En una sala de mediano tamaño adornada por mesas y sofás de calidad real, cuadros y lámparas resaltantes puestos en las paredes y techo del salón. El compás del ruido de los zapatos estilo sandalia de una chica resonaba en los ceramicados pisos. Eran apenas las horas medias de la mañana, cuando ella y su compañera, una jovencita delgada de negros cabellos, caminaban por los pasillos rumbo a la cocina a desayunar, después de haberse levantado tarde un día de descanso. El camino que recorrían siempre pasaba por el salón el cual era un lugar extra, aparte de los dormitorios, para pasar el rato. Casi nadie lo usaba, por lo que era un lugar de completa tranquilidad; motivos por el cual les sorprendió para mal el hecho de encontrar a sus otros 2 compañeros, haciendo los actos más indebidos en el sitio.
Sin la más mínima vergüenza o pudor, tenían sexo revolcándose entre los suaves colchones del sofá sin ser concientes de que el lugar era uno abierto, y no privado como debería ser los sitios donde se hacían estas cosas.
El shock la mantuvo prescenciando la obcena escena por un par de segundos, cuando en un estallido de molestia, «¡Oigan, ustedes dos!», fueron las palabras que hicieron notar su prescencia a los apasionados amantes que llenos de vergüenza, buscaron sus ropas y se vistieron lo más rápido posible.
Los 4 estaban sentados, Mimosa avergonzada por ser vista en una pose tan atrevida, haciendo relucir su bien formado cuerpo, Asta avergonzado también, pero con una expresion que reflejaba su cansancio por la repetición de los hechos, Noelle sonrojada e incómoda de estar frente a los atrevidos actores y Nero, quien en silencio, expresaba todo sus sentimientos en una expresión desconcertada e ignorante de lo que había acabado de ver.
-Ustedes... -resoplaba -quiero creer que tienen una explicación para esto, aunque es más que obvio que es imposible tenerla... -recitaba Noelle incómoda.
-Y-yo... S-se supone que no debían estar despiertas tan temprano -decía Mimosa con un tono nervioso.
-Desvergonzados... Y tú, se que no eres un completo inocente, Asta.
Noelle fijaba su mirada incómoda.
-P-perdón... -soltaba Asta a leve tono, deseando salir de ese lugar de inmediato.
-Nero, diles algo.
Decía Noelle a una pelinegra desconcertada y con sentimientos confusos.
-Mal... Hacerlo... Mal... -soltaba con irregulares y serias palabras.
-Olvidemos esto ya -exclamó Mimosa -solo queríamos divertirnos un poco esta mañana.
-Ehhh, hay otras formas mucho más correctas de divertirse, ¿No crees?
-Dices eso, pero la otra vez te encerrarse con Asta para hacer sus cosas en un cuarto del baño de chicas mientras todas aún lo usábamos... -soltaba algo serena y conectando una discreta mirada.
-E-Eh... D-De q-que hablas... -tartamudeaba la plateada -¿N-Nero?
La pequeña chica de vestido negro plantaba sus carmesís ojos en ella, claramente sorprendida, aunque no mostrandolo en su rostro, y con una expresión de seriedad fulminante.
-¿Qué tienes para decir frente a eso, p-prima? -decía Mimosa avergonzada viendo a Noelle en el mismo estado.
[...]
-¿E-en serio?... -decía Mimosa un poco decayente.
-Si, el rey mago pidió que por lo menos un representante presente informes de manera prescencial en una reunión el día de mañana, uno de cada orden presente aquí -explicó Nero seria.
Ella se giró a ver a Asta.
-Estuviste muy callado desde hace rato -pronunció.
-Yo puedo ir en nombre de la orden -dijo de golpe el cenizo.
-Humm... ¿Acaso quieres ir con Mimosa?
-¿Eh?
-Después de todo, ella es la única del Amanecer Dorado en este Reino, está obligada a ir.
-No sería un problema.
Nero cerró un poco más sus ojos y frunció un tanto sus ceños.
-Haz lo que quieras.
