(+) Detective Conan es propiedad intelectual de Gosho Aoyama-sensei y de todos sus distribuidores. Este fanfic no está hecho con ánimos de lucro, por eso no me considero violadora de ninguna ley.
* * * * * * * * * *
Todas las miradas se dirigieron al cuerpo del detective, el cual echaba humo literalmente. Estaba gimiendo y moviéndose de aquí para allá. Pero eso no era lo importante, lo importante era que no tenía el aspecto de un niño de siete años, sino el de un atractivo adolescente de diecisiete.
Este era…
Vermouth, al oír tanto ruido, pulsó un pequeño y camuflado botón de la pared, haciendo que el cristal se bajara automáticamente para saber qué rayos estaba ocurriendo. Poco a poco, fueron viendo la estancia, hasta el punto de ver lo que realmente había sorprendido a todos.
Vermouth arqueó las cejas y se puso la mano a los labios – Oh, my…
Ran, por su parte, permaneció en estado de shock, observando sin comprender nada. Observándole sin comprender nada.
-Sh… - Ran abrió los ojos sobremanera mientras intentaba volverse a ponerse de pies - ¿S-Shin…ichi…?
…el tan ansiado retorno de Shinichi Kudo, el famoso detective.
"The case of the mystery APTX 4869"
A Great Detective of Love Fanfic,
bye CiNtUrO-cHaN
Archivo XIII: - Contraataque
La sala estaba totalmente en silencio. El único ruido que se percibía era el teclear infinito del teclado a alta velocidad. Ai Haibara ya llevaba horas arrapada al ordenador, y por fin empezaba a haber algún que otro resultado. Heiji se sentó con la silla al revés observando la pantalla con interés y a la vez preocupación. Sabía que en esos precisos instantes ellos se estaban jugando sus vidas a cada instante que pasaba, y mientras él y todos se encontraban en tal vez uno de los lugares más seguros de toda la ciudad, la central de policía. Pero tenía clarísimo que en cuanto Ai diera la señal, él sería el primero en coger la moto –ya buscaría alguna de policía- para ir al cuartel base a ayudar a sus amigos; no soportaba adoptar esa actitud tan pasiva.
Miró hacia atrás, y vio a Kazuha y a la doble de Ran, como él la había bautizado, arrapada a ella. Tenía los ojos cerrados y parecía dormida. Kazuha, por su lado, miraba a Heiji con preocupación. Ella también era consciente de lo que estaba ocurriendo y también quería intervenir. Kaito, por su parte, no se había movido un ápice desde cuando Aoko le dejó, salvo que ahora les daba la espalda a todos, fingiendo mirar el paisaje a través de las ventanas.
-Agatha Kristie – dijo Ai secamente, rompiendo el silencio incómodo. Heiji se giró hacia ella y arqueó las cejas, observando como la chica había introducido esas dos palabras en el cuadrante del 'Password' y éste había desaparecido, para dejar ver un montón de letras y signos raros que no comprendía – Genial, parece que por fin he podido acceder a su base de datos.
-¿En serio? – exclamó él - ¿Y ahora podrás hacerte con el control del edificio?
Ai le miró triunfalmente – No sólo eso. Mientras vosotros hagáis las mil y una jugaditas de poli, yo me quedaré aquí para infiltrarme en todas sus otras bases de datos, y es posible que en alguna de ellas esté el doc-0.
-¿El doc-0? – preguntó Kazuha, la cual había dejado a Aoko recostada en el sofá y se había dirigido hacia ellos.
-El doc-0 es la abreviación de documento. Es como le hemos bautizado nosotros al fichero, o más bien al grupo de ficheros que contienen todos los nombres claves de la organización, sus nombres reales, sus teléfonos… Gracias a esto podríamos mandar a la organización a pique – aclaró el detective del oeste, mirando a la chica.
-Entiendo – Kazuha se dirigió a la puerta – Voy a decirle a la inspectora Sato que ya habéis logrado acceder a la base de datos – dijo, a la vez que cerraba la puerta.
