*Minutos antes*

-¿Eh? Nero, ¿Buscas a Noelle verdad?, Ella está en su cuarto con Asta, recuerda que los dejamos ahí -decía la chica de sombrero morado puntiagudo y rosados pelos persiguiendo a la chica bajita de cuernos quien subía apresurada.

«¿Tan preocupada está por ellos?» pensaba ella a la par que disminuía su velocidad, realmente la misión la había agotado. «O acaso estará... ¿Celosa?» cubría su pícara risa con una de sus manos, después de todo, ese pensamiento podría ser cierto, Nero acompañaba a Asta desde que entró a los Toros Negros y todo el tiempo que esta pasó junto a él podrían haber hecho que algunos sentimientos ocultos salgan a flote. Ella veía como la pelinegra entraba apresurada al cuarto del cenizo como si estuviese segura que ellos se encontraban ahí, eso era imposible según Vanessa.

«¿Eh? Nero, ¿Buscas a Noelle verdad?...» la de pelo corto escuchaba las palabras de Vanessa mientras apresuraba su paso. «No se por qué estoy tan desesperada» la voz opaca de su cabeza se hacía presente mientras se acercaba a la habitación que compartía con Asta, «¿Por qué estoy yendo a nuestra habitación?, Se supone que él se encuentra cuidándola en la suya ¿Verdad?» miles de interrogantes se hacían dueñas de su cabeza a la par que su mano tocaba el seguro de la puerta.

-Quizá deba tener más confianza en él... -dudaba antes de abrirla -Pero me dió motivos suficientes para no estar segura -seguía sumergida en sus pensamientos. -Aunque... si no pasó nada esta vez... si... él lo prometió después de todo -ella abrió la puerta de una vez por todas.

Todo estaba en orden, con sus ojos carmesí oscuro podía ver como el sol ocaso atravesaba la ventana e iluminaba los pequeños estantes, la mesa y lo más importante para ella, el lecho tendido y ordenado. «Todo... En orden...» pensaba alegre pero algo incrédula, una pequeña parte de su corazón aún la mantenían en guardia e impedían su completa tranquilidad, «¿Qué me pasa?, Aquí no pasó nada, él cumplió, él cumplió, Nero» intentaba convencerse.

Estaba dispuesta a marcharse para ver el estado de Noelle y felicitar a Asta por el esfuerzo en cuidarla pero un ruido casi inaudible obstaculizó su retiro.

Detuvo su andar, su corazón le comenzaba a pesar de repente ignorando ella la verdadera razón, volteaba nuevamente para darse cuenta de que ese ruido era emitido por el baúl en el cual su compañero guardaba su ropa. La expresión de su rostro se mantenía neutral mientras se dirigía al sitio, cada paso que daba incrementaban los latidos pesados de su corazón mientras intentaba autoconvencerse de no haber escuchado nada.

Ella abrió el baúl.

-Ahh... Que boba fui... -pensaba mientras que sus ojos plantados en la escena, matizaban de un rojo opaco a un negro noche.

Según su descripción, tenía frente a ella a un chico cuyo líbido había sido cumplido, cuya falacia había sido descubierta y cuya expresión facial era la más insoportable que había visto. La chica junto a él parecía dormida, la verdad, era lo que menos le importaba en el instante. Sus dientes se hacían notar como si estuvieran conteniendo palabras forradas de sentimientos, sus ojos se entrecerraban esta vez plantando su mirada en la del chico de bandana negra frente a él.

-Ne-Nero... -dijo este con la voz inestable y nerviosa.

Una palabra salió de su boca, una palabra que era la fusión de todas las que quería soltar.

-Mentiroso.

Una pelirosa entró de repente.

-Nero... Ahh... -suspiraba ella del cansancio -ya te dije que ellos no están aquí -levantaba la mirada para ver como la chica de cuernitos estaba estática frente a un baúl abierto.

