- ¡Noelle! ¡Noelle despierta! - gritaba Asta quien tenía entre sus brazos el cuerpo inconciente de su compañera.

- ¡Noelle!/¡Noelle-san!/¡Princesa! - gritaban los demás saliendo de su escondite.

- ¡¿Chi-chicos?! ¡¿Qué hacen aquí?! - preguntaba el cenizo.

- ¡Eso no importa ahora! ¡Dámela! - exclamó Vanessa preocupada tomando responsabilidad de la peliplateada - Su cabeza esta que arde... - dijo para si misma.

- Estás diciendo que... - intentaba hablar el castaño de prendas verdes.

- Tiene fiebre - culminó la pelinegra de cuernos simétricos - tiene sentido, la sentía un poco cansada estos últimos días.

- Yo también la sentí diferente - decía la pelirosa con preocupación - de todos modos hay que llevarla adentro, Finral - puso su mirada en el chico para que este abriera un portal y pudieran llegar a la base lo más rápido posible.

- Entiendo -dijo abriendo el camino de magia.

Todos cruzaron por el portal del senpai, Vanessa quien en estos momentos cargaba a Noelle apresuraba el paso para llegar a la sala de la base y recostar a su amiga en uno de los sofás. Charmy conocía su papel, nadie mejor que ella sabía lo que una buena comida podia influir en el recuperamiento de un enfermo por lo que se dirigió a la cocina a preparar algo ella misma mientras que los demás buscaron mantas y almohadas para acomodar a la paciente.

- ¿Alguna idea de porqué se enfermó? - preguntaba Vanessa mientras esperaba a que los demás vengan con las almohadas y mantas.

Nero solo plantó su mirada en Asta para de alguna manera hacerle recordar la causa de esto. El cenizo correspondió a la mirada y fortaleció sus sospechas pues el ya creía que su enfermedad se debía a aquella noche.

- Seguro la vez que se quedó hasta altas horas de la noche... - comenzó a hablar pero frenando por no saber como continuar.

- Ya veo, últimamente hace bastante frío por las noches, temía que esto pudiera pasar... - dijo Vanessa mirando a Asta - Ay amiga, ya habías conseguido salir con ese tonto y sucede esto... El mundo es tan injusto... - pensaba mirando a la de coletas.

- ¡Trajimos lo necesario! - dijeron los que fueron a buscar cosas para arroparla.

Cogieron las almohadas y las ubicaron como cabezera para la plateada, las mantas cubrieron su cuerpo de derecha a izquierda respectivamente.

Vanessa estaba preocupada por la situación de Noelle, con su palma tocó el frente de la chica, "No parece tener mucha fiebre", dijo aliviando un poco a los demás pero no a sí misma pues el plan de la cita seguía en marcha y no había manera de pararlo.

- Espero que el capitán Yami regrese y diga que le negaron la misión grupal - rogaba ella dentro de sí pues sentía preocupación por la joven Silva.

- ¡La sopa estará lista dentro de poco! -exclama a Charmy desde la cocina mientras que junto a sus corderos cocineros preparaban la mas exquisitas de las comidas.

La pelinegra junto al cenizo miraban parados al costado la situación de su amiga limitados a solo esperar su pronta recuperación, Nero de reojo veía como el chico de bandana mostraba preocupación por Noelle, "es algo normal" pensaba ella, "después de todo él es así, se preocupa mucho por sus compañeros, aveces demasiado" se decía.

- Si quieres puedo intentar calmar su enfermedad por un momento con mi magia de sellado - se dirigía Nero hacia Vanessa con la propuesta.

- Gracias Nero pero creo que es mejor así, después de todo tu magia de sellado solo la hará sentir mejor por un momento y después el malestar regresará de golpe - explicaba ella -aún asi, gracias.

- Entiendo -dijo con su tono característico.

Su corazón palpitaba tranquilamente mientras veía como Noelle estaba recostada.

- ¿Por qué estoy tranquila? -se preguntaba -¿Por qué mientras andaba escondida viendo a ese tonto pedirle una salida a Noelle mi corazón palpitaba rápido como si andara desesperada? -seguía su cuestionario.

- ¿Me siento mejor al saber... Que su cita no sucederá? -pensaba con un leve sentiniento de culpa -No, estoy tranquila porqué su fiebre no es alta, es por eso... Si... Debe ser eso... -juntaba sus manos y las ponía sobre su pecho para sentir sus latidos.