-Fin. Cuando vengan todos ya me diréis a qué exacto y preciso momento queréis que haga el cortocircuito – dijo Ai con su habitual forma de ser, bajando de la silla y dirigiéndose al sofá donde dormía Aoko – Voy a descansar un rato, si se me permite.
Heiji no dijo nada y sonrió. Parecía imposible que esa pequeña fuese una gran científica como aparentaba ser.
* * * * * * * * * *
Gin miró furioso a la sala de operaciones. Apretó los puños y clavando una fría mirada a Vermouth marchó de la sala, seguido de Vodka. Vermouth no dijo nada y aguantó fríamente su posición, observando la partida de los dos hombres. Ahora se había quedado a solas con Ran, la cual miraba a través del cristal con los ojos abiertos. Aunque estaba lleno de personas yendo de aquí para allá y otro puñado más rodeándole, haciéndole a la chica casi imposible verle, lo había visto. Y estaba segura que no eran imaginaciones suyas: Shinichi… Shinichi estaba allí, a cinco metros de distancia y a dos de altura, debajo de el la…
-Este Cool Guy no dejará de sorprenderme – dijo Vermouth, cruzándose de brazos y dirigiéndose y andando con estilo hacia el margen del cristal – Si fuera un joven normal, estoy seguro que habría muerto. Si trabajara para nosotros, nos sería de gran utilidad… Pero, francamente, no le entiendo. Utiliza su maravilloso cerebro para hacer el bien sin ganar nada a cambio, cuando a estas alturas podría ser rico. Y una vez detiene al asesino y éste intenta matarle, luego va y le salva la vida… Hombres… ¿eh, Angel?
Ran la miró con asco y rabia – Así que es cierto, tú eres Sharon Vineyard… - al ver que la fría mujer no decía nada, bajó la cabeza - ¿Cómo es posible…? Parecías… parecías tan buena persona…
-Lo siento, dear. A veces, la gente tiene doble cara, ¿right? – dijo, mirando de reojo al detective – Supongo que te habrá dolido en el alma que una de tus actrices favoritas fuese en realidad una fría asesina que ha sido capaz de matar a tanta gente…
Ran negó con la cabeza, cerrando con fuerza los ojos - ¡Basta! ¡¿Es que no te das cuenta de lo que dices?! ¡Mucha gente ha muerto por vuestra culpa! ¡¿Cómo podéis dormir tranquilos sabiendo eso?! ¡Vosotros… vosotros no tenéis alma! ¡No merecéis que os llamen personas…! – Ran empezó a llorar de rabia - ¡¡Incluso los animales son más dignos que…!!
-¡¡CÁLLATE!!
La mujer, con una velocidad asombrosa, cogió la pistola que tenía a su cintura y apretó el gatillo sin dudarlo. La bala pasó rozando por el pelo de la chica, y se incrustó con gran ruido a la pared que había un metro a su espaldas. Todos los de la sala de abajo se giraron y alzaron la cabeza hacia ambas mujeres. Ran paró de respirar por un instante, con la mirada aterrada, observando como esa mujer no había temblado ni un ápice en disparar.
-Tú… Tú no sabes nada, criaja… para ti todo ha sido muy fácil. Has crecido con padres, con amigos, pero no todo el mundo es igual. Si no me hubiera unido a la organización, habría muerto… Es la ley del más fuerte, el depredador caza a su presa. Si eres depredador, vives; si eres la presa, mueres – Vermouth pareció recobrar sus casillas y se guardó la pistola de nuevo. Se dirigió hacia Ran, la cual estaba sentada al suelo, y la miró con la más fría de las miradas – Como vuelvas a hablarme así, Angel, no respondo de mis actos.
Dicho esto, la mujer de rubios cabellos se dio la vuelta. Ran, aún temblando, intentó ponerse en pies, pero sus piernas no le respondían.