-¡Definitivamente no! -exclamó Noelle -Creo que esta mañana es prueba suficiente de lo que puede pasar si ustedes se quedan solos... -dijo sonrojada -además, aún no sabemos dónde estaban la noche que no regresaron a los cuartos.
-No es difícil adivinar -la pelinegra miraba a otro lado.
Pasó un breve silencio.
-Aquella noche... -Asta se rascaba la cabeza mientras bajaba la mirada.
Rápidamente la Vermillion cubrió su boca mientras negaba con su cabeza, también avergonzada.
-Son unos desvergonzados... -pronunció en voz baja y con mirada de desestimación la plateada.
-¿Y quién irá de ustedes? -preguntó Mimosa.
-Yo -respondío Nero -debido a qué somos la mayoría lo sorteamos y... Me tocó a mí.
-Ehhh... No pareces emocionada...
-De que hablas... Ando muy emocionada.
-¿Cuándo partiremos?
-Dentro de media hora.
-¡¿Eh?! ¿Y por qué no me avisaron antes?
-Lo íbamos a hacer ayer por la noche, pero no te encontrábamos, tampoco a Asta, Dios sabrá dónde estuvieron.
-Esta vez no es lo que ustedes piensan, la Reina nos pidió ayuda con algo.
-Si si si, entiendo. Prepárense -ordenó Noelle - Finral está preparando los portales.
Ambas, desganadas, caminaron a sus cuartos. Tras 30 minutos, volvieron.
Rápidamente y sin pensarlo, una de ellas se acercó al chico que esperaba para despedirlas, y tras un acercamiento, juntó sus labios formando un beso que duró unos segundos.
-Volveré dentro de un santiamén -sonrió ella, tomando sus maletas y queriendo marcharse sino fuera porque Noelle la sujetaba de un hombro.
-¿Y-Y eso? -dijo.
-Un beso -respondió.
-Sé lo que es pero... Ahhh... -retorcía un poco su cuerpo -Okey, no se de que me sorprendo si después de todo hacen cosas peores... Váyanse ya.
Mimosa y Nero caminaron a la puerta, pero esta última se detuvo antes de salir, dió unos pasos tranquilos hasta posicionarse frente al cenizo y elevó un poco su cara para disminuir la diminuta altura que los diferenciaba.
Claramente esperaba algo, esto lo pensaban los 3 restantes de la habitación con solo verla. Nunca dejaban de sorprenderles esos actuales tan atrevidos viniendo de una chica tan serena como Nero, tanto que el ambiente se quedó en silencio.
-Nero... -dijo Asta en voz baja.
Ella lo miraba con sus profundos ojos.
-En otras circunstancias ya me hubieras sujetado y hecho conmigo lo que quisieras.
-O-Oye... -él chico se sobresaltaba y posaba sus gruesas manos sobre los hombros de la joven.
-Si, justo así -dijo acompañada de un leve sonrojo.
-¿Q-Quieres un beso?
-No lo sé -dijo acercándose y cerrando ambos ojos.
Tras estar a centímetros de sus labios, ella se sonrojó y alejó al chico con un suave empuje.
-V-voltéense -dijo con la mirada baja a las otras chicas, que avergonzadas, estaban observando.
-Y-yo también tengo vergüenza... -dijo en una mezcla de serenidad y nerviosismo.
Mimosa y Noelle voltearon, respetandola, después de todo Nero era diferente, sabían que a ella le gustaba hacer este tipo de cosas en un entorno privado, a diferencia de Mimosa quien era la más abierta en estos temas y Noelle, que se mantenía un un término medio entre ambas.
Tras estar segura, Nero se acercó nuevamente y hundió sus labios con los de su amante, durando unos segundos pero disfrutandolo cada uno de ellos.
-Volveré, y espero no hagas nada raro. -dijo ella.
-¿Raro?
-Sabes a lo que me refiero.
-Solo estarán un día, estaremos ocupados entrenado -dijo Asta.
