Harry Potter, pertenece a JK Rowling. Tokyo Ghōul, pertenece a Sui Ishida.

1.- Fem-Harry tiene que ser un Ghoul, eso está implícito.

2.- El harem de mínimo siete, tiene que tener a Lily, Hermione, Daphne, Padma, Susan, Kaya y Tōka si o si, decide las otras dos, e incluso puedes agregar a más chicas, siempre y cuando las seis estén.

3.- NO es un Cross, solo vamos a usar el Ghoul como criatura mágica, a Tōka, Kaya, el Kagune y nada más de Tokyo Ghoul.

4.- La criatura Ghoul tiene que ser endémica de Japón, es decir: difiere de los Ghouls que ya existen en el canon de HP.

5.- Por naturaleza los Ghouls son... agresivos, así que el Fic tiene que ser bastante oscuro y sangriento.

6.- Quiero golpes para Snape, Ronald y Draco. Aunque bueno esa regla es más específica para ti que parecer tener alguna especie de... aprecio por la mierda esa de Snape.

7.- (Lo de la relación incestuosa por supuesto está implícita también, pero por si acaso, la agrego)

8.- El Fic tiene que comenzar en el tercer, cuarto o entre esos dos años.

9.- Tiene que contener Lemons.

10.- Fem-Harry tiene que crear una empresa en el mundo mágico, para hacerlo evolucionar, yo que se una empresa de celulares mágicos (esta idea fue tomada de Godfather and Godson by Mark_Ward)

11.- Tiene que haber un altercado con el mundo Muggle, no solo como referencia a Tokyo Ghōul sino también para que se demuestre aún más esa separación entre mundos.

Corte AKA Harén: Lily Potter, Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil, Susan Bones, Tōka Kirishima, Pansy Parkinson, Kaya Irimi, Narcisa Malfoy.

Artemisa: Una Ghoul en Hogwarts (Segunda Versión)

Capítulo 32: La Orden del Fénix. Dumbledore con manos atadas.

Dumbledore suspiró de tristeza, mientras la cólera se acumulaba y él apretaba con fuerza sus manos, recordando cuando descubrió que Lily, Tōka, Kaya y Artemisa, vivían en el #11 de Grimmauld Place.

Él deseaba mantener a Artemisa lo más restringida, sobre la información referente a la Orden, para que luego la obtuviera de él y así, confiara en su persona.

Pero ese plan estaba destinado a fracasar, debido a que todas ellas estaban en todo su derecho, a vivir en la casa de Sirius, al ser este, el padrino de Artemisa y amigo de Lily, y darles tales permisos.

No por primera vez, se preguntó si debería de haber intentado, asesinar a Sirius, cuando aún estaba en prisión.

Y estar cerca de Artemisa, significaba que ella ignoraría a Ron Weasley.

Además, necesitaba estar cerca de Artemisa, le estaba causando (desde el ya finiquitado año, de 1994) un gran temor.

Un temor...

Primigenio, en su ser.

Pero él mismo, había elegido al #11 de Grimmauld Place como base de La Orden del Fénix, debido a la biblioteca con la cual contaban.

Los Black eran solo una, de las muchas casas Antiguas de Inglaterra y la información de la biblioteca Black, era invaluable y Dumbledore pensaba que él, merecía todo el conocimiento.

Conocimiento que luego compartiría con la Orden del Fénix, de forma censurada, o que no se molestaría en compartir en lo más mínimo con nadie, para así poder manipularlos a todos, a lo largo de la guerra que se avecinaba.

Guerra... —Repitió su subconsciente, mientras recordaba lo ocurrido a lo largo de la Guerra de Magos Global. Recordó a todos los que murieron, debido a su inactividad, ante Gellert. Era por esto, que fundó la Orden del Fénix, cuando Tom Ryddle se convirtió en un Lord Oscuro y fundó a sus Mortífagos. Entonces, la Orden del Fénix, entró en acción, trayendo esperanza durante la última guerra, la cual fue finiquitada, con la muerte de Voldemort y James, al ser Artemisa quien mató definitivamente a Voldemort.

El año pasado, Artemisa enseñó a unos cuantos, la masacre que ella misma se marcó, en el cementerio, logrando así disminuir el número de efectivos de Voldemort.

Pero esto preocupó aún más a Dumbledore, quien no tenía forma de tratar de manipular a la chica, en lo más mínimo. Donde él saliera en defensa de los Mortífagos, sabía que se ganaría muchos enemigos de su propia Sociedad Secreta, y perdería para siempre la simpatía de la chica, y cualquier posible intento a futuro.