*E…eso ha sonado como una especie de confesión… T…tengo que largarme de aquí, todos están locos… Pero no puedo dejar a Shinichi así…* pensó ella con amargor, mirando a través del cristal. Entonces entraron dos hombres más de negro, los cuales la cogieron por detrás desprevenida para intentar atarla de nuevo - ¡¡Soldadme!! ¡¡He dicho que me soltéis!!
-¡¡Estate quieta si no quieres que te reviente la cabeza, estúpida introvertida!! – dijo el hombre más alto, haciendo ademán de sacarse la pistola del cinturón. Ran vio ese diminuto e insignificante movimiento y sin pensárselo dos veces ni pararse a recapacitar en las graves consecuencias de sus actos, alzó su pierna en alto y propinó una potente patada al hombre alto, haciéndole caer metros más allá, mientras que con el codo golpeaba en el vientre al hombre que intentaba agarrarla por detrás, cayendo al suelo y gimiendo de dolor.
Ran se paró a observar el escenario que se le echaba encima *Ya no hay vuelta atrás…* Se dirigió hacia el hombre que había más cerca y algo asustada cogió la pistola, guardándosela en el bolsillo interior de su chaqueta. No iba a matar a nadie, pero siempre iría bien para intimidar.
Se alzó con los nervios crispados, y miró con decisión hacia donde se encontraba el joven detective *Allá voy…*
* * * * * * * * * *
Sato, Takagi y Shiratori corrieron hasta la pequeña Ai, con la respiración ajetreada - ¿E-Es cierto que… que ya has conseguido entrar en… en su base de datos…? – intentó hablar Shiratori entre respiración y respiración.
Ai abrió los ojos algo sorprendida y sonrió – Sip. De hecho, ya lo tengo todo listo, solo me falta que me digan cuándo y en qué zona debo actuar y así será – dijo Ai actuando con total profesionalidad, cosa que dejó sorprendidos a Takagi y Shiratori. Sato, sin embargo, sonrió profesionalmente y se acercó a la pequeña, poyándose en el respaldo de su silla y mirando al monitor.
-Bien, el Inspector Megure nos ha dejado al cargo de este asunto en la base, así que empecemos a tomar decisiones. Antes de nada, quiero todo tipo de planos del edificio en cuestión, de su situación en un plano y en la correspondiente a Tokio. Quiero que vaya un grupo de tres policías y que estén permanentemente en contacto con nosotros, y que vayan de incógnito; que echen algunas fotos y nos las envíen a nosotros directamente, ¿ha quedado claro? Nada de pasar por secundarios; podría haber infiltrados – Sato observó a Takagi y Shiratori, el cual la miraba algo ofendido, como si le hubiera quitado el relevo - ¡Chicos, que es para hoy!
Ambos detectives reaccionaron y cada uno se puso manos a la obra. Ai se la miró triunfante *Wow, esto sí es control*
-¿Qué tenemos, Miyano? Explícame todo lo que sepas acerca del edificio – dijo Sato frunciendo el ceño con preocupación.
Ai asintió, sorprendida que alguien la llamara por su auténtico apellido – Este es el mapa en 3D – dijo, señalando el monitor. Heiji, Kazuha y Kaito también observaban en silencio – El edificio no es muy alto, tiene unas veinte plantas, de las cuales las cinco de arriba son de la organización. Las otras quince no estoy segura, pero apostaría mi cuello a que sí; la organización nunca compraría un edificio para su cuartel base mientras que en el piso de abajo se dedican a hacer pasteles. Así que es como si el edificio en sí fuera una fuente de bacterias a las que hay que eliminar con insecticida.
-¡Eh, Ran-chan y Kudo no son insectos! – replicó Kazuha. Todos la miraron y ella, algo avergonzada, se calló.
