hola esta es la segunda opcion de la serie de opciones que realizo mi amiga Nessy esta son de un capitulo mas adelante van a tener mas capitulos esta es una de mis preferidas espero que les guste jejeje gracias por sus rr y sigan contestandome gracias enserio!

Opcion 2

la segunda opción será para después del sexto curso, justamente el día que Harry llegue al punto donde están viviendo los Weasly, o quizá el día que Hermione reciba su Premio Anual. Es decir, estaría situada en el séptimo libro, y siguiendo la extructura de JK (Privet Drive-Estancia con los Weasly-Hogwards-Batalla-fin de curso-tren-?capítulo de cierre)sería dentro de la segunda fase.
Posiblemente veremos lo que ocurre a través de Harry, o al menos lo oiremos, como él, por accidente.

Hace apenas un mes que acabó el curso en Hogwards y un chico moreno de ojos verdes está sentado en un jardín de Privet Drive.
Unos días antes había cümplido 17 años, sus amigos no pudieron estar con él, y aunque Duddley había decidido no hacerle más la vida imposible se sentía desplazado.

Había recibio una lechuza de Hermione con un regalo de cümpleaños que no sabía muy bien para que era (ya te lo explicaré cuando te vea); lo había comprado en Bulgaria, donde estaba pasando unos días junto a su familia con Viktor, en una misión para el ED. También había recibido un pastel de Hagrid y otro de su mejor amigo Ron, que le contaba en su carta que pronto irían a recogerle para que pasase el mes de agosto con los Weasly.

Sonó el teléfono dentro del número 4, y una voz chillona llamó - ¡Harry, es esa amiga tuya, la hija del dentista, cúantas veces tengo que decirte que no quiero que esa gente te llame a casa...
Harry entró corriendo, cúantas veces, era la segunda llamada que recibía en toda su vida!.

- Harry?- la voz de Hermione sonó al otro lado del teléfono.
- ¡Hermione, qué alegría, ya has vuelto?
- No, llegaré mañana.
- Ron me dijo que pronto vendrían a recogerme, pero no he tenido ninguna noticia
- Por eso te llamo, no podemos usar los canales habituales para hablar contigo, creemos que los mortífägos podrían estar interfiriendo el correo.
- Vaya, pues los artefactos muggles no deben dárseles muy bien- Harry no pudo evitar exalar una breve risa.
- No estamos muy seguros de que no puedan controlar el teléfono, pero siempre será menos accesible que nuestro correo o la red flu.
- ¿Sabes cuándo van a venir a por mí, ya no aguanto más estar encerrado, sin saber ni poder hacer nada, y Hedwig se muere por volar.
- Tranquilo, Harry, será esta noche, estate preparado, un grupo de apoyo irá a recogerte y te llevará con nosotros, yo llegaré antes que tú.
Una sonrisa se dibujó en la cara de Harry, los últimos días habían resultado especialmente duros, los mortífägos cada vez eran más poderosos, parecían multiplicarse por momentos, y aunque la Orden luchaba con ahínco, y desde el ED los más jóvenes colaboraban en todo lo posible no conseguían neutralizarlos. Mientras, Harry se veía obligado durante un mes a encerrarse en la casa de sus tíos, con la odiosa mirada de tío Vernon y esa forma tan rara que tenía de hablarlo tía Petunia desde su regreso en quinto curso. Estaba harto de no poder hacer nada, de no saber nada, y ahora su amiga le estaba diciendo que se acababa ese infierno...
- ¿Harry¿estás ahí?
- Sí, lo siento, es que tenía tantas ganas que me he quedado sin habla.
- Ya
- Bueno, pues..., nos vemos mañana?.
- Sí, Harry, hasta mañana. Seguro que todo saldrá bien.
Y un pitido ocupó el lugar de la voz de Hermione.

