(+) Detective Conan es propiedad intelectual de Gosho Aoyama-sensei y de todos sus distribuidores. Este fanfic no está hecho con ánimos de lucro, por eso no me considero violadora de ninguna ley.

* * * * * * * * * *

-Es exactamente aquí – dijo Ai, señalando un punto del mapa - ¿No?

Heiji asintió – Sí. ¿Crees que podrás hacerlo? – preguntó mirándola. Ella asintió y empezó a teclear rápida y hábilmente. En el monitor empezaron a aparecer algunas ventanas referentes a la electricidad de la zona circundante.

Sato entró en la sala de reuniones y se dirigió hacia la pequeña – Nosotros ya lo tenemos todo listo como has dicho. ¿Qué tal vas tú?

Ella sonrió sin parar de teclear – Um… bien. El proceso en sí es simple, pero antes debo desactivar unas cuantas alarmas de seguridad. Piensa que estamos tratando una Organización, y por desgracia no una cualquiera. Queramos o no, habrán puesto alguna medida de seguridad por la fuerza.

-¿Cómo cuál? – preguntó Shiratori.

Heiji se puso ambas manos a la cabeza – Alarmas, contraseñas… nada que la pequeña Ai no pueda solucionar – la chica le miró algo ofendida por el adjetivo 'pequeña', pero le hizo caso omiso y continuó.

-¿Y qué hay de Ran? – preguntó Kogoro por enésima vez en esos últimos minutos.

-Espero que esté bien… - dijo Aoko, tocándose las marcas de las cuerdas que horas antes tenía fuertemente atadas, como si hubiese revivido en esos instantes el dolor y la angustia del secuestro.

Kaito la miró algo preocupado – Supongo que esos tipos no te harían nada, ¿verdad?

Aoko negó algo sonrojada con la cabeza – No. Por suerte… - su mirada quedó ofuscada ante su pelo. Apretó fuertemente los puños y pronunció las últimas palabras – Por suerte… llegaste a tiempo.

Kaito sonrió y suspiró aliviado – Ya lo creo.

-Eh, Kuroba, ven un momento por favor. Necesito que me hagas una descripción de esa tal Vermouth – dijo Takagi, haciendo signos al chico desde fuera de la puerta. Él asintió y se dirigió hacia él. Por su parte, Aoko se quedó estática, sin mover un músculo. Miró lentamente hacia el lugar por donde había desaparecido Kaito.

*…Kid…*

"The case of the mystery APTX 4869"

A Great Detective of Love Fanfic,

bye CiNtUrO-cHaN

Archivo XII: - Retorno

El hombre de negro lo tiró al pequeño calabozo, haciendo que Conan se diera fuertemente con la espalda. Ya de por sí adolorido y fatigado por las extrañas pruebas que le hacían, eso no ayudó mucho. Lo único que le mantenía vivo era la esperanza de que el profesor habría captado las señales de su minitransmisor en forma de pendiente. Aunque, de hecho, no tenía la más mínima prueba de que esto fuese cierto o falso. Pero no tenía más remedio que creer.

Y otra conmoción. En esas últimas horas ya había tenido cuatro como mínimo; lo cierto es que empezaban a ser constantes, y cada una era más fuerte y brutal que la anterior. Por un momento le pareció que se iba derechito al otro barrio, pero afortunadamente se paró justo antes del límite. Pero esta vez fue diferente; el corazón le empezó a ir deprisa y más deprisa, alocadamente, como un caballo salvaje… ¿era el final? Y tal como vino, se fue. Suspiró aliviado, pero esos cambios tan bruscos de pulso no podían ser nada pero nada buenos.

-Hola, Cool Guy.

Conan alzó la cabeza rápidamente para encontrarse cara a cara con la famosa actriz americana, la cual sonreía maliciosamente. Tan cansado estaba que ni se había percatado que había entrado allí. Ella, sin embargo, no pareció observar ningún comportamiento raro en él e hizo como si nada.

-Venga, levántate, dear. Tenemos que ir a hacer más pruebitas para conseguir más venenitos – dijo ella, como si tratase a un niño de cinco años, cosa que puso al detective furioso.