-Hum -soltó una leve sonrisa para después volver a su expresión sería -ni tu te lo crees, seguramente cuando volvamos tu y Noelle habrán tenido sexo, y de seguro un montón.
Asta la miró con incomodidad y nervios.
-No lo niegas. Bueno, ya que, por lo menos no estaré para verlo, ya es algo. -dijo separándose de él -volveremos en 1 día.
Dijo mientras cruzaba la puerta con Mimosa.
...
-Sujetado y hecho con ella lo que quisiera eh...
-¿Es lo único que te interesó de lo que dijo? -respondíó Asta a la sarcástica Noelle.
-Olvídalo -desvió su mirada.
[...]
-Por cierto, Asta -dijo Noelle horas después de terminar el armuerzo -¿Cuál es tu opinión de todo esto?
-¿De qué? -decía el sentado a la orilla de un risco.
-No te hagas el tonto -continuó ella -sabes a lo que me refiero.
Un leve silencio de voces tomó lugar en el ambiente haciendo resaltar el sonido de las cataratas de agua y el mover de las ojas.
-Creo que lo dejé pasar por un buen tiempo, también creo que fue porque me tomó por sorpresa pero... Nuestra relación pasó a ser una íntima y completamente diferente de la noche a la mañana -meneaba las piernas al aire.
-En ves de pensarlo 2 veces, caí en el placer y terminamos teniendo sexo un par de veces, luego me enteré de que hacías lo mismo con Mimosa y Nero, y pasamos a hacerlo entre todos en algunas ocaciones... -decía Noelle.
-Pues todo comenzó con... -Asta hablaba.
-Eh, no no, no me interesa mucho que digamos el origen, quizá más adelante pero... a lo que me refería es que... -suspiraba -¿Que piensas tú?
Ambos terminaron viéndose a los ojos, serios en la conversación y sin temblorosos brazos o piernas.
Asta sabía que este día llegaría, el momento de aclarar su situación actual con las chicas, pues sabía que esto ya pasaba de ser una simple amistad.
-Por lo menos para mí, yo no solo hago esto por placer o diversión... -dijo Noelle segura pero con un tono descendente.
-Yo tampoco lo hago solo por eso -dijo Asta captando su atención -Pero creo que es mejor hablar entre todos cuando ellas vuelvan.
Noelle sonrió levemente. Mostró su calma.
-Pienso igual -suspiró -creo que es mejor aclarar está alocada situación entre todos -dijo.
El sol caía formando el naranjo cielo nublado.
-Qué hermosa vista -decía Noelle relajada.
-Si... Pocas veces en el Trébol sucede esto, al parecer aquí es cosa del día a día -respondíó el ojiverde.
La señorita Silva, meneaba sus piernas al aire y se apoyaba en sus brazos atrasado mientras sus coletas eran balanceadas por la suave brisa. Sus ojos giraban para ver al ver al cenizo de vez en cuando mientras reunía el valor y calificaba como apropiado decir las palabras que tenía en la punta de su lengua.
Resolvió que si, debido a su relación que superaba una amistad y la concurrencia de veces que sucedía, supo que no sería un problema.
-Por cierto, Nero esta mañana mencionó algo que supuestamente haríamos... -dijo con la expresión más serena que conocía para no aparentar debilidad o inseguridad.
-¿Hacer eso?
-Ehmmm s-si... -dijo algo nerviosa tras notar también la serenidad del cenizo -¿Q-quieres...?
-Esta noche, ¿En mi habitación o la tuya?
Noelle volteó rápidamente, le parecía irreal escucharlo hablar tan casual del tema, era la primera vez que lo hacía. Ella esperaba un avance más lento, pero no podía tirarse atrás.
-En mi habitación, si no te molesta... -enredaba sus coletas con sus dedos.
-Okey.
«¿Desde ahora serás más directo con estos temas? Esto puede traernos problemas si lo tomamos a la ligera», «¿Esto es consecuencia de está breve conversación?», fueron las preguntas que se hacía en su cabeza, mientras de reojo veía el firme perfil de Asta contemplar la naturaleza y el atardecer.