Ai sonrió levemente – Por supuesto, Kudo y Mouri son a los que no debemos fumigar… Pero eso me preocupa. Si produzco el cortocircuito, no será indefinidamente. La Organización tiene un gran sistema de informáticos y yo soy científica; no tardarán más que unos diez minutos o así en recuperar la electricidad. Por lo que os sugiero que… - parecía que la pequeña intentaba sacar fuera una idea que le atormentara y que le costara decir – Que queme el edificio.
Todos se la quedaron mirando atónitos - ¡¿Q-Qué…?! – exclamaron Heiji y Kazuha. Sato también parpadeó incrédulamente.
-Es buena idea – dijo Kaito, haciendo que ahora las miradas recayeran en él. Sin que se diera cuenta, detrás suyo, Aoko empezó a despertarse en silencio y le escuchó – Estoy seguro que Kudo encontrará alguna manera de escapar con Mouri. Si sólo cortásemos la corriente durante un período que además es tan corto, no lograríamos absolutamente nada. Tal vez tendrían tiempo de esconderse, pero les encontrarían muy rápida y fácilmente. Y si prendemos fuego al edificio, la confusión reinará, y ellos podrán escapar mejor… Además, no veo ningún problema en incendiar un edificio como 'ese', el único problema es el peligro que puede resultar si el incendio se descontrola, por ellos.
Ai se cruzó de brazos – Exactamente. Yo podría regular la intensidad de la bajada y subida de electricidad, y haciendo un par de cálculos matemáticos incluso podría predecir dónde y con qué intensidad se formarían las primeras llamas… pero a partir de aquí estas se disiparían, y se descontrolarían. La decisión es suya, detective Sato – dijo la pequeña mirando con decisión a la detective.
Ella se quedó en silencio por unos instantes, como si interiormente estuviese visualizando la estrategia, todos sus puntos buenos y malos y sus consecuencias. Finalmente, cerró los ojos para abrirlos con decisión - ¡Está bien! Confío en ti, Miyano, sé que podrás hacerlo – dijo ella, alzándole el dedo pulgar y guiñándole un ojo – Voy a poner la estrategia en marcha.
-¿Cuándo empiezo? – preguntó Ai.
Sato se miró el reloj – Dentro de diez minutos – pronunció ella quedo.
Cada uno desapareció por su cuenta, cada uno tenía una tarea que realizar, excepto Kazuha, que miraba preocupada y sin entender mucho a Heiji, el cual no le prestaba la mínima atención. Eso la entristeció un poco, pero sabía que no era momento de pensar en esas cosas, no en un momento tan crucial. De repente, sin aviso, le vino a la cabeza la escena de la cafetería, cuando fingieron que eran novios para intentar escapar, cosa que no dio resultado; también se acordó de la 'pequeña bromita' que le gastó Heiji, haciéndole creer que estaba muerto.
*Cuando esto acabe, se la devolveré…*
* * * * * * * * * *
La primera cosa que sintió fue que respiraba. ¿Desde cuándo los muertos respiraban? Entonces, eso significaba que *Sigo vivo, ¿huh?* pensó él, casi sin creérselo *A no ser que esto sea una especie de trance antes de llegar al famoso Estigia…*
-Pulso normalizado. Bajada de temperatura – empezó a oír voces a su alrededor; muchas, muchas voces – Está recobrando el sentido.
Shinichi Kudo, el famoso detective, empezó a abrir poco a poco sus azules ojos. La primera sensación que tuvo es que tenía unas potentes luces encima suyo que prácticamente le dejaban deslumbrado y no podía ver salvo que siluetas que se movían. De repente, una extraña y distorsionada cara se le acercó – Buenas noche, chico, ¿has dormido bien?
Entonces le vino todo a la cabeza. A los primeros instantes, ciertamente, no tenía ni idea de lo que hacía en ese lugar. Ahora sí: se encontraba cautivo de la organización, le habían drogado y había perdido el conocimiento del dolor que sentía, y luego… Había despertado.