Eran ya las ocho de la tarde, todo estaba listo en su habitación, su baúl, Hedwig y la Saeta de Fuego esperaban impacientes la llegada de la noche. A Harry le abría gustado estar solo en casa cuando llegase su "escolta", pero tío Vernon no se fiaba de los magos desde que le mandaron a recoger un inexistente premio de jardines, bueno, en relidad nunca se había fiado de los magos, pero ahora también desconfiaba en que pudieran entrar en su casa cuando quisieran, y que tras ellos trajesen a esa chusma asesina.
Las nueve, las diez..., ni rastro de un solo miembro de la Orden, Harry empezaba a impacientarse, se tumbaba en la cama, se paseaba, comprobaba una y otra vez que estuviera todo a punto, no le habían llamado para cenar, pero tampoco él tenía ganas de bajar, sólo quería salir de allí y ver a sus amigos.
Harry había notado que Ron no se sentía bien, y no era porque Percy se hubiera pasado al lado tenebroso, eso, poco a poco, todos (salvo la señora Weasly) lo iban asumiendo...no, era distinto y Harry creía saber de que se trataba: ya en cuarto se puso así cuando Hermione acompañó al baile a Viktor, y cuando éste reapareció en Hogwards esa primavera, casi le da algo,..., estaba claro, Ron sentía algo muy profundo por Hermione y no era capaz de admitirlo abiertamente, ni siquiera ante Harry, su mejor amigo, y ahora ella estaba trabajando para el ED con Viktor y los celos lo estaban consumiendo, aunque, y de eso Harry estaba seguro, se dejaría matar antes que reconocerlo.
De repente se oyó un ruido en el jardín, las luces de la calle se apagaron y unas fuertes risas precedieron al sonido del timbre.
Harry con el corazón en un puño bajó las escaleras corriendo, tía Petunia se había adelantado a abrir la puerta, y en el umbral se divisaban dos relucientes cabezas rojas
- ¡ Fred, George, por fin, no sabéis cuántas ganas tenía de veros, de verdad - y por la expresión de su rostros los gemelos sabían que Harry estaba mucho más contento de lo que se mostraba.
- Tienes visita, Harry- dijo tía Petunia haciéndose a un lado para que pudieran pasar. En total eran cinco personas, los gemelos, Tonks (que ya parecía fija en estas circunstancias), Moody y el señor Lovegood.
- Buenas noches, señora- dijo Moody al entrar levantándose un horrible sombrero escarlata - Harry, estás listo, tenemos un largo viaje por delante.
Mientras Lovegood cerraba la puerta tío Vernon apareció tras ellos - espero que no les importe que mi familia y yo nos quedemos en el salón-
El ojo de Moody giró hacia él -no, para nada, ya nos apañamos nosotros solos- y guiñó a Harry su ojo real.
- Tu habitación sigue en el mismo sitio?-preguntó Tonks mirando a lo alto de las escaleras
- Bueno, si no se ha movido desde hace un rato creo que sí- el humor de Harry había mejorado por momentos - Fred, George, me ayudáis a bajar mis cosas-
- Sí- dijeron ambos al unísono y los tres emprendieron camino hacia el dormitorio de Harry
- Harry debemos decirte algo- indicó Fred
- Algo importente - subrayó George
- Qué ocurre- Harry empezó a sentir un vacío en su estómago, desde que los gemelos se habían "formalizado" cualquier noticia de ellos podía ser peligrosa
- Fred y yo ya no pertenecemos al ED, lo hemos dejado.
- ¿Cómo!
- Sí, bueno, es que a George y a mí nos han permitido entrar en la Orden- dijo Fred con una exagerada reverencia, y los dos hermanos empezaron a reírse a carcajadas
- Vaya cara que has puesto
- Tendrías que haberte visto
- No había visto una cara de espanto tan grande desde que Ron leyó la carfta de Hermione.
Ambos hermanos empezaron a reírse de nuevo.
- ¿Qué ha pasado?- quiso saber Harry
- ¿No sabes nada? -preguntó Fred incrédulo - no ha sido ella la que te ha avisado de nuestra llegada?
- No, sí, bueno- dijo Harry contrariado- ella me ha avisado, pero no me ha contado nada más
- Pues es que -George imitaba a Ron- la señorita Granger ha decidido que Viktor sería un seguro de viaje para ella, y que aquí puede ayudarnos a todos.
A Harry se le cayó al suelo la jaula de Hedwig, que se quejó con un grito y trató de picarle en la mano - ¿Hermione se trae a Viktor con ella¿a la Madriguera?- no podía creer lo que estaba oyendo.
- Bueno, a la Madriguera no -negó George con la cabeza- no es allí donde vamos
- Se lo trae al mismísimo cuartel general -respondío Fred a la pregunta que Harry estaba a punto de hacerle.
- Y dónde- Harry no pudo terminar su pregunta, Tonks estaba en la puerta, sonriendo
- Eso ya lo sabrás, no te impacientes, ahora vámonos, es tarde, y el camino es largo -miró a los gemelos- ya se que os gustaría hablar de vuestras cosas, pero tendremos suerte si conseguimos llegar antes de que amanezca..
- Baúl locomotor, qué ganas tenía de hacer magia fuera de Hogwards!-dijo Harry en tono triunfante- por si no os habéis dado cuenta: hace unos días que cümplí los 17 y soy mayor de edad.
Los cuatro descendieron la escalera en procesión hasta llegar al hall donde Lovegood y Moody aguardaban en entretenida charla.
- ya estáis aquí- dijo Moody- muy bien, pues todos al coche- abrió la puerta- Fred mira fuera, comprueba que nadie nos ve.
Fred obedeció y a un gesto suyo todos salieron dirección al viejo Ford Anglia que estaba aparcado en la puerta.
- Si venías en coche, por qué habéis apagado las luces?- miró a Fred y George alternativamente.
- Elemental, pequeño Potter, porque hemos llegado volando - se estiró Fred
- Y además, nunca perdería la oportunidad de usar el apagador de Dumbledore en este...- George hizo un gesto de asco mientras con los brazos hacía como si abarcara toda la calle- barrio

