*Minutos antes*

El joven cenizo avanzaba por los pasillos llevando el vaso de su compañera para ser lavado, debía encargarse de ella hasta que los demás miembros regresaran, estaba dispuesto a superar el reto, uno, por ser una responsabilidad confiada a él, y dos, la más importante, por que una preciada compañera estaba en malas condiciones.

- Debería llevar un tazón con agua y un trapo... -se decía a sí mismo mientras enguajaba el objeto de vidrio. -La hermana Lily siempre hacía eso cuando Yuno y yo nos enfermábamos -pensaba mientras agarraba el tazón y lo llenaba.

- Por suerte es una fiebre leve... Aún así podría empeorar si no se le trata bien, debo dar lo mejor de mí.

Al mismo tiempo en el cuarto de la paciente, Noelle estaba recostada de lado con una de las ventanas abiertas para que el viento ingresase, andaba cubierta por una delgada manta para no sobrecalentar su cuerpo pues esto solo empeoraría su estado.

- Hace calor... -susurraba ella. -Hace... mucho calor... -seguía -es el clima perfecto para una cita... la luz del sol en su punto y una leve brisa de verano...

- Tal vez si lo hubiera dicho antes... -se expresaba para si misma Noelle. -Desde la mañana seguida a esa noche sentía algunos malestares, no eran nada del otro mundo, pensé que pasarían rápido... Si no me hubiera afanado en ocultarlos... Quizá ahora estaría bien... -susurraba en su cabeza mientras un rubor se apoderaba de sus mejillas.

Algunas gotas de sudor aparecían en su frente mientras sus ojos eran sometidos al cansancio, Noelle volteó su cuerpo mirando hacia arriba a la vez que se destapaba media parte del cuerpo.

- ¿Por que... -suspiraba -Hace tanto calor? -Tengo ganas... Ah... de quitarme toda esta ropa... -deseaba ella.

Seguidamente con ambas manos sujetó el aro en su cuello que mantenía su vestido blanco de pieza afín a ella, "calor" dijo, "No puedo más" expresó.

- Asta... Asta... -respiraba ella apresuradamente.

El cenizo quien ya se encontraba en las puertas con el tazón de agua en manos pudo escuchar la suplica de la de coletas por lo que no lo pensó 2 veces y entró.

- ¡¿Qué sucede Noelle?! -decía preocupado.

Ella se percató de Asta con los ojos entrecerrados que tenía en esos momentos.

- Calor... Hace mucho... Calor... -decía mientras tenía su cara inpregnada de un rojo carmesí intenso.

*Ahora*

- ¡Está mucho peor que antes! -pensó para sí -¿Qué te sucedió?

- No lo sé, de la nada comenzé a sentirme así ahhh... Ah... -transpiraba exageradamente.

- !No te preocupes! -Dijo agarrando el trapo que traía y untándolo en agua -Esto debería funcionar.

El chico ojiverde estrujó el trapo para dejar escurrir el agua, rápidamente lo puso en la frente de la peliplateada para intentar calmar su fiebre pero de la manera mas delicada posible.

- ¿Cómo te sientes ahora? -preguntó mientras acomodaba la tela en su frente esperando recibir una respuesta que lo tranquilizara.

Él no veía un gran cambio en Noelle, ella seguía con las mejillas rojas, ojos cerrados, respiración agitada y con la temperatura corporal mucho mas alta que lo normal.

Rápidamente quitó la tela y la untó nuevamente para refrescarla y esperar su efectividad.

- No pasa nada... Esto debería calmarla un poco... -pensaba preocupado. -el clima tampoco ayuda, el sol es más fuerte que el viento que entra por la ventana... Piensa Asta piensa... Por una vez en tu vida ¡Piensa! -se presionaba.

- No puedo más... -decía la peliplateada mientras retiraba la joya dorada de su cuello -quiero quitarme todo... -transpiraba.