Ella se acercó para prescenciar lo mismo que la pelinegra, quedó impactada, sus mejillas se enrojecían y sus ojos se abrían más de lo normal, «Chi-chicos ¿Qué están...?» salía una frase incompleta de su boca. Todos en la habitación se mantenían en silencio mientras que de a poco un fuerte bullicio se escuchaba en los pasillos. Vanessa salió repentinamente dejando solos a Nero, Asta y Noelle.

-¿Eh? ¿Vanessa? ¿Que haces en el cuarto de Asta? -decía el delincuente virgen quien venía acompañado de casi todos los miembros de la orden.

-¿Eh? ¿Yo? Nada de nada -intentaba ocultar las reacciones que tuvo al ver esa escena.

-¿Enserio? Bueno, apártate, queremos ver a Asta -dijo el chico.

-¿A-asta? Lo dejamos con Noelle en su cuarto ¿Verdad? -tartamudeaba ella.

-¡Oh, es cierto! -daba un golpe con su puño en una de sus manos -Bueno, entonces vayamos all...

-¡Espera! ¿Deben estar cansados no? Digo... La misión fue muy agotadora asi que... ¿Porqué no me dejan invitarles una de mis bebidas especiales? -proponía ella intentando manejar la situación.

-¡¿Enserio?! ¿Que dicen chicos? -volteó este para preguntar, no todos los días la mayor coleccionista de bebidas te invitaba a tomar una.

-¿Bebida? ¿Esa cosa pelea?/Me da igual/Bebida con amigos.../Be-bebida con los demás... Que-que vergüenza.../Humm... Está bien... -decían respectivamente Luck, Gauche, Gordon, Grey y al último con un poco de duda, Finral.

-¡E-entonces Vamos! -dijo Vanessa levantando un brazos con entusiasmo.

Todos bajaban ansiosos, Vanessa por su parte se quedó al final para desactivar las trampas que conducían al dormitorios de mujeres, era todo lo que podía hacer en esos momentos, todo dependería del cenizo y de la chica pelinegra que se quedó con ellos.

*Un día después*

-¿Lo hiciste con ella?

-N-no se a que te refieres -desviaba su mirada.

Un día había pasado desde aquel vergonzoso incidente del que solo 4 personas eran concientes, 2 actores y 2 espectadores. Vanessa, la chica que había sido la última en presenciar el escenario no durmió la noche anterior inquieta de la situación y creando miles de hipótesis en su cabeza. Solo una de ellas creía que había dado en el blanco, la del acto lascivo protagonizado por el cenizo y la plateada cuya acción había sido descubierta infraganti por la chica de cuernitos. «Qué incómoda es esta situación» pensaba ella frente al cenizo, al cual había llamado para corroborar su hipótesis.

-No es necesario ocultarlo Asta... -cerraba sus ojos -No te juzgaré ni nada, solo quiero saberlo para ver si puedo ayudar -ella era sincera.

-Pero... Yo... Yo no se que habla Va-vanessa-nesan -descendía su rostro mientras sus mejillas se ruborizaban.

-Ahhh... -tomaba aliento -Te estoy preguntando si tuviste sexo con Noelle -aprovechaba que no había nadie más en la sala, cerraba sus ojos para no hacer contacto visual y se enrojecía por la palabra obcena que había dicho, palabra que no quería decir pero que era necesaria para ir directo al grano.

-Ehh... eh... Eh.. -decía este desviando la mirada con el rubor un poco disminuído.

Ella lo miraba de reojo viendo su dudar, era obvio que lo había hecho, después de todo, ¿Que otro acto lo llevaría a esconderse de la vergüenza tan apresuradamente?

-Tomaré eso como un "si" -dijo después de un suspiro.

-¿S-se lo contarás a todos? -dijo nervioso.

-Claro que no -levantaba la mirada -estas cosas son muy personales, no tengo derecho a hacerlo pero... Quiero saber que pasó después, yo bajé con todos para que no los descubrieran pero Nero se quedó con ustedes un rato más.

