frente a su Sensei. Hizo una reverencia y tomó sus chakos.

"Pesados" murmuró mientras los hacía girar. Sentía como si sus muñecas estuvieran adormecidas. Habían perdido parte de su flexibilidad.

Comenzó el desigual combate. De inmediato el alumno pudo darse cuenta de que no estaba resultando nada fácil. A cada segundo se le iba el cabello a la cara, bloqueando su visión y haciéndole cosquillas en la frente. A pesar de ser más ligero que antes, se sentía torpe y lento. Encima, el uso de los chakos estaba lastimando sus ahora frágiles muñecas. Y la mirada reprobatoria de su sensei no ayudaba mucho a su concentración. Splinter no lo atacaba, se limitaba a bloquearlo, haciendo anotaciones mentales.

Hasta que decidió que era suficiente y lo hizo caer de espaldas en el suelo.

-¡Ouch…!

-Necesitamos mejorar tu velocidad y tu fuerza en brazos, Mickey. Además tendrás que cortar ese cabello.

-¡No, mi cabello nuevo no¡Sensei…!

Splinter le lanzó una mirada fría como la porcelana.

-Eh… sí, sensei.

Hubo una pausa.

-Tú sigues, Raphael.

Raph soltó una sonrisa, confiado. Su nueva anatomía prometía ser mucho más fuerte y ágil que la de sus hermanos. Colocó su bandana a modo que sujetara su larga cabellera negra y empuño los sais.

No se había equivocado; era fuerte. Sin embargo, el nuevo largo de sus piernas era algo a lo que no estaba muy habituado. Perdía ritmo con frecuencia, tratando de hacer cosas que antes podía, pero que ahora era demasiado alto para ellas. Su nueva fuerza era algo de ayuda, pero a momentos ganaba tanto impulso que casi se iba de bruces en vez de dar con su objetivo.

Además que con la estatura de Splinter… Resultaba difícil enfrentarlo cuando tenía que agacharse para poder verle la cara a su rival.

No lo vio venir.

Fue un golpe leve, casi un roce. Pero fue suficiente para hacerlo perder el equilibrio y tumbarlo junto a los colchones de entrenamiento.

-¡Aigh… mi espalda…! x.x

-Necesitas trabajar mucho el equilibrio y el control. No tiene sentido la fuerza si no la controlas.

-Sí… sen(ouch)sei…

-Donatello, tu turno.

Don suspiró. Sentía que estaba en una injusta desventaja ahí, cuando todos sus hermanos habían crecido enormemente y él no sólo no había ganado tanto tamaño, sino que había perdido masa muscular. "Demonios…"

Sin embargo, casi desde el primer instante pudo notar la velocidad que había ganado. Más de la que nunca en su vida había tenido, con todo y su entrenamiento ninja. Sonrió confiado. Y se lanzó sobre Splinter.

El maestro ni siquiera se molestó en moverse. Lo vio venir desde el otro lado de la habitación y se preparó.

Lo único que hizo fue meterle discretamente el pie.

Don salió disparado y se estrelló contra el muro de la guarida.

-Si no planeas una buena estrategia antes de lanzarte a un ataque van a matarte en el primer encuentro. Creí que sabías eso, hijo.

-…

-¿Me estás escuchando, Donatello?

-Estrellitas… Veo lindas estrellitas… -

-Hem… Leonardo, tu turno.

Leo estaba ocupado verificando si su hermano no habían sufrido un daño cerebral a causa de las caídas. Pero en cuanto oyó la voz de su maestro lo dejó caer al suelo y fue al centro de la sala de entrenamientos.

Hizo una nueva reverencia y desenfundó sus katanas.

Se sentían más ligeras… más maniobrables.

Como si hubieran encogido.

"No encogieron. Yo crecí." Murmuró para sí mismo. Y sonrió.

Una rápida sucesión de movimientos se aconteció en la sala. Splinter estaba algo sorprendido. No parecía afectarle demasiado el cambio de cuerpo. Seguía teniendo precisión en sus movimientos.

Hasta que sensei lo atajó con el bastón y lo hizo caer de bruces contra la duela del piso.

-Tienes que aprender a cubrirte la espalda. Ya no tienes caparazón que lo haga por ti, hijo. Por lo demás, fue un muy buen desempeño.