Entonces tuvo conciencia de lo que ocurría y rápidamente abrió los ojos por completo, sorprendiéndoles a todos, y alzó su cabeza y su torso hasta quedar sentado. Tuvo una fuerte impresión al observar que su cuerpo, su ser, había vuelto a la normalidad - ¿Pero qué…? ¿Qué ha…?
-Traedle ropa – ordenó un hombre, ya que llevaba un pijama blanco que, aunque habían intentado que fuera lo mayor posible para Conan, le quedaba algo… 'ajustado'.
-Nos volvemos a ver, Shinichi Kudo…
El joven detective se giró y observó la impiadosa figura de su mortal enemigo, Gin, con Vodka detrás. Tenía sus habituales facciones frías y sostenía la pistola libremente con la mano – Nos volvemos a encontrar.
Shinichi sonrió triunfalmente – Pues sí, estaba deseoso de veros…
-Yo también – replicó Gin - ¿Quién hubiera imaginado que eras ese pequeño mequetrefe? Supongo que fuiste tú también el que salvó a Sherry esa vez, en el hotel Haido (NA1), y esa vez cuando nos seguiste la pista hasta esos almacenes, ¿verdad? Esa vez te escondiste en esas taquillas (NA2).
El joven detective sonrió – Pues sí. ¿Y bien? ¿Qué queréis hacerme ahora? ¿Más pruebas? – preguntó él como si tal.
-Pues no – dijo Vodka, apareciendo por detrás de Gin – Ya hemos sacado todo tu jugo, chaval, y con grandes resultados, ¿verdad?
El médico al cual miraba asintió. Éste se dirigió hacia una vitrina blindada, apretó un botón y esta se abrió; una pequeña plataforma apareció desde abajo donde residía una cajita blanca. Gin se dirigió allí y la tomó con cuidado, abriéndola – Esta es la nueva y mejorada APTX 4869, un modelo único, creado a partir de mucha de tu información genética. ¿Quieres que le pongamos un nombre en tu honor? – dijo Gin, cogiendo con los guantes la pequeña concavidad ovalada, parecida a una pastilla para el dolor de garganta.
Shinichi la observó con rabia. Su plan había fallado, el de impedir que esa cosa fuese creada *¿Qué plan?* Pensó él irónicamente *No tenía ninguno… maldita sea, ¿y ahora qué? Me matarán, no les soy de más utilidad…*
-Bueno, detective – Gin cogió la pistola y se acercó hacia el chico, al cual le acababan de llevar la ropa – Supongo que no hace falta decirte que estás en una situación comprometida. Vamos a jugar a las adivinanzas, y si respondes lo que yo quiero oír, te dejaré vivir unas horas más para que veas y converses con tu preciosa chica; si no respondes, te mataré aquí y ahora, y la chica se reunirá al instante contigo – dijo el hombre fríamente, apuntándole a la cabeza.
Shinichi ni se inmutó ante el comentario. Sabía que Ran no estaba allí, era una treta más de la organización, como tantas otras; no iba a caer, no de nuevo. Pero ahora no era momento de vacilarles, tenía que decirles lo que querían oír y vivir unas horas más, y entonces ya se le acudiría una idea para salir de allí.
-Está bien – dijo Shinichi - ¿Qué queréis saber?
Vodka sonrió – El paradero de Sherry.
El joven detective parpadeó - ¡¿Q-Qué…?! – exclamó él *Esto… esto no…*
Gin se adelantó – Exactamente. Y ojo con lo que dices, porque vamos a enviar a alguien de inmediato a buscarla, y si por casualidad nos has engañado, os ejecutaremos al instante.
-Yo… no tengo ni idea de dónde está – replicó Shinichi – Pensadlo bien; ¿cuánto hace que estoy aquí? Hace tiempo que no me pongo en contacto con nadie, ¿cómo queréis que lo sepa? Ahora mismo podría estar en América con una identidad falsa.
Gin apretó un poco más el gatillo, forzándolo al máximo – Respuesta incorrecta.
