Harry Potter, pertenece a JK Rowling. Tokyo Ghōul, pertenece a Sui Ishida.

1.- Fem-Harry tiene que ser un Ghoul, eso está implícito.

2.- El harem de mínimo siete, tiene que tener a Lily, Hermione, Daphne, Padma, Susan, Kaya y Tōka si o si, decide las otras dos, e incluso puedes agregar a más chicas, siempre y cuando las seis estén.

3.- NO es un Cross, solo vamos a usar el Ghoul como criatura mágica, a Tōka, Kaya, el Kagune y nada más de Tokyo Ghoul.

4.- La criatura Ghoul tiene que ser endémica de Japón, es decir: difiere de los Ghouls que ya existen en el canon de HP.

5.- Por naturaleza los Ghouls son... agresivos, así que el Fic tiene que ser bastante oscuro y sangriento.

6.- Quiero golpes para Snape, Ronald y Draco. Aunque bueno esa regla es más específica para ti que parecer tener alguna especie de... aprecio por la mierda esa de Snape.

7.- (Lo de la relación incestuosa por supuesto está implícita también, pero por si acaso, la agrego)

8.- El Fic tiene que comenzar en el tercer, cuarto o entre esos dos años.

9.- Tiene que contener Lemons.

10.- Fem-Harry tiene que crear una empresa en el mundo mágico, para hacerlo evolucionar, yo que se una empresa de celulares mágicos (esta idea fue tomada de Godfather and Godson by Mark_Ward)

11.- Tiene que haber un altercado con el mundo Muggle, no solo como referencia a Tokyo Ghōul sino también para que se demuestre aún más esa separación entre mundos.

Corte AKA Harén: Lily Potter, Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil, Susan Bones, Tōka Kirishima, Pansy Parkinson, Kaya Irimi, Narcisa Malfoy.

(N/A Diego y Laura/Maestros de las Sombras: Nos arrepentiremos de escribir este Fic, estamos totalmente seguros de ello –especialmente Diego−)

Artemisa: Una Ghoul en Hogwarts (Segunda Versión)

Capítulo 14: La máscara y la cita con Susan.

Cuando una carta llegó, a la casa McGonagall, Minerva se sorprendió.

No mucha gente, solía escribirle.

Abrió el sobre, extrajo la carta y vio cuatro raros naipes, los cuales dejó en la mesa, mientras procedía a leer la carta.

Estaba fechada, de hace una semana, cosa que le extrañó profundamente, aun así, decidió leerla.

Estimada Profa. McGonagall.

Reciba un cordial saludo.

¡No se imagina, las maravillas que hemos estado viendo, aquí en Japón!

Y no solo, en el Japón Muggle, sino también en el mágico.

Le envío tres libros, para tres maestros distintos.

Los libros están encerrados en las tarjetas, y solo necesitará aplicar magia en ellas, para liberarlos.

Una de las especialidades de Mahōtokoro, parece ser la Runología japonesa, la cual está destinada totalmente a los combates mágicos (y especialmente elementales). También, al sellado de hechizos e incluso de criaturas mágicas.

Hermione y yo, hemos estado aprendiendo a dibujar todos los Kanjis elementales: Fuego, Agua, Tierra, Viento, Vacío y Metal.

Y luego, aprendieron Kanjis de Ataque, defensa, absorción de magia, sellado y barrera.

Todo esto, era utilizado en conjunto con el hechizo Ferula (llamado Hakkō Kakikomi −Escritura Luminosa−, para los magos japoneses), dibujando los Kanjis en el aire, y luego empujando la magia, hacía el sello y permitiéndole actuar.

A continuación, le dejo la traducción de las runas, y para qué profesor son.

Espero volver a verla pronto, y saber si estos conocimientos, pueden aplicarse en clase.

Hasta pronto.

Posdata: ¡Espero que las vestimentas de brujas japonesas, sean de su agrado!

¡En lo personal, estoy encantada con los Kimonos y lamento no poder usarlos en Hogwarts!

Posdata 2: ¿Es posible que deje la clase de Adivinación y pase a ver Runas?

ATTE.: Artemisa Adela Potter Evans.

Una sonrisa, apareció en los labios de Minerva, quien emocionaba, procedió a enviar magia a la tarjera de Transformación, haciendo que un gran libro mecanografiado y con una encuadernación cacera, apareciera ante ella. — «Gran Tomo de la Transformación, por Hiroki Satō» —Leyó. Abrió el libro y comenzó a leerlo. Esa tarea la absorbió gran parte de la mañana, mientras veía formulas, teorías y ejemplos prácticas de la Transformación, Conjuración, Permutación, Des-transformación y Desvanecimiento, de los que jamás había escuchado hablar, y quedó maravillada, ante la información que contenía ese libro.