-Si…si me hacéis más pruebas, moriré y no podréis conseguir el veneno – dijo él, con su habitual sonrisa de 'tengo algo en mente y tú no'. Pero sin embargo el comentario no pareció afectarla mucho.

-Oh, tú eres muy fuerte… No morirás, no por las pruebas, al menos – aclaró ella rápidamente, haciendo que él frunciera el cejo – Además… - se puso un dedo a la mejilla y le guiñó el ojo – Tienes a alguien muy cerca de ti por la cual deberías mantenerte vivo…

El detective parpadeó incrédulamente sin dar crédito a lo que había oído. Miró totalmente perplejo a la mujer con rabia en los ojos – Ella no… no está aquí… está con…

Sin responderle, Vermouth se puso de pies y se giró, chasqueando los dedos. Automáticamente, los dos hombretones que le seguían a todas partes hicieron aparición por detrás de la puerta y le obligaron a alzarse y a andar, una vez más, a la sala de pruebas.

*Tranquilo, no pasa nada. Es sólo una de las tretas más de Vermouth* pensó él, aliviadamente *Está claro que al quedarse sin rehenes yo podría escaparme a la mínima oportunidad, así que han decidido inventarse esa historia. Porque Ran está sana y salva al cuartel general, esperándome pacientemente para darme la mayor paliza de mi vida* el chico sonrió abiertamente, deseando que ese momento llegase pronto. Sin embargo, la realidad era otra. Llegaron a la sala donde le hacían esas extrañas pruebas, un sitio circular, con una camilla al centro y un sinfín de ordenadores alrededor. Allí había gente vestida al estilo médico, pero sus miradas no eran para salvar vidas, sino para crear venenos para matarlas. Aunque se resistió, la fuerza de un niño es incapaz de batirse con la de dos adultos, y estos acabaron, como todas las veces, por inyectarle un tranquilizante y atarlo a la cama, mientras se acercaban los 'médicos' con unas afiladas agujas.

*Mierda… otra vez… tengo que escapar… pero… mi cuerpo no responde… maldito tranquilizante… no puedo… moverme… ¿Eh…? ¿Qué es esto…qué es esto que siento?* Conan abrió los ojos hacia la nada, notando como un calor se apoderaba de su ser *Me es familiar… muy fami…*

Dum-dum, dum-dum

*¡¡Huh…!!*

-¡Doctor, el paciente ha sufrido una alteración cardíaca! – le oyó decir a un hombre, observando minuciosamente el monitor.

-Eso es absurdo. Aún no le he inyectado nada; prosigamos según lo previsto – dijo el que parecía el jefe, acercándosele con extraños aparatos de los cuales no quería saber su funcionamiento.

Dum-dum, dum-dum

Pero el chico no se encontraba mal por el miedo, sino por un extraño agobio en su interior. Por lo visto sufría otra convulsión… Y empezó a sentir calor y más calor, y empezó a sudar y a sudar, y a respirar agitadamente… Los médicos se lo quedaron mirando sin saber qué hacer. El jefe dijo que siguiesen, porque eso no era más que una convulsión natural por culpa de tantos experimentos. Los demás, asintiendo, prosiguieron con su trabajos. Sin embargo, Conan sabía que esta vez no era como las otras, esta vez era aún más intenso el dolor, y más largo. Ya hacía demasiado rato que duraba y éste no se detenía. Y un nuevo espasmo. Esta vez el corazón le iba a mil. Se lo intentó agarrar lo mejor que el efecto anestésico le permitió, pero eso no le alivió. Todo lo contrario. Seguía igual o peor. Y los médicos, siguiendo con lo suyo. Le inyectaron una nueva inyección, y notó como su sangre hervía, como sus huesos le dolían… y gritó.

-¡¿Se puede saber qué demonios estáis haciendo?!

Aunque él no podía prácticamente verle ni oírle, Gin hizo aparición en la estancia, fulminando con la mirada cada uno de los miembros.

-Cumplir las órdenes – respondió arrogantemente el jefe médico. Gin se giró hacia él y sin cambiar el gesto sacó la pistola y le disparó; el hombre cayó muerto en un pis pas, mientras los demás lo miraban como si nada hubiera pasado. Después, apareció también Vodka y mandó que recogieran el cadáver pestilente de ahí. Luego se dirigió hacia su compañero.