Su tranquilidad había desaparecido pero de a poco logró estabilizarse, en lo que bajaba el sol y a la vez se acercaba su "ejercicio".
[...]
[...]
[...]
-Puedes pasar -ella habría la puerta.
Asta asentía e ingresaba.
-¿Qué crees que estén haciendo ellas a esta hora? -decía mientras cerraba.
-Quizá descansando, pero conociendo la afición del Rey Mago, puede ser que sigan en los informes o en una especie de charla. Quién sabe, nosotros solo sabemos lo que pasará ahora.
Ella soltó un leve quejido de sorpresa.
-Atrevido -dijo la chica.
-P-perdón.
-Puedes sentarte en la cama -dijo ella para posteriormente acompañarlo -Bien... Ahora... El inicio siempre es difícil, por lo menos entre nosotros.
-Es cierto...
-¿Cómo sucede con Mimosa?
-¿Con ella...? Pues...
-Hablando de eso, una vez ustedes estuvieron toda la noche fuera de los dormitorios, ¿Qué sucedió? -preguntó Noelle.
-A-Ah bueno, esa noche pues...
La plateada consiguió el nerviosismo de Asta, que era lo que necesitaba para continuar con todo lo que había pensado en ese instante. No podía desperdiciar el momento, se puso frente a él, y en un impulso, besó sus labios.
Asta se sorprendió un poco y por unos segundos estuvo con ambos brazos al aire. Pasado ese tiempo, aceptó el beso y abrazo a la muchacha dejándose caer su cuerpo sobre la cama para tenerla arriba suyo.
Sus labios se querían entre si y sus lenguas no eran la excepción, aquellas exploraban cada rincón de la boca mutua y compartían sus salívas.
En ocaciones se separaban tras perder el oxígeno, dejando un hilo húmedo colgando entre sus labios, que, apresuradamente, se volvían a juntar para continuar con el profundo placer.
Las manos del muchacho bajaban explorando la espalda aún vestida de Noelle, mientras masajeaba y estimulaba su cuerpo. Bajó un poco más y se encontró con su trasero, al cual sujetó con firmeza mientras la acomodaba para seguir sintiendo su cuerpo.
Tras unos minutos aus labios se separaron, los obcenos sonidos de besos cesaron. Se veían a los ojos mientras respiraban algo apresurados y a la vez, la luna se posiciona a cada vez más en el cielo azul.
-¿Q-quieres continuar? -dijo ella.
-S-si, -respondíó el chico.
Abrió su pijama dejando al descubierto el brasier que contenía sus senos, mientras que Noelle quitaba la delgada túnica que usaba Asta para cubrirse.
El cenizo hundía su rostro en los pechos de la Silva mientras extendía sus brazos por atrás para quitar el nudo que sujetaba la prenda. Una vez hecho esto, probó sus pezones, provocando algunos gemidos de la joven.
-Ahhh... Hic... Ahhh... O-oye... -gemía ella viendo cómo Asta trataba su cuerpo.
El se mantenía en silencio, y a la vez subía la intensidad, tumbandola al suelo para continuar con su banquete. Un par de minutos fueron suficientes, se levantaron, y sonrojados por el atrevimiento, decidieron continuar.
-Bajaré tus pantalones -susurró al oído la jovencita.
Eso hizo, bajó también su ropa interior y se encontró con su miembro medianamente excitado, se sonrojo al ver que el chico ya se encontraba completamente desnudo, lo miró a los ojos y sonrió levemente para después frotar sus pechos alrededor de la entrepierna de Asta.
-Qué haces...
-Aún no está excitado, verdad... Nunca pensé que haría esto pero...
-Ahhh... Se siente demasiado bien -dijo el cenizo.
-Noelle -llamó Asta tras unos minutos de estimulación.
Ella levantó su cabeza para mirarlo cuando fue sorprendida con un profundo beso que dió fin al masaje de sus pechos.
