"Mi barco fue tocado y hundido, pero aquí sigo, flotando entre los restos del naufragio"

Un superviviente.


CAPÍTULO 23

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Renné está cruzada de brazos y mira al rededor mientras inspecciona lo que puede ver del yate y a mi, su mirada se posa en mi un par de veces y me estudia sin descaro alguno, su mirada es fría y siento que me juzga pero no lo sé en realidad, la foto que me mostró Dashwood es igual, es la misma mirada, así que intento que no me afecte, ya bastante tengo con sentirme de la mierda.

Viste de negro, igual que en la foto, aunque esta vez el vestido negro tiene un escote cuadrado bastante recatado, sin mangas, ceñido hasta la cintura y un poco suelto hasta las rodillas, lleva tacones rojos y una gargantilla de oro blanco con un zafiro. También lleva un reloj de titanio bastante femenino con diamantes y un anillo de oro gold con diamantes rosados, quizás de diez o quince kilates. Es esbelta, delgada y hermosa, su cabello rubio rojizo está recogido en una cola baja como en la foto, los labios están pintados de rojo y sus ojos verdes son fríos y casi sin vida.

Me da algo de miedo.

-todo despejado, señora - miro al hombre de ella que ha vuelto con Embry y se detiene a su lado.

-excelente. Podemos hacer negocios ahora - su voz es suave y dulce pero tiene un acento fuerte con la ere, quizás por el tiempo que lleva en ese mundo.

-de acuerdo. Vamos a mi oficina - asiente y camina a mi lado, sus hombres y los míos vienen detrás de nosotros, sus tacones resuenan por todo el yate siendo el único sonido en todo el lugar, subimos las escaleras hasta la segunda estancia y pasamos al pasillo sin salida, abro la puerta de mi oficina y hago un ademán con la mano para que entre primero. Me mira enarcando una ceja y entra, miro a sus hombres y los míos quedarse en el pasillo con armas en mano. - esperen aquí.

Cierro la puerta detrás de mí y tomo una bocanada de aire para darme valor, lo que viene ahora no es fácil de hacer. Me giro para verla sentarse con toda la elegancia que la representa en la silla de madera y cuero italiano frente a mi escritorio. Dejo salir el aire y me obligo a mantenerme calmado, es una negociación, ella no va a arrebatarme al niño de las manos, vamos a hablar de precios y podremos llegar a donde quiero. Camino al mini bar y me sirvo un brandy.

-gusta beber algo? - pregunto tomando un sorbo del mío, ella se levanta con elegancia y viene a mi, me pone algo nervioso, sonríe apenas con una mueca despectiva y me quita el vaso para beber de él.

-esto es suficiente - contesta y vuelve a la silla. Me sirvo otro y camino hasta mi escritorio, me siento en mi silla mientras ella me observa. Como demonios se supone que haga esto? - creo señor Cullen que usted no está familiarizado con estos negocios. - suelta cruzándose de piernas.

-sinceramente no lo estoy - afirmo dejando el vaso sobre el escritorio un poco más tranquilo de que ella sea la que comience esta bizarra conversación. - es nuevo para mi. - asiente entendiendo.

-por qué lo hace entonces? - sus palabras son duras y burlonas. - es Edward Cullen después de todo - no me pasa desapercibido el desprecio y el sarcasmo.

-que puede usted saber de mi? - pregunto intrigado.

-lo suficiente, señor Cullen. Un hombre como usted no necesita dinero extra. Así que debe haber algo más debajo de su intención. - bebe de su vaso y suelta el aire - pero no estoy aquí por eso, dónde está el niño? - un escalofrío sube por mi espalda y me contengo de temblar al escuchar su pregunta con esa voz fría y demandante. Ella no siente remordimiento por esto?

-el niño está en una habitación aquí mismo. Lo traerán luego - asiente y revisa su cartera, una pequeña cartera negra de mano que no había visto. Saca una pequeña bolsa de terciopelo roja, la abre y deja caer los diamantes en mi escritorio.

-cien kilates en diamantes pequeños de alta pureza. - miro los diamantes y siento la bilis subir por mi garganta, tomo uno de todo el montón y lo analizo, es un diamante puro tal como dijo pero no lo quiero, no quiero recibir ningún pago.