-Ahh... Bu-bueno...

«Mentiroso» retumbaba en la cabeza de Asta.

-Ella se fue 2 minutos después, nada... Nada más.

-¿No pasó nada más? -preguntaba la pelirosa algo dudosa, sabía que Asta estaba diciendo la verdad hasta cierta parte pues ayer en la tarde mientras bebía con los demás pudo ver como la pelinegra poco tiempo después bajaba las gradas lentamente y con una semblante más apagada de lo usual.

Ella la había invitado a tomar un trago pero ella solamente la ignoró y salió de la base.

Por su parte, en la cabeza de Asta, pasaba la cinta de acontecimientos de la tarde anterior. Inmediatamente después de que la chica de cuernitos salía, él levantaba a Noelle cuidadosamente para echarla en su cama, se apresuraba a vestirse para llevarla cubierta por una manta a su habitación y buscar ropa nueva para ella, una ves vestida fué corriendo al baño para recoger las prendas sobrantes y ordenarlas para que no haya sospecha alguna, todo de una manera rápida. Una vez hecho todo esto él solo se quedó en la habitación de Noelle esperando a que todos suban y los encuentren tal cual los dejaron.

-Bueno, te creo -se resignaba Vanessa -pero... Tu sabes los problemas que pueden traer eso ¿Verdad? -lo miraba a los ojos ¿La dejaste embarazada?

-¿Ehh...? Cla-claro que no -sonaba sincero -me aseguré de que no pasara.

-Que bueno... Estarías en muchos problemas si la dejabas embarazada muchacho.

Ella no quería preguntar que medidas de protección había tomado pues no quería adentrarse más al tema.

-Y... ¿Cómo está Noelle? -preguntaba Asta.

-¿Noelle? Oh verdad, no la fuiste a ver después del incidente -dijo ella.

-Ella... Se... Se... -intentaba hablar el cenizo.

-Ahh... tranquilo -suspiraba -ella preguntaba por ti con una vergüenza no tan exagerada, basándonos en eso puedo decir que no se acuerda de nada, si fuese lo contrario se avergonzaría apenas escuchar tu nombre.

-Vaya, que alivio, no quisiera que las cosas entre nosotros se pongan incómodas -se tranquilizaba Asta.

-Bueno, de todos modos es mejor que hables con ella una vez se mejore.

-Y... ¿Co-contatle todo?

-No, no necesariamente -le salía una gota en la sien -me refiero a ser natural con ella, si actuas raro puede que ella se acuerde de todo y...

-Entiendo, Vanessa-nesan si eso es todo... Yo... -comenzaba a levantarse.

-Espera chico -lo sujetaba -no te olvides de la tercera persona que estaba contigo -lo dijo mirándolo a los ojos.

El cenizo tragó saliva y se sentó nuevamente recordando la mirada de desprecio de la chica bajita.

-¿Ne-nero?

-Si, ella, ¿Hablaste con ella después de eso? -preguntó.

-Lo hice esta mañana... Le quería preguntar porqué no había ido a dormir al cuarto pero...

-Oh si, esta mañana, los ví -recordaba.

«Oye Nero» se acercaba el muchacho a la pelinegra en la sala, Vanessa estaba sentada en el mueble tomando vino, «Sobre ayer... Digo... Esta noche, me preguntaba porque no viniste a dormir...» seguía el cenizo. «¿Será idiota? ¿Lo dice después de lo que pasó ayer? Puede que ella este...» pensaba Vanessa mientras miraba como Nero giraba para dirigirse a Asta. «No te importa» dijo ella en seco y con la mirada apagada que había adoptado sorprendiendo a la pelirosa y al cenizo.

-¿Después de eso no hablaron más? -preguntaba ella.

-N-no que yo recuerde...

