¡El esperado capitulo 9 ha llegado! ¡Y con bonus incluido! Como quedo muy corto decidí meter escenas que iban a ir en el 10, así que se aguantan. Otra cosa, no me acuerdo como murieron los sacerdotes, y no encontré la pagina en donde decía, así que ya advertí.

¡Enjoy the chapther!

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Ishizu atravesó el gran salón de la mansión en busca de su marido. Traía una mirada de furia, ni los sirvientes que se atravesaron en su camino osaron interrumpir su trayecto hacia el despacho de Seto Kaiba.

La morena entro, imponiendo su presencia frente a el, quien solo meneaba una copa de vino mientras se recargaba en su escritorio.

- ¡¿QUE ESTA PASANDO SETO KAIBA!

- Ishizu, querida... ¿Acaso no fue el helicóptero por ti?

- ¡Claro que fue! Solo dime que, ¡¿QUÉ ES LO QUE ESTA PASANDO!

Seto se acomodo en el escritorio y le dio un fólder con unos papeles. Ella los miro extrañada, principalmente por el comportamiento de su marido, mas aun así los abrió; eran varios papeles de cuentas de banco.

- ¿Qué es esto?

- Lo que nos quedara después del juicio que me acaban de hacer - Seto se tomo todo el vino que restaba en la copa - los malditos lo planearon todo, no pude hacer los tramites de cambio de propietario o tutoría...

- ¿Qué estas tratando de decir? ¡Habla en un lenguaje comprensible por favor!

- Los malditos lo planearon todo desde antes que me advirtieran la primera vez - se sirvió mas vino - congelaron las cuentas de negocios, embargaron propiedades... solo nos queda una cuenta personal en el banco y un departamento en el centro que venderé para pagar los abogados y conseguir algo mas barato... y se me olvidaba la inversión en tu museo.

- Me ocultaste la audiencia... ¿Qué otras cosas mas me has ocultado?

- Quería cambiar algunas propiedades a tu nombre además de darte la tutela de Mokuba para que esos imbéciles no se quedaran con todo, pero esos malditos...

- Seto, intenta calmarte, piensa las cosas claramente y ve que puedes hacer.

Se sirvió otra copa de vino y se la tomo rápidamente para ver si así le llegaba al cerebro alguna idea para salir del atolladero. Ishizu intentaba calmarlo pero el parecía que se había quedado sin alma, y lo comprendía. Esa empresa era todo para el.

- Cálmate Seto, ya veras que juntos saldremos de ese problema - mas adelante se dio cuenta que le había dicho "juntos" - nos iremos con mi hermano, la inversión del museo será exitosa y harás un nuevo negocio en cuanto tengas un proyecto nuevo - lo levanto sutilmente, algo raro considerando que ella lo golpearía en otra situación - vamos arriba a descansar... hemos tenido un día muy agitado.

Lo guió a través de los pasillos para llevarlo a descansar. Tan bajo había caído el que tenia que ayudarlo una mujer, y no cualquier mujer, sino SU MUJER.

- ¿Qué haces? - pregunto ella cuando lo sintió rodeándole la cintura, mientras se acercaba a ella - ¡Seto!

- Te necesito... - el castaño se hundió en el cuello de Ishizu, abrazándola - no me dejes...

Le respondió al contacto con unos toquecitos leves en la frente, ya que pensó que tenia alguna clase de fiebre o calentura, mas el la abrazo mas fuertemente.

- Quédate conmigo Ishizu...

Al entrar al dormitorio, Seto ya estaba dominando los labios de la morena, dejándola suavemente en la cama para poder continuar como se debía.

Pronto los labios de Seto dejaron los de Ishizu para internarse en una odisea que comenzó en el cuello y que siguió bajando poco a poco mientras sus manos se dedicaban a quitarle la ropa lentamente.

Era como si ya lo hubieran vivido antes, pero no como la primera vez, sino mucho antes de eso, en sus vidas pasadas. Esas caricias, esos besos, simplemente cada roce que tenían los sentían como si hubieran sido de siempre.

- Por fin solos... mi diosa...

La pelinegra echo su cuello hacia atrás para darle acceso a su boca, quería sentirlo cerca.

- Vamos Seth, nadie se va a dar cuenta...

- Exacto mi diosa... en estos momentos estamos tu y yo...