Encontró una sección que parecía estar salida o que la hoja estaba por caerse, así que avanzó, algo preocupada por cualquier daño, ante tan maravilloso tomo. Encontró que era una sub-sección de la transformación, correspondiente a la transformación entre especies y la transformación humana.

Minerva entonces, tomó el naipe del cual había saltado el libro y vio el dibujo de un gato, transformándose en un caldero. Un dibujo Muggle y estático. Entonces, reparó en los dibujos de los otros naipes, y se sorprendió gratamente, al interpretar el dibujo, en uno de ellos.

— ¡MINERVA! —El grito, la hizo saltar e incluso gritar a ella. Volvió su mirada hacia la derecha, y tragó saliva. En pocas ocasiones, su esposa había estado tan enfadada.

—S... ¿Sí, Rolanda? —preguntó la maestra de transformaciones, ante los ojos dorados que parecían irradiar y destilar ira.

— ¿Te importaría, poner la mesa? —gruñó enfurecida Rolanda Hooch a su esposa.

—S... Sí, claro —dijo la pálida y asustada Minerva, poniéndose de pie, mientras escuchaba a la maestra de vuelo suspirar e intentar calmarse.

— ¿Qué es ese libro, que te tiene tan absorta? —preguntó ahora, más calmada.

Una sonrisa que apenas y podía transmitir la gran emoción que embargaba a Minerva, apareció en su rostro, asombrando a Rolanda, que, en pocas ocasiones, la veía con esa felicidad, que casi parecía ir a partir su rostro en dos. Quizás, la última vez, que la vio tan feliz, fue cuando ambas, teniendo 18 años y siendo bastante tontas y alocadas, se casaron a escondidas. —La señorita Potter, se tomó la molestia, de traducir un libro de transformaciones, del japonés, al inglés y me lo ha enviado como obsequio. —Explicó. — ¡Hay toda clase de datos y transformación teórica, de la cual yo misma jamás había escuchado, siquiera mencionar en todos mis años de trabajo! —Ahora era Rolanda quien sonreía, ante la felicidad de Minerva. —Y ha enviado libros para Filius, Aurora e incluso Horace.

—Entonces, ¿ha traducido, libros de cada uno de los cuatro trabajos y se los ha enviado? —resumió Rolanda y Minerva asintió. —Que sean cien puntos para Gryffindor. —Ambas rieron, y se besaron.

Cuando terminaron el almuerzo, ambas reposaron la comida, y después se Desaparecieron, para enviar por correo mágico (correo de lechuza), los naipes restantes, a los tres maestros de Hogwarts.

-/-/-/-/Al mismo tiempo, y una vez más, en Yume no Kuni/-/-/-/-

Artemisa no entendía qué hacía nuevamente allí. Pero no se molestó en decirlo en voz alta, pues el grupo de chicas, estaba siendo guiado por Hermione y Tōka, quien les enseñó la tienda de báculos mágicos, de la familia Yamashita. Eran como la familia Ollivander, pero para los báculos.

El báculo de Hermione, era de Vid (igual que la madera de su varita): Los báculos (y varitas) de vid se encuentran entre los tipos menos comunes, y sus dueños ideales son casi siempre aquellas brujas o magos que buscan un propósito mayor, que tienen una visión más allá de lo ordinario y que frecuentemente asombra a los que creen que los conocen mejor. Su núcleo era el bigote de un dragón oriental, a los cuales se los considera amables, sabios y dispuestos a ayudar, proporcionan salud y buena suerte. Simbolizan el poder supremo y el cono cimiento.

El báculo de Susan, era de Serbal, que generalmente producen encantamientos protectores poderosos y difíciles de romper. El serbal se ha asociado con los magos de corazón puro, aunque Ollivander notó que las varitas de serbal también pueden igualar o incluso superar a los demás en los duelos. Su núcleo era un pelo de un Kaia-Itachi, una Comadreja-Guadaña, una criatura de una velocidad extraordinaria y control sobre el viento, capaz de crear hechizos de viento de gran mortalidad o de una grandiosa protección (y supuestamente, unos cuantos elegidos de un pelo de Kama-Itachi, podrían usar un "viento dorado" o Éter, para curar cualquier mal).