- ¿Hay algo que yo pueda hacer? -decía desesperado el cenizo.

- No te pre... -intentaba decir Vanessa -Digo... Puedes ir a ayudar a Charmy con la comida, después de todo, si te digo que no de todas maneras harás algo ¿Verdad? -dijo sonriente.

- ¡De inmediato! -dijo para salir corriendo rumbo a la cocina, los demás miembros presentes fueron también en esa dirección para apoyar en algo dejando el ambiente solo para la plateada, la pelirosa y la pelinegra.

- ¿Algo te preocupa verdad? -se dirigía Nero a Vanessa.

- Si... Te conté que mandamos al capitán a pedir una misión grupal ¿Verdad?

- Si.

- Pues el plan era ir todos menos Asta y Noelle ya que ellos tendrían su cita, cumplir la misión y regresar en la noche pero ahora... no se podrá hacer debido a esto -decía preocupada.

- Que mal momento... -se lamentaba.

- Si, pero bueno, ya surgirá otro momento para nuestra amiga -sonrió.

En eso la puerta era abierta de una patada, forma de entrar habitual para el mas fuerte de los caballeros mágicos de la orden, el mago hereje del reino.

- ¡Ya llegué! -decía imponente -Misión cumplida -se expresaba orgulloso.

- ¡Shhhhh! -le reclamaba silencio Vanessa mientras que Nero solo lo veía como siempre.

- ¿Qué sucede? -dijo para luego percatarse en la enferma -¿Qué le pasó a Noelle?

- Le agarró fiebre -dijo Vanessa sobándole la cabeza a la chica de coletas.

- Eso es malo, ¿Es mucho?.

- No en realidad, con correcto cuidado se recuperará e días -respondió Nero a la pregunta del capitán.

- Capitán... Respecto a la misión grupal... -insinuaba Vanessa esperando recibir una respuesta negativa.

- Oh, la conseguí -respondió este -Pero viendo la situación...

- ¿No puede cancelarla o posponerla? -seguía preguntando la pelirosa.

- Lamentablemente no, estas misiones son imposibles de negarse, sumándole a que yo fuí a pedirle al Rey Mago que nos la encomendase... Es muy difícil -culminó.

- Ya veo...

- ¡Capitán Yami! ¡Regresó! -decían todos viniendo de la cocina con platos y bandejas en manos, Charmy había terminado con su especialidad.

- ¿Y eso? -preguntó el capitán.

- Es para Noelle -respondió Charmy agarrando uno de los platos y poniéndolo frente a Noelle.

La peliplateada al oler el delicioso aroma de la comida de la mejor cocinera de la orden abrió sus ojos lentamente mientras miraba como todos sus compañeros de orden y su capitán le prestaban atención a ella.

- Noelle, te ayudaré -dijo Asta sujetándola de la espalda ayudándola a sentarse.

La de coletas lo miró y se enrojeció de golpe, le daba vergüenza ser vista por el cenizo luego de haber caído frente a él y no haberle dado una respuesta a su invitación. De inmediato ella oculto su rostro girando su cabeza y mirando hacia otro lado para no ser vista por él.

- No te preocupes Noelle, ten un poco de sopa, te ayudará -dijo la pequeña cocinera llevando una cuchara a la boca de la ojirosa.

- ¿Que me pasó? -dijo para inmediatamente después tomar la cucharada que le dió Charmy.

- Tienes fiebre, te desmayaste en el patio y te trajimos aquí -explicó Nero.

- Ya... ¿Es así? -dudaba ella.

- Debiste haber estado entrenando demasiado últimamente hasta llegar al punto de enfermarte por eso -dijo sujetándo un cigarro e ignorante de la verdadera razón.

- Capitán, no fume aquí porfavor -pedía Charmy.

- Oh perdón, saldré, oh y no olviden que dentro de poco partiremos -dijo marchándose de la sala.

- ¿Misión? -preguntó Noelle a la pelirosa captando su atención.

- No es algo de lo que debas preocuparte ahora -respondió ella con toni tranquilizante -Charmy, ¿Puedes llevarla al cuarto?

- Yo me encargo -dijo la cocinera generando nubes de algodón y subiendo cuidadosamente a Noelle en ellas.

- Todos los demás vayan preparándose para la misión grupal de la que habló el capitán -ordenó la pelirosa mientras se marchaba junto a la maga de Algodón y a la peliplateada.