A ella le encantaba perderse entre sus caricias, revolverle ese cabello castaño, sumergirse en sus ojos azules, tocando ese perfecto cuerpo masculino que la volvía loca.

Se habían contenido demasiado, buscando una cura para que pudiera haber algo entre ellos y aunque a la vez no dañara la reputación de ambos sacerdotes. No dudarían en agradecerle durante toda su vida al sacerdote Mahado, pero eso seria en otra ocasión, una donde no sintiera la boca de Seth recorriendo su cuerpo y que sus propias manos no le estuvieran arañando la espalda al sacerdote.

Sacerdote o no sacerdote, Seto Kaiba era único, Ishizu se sentía en las nubes, y que decir de cómo se sentía el castaño.

La quería, de eso ya no había ninguna duda, y si la había se olvidaba de ellas solo con escuchar los ligeros gemidos de su esposa.

- Hazlo ya Seto, no lo prolongues mas...

No solo lo prolongo, sino que espero que Ishizu lo necesitara aun mas, aunque no tanto como para que se olvidara de complacerla. Llegado el momento la acerco hacia el, la tomo fuertemente de la cadera y la hizo suya, embistiéndola, haciéndola exclamar de placer, que ni siquiera con destrozar las almohadas que sostenía con sus manos le eran suficientes para calmar esas ansias que tenia solo de sentirlo dentro.

Ella se arqueo y le rodeo la cintura con sus piernas, prolongando aun mas esa sensación que el le provocaba. Tal vez un tiempo atrás aun estaban gritándose como perros y gatos, pero la situación entre los dos había cambiado considerablemente.

- Te necesito Ishizu... no sabes cuanto...

Ella lo miro a los ojos. Aun conservaban la frialdad que caracterizaba al castaño, pero ahora les encontró un brillo que jamás le había visto antes, ni siquiera en uno de sus mas grandes duelos de monstruos.

- ¿Qué piensas hacer? - le pregunto ella una vez que se tumbaron en la cama, abrazados, compartiendo algunos besos y caricias - no me refiero a tu compañía, sino a nosotros.

- Lo de nosotros es muy claro - Ishizu lo miro con desconcierto - vamos a hacer que funcione, pero esta vez sin pelear, sin gritar y sin insultarnos.

Ni el mismo se dio cuenta de las palabras que decía, solo le salían con cierta naturalidad y espontaneidad.

- Vaya, ¿Entonces el grande y poderoso Seto Kaiba esta considerándome? - el la miro con un poco de enojo, pero se acerco una vez mas, comenzando a morderle el cuello lentamente - No has respondido mi pregunta...

- Cállate y bésame.

Si, después de todo, el seguía siendo el mismo, tal vez con unos cuantos cambios, pero aun conservaba su esencia.

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- Apaga la luz Marik, ya duérmete.

- Calla Bakura, la televisión me aclama, me adora.

- Has visto ese video como diez veces, ¡Ya duérmete!

- No puedes negar que soy fotogénico.

- No puedes negar que Kaiba te matara después de que vea esa entrevista.

- Que ni se queje, lo dejo bien parado - Marik rebobino la cinta una vez mas - Ah que sexy me veo.

- Si claro...

Bakura dejo a Marik en la sala mirando el video una vez mas, así que se metió solo a la cama y se tapo con las mantas para dormir. No podía hacer mas para quitar a su "amigovio" de la televisión, Marik parecía mas enamorado de si mismo que de otra cosa, y eso lo pudo comprobar al día siguiente cuando despertó y encontró a Marik aun frente al televisor, admirándose a si mismo en ese cochino video.

Parecía endemoniado, como si su contraparte oscura lo hubiera posesionado de nuevo solo que con unas ojeras causadas por el desvelo y el brillo de la pantalla de televisión.

- ¡Marik Ishtar! - grito el albino al otro chico, sacando a este de su trance - En estos momentos te despegas del televisor, te arreglaras para trabajar, y te iras a cumplir tus obligaciones, o...

- ¿O que?

- ¡O te voy a mandar a ti y a ese cochino video al reino de las sombras! Y recuerda que si te mando ahí, no habrá nada de nada...

- ¿Nada de nada?

- Nada de nada.

- ¿Nada nadita?

- ¡Nada!

- Ah no, haces eso y te mando a ti primero - Bakura comenzó a expedir un aura maligna - no... no es cierto, sabes que a ti no te haría nada... - la mirada llameante del albino comenzó a perseguirlo - ¡Ya me voy!