Shinichi observó cómo los fríos y sangrientos ojos del asesino se clavaban en él *Va a disparar* pensó él mirándolo con la cabeza alta *Da igual, de todas maneras no hubiese podido hacer nada. Y de ninguna manera iba a delatar a Haibara. Esta organización está acabada, al igual… que yo*
Gin movió aún más el dedo y justo cuando iba a apretar el gatillo hacia un blanco fácil, las puertas de la circular sala de operaciones se abrieron de lado a lado con gran estrépito. Dos hombres, cada uno con marcas de golpe, irrumpieron en la sala con la respiración al límite - ¡Ha… escapado…! – dijo uno, justo antes de caerse inconsciente. El compañero de su lado asintió débilmente.
-¡¿QUÉ?! – Gin se dirigió hacia ellos - ¡¿Qué ha escapado?! ¡¿C"MO SE SUPONE QUE UNA PERSONA PUEDE ESCAPAR DE LA VIGILANCIA DE DOS HOMBRES ARMADOS, ¿EH??! ¡¿C"MO?! – sin pensárselo dos veces, Gin les apuntó con la pistola y disparó a los sorprendidos hombres con un tiro a cada uno en medio de la nuca, causándoles una muerte directa.
-¡¡Moveos!! ¡¡Buscadla inmediatamente!! – gritó Vodka por la radio y a los guardias de la estancia - ¡¡RÁPIDO!!
Shinichi, por su parte, se quedó boquiabierto, sin creérselo. No estaba así porque había conseguido salvar su vida milagrosamente, sino porque resultaba que Ran, en realidad, sí estaba ahí… ¡y se había escapado! *R-Ran…*
Toda la estancia se vació, hasta sólo quedar Gin, Vodka y el joven detective, el cual no se había movido ni un milímetro. Gin no paraba de gritar órdenes al intimidado Vodka, el cual asintió como si Gin fuese el jefe de la armada, y desapareció en un abrir y cerrar de ojos hacia el cumplimiento de su deseos.
-Tu amiguita nos está causando muchos problemas – dijo Gin, acercándose con la pistola y apuntándole al corazón – Como no aparezca pronto, me las vais a pagar…
-¡¡SUÉLTALE!!
Gin se giró, sorprendido, hacia la figura que acababa de hacerse paso por una puerta trasera, perfectamente camuflada entre los ordenadores y semejantes. Era, ni más ni menos, que una enfadada joven, apuntándole lo mejor que podía con la pistola, la cual todo sea dicho le temblaba. Pero en su mirada había la más pura rabia contenida que jamás se le vio lanzar - ¡¡AHORA!! – volvió a gritar.
*R-Ran…* pensó Shinichi, observándola *¿Qu…?*
* * * * * * * * * *
-¡Ya estoy aquí!
El inspector Megure entró en la estancia donde se encontraban todos con los nervios crispados. Kazuha y Aoko incluso se asustaron ante la brusquedad del hombre, seguido de un par de inspectores más que no habían visto. El Inspector Nakamori también estaba entre el grupo, para sorpresa de Aoko. Junto a Megure también apareció Kogoro, al cual hacía mucho rato que no veían.
-¿Y bien? ¿Qué tenemos? – preguntó Megure, mirando a Sato, haciendo que Shiratori se sintiera algo herido en su capitaneo.
Sato puso unos cuantos planos encima de la gran mesa brillante y mostró un edificio en concreto – Es aquí – Megure asintió - ¿Está al corriente de la maniobra, inspector?
Él negó con la cabeza algo alterado – Sólo me han notificado que estabais intentando acceder a sus bases de datos, pero no se nada más…
Heiji suspiró y se adelantó – Hemos decidido crear un cortocircuito en el edificio para quemarlo. Los miembros de la organización, los cuales serían todos miembros importantes, huirían de él y caerían a nuestros brazos; además, hemos conseguido el doc-0, un montón de papelajos llenos de nombres y direcciones, que estoy seguro les serán de mucho interés – dijo Heiji con una sonrisa triunfal, entregándole los papeles al sorprendido inspector.
