"es mejor hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse"
Nicolás Maquiavelo.
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REVELACIONES.
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Llevo tres horas en mi despacho, he leído el informe de la familia Swan por completo dos veces y sigo sin entender una mierda. Charlie Swan era un magnate del acero, adquiriendo la compañía por herencia familiar, vendía y compraba siendo el número uno, el maldito mil millonario más exitoso de toda Europa, Oriente y Asia. El mil millonario más famoso de este lado del charco. Sabía hacer negocios y no se dejaba joder por nadie, también amaba a su familia más que a nada, consentía a su hija y a su esposa en todo lo que ellas quisieran, incluso llegó a comprar una escuela de equitación solo para su hija, eran una familia feliz.
Luego estaba Renné Dwyer de Swan, una hermosa mujer de la aristocracia, una condesa con el título de Wembley, era la número cuarenta y cinco en aspirar a la corona, una mujer pudiente, con conexiones y mucha fama, había estudiado historia del arte y era una curadora en el museo real, amaba su trabajo, incluso le inculcó algo de amor por el arte a su hija quién la acompañaba constantemente a su trabajo en sus tiempos libres, todo estaba bien hasta ahí.
Luego estaba la pequeña y hermosa Isabella Swan, estudiante honorable, buena hija, educada y talentosa, montaba a caballo de manera profesional, incluso ganó copas y medallas de oro por ello, pintaba y dibujaba como pasatiempo y tocaba el piano, se graduó con honores a los quince años y entro a Oxford dejando la universidad el mismo semestre para ingresar a Le Cordón Bleu a estudiar gastronomía, quería ser la chef más talentosa y joven del mundo.
Todo hasta ahí es increíble, perfecto, un maldito cuento de hadas, ninguno tenía enfermedades degenerativas, ninguno sufría algún trauma, no había un historial médico manchado ni con una fractura de uña, no habia novios hormonales detrás de la virtud de Isabella, nada. La vida para ellos era solo sonrisas hasta que, simplemente, no hay nada más, hay un enorme y profundo espacio en blanco en esa vida.
Isabella desapareció del mapa a los diesiciete, no hay notas ni llamadas de rescate, no piden dinero, no hay señales de ella, se la había tragado la tierra, hay un par de artículos de prensa donde dice que está desaparecida pero nada más, contactaron a todo tipo de organización gubernamental pública y privada que pudiera hallarla, gastaron millones en eso, presupuesto importante en su búsqueda, nada se sabía de ella. Al pasar el año el gobierno dejo de buscar y la dieron por muerta, pero en sus estados bancarios hay salidas de sumas enormes de dinero pagadas a detectives privados, incluso contrataron gente de los bajos mundos, reconozco varios de los nombres pero ninguno de ellos les dio razón de Isabella.
Al cumplirse los dos años Isabella vuelve a estar en el mapa, está con su padre y sus estudios son pagados por Bill Black además de un sin fin de sicólogos y psiquiatras, René es la que sale de la ecuación entonces, es declarada muerta por infarto fulminante el mismo día que Isabella aparece y la entierran a urna cerrada, Charlie Swan ya está en quiebra y es mantenido por Bill Black, con un enorme historial de enfermedades, falla hepática, de riñón, de pulmon y de corazón. Con riesgosas operaciones en clínicas que no existen.
No entiendo un carajo.
-señor Cullen - levanto la cabeza para ver a Emmett en la puerta, la he dejado abierta para que me avise enseguida que Bella comience a despertar - la señorita está despertando. - dejo todo en la mesa y salgo cerrando con llave, no quiero que vea esos documentos, su curiosidad puede ser un poco abrumante, corro escaleras arriba porqué quiero estar a su lado cuando despierte, lo último que vio fue a mi y tenía pánico cuando se le puso el sedante. Abro la puerta y la veo aún dormida removiendose en la cama
-llama a Rosalie y pregúntale si puede buscar algo más entre los dos años que Isabella desapareció. Nada de eso me inspira confianza, falta mucho en ese expediente.