-bien, pero estamos aquí para negociar, no? - asiente mirándome de manera retadora - negociemos, quiero el doble. - exijo y ella resopla de forma no tan femenina.

-no voy a darle el doble por el niño, señor Cullen. Puedo conseguir cuatro niños por esa cantidad - evito mostrar mi horror al escucharla. - no está vendiendome un cuadro único en el mundo, solo es un niño, hay millones solo en este pais. - se pone de pie y echa los diamantes en su bolso. Va a marcharse, mierda.

-lo sé. Estoy consciente de ello. Antes de irse dígame una cosa. - me mira atentamente y espero retenerla - le gusta lo que hace? Le gusta comprar niños para un depravado? - no puedo evitar soltar la rabia y el asco en mis palabras, sus ojos vacilan por un momento pero vuelve a ser fría al instante.

-no tiene la moral para decir eso, usted está vendiendome uno, no es así? - se burla y puedo decir que me siento atacado, odio sentirme de esa forma.

-tiene razón, pero lo hice para poder verla, hablar con usted. - resopla y camina lejos de mi hacia la puerta.

-que tendría que decirme un hombre de su status, señor Cullen? Hombres como usted están por encima del sistema y no hacen nada con su poder. - ella pelea pero también lo siento como un reproche.

-se equivoca - la estoy perdiendo, se acerca la puerta, si sale, será el fin - estoy haciendo esto gracias a ese poder. Estoy hablando con usted. -toma el pomo de la puerta - la venta de este niño ha hecho que usted esté frente a mi.

-una venta que no se concretó.

-una venta que no pretendo concretar - afirmo molesto y en voz alta, la veo girar el pomo y me desespero - por favor, señora Swan. Solo escucheme - la veo tensar los hombros y quedarse ahí durante largos segundos, su respiración se agita, lo noto por sus hombros, baja la cabeza y luego se gira con lentitud, su mirada de horror me dice que la verdadera Renné está bajo esa capa de frialdad e indiferencia.

-como me llamaste? - susurra tan bajo que apenas la escucho, da pasos lentos e indecisos de regreso mientras mira al rededor.

-señora Swan - susurro nervioso mientras parpadea y se sujeta al borde de la silla - ese es su nombre. Renné Isabel Swan Dwyer - jadea y baja la mirada, es como si no hubiera escuchado ese nombre hace años, le duele, puedo verlos en sus ojos húmedos y su facciones nerviosas

-como… como es que tú… - mira al rededor y niega - esto es una maldita broma, no? Fue porque maté a la última amante de Igorov y esta es su forma de vengarse? Hacerme recordar el dolor de mi pasado? - su voz se vuelve cada vez más fuerte, histérica, furiosa. Me mira con odio - pues, jodete tú y toda la mierda que Igorov quiera hacerme, ya no me queda nada! - grita y niego enseguida, corro a su lado cuando veo que quiere volver a irse.

-no, Renné por favor. No te vayas - pido casi rogando, ella me mira con rabia, agitada, furiosa pero se detiene - no trabajo con Igorov, odio a ese hijo de puta por lo que le hizo a tu hija.

-mi hija - susurra mirando a la nada, sus ojos se humedecen aún más y veo dolor en sus facciones. - mi pequeña Bella. - sube la mirada y me observa fijamente - Como sabes de ella? - su voz es ansiosa y nerviosa - la has visto? Sabes cómo está? - sonrío ante su preocupación, ella es la verdadera Renné. Asiento y tomo mi teléfono, busco en la galería y le muestro el sin fin de fotos de Isabella, en el parque, en el cine, cenando, en la piscina, almorzando, en el santuario, inclusive hay unas dónde está dormida.