En menos de lo que Yuugi podría decir "Es hora del duelo", Marik se arreglo y salió corriendo hacia el trabajo. Por un lado agradecía el no vivir soportando a su hermana y poder vivir a solas con Bakura, pero por el otro era como si estuviera casado. La chispa se estaba perdiendo en su vida.

- Joven Ishtar - le atrapo la recepcionista en cuanto entro a Kaiba Corp. - el señor Kaiba lo esta esperando en su despacho.

- ¿Tan temprano? - Marik avanzo hasta llegar a la oficina de su cuñado, entrando lentamente para que no lo matara antes de tiempo - ¿Ahora que pasa, oh grandísima excelencia?

- Lo que mas temías esta por volverse realidad...

- ¡No! - grito Marik horrorizado - ¡Bakura no puede dejarme con nada!

- ¿De que estas hablando?

- No, de nada... ¿De que estabas hablando tu? - se sentó en el sillón frente al escritorio - Después de que te quedaras con la duda de lo de Bakura, ¿Qué se le ofrece?

- Odio retractarme de las cosas, pero deja en paz a Kisara.

- Déjame ver si entendí - el moreno se restregó los ojos intentando creer lo que estaba escuchando - ¿Quieres que deje a Kisara en paz. ¿Y el plan?

- Se lo que te dije del plan, pero olvídalo. No tiene caso alguno después de todo - movió su asiento de tal manera que quedo mirando hacia la ventana - sobre tu trabajo, te pagare igual, y tu contrato no será revocado si me voy de la corporación.

- Pero si aun no es tu juicio...

- Ya puedes irte - el egipcio dudo en irse - y la entrevista que diste espero que haya ayudado en algo. La vimos en la mañana.

- Me alegra que haya servido de algo.

Marik salió en silencio, pensando en el raro comportamiento que estaba teniendo su cuñado.

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- Te ves mucho mejor, ¿Te sirvieron los consejos de Mai?

- digamos que use una técnica especial - respondió Ishizu a una Anzu que la visitaba en el museo para ver como iba todo - inclusive tuve una especie de deja v mas largo.

A Anzu simplemente le decía que tenia especies de Deja vu, nunca que eran visiones de su pasado.

- Veo que traes puesto el Tauk.

- Si, se lo pedí al Faraón unos días porque necesito descifrar unas cosas. Los avances han sido geniales, no pensé avanzar demasiado en tan pocos días.

- Honda no quiso decir nada, pero sabemos que Kaiba tiene muy pocas probabilidades de ganar el juicio.

- De eso hable muy poco con Seto - menciono mientras recordaba la noche anterior, pero miro a Anzu e intento pensar en otra cosa - quiero que me ayudes a sacar unas cosas de la mansión aprovechando que estas aquí.

- ¿Esta muy grave el asunto?

- Solo acompáñame a sacar mis cosas, Mokuva se encargara de las suyas y las de Seto - ambas avanzaron a la puerta, mirando hacia ambos lados para no encontrarse con reporteros - claro que en cuanto lo encuentre, este muchachito es demasiado precoz...

Ambas chicas sonrieron al imaginar el castigo que Seto le pondría a su hermano cuando lo encontrara, a ese Mokuba solo le faltaba salir con su domingo siete. Por lo pronto estarían en el departamento donde Ishizu antes vivía con Marik, era la única solución que encontraba en esos momentos.

- ¿Y tu como vas con Yuugi?

- Es algo lento para esas cosas, pero espero que reaccione pronto - Anzu menciono eso ultimo con un tono de enfado - No lo estaré esperando toda la vida.

- Pues ve a preguntarle a Mai.

- Ya lo hice, por eso digo que va lento - suspiro - de no ser por Mai, no hubiera avanzado nada.

- Acompáñame a la mansión y me sigues contando.

- Si, seguro.

Ambas chicas salieron por la puerta trasera evitando reporteros y toda clase de gente que trabajaba para las revistas del corazón, llegando a la mansión esquivando camionetas de televisión que las persiguieron desde que pusieron un pie en la calle siguiente a la del museo. Incluso Ishizu ignoro a los sirvientes que la recibieron al llegar y se dirigió junto con Anzu a su habitación para empacar.

Desde que Ishizu se coloco el Tauk esa mañana traía ese presentimiento de que algo saldría mal, y prefería estar preparada para cualquier cosa que se presentara.