-Ugh…- respondió Leo, con la cara aún embarrada al suelo. -Gracias maestro Splinter…

Después de levantarse dolorosamente del suelo, fue a reunirse con sus hermanos.

-Uh, sí, el favorito de Sensei… ¬¬

-¡Cállate, Raph!

Splinter carraspeó y todos los ojos se clavaron sobre él.

-Ahora quiero verlos entre ustedes. Ver como combaten. Leonardo, entrena con Miguel Ángel. Raphael, con Donatello.

Leonardo miró a su hermano y supo que tendría que tener el doble de paciencia que antes. Ello iba a ser difícil. Observó sus movimientos desbalanceados, en un intento por ponerse al nivel que tenía antes.

-Esto es poco a poco, Mike. Controla primero tu cuerpo, luego usarás tus armas.

-¡Eso es injusto!

-Está bien, yo no usaré las katanas. Será un mano a mano.

En cambio, Raphael y Donatello sí que estaban usando sus armas. Raphael parecía tener ventaja, pues podía mandar a su hermano de un manotazo al quinto infierno. Pero Donatello no era blanco fácil y más de una vez logró safarse de un ataque peligroso.

Hasta que Raph lo acorraló contra un muro y puso la punta afilada de su sai en la garganta de su hermano…

-¿Qué dijiste¿Creías que la librabas tan fácil, lombriz?

Entrecerró los ojos en una mueca arrogante para luego abrirlos de par en par.

Sangre.

Un delgado hilito de sangre, corriendo por su arma y el cuello de Don.

-¿Eh¡Pero si apenas lo toqué!

Obviamente, su piel humana era algo más delgada que la que tenían siendo reptiles. Donatello pasó una mano sobre su cuello. Observó el delicado líquido rojo por un segundo.

Y luego… Salió corriendo de la estancia.

-¿Ah¿Qué pasó, Raph?

-Ni idea O,O

Raphael salió corriendo detrás suyo, seguido por el resto de su familia.

Entró al cuarto de su hermano… Y lo encontró ajustando la mirilla del microscopio.

-¿QUÉ HACES?

-¿No es obvio¡Ahora tengo toda la sangre humana que quiera para experimentar! Primero la voy a comparar con estas muestras de nuestra sangre mutante, para ver si…

Raph giró los ojos y lo dejó hablando solo.

-¿Qué pasó?- preguntó Leo en cuanto lo vio salir. -¿Está bien?

-Sí, está bien… ¡Pero bien loco¡Ahora quiere hacer experimentos con su propia sangre!

-Eso ya no es novedad ¬¬U.

Volvieron al cuarto de entrenamiento. Pero Splinter les dio carta de salida.

Los tres hicieron una reverencia y abandonaron la estancia en silencio.

Splinter soltó un suspiro.

Tendría que empezar muchas cosas de nuevo.

------------------------

-¡Ouch¡Esa caída sí que me dolió…!

-Y querías brincarte el entrenamiento, Mike…

-¡Pues claro que quería¡Si nos hubiéramos dado a la fuga no nos habrían azotado!

-El mejorar para que alguien de fuera no pueda derribarte de la misma manera es algo importante, Mickey.

-Yo no sé para qué. Soy un chico humano, debería actuar como tal.

-No debes olvidar quien eras, Mike.

-Pero tampoco vale la pena negar lo que ahora soy.

Leo colocaba algo de crema-relajante muscular en los hombros de su hermano, cuando vieron a Donatello salir a toda prisa.

-¿A dónde vas, Don?

-A la biblioteca, necesito un par de libros sobre anatomía.

-¡Te acompaño!- se ofreció Mickey. -Quiero salir a dar una vuelta…

-También voy.- agregó Raph, quien acababa de salir de la ducha. -Sólo denme un minuto para vestirme…

Leonardo soltó un suspiro. Le hubiera gustado quedarse a leer un rato por la tarde. Pero no se sentía tranquilo dejando a sus hermanos vagar por la ciudad sin supervisión.

------------------------

-¡Puta madre¡Esta porquería está diminuta!

-Raph, el acorazado fue diseñado para que lo condujera una tortuga de un metro treinta de estatura, no para el metro ochenta que ahora mides… Déjame conducir a mi.

-¿Qué, para que nos mates¡Ni hablar!

-Pues… no creo que Leonardo tampoco quepa bien… Y no creo que te quieras arriesgar a que Mickey maneje¿O sí?