Los demás obedecieron y cada uno se marchó a su habitación para organizar todo, las misiones grupales como su nombre indica se cumplían en equipos de mas de 7 magos capacitados, usualmente las encomendaban a órdenes completas y era imposible negarse pues eran de suma importancia, todos concientes de eso se apresuraron pues llegaba la hora, quedaron solo 2 personas en la sala de la base, el chico cenizo desinformado y la pelinegra que paraba en su mayoría de tiempo con él.

- ¿De qué misión hablaba el capitán Yami? Pensé que no tendríamos ni una en la tarde -preguntó.

- Es una que el capitán pidió ser encomendada a la orden -ella sucumbió ante la sinceridad.

- ¿Tendremos que ir todos? Noelle está enferma y...

- No te preocupes, ella no irá obviamente -dijo tranquilizando las cosas.

- Pero eso significa que se quedará sola, si le pasa algo yo... -se preocupaba el cenizo.

- Ahhh -Nero lo miraba y suspiraba -No te preocupes, tu te quedarás con ella -fue sincera nuevamente.

- ¿Eh? ¿A que te refieres? ¿No debo cumplir la misión?

- Ahhh, de todos modos el plan falló -dijo provocando la confusión de Asta -La verdad es que esta era una misión a la que todos iríamos para dejarlos a ustedes concentrados en su cita.

- ¿Es así? Pero... ¿Por qué harían eso? -seguía confundido el ojiverde.

- No me lo preguntes a mí, yo no planeé eso -decía serena.

- Entiendo... Daré mi mejor esfuerzo para cuidarla, después de todo... Fue mi culpa el que ella se enfermara... -dijo lo último en voz baja.

- Vaya, que bueno... -dijo Nero haciéndose notar una sonrisa en su rostro.

Ella estaba tranquila al ver la preocupación que tenía el chico a su costado por sus compañeros, sin duda su principal característica, aún así no pasaba por alto todas las veces que fue testigo de las noches que la hacían molestar, que la llenaban de sentimientos indeseados, frustración e importencia.

La pelinegra se culpaba por dudar de Asta justo después de prescenciar su sincero compromiso pero, quería estar segura, no quería ignorar sus sentimientos de duda ante una posible repetición de los acontecimientos que ya 2 veces había vivido y de la cual hiba a ser protagonista la noche anterior.

- Oye... Asta... -lo miró defrente con sus ojos rojos profundos.

- Dime -correspondió.

- Tu... -su rostro se enrojecía -espero que no se te ocurra... -cortaba el contacto visual -hacerle algo a Noelle -culminó con el rostro completamente inclinado hacia abajo.

- Ahhh... Nero -dijo colocando una de sus manos en su cabeza -ehh... Se que lo dices por las veces anteriores -se ruborizaba -pero te lo dije ¿Verdad? Jamás haría algo así con Noelle -culminó causando un rubor que no alcanzó a ver en la chica pájaro.

Nero sonrió aún con la cabeza inclinada al escuchar la respuesta que quería oír del muchacho, agarró la mano que Asta tenía en su cabeza y la frotó con su pelo un poco mas para después quitarla.

- Claro, perdón por eso -sonrió -después de todo yo también me quedaré contigo a cuidar de Noelle, así que te tendré vigilado -dijo llevando uno de sus dedos a la frente del cenizo para darle un pequeño golpe.

- Jajaja claro.

...

...

...

- Casi todo esta listo para partir, ¿Cómo se encuentra ella? -dijo Yami.

Vanessa se encontraba en el cuarto de Noelle después de que Charmy la trajera, Asta y Nero también se encontraban en el lugar pues vinieron después de conversar en la sala.

- Ah capitán, ella está estable, como le dije la fiebre no es mucho -decía viendo a Noelle recostada.

- Me alegro, bueno Asta ¿Estás seguro de poder cuidarla? Aún tomo en cuenta la opción de pedir a alguien de la casa Silva que venga para cuidarla.

- Él estará bien, después de todo yo también estaré aquí -dijo Nero causando la sorpresa de Vanessa y Yami.

- Ehh... ¿Nero? -dijo Vanessa.

- ¿Qué sucede?

- Tu no te quedarás aquí, vendrás con nosotros, después de todo estás en la lista de miembros participantes que le mandé al Rey Mago -dijo Yami sereno.

- ¿Eh? Pero... -decía ella desconcertada.

- Así es, solo Asta podrá quedarse a cuidarla -agregó la pelirosa.