-¿El grito era del chaval? – preguntó él, mirando a Conan, el cual seguía gimiendo, en un extraño estado entre la conciencia y la semiinconsciencia.

Gin también lo miró y después se dirigió a los demás - ¡¿Para qué os hemos pagado becas para los mejores estudiantes de medicina, estúpidos pardillos, si después no sabéis distinguir entre una convulsión y ESTAR A PUNTO DE PALMARLA?! ¡¡Como esta valiosa pieza muera en ningún otro lugar que no sea en mis manos, os mandaré ejecutar a todos!! ¡¿ME HABÉIS OÍDO?! ¡¡Pues a trabajar, ya!!

Las palabras dieron efecto. Los hombres, pálidos como la porcelana, se dirigieron rápidamente a intentar reanimar al pequeño detective. Incluso Vodka parecía alterado ante el hombre alto que había delante suyo. De hecho, le inspiraba terror, porque sinceramente, ese hombre estaba loco. Una vez incluso llegó a apuntarle con el gatillo (NA1), y desde entonces supo que un solo desliz con él y sería el fin.

* * * * * * * * * *

-¡¡Estate quieta, maldita cría!!

Un hombre vestido de negro abatió por detrás a la chica del cabello marrón, le cogió su brazo y se lo torció por detrás, haciendo que ella diera un grito de dolor; intentó probar una nueva llave con las piernas pero un segundo hombre le dio un golpe en la barriga.

-Ya basta, chicos. Angel es lista y con esto ya ha entendido que una cosa más de estas y la matamos – dijo, mirando al suelo donde había uno de sus compañeros tirado al suelo, inconsciente, con una gran marca de zapato en plena cara. Vermouth se puso en frente de la chica, la cual alzó la cabeza con arrogancia; eso la hizo sonreír – Veo que aún tienes ganas de juerga. Sinceramente, no sabía que los ángeles podían ser demonios… Pero pronto se te caerá esta falsa faceta de autocontrol que llevas puesta, dear – dijo ella, torciendo en forma de sonrisa sus rojizos y a la vez finos labios.

Ran frunció el ceño y giró la cabeza hacia un lado, mientras notaba que por detrás le ligaban los puños y los brazos; acto seguido, un tercer hombre le puso una venda en los ojos y en la boca, para que, según Vermouth, no pudiera saber hacia dónde la conducía ni emitir ningún ruido pues había alguien que podía oírla, y eso de momento no les convenía mucho.

Así pues, los dos hombres cogieron a Ran de los brazos y la fueron guiando, con Vermouth delante y el tercer hombre detrás. Ran notaba que daban muchas curvas y que subían con ascensor; el lugar donde se encontraban debería ser grande, pero ella no había visto más que una pequeña habitación, puesto que inmediatamente antes de llegar le pusieron una venda y no pudo ver nada; no parecía estar en Tokio, o al menos no al lado, puesto que no se oían muchos ruidos de coches. Tal vez se encontraban en la periferia…

-Es aquí – Vermouth abrió la última puerta y entraron en un corredor; lo pasaron y finalmente llegaron a una estancia donde le quitaron las vendas a Ran. Lo primero que vio fue que esa habitación o lo que fuera tenía un enorme cristal, por el cual no podía ver nada. Tal vez era ese tipo de cristal de los cuales sólo se puede ver desde una parte, y desde la otra sólo se puede ser observado. De repente notó como unas invisibles miradas la atravesaban desde el otro lado del grueso espejo.

La chica, aún con las mordazas, fue obligada a sentarse en una única silla, justo en medio de la sala y del espejo, mirando hacia él, como si ellos quisieran que el que estuviese al otro lado la viera lo mejor posible.

Ran giró la cabeza hacia un lado, donde se encontraba Vermouth cruzada de brazos y mirando al espejo, sonriente. Luego se giró hacia ella y sonrió malévolamente – Espérate un poco más, sweet Angel. Pronto le verás… Y espero que una vez te haya visto se muestre menos violento.