Ella admira cada foto con vehemencia, acaricia la pantalla del teléfono y comienza a llorar en silencio mientras sonríe, mira una, luego otra y otra y otra más, llora y se seca las lágrimas en vano porque sigue llorando con cada foto que pasa, hay otras con Charlie en el hospital, ella jadea de asombro al verlo, fue cuando lo operaron, Bella se tomó varias selfies con su teléfono y le robé un par de ellas, hay otras más de ella con Charlie y el perro pulgoso en el jardín comiendo galletas a escondidas, fotos que también robé de su teléfono y un par más con Alice cuando la visitaron la primera vez de regresar del hospital

-mi bebé - susurra con la voz rota - está hermosa. - luego me mira y sonríe - como es que tienes tantas fotos de ella? Es tu amiga o…

-es mi novia, mi mujer - la interrumpo y ella jadea asombrada. Sus ojos van del teléfono a mi y sigue pasando fotos hasta que encuentra varias de nosotros, yo besando a Isabella en la mejilla mientras ella sonríe a a cámara, yo dormido y ella sobre mi tomando fotos con mi teléfono, abrazados en la piscina.

-como es que ella terminó estando con… alguien como tú? Eres un traficante de niños! Ella no merece eso! - pelea y aprieto los labios.

-no soy un traficante de niños - gruño molesto - esta fue la forma de atraerla a usted y poder hablar, soy un empresario, tengo una farmacéutica y manejo negocios legales.

-ilegales también, no? - pregunta sin terminar de creerme.

-en efecto, sí. Trafico droga pero es mi límite, y espero salir de este mundo pronto.

-estas decidido a dejar esto? - pregunta sin creerme - cuando un hombre entra al mundo oscuro es casi imposible que salga.

-lo estoy, estoy decidido a dejarlo. Sabe por qué? Porque amo a Isabella y quiero que ella sea feliz, quiero que esté segura pero primero quiero acabar con cada hijo de puta que le hizo daño en el pasado.

-quieres asesinar a Igorov - afirma en voz baja. Asiento enseguida.

-ya acabé con la mayoría, Charlie me ayudó solo me falta Aro y él. Y no descansaré hasta tenerlos. - ella baja la mirada y niega

-quieres demasiado, ellos son poderosos. No es un trabajo sencillo. No puedes llegar a ellos fácilmente.

-llegué a usted, no es así? - pregunto molesto - no me subestime Renné. Tengo el poder y voy a lograrlo. Quiero que Isabella sea feliz, quiero borrar ese pasado por completo, quiero devolverle todo lo que le robaron a usted y regresarla a usted con su familia. - un suave sollozo brota de ella y baja la mirada negando

-pides imposibles, muchacho. Nunca podré volver. - afirma desolada - soy una prisionera de por vida.

-pero podemos arreglarlo, mi gente puede matar a esos tres que andan con usted enseguida, puedo hacer que usted desaparezca por un tiempo, dejar a Igorov sin su pista y atraerlo a él a mí. - ella niega y sonríe con pesar.

-ves esto? - señala su cuello, hay una cicatriz pequeña ahí, un poco más abajo de su oreja - es un localizador, no importa en qué parte del mundo esté, Igorov lo sabrá.

-podemos sacarlo, podría tener a un cirujano aquí en segundos - afirmo y ella niega de nuevo

-sacarlo es imposible ahora, hace cinco años tal vez era posible, ahora no, se han fusionado a la aorta, intentar quitarlo es matarme en el intento. Créeme ya lo intenté y los hombres ahí afuera? - señala la puerta y sonrie - darían su vida por mi, son fieles a mi, odian a Igorov tanto como yo, me defienden de él, estoy a salvo gracias a ellos.

-debe haber una forma, Renné. Sabes cuánto te extraña Charlie? - sus ojos se vuelven a humedecer al escuchar su nombre - no ha dejado de amarla nunca, usted y Bella son todo para él. Bueno… - sonrío levemente y la miro un poco emocionado - su futuro nieto también. - se lleva las manos a la boca y jadea con asombro.

-mi hija está embarazada? - su voz se rompe y llora cuando asiento, saco mi billetera y tomo la ecografía, sonrío al verla y se la tiendo - oh por dios - llora emocionada - mi bebé va a tener un bebé.

-tiene casi cuatro meses de embarazo, y estoy seguro que va a ser un niño. - comento con orgullo - no le gustaría ser parte de eso? Verla hermosa con su vientre hinchado? Estar a su lado dándole consejos? Tomando su mano cuando mi hijo esté por nacer? - asiente sin dejar de llorar - ayúdeme a ayudarla Renné. Quiero a mi mujer completamente feliz y usted es la clave de ello.

