4
Me senté de nuevo frente al televisor de la sala, pero ahora con una taza de té en mi mano derecha y, en la izquierda traía la tarjeta que había llegado con las flores y la nota que me había dejada Sasuke en recepción. Cuando había llegado al departamento estaba completamente obscuro y una vez que hube encendido la luz divisé una nota en la mesa que había dejado Ino diciendo que volvería hasta tarde y que por lo tanto yo volvería tomar el turno de la mañana.
Maldita frente, tendría que levantarme mucho más temprano si quería ir a correr por la mañana, pero viéndolo de otro modo, la posibilidad de toparme de nuevo con Sasuke era menor. Estaba consciente de que algún día tendría que dejar de correr y esconderme de él, pero por el momento no, y aunque quisiera permanecer para siempre alejada de su círculo, sabía que era imposible. Me quitaba el sueño la sola idea de pensar que podrían mandarnos a una misión juntos, de nuevo…
Tomé un sorbo del té y deje la taza en la mesita que estaba frente al sillón y subí los pies sobre ésta. La televisión que se encontraba encendida no llamaba para nada mi atención, puesto que solo la había encendido para escuchar otras voces además de la de mi cabeza. La nota y la tarjeta están en ambas manos mías, estaba tratando de comparar ambas caligrafías y a pesar de que una era formal y la otra podría decirse que informal, tenían un gran parecido, me era muy evidente la similitud de las letras s que se encontraban en "Sakura y escondes", mi ceño se había fruncido inconscientemente por lo concentrada que me encontraba en mi labor y después de unos minutos de observar aquellas caligrafías, baje ambas manos a mi regazo y lacé un suspiro al aire como si hubiera estado haciendo un gran esfuerzo físico. Y aunque me sintiera con la energía de correr kilómetros o de lanzar objetos pesados, mi mente estaba exhausta. Deje la nota y la tarjeta a un lado, volví a tomar la taza en mis manos y le dí un sorbo largo. Observé el líquido verde de la taza como si la respuesta a toda mis preguntas se encontrar allí dentro; pensaba en las flores y en la nota que me había dejado Sasuke y su posible relación entre ambas cosas, pero mi obstinación seguía diciéndome que Sasuke no tenía nada que ver con las flores y en lo verídico que sonaba. Cansada y harta de tanto pensar, hice un esfuerzo por concentrarme en la televisión y así fue hasta que encontré una película.
A las once la puerta se abrío y dejo ver a Ino y a Sai que iban entrando, la reacción de Ino fue de sorpresa y no comprendí porque hasta que dijo—: Sakura, pensé que estarías con Lee, no se supone que saldrías a cenar con él? —dijo.
Entonces mis ojos se abrieron a más no poder y salté del sillón, derramé el líquido que tenía la taza y me calló en el regazo, de no ser que el té se hubiera enfriado, ahora estuviera llorando por una quemadura. Corrí hasta mi teléfono celular a revisar los mensajes de texto y efectivamente tenía uno de Lee. —Sakura, te veo a las once y media en el Bonsai. Tal vez sea algo tarde pero me retrase en algunos asuntos, la noche es joven, al igual que nosotros. — Solté un suspiro de alivio, por lo menos tenía media hora para correr y arreglarme. Subí disparada pero a media escalera recordé que Ino y Sai estaban presentes.
—Hola Sai, perdón por no saludarte cuando entraron—dije mientras me encogía de hombros.
—No te preocupes, no hay problema —dijo con una sonrisa característica de él, que por lo regular no parecían sinceras, pero desde que empezó todo este asunto con Ino, tenía la impresión de que se habían vuelto más verdaderas. —Ino, Podrías acompañarme un momento arriba —dije. Ino miró de soslayo a Sai —Ss...si —susurró. Me siguió por las escaleras y una vez en la planta alta entramos a mi cuarto.
Miré a Ino que aún tenía la cara roja de la vergüenza, este asunto me parecía de lo más divertido, ya que nunca había visto a Ino apenada por una situación, pensé un momento más tratando de recordar y no, en definitiva, Ino Yamanaca estaba experimentando por primera vez lo que era la timidez.
Quise sonreír con la intención de relajarla por la condición en que se encontraba, pero el querer aprovecharme por la situación era más fuerte que el papel que debía desempeñar de amiga considerada.
—Entonces, tú y Sai iban ah… — Mi risa salió inconscientemente, provocando que Ino intensificara su color escarlata.