*¿Qué…? No, no es posible… Él… él no está aquí, ¡no puede ser! Shinichi es demasiado listo para dejarse encontrar tan fácilmente y…*

De repente, la puerta de la sala blanca se abrió, y dos figuras entraron. Ambas vestidas de negro. Una era alta y delgada, con un enorme jersey amplio y con una gran cabellera dorada; el otro era menos delgado, y llevaba traje y corbata. El primero se adelantó y se puso justo delante de ella; Ran tuvo un gran escalofrío al tener esa horrenda cara a tan pocos centímetros. Le inspiraba pánico y terror, pero sobretodo… otro sentimiento… *Este hombre… Yo lo he visto antes…*

La luz le vino a la cabeza, y se acordó. Se acordó de cuándo le vio por primera vez. Ese día, en el parque de atracciones, en ese asesinato…

*Tú…Tú eres…*

-Gin, te presento a Angel, Ran Mouri – dijo Vermouth, acercándose a Gin y mirándole sensualmente. Él asintió y sonrió fríamente a la asustada chica.

-Ya veo… Supongo que es la auténtica esta vez. No toleraré más fracasos, aunque ya sé que no fue culpa suya, Vermouth.

Ella asintió – Esa estúpida… ¡Del FBI, ni más ni menos! Pero le prometo, Gin, que no volverá a pasar nada. Ahora he dado órdenes de que seamos más precavidos que antes. ¿Y bien, cómo le va a él? – dijo ella, dejando a Ran de lado.

Gin se alzó con toda su altura y se dirigió hacia el cristal. Luego miró el reloj – Bah, no para de chillar como una nena. Pero tengo tanta curiosidad por ese veneno… Es magnífico. Si la traidora de Sherry estuviera aquí, todo sería más fácil. Pero primero nuestros científicos deben devolverle a su estado y tal vez así crear una nueva droga. No sé, yo no entiendo de estas cosas…

-¿Sherry? La creadora del veneno – dijo ella, arqueando las cejas sin prestar atención.

Vodka asintió – Pero se rebeló cuando matamos a su hermana, hasta el punto de parar sus investigaciones. Decidimos ejecutarla, pero ella escapó milagrosamente del laboratorio… ¡Ajá! – Vodka se dirigió rápidamente hacia Gin - ¿Y si Sherry también hubiese utilizado ese veneno? Al encoger, hubiese podido librarse de las manillas y escapar…

Gin se cruzó de brazos pensativo – Es factible. Eso querría decir que ahora, ella tiene el cuerpo de una niña…

-Ciertamente, he tenido el placer de verla en persona – dijo Vermouth, apoyándose a la pared femeninamente y con mucha delicadez, mientras encendía un cigarro. Gin y Vodka se giraron hacia ella sorprendidos y la mujer continuó – Sí, fue cuando seguí hace poco a Jodie y a Kudo…(NA2) bueno, Edogawa, disfrazado de Sherry, sólo para confundirme. Pero luego llegó la verdadera Sherry, y justo cuando la iba a matar…

Ran notó como un montón de miradas se clavaban encima de ella, fulminándola. Ahora habría preferido estar tapada por las vendas. Había estado prestando mucha atención, y se acordaba perfectamente de lo que estaba hablando Vermouth. Justo cuando ella iba a matar a esa pequeña Haibara, ella, que se había mantenido escondida en el capó del coche, saltó encima suyo sorprendiéndolas a todas.

*Pero…* Ran, sumida en la oscuridad, empezó a atar cabos *Yo no tenía ni idea que Conan-kun…* Ran bajó la cabeza *…Que Shinichi estuviera allí… ¿Y qué es ese veneno del que hablan? ¿No será lo que hizo cambiar a Shinichi? Y su inventora, esa tal Sherry… ¿dicen que es esa niña pequeña a la que salvé? ¡¿Haibara?!*

Ran notó como un sinfín de escenas le venían a la cabeza y que ahora tenían mucho sentido. Y todas esas veces en que vio a Haibara y a Conan hablar entre dientes, sonriéndose misteriosamente… *Claro… Ahora lo entiendo…* dijo ella, con una triste sonrisa en los labios.