- Espera Noelle -decía ruborizado -no creo que esa sea la...

- No lo soporto ahh... Quiero... Tomar una ducha helada... -deseaba ella mientras comenzaba a quitarse el vestido blanco de pieza.

- ¡Eso es! ¡Nada mejor que una ducha para combatir el calor! -decía alegre pues había encontrado una solución. -Aún así... Una ducha fría no sería la mejor opción, su cuerpo sufriría un cambio de temperatura brusco y eso no sería bueno -dedujo.

- ¡Ya sé Noelle! -volteó para dirigirse a la chica para contarle su solución.

Ella se encontraba tendida en la cama con la manta que la cubría tirada en el suelo, sus manos se movían lentamente mientras se desvistía, había perdido cualquier sentido de vergüenza en esos momentos, el cenizo pudo ver como uno de sus pechos solo era cubierto por su tela rosa pues el vestido blanco ya había sido retirado en ese lado.

- ¡¿Qué estás...?! -Asta se ruborizaba y cerraba sus ojos mientras recogía la manta y la cubría. -¡Escucha! ¡Vamos al baño! ¡Tomarás una ducha! -exclamó aún con los ojos cerrados a la albina.

- ¿Ducha? Ahhh... Rápido... Hace... Ahh... Calor... -suspiraba ella.

El cenizo la ayudó a levantarse mientras luchaba consigo mismo para mantener ambos ojos cerrados, la mantuvo cubierta con la manta pues ella no estaba en las condiciones de vestirse y no era correcto que él lo haga.

"Su-súbete en mí" Asta se agachaba para llevar a Noelle en sus espaldas y reducirle el esfuerzo ya que el camino hacia la ducha de la base no era para nada corto.

Una vez la plateada ya reposaba en la espalda de su cuidador se aseguró de sujetarse bien a él causando el nerviosismo del cenizo, "bien.. aquí vamos.." dijo abriendo la puerta del cuarto y yendo con destino a la ducha de la base.

[...]

[...]

[...]

- No creo que esté bien estar aquí... -de culpaba.

Ambos habían llegado al dichoso salón de la base, Noelle se encontraba desnuda sentada en una pequeña banquilla de madera a la vez que se echaba pequeños chorros de agua al cuerpo para calmar la temperatura de su cuerpo, aún respiraba exageradamente y sus mejillas estaban mas rojas de lo habitual.

- Que fresco... -decía ella cada que el agua algo tibia tocaba sus brazos o su cintura.

Ella se sonrojaba y ocultaba su rostro, "¿Qué hace Asta aquí?", "¿Cuándo...?" "No importa..." se ruborizaba aún más.

Las palpitaciones de Asta hiban al doble de lo habitual y sus mejillas mostraban pequeños indicios de rubor, él se encontraba de espaldas obviamente respetando el estado de Noelle pero mentiría si dijera que no había una pequeña parte de él que deseaba voltear y apreciar la belleza femenina que desprendía la chica.

- No... -se decidió. -No-noelle, yo esperaré afuera -dijo levantándose listo para marcharse de la ducha.

"Espera", Noelle se levantaba del banquillo pero caía nuevamente debido a las pocas fuerzas que tenía.

Asta al verla no pudo evitar ir a su rescate, inconcientemente la tomó de su cintura y de una de sus manos, "¿Estás bien?" Dijo él preocupado.

Noelle miró su situación y como una de las manos del chico junto a ella posaban en un lugar prohibido para los hombres, "¿Que-que crees que tocas?" Se expresó ella adoptando un pequeño tono tsundere.

- ¡Pe-perdón! -dijo súper avergonzado quitando su mano de la cintura de ella dejándola caer. -¡Cuidado! la sujetó nuevamente de la cintura esta vez apegando su cuerpo al de ella.

Noelle solo lo miró enrojecida sin decir ni una palabra, "me va a matar..." Decía temeroso Asta al haber adoptado una posición mas indecente que la anterior.