- En la villa de nuestra futura cuñada - Fred miró a George cómplice - vaya! se nos escapó el secreto a voces...
- ¿Qué, quiero decir, cómo, bueno - Harry frunció el ceño - nos os burléis de mí, ya me entendéis.
Mientras el Ford Anglia tomaba tierra ruidosamente Fred se giró como pidiendo permiso a Moody para hablar
- Ja, si alguien va a chivarse de algo así, seré yo- dijo Tonks divertida- ya sabes que Bill y Fleur, bueno, que salen juntos...
- Sí, algo había oído - la voz de Harry sonó cansina
- Y que Fleur se unió a la orden el año pasado
- Sí
- Y que han decidido casarse...- los tres miraron a Harry sonrientes
- Qué, cúando?- despertó instantáneamente, tenía los ojos como platos
- Bueno, de momento no, ya sabes con esto de la guerra y demás...-empezó Tonks-
- Basta ya de chismes! -atajó Moody- lo importante es que la familia De la Court tenía esta propiedad heradada de sus antepasados, solitaria y tranquila, como ves, y han tenido a bien cederla a la Orden como cuartel general, mientras nos buscan Inglaterra
- Sí, pero, DONDE ESTAMOS

- Francia- dijo Lovegood secamente mientras se dirigía al edificio principal.
- No te molestes, es que echa de menos a su hija- dentro de unos días se unirá a nosotros.
- Bien Harry, ya estás en un lugar seguro, está fuertemente protegido y además es inmarcable, aquí puedes hablar sin riesgo de que nada te oiga y luego lo cuente. Tonks, vamos dentro. Y vosotros guardad el coche en el garaje.- Moody y Tonks siguieron el camino que antes había emprendido Lovegood, los gemelos tiraron de Harry para ir a otro sitio.

- ¿Qué a querido decir Ojoloco?- Harry interrogó preocupado a sus amigos
- No hagas caso, ya sabes que es un poco paranoico.
- ¿Qué es ese edificio?- dijo Harry señalando una enorme construcción de madera
- Ah1, eso- señaló George- es el garaje, pero debemos abrirlo antes de meter el coche
- Sí, no queremos romper su preciosa puerta - y el sonido de la voz de Fred hizo comprender a Harry que algo tenían planeado al respecto, en fin, hay cosas que nunca cambian, pensó.

Cuando estaban a pocos pasos de la puerta de entrada los tres pararon en seco, unas voces salían del garaje, se acercaron con cuidado y pegaron el oído:
- Y la señorita Gramger ha tenido buen viaje ?- preguntaba la voz de Ron con tono irónico.
- Si el señor Weasly está interesado en saberlo le diré que sí - se oyó a Hermione con un cierto retintín
- Ah, y no han surgido enooormes peligros por el camino- la voz de Ron sonaba un poco más fuerte.
- Nada de lo que debas preocuparte - Hermione también subió la voz
- Oh, claro, ibas protegida por tu maravilloso novio Viky
- NO-LE-LLAMES- VIKY, y además no es mi novio -Hermione recalcó las últimas palabras, luego bufó - idiota.
- Pues para no ser tu novio no te separas de él
- Tampoco me he separado de Harry o de tí en los últimos seis años, y que yo sepa, tampoco sois mis novios, ninguno de vosotros.
El volumen de la discusión subía por momentos, y fuera los tres estaban debatiéndose entre entrar y tener "asiento de primera", o esperar al final de la función.
- No, claro, TÚ no puedes ser la novia de un idiota como yo, verdad?
- ¿Qué...?
- Que doña perfecta no saldría nunca conmigo eso- pero Hermione le interrumpió de tajo- ¿acaso me lo has pedido alguna vez?

