La peliplateada caminaba a un ritmo estándar rumbo a la habitación del cenizo con la misión de despertarlo, tarea encomendada por los que estaban en la sala presentes.

- ¿Po-porque yo? Me tomó por sorpresa el haberlos encontrado despiertos a todos, usualmente se despiertan mucho mas tarde que yo... Aquí hay algo extraño - se preguntaba mientras llegaba de a poco a su destino.

- Nunca estuve en la habitación de Asta - decía avergonzada - E-espera, si lo estuve, la vez que me trajo a dormir después de haber pasado toda la noche en ese sillón... - su rostro ardía al recordar e imaginar la escena en su cabeza.

- De todos modos, será mejor despertarlo, que extraño, el siempre suele levantarse antes que todos en la base aunque... Supongo que el hecho de que ayer haya hecho casi todo el trabajo tiene que ver con esto - decía algo culpable.

- ¡N-no es mi culpa! ¡Quién le manda a caer justo encima mío! - se excusaba - pero bueno si hubiese manejado bien... ¡Ahh! Ya pasó, ya pasó Noelle ya pasó.

La de coletas ya pisaba la zona del dormitorio de varones, avanzando de puerta en puerta por los cuartos de los demás toros negros se posicionó frente al del chico de bandana negra quien era dueño de sus pensamientos.

- Astaaaa - levantó su voz esperando una respuesta - ¿Asta? - le molestaba un poco no ser atendida - Ya es tarde, voy a entrar - dijo posicionando su mano en la manivela para girarla y acceder.

Entró, no encontró al cenizo como ella lo esperaba, la cama de Asta estaba desordenada, sus sábanas tiradas sobre ella sin doblés y algunas de sus ropas esparcidas por el lugar.

- ¿A-asta siempre fué tan desordenado? - se preguntaba ella después de ver la escena.

- Todo indica que se se levantó, seguro se fue a entrenar y dejó todo botado aquí - concluyó ella.

Estaba equivocada, ella no era la única en la habitación en esos momentos, 2 personas, una pelinegra avergonzada y un pelicenizo de igual manera se encontraban acurrucados en el diminuto espacio que se ubicaba detrás del armario, espacio que estaba fuera del campo de visión de Noelle en esos momentos.

Asta estaba sentado abrazando a Nero quien se encontraba de espaldas para que ambos cabieran en el lugar, los 2 estaban desnudos pues el acto de desesperación de querer esconderse no les dio tiempo de vestirse, aún así, la chica llevaba en ambas manos su vestido de pieza para intentar cubrirse.

- ¿Por qué tuvo que venir justo ahora? - se preguntaba Nero para si misma un poco frustrada - Justo hoy... Justo hoy... - desprendía pequeños sonidos de molestia.

Asta con su mano derecha le tapó la boca y la apegó mas a sí mismo causando el sonrojo de la pelinegra.

- No hagas bulla - susurraba el cenizo a la chica a través de su oreja causándole aún más estimulación pero ya que tenía la boca tapada no soltó ningún sonido.

- ¡Suéltame! - exclamó ella librándose y disminuyendo su voz a más no poder para que no llegue a oídos de la plateada.

- Idiota, harás que nos vea, si camina hacia aquí todo se acabó - susurró él.

Sus corazones latían rápido y sus rostros no dejaban el color rojo por la adrenalida que estaban sintiendo en el momento, Noelle seguía en el lugar examinando las paredes y el cuarto en general, pero si ella avanzaba un poco se encontraría con la escena que jamás hubiera deseado ver.

- Hummm, ¿Estará entrenando afuera? Es raro no escuchar los típicos ruidos que hace cuando hace planchas... En fin, volveré a la sala - pensó ella saliendo de una vez del cuarto.

Asta y Nero se mantuvieron en esa posición por unos cuantos segundos más para asegurarse, no querían salir de inmediato y correr el riesgo de que Noelle entre nuevamente y los encuentre. Aunque el rostro de Nero no mostraba una sonrisa se podía ver como estaba lleno de satisfacción.

