-¿Alguna vez estuvieron en un festival tan grande como éste? -preguntaba el cenizo que caminaba al centro de ellas mientras veía los faroles de los postes.

-Una vez de pequeña con mi familia, aunque fue rápido -respondía la joven de coletas.

-Juraría que fuí un par de veces, pero ahora mismo no recuerdo ninguna -decía la pequeña chica de cabello negro.

-¿Ni en tu forma de pájaro? -preguntaba el ojiverde.

-No que recuerde.

-Pues es un buen momento para hacer buenos recuerdos, lo más cercano que tuve a un festival fueron las fiestas de cambio de estación de Hage -compartía el cenizo.

-Eso es triste.

-¡Ahhh! ¡Miren! Son manzanas de caramelo ¿Quieren algunas? -dijo entusiasmado el jóven.

-Yo quiero una -respondíó la Silva.

-Está bien -siguió Nero.

Él fue corriendo al puesto mientras desataba la bolsa de dinero de su cinturón de cuero. Las calles cada vez se llenaban más por el llegar de muchos más ciudadanos que buscaban pasar bien la noche.

-Y bien, ¿Cómo le hicieron para limpiar todo? -preguntó la pelinegra causando la sorpresa y rubor de su compañera.

-¿A-A-A qué te refieres? -respondió la de morados ojos.

-Sabes a lo que me refiero, la mañana del día de ayer. Ví como quedó todo después de que se la pasarán toda la noche haciendo esas cosas, no parecía algo fácil de limpiar -decía de manera serena.

-Lo dices como si nosotros fuéramos los únicos que...

-No fuí yo la que me quedé 6 horas haciéndolo como si no hubiera un mañana.

-N-Nero... Deberías aprender a ser más discreta -decía Noelle con las mejillas rojas al escuchar lo directa que era la jovencita -Además, no me siento cómoda respondiéndote eso.

-Como sea... Pareciera que lo disfrutaron, ¿No?

-N-No preguntes eso... Además, aún estoy procesando el hecho de que sucedió... Encima entre los 4.

-Por cierto, ¿Me viste hacerlo con As...?

-Basta de preguntas -cerraba la de coletas gemelas.

-¡Hey! Pensé que las perdería, de la nada el número de personas aumentó por aquí -decía Asta mientras venía con las manzanas de caramelo -¿Por cierto, de que estaban hablando? Las ví conversar.

-De nada en especial -respondía la ojiroja.

-Curiosidades de Nero, n-nada en especial -dijo Noelle.

-Tengan -el cenizo estiraba sus manos para entregar los respectivos aperitivos.

-Gracias -dijeron ambas.

[...]

-Escuché que más tarde habría un espectáculo de fuegos artificiales -comentaba la pelinegra.

-Si, siempre los hay casi a medianoche -seguía Noelle.

-Ya veo -la ojiroja susurraba mientras daba una probada a su manjar.

-Por cierto, Mimosa dijo que vendría y se encontraría con nosotros -decía Noelle.

-¿Dijo eso? No lo sabía -se sorprendía Nero.

-Fue cuando... C-cuando no estabas...

-Ah, ya veo -daba otra probada.

Muchas eran las personas participantes del festival y aunque el mismo se extendía a través de varias calles, no había lugar despoblado. Los 3 jóvenes caminaban de manera pacífica superficialmente visitando puestos de comida y juegos en los que participaban contentos. Asta se emocionaba más por la gran variedad que presentaba el festival, Noelle por la música y bocadillos ligeros de la misma y Nero... Ella solo los seguía vigilantes, aunque también se la pasaba bien cuando veía fracasar al cenizo quien alegremente probaba los clásicos juegos trampa del festival.

-Prueba a hacerlo tú, Nero -rechistaba Asta.

-No seas tonto, no gastaré mi dinero en estas cosas -dijo ella fríamente.

-Usa el mío, verás que son difíciles.

-Ah... -suspiraba -no es que lo sean, simplemente son imposibles -Nero accedía.

...

