Capítulo 5: Estado: legal, ocupaciones: ilegales
Noodle comía en un sitio de almuerzo, nada en especial, solo estaba disfrutando el momento de descanso que tenía. De repente sonó una alarma de su celular, tenía que ya ir regresando al trabajo; terminó de comer, pagó la cuenta y se dirigió a una konbini, una tienda de 24 horas; pero, cómo consiguió trabajo si era indocumentada y el gobierno japonés es estricto con ese tipo de asuntos; pues luego de que Mako y Atsuki se enteraran de eso tuvieron que hacerla ir a una oficina de documentación a regañadientes, ya que cuando lo descubrieron ella se escapó de su base por la ventana, dejando a Mako y Atsuki pasmados. Luego de un día sin saber nada de ella, apareció en el departamento de ellos, hambrienta y sucia. Se le había acabado el dinero y no tenía nada que comer, y para colmo un auto pasó sobre un charco de agua, mojándola completamente.
Finalmente los tres fueron a la oficina de documentación, Noodle estaba atenta a todo, miraba a todos lados, se fijaba en las cámaras y los guardias de la sucursal en donde estaban.
-Teníamos que venir a una oficina tan vigilada. –dijo Noodle preocupadamente.
-Vamos ni que fuera para tanto. –contestó Mako.
-Lo dices porque ustedes están documentados y todo eso.
-El único problema que veo es que crean que eres una extranjera. –dijo Atsuki.
-¿Eres japonesa? –preguntó Mako.
-Sí, nací en Osaka.
-Entonces no hay nada de que preocuparse. –dijo Mako y se llevó los brazos sobre la cabeza, como si se estos fueran una almohada.
A Noodle no le preocupaba lo que tuviera que ver con que si era del país o no; sino que descubrieran que fue parte de los experimentos de súper soldados llevados a cabo en la década de los 90, y que sobrevivió a la orden de eliminar a todos los sujetos. Cuando volvió a Japón a los 13 años no tuvo problema, pues se había hecho desaparecer todo rastro de esos experimentos, aun así estaba preocupad de eso. Los tres fueron a la zona de informes donde preguntaron cómo solucionar el problema de Noodle. La chica que atendía les dio indicaciones a donde tenían que ir. Se dirigieron a una sala de espera con un número de ticket, esperaron como una media hora hasta que los atendieron. Luego de explicarle al hombre que los atendía la situación, obvio no le dijeron la verdadera historia; sino que ella era una chica japonesa que había naufragado y llegó a parar en Japón, comenzó a ayudarlos.
-Bueno, comencemos, dijo que se llamaba Noodle ¿verdad?
-Ehhh sí.
-Bien, aquí dice que nació en Osaka en 1990.
-Sí así es. -dijo Noodle nerviosa.
-Y que luego de residir sus primeros años en un orfanato, se le envió al extranjero porque una familia la había adoptado en Essex, Inglaterra, y vivió ahí. En 2003 volvió a Japón y estuvo en Tokio por turismo por un año más o menos y regresó al Reino Unido.
¿Orfanato?, ¿adoptada por una familia?, pensó Noodle, eso no tenía sentido, miró a Atsuki que estaba también sorprendido, pues él también sabía lo que en verdad había pasado con el pasado de Noodle; sin embargo le dio una mirada que ella entendió al instante.
-Sí, viví ahí todo este tiempo, hasta que salí en un viaje en yate de unos amigos y desgraciadamente naufragamos.
-Oh espero que hayan sobrevivido.
-Sí no se preocupe, luego de que les dieran de alta en la clínica los regresaron a Inglaterra. Yo quise quedarme a vivir aquí porque me gustó, mis padres ya saben que estoy viva y todo eso.
-Entiendo. Creo que solo tendríamos que hacer un procedimiento sencillo para que puedas residir aquí.
Luego de veinte minutos de papeleo, terminaron de realizar todo el procedimiento, y pudieron retirarse. Los tres salieron de las oficinas y se dirigieron a sus hogares.
-Vaya Noodle, no sabía por todo lo que habías pasado. –dijo Mako.
-Bueno…, eso no era del todo cierto.
-¿A qué te refieres?
-Se refiere a que voy a tenerte que comprar un libro Mako. –interrumpió Atsuki. -Pues verás ese libro cuenta la historia de tu amiga, se llama Rise of the Ogre. –le dijo Atsuki a Mako mientras se adelantaban al caminar, dejando a Noodle atrás, mientras se preguntaba de donde había salido aquella historia.