Harry pudo imaginar la cara de tonto que se le habría puesto a Ron en esos momentos, y por los esfuerzos de aguantarse las carcadas de Fred y George supo que a ellos les ocurría lo mismo.
- No, pero..
- Pero nada, nunca te has molestado en hacerlo y sin embargo afirmas que no lo haría
- Tú saldrías conmigo - en la voz de Ron se mezclaban el miedo y la sorpresa
- Es que eres el único en el mundo que no se ha dado cuenta -Hermione movió la cabeza en gesto de desesperación.
- Que no me he dado cuenta de qué- Ron parecía no creerse lo que estaba entendiendo
- De lo tonto que eres- Hermione sonaba desesperada, estaba claro que no pensaba ponérselo tan fácil.
- Ah-
Fuera se oyó un ruido, como si alguien se hubiese dejado caer sobre algo.
- Que si te lo hubiese pedido, saldrías conmigo
- Otra como esta y te ponen en Ravenclaw-se oyó decir a Hermione, pero ya en tono de mofa amiga.
- Y Viktor?
- Viktor es mi amigo, y lo sabe de sobra, el pobre no ha hecho más que esperar a que se me pase, - una nota de compasión y cariño se dejaron notar en su la voz de Hermione- pero creo que ya se ha dado por vencido
- Y Harry?
- Por Dios Ron!- Hermione volvió a subir el volumen de su voz, parecía molesta
- Hermione...
- Sí
- Queee..., bueno, quee...,-Ron se aclaró la voz y terminó de carrerilla- quesiquieressalirconmigo
- Que qué?
- Que si quieres ser mi novia
- Si- y en un suspiro terminó- es lo que llevo tratando de explicarte desde hace un rato
Se oyó un ruido dentro y las voces se apagaron. Harry no pudo evitar pensar en lo complicadas que resultaban las chicas, si tan claro lo tenía por qué no se lo había dicho directamente y no con tantos rodeos, o mejor aún, por qué no se lo había pedido ella misma.
OOOOOOOOOOOOOOOE!- los gemelos acababan de hacer un gesto ascendente con los brazos, y empezaron a realizar su danza india del triunfo -Ron ha triunfado, Ron ha triunfado- cantaban mientras abrían la puerta del garaje.
Aunque no lo había visto Harry sabía que sus amigos se estaban besando, porque en cuanto se abrió la rendija de la puerta vieron como se separaban de un salto y Hermione salió corriendo con la cara más roja que las orejas de Ron, y esto ya era mucho decir.
- Enhorabuena hermanito- dijo Fred con una palmada en la espalda del sorprendido Ron
- Estás hecho un casanova - añadió George con un apretón de manos.
Harry y Ron se miraron. La cara de Ron era un cúmulo de expresiones, felicidad, asombro, vergüenza... Harry estaba felíz, por fin se encontraba entre sus seres queridos y además sabía que todo iba a ir bien a partir de ahora, sentía que el mal no podría alcanzarle. Por fin podría distanciarse discretamente para enfrentarse a su destino sin temer hacerles daños, y sin tener que contarles la profecía, ni explicarles por qué si se la había contado a Neville.
Ah, hola Harry -dijo Ron como ausente
Hola!- saludó Harry con una sonrisa, la verdad era que no sabía muy bien que hacer
- Bueno Ron, y cuando vas a contárselo a mamá- preguntó Fred
- Yo no me lo pierdo - George empezó a hacer aspamientos- mi niño, mi niño- era increíble lo bien que imitaba a su madre.
Ron los fulminó con la mirada -ni una palabra- se puso serio y firme -os lo advierto...
UUUH qúe miedo-ambos gemelos empezaron a temblar-nos echarás una maldición.
-Dejadle en paz, ya hemos fastidado bastante
- A sus órdenes señor Potter- saludaron marcialmente, y salieron entre carcajadas del garaje.
- No les hagas caso, seguro que no dicen nada
- Son imbéciles, aunque creo que ahora Hermione estará enfada conmigo
-Por qué iba a estarlo?
-No se, por no haber dicho, o hecho algo...
- Y qué tendrías que haber dicho?
- No lo se- Ron negaba cabizbajo- pero nos habéis dado un buen susto - comenzó a salir del garaje-y ella siempre me echa la bronca...
- Te echaba la bronca- Hary giró la cabeza al mirar a su amigo
- Y ahora más, seguro. No te has fijado en mi madre- y cierto miedo se dibujó en su rostro.
- Bueno- dijo Harry rascándose la nuca- vamos dentro, tengo muchas ganas de ver a todo el mundo - y frontánse y estómago añadió - además me muero de hambre..
Harry dio un apretón de hombros a Ron, ahora era casi tan alto como él y podía permitirse un gesto de ánimo de esas características. Ron lo miró sonriente y no necesitaron hablar más. Se encaminaron a la casa, que más bien parecía un mansión.