-enseguida - entro a la habitación y cierro la puerta detrás de mí, camino sin hacer ruido hasta la cama y me siento a su lado esperando. Acaricio su mano con suavidad y espero pacientemente hasta que abre los ojos, se ve confundida, cansada y tensa, aparta la mano que le acaricio y me mira con miedo.
-tranquila, princesa. Soy yo… - susurro y ella se relaja visiblemente. Se toca el brazo donde Emmett la inyectó y me mira molesta - lo siento por eso pero estabas entrando en pánico, en realidad creo que tenías un ataque de pánico. - baja la mirada avergonzada.
-lo siento, es la primera vez que me pasa en mucho tiempo y… - se detiene y mira al rededor nerviosa, quiero preguntarle, quiero saber pero me asusta que vuelva a tener otra crisis
-está bien, cielo. Son cosas que pasan - me mira y le sonrío levemente - querés contarme? - pregunto intentando acceder a ella de manera más sutil, se muerde el labio y niega
-es difícil, hace muchos años que no hablo de esto y yo no quiero recordar. Solo… necesito olvidarme de eso.
-esta bien, solo quiero saber una cosa - digo y ella espera a que siga - fue violación? - sus ojitos se humedecen y asiente una vez para apartar la mirada. La atraigo hacia mi y la abrazo con fuerza - no te asustes, hermosa. Yo estoy aquí, nadie va a hacerte daño, yo te protejo. - se aparta un poco y me mira confundida.
-no sientes… asco?
-por que habría de sentirlo? - pregunto sin entender.
-incluso yo me doy asco a veces, es… horrible el pensar que ellos… - se estremece y baja la mirada - no me siento decente para nadie
-hey - llamo serio y la hago mirarme tomándola de la barbilla - eres hermosa para mi, eres decente para mi, eres apta para mí - limpio sus lágrimas y beso sus labios castamente - que nadie te haga pensar lo contrario, tu eres importante y eres perfecta. - mi pecho duele al verla tan triste y rota. Odio verla de esa forma, en serio duele y no concibo que alguien le haga daño, acaricio su mejilla y sonrío - te quiero, Bella. - susurro y me sorprendo de mis palabras, ella me mira asombrada.
-que dijiste? - sonrío más ampliamente al tener esta revelación.
-dije que te quiero, en serio lo hago y nada va a cambiar lo que siento por ti. - sus ojitos se llenan de lágrimas y me abraza fuerte, suelto el aire y la dejo hacer, me gusta tenerla pegada a mi.
En serio la quiero? Si, tanto que me asusta. Es la primera vez que siento algo así y no estoy seguro de que hacer con ese… sentimiento.
-que dices si hoy vemos una película en el salón, con palomitas y gaseosas? - propongo queriendo hacerla olvidar el pasado aunque sea un momento, quiero que se sienta relajada, segura y feliz, ella sonríe levemente emocionada.
-me gusta, pero… podemos quedarnos aquí un momento? Solo quiero que me abraces - susurra y suelto el aire mientras la mantengo junto a mi..
-todo el tiempo que quieras, hermosa.
Me acuesto con Isabella sobre mi pecho y acaricio de forma distraída su cabello y su espalda, ella hace círculos con su dedo índice en mi pecho y escucho sus suspiros cada tanto. Mientras la tengo así pienso en lo que ha pasado en el poco tiempo que la conozco, apenas son unos días, cuatro para ser exactos y ni siquiera hemos tenido sexo, pero ella es tan hermosa, tan dulce, tan diferente, jamás sentí este golpe de sobreprotección por alguien, estás ganas irrefutables de hacerla feliz, solo verla sonreír me alegra todo un día de mierda y la quiero, es díficil asimilarlo pero la quiero y que me jodan si la dejo ir, ella es mía y siempre va a ser mía y lo primero que haré será buscar a esos hijos de puta y matarlos uno a uno con mis propias manos si es posible.
Una horas más tarde la dejo en la cocina hablando con las empleadas, ha decidido que va a elegir todo lo que comeremos mientras yo elijo la película, tendré varias lista para ella porque no sé qué demonios le gustaría ver. En el salón con la enorme pantalla plana busco entre las listas de películas, miro por la ventana y veo a varios de los muchachos jugando baloncesto mientras otros vigilan, los dejo hacer, aún nos queda mañana para descansar y salir el miércoles a París. Mientras sigo buscando escucho la puerta y luego pasos, me giro y veo a mi chica caminar hacia mi con una enorme bandeja cargada de palomitas, dulces, bebidas y demas.