Donde él acusara a Artemisa, de ser una criatura oscura, Lily haría sus maletas y, seguramente abandonaría la Inglaterra Mágica, y a saber si incluso abandonaría la Europa Mágica, y eso sería desastroso, pues era de Artemisa, de quien hablaba la Profecía, era Artemisa quien estaba destinada a asesinar a Tom Ryddle y quien (obviamente) permitiría que los Mortífagos...

No.

No era seguro, que ella fuera a perdonar a los Mortífagos o a cualquiera de sus simpatizantes.

Es decir: ¿Por qué lo haría?

¡Ella ya había asesinado a muchos de ellos, el año pasado en el Cementerio! (A prácticamente todos, dejando a Tom solo con tres tristes Mortífagos)

Además: Si a eso se le suma: que más de la mitad de la orden, estaba de acuerdo con el proceder de la chica; y la mala fama que él mismo se ganó en el Ministerio recientemente, por decir la verdad (que Voldemort había vuelto)…

Entonces, salir a defender las muertes de los Mortífagos, sería aún peor para su situación política.

-/-/-/-

Artemisa se paseaba por Grimmauld Place, como lo que era legalmente: su casa.

Se acercó casualmente a la sala, y agarró un Guardapelo.

Un guardapelo de color verde, con una S dorada, en la parte superior. Se lo llevó consigo, ignorando lo más que pudiera, gracias a la Oclumancia, el deseo de abrirlo, y lo arrojó dentro de su baúl, logrando suspirar tranquila.

Una sonrisa de triunfo, apareció en sus labios.

Y entonces, escuchó la voz de parca, sintió una mano huesuda acariciar su cerebro, causando que el cuerpo y su corazón, se paralizaran. —Aunque tu conexión con él, ya no existe, recuerda nuestro pacto. —Dijo la entidad antropomórfica, femenina. —Como tú, yo también deseo recuperarlos. Todos, y cada uno de sus trozos de alma y sé, que me los entregarás eventualmente. Pero, hasta entonces, hasta que no tengan la batalla en el atrio del Ministerio de Magia, donde sus varitas con las plumas de las colas de Fawkes serán destruidas, NO podrán lastimarse, el uno al otro. Es hora de almorzar. Cuando vuelvas a la habitación, encontrarás la madera de tu próxima varita mágica. Ya sabrás tu misma, cuál será el núcleo indicado.

— ¡Artemisa, Tōka, ya está el almuerzo! —llamó Sirius, sacándola de sus pensamientos.

— ¡Voy bajando! —contestaron ambas chicas, saliendo de sus habitaciones, encontrándose en el pasillo y descendiendo por las escaleras, hasta el comedor, donde estaban todos los miembros de La Orden, además de (lógicamente) los hermanos Weasley y su madre.

— ¿Sabes Misa?, estoy sorprendido —dijo Sirius. —Pensé que, tan pronto como todos estuviéramos reunidos, estarías preguntándonos sobre Voldemort.

La pelinegra frunció el ceño, al ver el estremecimiento de todos. —Sí. Pero luego pensé: Eliminé a todas sus fuerzas, y solo le quedan cuatro idiotas, no tiene sentido. —Se encogió de hombros. —Sirius, ¿Cuándo es la próxima reunión de la Orden? El almuerzo está muy bueno, como para arruinarlo, con revelaciones. Prefiero que estemos todos centrados, en el mismo tema, y no pasando de uno a otro. —Comió un trozo de carne y bebió algo de café. —Créanme: Necesitan saberlo, pero no a la hora del almuerzo.

—En dos horas —contestó Lily. Artemisa solo asintió.

—El cabrón... —Artemisa ignoró el chillido de enfado de Molly, por decir malas palabras. —Ha estado muy silencioso. Demasiado, quizás. ¿Qué quiere? —Miró a Lupin, quien se estremeció. Artemisa liberó su instinto de cazadora, y una divertida Tōka, hizo lo mismo.

—Busca el apoyo de los Hombres Lobo y Dumbledore me mandó a contactarlos, para pedirles que no lo hagan. —Dijo Lupin. —Y.… lo mismo con Hagrid, a él también le pidió que contactara a los gigantes, para que no se unan a él.

—La verdad, cariño es... —Molly chilló, como intentando reprender a Lily. —Que has actuado muy bien en el cementerio.

— ¡¿APLAUDES SUS ACTOS, LILY?! —Chilló Molly.

—Si. Los aplaudo —dijo Lily, con un tono desafiante, mirando a Molly. —Ahora, él carece de los efectivos suficientes, para llevar a cabo sus caprichos. —Todos tuvieron que asentir. Estando de acuerdo, especialmente Alastor Moody. Lily volvió a mirar a su hija. —Le has arrebatado, a casi todos sus terroristas, que estaban fuera de prisión. La Orden está vigilando dos lugares, al mismo tiempo: La prisión de Azkaban y el Departamento de Misterios, del Ministerio de Magia. Hay algo, en...