-Tus pantalones... -dijo el ojiverde arrancándolos de las piernas de la muchacha y dejándola desnuda al completo, haciéndose notar su figura sexy y sonrojándola en el acto.
-Los rompiste de nuevo, con este ya van 2, si sigues así no me quedará ropa que vestir -dijo mirando hacia otro lado de la vergüenza.
Asta la tomó de la cintura, y compás si no pesara nada, la echó al borde de la cama y con las piernas sobre el piso.
-Eres hermosa... -dijo.
Se agachó y se puso a lamer su entrada, ella gemía son parar y su rostro se volvía como un tomate por la excitación y la posición tan expuesta que tenía.
El ojiverde la sujetaba de las nalgas para tener más firmeza al momento de lamer sus pliegues, por breves momentos sentía que podía hacer lo que quisiese con ella, y aunque no fuera mentira, intentó controlarse.
-La meteré.
-Despacio por fav... Ahhhh -soltó un fuerte gemido.
Con fiereza sintió como era llenada con la cosa del chico, sus gemidos se intensificaron mientras que sus manos jalaban y desordenaban las sábanas en un intento de sujetarse de algo.
-Ahhh... Oye... ¡Ahhh..! Asta...
Él la escuchaba, pero se concentraba en sujetar la suave piel de su cintura para embestirla con fuerza. En la habitación se empezaron a notar los obcenos ruidos del golpe de caderas que por suerte, no molestaban a nadie en esta ocasión.
-Estás apretada -dijo en voz baja mientras seguía, preso de la lujuria, penetrando a Noelle.
Su cuerpo se movía a ritmo normal, de atrás para delante y con fuerza, mientras sentía como su miembro era devorado por la humedez de la entrada de la chica, se sentía en el cielo, pero sabía que esto apenas comenzaba.
-Noelle...
El chico sacaba su cosa de la joven para voltear su cuerpo boca arriba en la cama y seguir con el placer.
-Ahhh... Ah... ¡Ahhh... Asta~~~! -gemía Noelle con sus húmedos ojos entrecerrados.
Su cuerpo rebotaba por el impulso del muchacho, sus pechos subían y bajaban y estos no eran excepción para el cenizo quien rápidamente, se encogió para manosear los y devorarlos.
Noelle sujetaba su grisácea cabellera mientras entre dientes contenía los fuertes gemidos que quería soltar, sus oídos solo escuchaban su jadeo, y el sonido que provocaba el salir y entrar de la cosa del chico frente suyo.
-M-mas~~~ Asta~~~ -sucumbía ante el placer.
Se mantuvieron por un buen par de minutos hasta que el cenizo, sin avisar, acabó dentro de ella. Soltando chorros y chorros de cálido líquido blanco en su interior que salían disparados fuera de su entrada al no encontrar donde más ir.
-No me avisaste que... Te vendrías... -decía Noelle cansada y con una respiración agitada.
El chico respiraba por su boca agitado, mientras retiraba su miembro de Noelle y dejaba caer todo ese espesor del interior de ella hacía las sábanas y parte hacia el suelo.
Ambos gemían mientras se miraban mutuamente sus desnudos cuerpos.
-Por que siento que esto apenas acaba de empezar... -dijo Noelle en voz baja.
Enseguida, el joven la tomó del trasero y la apegó a su pecho para cargarla y ponerla en el borde de una ventana. Al hacerlo, la besó apasionadamente mientras la acorralada sujetando sus manos contra el cristal.
-Pervertido -aprovecho en decir Noelle cuando se separaban para respirar.
Él la soltó tras unos segundos para ponerse a masajear sus pechos mientras las manos de la joven paraban a dar con el miembro del chico, frotándolo y sintiendo la dureza que aún perduraba en él.
Tras unos minutos, volvieron a la acción. Él la penetró nuevamente y la cargó de ese lugar para hacerlo mientras estaba parado. Asta abrazaba la suave espalda de Noelle y la apegaba a sí para sentir su blanca piel mientras sus labios y entrepiernas estaban unidos.
La habitación se llenó del clásico sonido nuevamente.