Llegó al kombini en el que trabajaba, fue a la zona de solo empleados a cambiarse y ponerse el uniforme. Cambió de turno con el chico que estaba allí y se puso en frente del mostrador. Comenzó a trabajar porque necesitaba dinero; el de su cuenta bancaria se estaba quedando sin fondos. Resultó en ser cajera, y ya llevaba una semana trabajando. Vio en el calendario que era 28 de febrero, ya iba terminando el invierno y llegaba la primavera, pensó que podía ver florecer a los cerezos. Luego de que terminó su turno de trabajo, se fue a su base. Al llegar colgó sus llaves en un gancho que había puesto al lado de la puerta, sacó un ramen instantáneo de su cocina, puso agua en su tetera para poder prepararlo, mientras esperaba que el agua hirviera, alguien tocó la puerta y se oyó una voz.
-Hola Noodle soy yo Mako, tengo comida si quieres. –dijo Mako tras la puerta.
-Si ya… -respondió Noodle a medias luego de observar su plan de investigación y la caja de municiones en el piso con varias de ellas en el piso. -Esteee si ahorita te abro que me estoy cambiando. –dijo tratando de pensar que hacer con eso.
-Ehh bueno.
Viendo que podía hacer para solucionar su problema, recogió las balas tiradas en el piso y las metió en su caja, la cual seguidamente metió en la basura, su pistola la desarmó y también la metió en la basura. Luego vio su plan de investigación en la pared, le tomó foto con el celular y comenzó a quitar todo lo que había puesto en ella lo metió en una bolsa y lo escondió en el tanque del inodoro de su baño.
-Hola Mako. –dijo luego de abrir la puerta.
-Holaas, ¿qué estabas haciendo?
-Pues estaba preparándome un ramen instantáneo… -dijo Noodle mientras Mako comenzaba a salirle una mueca de risa, haciendo que ella también le saliera una sonrisa.
Ambas conversaron durante varias horas, Noodle comió su ramen y los onigiris que Mako había traído. Cuando se hizo de noche Mako se retiró a su departamento, buscó en la basura su caja de municiones y su pistola, armándola. Luego fue al baño y sacó la bolsa del tanque del inodoro; estaba mojada, obviamente, y ella odiaba la sensación de bolsas de plástico mojada, por lo que lo pasó mal al abrirla; pero como planeó, lo de adentro estaba intacto. Pensó en ponerlo de vuelta en la pared; sin embargo, qué haría si Mako o Atsuki venían de nuevo, no iba a pasar todo el tiempo colocando y descolocando su plan en la pared, rápidamente se le ocurrió como poder lidiar con eso; pero necesitaba comprar materiales para ello. Se preparó para dormir, mañana tenía día libre y pensaba seguir investigando sobre Mazuu, últimamente se había distraído en eso, finalmente se metió en la cama.
Noodle despertó, desayuno, y fue a recopilar información, acompañada de su pistola y su abrigo salió para ver que conseguía. Se dirigió al club nudista en donde normalmente se encontraba Toshiya. Al llegar el guardia le hizo un gesto de saludo, al parecer ya era una clienta frecuente, pero no por lo que se creería normalmente. Entró y buscó a su informante, pero raramente no lo encontró; que extraño, pensó, todas las veces que había ido a buscarlo sí estaba ahí. Fue a preguntar a la barra por él.
-Eisaka Toshiya; sí, es un cliente frecuente, viene seguido, incluso está suscrito al club.
¿Una suscripción al club?, es en serio Toshiya, pensó Noodle.
-Pero también me sorprende que hoy no haya venido.
-¿Tiene alguna manera de que pueda contactarlo?
-Pues sí, dejó su número de celular y dirección, a ver te lo anoto. –dijo la bartender, y escribió en un papel número y una dirección.
Noodle recibió el papel y salió del club. Cogió su celular y marcó el número que aparecía. Se llevó el celular a la oreja y esperó a que alguien contestara. Seguía timbrando y nadie atendía la llamada. Se fijó en la dirección, vio que no estaba lejos y se dirigió al hogar de Toshiya.