- ¿Entonces todo va en serio entre Kaiba y tu?

- Vamos a intentarlo, tal vez todo comenzó como una farsa, pero es sincero. A su manera, pero sincero.

- Claro, ni no lo fuera no seria Kaiba.

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Hablando de Kaiba, este estaba junto con Honda esperando el fallo del jurado y el veredicto del juez. Aun así, Seto tenia esperanzas de un fallo favorable, sin pensar en otra posibilidad. Tenia que ganar a como diera lugar, no podía permitirse ser derrotado por unos idiotas.

- ¡Silencio! ¡Orden en la sala! - grito el juez haciendo que los murmullos en la sala cesaran - el juicio de Kaiba Corporation contra Seto Kaiba acaba de reanudarse. Tenemos el veredicto del jurado.

El fiscal se levanto y tomo el papel que le extendió uno de los jurados. Honda cruzaba los dedos muy esperanzado, mientras Seto miraba con furia a los otros ejecutivos y a Pegasus con su sonrisa insolente.

- "Me las van a pagar... juro que me las van a pagar..."

El fiscal abrió el papel y tomo aire. Seto pareció no respirar durante ese lapso de tiempo.

- En vista de las pruebas mostradas, los testigos presentados y los argumentos dichos - Seto trago saliva, impaciente y pensando maldiciones para sus "socios" - Hemos declarado a Seto Kaiba incapacitado para manejar Kaiba Corporation.

Los murmullos se disiparon en la sala y el juez ordeno silencio. El castaño no grito y tampoco armo una escenita como las que acostumbraba, pero se limito a escuchar el veredicto final.

- Por la autoridad que me confiere la ciudad de Domino - el juez recibió el papel del fiscal y se preparo para dar sentencia - declaro a Seto Kaiba incapacitado para manejar Kaiba Corporation, pasando todas las acciones, cuentas, propiedades y lo que concierne a la empresa, a los demás socios minoristas representados por el señor Pegasus J. Crawford. Caso cerrado.

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- ¡Seth! ¡¿Qué hiciste con Seth!

- No le he hecho nada aun, ya que tu serás la primera en sentir el sufrimiento que le tengo reservado a ese tonto sacerdote...

La sacerdotisa intento usar el poder del Tauk para defenderse, pero todo paso demasiado rápido para ella. No pudo esquivar la daga que el enemigo le clavo en la espalda. Sus pensamientos se dividieron, uno intentaba avisar al faraón, y otro intentaba mantenerla con vida. No quería perder lo que tanto había deseado tener y por lo cual luchaba hasta el final.

- Ahora solo queda uno... - la voz le indico que el atacante se iba alejando, dejándola herida en uno de los pasillos del templo - quiero ver la cara del sacerdote cuando le diga que es el único que queda vivo...

La vista se le nublaba, ya no podía distinguir el blanco tono de cabello de su atacante, y poco a poco cayo sumida en la oscuridad.

De repente se sintió moverse, sacudirse un poco de manera violenta, pero no quería abrir los ojos para no encontrarse cara a cara con la muerte.

- Ishizu, por favor despierta...

- Eh... ¿Anzu? - Ishizu se vio sentada en uno de los bordes de la cama - ¿Qué paso?

- Tu collar comenzó a brillar y tu te desmayaste.

- El Tauk... se que esto se escucha en todos lados, pero esta vez si tengo un mal presentimiento...

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Al escuchar esas palabras del juez, Seto quedo derrumbado por completo pero no lo demostró, solo les hizo notar un rostro de enfado sobrenatural y salió hecho una furia del lugar. Los reporteros que esperaban afuera lo bombardearon con miles de preguntas que el evito de manera asombrosa y peor a la acostumbrada, subiéndose a un taxi y partiendo rumbo a su oficina en Kaiba Corp.

No lo dejaron entrar, cuando llego todas sus cosas estaban afuera. Intento usar el teléfono celular pero estaba cortado. Esos malditos se lo veían venir, el veredicto estaba a su favor desde un principio y a el no le quedaba mas que aceptarlo.

Tuvo que perderse entre las calles mientras al estúpido de su cuñado o al noviecito de este le daba por salir de algún turno del trabajo y así los obligaría a llevarlo al museo o a algún otro lado, aunque tuviera que matarlos o terminar en alguno de los antros que la parejita frecuentaba.

Nah, tal vez solo les patearía el trasero.