-¿Qué? ¡¿QUE QUÉ?! ¡¿He oído bien?! – exclamó Kogoro poniéndose cara a cara - ¡¿Me estás diciendo que vais a incendiar un edificio de no se cuántas plantas CON MI HIJA DENTRO?! ¡¿PERO VOSOTROS ESÁIS LOCOS O QUÉ?! – dijo él, agarrando por el cuello a Heiji, al cual se le caía una gotita.
-Tranquilo, hombre, ¿en serio cree que dejaremos que se asen? Piense que ella está con Kudo, y que antes del incendio habrá un apagón; Kudo será listo y lo aprovecharán, y para cuando empiece a calarse fuego, ellos ya estarán juntos, y a Kudo se le acudirá otra genial idea para lograr escapar – dijo Heiji sonriente.
-O sea, que la vida de mi hija depende de las ideas que se le puedan acudir a ese detective loco, ¿eh? ¡¡Pues no lo pienso consen…!!
La puerta de la habitación se abrió y de ella salió una figura curvilínea y de lo más atractiva; dicha figura se dirigió hacia Kogoro por su espalda sin que le viera y, cogiéndole por la oreja, lo empezó a arrastrar fuera de allí.
-¡¿Q…qué dem…?! – Kogoro notó un pinchazo a la oreja y al girarse observó, sorprendido/atemorizado, la cara de su querida esposa, que le miraba desde ultratumba.
-Ya has causado suficiente alboroto, 'querido' – dijo Eri Kisaki, la famosa abogada, tirándole hacia fuera – Inspector, me lo llevo un rato para calmarle; que conste que a mi esto tampoco me gusta, pero confío en ustedes; tráiganme a Ran sana y salva lo antes posible, por favor – dijo ella bastante preocupada, como buena madre que era. En breves instantes desapareció tras la puerta con un enfadado Kogoro, dejándoles a todos bastante sorprendidos.
-He creído conveniente llamar a Kisaki-san, se trataba de su hija… - dijo Takagi, con una mano en la cabeza.
-Has hecho bien – respondió Sato sonriente, haciendo que el joven detective se ruborizase – Bueno, siguiendo a lo que íbamos, este es el plan, inspector – dijo dirigiéndose a Megure. Él se puso una mano a los labios y lo meditó un instante.
-Entonces, quedamos en que el cortocircuito se producirá dentro de…
-Cinco minutos para ser exactos; ahora, cuatro minutos y cincuenta y ocho segundos – dijo Ai desde su asiento, observando el monitor, donde había una especia de ventanita con una cuenta atrás.
Megure se miró el reloj – Bien. Después del apagón, habrá como unos cuatro o cinco minutos de oscuridad, en que nada funcionará, ya que toda la energía del edificio y alrededores se basa en la electricidad, lo que provocará también un apagón en los edificios circundantes, pero en fin… Después, se producirá el incendio, y nosotros ya tendremos los bomberos colocados. ¿A qué piso se encuentran y a qué piso se producirá el incendio? – preguntó Megure dirigiéndose a Ai.
Ella se encogió de hombros – Ni idea. Al quince – dijo ella con frialdad.
-¡¿No sabéis a qué piso están?! – exclamó Kazuha, preocupada - ¡¿Pe-pero y si se encuentran en el quinceavo piso?!
Heiji se rascó la cabeza – Ese es el fallo del plan, pero no hay ninguna manera de saberlo, así que…
-¡Inspector! – dijo un oficial que venía corriendo - ¡Ya hemos llamado a las oficinas y compañías que hay debajo de los cinco últimos pisos del edificio, concretamente desde la planta 1 a la 15, pero nadie responde!
-Eso es sin duda prueba de que todo el edificio, las veinte plantas, son de la organización – dijo Agasa, el cual seguía pensando que todo eso era una locura pero que no había otra mejor opción.