Con su corazón palpitando a mil Asta acomodó a la plateada nuevamente en su banquillo sin mirar el cuerpo de ella.

- ¿Qui-quieres que me quede? -dijo el. -Puedo hacerlo pero vé a la bañera, aquí estas muy expuesta y... -se enrojecía.

- N-no te preocupes, estoy bien aquí... -ocultaba su rostro de la vergüenza -si quieres tu puedes ir... A la bañera... -propuso.

- Bueno, creo que está bien... -dijo él. -Cualquier problema me avisas para ayudarte.

- Ehh... -se avergonzaba.

- ¡N-no lo malentiendas! Me refiero a pasarte cosas, ese tipo de ayuda -se explicó.

- Bi-bien...

Asta se alejó de Noelle rumbo a la única bañera que tenían, apresuró a quitarse la ropa y entrar a la tibia agua que esta tenía.

- Ahhhh... -suspiró él. -Esta situación es mas complicada de lo que imaginé... Ojalá acabe rápido, por otra parte, que relajante se siente... -él sucumbía ante el placer que le generaba reposar en las tibias aguas.

Sus ojos estaban cerrados pues así disfrutaba más, el vapor que se generaba en la espaciosa habitación de los baños cubrían su torso desnudo y nublaban su vista impidiéndole ver más allá de 1 metro del lugar, "que tranquilidad..." Decía él.

Pasaron unos 3 minutos y su tranquilidad se hiba de a poco, "¿Por qué Noelle no me llamó?" "¿Estará todo bien?" Se dijo a sí mismo, estaba a punto de levantarse cuando el vapor de su alrededor empezó a moverse como si algo estuviese empujándolo o atravesándolo, con sus ojos pudo ver como una figura corporal femenina se acercaba dando pequeños pasos.

- ¡NO-NOELLE! -no pudo contener su asombro al ver como la menor de los Silva estaba parada frente a él con el cuerpo descubierto.

- ¡¿Que-que haces aquí?! -desviaba su mirada de la vergüenza.

- Yo... Cambié de opinión... -decía con un tono calmado y con los ojos entrecerrados. -Parece que te divertías, yo también quiero...

- ¡Cla-claro! ¡So-solo deja que salga y podrás...! -intentaba expresar el cenizo cuando sintió como algo hacía contacto con el agua y lograba ingresar.

Asta abrió sus ojos para ver, "¡E-espera!", Dijo al ver como Noelle metía un pie a la bañera con el afán de ingresar.

- ¡Primero saldré así que...!

La albina ya tenía ambos pies dentro de la bañera, se volteaba de espaldas hacia el cenizo y lentamente de agachaba para reposar junto a él.

Ante la escena el chico de bandana no pudo evitar exitarse y su entrepierna fue emisora de eso.

- ¡Maldición! -dijo cubriéndose con ambas manos su erección. -Si esto sigue asi...

La de coletas se agachaba cada vez más llegando a impactar su trasero con las manos de Asta que cubrían su erección obligándole a retirarlas.

- ¡Kya! -dijo ella dejándose caer por completo haciendo que chorros de agua salgan disparados de la bañera al sentir algo en su trasero.

- ¿E-estás exitado? -decía mientras dejaba reposar su espalda en los pechos del cenizo e intentaba conectar su mirada con la de él

- Pa-para nada... -desviaba su mirada. - Ma-mas bien, creo que debería irme de aquí, no... No es correcto esta situación.

- No te vayas... La bañera está fría y tu cuerpo esta... Caliente... -dijo adoptando un rubor intenso.

Esto provocó más la vergüenza del cenizo y la parte de él que deseaba a muerte quedarse ganó, así que se acomodó bien para servir de reposo a la plateada.

Pasaron los minutos y ambos se mantuvieron callados sin mirarse entre si, Asta se mantenía rígido pero con los ojos plantados en el hermoso cuerpo de Noelle frente a ella, sus manos querían explorar cada esquina, cada curba de ella, pero no podía, no quería aprovecharse de la situación.