El báculo de Daphne, era de Haya. Daphne de hecho era joven, y muy sabia, era rica en comprensión y experiencia. Su báculo contenía el hueso de una Bake-Kujira (Ballena Fantasma), convirtiéndola en una usuaria de hielo y agua.

Saber la madera del báculo de Pansy, les permitió a todos, saber más sobre ella: Las varitas y báculos de Pino siempre eligen un maestro individual e independiente que puede ser percibido como solitario, intrigante y tal vez misterioso. Las varitas de pino disfrutan de ser utilizadas de manera creativa, y a diferencia de otras, se adaptarán de forma no tendenciosa a los nuevos métodos y hechizos. También tenía el hueso de una Bake-Kujira.

El báculo de Astoria, era de Espino. Una madera que puede ser particularmente adecuada para los hechizos sanadores, pero también es una madera experta en maldiciones (cosa que estaba muy fuertemente regulado por la ley mágica japonesa). Y generalmente que la varita y el báculo de espino parece estar con una naturaleza conflictiva, o con una bruja o mago que pasa por un período de confusión. Y tenía un trozo de garra de un Baku, y si ella era una Legeremante, entonces podría no solo entrar en las mentes de las personas, sino también crear nuevos suelos o recuerdos, o incluso destruir recuerdos o sueños.

El báculo de Parvati era de Roble: Una madera varita y báculo, para los buenos y para los malos tiempo, este es un amigo tan leal como el mago que lo merece. Varitas de roble inglés requieren socios de fuerza, coraje y fidelidad. Tenía el colmillo de un Nekomata, lo que la volvía una usuaria de fuego fatuo.

El báculo de Padma, era de Sauce, la cual es una madera de varita poco común con los poderes curativos, y su propietario ideal a menudo tiene cierta inseguridad (por lo general injustificada), por mucho que intenten esconderla. Tienen una apariencia atractiva y una reputación bien fundamentada para habilitar la magia avanzada no verbal, las varas de sauce han seleccionado consistentemente las de mayor potencial, en lugar de aquellas que sienten que tienen poco que aprender. Su núcleo era un atado de pelaje de un Byakoo, un tigre legendario, que representaba el Oeste, y tendría capacidad de usar hechizos de rayo y aire/viento.

El báculo de Artemisa: Las varitas y báculos de nogal a menudo se encuentran en manos de innovadores e inventores mágicos; esta es una hermosa madera que posee una versatilidad y adaptabilidad inusuales. Las varitas de nogal, una vez subyugadas, realizarán cualquier tarea que su propietario desee, siempre que el usuario tenga suficiente brillo. Esto lo convierte en un arma verdaderamente letal en manos de una bruja o un mago sin conciencia, ya que la varita y el mago pueden alimentarse el uno del otro de una manera particularmente no saludable. Y el colmillo de un Kyūbi no Kitsune, haciendo que Artemisa sea buena en la creación de ilusiones y teniendo un control sobre hechizos de fuego azul.

Artemisa sabía que destruiría tanto su varita, como la de Ryddle. Ya fuera en el cementerio o en la batalla en el Ministerio.

Pero TENÍA, que lograr destruir la varita de Ryddle, para así forzarlo a conseguir otra, al tiempo que ella usaría su báculo, para tomar a todos los magos ingleses, con la guardia baja.

Leyendo uno de los cientos de Mangas de Shōnnen (Acción + Aventura + Fantasía), que había comprado, Artemisa quedó maravillada, con el estilo de combate de un villano. La forma en la cual Jiken, derrotaba a los herederos de las diosas del Sol y la Luna, era fabuloso, al emplear armas, que volvía de un tamaño microscópico, para luego alojarlas en los cuerpos de los enemigos, o en los alrededores, antes de devolver las armas a un tamaño común y destrozarlos.

Estuvo pensándolo bastante: ¿Cómo podría ella, volverse indetectable, para los Mortífagos, en el cementerio y como podría tomarlos con sorpresa, ya fuera con el Rinkaku o el Bikaku o incluso, con alguna arma?

Entonces Sirius, sin saber exactamente los pensamientos de Artemisa, pero al leer las dos páginas, que Artemisa se había quedado contemplando, le dio la respuesta.

Recuerdo

Entonces, Arti, ¿qué estás leyendo? —preguntó un sonriente Sirius.

Ella negó con la cabeza. —En esta ocasión, solo estoy contemplando estas viñetas, porque han destrozado a los protagonistas, y no sé cómo podrán derrotarlos.