-¡Ah, señorita! ¡F-Felicidades! Es de las pocas personas que logra darle en el blanco hahaha -se reía el jefe de la atracción al ver el logro de la joven de cuernitos.

-Ah, estuvo fácil -dijo -quizá sea buena en esto -sonreía.

-Es sorprendente que seas de las pocas personas que ganaron -decía el cenizo mientras caminaba junto a la pelinegra que llevaba su premio entre brazos.

-Noté los nervios del señor cuando me felicitó, de seguro esaba seguro de que su trampa funcionaría.

-¿Pero lo ganaste, no? Es lo que importa.

-Si, supongo.

-¡Bakasta, Nero! -Noelle se acercaba de a lejos -encontré la zona de postres del que les hablaba.

Al llegar, no pudo ignorar el peluche que la más pequeña de los 3 llevaba, ella no lo traía al inicio, lo que significaba que lo obtuvo como premio o se le fue obsequiado. Además, ambos andaban pegados lo que los hacía ver cómo más que amigos.

-¿Y-y ese peluche?

-Ah, ¿Este? -ella lo sostenía provocativa.

-C-como sea, mejor vayamos a la zona de postres antes de que se aglomere -deviaba Noelle sus ojos mientras tenía las mejillas rojas.

Ambos caminaron a paso normal mientras apreciaban la atrayente iluminación de las ferias montada y el cielo estrellado que prometía pronto convertirse en un mar de colores luminosos.

Apenas llegar vieron bastantes mesas llenas de bocadillos distribuidos en platos que rogaban por una probada, los 3 accedieron a muchas de ellas. Caminando más allá se encontraron con bebidas y dulces que probaron igualmente mientras el lugar se llenaban de más personas.

-H-Hola Asta... -una joven de rojo cabello saludaba en uno de los puestos que visitaban los 3 muchachos.

-Oh, Rebecca... -respondía el de bandana negra al llamado.

-Ah, es Rebecca -seguía Noelle quien también notó a la muchacha.

-Vaya, ¿Ella seguía en el fic? -Nero por su parte de guardo las palabras para si misma.

Un silencio incómodo surgió entre los 4, Noelle sospechaba lo suyo mientras que Nero sabía a qué se debía después de recordar la primera vez que fue testigo de lo que ahora se le hacía común.

-¿S-Son tus citas? -preguntaba la chica peliroja viendo a las jóvenes de yukata.

-Ah, n-no lo son, solamente vinimos juntos a pasear por el festival -respondía el cenizo.

-Esas son citas, tonto -susurraba Nero con un tono que se pueda escuchar.

-Eh, pues... Supongo que sí.

-Ehhh... Me alegro mucho por tí, se ve que se la están pasando genial -decía ella sincera.

-R-Rebecca... Respecto a aquella vez... -Asta comenzaba a hablar.

Nero sobresaltó al ver la estupidez del chico al querer tocar un tema como ese en este lugar, cabía la posibilidad de que él no fuera a hablar de eso pero era imposible que no fuese así, quería hacer algo para evitarlo pero sabía que su cuerpo no reaccionaría a tiempo, para su suerte fue otra quien actuó.

Rebecca jaló del cuello al muchacho bruscamente acercándolo hacía ella y cortando su diálogo.

-N-No te preocupes por eso, si piensas que estoy enojada o algo así, piensas mal -dijo susurrante y nerviosa.

-Ah... Y-yo...

-Está bien, no digas nada, aquella vez se sintió genial y... si quieres repetirlo... -sus mejillas se enrojecían.

-Cuidado, si te inclinas tanto puede que te caigas, ¿No, Noelle? -dijo Nero mientras tomaba al chico del cuello y lo jalaba nuevamente hacia atrás.

-S-sí -respondíó Noelle quien estaba un poco sorprendida por el atrevimiento de la peliroja.

-Será mejor que nos vayamos, pronto todo se llenará y aún nos falta pasar por los demás sectores del festival -la chica de cuernitos se alejaba dejando atrás a la peliroja mientras jalaba al muchacho de la camisa.