Raphael hizo una mueca de coraje.

-Mas te vale arreglar esta mierda antes de que de verdad la necesitemos.

-Pues si no te parece te vas a pie ¬¬

Leonardo miró a su alrededor.

-Vamos… ni que estuviera tan lejos; vayamos caminando.

Sus hermanos se miraron entre sí y asintieron sin mucho entusiasmo.

-OK, pero Donatello es hombre muerto si no arregla ese acorazado rápido. ¬¬

----------------------------

-¿Cómo que no pudiste sacar los libros¡Si se supone que es una biblioteca pública!

-Necesito una tarjeta de biblioteca… Debí suponerlo.

-¿Y cómo te haces de una?

-Necesito una identificación oficial…

-¿Y de donde ibas a sacarla?

Por un minuto se quedaron callados. Acababan de topar con un muro grueso como el océano.

No tenían acta de nacimiento… no tenían ningún certificado de estudios… sus padres biológicos eran un enigma... Su padre adoptivo no existía legalmente... Nadie nunca antes los había visto en la ciudad…

Virtualmente, no existían.

-¿Y cómo se supone que podríamos tener una…?- musitó Mickey con voz ronca. -No tenemos modo de probar quienes somos…

-¡Hey!- interrumpió Donatello con la mirada súbitamente animada. -¡Yo sé cómo!

Sus hermanos le clavaron una mirada interrogante. No tenían ni idea de qué hablaba.

-Hay algo que utilizan algunas personas. Cientos de personas, de hecho… ¿Han oído de los documentos falsos?

-¡Por Dios, Don! Si esa es tu idea estamos perdidos… Hay más de una forma de notar un documento falso…

-No si los hace alguien que ha accesado a las centrales de los registros civiles...

-¿Lo has hecho?

-No, pero no debe ser sencillo para alguien que ha entrado hasta a los registros del FBI…

-¿Y por qué has hecho eso?

-Por diversión…

Raph y Leo intercambiaron miradas. La solución parecía muy tentadora.

-¿…Y si nos atrapan?

-No lo harán, Leo… nuestros datos quedarían en todos los archivos… registro de nacimiento, escuelas, empleos… cómo si siempre hubiéramos estado en el mundo humano…

-¿Y cómo justificaríamos nuestra repentina aparición con los vecinos…?

-Diremos que nos acabamos de mudar… ¿De donde les gusta?

-De donde sea… Don¿Estás 100 seguro de que no hay posibilidad de que nos descubran?

-De hecho… La hay, pero es muy pequeña… Siendo que habría datos nuestros en todos los archivos que la requieran… busquen donde busquen… Es la única manera de encajar en este mundo, chicos… siendo alguien.

La frase revoloteó en la cabeza de los otros tres. "La única manera…"

-¿Qué perdemos con intentarlo?- suspiró Mike por fin.

-Nada, supongo… Nada. Está bien, Don, tienes permiso para poner prueba de nuestra existencia en todos los registros de la nación.

Don sonrió.

-Para mañana por la mañana Leonardo, Raphael, Donatello y Miguel Ángel Hamato existirán oficialmente…

------------------------

-¿ESCUELA¡POR QUÉ NO LO DIJISTE ANTES!

-¡Por que se me olvidó¿Ya?

-¿CÓMO PUDISTE OLVIDAR ALGO ASÍ?

-¡Por el maldito miedo de que sensei me partiera la cabeza por lo de ayer!

-¡Genial¡Ahora sí que vamos a necesitar de esas credenciales falsas¿DON, CÓMO VAS CON ESO?

Se oyó un gruñido desde el cuarto del aludido.

Leo se mezo la cabeza, exasperado.

-Nunca hemos estado en un colegio y eso va a notarse a leguas.

-¿En serio? Pues te tengo una noticia, Leo: si somos humanos, queramos o no vamos a tener que hacerlo. De lo contrario no imagino como vamos a acabar.

Era verdad. Si eran humanos, debían enfrentar el mundo como humanos.

Ya habían vivido muchos años con un peligro constante, con un estilo de vida riguroso. ¿Qué tan difícil podría ser lo que cualquier otro chico de su edad podía hacer?

Pero por alguna razón el asunto no le acababa de gustar.

Mickey había estado muy callado. No sabía que pensar. A la escuela, como todo el mundo. Que normal se oía. Y que extraño al mismo tiempo.