—No te pongas pesada Sakura, solo venía a acompañarme al departamento, no sé qué clase de cosas pasarían por tu mente —Rodó los ojos pensativamente. —Íbamos sólo a conversar, no nos apetecía ir a otro lugar y, además pensé que estarías con Rock Lee —dijo. La actitud de Ino era tan novedosa y se veía tan encantadora. Pero no podía seguir parada sin moverme, a menos que no quisiera llegar a la hora en que me había citado Lee.
—Está bien, tal vez te crea y, eso pasará cuando Naruto deje de comer ramen —le dije.
Me dirigí a mi armario a sacar ropa logrando ocultar una risita discreta. Cuando abrí las puertas del closet, una almohada golpeó en mi cabeza, me giré de nuevo a con Ino, esta me sacó la lengua y salió por la puerta dejándome sola, al igual que en el hospital. Supe que al día siguiente Ino me reprendería, cuando estuviéramos a solas y no ahora que Sai estaba en la planta baja. Pero es que no podía dejar pasar la oportunidad de incomodarla, si bien es ella la que siempre encuentra la oportunidad de fastidiarme. Me volvía hacia al armario nuevamente, pero ahora sin tratar de ocultar la risa que salía de mí en ese momento, y entonces, en medio de mi carcajeo recordé que solo contaba con menos de media hora para tomar un baño, tratar de ponerme presentable y correr a mi cita, todo en tan solo veinte minutos. Después de una rápida selección de un conjunto, decidí ponerme una blusa simple manga larga, falda de mezclilla y mis queridísimas botas marrón.
A las once con cuarenta y dos minutos, me encontraba cruzando la entrada del restaurante que al parecer no sólo era eso, sino además un bar en el segundo piso. Me detuve un momento en la entrada e inspeccioné el lugar en busca de Lee, por un momento pensé que estaría en el bar, pero al fondo lo visualicé haciéndome señas. Un mesero se acercó a mí con la intención de ofrecerme una mesa, le indiqué en donde me estaba esperando Lee y tuvo la consideración de acompañarme hasta ella. Una vez en la mesa el mesero se retiró sin antes recordarnos que allí estaba para cualquier cosa que se nos ofreciera.
—Siento que esto fuera tan tarde, pero es viernes y además tenemos la llama de la juventud aún encendida —dijo Sai.
—Está bien, creo que si no fuera por Ino yo no estuviera aquí, lo había olvidado por completo.
— De alguna u otra manera estuvieras aquí, yo hubiera ido por ti si no te hubieras presentado. Porque esta no es una cena cualquiera, te voy a presentar a alguien especial.
—Bien y entonces… ¿es especial porque es invisible?
Lee se rio ante en mi comentario tan tonto. —No, no es invisible, de ser así no hubiera utilizado la palabra especial, sino más bien… sobrenatural.
—Veamos, si no es así, entonces el mesero llegará con una caja de regalo de donde saldrá una persona diciendo "Sorpresa" y he ahí de donde viene la palabra especial. —dije.
—Por Dios Sakura, espera un momento para que sepas porque me dirijo a ella como alguien especial, aunque es como si literalmente hubiera salido de una caja de regalo. Lee sonreía, sonreía con la misma estúpida sonrisa que Ino había traído puesta toda la semana.
— "Ella"… entonces hablamos de una chica. Porque me estoy enterando de esto hasta ahora, ¿todo eso paso durante los días que estuve de misión?
—No por supuesto que no, uno no se puede enamorar de la noche a la mañana, la conocí hace tiempo cuando nos asignaron juntos en una misión en equipo y desde entonces… empezaba mis días pensando en ella.
Me gustaba el nuevo Lee que tenía frente mí, aunque él siempre estaba lleno de energía, podía percibir el efecto de la flecha de cupido, si no lo sabré yo que vivo con una víctima que no hace más que hablar de Sai. Y luego yo que tenía problemas con propietario de dicha flecha, que pareciera como si cupido no hubiera utilizado su arco para flecharme, sino como si estuviera manejado la flecha como un puñal con el cual estuviera apuñalándome una y otra vez, sin detenerse, sin dejar de surtir efecto en mí. Y además, recientemente sentía como si el efecto de esos pinchazos fueran más penetrantes.
— ¿Enamorado? Perdona, aun no logro entender por qué sé de esto hasta ahora.
No es como si estuviera enojada en serio por esa tontería. Pero Lee es una persona importante para mí y un amigo incondicional. Me parece inaceptable que no haya estado presenciando los momentos en los cuales lo asaltaban los primeros indicios de enamoramiento. Y eso debido a que tal vez estoy pasando demasiado tiempo en mi mundo imaginario de "Sasuke y yo" (repito: imaginario) que ni siquiera he prestado atención a mí alrededor.