Harry y Ron llegaron a la casa, una pequeña rubia los miraba desde la puerta.
- ¡Haggy! Has venido- corrió con los brazos abiertos hacia él, y antes de que Harry pudiera evitarlo estaba colgada de su cuello llorando.
- Esto, hola- dijo Harry azorado- ¿cómo estás?- y miró estupefacto a su amigo que se reía por lo bajo.
- ¡ Harry, ya estás aquí!- gritaron al unísono la señora Weasly y la profesora McGonagall – debes entrar inmediatamente, hay mucho que hacer, mucho que decirte y además debes descansar- los ojos de Minerva brillaban tras su aspecto severo.
- ¡Gabgielle deja en paz a Hargy!- ordenó la voz de Fleur desde la puerta- ¡cuánto me aleggo de vegte, Hargy!
- ¡Tú eres la pequeña Gabrielle, Dios, cómo has crecido.-Y miró a la niña retirándola un poco para verla mejor
No muy bien se había separado Harry de Gabrielle cuando la señora Weasly le dio un fuerte abrazo –qué flaco estás, Harry- y tras un sonoro beso volvió a estrujarlo entre sus brazos- aquí te daremos bien de comer- unas lágrimas se deslizaron por el rostro de Molly- pasa, pasa, los demás están dentro.
Todos entraron en la casa, mientras Fleur, Gabrielle y la profesora McGonagall se dirigían al ala oeste, Molly llevó a Harry y Ron hacia una espaciosa sala donde estaban desayunando Ginny y Hermione en susurrante conversación.
- ¡Ya has llegado!- Hermione se levantó corriendo hacia Harry como si no le hubiese visto unos minutos antes- Ya te dije ayer que llegaría antes que tú- y su mirada se cruzó con la de Ron, quien miró a su madre azorado.
- ¡Hey, Harry, dame un abrazo!- Ginny corrió hacia él justo cuando su madre se acercaba – mamá por qué no traes un buen desayuno para Harry, parece hambriento
Ginny soltó a Harry y dejó que fuera Hermione la que le abrazara, Molly salió de la sala mirando sonriente a los chicos.
- Me alegro por vosotros- susurró Harry al oído de Hermione- perdónanos, no queríamos molestar
- Sí, bueno, gracias – Hermione sintió fuego en sus mejillas, no se atrevía a mirar a los ojos a sus amigo.
- ¡Mira quién está aquí!- la voz de Fred sonó a sus espaldas, mientras por la puerta de enfrente la señora Weasly llegaba con una bandeja de pasteles y zumo de calabaza.
- George, Fred, venid un momento conmigo hay algo que quiero enseñaros – y Ginny cogió a sus hermanos, cada uno de un brazo y los obligó a salir de la estancia.
La señora Weasly pareció entender aquello como una indirecta que también la incümbía, y aunque se moría de ganas de hablar con Harry y Hermione decidió dejar al trío desayunar tranquilo.
Unos minutos más tarde Viktor entró en la sala, su cara reflejaba cansancio y preocupación.
- ¡ Buenos días ¡- saludó Ron con una sonrisa, ahora que Viktor había dejado de ser su rival volvía a ser su ídolo de quidditch
- ¿ Has desayunado ya? – preguntó Hermione con ojos brillantes – ven a sentarte con nosotros.
Harry avanzó con la mano tendida hacia Viktor -¿cómo estás, Viktor, yo acabo de llegar.
- Bien, quizás un poco cansado del viaje- estrechó la mano que Harry le ofrecía – ¿podemos hablar en privado?
- Sí, claro – Harry notó algo en los ojos de Viktor, quizá tristeza, o derrota, no le conocía lo suficiente como para estar seguro – Ahora volvemos- dijo girándose a Ron y Hermione que seguían con sonrisa boba.
Salieron a un corredor, anduvieron unos metros y entraron en un pequeño estudio.
Harry. tengo que pedirte un favor
- Bien, dime – el rostro de Harry reflejaba su sorpresa – en qué puedo ayudarte
- Esta noche me marcho a Londres con el señor Lovegood, estaré allí al menos dos semanas –sus ojos se clavaron en los de Harry- ¿cuidarás de Hermione por mí?
Harry respiró profundo, no cabía duda que él estaba dispuesto a cuidar de Hermione sin que nadie se lo pidiera, aunque sabía que ella era muy capaz de hacerlo bien solita, pero pensaba que no era ese el momento de convertirse en su protector personal –está bien, puedes estar tranquilo, aquí todos la queremos mucho-
Hizo un ademán con sus manos como queriendo subrayar lo obvio que resultaba – te prometo que Ron y yo no dejaremos que le ocurra nada.
- Espero que la quiera tanto como yo
- Por qué dices eso, Viktor
- Porque cuando tú me dijiste que no tenías ninguna relación con ella, volví a pedirle salir- la voz de Viktor se quebró un poco – ella me explicó que había alguien en su corazón y que me apreciaba demasiado como para hacerme daño – una lágrima brotó de sus ojos- con el tiempo me dijo de quien se trataba, y acabo de verlos juntos y se que ya no tengo opción.
Harry se sentía abatido, aunque él ya sabía de la nobleza de Viktor nunca se imaginó que tras ese aspecto rudo se escondiese alguien tan sensible –Sí, la quiere mucho- y por primera vez Harry fue consciente de lo que había ocurrido a su lado sin que él se parase a pensarlo –creo que desde primer curso ya le gustaba...
- Yo daría mi vida por ella – Viktor miró a Harry a los ojos – no me importaría morir en su lugar.
Harry sintió una punzada en la cabeza, un rayo verde cruzó su mente, y oyó el grito ahogado de su madre, en ese momento deseo poder sentir un amor tan profundo por alguien que le permitiera entregar su vida para salvarlo.
- Espero que no sea necesario- Harry lo dijo de corazón, realmente apreciaba a Krum.
Los días pasaron veloces, Hermione había dedicado julio a explicar, allí donde iba, el objetivo del ED: preparar a los más jóvenes contra un eventual ataque de los mortífägos, ya que estos habían aprendido a no subestimar los poderes latentes que en ellos había. Ahora, más que nunca, todos debían entrenar duro para luego poder compartir lo aprendido, además tenían mucho que estudiar, Ginny y Luna habían obtenido magníficos resultados en sus TIMOS, por lo que sexto no se les hacía especialmente duro, pero para Harry, Ron, Hermione y Neville (que ya estaba con ellos) se acercaba el año de los EXTASIS, y era preciso obtener buenos resultados, de ellos podía depender que el Ministerio de Magia siguiese permitiendo a Hogwarts abrir sus puertas