-nena, que haces! - exclamo y le quito la bandeja de las manos para colocarla en la mesa de centro. - deberías dejar que el personal lo traiga.
-no exageres, Edward. Solo son dulces y no estoy lisiada - sonríe y mira la pantalla - que vamos a ver?
-aun no decido, sigo buscando. - sonríe y asiente, veo enseguida a Emmett en la entrada del salón detrás de Bella.
-voy a ir un segundo al baño, ya regreso. - sonrío y beso su cabello dejándola ir, cuando Emmett ve que se ha ido termina de entrar, tiene una cara que no me gusta.
-que ocurre? Quien se murió? - pregunto serio y confundido, él suelta el aire y me tiende una tablet.
-aun no, pero van a morir. - sisea con voz grave y letal, tomo la tablet sin entender nada y miro el documento, es lo que le pedí a Rosalie de los dos años que desapareció Bella, no leo nada aun, lo haré mas tarde, sigo bajando en la información y me tenso enseguida al ver los archivos con nombres de viejos que alguna vez rechacé en alianzas, hay mucha información, incluso hay fotos de los locales y direcciones de casas de seguridad, fotos de los bastardos, incluso hay una foto de Isabella y de Rosalie en la misma línea de chicas. Aprieto los dientes con furia.
-por eso Rosalie la observaba tanto - susurro y veo a Emmett asentir de manera tensa - la conoció entonces. Cómo está Rose? - pregunto preocupado.
-histerica, asustada, pensó que lo había superado del todo, pero parece que no. - le devuelvo la tablet a Emmett - señor, déjeme ir. Déjeme hacerlo, le juro que el trabajo estará listo en dos días. - pide de manera ansiosa. Bella regresa sonriendo tan natural como siempre, como si no hubiera tenido un episodio de histeria hace unas horas, recuerdo a Rosalie de esa forma, había sufrido tanto, pensé que los psicólogos y los fármacos la habían ayudado, pero no fue así. Solo hay una forma de superarlo y ambas deben hacerlo.
-de que hablan? - pregunta mi curiosa chica, beso su nariz y la abrazo por la cintura.
-solo trabajo, preciosa. Quieres elegir la película? - asiente y la dejo ir a tomar el mando, miro a Emmett y susurro - no lo harás, no es tu guerra, es de ellas. Luego de la fiesta de Garrett tu trabajo será encontrar a cada hijo de puta sin levantar sospechas de sus desapariciones y los llevarás al sótano de la casa en Londres.
-pero… eso puede tomar días…Incluso semanas! - exclama en voz baja - sabe lo díficil que sería hacerlos desaparecer a todos, mandarlos al otro lado del mundo y no matarlos? - miro a Isabella que no está pendiente de nosotros y vuelvo a él.
-tomate todo el maldito tiempo del mundo, pero los quiero vivos e ilesos en el sótano, solo Bella y Rosalie acabarán con ellos. - Emmett mira detrás de mí con preocupación.
-y si no quieren hacerlo?
-entonces lo haremos nosotros dos por ellas. Pero es la batalla de dos mujeres que fueron humilladas de la peor forma, no vamos a intervenir en ese final. - miro a Isabella que ya ha elegido una película - envíame esa información para leerla luego, ahora no puedo.
-si, señor - contesta y sale. Por instinto fuerzo una sonrisa y atraigo a Isabella a mi cuerpo para abrazarla con fuerza, quisiera decirle tantas cosas, decirle que voy a defenderla hasta la muerte, que podría ir por ella al mismísimo infierno y volver solo para tenerla, que la quiero con locura, pero me callo, me guardo todo y la abrazo intentando hacerle entender todo en ese abrazo.
-por qué me abrazas tanto? - pregunta sonriendo. Beso su cabello y aspiro su aroma
-porque te quiero, nena. Y lo dije enserio, estoy dispuesto a esperar por ti toda una vida si es posible - miro sus ojitos brillantes y admiro su fuerza, su vitalidad, es una mujer rota, ultrajada, a la que le arrebataron la dignidad y aún así está de pie, fuerte, implacable y decidida a no caer de nuevo. Eso es malditamente admirable.