-ella piensa que estoy muerta - musita entre sollozos.

-si, es cierto. Pero nunca deja de pensar en usted. Y Charlie la extraña muchísimo

-mi Charlie - susurra con nostalgia - cómo está él? - pregunta esperanzada

-recuperandose de un trasplante de corazón. - jadea de nuevo asustada - él está bien. Ahora vive conmigo al igual que Bella, son mi familia Renné y quiero que usted sea parte de ella.

-dios, esto es tan difícil - susurra y me entrega el teléfono junto con la ecografía - no puedo solo escapar, Igorov nunca sale de la mansión, es imposible que puedas llegar a él.

-entonces hágalo usted - afirmo ansioso - puedes asesinarlo dentro de esa mansión, vive ahí tambien, no? - asiente enseguida - hágalo y yo me ocuparé de sacarla de esa casa sin que nadie lo sepa, tengo toda la información necesaria para hacerlo. - parece pensarlo, tiene miedo, lo sé, no sé qué pudo hacerle Igorov para mantenerla aterrada pero estoy seguro que puedo convencerla.

-dejame pensarlo. Te contactaré tan pronto esté decidida de que hacer - dos toques a la puerta la hacen saltar de miedo.

-señora se encuentra bien? - es la voz de uno de sus guardaespaldas. Suspira y se limpia la lágrimas

-si, Stefan. Estoy bien - responde en voz alta. Luego me mira con pena - estoy tardando mucho, tengo que irme, si no me llevo al niño por lo menos déjame verlo, necesito excusas de porque tardé tanto. - asiento y marco el número de Rosalie.

-jefe - es su respuesta al contestar.

-trae al niño - ordeno y la escucho suspirar, corto la llamada y me quedo observando el telefono.

-en realidad no pensabas entregármelo, cierto? - pregunta con pena, niego enseguida aún sin mirarla - entiendo, es díficil, al principio lloraba cada vez que le entregaba un niño a Igorov, es un depravado sin corazón, un desalmado pero hacer este trabajo me mantiene lejos de la casa, odio estar ahí. De esta forma puedo viajar y sentirme libre aunque el precio es alto.

-esto me asquea, Renné. Jamás podría hacer algo como eso. Voy a tener un hijo y me siento tan vil al intentar vender un niño. Aunque sea solo una treta… me odio por hacerlo - ella asiente entendiendo.

-despues de un tiempo uno cree que se acostumbra pero no, es tan horrible y doloroso como el primer día - dos toques a la puerta me alertan, camino y la abro por mi mismo, Rosalie mira con desconfianza a los tres hombres que no conoce y entra con el pequeño enganchado a su brazo.

-hola, Tom - susurro y él me mira un poco asustado, Rosalie camina con el niño y mira a René que se ha puesto de pie para evaluar al pequeño. Su mirada de odio hacia Renné es palpable, el pequeño mira a Renné y luego a mí con temor - no temas, te dije que no iba a pasarte nada.

-acercate, pequeño. - pide Renné con voz dulce. El niño se acerca y ella lo toma por el mentón, lo evalúa y suspira - es perfecto, Cullen. Demasiado. Si le muestro la foto a Igorov va a quererlo.

-no lo llevarás - sentencio y ella suspira.

-tengo que llevar mi propia prueba del por qué no regresé con un niño. Y si le tomo la foto ahora… me hará regresar con cualquier cantidad exagerada de diamantes

-entonces? - la miro con miedo - no va a salir de aquí, no con usted, Renné. - suelta el aire y mira al niño con pena mientras gira el anillo en su mano.

-lo siento, muchacho. - pasa más rápido de lo que puedo darme cuenta, levanta la mano y lo golpea con tanta fuerza en el rostro que su carita se gira como un latigazo para luego caer al suelo, el anillo en su dedo deja una profunda cortada en su mejilla hasta su labio y sangra enseguida. Tom comienza a llorar de manera escandalosa y Rose lo toma en sus brazos mirándola con más rabia aún

-que demonios le pasa! - le grita pero Renné apenas repara en ella, toma el pañuelo del bolsillo de mi chaqueta y sujeta la cara del niño, limpia un poco el exceso de sangre de su mejilla y la riega a su cuello, le rompe la camiseta y con una navaja que saca de su cartera le rasga el pantalón, la mejilla de Tom se torna roja enseguida y se hincha.

