CAPÍTULO 2
EN SAN MUNGO
Despertó en una cama bastante incomoda. Miró a su alrededor. Estaba en una habitación totalmente blanca. A su derecha, Fawkes, elegantemente apoyado sobre la cama. A su izquierda Ginny, sentada. Se había dormido.
-Ginny...
-Ya voy mamá, ya voy...- Harry no pudo sonreír.
-Ginny... soy yo... Harry
-¿Harry?- Ginny parecía desconcertada, pero no tardó ni 5 segundos en reaccionar -¡HARRY¡DESPERTASTE¿Estás bien¿Cómo te sientes?
-Bien Ginny, gracias. ¿Dónde estamos¿En San Mungo¿Qué me pasó? Lo último que recuerdo fue haberme desmayado tras llegar a los cuarteles.
-Si, en San Mungo. Los sanadores dicen que probablemente te haya golpeado alguna maldición de magia negra que demore en hacer efecto, pero no identificaron nada. O bien era desconocida o bien una maldición mal hecha. Dicen que te tendrás que quedar un tiempo después de despertar. Tal vez una semana, o más.
-Pero... ¿y la boda de Bill y Fleur¿No podré ir?
La cara de Ginny se ensombreció de golpe
-Harry... ya... ya pasaron 2 semanas desde el ataque. La fiesta fue cancelada, solamente se hizo una ceremonia a la que asistió mi familia y la de Fleur. Y por cierto... feliz cumpleaños. Atrasado, pero, claro, no tenía como decírtelo ese día.
-Gracias- Harry no lo podía creer. Como se notaba que estaban en una guerra. En una guerra que iban perdiendo. Voldemort no solo eliminaba gente. También eliminaba alegría. Una fiesta de casamiento cancelada por culpa de lord Voldemort. Se vengaría.
-Tus regalos están allí- dijo señalando una mesita de noche, junto con unas cuantas cartas.
-Claro, luego los veré, ahora no tengo ánimos
Se hizo un silencio incomodo que duró unos cuantos minutas. Fawkes estaba apoyado sobre el hombro de Harry, que se había sentado en su cama y lo estaba acariciando. Finalmente, Ginny volvió a hablar.
-Harry...
-¿Si?
-Mira... estuve pensándolo, y quiero volver a ser novios...- Harry iba a hablar pero Ginny lo interrumpió –ya sé que es muy peligroso, que me estaría exponiendo al peligro, que Voldemort va tras de ti vaya a saber por que motivo y que al ser novios también estaría tras de mí, pero lo pensé, y más vale vivir poco disfrutando que mucho sufriendo- Harry suspiró mientras pensaba sus próximas palabras
-No lo entiendes Ginny. Ya perdí a mis padres y a Sirius... y... y también a Dumbledore. El día del ataque, cuando te lanzaron la maldición asesina, tuve miedo de perderte también a ti
-¡JUSTAMENTE POR ESO! Ya estoy en peligro por ser una Weasley, por ser amiga tuya...
-Si, es cierto, pero para que aumentar ese riesgo. Si cuando termine esta guerra, te sigo gustando, te prometo que volveremos. Te prometo que...
-¿Y quién me garantiza que estarás vivo cuando termine la guerra?
-Nadie Ginny, nadie. Pero si yo muero... ya no habrá nada por lo que luchar. No habrá forma de ganar la guerra. Todo estará perdido. Se que suena bastante egoísta, pero es la realidad. Sin mí, nunca ganaremos la guerra. Tal vez, algún día pueda explicarte le razón, pero todavía no.
-Sabes... no se si me ves cara de idiota o que, pero es obvio que te irás a algún lugar con Ron y Hermione. Supongo que a entrenar para luchar. Yo también quiero ir, pero claro, soy muy pequeña para luchar, para enterarme de las cosas. A veces pienso que Voldemort parece inmortal, que no somos suficiente gente para luchar, y por eso, que cuanta más gente luche, mejor.
-Eres muy inteligente Ginny, muy inteligente- Ginny puso una cara que decía "¿Qué me estás diciendo?" –Y no es que seas pequeña, sino que estamos hablando de cosas que muy poca gente sabe, cosas que no sabe ningún miembro de la Orden Ginny, ni uno solo.
La cara que puso Ginny después de esta frase era de gran perplejidad, pero luego se le paso, recordando el tema inicial, y fue sustituida por una de rabia.
-Y volviendo al tema anterior...
-Lo siento Ginny, pero no...
Ginny se paró y se dio la vuelta. Mientras caminaba, y sin darse la vuelta, le dirigió sus últimas palabras a Harry.
-Eres un egoísta, Harry Potter, solo piensas en ti. ¿No entiendes que estoy dispuesta a tomar cualquier riesgo necesario por estar con vos¿No entiendes que estoy dispuesta a morir por ser tu novia, Harry Potter?
Iba a abrir la puerta, pero Harry la detuvo. La entendió, y supo que sus palabras eran sinceras. Intentó ponerse en su lugar, y supo que el hubiese hecho lo mismo.