Entonces, ¿Cuál es el poder del villano? —volvió a preguntar Sirius.

Tiene cientos de lanzas, las cuales hace que sean de un tamaño microscópico, y las arroja contra Ryosuke y Nikko. —Explicó una divertida Artemisa, mientras le señalaba las viñetas, para que viera la secuencia de ataque del villano.

¿Y aquí, ya les ha dado? —preguntó Sirius, mientras veía la ilustración, de uno de los personajes, usando un hechizo de fuego.

Sí. Pero solo sienten el efecto... —dio vuelta a la página y lo enseñó. —Cuando los devuelve al tamaño original.

Auch... Eso debe doler. —Dijo Susan, contemplando la página, haciendo a padrino y ahijada saltar del susto, y burlándose de ellos. —Al ser tan diminutas las armas, no dolerán. Pero sí lo harán, al retornar al tamaño original. No les duelen, porque está cerca del tamaño microscópico.

Conozco el Reducio, pero... —Artemisa lo pensó. — ¿Hay un hechizo para encoger, a un tamaño aún menor?

Puedes usar el ReducioMáxima —aconsejó Susan.

Fin del Recuerdo

Artemisa dijo que iría de cacería y luego volvería, para pasar por Susan, para que fueran (en plan cita) a ver el Santuario de Yasukuni.

Eso hizo saltar a Susan, quien abrazó a la Gryffindor, muy feliz y le dio un beso en los labios.

Cuando llegaron, se toparon con cientos de turistas, ante un gran templo de diversos tonos de azules.

—Lo curioso del Santuario de Yasukuni es que es el punto focal de las tensiones en el este de Asia por su relación con el nacionalismo japonés. —Leía Susan, de un panfleto, mientras intentaba mirar todo lo que había a su alrededor. Al mismo tiempo, Artemisa la miraba, con una sonrisa enamorada. Pensaba qué podría hacer, para... encantar, a Susan. Ahora, siendo una chica, Artemisa sabía que Hermione llevaba muuuucho tiempo, enamorada de él (Harry Potter) ... ¡Y ahora de ella! —Se cree que este santuario glorifica el período imperialista del imperio japonés. Las visitas a menudo son vistas negativamente por países asiáticos vecinos comoCorea del Sur y China. Pero aparte de su controversial historial, el santuario es un lugar maravilloso para visitar. Durante el verano, este santuario alberga uno de los festivales más grandes de Tokio. —Artemisa pronto se arrepintió de haber invitado a la pelirroja a ese lugar, cuando la arrastró por los jardines, a mirar a los peces koi y los cientos de árboles florales. Curiosamente, había un puesto de té, y Artemisa compró uno para Susan y un café para sí, y se sentaron allí, justo cuando un grupo de Muggles, aparecieron con un libro, y contaron leyendas e historias de la era Meiji y eras anteriores, sobre Ninjas y Samuráis, haciendo que la estancia fuera muy amena y divertida.

Salieron a caminar y compraron algunos dulces (Artemisa compró dulces de café), y estuvieron tonteando, hasta que se dieron cuenta, de que lo mejor sería volver al hotel, con los demás, pero les llegó un mensaje de que estaban cerca de Anteiku, así que fueron a encontrarse allí y a cenar en ese lugar.

Cuando se acercaron, quizás a dos cuadras de la cafetería, vieron a dos investigadores Ghoul, ante una mujer y una niña. —Es Feuguchi-San y su hija, Hinami —dijo Artemisa, cuando pudo reconocer a la mujer, incluso, si ella estaba de espaldas. — ¿Y esos sujetos de la CCG...? —La pregunta quedó en el aire, al tiempo que la pelinegra fruncía el ceño. —Susan... —comenzó a decir Artemisa.

—No huiré. Voy a ayudarte —dijo Susan, rápidamente.

—Bien —dijo ella, pero vio a Susan girarse hacía ella y levantar su varita, pero no lo hizo, de una forma amenazante. — ¿Qué ocurre?

Susan tomó aire, y se detuvo. Como si no supiera, qué hacer a continuación. Pero ambas sabían, que estaban contra el tiempo. —Alia Facial (Facial Distinto) —Artemisa comparó la sensación, a lo que sintió, cuando bebió la poción Multijugos, al transformarse en Gregory Goyle, en 1992, cuando querían saber si acaso Draco era el Heredero de Slytherin. —Ahora, tu mentón es más afilado, tus ojos más rasgados, más pálida y.… una nariz ligeramente más grande.