-Un minuto – dijo Ai observando el monitor. Todo el mundo miró su reloj como para constatar que tenía razón, y efectivamente era cierto. Así pues, el juego empezaba.
-U…Una cosa…
La tímida Aoko alzó la cabeza algo blanca; Kaito la miró algo tristemente, ya que era la primera vez en mucho rato que la oía hablar - ¿Sí, hija? – dijo el inspector Nakamori. Aoko frunció el ceño como si fuese un alumno que no acabase de entender las explicaciones del profesor.
-Si se supone que el incendio se producirá en unos cinco minutos o así… ¿no sería mejor que los bomberos y nosotros fuésemos tirando hacia allá…?
Todo el mundo se quedó blanco como el papel – Ups – tartamudeó Heiji, como si se acabase de dar cuenta que dos y dos no eran cinco, sino cuatro.
-¡¡Rápido, que cinco coches patrulla seguidos de dos camiones de bomberos se dirijan a toda marcha hacia allá, rápido!! – exclamó Megure, saliendo precipitadamente de la estancia, seguido de Sato, Shiratori y Takagi. Todos se levantaron y les siguieron, sin quererse perder nada. Ai cogió el portátil y se fue con el doctor lentamente, sin parar de teclear mientras andaba.
La pequeña científica observó la ventanita con la cuenta atrás, y preparó su dedo índice hacia el Enter – Cinco, cuatro, tres, dos, uno… enter – y lo pulsó. Pasara lo que pasara, ya había pasado; esperaba que con ese apagón momentáneo tuvieran alguna posibilidad de escapar mientras ellos iban hacia allí. Sin casi percatarse, ya se encontraba en un coche patrulla junto a Agasa y los Detective Boys, que todo fuese dicho no tenía ni idea de dónde habían salido, pero eso no era algo que le preocupase ahora: este sólo era el primer paso, ahora faltaba crear el incendio controlado, aunque controlado sólo lo tendría unos pocos minutos.
Miró el reloj de nuevo. Dentro de cinco minutos y diez segundos tendría que pulsar de nuevo el enter. Pero le vino un extraño pensamiento a la cabeza, uno que nadie sospechaba que tendría. Era como si en su interior no deseara tanto que se salvaran, o al menos que ella se salvara…
La pequeña puso una extraña cara neutra delante del monitor.
*Que sean dos minutos*
Fin del cap.13
CONTINUAR
NA1 – En el caso del Reencuentro con los hombres de Negro (correspondiente al tomo 22, serie 2 de la edición española), Conan dispara un dardo anestésico a Gin justo cuando éste iba a darle el toque de gracia a Shiho (sí, Shiho, no Ai), y gracias a esto pudieron escapar.
NA2 – En la saga de White Snow, black shadow, Conan recupera de nuevo las pistas de los hombres de negro, y los sigue hasta un almacén abandonado; allí, Gin casi le descubre, ya que él se había escondido en una pequeña taquilla; y justo cuando Gin iba a abrirla, la cierra, pensando que ningún hombre podría caber en ella. Para que luego digan que esto de encoger no sirve de nada… ¬¬U
Notas de la Autora
Hoy serán brevísimas porque no tengo tiempo (o), en definitiva, espero que os haya gustado este capítulo. Las cosas empiezan a desvelarse y a complicarse aún más, ¿eh? Espero que os hayan gustado las escenas 'románticas', si se pueden llamar así (¬¬U), pero bueno, sea como sea, estoy satisfecha con el resultado – si no fuera así, no lo habría publicado ^^U.
Muchas gracias a Haku, a Tanran, a Kazu, a Ami, a Minako, a Arzainer, a Jess, a Azalea, a Shiku, a Ralfa, a los del foro de Shinichi's Memories, a la gente de la comu de Kazu, a mis friends del msn, ¡y a ti por leer esto!
Domo arigatô, ¡y felices fiestas! Hoy es San Nicolás ^_^
CiNtUrO-cHaN (Cintu)
::26::12::03::