Una cálida tarde a mediados de agosto la familia Delacourt agasajó a sus invitados con una suculenta cena en el jardín, aprovechando una fiesta tradicional francesa, y que por fin la familia Weasly se hallaba al completo (ya nadie, salvo Molly, consideraba a Percy como uno de ellos).
Después de la cena se celebraba una reunión de la Orden, cuyos miembros fueron llegando en pequeños grupos tras el anochecer. Los chicos decidieron dar un paseo por la campiña que rodeaba la mansión.
Llevaban un rato sentados sobre la hierba, comentando los últimos hechizos que habían practicado, cuando una figura tosca y cabizbaja apareció andado hacia ellos de forma desgarbada.
- ¡Viktor! – gritaron a un tiempo.
- Buenas noches a todos- saludó Viktor con la mano- quería saludaros antes de irme a dormir, la reunión ha terminado.
- Siéntate un rato – Hermione señaló un espacio a su lado – y así podrás contarnos como te ha ido.
- Gracias, pero si no os importa preferiría pasear un rato- contestó señalando con la cabeza la orilla de un riachuelo cercano- tengo las piernas entumecidas.
Los chicos se levantaron, saludaron uno a uno a Viktor y emprendieron la marcha hacia el arroyo.
- ¿Todo bien por Londres?- preguntó Luna
- Sí, tu padre me ha pedido que te diga que en unos días podrá venir a visitarte- Viktor miró a Luna- te echa mucho de menos.
- Todo lo bueno en la vida viene acompañado de pequeños sacrificios- contestó místicamente Luna y comenzó a caminar mirando las estrellas.
Llegaron a un pequeño puente que cruzaba el riachuelo –recuerdo haber visto un pequeño kiosko al final de ese camino- dijo Viktor mirando a Ron- no está muy lejos
-¿ Te apetece ir ahora?- Ron puso cara de incredulidad
- No, pero ya es tarde, y Molly no tardará mucho en venir a llamarnos- Viktor bajó la cabeza-pensé que os gustaría estar un rato a solas..., nosotros podemos seguir aquí y si alguien se acerca os haríamos una señal con la varita
- Gracias- Hermione besó a Viktor en la mejilla- eres un cielo- cogió de la mano a Ron y ambos se perdieron en la oscuridad.
- Creo que yo me vuelvo a la casa- dijo Viktor sombrío- entretendré un rato a Molly para que tengan más tiempo- y antes de que ninguno pudiera decir nada Viktor se alejó a grandes zancadas.
- Debe dar vértigo que te quieran así- dijo Luna – para Hermione debe ser muy duro.
Harry sintió como un nudo atenazaba su estómago, realmente él sabía lo que suponía ser tan querido, y ello le llenaba a la vez de valor y miedo, era algo que no podía entender, y como siempre, Luna había descrito sencillamente lo que él no era capaz de explicar sobre sus sentimientos.
Media hora más tarde el grupo llegó a la casa, las chicas dormían juntas en una habitación, mientras que los chicos compartían habitación con los gemelos. Antes de llegar a la puerta Harry se paró –Ron, que harías si alguien intentara matar a Hermione- hacía tiempo que necesitaba preguntarle eso a su amigo.
- Lo mataría yo primero – incluso Ron pareció sorprenderse de lo que acababa de decir.
Neville miró a Harry, que le devolvió la mirada, una sombra pasó entre los dos, al fin y al cabo aunque la profecía parecía hablar de Harry, desde que la conocía, Neville también se preocupaba por la opción de tener que matar o morir como solución final a la guerra.
- Mejor por eso que por venganza – susurró Neville a Harry dándole una palmada en el hombro mientras entraban en la habitación.
Harry no sabía si Neville hablaba de la muerte de sus padres o de la locura de los suyos propios, pero entendió que su destino no era matar o morir por alguien en concreto sino por todas las criaturas mágicas o muggles, y eso fue como una pesada capa que se colgara sobre sus hombros.
Harry apenas durmió esa noche, estuvo meditando sobre la necesidad de aprender a desterrar toda la rabia y el odio que se habían acümulado en su interior en los últimos años, quizás si lograra llenar de amor su corazón, tendría el poder suficiente como para presentarse ante el señor tenebroso y poner fin a esa guerra en la que nadie podía ganar, y que tanto sufrimiento estaba provocando.