-gracias - susurra y la siento sobre mi regazo en el sofá mientras vemos una película de acción, creo que la ha puesto solo por mi, no se supone que a las chicas le gustan las películas de romance? Pero ella ríe y se asombra y sonríe mientras comenta cualquier cosa de la película, le gusta y con eso me conformo.
Vimos dos películas más después de esa, o por lo menos yo vi más de la mitad de la última solo. Una película de comedia romántica que ella casi ni miró, me pareció curioso que la segunda que fue otra de acción la viera con tanto ánimo pero al llegar a la última todo su ánimo se había ido, le pregunté varias veces si quería quitarla pero solo decía que no. Terminé riendo un poco con la película y cuando terminó me di cuenta que mi hermosa chica se había quedado dormida, veo el reloj en mi teléfono, es casi media noche, con esfuerzo me pongo de pie con ella en brazos y subo en silencio hasta la habitación, la meto bajo las sábanas y le doy un beso antes de arroparla.
-buenas noches, hermosa - susurro y al alejarme veo a Emmett en la puerta. Se que está ansioso por saber cuáles son mis planes para esos bastardos pero necesito leer el informe primero - sígueme - murmuro bajo saliendo de la habitación. El cierra la puerta y me sigue a mi despacho, toda la documentación que me envió Rosalie primero la tengo en físico, la hago a un lado para atar todos los cabos sueltos y enciendo mi computadora para imprimir lo que me envió Emmett. Siempre prefiero la información en físico, luego puedo deshacerme de ella.
Mientras la información se imprime camino al pequeño bar oculto en mi librero y sirvo dos coñac, se que Emmett lo prefiere sobre cualquier otro licor, usualmente le regalo una botella en sus cumpleaños con algún otro obsequio. Le tiendo un vaso y enseguida bebe, sé que está molesto, inquieto y ansioso, quiere hacer el trabajo sucio, quiere quitar a la maldita peste del camino, no es algo ético que yo lo diga pero mis drogas matan a la gente porque ellos quieren, la compran sin que los obliguen y se matan ellos mismos, no soy como Aro Vulturi y sus bastardos.
Cuando la impresora se detiene enarco una una ceja al ver el montón de información, es demasiado y tengo un jodido dolor de cabeza que no me deja pensar, me siento en mi silla y Emmett lo hace frente a mi mientras me mira con seriedad, apenas ojeo un par de páginas intentando leer lo más que puedo pero estoy agotado, estresado y justo ahora quisiera estar durmiendo mientras abrazo a mi chica.
-no puedo con esta mierda - me froto los ojos y tiro todo al escritorio - maldito dolor de cabeza. - gruño y lo miro - leíste todo el informe - afirmo y él asiente. - resumelo para mí, dime todo lo importante, como Isabella terminó desapareciendo y como es que Rosalie también estaba en ese mismo grupo. - se bebe el resto del coñac de un sorbo y deja el vaso sobre mi escritorio.
-Ya conoce los negocios de la familia Vulturi - comenta con desdén y se recuesta al espalda de la silla - Aro y Marcus siendo los mayores manejan todo desde adentro pero Caius siendo el menor y el más apuesto se dedicó a jugar en el mismo terreno. Él conoció a la señorita Swan, se hizo pasar por alguien más, le dio otro apellido mientras la enamoraba, sabía quién era ella, aún así no le importaba, tener a una pequeña aristócrata en su grupo le daría más dinero, así enamoraba a todas.
-bastardo hijo de puta - siseo apretando los dientes.
-él la había convencido de ir a una fiesta, algo de jóvenes universitarios y ella… enamorada, se fue con él. No hay registros de cómo pasó, eso solo debe saberlo la señorita Swan pero desapareció justo en esa fiesta, con el mismo modus operandi de los Vulturi ella fue trasladada de Londres hasta la República Checa, ahí es donde llevaban los grupo de jóvenes esos años, al parecer Igorov pagaba el triple por jovencitas británicas.