—Gracias —dijo Artemisa.

Entonces, Susan se apuntó a sí misma. —Alia Facial —Su rostro dejó de ser tan redondo, para pasar a tener una forma más de... diamante, su nariz se agrandó un poco, sus ojos se hicieron más grandes, y su peinado también cambió, al tiempo que se concentraba. —Varita a Katana.

— ¿Podemos hablar un momento, Feuguchi Ryōko-San? —preguntó, uno de los investigadores, el cual tenía el cabello blanco y largo, hasta los hombros. Ryōko no habló, y el hombre de cabello blanco, sacó de su gabardina, una máscara, dentro de una bolsa de plástico, del interior de su gabardina. —Tenemos preguntas sobre esto... —La máscara le fue arrebatada, y ambos investigadores retrocedieron, encontrándose con dos chicas.

Sería Artemisa, quien usaría su báculo, en su forma diminuta, del tamaño de una varita estándar, y crearía una diminuta runa de ilusión, con movimientos casi imperceptibles, pero que actuó de inmediato; haciendo que Susan y ella, parecerán ser mucho, pero mucho mayores, quizás en sus veinte años.

—La máscara de... —Artemisa miró a los investigadores, fingiendo sorpresa y luego habló... — ¿No es la máscara de Matsumoto Ryūsuke?

— ¿Matsumoto...? —comenzó el investigador de cabello negro, en estado de shock.

— ¿...Ryūsuke? —el otro sujeto, de cabello gris largo y de rasgos perturbadores, estaba en el mismo estado.

Susan miró a ambos investigadores, con un enfado. Los otros investigadores, quienes eran menos peligrosos, pues solo los dos ante ellos, tenían maletines de Quinques. Habían aprendido, que así se llamaban esas armas.

Las armas de fuego, no las dañarían.

— ¡¿PERO TIENEN USTEDES DOS, ALGUNA IDEA DE LO QUE PODRÍA SIGNIFICAR, SI ALGUIEN CONOCE EL NOMBRE, DEL PROPIETARIO DE ESA MASCARA?! —Rugió Susan furiosa, ante los rostros de los dos investigadores de maletines.

Sabiendo que no podría escapar, Ryōko atacó a los otros investigadores, a aquellos que llevaban armas de fuego.

Susan rápidamente, usó el Expelliarmus, desarmando a los investigadores que llevaban los Quinques, y se lanzó contra uno de ellos, dándole una patada y luego un puño en el costado, esquivó un puñetazo, empujó al hombre, y le lanzó una patada ascendente, dándole en la barbilla, tirándolo al suelo.

Artemisa actuó tan rápidamente como pudo, usando su Rinkaku, dejando que la magia lo afectara: Lo aplanara y lo afilara, como si fueran espadas, atacando con intentos de puñaladas y lanzándose de forma vertical, horizontal y trasversal. Y al verlo tan distraído, creyendo que el ataque de las Rinkaku/espadas continuaría, Artemisa le dio un empujón, mientras que inconscientemente, enviaba magia a sus brazos y piernas, para aumentar la fuerza, ya monumental del Ghōul, mandándolo a estrellarse contra la pared, causando un sonido monstruoso, por el golpe, los ladrillos de la pared, quebrándose y los huesos, se llevaron el mismo destino.

El otro se lanzó sobre uno de los maletines, pero Ryōko ya estaba allí ypisó con fuerza el maletín, destruyéndolo, al tiempo que Susan usaba el Petrificus Totalus, permitiéndole a Ryōko decapitar al investigador, sin que pudiera hacer nada, para defenderse.

Inmediatamente después, del asesinato de todos los investigadores, el Kakugan, la transformación de los ojos de un Ghoul, cuando la esclerótica se volvía negra, el iris y la pupila roja, fueron desvaneciéndose lentamente. La mujer le enseñó una sonrisa. —Gracias... por ayudarme. No soy una luchadora. —La mujer miró hacía el suelo, y se encogió un poco de brazos. —No me gusta cazar... ni luchar.

—La entiendo. La entiendo, aunque usted no lo crea —dijo Artemisa. —Yo... yo apenas, y estoy aprendiendo... sobre esto. Y no. No es fácil, tener que quitar una vida. —Artemisa abrazó a Ryōko, y ambas rompieron en llanto.

Se alejaron, mientras que Susan llamaba a Sirius y Amelia, ellos dos se Aparecieron, en las cercanías, y luego hicieron que la sangre y los cadáveres, se desvanecieran.