- Me acomodaré un poco -dijo Asta moviendo su cuerpo con segundas intenciones.

- Oye... Que haces... -dijo cansada mientras sentía un roce de las manos de Asta en su cintura.

- ¡Pe-perdón!, Fue de casualidad...

Noelle acomodó la mano del cenizo entre su cintura, le causaba cosquillas pero más allá de eso, le hacía sentir bien.

- ¿Que estás...? -dijo el respondiendo a la situación.

- Siento frío aquí... -dijo ella girando su cabeza y reposándola en el hombro de Asta.

- Yo... Está... Bien...

El cenizo mantenía sus deseos sellados dentro de sí, él era capas de hacerlo, pero también era frágil ante cualquier impulso o empujón que alguien hiciera.

Aquella vez con Mimosa recibió el permiso de la chica para actuar, aún él resistiéndose; esas pequeñas palabras que le daban permiso fueron suficientes para que su deseos ocuparan control en él.

Asta subía sus manos tocando la cintura de Noelle para llegar hasta las bases de sus pechos.

- O-oye... -gemía ella silenciosamente pero sin actuar, gozaba de ello.

- Perdón... Pero...

El de bandana deslizaba sus dedos a través de sus pechos manoseándolos en el camino, eran suaves y hermosos como el de una chica perfecta, Noelle cerraba sus ojos y soltaba pequeños gemidos mientras el cenizo llegaba a sus pezones, él los estiraba ligeramente para no causar dolor el ella.

- Per...pervertido -gimió Noelle con ambas mejillas enrojecidas.

- ¿Dónde escuché eso antes...? -pensaba.

Noelle se retorcía de placer mientras el cenizo deslizaba ambas manos por su cintura y sus pechos, manoseándo sus pezones causaba el gemir de la muchacha.

Él se atrevió a más, con su índice y medio bajaba por su abdomen lentamente hasta llegar a su entrepierna "Oye" dijo Noelle tiernamente mientras cerraba sus ojos, "¿Pu-puedo?" Dijo él, "yo... Ahh... Haz lo que quieras" respondió ella.

Con el permiso ya dado expandía y contraía sus dedos para abrir y cerrar la entrada de la plateada, con su mano izquierda a la vez manoseaba sus pechos y con la derecha le daba placer en su parte más íntima.

La excitación de Asta no se hizo esperar, su miembro se erectó mucho más de lo que ya estaba rosando aún mas con el trasero de Noelle, ella ya no lo podía ignorar y se levantó de la bañera.

- A..Asta... -respiraba excitada abriendo sus piernas y dejándole ver todo. -Aquí... Hazlo...

El cenizo quedaba atónito ante el actuar de su compañera pero aceptó, después de todo el también estaba impaciente.

Noelle avanzaba hasta donde el chico estaba sentado, abría sus piernas y en cunclillas descendía de a poco hasta rozar su entrada con la punta del miembro de Asta.

- ¡Ay! -gemía ella cuando el miembro de Asta llegaba hasta su himen.

El cenizo posaba sus manos en su cintura y con delicadeza la impulsaba hacia abajo para que todo de él entrase en ella.

"ahhhh, ahhhhh ahhhhh" aumentaba la intensidad de sus gemidos, "A-asta..." Seguía mientras todo el miembro del cenizo lograba entrar.

La de coletas tenía ambas manos posadas en los pectorales del cenizo para apoyarse mientras que Asta pasaba sus manos de su cintura a su trasero.

- Ha..hazlo despacio... -decía con una mirada tierna la chica Silva.

Llevado por la líbido Asta levantaba el trasero de la chica para luego dejarlo caer despacio así causando el placer de ambos.

- Ahhhh... Ahhh... Ahhhh... Mas... Mas despacio... -gemía ella.

- Perdón... ahhhh... No puedo... -respondía él.