-no quiero seguir oyendo está mierda - me pongo de pie sin poder soportar la rabia que me recorre el cuerpo, quisiera tenerlos a todos frente a mi y poder matarlos tan lentamente, hacerlos sufrir como sufrió mi chica, como Rosalie sufrió, camino de un lado a otro y lo miro al ver que no ha dicho nada más - habla, joder! - asiente y me mira caminar.
-Rosalie, con veinte años era una chica modelo, literal y metafóricamente, estudiaba economía y leyes y era modelo a medio tiempo para pagar sus estudios, trabajaba duro para salir sola adelante, sin familia ni muchos amigos fue una presa fácil para Caius que también la envolvió y la enamoró, se la llevó en el mismo grupo de chicas donde iba la señorita Swan.
-eso fue hace diez años, no? - pregunto recordando parte del historial de Rosalie, ella fue previamente investigada antes de trabajar para mí y vi mucha mierda ahí con lo del secuestro, sentí rabia y pena por ella, quise ayudarla, ella necesitaba ayuda con urgencia y yo estaba dispuesto a proporsionarsela, Emmett asiente lentamente y suspira.
-si, la señorita Swan tenía diecisiete y Rosalie veinte. Ellas y el grupo de chicas fueron vendidas a Igorov y él se encargó de ubicarlas en sus prostíbulos. - levanto la mano callandolo.
-no quiero escuchar la mierda escabrosa que pasó ahí dentro, no creo soportarlo. - me paso una mano por el cabello bastante nervioso - Que pasó luego? Como salió Isabella de ahi dos años después?
-bueno. Luego de haberse quedado en la bancarrota, Charlie Swan estaba desesperado, él no perdía las esperanzas de encontrarla, Renné Swan si había perdido la esperanza, se había resignado y debido a eso se echó a morir. Fue entonces que el señor Swan se vio en una situación peor, una hija desaparecida y una esposa enferma, además, sin recurso alguno, hizo lo que un hombre realmente desesperado haría - lo miro con seriedad
-que hizo?
-vendió un riñón y un pulmón al mercado negro.
-que? - jadeo mirándolo sin poder creer lo que hizo. Me detengo frente a mi escritorio y lo miro asombrado - pero Bill Black estuvo con él en esos momentos - musito serio al recordar lo que leí en el primer informe - por eso las clínicas clandestinas - susurro asintiendo - por qué Black no le prestó dinero si sabía lo que Charlie estaba haciendo? - Emmett se encoge de hombros.
-no lo sé, orgullo del señor Swan tal vez pero luego de ello obtuvo el dinero suficiente para ayudar a su esposa. Por otro lado se quedó con el contacto de los que lo operaron, ellos conocían a Igorov y a las chicas que el compraba. Ellos eran como los médicos de cabecera por si algo muy grave le sucedía a las chicas.
-ellos le ayudaron a encontrar a Isabella - afirmo y Emmett asiente.
-no fue díficil reconocer a la hija de los aristócratas británicos, era una chica reconocida de adolescente. - asiento y me sirvo otro coñac rápidamente porque es demasiado lo que estoy escuchando. En ese tiempo yo aún era un joven, estaba labrandome mi propio camino en el mundo del narcotráfico y había perdido a Esme poco tiempo atrás.
-que pasó despues?
-Charlie contactó con Igorov - lo miro con asombro - le exigía que le devolviera a su hija, incluyó a la policía y todos esos entes del gobierno de nuevo pero nadie tenía jurisdicción en la República Checa, era imposible, Igorov no quería perder a una de sus mejores chicas así que le pidió una suma realmente absurda a Charlie Swan.
-y el no la tenía - afirmo sentándome de nuevo.
-no, ya no le quedaba nada, estaba enfermo, cansado, le faltaban órganos y tenía fallas respiratorias y del corazón.
-que hizo entonces? - Emmett suspira y baja la mirada.
-un intercambio - susurra tan bajo que apenas lo escucho. No entiendo nada, un intercambio? Intercambiar que? Charlie estaba en la maldita bancarrota, que podía darles a cambio de Isabella? Emmett vuelve a mirarme y veo algo de pesar y rabia. - Renné había tenido a Isabella muy joven, apenas había cumplido los cuarenta cuando Charlie Swan dio con Igorov y Renné seguía siendo una de las mujeres más hermosas de Londres.