Llegó a un conjunto de edificios, buscó el departamento en el que se encontraba a quien buscaba. El edificio en el que residía Toshiya era particularmente diferente, estaba totalmente destartalado, es decir más barato, una razón por la que escogería vivir ahí. Subió por las escaleras ya que el ascensor estaba malogrado; y mientras subía notó que el edificio no debía tener muchos residentes, haciéndolo más privado, otra razón por la que él querría vivir ahí. Llegó al cuarto piso y caminó por el pasillo hasta que llegó a la puerta de su informante, se oía una música fuerte que venía de adentro; tocó el timbre, nadie contestó; tocó la puerta con su puño, nadie contestó. Noodle se hartó y abrió la puerta de una patada, y el sonido se hizo más fuerte, no podía oírse hablar a sí misma.
Caminó por el departamento, era más grande de lo que parecía, con varias habitaciones. Mientras buscaba a Toshiya tapándose los oídos con las manos, encontró el equipo de sonido que provocaba la fuerte música. Ella iba a apagarlo, cuando oyó un sonido, parecido a un golpe seco, le pareció increíble oírlo, pues escuchó algo a pesar del alto volumen de la música; volvió a oírlo, parecía que venía del cuarto de al lado. Se dirigió a la puerta de este y comenzó a abrirla poco a poco, ahí observó como Toshiya estaba amarrado en una silla siendo golpeado por unos hombres de traje.
-Sabemos que has estado vendiendo información nuestra. Ahora nos vas a decir que es lo que dijiste.
-No sé de qué hablas. –y luego de decir eso recibió otro golpe en la cara.
-Jefe no va a hablar, llevamos así una hora. –dijo uno de los tres hombres que habían.
-Si ese es el caso entonces ya no nos sirve. –luego de que el jefe dijera eso, sacó su pistola y apuntó a la cabeza de Toshiya.
Noodle observaba todo esto, mientras sostenía su pistola, a punto de disparar contra esos hombres. Entonces vio que su informante se percató de su presencia y negaba con la cabeza disimuladamente, y habló.
-Esperen. –dijo Toshiya. –Está bien. Sí. Revisen detrás de ese sofá. –dijo mirando hacia un sofá pegado a la pared.
Rápidamente dos de los hombres movieron el mueble, y se vio una caja fuerte.
-La contraseña es 0690. –y luego de decir esto, miró a Noodle asintiendo disimuladamente.
Ella comprendió lo que sucedía y cargó su pistola. El hombre abrió la caja y al ver lo que había adentro, se trató de poner a cubierto, no lográndolo y ocurriendo una explosión al momento; instantáneamente Noodle entró y abrió fuego hacia los hombres, y se dirigió donde Toshiya, poniéndose a cubierto detrás de él.
-¡Oye no me utilices como escudo!
-¡Cállate, que no ves que te estoy salvando!
-¡Yo fui quien los hizo explotar!
Noodle seguía disparando hacia los hombres, quienes devolvían los disparos. Mientras uno de los hombres disparaba, se quedó sin balas, tuvo que recargar y recibió un balazo en la cabeza. El jefe miraba como su compañero caía muerto, entonces sacó una granada que lucía diferente, la activo y lanzó hacía ellos. Emitió un sonido como de un electrocardiógrafo, que comenzó a acelerarse e hizo sonar un fuerte sonido de alta frecuencia, haciendo que inmediatamente Noodle se cubriera los oídos por lo insoportable que era. Rápidamente el hombre se paró y comenzó a huir, en seguida recibió un disparo que le dio en la pierna, dejándolo cojeando, pero continuó huyendo; Noodle había disparado tratando de detenerlo mientras se cubría un oído con una mano y usaba su pistola con la otra.
Luego de que el sonido de la granada terminara, haber liberado a Toshiya, apagado la música y ordenado un poco el departamento. Ambos comenzaron a hablar.
-Qué fue todo eso. –dijo Noodle.
-Lo que escuchaste. Las personas de las que conseguía información me descubrieron.
-De todos ellos quienes eran.
-De quien tú buscas.
-Mazuu.
-Exacto.
-¿Y qué vas a hacer?
-Voy a dejar el país.
-¿Qué, así de primeras?
-Como puedes ver, a lo que nos dedicamos no es el oficio más seguro que existe. Por eso estoy preparado para varias clases de situaciones, esta es una de ellas.
-Pero si no hubiera estado aquí hubieras muerto.
-POR ESO, estoy preparado para esta clase de situaciones. Ahora que sobreviví, me voy, tengo dinero para poder irme.
-¿Y a dónde vas?
-A Suiza.
-¿Suiza?
-Sí, ahí si respetan tu privacidad.
Noodle observaba como un avión despegaba y se perdía entre las nubes desde las ventanas del aeropuerto. Su informante de verdad se había ido del país y se dirigía a un paraíso fiscal.