- Quizá contabas con la ayuda de la chica pájaro, pero ya que sabes que ella no se quedará te preguntaré de nuevo ¿Estás seguro de poder cuidarla? -volvía a preguntar el capitán.

- Yo... ¡Si! ¡Claro que sí! -dijo poniendo su mano en su frente.

- Bueno, es hora de partir, llegaremos en la noche, asegúrate de hacer bien tu trabajo mocoso -dijo Yami abriendo la puerta y detrás de él Vanessa.

- Vamos Nero -Vanessa la sujetaba de la mano.

- Yo... Yo... Creo que sería bueno llamar a alguien de la casa Silva -comentó.

- No te preocupes, confiemos en Asta -sonrió y salió con ella cerrando la puerta.

Todos ya en la sala estaban preparados y listos para partir, una vez Vanessa y Yami llegaron los demás preguntaron por la situación de Noelle a lo que los 2 respondieron asertivamente, la misión grupal les tomaría unas 5 horas, eran las 2 por lo que retornarían a las 7, era mejor partir asi que todos montaron sus escobas mágicas pues Finral no conocía el lugar para abrir un portal.

En el segundo piso un chico de bandana negra miraba a través de la ventana como toda su orden partía alejándose más y más por el este mientras que detrás de él estaba tendida su compañera a la que debía cuidar.

- Estás despierta ¿Verdad? -dijo éste.

- S-si... - dijo enrojecida y cubriéndose medio rostro con la manta.

- No te preocuoes Noelle, no te pasará nada mientras yo esté aquí -sonrió Asta.

- A-a-ahhh -se cubría la cara con la manta esta vez por completo.

- ¿Que sucede? ¡¿E-estás peor?! - exclamaba preocupado.

- No-no es nada -seguía avergonzada la muchacha de coletas.

- ¿Estás bien? ¿Deseas algo? -preguntaba.

- Estoy bien no te preocupes -decía aún sin dirigirle la mirada por la vergüenza.

- ¿Segura? Agua, comida, viento... ¿Nada? -insistía.

- Qui-quizá tenga un poco de sed -dijo cayendo ante la perseverancia del cenizo.

- ¡Iré de inmediato a conseguirla! -partió en busca de un vaso.

La plateada ardía en calor tendida en la cama por la vergüenza que sentía y la ligera fiebre que tenía, el estar incapaz, ser cuidada por un chico y tenerlo en su cuarto era motivo suficiente para generar en ella otro desmayo pero no quería hacerlo.

- Ese tonto... -pidiéndome salir así de la nada... - se sonrojaba recordando la propuesta del cenizo.

- Si no me hubiera dado esta fiebre ahora estaría con él... Ahhhh calma Noelle... Calma... -intentaba tranquilizarse.

- Me pregunto si volverá a pedírmelo... -deseaba con todas sus fuerzas que sucediese otra ves.

- ¡Ya llegué! -entraba el cenizo de golpe sorprendiendo a Noelle.

- A-asta...

- Vamos siéntate, te daré de beber...

- ¡N-no seas tonto! ¡Puedo hacerlo sola! -dijo levantándose y sujetando lentamente el vaso.

Asta la miraba de cerca atento por si algo pasaba, tenía muy en claro su misión de cuidar a Noelle que no quería dejar pasar nada por alto.

- Oye... Estás... Muy cerca -decía ruborizaba y con la mirada puesta en otro lado.

- Oh perdón, continúa -se alejó.

Noelle se llevó el vaso a la boca para poder beber, "se siente bien ser cuidada por Asta.." pensaba, "Toda la atención para mi..." Seguía en sus fantasías.

- Ya terminé...

- ¡Bien! ¡Dámelo! ¡Lo lavaré! -exclamó avivado.

- Ten... Y no te preocupes... Tanto por mi...

- ¡Lo haré! Tengo la misión de cuidarte y lo haré hasta que los demás regresen -dijo decidido el ojiverde.

Noelle lo miró sorprendida y luego sonrió teniendo la cabeza inclinada.

- Pu-puedes hacer lo que quieras... -dijo con el afán de ocultar su felicidad y recostándose nuevamente.

...

...

...

La chica respiraba agitada, tenía sus manos puestas en la joya de su cuello que sujetaba su vestido blanco como si quisiera quitárselo, su cuerpo sudaba y su rostro estaba en un rojo carmesí intenso.

- Asta... Asta... -respiraba ella apresuradamente.

- ¡¿Qué sucede Noelle?! -se expresaba preocupado.

- Calor... Hace mucho... Calor...