-entonces Charlie… - me detengo y lo miro horrorizado, Emmett niega
-la señora Swan se ofreció como cambio, Igorov le entregaría a su hija a Charlie y ella se iría con él y haría lo que él quisiera.
-oh, por todos los malditos dioses - jadeo y me paso ambas manos por el cabello - eso significa que la madre de Isabella podría estar viva. - le digo mirándolo con rabia y temor
-no se sabe, han pasado ocho años, señor. Entre todo el problema y el cambio de mujeres, el shock que sufrió la señorita Swan, la prensa y todo el revuelo, decidieron hacer pasar a Renné Swan por muerta, un infarto sorpresa por el regreso de su hija, la señorita Swan no recordaría nada, ella estaba extremadamente dopada por exceso de drogas y la ingresaron directo a una clinica. Estuvo la mayor parte de su tiempo limpiando su sistema del exceso de drogas a la que la hicieron adicta, además de asistir todos los días al psicologo.
-pero por que hacerla pasar por muerta? Fácilmente podían decir que fue secuestrada o algo así - Emmett frunce los labios.
-no lo sé. A lo mejor en el mismo trato de intercambio Igorov pidió que no metieran a la policía, quizás los amenazó con volver y asesinar a todos o simplemente no querían que la señorita Swan cargara con la culpa de que fue intercambiada por su madre. - suelto el aire cansado y el dolor de cabeza se vuelve insoportable.
-no puedo más, necesito dormir ahora - me pongo de pie y Emmett me imita - es tarde, estoy agotado y quiero que mañana sea una día tranquilo. Llevaré a Isabella de paseo, comeremos algo y le daré algún regalo. Mañana tu trabajo, además de buscar a esos bastardos hijos de puta como te pedí es verificar si Renné Swan sigue viva. - me detengo y lo miro fijamente - Es tu primera tarea en realidad.
-si, señor - salimos de mi despacho y vuelvo a cerrar con llave para irme a las escaleras, todos los dormitorios de los empleados quedan saliendo por el pasillo del gimnasio, una casa junto a está detrás de un enorme paredón que simula enredaderas, todos tienen habitaciones amplias, comodidad absoluta y baños privados. - señor - me llama Emmett antes de que ponga un pie sobre el primer escalón. - va a decirle a la señorita? - resoplo una risa burlona.
-no mientras esos mal nacidos no estén en mi maldito sótano.
-quizas debería comentarle sobre su madre y…
-no, no quiero darle falsas esperanzas y si Charlie le mintió fue para intentar mantenerla a salvo. Ya bastante bajo tiene el autoestima y el amor propio, hasta no tener certeza de todo no se le dirá una palabra sobre esto, tampoco a Rosalie. bien?
-si. Señor. Buenas noches
-descansa, Emmett. - subo las escaleras y llego a mi habitación enseguida, mi hermosa Bella sigue dormida tal cual la dejé, me quito la ropa quedando en boxer y me meto bajo las sabanas, la abrazo por la espalda y luego de aspirar su dulce aroma y besar su hombro, cierro los ojos para evitar seguir pensando en toda la mierda que se me puede venir encima pero nada de eso me importa, solo quiero aññp Bella feliz y si puedo lograrlo rescatando a su madre, matando a los bastardos que la secuestraron y devolviéndole algo de vida a su padre. Lo haré, por ella lo haría.
Despierto de repente, casi sobresaltado, con mi respiración agitada y el corazón acelerado, miro a Isabella dormida sobre mi brazo y está anclada a mi de brazos y piernas, suelto el aire con calma al verla tan relajada y pacífica, acerco la nariz a su cabello y aspiro su aroma y su calor, está conmigo, fue solo una maldita pesadilla. Pienso con rabia mientras la abrazo a mi. Últimamente he estado soñando con ella y todo depende de la emoción con la que me acueste. Me aparto un poco sin moverme mucho y tomo mi teléfono que está en la mesa, resoplo cuando veo que apenas son las cuatro y media, dejo el teléfono de nuevo en su lugar y vuelvo a abrazar a Bella.