Cuando ingresaron en Anteiku, todos (desde los trabajadores, pasando por el resto del grupo turístico, al cual pertenecían Susan y Artemisa) se acercaron a ellas, y las tres dijeron que estaban bien.

— (Artemisa) —dijo el señor Yoshimura.

— (¿Sí, señor?) —preguntó ella, mientras traía café para Ryōko y la pequeña Hinami.

— (Hasta donde entiendo, también eres una bruja, al igual que lo es Tōka) —dijo el anciano.

— (Lo soy)

— (Y.… aunque sé que ustedes, pueden cambiar sus apariencias... creo que lo mejor, sería si tuvieras una máscara) —opinó el señor Yoshimura, mientras la llevaba hacía su habitación y le enseñaba una máscara. — (Todos tenemos una máscara, pues si la CCG conociera nuestros rasgos...)

— (Darían con nosotros)

— (Exactamente) —dijo el señor Yoshimura, feliz de que la joven entendiera el peligro. Ambos bajaron, hasta la cafetería, y el anciano se acercó a Tōka, y le susurró al oído. — ("Tōka-Chan, necesito que mañana acompañes a Artemisa, donde Uta")

— (Entendido) —dijo ella, para luego mirar a la joven Ghōul inexperta. — (Artemisa, el sábado a las 16:30, en la estación Shinjuku)

— (Entendido) —dijo Artemisa.

/-/-/sábado, Estación Shinjuku, 16:30/-/-/

Se reunieron solo ellas, y eso alegró a Tōka, mientras ella guiaba el camino, por los barrios, alejándose cada vez más, de la estación Shinjuku.

— (¿Está lejos?) —preguntó la Ghōul extranjera.

— (Demasiado) —admitió Tōka, sin dejar nunca de caminar. — (Por cierto. Gracias por la idea de las runas, para transformar la comida)

—(De nada) —dijo la Potter, solo siguiendo a la otra chica.

Doblaron en un callejón, descendieron por unas escaleras, siguieron por algo similar a una favela, hasta una especie de casa literalmente cuadrada, y sin techo. En la pared junto a la puerta, había un letrero, con el nombre del negocio.

HySy Art Mask Studio

Y, aunque Artemisa tuvo un mal presentimiento, aun así, siguió a su nueva amiga, mientras buscaban a Uta. En las paredes, había muchas máscaras de todo tipo, colgadas en las paredes, y habían mascaras en una mesa de cristal.

— (¡Uta!, ¿estás despierto?) —preguntó Tōka, mientras lo buscaba.

— (Te seré sincera, Tōka-Chan... algo aquí, no me huele bien) —se sinceró la pelinegra.

Una sábana se cayó, de lo que ambas creyeron era un maniquí, pero era el tal Uta, quien estaba debajo de la sabana y dormido, con los pies subidos en la silla. Una pose para dormir, muy incómoda. — (Eres la joven, que mencionó Yoshimura-San, un placer conocerte)

— (Gracias, soy Artemisa, llámame Arti o Misa, por favor) —pidió ella, sin poder dejar de notar, los tatuajes del hombre.

— (Soy Uta) —dijo él. — (Diseño máscaras, pero no solo para los Ghouls, también para los humanos) —El hombre le señaló el asiento junto a ella. Algo cohibida, se sentó. Lo vio sacar un metro, y medir la circunferencia de su cabeza, vertical y horizontal. — (¿Eres alérgica al metal o a la goma?)

— (Creo que no lo soy) —mencionó ella, un poco insegura.

— (¿Quieres una máscara de rostro completo, un antifaz o una mascarilla?) —preguntó Uta. — (Abre la boca, por favor)

— (Prefiero que la diseñes tú, al completo) —dijo Artemisa, sinceramente. El hombre no le revisó la boca, solo parecía ver, el movimiento de su mandíbula. — (Que tengas toda la libertad posible, en la máscara)

— (Gracias) —dijo él.

— (Un motivo animal...) —Pensó Artemisa en voz alta. — (Había pensado en un ciervo... era el animal favorito de mis padres)

— (¿Y tú animal favorito?)

Pensó en Hermione: su primera amiga.

Pensó en la profesora McGonagall: quien, por mucho tiempo, fue su figura materna.

— (El gato, definitivamente) —dijo ella.

Entendiendo que Uta ya comenzaría el diseño, y luego de ser informada, que lo entregaría en Anteiku, la pelinegra y su amiga y maestra Ghōul, se marcharon.