-¡¿Y tuvo el descaro de no decírselo?! – exclamó Vodka, apretando los puños. Gin le mandó una glacial mirada haciéndole callar y se interpuso entre Vodka y Vermouth.

-Entiendo sus razones. Supongo que había tomado esto de una manera un tanto personal. Pero celebro que haya decidido contárnoslo ahora, - Gin sonrió con los labios torcidos – señora Sharon Vineyard…

Vermouth y Vodka parpadearon y le miraron incrédulamente. Ran, al oírlo, alzó la cabeza inmediatamente y se giró hacia la dirección donde estaban ellos.

*¿Q-Qué…?*

* * * * * * * * * *

El vuelo 4281-Z con destinación Tokio acaba de aterrizar favorablemente; los pasajeros desembarcarán por la puerta 4. Repito, el vuelo 4281-Z…

Jodie miró el reloj y sonrió – Tres horas de retraso – acto seguido miró hacia la puerta 4, desde donde empezaba a salir gente con maletines. Miró hacia su compañero, el cual estaba cogiendo otro cigarrillo – Esa mujer ya está aquí – dijo Jodie con el tono más frío que jamás usó.

Shuichi no dijo nada y se limitó a pegar una bocanada al cigarrillo, observando atentamente la puerta, al igual que Jodie.

-Presta atención, podría ser que viniera disfrazada… - dijo Jodie, intentando observar toda la gente que salía por la puerta – Mujeres, hombres, niños, ancianos… los niños y los ancianos quedan descartados, pero ella es una gran actriz y no tendría ningún problema por cambiarse de sexo… - Jodie miró dudosa a su alrededor y se dirigió decidida hacia una de las múltiples ventanillas de atención, seguida de Shuichi – Discúlpeme.

La recepcionista la miró afablemente - ¿Sí, qué desea?

-Estoy buscando a una parienta mía, de nombre Sharon Vineyard. Acaba de llegar con el vuelo 4281-Z desde Los Ángeles. ¿Podría comprobarlo? – exigió ella.

La muchacha empezó a consultar unas listas y negó con la cabeza – En nuestro registro no consta ninguna Sharon Vineyard… ¡Oh! – la chica parpadeó incrédulamente y miró a Jodie con ilusión - ¿Sharon Vineyard no será esa actriz estadounidense, verdad?

Jodie lo meditó un instante – Se retiró hace un tiempo.

-¡Oh, ¿es familia suya?! ¡Qué bien, por favor pídale un autógrafo! – dijo ella, dándole su número de teléfono. Pero de repente paró su entusiasmo y se puso la mano en la cabeza – Claro, Sharon Vineyard… Se me había olvidado por completo – la chica se puso a revisar unos papeles de nuevo. Finalmente cogió uno y dio fin a su búsqueda; acto seguido se los mostró a Jodie y a Shuichi – Ya lo pensaba… Miren, aquí consta que Sharon Vineyard llegó al Japón hace unas semanas…

-¡¿Có-cómo?! – exclamó Jodie, tomando el papel y examinándolo – Es cierto… ¿pero cómo es posible? – dijo ella sin entender nada. Cortésmente le devolvió el papel a la muchacha y ambos se retiraron.

-Nos la ha vuelto a jugar – dijo Shuichi con rabia contenida – Esa mujer… nos ha vuelto a engañar.

-No, no… - decía Jodie negando con la cabeza – A ver, nuestras fuentes eran fiables… MIS fuentes eran fiables. Cuando estaba en la Organización saqué información, y toda ella fiable al cien por cien… Algo extraño ocurre aquí, Akai. Algo que ni la Organización sabe… - dijo ella, sentándose en una silla de espera.

Shuichi se cruzó de brazos – Habría una posibilidad… - empezó a decir él, hablando más para si que para Jodie – Cabría la posibilidad que… que Sharon hubiese venido al Japón mucho antes de lo que nos imaginamos.

Jodie lo miró sin entender y él prosiguió – Ambos conocemos a Sharon. Una gran actriz, y era la antigua Vermouth; años después, el cargo pasó a su hija, Chris. Hace tiempo anunció su retiro y no se ha vuelto a saber nada más de ella, tan solo pequeños rumores sin ningún fundamento. ¿Y si te dijera que Chris no haya existido nunca? ¿Qué siempre hubiese sido Sharon disfrazada, rejuvenecida? Nunca, nunca se las ha visto en público a las dos juntas; sólo tenemos algunas fotografías que podrían estar trucadas.