-¿Al menos iríamos al mismo colegio?

-Depende.

-¿De qué?

-No tengo idea de cómo funciona todo esto, Mike.

Don asomó por fin la cara del cuarto. Se veía algo tenso. Cruzó la sala sin mirar a nadie, abrió la nevera, tomó un refresco helado y regresó como si tal cosa.

-¡Hey Don!

-¿Qué?

-¿Qué tanto haces?

-Trato de entrar a los registros… tiene muchos más frenos de los que creí…

-¿Y qué datos piensas poner…?

-No sé, ya veré lo que más nos convenga…

-¿Por ejemplo?

-Escolaridad completa, de acuerdo a nuestra edad. Domicilio anterior… ¿Qué les parece Carolina del norte?

-No… ¬¬U

-¿Arkansas?

-Peor… ¬¬U

-¿Connecticut?

-… Ya veremos eso, Don. Por ahora, trata de acceder¿Quieres?

-Está bien…

Entró a su habitación de nuevo. Pero más tardó en hacerlo que en volver a salir.

-¡YA ESTÁ¡LO TENGO!

-¿Lograste entrar?

-Tenemos acceso a todos los centros de información en el país.

-No puedo creerlo OoO

-Entonces entra y mira.

Todos se inclinaron sobre el PC, que tenía como veinte ventanas abiertas.

-¿Y esto?

-Aquí es donde debemos meter los datos… empezaré por ti, León. ¿Nombre?

-Leonardo Hamato, si me haces el favor ¬¬U.

-¿Edad?

-¿Porqué preguntas lo que ya sabes?

-Porque tienes todo tu futuro en las manos. Puedes ponerte o quitarte años, ponerte o quitarte parientes…

-Deja mi vida como está.

-OK… Leonardo Hamato… 18 años… género... masculino, espero que desees conservarlo…- Leo soltó un gruñido. -Padres… ¿qué nombre ponemos?

-Hamato Yoshi…

Todos se giraron para ver a su maestro, quien estaba asomado al cuarto y, por lo visto, había estado oyendo todo.

-El nombre de mi maestro Yoshi…

-Es una buena idea…- musitó Leonardo, quien estaba muy orgulloso de su apellido.

-Bien, maestro Splinter… ¿Madre?

Hubo un silencio sepulcral tras sus palabras, aunque un nombre revoloteaba por sus cabezas.

-¿Teng…?- sugirió Raph, por fin, rompiendo el mutismo.

-Yoshi y Teng Hamato… ¿Edades¿Cuántos años tiene, maestro Splinter?

La pregunta los agarró de sorpresa a todos. Splinter no tenía idea de su propia edad.

-De acuerdo, inventaré… ¿Y… nuestra supuesta madre…?

-Muerta. Es la verdad. - musitó Leonardo, aunque en seguida se dio cuenta de la inutilidad de una verdad entre todas aquellas mentiras…

-De acuerdo… Ay… ¿Escolaridad paterna?

-¿Para qué quiere el gobierno todos esos datos?

-No lo sé, yo no inventé esto ¬¬U

-Bien… ¿Estudios universitarios?

-No, porque entonces nos pide la cédula profesional y tendría que hacer otros mil movimientos para falsificar eso…

Splinter suspiró a sus espaldas.

-Digan otra verdad, hijos… Yo nunca fui a la escuela.

-No pienso poner eso, maestro Splinter. En fin… Carrera truncada en enseñanza de Educación Física¿Qué le parece?

Todos lo miraron medio raro. Ni siquiera sabían que eso era una carrera.

-¿Trabajo? Enseñanza de artes marciales, supongo… Esto es muy cansado… Lo bueno es que son casi los mismos datos para todos, somos hermanos… ¿Domicilio anterior?

-¿Para qué quieres eso?

-Para justificar en la dichosa "escuela" nuestra repentina llegada…

-¿Alcanzaste a oír la conversación?

-Por Dios, Leo, estaban gritando ¬¬U

-Bueno, bueno… podríamos decir que vivíamos de inquilinos en algún lado… ¿Qué te parece la dirección de la finca de la familia de Casey?

-Hm… Ya está. ¿Domicilio actual…?

-¿La casa de Abril…?

-Puede funcionar… ¿Estado civil?

-Soltero, por favor. Y así me pienso quedar un tiempo¿Eh?