¡Pero vamos! Ino se la pasa dando vueltas y saltando por todo el departamento con la estúpida sonrisa impresa en la cara, manifestando lo duro que le ha pegado el amor. Era imposible que hasta yo no me hubiera dado cuenta de lo enamorada que esta.
Lee era de ese tipo de persona, dejaba relucir su estado de ánimo y era fácil de percibir. Por lo que ¿Cómo era posible que no se hubiera dado cuenta de que su amigo estaba enamorándose?
—Lo siento, ¿me creerías si te dijera que tardé un tiempo en darme cuenta de que la quería?
—Lee, ni siquiera tienes porque disculparte, y sí te creo — Solté un suspiro cuando al mismo tiempo recargaba mis codos sobre la mesa y apoyaba mi cabeza sobre mis manos. — O estas en las nubes o te encargas de que todo mundo sepa que estás enamorado como lo hace Ino.
—Escuche sobre cómo fue la proposición que le hizo, ahora Sai es popular entre las chicas por ser un romántico empedernido —dijo.
—Sí, solo falta que empiece a leer libros eróticos… —murmuré eso más para mí misma.
— ¿Dijiste algo Sakura?
—No, nada que fuera importante, y cómo se llama "tú chica afortunada"
—Ayame.
Mi Dios, era como si al pronunciar su nombre le salieran corazones de los labios. Extendí mi brazo sobre la mesa para poder alcanzar su mano.
—Lee, no sabes cuánto me alegro de que hayas encontrado a alguien a quien quieras y te corresponda, ¿Por qué si te corresponde, verdad? —dije. Yo sabía que sí, pero trate de poner mi mejor cara de duda sólo para vacilar.
—Gracias al cielo si Sakura. —suspiró como si se hubiera liberado de una preocupación.
Minutos más tarde, pude darle el gusto bueno a Ayame; era bonita, cabello color castaño y ojos azules. Y lo más destacable en ella, era lo mucho que se le notaba cuanto quería a Lee. Manteníamos pláticas entre ella y yo en las cuales Lee solo escuchaba. La cena estaba deliciosa y el ambiente del lugar era de lo más agradable. Me sentí rejalada después de haber pasado unos días de tención y agotamiento mental.
El restaurante tenía grandes ventanales que dejaban mirar hacia el exterior e interior. El lugar estaba lleno a pesar de ser tarde; había grupos de amigos y una que otra pareja en su burbuja que pareciera que les proporcionaba intimidad en medio de todo el alboroto que se escucha en todas las mesas. También se podía escuchar el eco de la música del bar que estaba en la parte de arriba.
—Aún no me puedo creer como es que lo rechazaste tan cruelmente —dijo. Ayame abrazaba el brazo de Lee afectuosamente y él sostenía una de sus manos con el mismo sentimiento. —Aunque debo de admitir que en la manera en que te le declaraste suena aterradora. Definitivamente no tiene nada que ver con la forma en que lo hiciste conmigo —dijo.
—Me gustaría escuchar cómo fue eso, por favor —dije.
—Chicas, enserio que no es necesario…
—Por supuesto que sí, estoy ansiosa por escuchar esa historia —dije. Ayame se levantó de su silla. —Nos estamos divirtiendo mucho, cariño. No te pongas pesado.
—Sí, divirtiendo a cuestas mías…
—Si me disculpan, tengo que ir al baño unos momentos. Ayame se alejó esquivando las mesas. Recargué mi espalda completamente en el respaldo de la silla y miré a Lee con una sonrisa de aprobación. —Es muy linda, me alegro que hayas encontrado a alguien como a ella.
—Sakura… —Lee no termino de hablar. Su mirada estaba puesta atrás de mí y su rostro había adoptado una expresión seria. Espere, a que regresara la mirada a mí y lo hizo; era una mirada sería y de preocupación, pareciera que trataba de advertirme algo. Su mirada volvió atrás de mí y yo traté de girar mi cabeza lo más discretamente posible. Entonces pensé que ojalá nunca me hubiera tomado la molestia de hacerlo. En la entrada del restaurante esta Naruto y atrás de él estaba Sasuke con cara de pocos amigos como siempre. Y a me cuestioné ¿Cómo podía estar enamora de un tipo asi, que pareciera que traía un grano en el trasero todo el tiempo?