-A-A-sss~~taa... Ahhh...
-Noelle... Ahhh...
Al acabar con eso, la posicionó frente a su escritorio, lugar donde escribía sus cartas y la recostó sobre él.
Agarro su suave trasero y abrió nuevamente su entrada para meter su cosa dentro suyo. Entró a la perfección gracias a la humedez que ya tenía y no se cansó de penetrarla hasta el pasar de unos minutos.
-Ahhh... Gemía ella con el rostro carmesí mientras miraba de reojo al muchacho.
Este la cargaba y ambos se subían a la cama, ella estaba recostada y con el cuerpo sudado y él también, pero eso no fue impedimento para que él la sujetara por detrás y continúe su noche de placer.
¿Acaso se podía estar más enrojecida? El rostro de Noelle era prueba de esto, en tan solo un leve lapso de tiempo, sentía que ya había disfrutado si juntarse todas las veces que lo había hecho con Asta.
La lujuria se había apoderado de ellos y por lo visto, no pararía en un buen tiempo.
-Ahhh... Ahhh... As... Ahhh... ta...
-Noelle... Ahhh...
Habían perdido la noción del tiempo y sus mentes, que aún estaban concientes, batallaron por mantenerse así.
En un momento ella se había puesto encima de Asta, aprovechando el cansancio del chico. Todo el peso del cuerpo de Noelle empujaba aún más el miembro del cenizo dentro de ella pero pareciera que no le importaba, aún así, sus gemidos no cesaban.
Ella cabalgaba exprimiendo sus últimas fuerzas mientras que el cenizo se limitaba a disfrutar.
-Noelle... Creo... Que...
-Ahhh... Ahhh... Hagámoslo jun... Ahhh...
Ambos acabaron. Un último gemir se escuchó en la habitación cerrada mientras ambos se miraban lo que la azulada luz lunar permitía.
Respiraban cansados y sus cuerpos hacían estáticos en reposo, no podían moverse.
El líquido blanco salía de la joven, bajando por la entrepierna del cenizo y cayendo a las sábanas lentamente.
-2 veces... Te viniste 2 veces...
-P-perdón...
-No, no pasa nada -dijo ella -parece que estuviste practicando bastante eh... -insinuaba.
-Bueno... -giraba su mirada.
-¿Que dirían Mimosa y Nero si nos vieran ahora mismo...? -preguntaba ella.
-Mimosa probablemente se cubriría los ojos para no mirar, y Nero... -decía cansado.
-Te miraría con esos ojos, quizá. Esta mañana los experimenté, dan algo de miedo...
-Si...
-Ahhh... Sigue saliendo... Humm... Tendremos mucho que limpiar mañana...
Él se quedaba callado.
-¿Qué hora son? ¿Cuánto tiempo estuvimos haciéndolo? -preguntaba Asta.
-Más que tú tiempo con las demás, supongo.
-¿Eh?
-Poco a poco me acostumbro a hacerlo con todas ellas más, pero creo que mi favorito siempre será cuando estamos solos... -dijo levantándose un poco y sacando el miembro del chico.
-Por eso...
Ella se inclinó hacia su cuello, mordiendo el mismo y dejando una marca con sus dientes. El muchacho gemía un poco de dolor pero el placer era más que lo contrarrestaba.
-Se siente bien hacer esto... -decía ella continuando.
-O-oye...
-Ahhhh... Y aún sigue saliendo un poco... Enserio te la pasaste bien... -decía sonrojada ella mientras terminaba de sacar el miembro de Asta de su interior.
-Ahhh... Creo que... -ella se acostaba a lado suyo, con la pierna y el brazo derecho encima.
Noelle caía dormida encima de Asta, éste, quien aún estaba conciente, quizo intentar taparla con una manta, pero frente a su poca fuerza, desistió.
Él se mantuvo conciente un poco más, sintiendo como el desnudo y suave cuerpo de su compañera rozaba y descansaba a lado suyo. Vió la luna y en un parpadear, cayó también dormido.