Intento dormir de nuevo, aún me siento jodidamente cansado y el dolor de cabeza a vuelto pero me siento más tranquilo teniendola entre mis brazos, cierro los ojos aunque lo único que me viene a la mente es Isabella más joven siendo obligada, por caras desconocidas, a follar de las maneras más pervertida, solo la veo golpeada, la veo siendo maltratada, la veo llorando y sufriendo. Abro lo ojos cansado de esas imágenes, no puedo verla así, vuelvo a mirar su carita dulce y pacífica y beso su frente.
-por eso te asustaste - susurro muy bajo entendiendo su forma de actuar en la piscina, yo prácticamente la abordé, la besé con fuerza, la apreté demasiado, le dije palabras obscenas, ella tuvo que haber recordado todo lo malo.
Tengo que hacerme una nota mental y mantenerla vigente, el trato a mi chica solo debe ser dulce y calmado, incluso cuando por fin pueda hacerla mía. Me gusta mucho el sexo duro, rudo y pervertido, no soy un hombre de misioneros pero por ella estoy dispuesto a cambiar eso también, eso es querer a alguien, no? Bueno, creo que la quiero demasiado, jamás habría pensado en cambiar mi forma de follar por alguien. Creo que las palabras follar y coger también quedarán fuera de mi vocabulario. Mierda, tengo que aprender a controlarme.
Controlarme en serio.
-Edward - susurra muy bajo, la miro enseguida pensando que la he despertado pero solo se mueve un poco y acaricia mi pecho con su mejilla, sonrío por inercia, quizás está soñando conmigo, eso me gusta, ser el que captura su atención despierta y también dormida, joder, quiero eso siempre. Beso su cabello y cierro los ojos más calmado quedándome dormido casi enseguida.
Me siento pesado, cansado y el dolor de cabeza a regresado, odio despertarme con dolor de cabeza pero es imposible no hacerlo si no paro de pensar en toda la mierda que está ocurriendo, suspiro y me estiro un poco en la cama, mis músculos lo agradecen, tanteo la cama buscando el cálido cuerpo de mi chica pero no lo noto, abro los ojos enseguida y efectivamente, ella no está conmigo, molesto por despertar solo de nuevo me voy al baño para darme un ducha rápida.
Diez minutos después estoy limpio, cepillado y fuera del baño, me voy al armario y busco un boxer, unos jeans negros y una camisa polo negra, a veces me gusta vestir casual pero sin perder lo elegante, salgo a la habitación y tomo mi teléfono de la mesa de noche, me sorprendo al ver que son las nueve de la mañana. Como es que he dormido tanto? Me coloco mi reloj de pulsera, me guardo el teléfono, la billetera y bajo para buscar a Isabella.
Mi chica no está en el comedor, tampoco en el salón, miro la casa inusualmente vacía, donde está el personal? La busco en la cocina, la biblioteca, incluso en el gimnasio y la piscina, no hay nadie, comienzo a desesperarme, como desaparece mi personal y mi chica? Es imposible, cuando estoy a punto de perder la cabeza y llamar a Emmett escucho risas, suaves y dulces risas
Bella.
Camino por el pasillo y busco las puertas francesas que dan al jardín trasero, al salir me quedo sorprendido al ver la escena frente a mi, Isabella mi hermosa chica está sentada en una mesa de hierro negro y vidrio comiendo lo que parecen ser galletas, las cocineras están junto a ella de pie riendo mientras observan a mi equipo de seguridad jugar fútbol americano frente a ella, están distrayendola, están haciéndola reír y me doy cuenta que es Emmett el que ha orquestado todo esto, se encuentra en una esquina siendo arbrito y ríe cada tanto satisfecho por su trabajo. Lo sé, Emmett es un jodido buen servidor. Camino hasta mi chica y enseguida las cocineras se apartan dejando de reír y los chicos se detienen de jugar.
-buenos días, cielo - susurro y beso sus labios, mi hermosa Bella me mira y sonríe emocionada.