Hacía varias horas que los gallos anunciaron un nuevo día cuando Harry despertó.- Levanta – le zarandeó Ron – ha llegado el padre de Luna y trae noticias de Londres –
- Ya voy – Harry se desperezó en la cama – ya voy – repitió en un bostezo.
Neville entró en esos momentos por la puerta agitando un pergamino – han llegado las cartas de Hogwarts, las ha traído el señor Lovegood – y haciendo un gesto con la mano salió en dirección al dormitorio de las chicas.
Harry se vistió rápido y ambos amigos bajaron a la sala a desayunar, allí estaban Fred y George tomando un zumo de calabaza. – Mamá está impaciente por saber si volvemos a tener un premio anual en la familia –Fred agitaba una carta en la mano – Lo que no sabe es que este año tenemos dos opciones – terminó George con voz socarrona.
- Ejem¡uy que tos más tonta me ha entrado! – dijo Ginny a sus espaldas.
- Era broma, era broma- respondieron los gemelos a un tiempo mientras levantaban las manos en señal de rendición.
Molly apareció por la puerta llevando una gran bandeja de pasteles –Ah, ya habéis bajado todos – dejó los pasteles sobre la mesa y cogió un manojo de sobres – aquí tenéis, son las cartas de Hogwarts, las habían mandado a Londres a petición nuestra, para que no pudiesen localizaros – la señora Weasly repartió las cartas restantes a Luna, Ginny. Hermione y Harry – ¿dónde está la de Ron? –buscó extrañada – Fred, George, cuándo vais a madurar, devolvedle la carta a vuestro hermano –
- Sólo pretendíamos averiguar si teníamos un premio anual en la familia- dijo Fred con la más inocente de las voces.
Todos abrieron sus cartas, contenían, como cada año, la lista del material necesario para el curso y una nota recordatoria sobre el expreso de Hogwarts que invariablemente saldría de la estación de King´s Cross a las once en punto del primero de septiembre. Hermione ahogó un gritito y se llevó la carta al pecho, mientras en su mano izquierda apareció una insignia plateada con las letras P.A.
Fred y George hicieron una gran reverencia, y se acercaron a Hermione –es un honor saludarla- George besó su mano, Fred le empujó y con el mismo gesto añadió –hemos esperado mucho para tener otro Premio Anual en la familia –
Cinco miradas fulminaron a los gemelos en ese momento.
- Es curioso que lo menciones... - Ginny miró relamiéndose a uno y a otro –no piensas tú lo mismo, Fred – y sus ojos se clavaron en los de su hermano.
Molly que habitualmente estaba demasiado preocupada como para fijarse en las miradas que sus hijos se cruzaban esta vez sí notó que algo ocurría. - ¿Qué has querido decir George?- miró a su hijo inquisitoriamente.
- Nada, sólo que hacía mucho tiempo que esperábamos otro Premio Anual en la familia,..., y al fin y al cabo Hermione prácticamente lo es- las orejas de Ron empezaron a enrojecer como nunca.-Es igual que si se lo hubiesen dado a Harry- trató de atajar, la mirada de Ginny era más terrorífica aún que la de su madre.
- Bueno, lleva tanto tiempo con nosotros que es una más de la familia – la voz de Fred tenía ese tono culpable que la señora Weasly tan bien conocía.
Durante unos instantes se hizo el silencio, la mirada de la señora Weasly recorrió los rostros de todos los chicos, Neville que acababa de llegar giró sobre sus talones, pero era tarde, Molly ya le había visto –pasa, pasa, Neville- la señora Weasly sonreía mientras señalaba una silla con la cabeza - estamos celebrando que hay un nuevo premio anual en la familia.
- Enhorabuena Ron – se acercó a éste, y le estrechó la mano - ¿por qué estás tan colorado, en verdad te lo mereces – Ron tragó saliva – no me lo han dado a mí – dijo en un hilo de voz – se lo han dado a Hermione-.
A pesar de la amenazadora mirada de Ginny a los gemelos se les escapaban ruidillos que delataban su risa, parecían estar a punto de estallar a carcajadas.
- Muy bien- dijo la señora Weasly- sentaos todos- dio unos golpecitos en la mesa -¡vamos!- todos obedecieron y ella también se sentó. –Aquí está ocurriendo algo interesante que no queréis contarme- Ginny abrió la boca para decir algo- espera, hija- la señora Weasly frenó a su hija con un gesto de la mano- entiendo que sois jóvenes y os gusta tener vuestros secretitos –
- ¡Mamá!- protestaron a un tiempo los cuatro hermanos
- Decidme, tiene algo que ver con vuestro trabajo en el ED
- No.- Se apresuraron a contestar Harry y Ron, que temían un interrogatorio sobre todas sus actividades de ese verano, y la verdad, en ese momento no les apetecía lo más mínimo.
- Entonces no es que os hayáis hermanado de alguna manera...
- Mamá ya te lo ha dicho Fred –Ginny parecía nerviosa- Harry y Hermione han pasado tanto tiempo entre nosotros desde que Ron entró en Hogwarts que es como otro miembro más de la familia- y todos asintieron, incluso Neville y Luna.
- Ya veo- la señora Weasly tomó un pastelillo- Luna, preciosa, olvidaba que tu padre está deseando verte, Neville sabe donde está, puede acompañarte.
A Luna y Neville les faltó tiempo para levantarse y huir de la sala, ya les contarían los demás como había acabado la cosa, porque cuando la señora Weasly hacía un interrogatorio lo mejor era alejarse lo más posible, por si acaso. Ellos no llevaban tanto tiempo frecuentando su compañía, pero ya habían tenido la ocasión de comprobarlo en otras ocasiones.
- Bueno, y ahora que está la familia reunida... - la sonrisa no había desaparecido del rostro de la señora Weasly, pero había algo inquietante en su mirada – quien me va a contar lo que pasa
- Señora Weasly, me pregunto por qué piensa usted que pasa algo –se atrevió a intervenir Hermione, cuya cara estaba tan colorada como el día en el que Harry y los gemelos abrieron la puerta del garaje.
- Porque si en lugar de ojos tuvierais varitas habrían volado hechizos y maldiciones- contestó la señora Weasly tranquilamente
- Nosotros no hemos mirado mal a nadie- protestó George
- Es verdad, Fred y tú no habéis mirado mal a nadie – admitió la señora Weasly con tal calma que Harry no pudo evitar recordar sus charlas con Dumbledore.
- Nadie a mirado- comenzó Harry, pero tuvo que parar al ver la mirada de la señora Weasly –al menos no conscientemente.
- Precisamente eso es lo que me indica que algo me ocultáis