Noelle levantaba sus manos de los pectorales de Asta para dejar caer su cuerpo y apoyarlo por completo en él, sus suaves pechos rozaban con los del chico y sus brazos se entrelazaron a través de su cuello para sujetarlo más.

El agua se perturbaba cada que el trasero de la peliplateada salía y volvía a bajar para ser penetrada, los pechos de Noelle rebotaban impactando con los pectorales del chico causándole mas placer a este.

- Ahhh... Más... Sigue porfavor... Se siente muy bien... -decía ella hundida en el placer del momento.

- Tu también me haces sentir bien... Noelle... Ahhh... -aumentaba la fuerza de sus embestidas.

De repente el cenizo paró y con un brazo apegó a Noelle hacia él mientras que con el otro sujetaba su trasero para que este no perdiera su posición. Asta se ponía de pie y salía de la bañera pues el agua impedía que sus embestidas sean del todo placenteras.

Apegó a Noelle en una pared y sujetó con ambas manos sus piernas mientras que ella entrelazaba las suyas por su cuello, Asta empezó a moverse de a poco para luego seguir penetrando a un ritmo mayor la entrada de la Silva.

- Ahh... Ahhh... Se siente... Se siente... -decía ella.

- ¿Te gusta? -respiraba excitado.

- Se siente... Ahh... Muy raro... Me gusta... Sigue... Sigue... -respondía llena de líbido.

Noelle gemía de placer y muchos jugos se formaban en su boca, su cuerpo se calentaba y mas el vapor del lugar hacían que transpirara gotas por toda su piel.

Asta por su parte hacía su mejor esfuerzo en sus embestidas pues cada una de ellas le hacían sentir bien, aveces abría sus ojos y veía la expresión excitada pero tierna que hacía Noelle, nunca pensó hacerlo con una chica tan hermosa como ella, solo le quedaba disfrutar y dar lo mejor de sí.

- Extraño... Se siente muy extraño... Ahhh...

- Eres muy hermosa... Noelle... Ahhh...

El cenizo se apegaba cada vez más a ella para que la presión entre la pared y su cuerpo la sujetasen y dejaran sus manos libres para masajear sus pechos.

"Oye.. ahhh..." Gemía ella al ser aplastada por el cenizo.

El rostro de la muchacha estaba a centímetros de Asta, ella tenía su boca abierta y su lengua extendida producto de la excitación, era hermosa, Asta queria probar sus labios y hacerlos suyos de una vez, si su cuerpo ya estaba siendo probado por él, ¿Por qué sus labios no?

Se apegó a lamer su cuello mientras que sus manos dejaban sus pechos y se adentraban a explorar cada centímetro de la anatomía femenina de Noelle.

- Ahhhhh... Más... Se siente... Rico... -tenía la cara en rojo y sus ojos humedos.

El cenizo la sujetó del trasero y la bajó de a poco sentándola en el suelo, él se acomodó para seguir embistiéndola y darse placer mutuo.

- Ahhhh... Te... ¿Te gusta?... -decía él.

Noelle quedó algo sorprendida de la pregunta del cenizo, ella había entendido mal, había remplazado la "a" del final por una "o" convirtiéndola en una completamente diferente.

Le daba vergüenza, más vergüenza que estar haciéndolo con el chico que le gustaba, "Lo estamos haciendo.." "decirle un si... No es nada.." se dijo.

- ¿Te gusta Noelle? Ahhh... -redundaba en su pregunta.

- Ahhhh... S-si... Ahh... Mucho... Muchooo... -se sinceraba.

- A mi también... Ahhh... -dijo él.

La de coletas oculto su rostro de la vergüenza mientras era penetrada, no esperaba escuchar esa respuesta tan directa y mucho menos en estos momentos, ella siempre se lo imaginó estando en una cita a la luz de la luna o en las riveras del mar con la brisa meneando sus plateados cabellos.