Naruto se encontraba hablando con un mesero, mientras Sasuke sólo estaba cruzado de brazos atrás de éste. Cuando por fin termino de al perecer pedirle indicaciones al mesero. Le hecho una mirada a todo el lugar y al vernos a Lee y a mí se le ensancho una gran sonrisa en el rostro.
—Eeeh, chicos —grito agitando un brazo en el aire. Gracias a Dios había mucho bullicio en el lugar lo suficientemente alto para que Naruto no llamara la atención.
Tuve que apartar la mirada porque además de Naruto, Sasuke también se había percatado de que nos encontrábamos ahí. Sabía que Naruto se estaba acercando hacía nosotros, pero lo que en realidad me ponía de nervios era si Sasuke también…
Miré a Lee y éste me dio una sonrisa. —Sakura-chan, no me digas que le has dado una oportunidad a cejas de azotador y haz aceptado salir con él — Naruto se recargo en el respaldo de mi silla.
—En realidad…
—Después de todo el que persevera alcanza, no lo crees Naruto, tu más que nadie debe de saber eso —dijo Lee.
—Más bien pienso que Sakura-chan cayó rendida ante tus cejas demasiado pobladas.
—Naruto…
—Es broma, es broma Sakura-chan. Sé que cejotas está saliendo con Ayame. Soy mejor que cupido haciendo parejas en las misiones, a que si — Sonreía como solo él sabía hacerlo.
—Sólo espero que no te tomes enserio el papel de ayudante de cupido.
—No te preocupes Sakura-chan, a ti también puedo ayudarte a…
—Ni lo sueñes, quítate esa idea de la cabeza, te lo advierto Naruto.
—Entendido mujer, no es necesario que te alteres — se reincorporo y fijo la visa en dirección hacia donde, gracias a Dios, Sasuke debía de haber permanecido, ya que no se acercó a la mesa al igual que Naruto, busqué el mismo lugar al igual que él, en donde en efecto Sasuke seguía parado; cruzado de brazos y con un semblante enojado. Pareciera que no se hubiera movido ningún centímetro desde que entro al restaurante, solo con la diferencia de que esta vez tenía la expresión más dura en el rostro.
Nuestras miradas se encontraron y sentí cómo un agradable hormigueo me recorría la espalda. Admito que me encanta observar esos ojos negros cuando la oportunidad se me presentaba. Hay personas que, por no decir la mayoría, le temen a la oscuridad, pero en cambio para mí, la oscuridad de sus ojos, era como si algo dentro de ellos me llamase y podía pasar horas y horas observándolos, pero siempre llegaba el inevitable momento en el que el hechizo bajo con el que me encontraba se rompía, y esta vez fue Naruto quien lo hizo…
—Chicos me tengo que ir, me olvidaba de que Sasuke se pone de mal humor si lo hago esperar, pero qué más da, yo soy el Hokage y él siempre está de malas así que se aguante. Y Lee te recuerdo que yo solo os formé como equipo a Ayame y a ti, no me hago responsable si en este momento le estas engañando con Sakura-chan.
— ¡Naruto! —exclamó Lee.
—Es broma, es broma. Pero de todas maneras no se te hace cruel hacerle ha Ayame esto cejotas.
— ¿Me tomas por una zorra baja novios o qué?, Ayame vino aquí con nosotros, ¡cabeza hueca!, solo que esta en los servicios sanitarios.
—Sakura-chan, así que estas de mal tercio, conseguiré alguien con el que puedas salir a una misión y así…
—Si continuas con una palabra más, olvidaré que eres el hokage y no me importará que me manden a la horca por haberte agredido.
—Naruto, Sasuke te está esperando, deberías volver con él —dijo Lee.
—Está bien, nos vemos pronto chicos — Y por fin se fue, gracias a Dios.
—Ese Naruto no cambia, pero aun así, no sé qué haría la aldea entera sin él —dije.
—Sakura —Lee aún observaba en lugar por donde se habían ido Naruto y Sasuke. Tenía una mirada seria…
— ¿Sucede algo?
—Sasuke no dejaba de mirarte y me da la impresión de que algo paso entre ustedes dos, la última vez que te vi te noté extraña y ahora Sasuke te miraba de una manera diferente a otras veces.
¿Primero Ino y ahora Lee?, ¿cómo es que logran darse cuenta?
No sabía si debería de contarle lo sucedido en la misión. "A pues veras, Sasuke me beso en la última misión ¿A qué es lo más lógico que has escuchado?" Me había dicho a mí misma que me guardaría lo sucedido para mí, que sólo Sasuke y yo sabríamos lo sucedido en esa misión. De cualquier manera él no se lo contaría a alguien, ¿o sí?
