Cáp.6: Entre la vida y la muerte
Las únicas dos personas en todo el inmueble estaban estáticas, de nuevo el silencio reinaba de una manera desesperanzadora.
-….-Edward ahogó un alarido de dolor al tiempo que se llevaba la mano al abdomen
-…¿Ed?..-Roy revivió por un segundo su pesadilla y luego se acercó a Ed
-¡Ahg!-se quejó Ed al momento en que Roy lo sostuvo para impedir que cayera
La mano que Roy había colocado en el abdomen de Ed estaba llena de sangre, Edward había sido herido. Con lentitud Mustang lo colocó en el suelo, al tiempo que lo sostenía con su brazo izquierdo, procuró no lastimarlo más así que con sumo cuidado intentó ver cómo estaba, retiró la chaqueta que se estaba llenando de sangre del muchacho, se sobresaltó al ver el lugar donde la bala invadió el cuerpo de Ed, la herida era de gravedad, la expresión de Roy se ensombreció al tiempo que Ed tosió ensordecedoramente.
-…Voy a morir, ¿verdad?-la pregunta de Ed sacó a Roy de su shock
El Coronel lo miró, sus ojos brillaban con la luz de la luna que se colaba por las ventanas rotas, y su mentón estaba manchado de sangre, probablemente la tosió segundos antes. Por la mente del hombre pasó una frase, "Sí Ed, vas a morir", pero no, no podía ser…se limitó a abrazarlo con cuidado pero firmemente como si con eso no lo perdiera, consecutivamente lo besó de una manera apasionada, el sabor metálico de la sangre se mezclaba con el salado de las lágrimas de ambos.
-…No…-respondió Roy al fin-...Yo no dejaré que mueras, ya te lo dije antes-
Ed se quedó sin palabras, ¿qué podía hacer Roy por él, sentía mucho dolor y también percibía un leve mareo por la perdida de sangre. Se percató de pronto que era cargado en brazos, Mustang comenzó a correr llevando al joven.
-…¿Qué..haces?..-balbuceó Ed
-Relájate, te llevaré a un hospital y estarás bien-le contó Roy.
-...Pero..-antes de que Ed pudiera protestar le pidió que guardara silencio
-Tú sólo trata de sostenerte con fuerza y déjamelo todo a mí-Roy le sonrió cálidamente, esto lo tranquilizó un poco.
Lo que el Coronel intentaba parecía realmente imposible, tenía que correr, cansado, cargando a Ed, algo golpeado, por varios kilómetros, para por lo menos encontrar a alguien que los socorriera, su resistencia propia así como el hecho de que Edward se desangraba era lo que lo llevaba contra tiempo. Al cabo de un rato tuvo que reanimar un poco al joven Elric, estaba empezando a perder el conocimiento. Durante el trayecto Ed colocó su mano en el hombro de Roy, tratando de sentirse seguro ya que no se sostenía con mucha fuerza, este gesto le pareció tierno a Roy. Mustang estaba agotado, pero no se detendría, su respiración agitada preocupó a Ed.
-…Mejor…deja..ya..-susurró Ed en tono triste
-No…-Roy jadeaba casi sin control
-…Yo..te a-amo…-Ed sonaba más que débil
-…Espero que eso..no sea una despedida…-habló fingiendo enojo aún cuando sólo quería tirarse a llorar.
Los dos procuraron guardar silencio en adelante, ninguno quería forzar al otro a hablar, sabían que estaban en sus límites y unas cuantas palabras en vano carecían de importancia. Ed se sentía agonizar, ya no aguantaba más, el mismo Roy lo notaba, su piel estaba muy pálida, sus manos y ropa del Coronel estaban ya empapados en sangre, y los ojos de Hagane se turbaban peculiarmente. Edward acerco su rostro al pecho de Roy, aspiró profundamente, Roy lo miró de reojo y se preocupó.
-…Hueles…a..a lavanda…-logró decir Ed
-…-Mustang sólo calló expectante
-…N-nunca..me..gusto..e-el..perfume..-balbuceó Ed-…pero..la..esencia..de..lavanda..es-está…bien-
Sus ojos dorados se cerraron, su cabeza se ladeo lentamente al vaivén de la carrera de Roy al igual que su brazo que ya oscilaba lejos del cuello del Coronel.
-…¿Ed?..¿Edward!..-lo agitó un poco pero no había respuesta.
Paró por unos instantes, acerco con su brazo izquierdo al joven a su rostro, aún pudo percibir su leve respiración, eso lo alentó, aun así, restaba un largo camino hasta el hospital, y sinceramente ya no podía dar un paso más. Corrió con énfasis al menos unas 5 calles más, al término de éstas diviso a un policía, sintiéndose aliviado al verlo correr a donde él se dejó caer de rodillas, y por último, escuchó la llegada de un par de hombres más.
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Sheska se encontraba literalmente mordiéndose las uñas, estaba sumamente tensa, preocupada, tenía ganas de ver a su amigo sano y salvo, no sabía si cuando eso ocurriera lo abrazaría o lo golpearía por idiota, pero eso no importaba ahora. Ella se encontraba sentada a un costado del teléfono, sabía que pasara lo que pasara bueno o malo la llamarían, después de todo ella misma movilizó todo un escuadrón de búsqueda.
-¡Suena!-vociferó mirando con rencor al aparato
Eran casi las tres de la mañana, el cansancio había vencido a Sheska, al parecer no podía permanecer despierta con tanta facilidad sin tener un libro de por medio, se despertó de un salto al escuchar el resonar del teléfono.
-..¡¡¡bueno!-contestó desesperada-…Sí…¿ellos?...¿y Hagane?...-sus temores se hicieron realidad, su mejor amigo estaba muy grave-..Iré de..¡de inmediato!-Tras colgar estrepitosamente la bocina salió despavorida al hospital militar de ciudad central.
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El techo, el vacío techo blanco de cuarto de hospital, tenía unos minutos viendo eso, sentía el cuerpo pesado y las piernas adoloridas, miró a su alrededor, se encontró con sus cosas en una silla, ¿cuánto tiempo había pasado? No tenía noción de nada y los nervios se lo comían por dentro, ¿había conseguido salvar la vida de Ed?.
-¡Oh, veo que ha despertado-comentó una enfermera entrando a la habitación
-…Sí, ¿cómo esta Edward Elric?-preguntó sin titubeos.
La expresión de la señorita cambió completamente, de esa pequeña sonrisa a una cara de preocupación- Lo lamento, no puedo decirle..-susurro al fin.
-¿¿Cómo que no!-gritó Roy exaltado
-Tengo ordenes de no informarle Coronel..-dijo apenada la enfermera
-¡¡Exijo que me diga en este momento!-gritó bastante alterado.
Continuará…