Jodie se puso la mano en la barbilla – Entonces, si lo que dices es cierto, ni la misma organización lo sabe, porque según lo que escuché ellos estaban convencidos que Sharon vendría hoy aquí, en Tokio… ¿Qué se propone esa mujer? – murmuró Jodie con rabia, mientras sus puños temblaban de ira contenida.

Shuichi tiró el cigarrillo al suelo y empezó a andar hacia fuera – ¿Confundirte?

* * * * * * * * * *

Múltiples ruidos de sirenas se oían aquí y allá, creando una extraña atmósfera de pánico y contrariedad. El edificio de la policía central metropolitana de Tokio estaba lleno de movimiento, con agentes yendo y viniendo, la mayoría sin saber a dónde, tan solo cumpliendo órdenes de sus superiores.

Heiji Hattori se encontraba de pies, apoyado a una mesa, observando con detenimiento a la pequeña Ai Haibara, la cual tecleaba rápida y ágilmente nombres y códigos extraños. Llevaban ya veinte minutos así, y poco a poco, las barreras de la organización fueron cayendo una a una, de manera que Ai poco a poco iba tomándose el control eléctrico del edificio.

Kazuha estaba sentada, con los párpados cerrados, mas no dormía. Estaba agotada, pero su interior le prohibía dormirse en un momento tan crítico como ese, en el que amigos suyos estaban jugándose la vida instante a instante. De vez en cuando abría los ojos, miraba a Heiji y volvía a cerrarlos, como si certificara que aún estaba allí y que no había desaparecido.

-Ya estoy aquí – la puerta se abrió y Kaito entró en sala con algunos refrescos - ¿Qué hay? – dijo mirando al ordenador de la pequeña.

-De momento todo va bien – dijo Heiji, mirando al techo y suspirando – Ahora falta que descifre la última contraseña para tomar por completo el control de esa base secreta…

-Entiendo – Kaito les repartió las bebidas y dejó la de Kazuha a la mesa, pensando que dormía. Acto seguido se dirigió hacia donde estaba Aoko, apoyada a la pared que había al lado de la grande ventana con vista a la ciudad. Ella ni se inmutó cuando se sentó a su lado y eso le enfureció un poco – Aoko, ¿estás bien? ¿Estás mareada?

Ella, sin moverse un ápice, negó lentamente con la cabeza, con la vista aún fija al atardecer. Kaito frunció el ceño, no recordaba haberla hecho enfadar. Ya sabía por costumbre que siempre iba metiendo la pata por la vida, pero lo normal sería que ella se lo echara en cara. No, definitivamente no soportaba estar así con Aoko sin saber qué pasaba.

-¿Oye, qué te pasa? – inquirió el muchacho alzándose y quedándose cara a cara con la chica - ¿He hecho algo malo? – dijo mientras le ponía la mano al hombro.

-Déjame – dijo ella secamente, apartándole el hombro de su mano con brusquedad. Eso aún dejó más petrificado a Kaito – Te digo que estoy bien.

Eso le sentó fatal al chico. ¿Por qué no le decía qué le ocurría? Esa no era su inocente y a la vez inteligente Aoko. ¿Qué le pasaba? Si hasta hacía unos instantes, antes de ir a comprar las bebidas, estaba bien…

-Ya está bien. Si no quieres decírmelo, allá tu… ¡pero esta vez no he hecho nada malo, lo juro! – al ver que no obtenía respuesta, buscó la cara de la chica, la cual tenía cabizbaja - ¿Aoko?

La chica dio un pequeño tremblor y Kaito oyó un suave 'snif'. Eso le heló la sangre *No puede ser…*

Kaito le tomó el mentón y le subió la cara, la cual tenía bañada en lágrimas - ¡¿A-Aoko?! ¡¿Qué te pasa…?! Estás.. llorando… ¡¿qué ocurre?! – la chica se fregó rápidamente los ojos y giró el cuerpo de espaldas a él - ¡¡Contéstame, maldita sea!! ¡¡AOKO!!