—Siento haber tardado tanto, había una fila enorme para entrar a los sanitarios, hay demasiada gente el día de hoy— Ayame ocupó de nuevo su lugar. Llegó justo a tiempo antes de que soltara toda la verdad. Retomamos el tema que habíamos dejado pendiente y el resto de la velada transcurrió como antes de la llegada de Naruto y Sasuke, sin darle la oportunidad a Lee de abordar el tema de nuevo. Me sentí más aliviada de no estar expuesta a contarle el "asunto con sasuke".
—Fue un gusto haberte conocido Ayame, Lee es un gran chico y un gran amigo para mí, sé que estará en buenas manos contigo —dije. Cuando Salimos del restaurante iban a dar las dos de la mañana. Como además el restaurante era un bar y recién había abierto, permanecía abierto hasta tarde, pero generalmente las personas que asistían a estas horas entraban al bar. Caminamos unas cuadras alejándonos del lugar.
—El placer fue mío, había escuchado mucho de ti, así que le pedí a Lee que quedáramos contigo.
—Lamento no decir lo mismo, pero justo unos momentos antes de conocerte, supe de ti y lo tuyo con Lee, tal parece que él si te hablo de mí, pero a mí no de ti —dije cruzada de brazos.
—Lo siento, pero es que no hemos tenido tiempo de vernos, y con eso de que tú e Ino están a cargo del hospital, supongo que al final del día terminan agotadas…
—En realidad no es tan pesado como se escucha, hicimos dos turnos, yo estuve tomando el de la mañana, pero ahora que Ino está saliendo con Sai, me pidió que tomará el de la tarde. Aparte de que las cosas por el hospital han estado muy tranquilas… — dije esto último mientras miraba la hora en la pantalla del celular.
—Creo que ya es hora de que vaya retomando el camino al departamento, nos vemos luego ¿sí?
—Espera, nosotros te acompañaremos —dijo Lee. Ya había avanzado unos pasos, cuando me volví de nuevo hacia ellos. —Olvídalo, tú asegúrate de acompañar Ayame, suficiente tengo con que en el restaurante me hayan visto como un mal tercio.
—No hagas caso de lo que ha dicho Naruto. No puedo dejar que te vayas sola…
— ¿Naruto Hokage? —preguntó Ayame sorprendida.
—Hizo una pequeña aparición cuando tú estabas en los sanitarios —Le respondió Lee.
—Sabes que lo del mal tercio no me lo he tomado enserio y que sólo lo he dicho en broma. ¿Pero en verdad crees que no soy capaz de llegar por mí misma al departamento?
—Sé bien que si lo eres, pero me sentiría más tranquilo si te acompañamos
—Lo miré unos segundos de manera retadora hasta que dijo—: Esta bien, pero estaré esperando un mensaje.
Después de volver a despedirme de Lee y Ayame, retomé el camino de vuelta al departamento. Las calles de Konoha estuvieran completamente a oscuras si no fuera por las lámparas que, aunque no alumbraban por completo, permitían dar paso entre la oscuridad.
De repente, recordé que mañana era sábado y que después de todo no tendría que levantarme temprano, incluso podría ir a correr a la hora que yo quisiera sin tener que tomar en cuenta horarios, pero aun así, definitivamente no iría a la misma hora de hoy. Tal vez Ino esté despierta aún y de ser así, podría llegar a rentar una película, que según sabía la tienda de Videojuegos y DVD cerraba hasta las tres. Comerían palomitas y helado, de solo pensar del nuevo litro de pistache con nuez que se encontraba en el congelador aun sin abrir se le hacía agua a la boca. Y si Ino no se encontraba despierta o estaba indispuesta, podría apañármelas con la sola compañía de las palomitas y el helado…
De repente, de un momento a otro, mi corazón empezó a bombear de manera desenfrenada y las comillas de la sonrisa que me había provocado el entusiasmo por comer helado y palomitas habían desaparecido. También había empezado a sentir escalofríos, no porque estuviera corriendo aire frío, no por hubiera visto algo sobrenatural. Todo lo contrario, mis mejillas se sonrojaron, y frente a mí no había un fantasma, si no Sasuke Uchiha de carne y hueso bajo la luz de una lámpara mirándome fijamente.
hola! sé que ha pasado mucho tiempo desde que actualice, pero en ningún momento he decidido dejar de escribir esta historia, todo lo contrario ya que me encanta lo que hago y porque sus comentarios son la mejor recompensa que pueda dejar este trabajo, mil gracias y prometo actualizar con mayor rapidez.
saludos =)