- Ya puedes soltarme ¿Sabes? - dijo fríamente ella.

- Claro Claro - dijo obedeciendo de inmediato.

- Se sintió bien - susurró.

- ¿Eh? ¿Bien? Estuvimos cerca de comprometernos a una situación bastante problemática, que bueno que se fue, tuvimos bastante suerte.

- Claro claro - dijo en seco - bueno si quieres podemos se... - hablaba avergonzada.

- Deberíamos bajar.

- Esta bien.

Ambos se levantaron, su atención estuvo puesta al 100% en la situación ya pasada que tomaron por alto el hecho de que no llevaban nada puesto. Nero lo vió y se avergonzó, bajó su mirada para verse a sí misma y su rubor aumentó, extendió su vestido de pieza para cubrirse su entrepierna y sus pechos.

- Cierra los ojos - dijo con la mirada puesta en el cenizo, con sus labios inestables como si quisiera gritar de vergüenza y sus mejillas aún impregnadas del color carmesí.

Asta se dió cuenta también de su situación y con ambas manos se cubrió, seguido de eso cerró sus ojos obedeciendo a la pelinegra.

Ella corrió hacia la cama cubriéndose y vigilando que Asta no abriera los ojos, levantó las sábanas y recogió su ropa interior que afortunadamente llegó a esconderla antes de que la de coletas entrase.

- Puedes abrir los ojos - dijo una vez cambiada.

- Okey, pero tu cierra los tuyos.

Ella se tapo ambos y volteó para que él estuviera mas seguro.

- Cámbiate rápido, si te demoras mucho te interrogarán sobre tu paradero y tu no eres bueno respondiendo.

...

...

Ambos entraron por la puerta principal de la base.

- Aún no entiendo porqué me tiraste de la ventana - decía adolorido el de bandana.

- Noelle ya reviso tu cuarto y no te encontró, si bajas de ahí te llevaras unas cuantas preguntas.

- Oh, ya veo, ya veo - dijo haciendo una expresión de entendimiento.

Ella se convirtió en antiave para discimular mientras ambos entraban a la sala donde se encontraban todos.

- Ehh, mira resulta que si estaba entrenando, ahora págame - decía Magna a Vanessa mientras que ella le daba una bolsa con dinero.

Nero se convirtió nuevamente en humana.

- Asta-kun, Nero llegan justo a tiempo para desayunar - decía alegre Charmy mientras sus corderos cocineros preparaban la comida.

Ya todos permanecían sentados, habían 2 asientos disponibles entre Finral y Vanessa especialmente reservados para Asta y Noelle según el plan elaborado el día anterior.

- Toma asiento Asta - dijo Finral señalando el lugar donde iría Asta.

Él tomo asiento, solo faltaba que Noelle llegara para que se sentase en su lugar y cumplir uno de los objetivos del plan.

- No creí que Asta estuviera entrenando, Noelle debe estar por llegar después de todo el camino de aquí al cuarto de los varones es un poco largo - pensaba la pelirosa.

Grande fue su sorpresa que una vez terminada su oración volteó a ver a su costado y vió a la chica bajita de pelo negro sentada en el lugar que ella guardaba.

- Ne-nero ¿Po-porque te sentaste ahí? - preguntó ella.

- Pues para desayunar - respondió.

- Ahh cierto, ella no sabe de la reunión que tuvimos la tarde pasada - se mordía el dedo mientras veía como todos los demás también observaban sorprendidos el accionar de la pelinegra.

- Ne-nero-san aquí hay un asiento si-si gustas sentarte - decía la chica tímida cubriéndose el rostro con el objetivo de moverla del sitio.

- Estoy bien aquí, gracias - respondió agarrando el tazón con su desayuno.

Todos se mantuvieron en silencio y se resignaron, después de todo solo era una actividad de menor importancia que no obstruiría lo demás.

- Es muy raro chicos, no encontre a As... - decía Noelle ingresando a la sala - A-Asta - exclamó cuándo lo vió sentado - Co-como lo imaginé, estabas entrenando eh.