— ¿La Profecía? —preguntó Artemisa.

Lily asintió. —No la conoce al completo. Y querrá saber lo que dice, así que Dumbledore envió a algunos miembros de La Orden, para vigilar.

—La última persona, que debería de haber sabido de su resurrección, era Dumbledore —dijo Lupin sonriente, antes de mirar a la Ghōul. —Pero, lo evitaste. Sobreviviste y.… contraatacaste a sus tropas, dejándolo con manos atadas, muy bien.

—Entonces... Evitar que se contacte con sus Mortífagos en Azkaban, evitar que los Hombres Lobo se vuelvan sus aliados, evitar que los gigantes lo sigan y evitar que obtenga la Profecía. —Resumió Artemisa, todos asintieron. —Y... Remus está evitando que los Hombres Lobo, sigan a Voldemort —Todos asintieron nuevamente. — ¿Tiene Remus una manada, o algo así?

—No. No —dijo Remus rápidamente. —No me acerco a ellos, Artemisa. Prefiero ser humano. —Suspiró. —Tan humano como se pueda.

—Podrías haberte aliado a una manada. Alguna manada que estuviera en contra de lo que hace Voldemort y así, podrías haberlos convencido, de ir en contra de los hombres lobo, que ESTÁN del lado de Voldemort, y así, quitarle sus fuerzas. —Todos se sorprendieron por las palabras de Artemisa y Remus frunció el ceño. Su antigua alumna, decía la verdad. —Recuerda por favor, lo que dijo Aristóteles: "El ser humano, es un animal social, por naturaleza"; entonces: ¿algo más?

—Fudge no cree que Voldemort volviera —dijo rápidamente Moody, antes de que Molly pudiera decir algo tipo: «Nada más», y negarle así, la información a la chica. —Dice que está loco y niega su regreso, así que... tendrán un año asqueroso, en cuanto a la Defensa de Artes Oscuras.

—A Dumbledore jamás le ha interesado ser Ministro de Magia, pero Fudge cree que todo esto, del regreso de Quien-Ya-Sabes, es una estratagema de Dumbledore, para tomar el puesto. —Dijo Arthur Weasley. —Cree que Dumbledore podría intentar armar un ejército de estudiantes, y tomar el ministerio, contigo como punta de lanza. Así que, ha decidido "actuar" y este año, tendrán a una maestra de la propia elección de Fudge.

— ¿Por qué no buscar alguna forma, de que todos vean mi recuerdo del Cementerio? —preguntó ella. —Demostraríamos, que no mentimos y la Orden, recuperaría su credibilidad. La cosa... es que... no se me ocurre como hacer que TODOS lo vean.

Todos comieron en silencio y luego de terminar el almuerzo, Artemisa ingresó en la biblioteca Black, siendo rápidamente alcanzada por Hermione y Tōka, mientras ignoraba los gritos de Molly Weasley, sobre que tenían prohibido leer esos libros.

Pero Lily dijo, que su hija estaría bien y que Artemisa no era tan tonta, como para permitir que un par de libros oscuros, la sedujeran.

-/-/-/-

Si Artemisa hubiera tenido aún aquel trozo del alma de Voldemort, en su frente, entonces la cicatriz le hubiera dolido tremendamente a la chica.

Pero ese trozo de alma ya no existía, y eran otros los que sufrían las repercusiones de la masacre Mortífaga, en el cementerio.

Así mismo, cuando Voldemort descubrió la muerte de los MacQuoid, los Adolphson, los Chadburn, Derekson, Charleston, Adamson, Masters, Snape y de Kevin Darkworth; su ira solo ascendió, y destruyó la sala de la casa de los Anaklett, en un infantil momento de magia descontrolada, que mandó a Lucius, Narcisa y Draco, contra la pared.

Los ojos del lord oscuro, brillaron en un escarlata tan fuerte, que parecía que pronto, sus ojos liberarían llamaradas, mientras su magia era visible, como un aura verde esparrago/verde cazador, que seguía destruyéndolo todo, al igual que en los cientos, sino miles de casos de niños que realizan Magia Accidental.

La guerra aun no comenzaba, pero ya estaba perdiéndola.

Si tan solo ese estúpido de Robbins, no hubiera perdido tanto tiempo, murmurando los pasos del ritual, le hubieran arrebatado su sangre a la fuerza a Artemisa Potter y él hubiera renacido al completo.

Pero no.

Este renacimiento estaba mal.

Se sentía débil, se cansaba pronto.

Y no sabía, si ese cansancio, era porque el ritual estropeado, revelaba su auténtica edad (antes, había tenido una mayor vitalidad), o si era porque Potter arruinó el ritual, al darle voluntariamente su sangre.

Voluntariamente, incluso si fue acuchillada violentamente en el rostro.