- Mamá nunca pensé que te molestaría tener a Hermione en la familia- dijo Ron
- ¡Y no me molesta!- la señora Weasly hizo un brusco giro en dirección de su hijo –¡yo nunca he dicho eso!- Molly se volvió entonces a Hermione –cielo, tú sabes que te quiero mucho, y estoy realmente orgullosa de ti, de verdad- unas lágrimas brotaron de sus ojos- es como si una Weasly hubiera recibido el premio, te lo prometo- unas risas ahogadas salieron de los gemelos.
- Es hora de marcharse mamá- dijo Fred al tiempo que se levantaba de su silla, -sí, el deber nos llama – George también se levantó de su silla- es mejor que nos marchemos cuanto antes-
- ¡Sentaos ahora mismo!-los dos volvieron a su sitio como un resorte.
La señora Weasly volvió a mirar a Hermione – querida, es cierto, yo también te considero parte de la familia, pero me da miedo de que se os haya podido ocurrir alguna absurda locura- la voz comenzaba a quebrársele – ya habéis corrido demasiados riesgos- Molly miró a Harry –se que desde pequeños los tres sois uno solo- entonces se volvió a Ginny- y desde hace dos años tengo otros tres más de que preocuparme- entonces clavó su mirada en Ron –Ronald, hijo- era la primera vez que lo llamaba así- promteme que no habéis firmado ningún contrato mágico o algo así- Ron miraba los cristalinos ojos de su madre –que no estáis tramando nada peligroso-
- Qué ocurre aquí- la voz de Tonks rompió la tensión del momento
- Sólo estaba hablando con mis hijos – y Ron pareció desinflarse, cómo podría pensar su madre que estaban tramando algo peligroso, estaba claro que tanto estrés la había agotado.
- Ah, lo siento – se disculpó Tonks
- Es que a Hermione le han dado el Premio Anual- señaló Harry
- ¿Y por eso estabais tan serios? – Tonks abrió mucho los ojos – pero si eso es motivo de celebración
- Bueno, es que Fred y George han dicho algo acerca de que este premio era de la familia y los demás les han fulminado con la mirada- la señora Weasly suspiró- y yo he temido que algo malo estuvieran tramando- los gemelos bajaron la cabeza para ocultar su risa, pero Ron no podía ocultar el rojo de sus orejas, ni Hermione el de su cara, Ginny y Harry prefirieron mirar hacia otro lado.
- Pero Molly- Tonks soltó una estruendosa carcajada- estás perdiendo la picardía- y ya no pudo parar- de verdad- siguió entre risas- no te has dado cuenta de lo colorados que están esos dos- y mientras se limpiaba con la manga unas lagrimillas que la risa le había provocado, señaló a Ron y Hermione, que parecían querer que se los tragase la tierra.
- Pero Nymphadora, no me estarás diciendo- Molly miró alternativamente a Ron y Hermione – que esos dos...- la señora Weasly también se sonrojó, al fin y al cabo había pensado que sucedía algo extraño cuando lo que en realidad ocurría era la cosa más normal del mundo.
Hermione se tapó la cara con las manos, se moría de vergüenza, Fred y George, por fin, dieron rienda suelta a su risa, Harry miró a Ron, levantó las cejas y frunció el labio inferior, no sabía que hacer ni que decir, por un lado sentía que la diversión de ocultar algo a los adultos se acababa, por otro sentía que el hacer oficial la relación de sus amigos le daba una cierta libertad nueva que necesitaba.
- Mi pequeñín...- Molly daba palmadas y saltitos mientras se acercaba a Ron- ¿de verdad? – Ginny renegaba con la cabeza, esto era demasiado para ella.
- Sí, mamá- un susurro salió de Ron – es verdad- tragó saliva – Hermione es mi novia – Ron clavó la vista en la mesa no quería mirar a nadie, sabía que todos los ojos se clavaban en él y eso le ponía muy nervioso, ya le había ocurrido en quinto, cuando entró en el equipo de quidditch.
La señora Weasly abrazó a su hijo hasta casi cortarle la respiración, para ella Ron era su nueva esperanza de que otro de sus hijos fuera como ella soñaba. Luego se acercó a Hermione, a quien también abrazó y dio un beso en la mejilla.
- Perdonadme, perdonadme- sus mejillas estaban llenas de lágrimas dichosas – y yo que pensé que estabais tramando algo peligroso- esto sí que merece una fiesta- y se quedaron allí unos minutos, todos sentados alrededor de la mesa con sonrisas y sonrojos, disfrutando del momento