-buenos días, dormilón. Te sientas conmigo? Los chicos juegan fútbol americano, no lo entiendo pero es entretenido. - me siento a su lado y acaricio su pierna desnuda, trae un vestido ligero rosado bastante corto, muy corto para mi gusto.
-me quedo. - todos me miran ansiosos esperando a que de una orden, resoplo molesto y miro a Emmett sin decir nada.
-vamos, muchachos. Sigan jugando! - exclama Emmett y estos vuelven a la partida, miro a las cocineras que también esperan.
-mi desayuno - pido tranquilamente, luego veo a mi chica - ya desayunaste, cariño?
-si - musita con pesar - lo siento, desperté a las siete y tenía mucha hambre, quise esperarte pero…
-no te disculpes, hermosa - beso sus labios dulces sin poder contenerme - está bien. Disfruta del juego. - me acerco un poco más a ella y susurro en su oído - por cierto, volví a despertar solo. No me gusta, quiero despertar contigo.
-entonces deberías madrugar un poco - contesta burlándose, muerdo su cuello y lamo un poco su piel, la siento estremecerse y suspirar - no hagas eso, nos pueden ver - jadea y gruño en su oído mientras aprieto un poco su pierna
-es que me encanta tu aroma y tú sabor. Además, este vestido es jodidamente corto. No quiero verte usándolo sin mi cerca. Has entendido? - afirmo mi orden mordiendo de nuevo su cuello, gime muy bajo y suspira
-me gusta este vestido, lo uso mucho.
-entonces procura estar pegada a mi cuando lo hagas o de lo contrario lo haré trizas y lo quemaré.
-serias capaz? - susurra mirándome con los ojos negros llenos de deseo. Suspiro profundo y acaricio su mejilla mientras la miro a los ojos, luego sujeto su barbilla con delicadeza para que vea mis ojos.
-mi cielo, soy capaz de sacarle los ojos al primer bastardo que ose mirarte más abajo de los hombros, toda tu eres sagrada y nadie que aprecie su vida verá lo que es mío. - suelto con tanta calma y serenidad antes de besar sus labios suavemente, ella suspira y me mira con ansias y deseo, si ella fuera otra mujer, ahora mismo la pondría sobre esta mesa y la cogería con tal rudeza y fuerza que no podría caminar, pero es mi Bella y no quiero traumarla, así que solo sonrío y agradezco cuando ponen el desayuno frente a mi - delicioso - murmuro comiendo con ojos de Isabella fijos en mi, no sé qué piensa o que le pasa por la cabeza pero su mirada solo me excita.
-en serio matarias a alguien solo por mirarme? - pregunta minutos después, enarco una ceja sin entender, por ella armaría la tercera guerra mundial, pero no tiene que saberlo aún.
-cielo, dije que le sacaría los ojos a quien te mirara como no debía, matarlo sería demasiado fácil, no sufriría. - comento tomando un sorbo de mi café, ella frunce el ceño y baja la mirada. Mierda, creo que he dicho demasiado. - es broma, cielo. No voy a matar a nadie, pero si lo amenazaria. - ella vuelve a subir la mirada, se ve algo turbia y oscura de una forma siniestra que no me gusta, no había visto esa mirada antes.
-alguna vez has matado a alguien? - pregunta con la voz suave y dulce. Joder, que se supone que diga ahora? No quiero mentirle pero tampoco quiero sustarla ni hacerla correr.
-Nena… - que demonios digo. - por qué preguntas eso?
-porque yo sí he matado a alguien. - contesta y dejo caer mi cubierto en el plato mientras observo esos ojitos oscuros y tenebrosos. Acaso fue… no quiero pensarlo pero tiene lógica, o no?
Mierda.
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Entonces.
Se ha revelado el asunto, Isabella al igual que Rosalie fueron secuestradas, vendidas y prostituidas.
Víctimas de la trata de blancas.
*Alguien tuvo razón*
Peeeeeeeeeeeeeeeeeero...
Hay más, hay muuucho más que esto, "lo que acaba de pasar" solo es la punta del Iceberg, así que...
Un Rw por sus pensamientos.
Díganme que piensan y si les gustó tanto como a mí me gustó escribirlo.
Besos