-¿Quieres saberlo…? – dijo ella con voz titubeante y apagada, aún sin mirarle.

Kaito suspiró pesadamente – Sí.

Aoko sonrió tristemente y lo miró con decisión, intentando reprimirse el llanto – Lo sé todo, Kaito. Sé tu pequeño secreto… - dijo ella, mirándolo con ojos que no miran. Él se quedó blanco como el papel sin decir nada.

-¿Q…qué secreto…? – titubeó él, aparentando indiferencia.

Ella agachó la cabeza y sin decir nada, andó lentamente hacia las sillas y se sentó al lado de Kazuha, la cual abrió los ojos al instante al notar el tacto de alguien. Se sorprendió al encontrarse a Aoko con lágrimas en los ojos. Ella, para su sorpresa, se le apoyó en su cabeza sin decir nada, escondiéndose la cara. Kazuha parpadeó incrédulamente sin entender y luego miró hacia Heiji, el cual también lo había visto todo y no entendía mucho. Él se encogió de hombros y volvió a prestar atención a Ai.

Kazuha, por su parte, pasó a mirar a Kaito, el cual estaba recostado a la pared, con una mano a la cara en signo de desesperación.

* * * * * * * * * *

-¡Pulso aumentando! ¡Como siga así la palmará! ¡Eh, boss, ¿qué hacemos?! ¿Paramos? – uno de los múltiples médicos se dirigió al que era ahora el nuevo jefe médico, puesto que el anterior acababa de ser asesinado. Él se giró hacia el cristal opaco que había justo delante de la sala, donde estarían Gin y los demás observándoles.

-No. Ya falta poco. Pero si le aumenta aún más la tensión, notifícamelo y pararemos. Pero algo me dice que este jovencito es muy resistente – añadió él, tomando una nueva inyección. Conan la vio borrosamente, y sólo pudo percibir que tenía una gran punta y en su interior un líquido blanquinoso. Notaba como su cuerpo le quemaba, le sudaba, como si pidiera a gritos ponerse dentro de una nevera. Pero la realidad era muy diferente, y notaba que no podía hacer nada para impedir que el fatal destino que tenía delante se cumpliera.

*Voy… a… morir…* pensó él, sin ningún miedo. No tenía miedo, sino culpa. Culpa de no haber hecho tantas cosas que le hubiera gustado hacer; culpa de haber mentido tanto a todo el mundo; culpa de no poder volver nunca más, pese a habérselo prometido a Ran.

*Ran…*

El chico observó con los párpados semiabiertos como el hombre se le acercaba con el fatal inyecto. Después de lo de Gin, pensaba que le iban a tratar mejor, pero nada más lejos de la realidad…

La imagen de la chica de pelo castaño, cara sonriente y ojos azules le vino a la cabeza. Tantos momentos, y tan buenos… Tantas peleas, y tan divertidas. Tantas llamadas, y tantas lágrimas… para esto. Pero era inútil, su cuerpo no le respondía. No podía moverse, no podía hacer nada. Sólo podía pensar en ella. Pensar en Ran.

-Una más para papá – dijo el médico con sorna, inyectándole el líquido.

*Uh… uh… ahh… ¡¡ah…!!*

Conan notó un vuelco en su corazón *Ya está…* pensó con sufrimiento. Sus músculos empezaron a agarrotarle *Se acabó…* Empezó a notar que no podía respirar, como si el aire no le llegara a los pulmones. *Lo siento, Ran…*

-¡¡GYAAAAAAAAAAHHH!! – el tremendo grito del pequeño pareció resonar por todo el edificio, haciendo que se le erizaran los pelos a cada uno de los miembros.

*¡¿Eh?!*

Ran alzó la cabeza, notando una opresión en el pecho. Miró hacia el otro lado del espejo blindado, sabiendo que el grito había provenido de allí. Su preocupación fue en aumento, sabiendo que esa voz que acababa de oír era de Conan, de Shinichi. Intentó ponerse de pies, pero se había olvidado que estaba atada y reatada, así que lo único que consiguió fue caer con un fuerte golpe al suelo juntamente con la silla metálica, cosa que aún le hizo avivar su dolor. Vermouth ni se inmutó desde su posición, y casi daba gracias a la interrupción del grito, porque así había desviado la anterior conversación con Gin. *¿Cómo es posible que…?*

Un disparo sonó, y el que ahora era el jefe médico cayó muerto como el anterior. La figura de Gin, seguido de Vodka, hizo aparición, con unas facciones jamás vistas en él. Con voz concluyente, añadió – Os dije que sólo yo le mataría.