-que pretende, Renné? - pregunto nervioso, Tom no deja de llorar, debe dolerle el corte.

-Igorov nunca querrá a un niño maltratado, con cortes o cicatrices. Es un bastardo perfeccionista - le toma un par de fotos de él llorando y sangrando, también con la ropa rota y la mejilla rota y amoratada. - esto será suficiente. - luego mira al pequeño que está asustado abrazado a Rosalie - lo lamento, pequeño. Pero es por tu bien - luego me mira y hace el intento de sonreír. - me pondré en contacto contigo pronto.

-esperaré tu llamada, Renné. Y por favor, no tardes. - asiente y guarda su teléfono.

-dale un fuerte abrazo a Bella por mí en su cumpleaños, por favor

-lo haré, lo prometo. - suspira y vuelve a cambiar su mirada, vuelve a ser fría y molesta, abre la puerta y observa a sus guardaespaldas.

-salgamos de aquí, esto ha sido una pérdida de tiempo. - gruñe y sin mirar atrás se aleja. Suelto el aire sintiéndome algo satisfecho por lo que acaba de suceder, aún hay esperanzas para nosotros, para ella. Quiero que vuelva, ahora que he conocido a la verdadera Renné Swan, quiero traerla de vuelta y unir todas las piezas de la familia Swan, mi familia.

-que demonios acaba de suceder? - la voz de Rosalie me saca de mis pensamientos, la miro y veo a Tom aún llorando abrazado a ella

-eso fue Renné Swan luchando por sobrevivir en un mundo al que no pertenece. - me acerco a ella y acaricio el cabello de Tom. - los siento, pequeño. No volverá a suceder. - veo a Jared en la puerta - llama a un doctor, pediatra de ser posible y que llegue enseguida.

-si, señor - lo veo salir y me enfoco en el pequeño.

-el doctor va a curarte pronto. Te gustaría comer helado? Podemos arreglar eso. - el pequeño me mira y asiente aún entre sollozos y lágrimas. - luego de que el doctor te cure, comemos helado y nos vamos a casa.

-está seguro de eso? Quiere llevarlo a la casa? - pregunta Rosalie con miedo, está escéptica pero estoy más que convencido, el pequeño es adorable y me agrada, además no creo tener corazón para devolverlo al horfanato de donde Malik lo sacó. Ha estado a punto de ser el juguete de un depravado por mi culpa, lo menos que puedo hacer es darle un poco de calor de hogar.

-estoy convencido, Rosalie. Merece un hogar.

-y que le dirá a Bella? - me encojo de hombros.

-ya se me ocurrirá algo, además, Isabella es un alma pura, amará al niño tanto como a nuestro hijo.

En media hora exactamente hay un doctor entrando al yate, viene escoltado por Jared y llega a mi que estoy en la cubierta bebiendo un poco de brandy, me siento positivo, me siento optimista, el pequeño Tom ha recibido la peor parte de la visita pero eso será todo, ese niño merece un poco de cuidados y amor, en cierta forma me recuerda a mi, sin un padre, sin una madre, solo luchando desde tan pequeño, teniendo que madurar sin quererlo, perdiendo su infancia y su felicidad, revivir esos momentos me parece terrible, es una oscuridad a la que no quiero volver, agradezco inmensamente a Esme por darme el amor que necesitaba, espero poder emanciparme un poco demostrándole a este pequeño que puede tener una familia y amor sincero.

-señor Cullen - miro al doctor y veo que me tiende la mano para saludarme - Peter Dawson. Pediatra. - extiendo la mano y lo saludo asintiendo.

-un placer, gracias por venir tan pronto. Sigame - dejo el vaso en una mesa de la cubierta y camino con el doctor hacia la habitación principal en el primer piso - el pequeño tuvo un accidente, tiene un corte en su mejilla y me preocupa mucho.

-con qué se hizo el corte? - pregunta con seriedad mientras nos acercamos a la habitación.