-Eso dicen todos… ¿Fecha de nacimiento?

-Hmm… festejamos mi cumpleaños en Agosto… Aunque esa fecha sólo la puso el maestro Splinter aleatoriamente para distinguir nuestros cumpleaños…

-Da igual, funciona de todas maneras… Día diecisiete… ¿Lugar de nacimiento?

-Eh… New York, supongo…

-¿Estudios?

-No lo sé… ¿Qué se supone que has estudiado a los dieciocho años?

-A estas alturas del año escolar… Supongo que irías en tu último año de preparatoria, Leo… ¿Qué escuela pongo?

-¡Argh!

El agotador cuestionario se extendió largo tiempo inventando datos ó tratando de recordar otros.

-Gracias, chicos… Los demás puedo llenarlos por mi mismo, salvo que alguien desee hacer un cambio.

-No, todo está bien como está, supongo.

Mike y Raph abandonaron el cuarto en seguida, exasperados por tanto relajo. Leo y Splinter, con más calma, salieron tras ellos.

Donatello dio un largo trago a su bebida y soltó un suspiro.

-Veamos… aquí voy… nombre: Donatello S. Hamato…

------------------------

-No… ¡No puede ser, no me lo creo…!

-Pues, lo estás viendo, cara de accidente ¬¬

-¡Tiene que ser una broma!

-No, no lo es… ¡Y por favor, deja de gritar, Case…!

-¡Abril, si esto es una broma te juro que…!

Los chicos se miraron, algo abrumados. Sabían que iba a ser difícil darle la "buena nueva" a Casey, pero no imaginaron que tanto…

-Basta Case… considera que estás hablando con unos ex-tortugas mutantes que han viajado al espacio, a la prehistoria, que han salvado al mundo de un extraterrestre maligno y que han evitado una invasión a la tierra por parte de unos dinosaurios con trajes de poliestireno…

Casey soltó un suspiro.

-Genial… ¡Genial! A ver… si eres Raph¿Cuándo fue la última vez que hicimos fiesta los dos en mi casa?

-Hace dos semanas, exactamente… y por si quieres detalles, perdiste la partida de billar, te pusiste hasta las chanclas, maldijiste a tu madre y a la mía y acabaste vomitando en tu alfombra nueva los macarrones que hiciste para la cena…

-Eh… Sí eres Raph ¬¬U

-¿Ahora nos crees…?

Hubo un silencio.

-Supongo que lo haré… con ustedes uno se infarta cada tercer día… O.O

Raph soltó una risotada.

-Tu cara está para fotografía, Case…

-Ni hablar de la tuya… ¿Nadie te ha dicho que te veías mejor con la cara de rana que tenías antes?

-¡Mira al envidioso hablar!

-¿Envidia, de esa cara de chango extraviado?

-¡Mira quien habla, jeta de orangután en celo!

-¡Ojos de sapo!

-¡Hocico de pescado!

El resto de la comitiva giró los ojos y se desvió para otro lado.

-Será mejor dejarlos… Van a seguir así toda la tarde… -.-U

-------------------

Regresaron a su casa cansados… No les había gustado el "cuatro" que Abril les había tendido para "presentar" sus nuevos aspectos a Casey, durante una reunión en su casa. Además, para darles otra noticia shockeante. "¡Si tienen los documentos perfecto! Entonces estaría todo arreglado. Presentaré sus documentos el lunes por la mañana y ese mismo día entran al colegio…" "¿Qué, tan pronto?" "¡Oh, sí! Cuanto antes mejor…"

Era la hora de la merienda. Mickey sirvió la cena en los platos y se sentó a comer. Se sentía aún más hambriento de lo normal… Quizá su nuevo cuerpo consumía aún más energía que antes…

Don y Leo cenaron bien y animados. Pero Raph… a duras penas si le daba vueltas a la comida, con aspecto desganado…

-¿Qué sucede, Raph?

-No lo sé… No tengo hambre.

-¿Nervioso por lo de la escuela?

-Nah. Sólo… no me siento bien, es todo. Mejor me voy a descansar… nos vemos, chicos.

Sus hermanos lo despidieron con una seña y siguieron en lo suyo.

-¿Y a ese qué le pasa?- murmuró Mickey después de un rato.

-Bah, sólo ha de haber perdido la guerra de insultos con Case.

---------------------

Estoy casi muerta, pero terminé…