-Tienes razón. Realmente te entiendo, y estoy dispuesto a volver
Ginny había vuelto la cabeza, aún con la mano en el picaporte. A penas terminó de hablar salió corriendo a abrazarlo. Luego de un largo abrazo, se besaron, como no habían hecho en tanto tiempo, como tanto deseaban hacerlo ambos. Un beso, que duró más de un minuto y medio. Un beso, que reflejaba todo el amor que se sentían.
-Iré a avisar que despertaste. Los sanadores querrán revisarte, y toda mi familia, Hermione y unos cuantos miembros de la Orden están esperando para saludarte.
Harry sonrió. No le gustaba la idea de que lo revisasen, se sentía bien, pero si quería ver a los Weasley.
-Por cierto Harry, gracias por salvarme
-De nada, nunca me hubiese perdonado el no haberlo hecho.
Ginny sonrió y salió de la habitación. Enseguida estaba rodeado de sanadores que lo estaban revisando y que, tras decirle lo mismo que le había dicho Ginny, salieron.
-Hay un montón de gente esperando por verte afuera. Los haré pasar- dijo uno de los sanadores.
Apenas se dio cuenta de cómo se habría la puerta y entraba un montón de gente (que Harry no alcanzó a contar,) fue abrazado fuertemente por Hermione y luego por la Señora Weasley. A parte de todos los Weasley y Hermione, como había dicho Ginny, estaba Fleur con sus padres y su hermana y, de la Orden, Lupin, Moody, Kingsley y Tonks. Todos felicitaron a Harry por su cumpleaños y por su "notable estrategia" (el señor Weasley había contado del ataque en una reunión de la Orden.) A su vez, Harry felicitó a Bill y Fleur por la boda. Bill seguía con varias cicatrices pero parecía que no se había convertido en hombre lobo. Por suerte.
-Se pone un poco gudo en luna llena, pego nada ggave, y consegva su fogma de humano.- Había dicho Fleur.
Cuando todos se fueron se dispuso a dormir.
Al día siguiente decidió ver las cartas. La primera, con un sello azul, era del ministerio, donde le informaban que había aprobado el examen y le enviaban su licencia de aparición. Luego había dos de Hogwarts. En la primera le comunicaban que no era seguro si se reabriría, que se lo confirmarían más adelante. En la segunda, le decían que finalmente abriría y le comunicaban los libros que necesitaría. Harry la respondió diciendo que no iría. Finalmente las cartas de sus amigos, que lo felicitaban por su cumpleaños y los regalos.
Ron le había regalado un set de pelotas de quidditch y un libro que habían sacado los creadores de la Saeta de Fuego con hechizos para mejorar su "ya excepcional calidad." Hermione le regaló un libro titulado "HECHIZOS Y ENCANTAMIENTOS ÚTILES EN TIEMPOS DE GUERRA." Bill y Fleur le regalaron un libro de defensa contra las artes oscuras, Ginny un álbum de fotos en que la mayoría eran de ellos dos cuando eran novios. De los señores Weasley y Charlie recibió unos cuantos dulces y de los gemelos un set completo de sus artículos de defensa. Hagrid le regaló un pastel (que Harry no se atrevió a probar) y el profesor Lupin una snitch que dijo que era la de su padre, con la que se la pasaba jugando. El resto de los miembros de la Orden del Fénix le habían regalado en conjunto una funda para la varita.
Los siguientes días pasaron con tranquilidad. Ginny lo visitaba todos los días (de hecho, pasaba más tiempo allí que en su casa) y Ron y Hermione no estaban muy lejos.
Se había enterado por Ginny que Ron y Hermione también estaban de novios, pero que no por eso habían dejado de pelearse continuamente. En la habitación no había nadie, sin embargo, no se animaba a decirle a Ginny ni de los Horcruxes ni de la profecía. No en el hospital.
Los pocos ratos en que estaba solo pensaba sobre donde podrían estar escondidos los Horcruxes y sobre quien podría ser R.A.B. No se le ocurría nada, pero sabía que si lo encontraba, tal vez, podría ayudarle a encontrar los Horcruxes. También debía localizar el verdadero Horcrux, o por lo pronto averiguar si había sido destruido o no.
Al tercer día trajeron a un nuevo chico a su habitación. Cuando le vio la cara, se sorprendió. No se esperaba la redonda cara de Neville.
-Hubo un ataque cerca de mi casa y fui a ayudar- había dicho.
Ahora también estaba la compañía de Neville, y se había olvidado totalmente de pensar en cualquier cosa relacionada con la guerra. Los pocos ratos que tenían sin compañía, charlaban entre ellos.
Finalmente llegó el día de abandonar el hospital e irse a La Madriguera. Los nervios iban en aumento. Debía de decirle pronto a Ginny acerca de la profecía y los Horcruxes y consultar con Ron y Hermione sobre que valla con ellos, sin tener en cuenta, que empezarían con su búsqueda y un duro entrenamiento. Cuanto más fácil que serían las cosas con Dumbledore. Pero él no estaba, y tenía que superarlo tenía que seguir sin él, así como había superado la muerte de sus padres y de Sirius.
GRACIAS POR LOS REVIEWS! bue, espero más...
y en relación a lo de los pocos ff q no se van de la historia, creo q es xq aún muy poca gente a leido el libro 6 y x eso hay menos escritores. bue espero seguir manteniendo la historia y grax x los rr y x leer