-con un metal sobresaliente de una baranda de la proa, estaba corriendo y se cayó, afortunadamente no fue a parar al agua - abro la puerta de la habitación y veo a Tom recostado en la cama dibujando en los cuadernos con Rose a su lado señalándole donde dibujar, ya habíamos hablado de que debía decir el niño. Obviamente no debía mencionar que una mujer lo golpeó. - Tom, el doctor ha llegado. - el pequeño mira al doctor y enseguida sus ojos se llenan de lágrimas.

-tranquilo, pequeño - Rosalie lo consuela pasando su mano por su cabello rubio. - solo va a curarte la mejilla.

-hola, Tom - saluda el doctor sonriéndole - déjame revizarte un poco - el doctor me mira y asiento dejándole llegar a él, se sienta en la cama junto al niño y Tom sentando ahora en las piernas de Rose me mira nervioso.

-quieres que sostenga tu mano? - le pregunto con voz baja y asiente apenas, me acerco y tomo la mano del niño, es tan pequeña, apenas abarca mi palma solamente, tiene las manitos ásperas, quizás en el horfanato lo obligaban a trabajar, yo lo hacía, teníamos que trabajar todo el día para mantener limpio ese agujero de ratas, el doctor limpia la herida y él comienza a llorar - ya, pequeño. Tienes que ser un niño valiente, cuando el doctor termine tendrás tu helado.

-le recetaré unos analgésicos para que lo tome cuando le duela solamente - comenta el doctor limpiando la herida - hay que ponerle puntos. - afirma y aprieto los labios. No me gustan los puntos, esa mierda duele.

-se le caerán solos? - pregunta Rosalie curiosa

-no, tienen que retirarlos en una semana, deberían llevarlo al hospital para eso. Pero hay que tener cuidado, tendrá dolor y dormir le costará un poco, no debe dormir sobre la herida

Diez minutos después el pediatra ha cocido la herida por completo, le ha puesto unos quince puntos, dice que si somos cuidadosos no le quedará una cicatriz, le pago al pediatra una buena cantidad de dinero por aparecer a las once de la noche y lo dejo ir, Tom enseguida está jalando mi pantalón demandando que lo cargue, me asombro ante esa repentina confianza, aún así lo tomo en brazos y lo llevo hasta la cocina donde todavía está mi personal esperando, saben que no pueden irse de la cocina o del yate hasta que Rosalie o yo demos la orden.

-helado, por favor - ordeno y veo a Tom que se abraza con fuerza a mi cuello - que sabor?

-chocolate - susurra y sonrío

-Helado de chocolate, solo una porción - exijo recordando a Esme y sus estrictas reglas con los dulces. "Nada de dulces después de las ocho, cariño. Una sola porción de helado, no queremos que tu pancita pida a gritos un doctor. Los caramelos estropearán tus dientes, príncipe. Te lo advertí hijo, dos bolas de helado te caerían mal." Una taza con helado es servida enseguida, camino a la mesa pero Tom no quiere soltarme, me siento con el pequeño en mi regazo y lo dejo comer su helado tranquilamente. Cuando termina su helado se recuesta a mi pecho y suspira.

-tienes sueño? - pregunto mirando la taza vacía

-sí, estoy cansado y me duele la cara - siento pesar por eso. No tenemos la medicina que el doctor ha dicho.

-vamonos, en el camino te compraré el analgésico.

Despido a todo el personal en el yate, todos pueden irse a casa ahora mismo, con Rosalie y Tom nos vamos al auto y subimos en el asiento trasero, Jared conduce y verifico que Embry y Seth vengan en el otro auto, Tom se queda dormido diez minutos después de subirnos en el auto, descansa su cabeza en mis piernas y los pies en las piernas de Rosalie, se ve tan pacifico, tranquilo. Tan dulce y confiado, se ve como un niño feliz, sonrío sin poder evitarlo, puedo darle una buena vida a este pequeño, no soy Esme pero puedo intentarlo.

Si este sentimiento de sobreprotección y serenidad, combinado con paz y felicidad es el sentimiento que provoca el ser padre, entonces creo que estoy listo, me gusta como se siente y quiero aprovecharlo


Bueno bueno... Quienes esperaban que fuera un buen encuentro? René no es mala, ella solo sigue siendo prisionera y está pagando el intercambio con creces.

Espero les haya gustado este capítulo.

Gracias por leer.

Besos.