MUJER CASADA:
ANALGÉSICOS Y SUCEDÁNEOS
Pareja: Severus/Narcissa
¿Por qué ponerlos juntos: Aunque Lucius es uno de mis personajes favoritos, debo admitir ser pareja de alguien tan egocéntrico debe ser deprimente, aún más si esa persona no esta (¡Toma nota, Mr. Wonderfull¡Mi paciencia no es eterna!)
Nota: Ya había visto algunas vagas referencias. Tomo como hecho la anectdota del fanon que dice que Snape es padrino de Draco.
La mansión estaba casi vacía. Los muebles, los elfos, los cuadros, todo eso seguía ahí, pero el espíritu que la movía se volatizó.
Narcissa, recargada en el balcón, miraba a ningún punto en específico, delante de ella. No es que amara especialmente a Lucius, pero para un matrimonio se necesitan dos y ya bastante sola estaba antes de que se lo llevaran a Azkabán.
Sus amigas dejaron de visitarla. Algunos de sus maridos también fueron a Azkabán, y preferían evitar verse sospechosas.
"Estúpidas, como si fueramos a planear un rescate entre café y café…"
Una enorme nube negra cubría la mansión, pero los prados alrededor estaban perfectamente soleados. Hasta el sol huía de ella. Ah, y Draco también. En dos semanas de vacaciones apenas lo había visto. En el almuerzo, Narcissa fingió no ver el tatuaje en su brazo. Quizá era mejor así, mientras él anduviera con los mortífagos ella podía ponerse una borrachera de salva sea la demencia, como su madre hubiera dicho.
Mientras le daba un trago a su décimo segundo firewhisky del día, reflexionaba en que embriagarse no era lo mismo sola. Esas ocasionales borracheras juntos eran lo mejor de su matrimonio. Oh, de acuerdo, de ocasionales no tenían nada, desde que Draco estaba en Hogwarts era su rutina del fin de semana, pero se divertían mucho (especialmente cuando terminaban en la piscina).
"Lucius… ¿donde estás?"
Se recargó con más fuerza en el barandal del balcón. El mareo iba en aumento, pero no pensaba dejar de beber hasta ese sabroso punto donde todo valía nada. Faltaba realmente poco, puesto que las imagenes ya danzaban ante ella.
De pronto, perdió el punto de apoyo. Lo siguiente fue confuso. Todo se movía, intentó asirse del barandal, pero su mano quedó en un ángulo raro y solo logró rozar la barandilla con los dedos. Luego el jardín estaba cerca, demasiado cerca. Impacto. Dolorosamente cerca de la maldita verja de estacas. La verja dentro de su espalda. Rogó quedar inconsciente rápido, pero la inconsciencia se le negaba. El sol pegaba en pleno. Un hilillo de sangre corría por su costado. Temía moverse, sabía que algo a la altura de su antebrazo estaba desacomodado pero no localizaba bien qué. Era difícil respirar. Dejó de forcejear cuando vió dos brillantes puntas metálicas que sobresalían de su cuerpo. Desde sus entrañas subía el sabor a sangre, aunque el dolor no le permitía reflexionar en ello. Escuchó vagamente a Draco, por su posición no pudo ver nada. Dolía, dolía, dolía, dolía, como si en lugar de sobre una cerca hubiera caído sobre un campo completo de estacas.
Pronto muchos medimagos estaban alrededor de ella. Para cuando la desempalaron, su cabeza punzaba por la resaca. A todo esto, la borrachera se le cortó al momento de resbalar. El sol la deslumbró. La sujetaron firmemente a una camilla y luego ¡paf, estaba en San Mungo. Ajetreo a su alrededor, podía ver poco por las tablillas con que sujetaron su cabeza. Draco corriendo junto a su camilla, alguien lo detuvo. Después, una medimaga rubia de rostro infantil hizo un hechizo cerca de su sien… y no supo nada más.
Despertó algo desorientada. Había una cabeza rubia en su regazo. Pero luego recordó que no podía ser Lucius porque él estaba en Azkabán y ella en San Mungo todo por beber donde no debía. De repente Draco le parecía tan pequeño. ¿Cómo diablos iba a criarlo sola por Merlín sabe cuanto tiempo? El crío ya no era un crío, era ya casi un adulto (¡y un mortífago!) como su padre, pero aún la necesitaba. Es el tipo de cosas importantes que se olvidan al tomar.
Había alguien más en la habitación. No tenía mucho margen de movimiento por el vendaje y los entablillados, pero lo percibía. Narcissa se removió un poco para mirarlo, alterando a Draco
"¿Severus?"
"Ah… madre… es que no sabía a quién decirle y… " - Con un demonio, Draco no solo lucía sino gesticulaba igual que su padre
Narcissa apenas iba a hablar cuando Severus, con más autoridad sobre Draco de la que jamás poseyó Lucius, se le adelantó.
"Draco, ve a la mansión y duerme por lo menos una noche Tu también necesitas descansar"
Apenas se marchó Draco, Narcissa sintió que necesitaba otro trago. Tal vez Severus le adivinó el pensamiento porque le dio un vaso con líquido rojizo, con olor a volatilidad. No sabía precisamente a firewisky pero resultaba bastante sedante y le añadía peso a sus párpados.
Aunque la habitación del hospital no tenía ventanas, y por tanto siempre estaba en penumbr
a, casi podría jurar que afuera llovía fuertemente. Del pasillo apenas llegaban ecos. Narcissa intentó acomodarse sobre la almohada pero apenas tenía movilidad. El profesor se inclinó a ayudarla.
El doctor dijo que regresarás a la mansión en una semana. Por suerte, no te perforaste ambos pulmones...
Narcissa alzó ligeramente una ceja ("demonios, ahora yo también estoy gesticulando como Lucius"). No más firewisky en el balcón, ni en la estancia, ni en el comedor, ni en la biblioteca.
Severus seguía muy cerca de ella. Y no le desagradaba, en absoluto, aunque su cara parecía tener escrita "Te lo dije, pero al fin esto ya no puede empeorar". Mejor dicho, leía eso en la cara del profesor porque realmente quería que alguien se lo dijiera. Que las cosas ya no iban a salir mal porque simplemente ya no había de donde ponerse peor.
"Lucius va a volver dentro de poco... el Lord tiene planeado un rescate a Azkabán. Probablemente obliguen a Draco a ir."
Corrección, ahora sí que las cosas no podían empeorar. Las malas noticias nunca llegan solas.
"Voy a vigilarlo de cerca, lo prometo."
Sin verificar si se refería a Draco o Lucius, eso se sentía mejor. O casi.
"¿Por qué sigues ayudándonos, Severus?"
El profesor recorrió con sus dedos demasiado blancos el manto de cabello de la Señora Malfoy
"No lo sé"
Siento haber desaparecido así pero los examenes se encimaron de tal manera que a veces me pregunto si fué planeado a propósito, y cada vez que quería escribir romance/humor terminaba con un angst entre manos. Afortunadamente ya estoy de vacaciones, y tengo algunas ideas nuevas. Sigo con los retos.