- ¡Cuñado! ¿Qué haces por aquí?

- ¿Ishtar? - Seto se dio cuenta de que la voz provenía de un carrito de hamburguesas - ¿Qué no se supone que deberías estar en el trabajo?

- Eh... si... - Marik dejo de comer hamburguesas y le presto atención - estoy en la hora de comer, si, es eso...

- Vamos al museo a esperar a tu hermana, va a ser un largo dia...

- ¿Por qué al museo? Tengo que regresar al trabajo...

- Al museo, ¡AHORA!

Ambos tomaron un taxi para ir al museo, a Marik no le hizo gracia el tener que pagar pero no quiso arriesgarse a un ataque de furia del señor Kaiba. Una vez que llegaron al museo se pusieron a esperar a Ishizu.

Marik se puso a curiosear por la oficina de su hermana, la ultima vez que había entrado no había tanto mugrero en el escritorio y encima de los archiveros. Solo encontró polvo, piedras, manuscritos y muchos papeles amarillos.

- Mira, un ritual.

- Si, ya me lo mostró tu hermana.

- Aja... - Marik comenzó a husmear en los cajones, encontrando una carpeta con muchas fotos de piedras antiguas con jeroglíficos - mira, aquí esta Mahado.

- ¿Y ese quien es?

- Acuérdate, el Dark Magician - escucho a su cuñado refunfuñar - como sea, espero que mi hermanita llegue pronto...

Como si la hubiera llamado del cielo, Ishizu apareció por la puerta con Anzu detrás. Miro a su marido, luego a su hermano y luego a su marido de nuevo. Sus sospechas habían sido acertadas.

- Creo que yo mejor me retiro - Anzu no se aparto de la puerta - nos vemos mañana Ishizu.

- Te acompaño Anzu, sirve que busco a Bakura.

Anzu y Marik salieron del lugar, dejándolos solos. Ishizu solo asintió a sentarse mientras Seto hacia lo mismo en una silla cercana. Inconscientemente, ella apretaba el Tauk, el cual tenia guardado en el bolsillo de su vestimenta.

- Cálmate Seto, pensé que algo así te tendría de esa manera, no todo esta perdido.

- Eso ya lo se, aun nos queda una cuenta personal, la inversión en tu excavación, el fondo educativo de Mokuba y un departamento que venderé.

- Entiendo, así que invadiremos a mi hermano.

- Supongo que si.

- Sabia que ese mal presentimiento se iba a realizar, así que arregle las cosas - ella se levanto - están en mi cuarto de soltera, y las de Mokuba en el de Marik.

- Saberlo me tranquiliza - Antes de que Ishizu pudiera hacer o decir algo mas, Seto se puso de pie y fue hacia ella - vamos a superarlo juntos, empezare de nuevo, contigo...

- Seto, ¿Estas delirando? - pregunto ella mientras le ponía una mano en la frente - ¿Dónde esta el Seto Kaiba con el que me case?

- Esta planeando una gran venganza contra esos imbéciles... - el castaño sonrió maliciosamente, mirándola a los ojos - ahora, ¿Puedes mostrarme como van los avances de mi inversión?

Esa fría voz, sin sentimientos, igual que su mirada; ambas cosas mostraban un infinito rencor contra los traicioneros ejecutivos de Kaiba Corp.

Ishizu les encontró un brillo extraño, como cuando Marik planeaba dominar el mundo, pero un poco menos exagerado.

Solo pudo rezar para que el infierno no fuera tan malo después de todo.

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Wow, dos días en escribir este capitulo, es mas de lo que puedo pedir, y tres días mas para pasarlo a la maquina (técnicamente me dio flojera hacerlo antes xD) como ven, las cosas se han complicado entre los protagonistas ahora que por fin habían decidido darse una oportunidad, entonces llego la sentencia y lo complica todo... ¿Será para bien o para mal? Ya lo verán en el capitulo diez.

Saludos a: darkwolf, Salome Kaiba, Rei Dark Angel, afroditacoral, Yuki-ona, Ishizu Kaiba, karlyta, CE-AT and AMETCE e Ishizu, y a todos los que están leyendo y que no se animan a decírmelo... ¡Pues que esperan! ¡Déjenme un RR!

Dudas, comentarios, criticas constructivas, sugerencias en un RR, los bishounens like Bakura and Marik van a mi e-mail o los mandan por correo a mi casita.

Saludos. Nayru.