- Ehhh - respondió este.

Noelle tomó asiento a lado de Grey pues era el único disponible, se sentía raro pues ella siempre solía sentarse a lado de Asta pero esta vez Nero ocupó ese lugar.

"¡Itadakimasu!" Agradecieron todos antes de comer.

- Por cierto ¿Y el capitán Yami? - preguntó el cenizo.

- Ah, él fue a visitar al Rey Mago - respondió Finral.

- ¿Eh? ¿Por qué?

- Ni idea, en la mayoría de las veces no nos dice los motivos pero seguro es respecto a misiones y esas cosas.

- Ohhhh, ya veo.

Todos comían a su manera y con el típico bullicio que los identificaba como "La peor orden del Reino", algunos acompañaban su desayuno con bebidas, otros preferían doble ración y los demás simplemente un pequeño plato, aún así había excepciones, la integrante más callada de los toros negros estaba sentada ahí entre Vanessa y Asta, probando de a poco el plato servido por Charmy se undía en sus pensamientos.

- Noelle, Noelle, Noelle, Noelle, Noelle - pensaba ella.

- Es raro... Temía por si detectaba mi poder mágico, su maná sensorial no es muy bueno pero estabamos lo suficientemente cerca para que se le hiciera sencillo.

- A lo mejor al estar apegada a Asta su antimagia me rodeó y catalizó mi maná... - Se sonrojaba - Si, seguro es eso.

- Después de todo no nos descubrió, es algo bueno, pero... Me pregunto que hubiese pasado si... Ahh... - giraba su indice en la mesa.

No podía razonar bien, sus pensamientos seguían estancados en lo que pasó esa mañana e imaginando toda clase de posibilidades.

- ¿Qué pasa Nero? - la miraba Asta mientras se llevaba un vaso con agua a su boca.

Nero lo miró volteando su rostro por completo, se ruborizó, frunció un poco su ceño y giró nuevamente para quitarle la mirada.

- Sucede algo... ¿Verdad? - dijo él nervioso.

- No, nada - respondió ella sin tono expresivo.

Terminaron de desayunar, todos hacían expresiones de haber quedado satisfechos tirados en los sofás, la pelinegra posaba en los cabellos de Asta como siempre.

- Asta, Noelle, ¿Por qué no van a entrenar un poco afuera? - dijo Finral.

Con solo escuchar la palabra Asta adoptó una mirada brillante y la puso fija en Noelle, la misma se sonrojó por la atención tan inmediata de él.

- ¿Qui-quieres entrenar más? - Si que eres un plebeyo muy raro - dijo apartando su mirada - bu-bueno supongo que como parte de la realeza debo mantener contento a mis súbditos - se excusó.

- Espero que estés mejor preparada que la otra vez - dijo sonriente Asta.

- ¡Claro que lo estoy! La realeza siempre está lista - se tiró una coleta hacia atrás.

...

...

- Capitán Yami pidiendo misión grupal ¡Listo! - dijo Finral.

- Asta y Noelle afuera entrenando ¡Listo! - dijo Magna.

- Que Noelle y Asta se sienten juntos en el desayuno ¡No listo! - dijo Vanessa.

- Bueno, eso no es algo de suma importancia.

- Pla-plan de las chicas ¡Li-listo! - tartamudeó Grey.

- Ahhh... Plan de los chicos... ¿Oye tu delincuente, ya tenemos el plan? - decía de manera fría Gauche.

- ¡Que no soy un...!

- Cálmense Cálmense, nuestro plan aún está en desarrollo, pero bueno, no sera muy difícil.

- Bien - dijo la pelirosa.

- Comida de día de campo ¡En proceso! - dijo alegremente Charmy.

- ¡Bien Black Bulls! ¡Culminemos exitosamente esto! ¡Plan Hazquenoelleoastaseinvitenasalirparaquepuedanpasareldiajuntosmientrasnosotrosvamosdemision comienza ahora!