- Noelle... Creo que... Ahhh... Voy a acabar... -Asta llegaba a su límite.

- Ahhh yo... También... Creo... Ahhh...

- No llevo condón... -pensó el. -¿Estará bien hacerlo dentro?

- Asta estoy por... Ahh... Ahh...

- Noelle... ¿Puedo venirme dentro? -preguntaba aumentando la velocidad de sus embestidas.

- ¿Eh? Ahh... Ahh... Hazlo... Ahhh -se sujetaba aún mas del cenizo.

- ¿Puedo... verdad? -pensó.

- ¡Ahí voy! -dijo Asta.

Un único gemido de la chica se apropiaba de la habitación de baño mientras sus fluidos salían, Asta había retirado su miembro antes de venirse dentro de Noelle a tiempo, pues sabía que se metería en muchos problemas si no lo hacía.

Los brazos de la chica estaban más sujetos al cenizo de lo que estaban mientras tenían sexo no dejando que este pueda librarse.

- Ehh... Noelle... Debemos cambiarnos, te recuerdo que ya deben estar por llegar los demás -le decía a la Silva.

- ¿Noelle? ¿Noelle? -se preocupada pues la chica no despertaba.

Ella había caído desmayada después de venirse, después de todo aún tenía fiebre y el calor del rose de sus cuerpos más el ambiente fueron suficientes para quitarle todas las fuerzas que tenía en el momento.

Por otro lado se pudo escuchar un piso abajo como las puertas generales de la base eran abiertas, los demás habían llegado de su misión.

- Diablo, no ahora, que pensarán si nos ven así... -decía Asta preocupado.

- Ella no despertará... Ni modo, tendré que llevarla...

Asta rápidamente limpio sus fluidos y los de ella y la cargó aún ella sujeta a sus hombros, dejó su ropa en el cuarto de baño pues no le daba tiempo a cambiarse y corrió hasta la habitación de Noelle para por lo menos vestirla.

- ¡Oye Nero! ¿Por qué tan deprisa? -decía una pelirosa a una chica de cuernos que apenas ingresar a la base subía las escaleras al segundo piso.

- ¡Que es esto! ¡¿Por qué las trampas de los cuartos de las mujeres está activo?! ¡Ahhh! No llegaré a tiempo... -decía.

Al instante escuchaba unas pisadas apresuradas que subían las escaleras, no le quedaba tiempo, debía ocultarse con ella ya.

- ¡Maldición! -entró a su cuarto y a un baúl que se encontrba ahí.

Asta abrió el baul de ropa que tenía, había espacio suficiente para 2 personas, él se acomodó para poder ingresar con Noelle pues los pasos del pasillo se escuchaban cada vez más fuertes.

Logró ingresar y acomodar a la plateada encima de él con sus pechos aún desnudos rozando sus pectorales.

- ¿Eh? Nero, ¿Buscas a Noelle verdad? Ella debe estar en su cuarto con Asta, recuerda que los dejamos ahí -decía la pelirosa quien había seguido a la chica bajita y de vestido negro.

Nero hizo caso omiso y abrió la puerta del cuarto que compartía con el chico de ropas azules.

- Maldición... ¿Que hace aquí? -el corazón le palpitaba a mil por segundo. -Por favor que no...

La pelinegra abrío el baúl de ropa de Asta viendo la escena del momento, su amiga de plateados cabellos desnuda encima del chico en el cual posaba en su cabeza cada que adquiría su otra forma.

Dentro de ella se formaba un mar de sentimientos mientras veía la cara impactada del chico sujetando a Noelle contra sí y de a poco inconcientemente sus ojos se volvían emisores de tales sentires.

Las rojas y profundas perlas de su rostro adquirieron un tono negro mientras se entrecerraban, los sentires que tenía no los podía expresar por completo con su mirada por lo que de su boca se escuchó una palabra que dejaban salir la mezcla de tales sentimientos.

- Mentiroso.