-A ella le sucede algo -pensaba la pelirosa -Ella no reaccionaría así si no sintiera algo por este idiota, diría que la amistad es poco pues ella al parecer está molesta por ver eso... Quizá ella esté... Quizá le gusta... ¿Este tonto? -sacaba sus conclusiones. -¿Desde cuándo? Pero si es así... Tendría sentido el porque está actuando así... Supongo...

-¿Pasa algo Vanessa-nesan? -preguntaba confuso.

-Ah no, nada -salía de sus pensamientos -Pienso que deberías hablar con ella y arreglar las cosas, el ambiente en la base sería pesado si se mantienen así.

-Ti-tienes razón.

-Oh cierto, todo esto pasó porque Finral te llevó esa vez burdel ¿Verdad? -ella atacaba.

-¡¿EHHHHH?! -inclinaba su silla hacia atrás sorprendido.

-No tienes porqué sorprenderte, siempre supe que fueron a ese lugar, es algo habitual de Finral.

-No... -Vanessa prestaba atención mientras el cenizo agrupaba sus palabras -¡No es culpa de Finral-senpai! -dijo él. -Al final de cuentas, yo cedí, después de eso él no hizo nada más -desviaba su mirada mientras hablaba con convicción.

-Ahhh... -Suspiraba -entiendo entiendo. -Pero todo eso condujo a esto y... Creo que él debería tomar algo de responsabilidad, yo podría hacerlo pero... -se enrojecía -estos temas son muy vergonzosos para mí.

-¿A que se refiere Vanessa-nesan?

-Bueno -ella miraba a Asta -no tuvimos tiempo de contártelo pero el capitán Yami nos dijo durante la misión que tendríamos unos días de vacaciones en la playa, hablaré con Finral para que él pueda hablar contigo de esto, creo que será mejor así -seguía algo roja.

-Playa... -sus ojos brillaban de la emoción -E-entiendo -sacudía su cabeza para volver al tema. -¿Debería ver a Noelle? -preguntaba.

-Ya son las 6:30, puede que esté cansada, a lo mejor mañana se recupera y puedas hablar tranquilamente con ella -aconsejaba la bruja -por ahora creo que deberías ir a tu habitación o a entrenar.

-Entiendo.

Los rayos rojizos del sol que entraban por cada una de las ventanas de la base aclimatizaban el lugar tranquilo de una tarde de charla, el cenizo no había dormido bien la noche anterior pues su mente estaba plagada de los recuerdos de cuando fue descubierto, por la mañana ya había entrenado para relajarse así que lo único que le quedaba por hacer era dormir, esta vez lo suficiente para cumplir las tareas de mañana. Él se levantó de la silla para marcharse del salón y cuando estuvo a punto se hacerlo frente a él se encontró con una chica de cabello corto azulado y vestido de pieza que andaba entrando. Ambos se detuvieron de golpe, los ojos de la pelinegra eran cubiertos por el mechón de cabello que tenía y la luz del sol no era lo suficiente para iluminarla, ella inclinó más su cabeza y siguió avanzando para desviar al muchacho.

Vanessa los veía sorprendida por saber como terminaría esto, «¡¿Qué haces idiota?!» dijo cuando vió como Asta intentaba poner su mano en el hombro de la chica para que esta pueda prestarle atención.

-Nero espera, creo que debemos hablar -dijo este buscando conversación.

Nero giró su cuerpo que se encontraba de espaldas y con una de sus manos golpeó la del cenizo impidiento que este haga contacto con ella.

Su rostro aún era difícil de ver por la poca iluminación del lugar pero, él pudo ver como un delgado hilo de agua caía por su mejilla y era reflejado por un rayo de sol opaco.

-No te me acerques -dijo ella para después marcharse.

Asta quedó estupefacto en el lugar mientras la bajita seguía su camino. Vanessa había visto sorprendida todo, era cierto, uno de sus pensamientos se reforzaba más después de ver la escena, "Ella... Está celosa» pensó.

Pasaron las horas y todos fueron a dormir, Nero no fue a la ventana de Asta como solía hacerlo siempre, esta noche, sería como la anterior.