-¿Y bien? ¿Cuándo lo harán de nuevo? -preguntaba con la cara claramente de enojo.

-Eh...

-¿Sobre qué estaban hablando? -preguntó Noelle quien los seguía.

-De nada en espe...

-¡Asta-san! ¡Noelle-san! ¡Nero-san! -a lo lejos una joven vestida de yukata rosa se acercaba apresurada.

-Ah, Mimosa, ya me preguntaba dónde era que estabas -decía la Silva al ver a su prima.

-Hehe, perdón, tardé más de lo que pensé arreglándome -ella ondulaba su cabello -que tal, Asta-san, ¿Q-qué te parece mi yukata?

-Hola Mimosa -él levantaba la mano -te ves genial.

-Gracias -ella sonreía -ah, Nero-san tu también te ves bien.

-Gracias -respondía en seco al cumplido.

-¿Qué tienen planeado para hacer hoy? -preguntaba la pelinaranja.

-Recorrer la mayor parte del festival y ver los fuegos artificiales, supongo -comentaba Noelle.

-Oh, ya veo, ¿Nada más?

-Hummm, no, después de eso regresaremos a la base y nos prepararemos para partir al Reino Corazón, ¿Recuerdas?

-Ah, es cierto -ella se sorprendía -últimamente pasaron muchas cosas que casi se me olvida -se rascaba el mentón.

-Últimamente eh... -susurraba la pelinegra.

-Pero bueno, los fuegos artificiales comenzarán en menos de una hora, será mejor que dejemos de hablar si queremos recorrer la mayor parte del festival -compartía Noelle.

-Tienes razón, podemos comenzar con la sección de juegos, después de todo Mimosa aún no pasó por ahí -comentaba Asta.

Y así los jóvenes se abrieron paso entre la ya considerable multitud de personas que estaban presentes en el lugar, muchas de ellas en pareja o en grupos de amigos que buscaban pasarla bien. Los puestos eran de gran diversidad y solo bastaba con probar uno para caer en un gran círculo visioso que no te llevaría a parar pronto. Entre sus caminatas y en un acto de curiosidad y pequeños celos de los demás, Mimosa tomó a Asta del brazo para apegarse a él, el chico lo tomo sorprendido pero no actuó en consecuencia, mientras que la pelinegra y peliplateada al verlo desviaron sus miradas en un acto de desapruebo y vergüenza.

Ella no sabía cómo, pero tras un buen par de minutos también quedó sujeta a su firme brazo, quizá haya sido por azares del destino o por la conveniente multitud de personas que en ese momento imposibilitaban un tránsito cómodo, pero lo había hecho.

En la mente del muchacho pasaban un millón de pensamientos, pero ninguno era tan grande como el sentimiento de extraña comodidad que sentía al ser escoltado por sus bellas compañeras, también sabía que parte de esa comodidad reposaba en todas las experiencias que habían pasado juntos pues antes de eso, no sentía nerviosismo al acercarse. El nerviosismo incrementó cuando sin siquiera verla, sentía como la mirada penetrante de su cercana tercera amiga estaba plantada en él, Asta sabía la razón pero tomó la decisión de respirar profundo e intentar ignorarlo.

Los minutos pasaban y cada vez faltaba menos para la cúspide del festival, el grupo de cercanos amigos seguían recorriendo las ferias acumulando recuerdos divertidos y tranquilidad antes de lo que sería su travesía al Reino Corazón para someterse a un entrenamiento para su futuro. Lamentablemente para ellos, como si fuera un cliché de festival, la gran multitud de personas que iba apresurada hacía una dirección, terminó por separarlos bruscamente en una típica escena de brazos extendidos.

El cenizo al salir del alboroto, no supo identificar el lugar en el que estaba ya que todos se parecían entre si, lo que sí pudo identificar fue una jovencita de rosados cabellos y adorno de rosas un poco más alta a él a unos pocos metros frente suyo. Ella se acercaba con un caminar lento de saltos juguetones y manos ocultas en su cintura posterior hasta quedar frente suyo.