Los médicos tragaron fuerte y esperaron el castigo con amargor, hasta que uno de ellos miró el cuerpo del detective asombradísimo - ¡Mirad!

Todas las miradas se dirigieron al cuerpo del detective, el cual echaba humo literalmente. Estaba gimiendo y moviéndose de aquí para allá. Pero eso no era lo importante, lo importante era que no tenía el aspecto de un niño de siete años, sino el de un atractivo adolescente de diecisiete.

Este era…

Vermouth, al oír tanto ruido, pulsó un pequeño y camuflado botón de la pared, haciendo que el cristal se bajara automáticamente para saber qué rayos estaba ocurriendo. Poco a poco, fueron viendo la estancia, hasta el punto de ver lo que realmente había sorprendido a todos.

Vermouth arqueó las cejas y se puso la mano a los labios – Oh, my…

Ran, por su parte, permaneció en estado de shock, observando sin comprender nada. Observándole sin comprender nada.

-Sh… - Ran abrió los ojos sobremanera mientras intentaba volverse a ponerse de pies - ¿S-Shin…ichi…?

…el tan ansiado retorno de Shinichi Kudo, el famoso detective.

Fin del cap.12

CONTINUAR

NA1 – A la conclusión del caso 'White Snow, black shadow', Gin apunta con la pistola al a cabeza de Vodka, ya que por su culpa Conan estuvo a punto de pillarles las huellas dactilares y pruebas de saliva (¬¬U).

NA2 – Se refiere al desenlace de la saga 'Haloween Party', donde Jodie y Conan disfrazado de Ai fueron seguidos hasta un muelle abandonado por Vermouth. Allí, Jodie y Vermouth tuvieron su visión del pasado y empezaron a dispararse, hasta que Akai interviene y dispara a Vermouth. Entonces, justo cuando Conan iba a dormir a Vermouth, aparece la auténtica Ai… y Vermouth aprovecha el momento de confusión para dispararle el dardo anestésico a Conan, y cogerle de rehén. Esto sería a grandes rasgos lo que ocurre ^^U

~ Notas de la Autora ~

¡Yay~! ¡El file 12 terminado! Y justo el día antes del último día de clases… ¡buf! ¡Me encanta, me encanta! Me gusta como ha quedado, ¿a vosotros no?! Jojojo, las fans de Kaito/Aoko por fin pueden estar contentas… que por fin me he decidido a descubrir a Kaito n_~! Pero tranquilas las demás fans de las otras dos parejas (me refiero a SxR y HxK ¬¬), que pronto habrá más escenitas o

Siento si os ha decepcionado un poco porque no hubiese tanto romanticote, pero estos caps. Necesitaban mucha información (y mil disculpas si os he hecho un spoiler, pero es mi estilo de narración, so… ^^U). Mil gracias por vuestros mails, comentarios y sugerencias. Si quieres enviarme un mail, no lo dudes, envíamelo a cinturo@3xl.net n_n yo siempre respondo ^o^

Muchísimas gracias a la peña del foro de Shinichi's Memories, a Haku, a Kazu, a Jess, a Rut, a Arzainer, a Ralfa, a Shiku, a Ran Aoko, a JkRanIV, a Miruru, a las chicas de la comu de Kazu (sois demasiadas xD), a mi sister Anna (que no leerá esto pero bueno ¬¬U), y a tropecientas personas más, ¡y sobretodo a ti por estar leyendo esto ^^!

Muchas gracias especiales, también, a la gente que está tan próxima a mi, y me refiero ni más a menos a las chicas del Marius ^^ Un saludo wapetonas n_~

Weno, eso sería todo. Hasta el próximo capítulo!!

CiNtUrO-cHaN (AKA Cintu xP)

17-12-03