-Ah, no esperaba verte aquí, Asta.

-¿F-Fana-san? -decía el cenizo confundido.

-Si, soy Fana -ella sonreía -es una coincidencia que nos encontraramos aquí -se daba la vuelta.

-Si, lo es, no pensé que seguirías en la ciudad.

-Si, respecto a eso -ella planeaba ir al grano -la verdad, Vetto y Ryah-san encontraron un lugar donde quedarnos y partiremos está misma noche.

-E-eso es bueno.

-Si... -se armaba de valor -¿Recuerdas lo que te dije aquella vez que te ví en la Capital?

-Ahh... Creo que sí... Lo recuerdo -se rascaba la mejilla.

-¿Qué piensas? -preguntó.

-La verdad, no lo sé.

-Yo tampoco lo sé, responde por mí por favor -pensaba ella.

-Me quedé sorprendido cuando lo dijiste, no pensé que sentías eso hehe.

-Yo tampoco se si lo siento, ahhh... Quizá fue solo una simple ilusión que llegó hasta ahí, quizá sea mejor... -pensaba ella -así que no sentiste nada especial, ¿No?

-N-No que recuerde -él dudaba en decir esas palabras.

-Si, el no siente nada, solo fue algo pasajero -Verás, Asta... -aquella muchacha paraba.

-Un momento, esto no tiene porqué decidirse aquí, a pesar de que me vaya, eso no quiere decir que todo acabé aquí, tal vez en un futuro pueda suceder -se hablaba a sí misma.

-¿Fana-san?

-Quizá no nos veamos por un tiempo, aún así, piensa en lo que dije, o no, mejor olvídalo, si, olvídalo y vuelvelo a pensar si es que nos vemos nuevamente -sentenció ella.

-¿E-Eh?

-Ahhhh, no dije nada -ella respiraba profundamente -solo mantente puro por si nos encontramos más adelante y comienzo a sentir algo, ¿Okey? Bien, me voy, perdón por hacerte perder el tiempo -agradecía con sus manos.

Él no sabía lo que había pasado, todo había sido muy rápido y muy inentendible para alguien como él y de seguro para todo aquel que le tocase escuchar lo mismo, aún así se alegró por ella y su nueva vida y de centró en lo suyo. El reloj marcaba la hora cerca a los fuegos artificiales y sus compañeras no estaban a lado suyo. Corrió por las aglomeradas calles viendo hacia todos lados y de vez en cuando gritando el nombre de las 3, aveces pensaba en simplemente quedarse esperando en el lugar por si ellas pasaban pero no sé sentía cómodo esperando sin hacer nada.

Algunos minutos pasaron y el primer silbato sonó en el cielo estallando luces de colores en forma de estrella, aquello para su suerte hizo que las personas se ordenaran dejando un camino fácil para él de avanzar.

El espectáculo iba a la mitad tras unos minutos y aún no las encontraba, sus piernas avanzaban automáticamente sin pararse a pensar en una nueva estrategia para encontrarlas, una que quizá le sea más efectiva. Para su suerte chocó con alguien cercano a su tamaño, ambos se tocaron la cabeza del dolor y se vieron a los ojos.

-¡Nero! -sonrió Asta al ver a la joven.

-A-Asta... Así que aquí estabas -actuaba intentando ocultar el cansancio que sentía probablemente por correr bastante.

-Me alegra encontrarte, pensé que no lo haría hasta que todo esto acabé -él se abalanzaba para abrazarla ocultando la sonrojada cara de la chica de ojos rojos en su pecho.

-Si, igualmente -susurraba ella.

-Por cierto, ¿No viste a las demás?

-Ah si, vienen tras de mí, se atrasaron corriendo -dijo ella.

Las demás chicas vinieron alegrándose del reencuentro y aún más al ver que se encontraban en un perfecto lugar para ver lo que quedaba del luminosos festival de fuegos artificiales. Después de eso aquella noche acabó y el comienzo de su entrenamiento en el reino corazón de acercaba.