() Detective Conan es propiedad intelectual de Gosho Aoyama-sensei y de todos sus distribuidores. Este fanfic no está hecho con ánimos de lucro, por eso no me considero violadora de ninguna ley.

-¿Qué está pasando? – preguntó Ran sin entender.

Shinichi se giró hacia ella sonriendo – Nos han encontrado.

La joven sonrió aliviada y miró hacia abajo de nuevo. Después de tanta pena y sufrimiento, parecía que el sol finalmente les iluminaba - ¡Seguro que están todos allí! ¿Y si les hacemos alguna señal? – preguntó ella, buscando algún tipo de papel o pancarta que hubiese en la sala.

Sin embargo, Shinichi negó con la cabeza rápidamente – Sería demasiado arriesgado, y las probabilidades de que lo vean son una entre un millón. Ellos ya saben que estamos aquí, y seguro que ya han enviado gente para buscarnos. Pero…

Ran vio como su rostro se ensombrecía - ¿Pero? – preguntó ella preocupadamente.

El joven saltó del apoyo y cerró la ventana para que no entrara más humo; luego se apoyó a la pared cruzándose de brazos – Pero no tenemos escapatoria.

La chica de cabellos largos palideció y le miró con cara de circunstancias. Él bajó la cabeza intentando concentrarse, pero no se le ocurría ninguna idea. El único caso semejante a esa situación fue esa vez que se encontraban en ese rascacielos, en el que los hombres de negro produjeron un incendio cortándoles la salida, y esa vez él, siendo Conan, saltó con Ran atados con una manguera antiincendios, y luego, cuando volvió con los Detective Boys, salieron del edificio con un coche, saltando a la piscina del edificio contiguo.

Pero esta vez no es como la otra vez. Aquí no hay ningún edificio al lado, sólo árboles; el edificio más próximo está a unos diez o quince metros, y si saltásemos hacia abajo podríamos quemarnos… Sólo veo una opción, esperar y confiar con que ellos apaguen el incendio y que nos rescaten. ¡Pero no puedo dejar huir a Gin o a los demás! Seguro que este edificio tiene pasadizos subterráneos por donde podrán escapar… y entonces volverán a atacarme, o a atacar a los que me rodean el joven miró preocupado hacia Ran, la cual tenía la vista perdida al suelo Mierda, mierda… no puedo ir tras ellos, porque Ran estaría en peligro… pero si les dejo huir, tarde o temprano volverán y… La opción que queda es que ella se quede aquí, pero sería arriesgado, y ellos la podrían encontrar… ¡¡Maldición, no sé qué hacer!!

Ran le miró algo preocupado - ¿O…Ocurre algo…? – preguntó ella tímidamente.

Él negó con la cabeza lentamente, dejándola aún más preocupada. No sabía cómo ayudarle, y tampoco sabía cómo podrían huir de aquí – Shinichi, yo…

Ran paró súbitamente y Shinichi alzó la cabeza. Ambos miraron hacia la ventana, donde empezaban a alzarse grandes focos desde abajo. Y entonces oyeron algo:

-¡¡Kudo, neechan, aguantad, ahora venimos!!

"The case of the mystery APTX 4869"

A Great Detective of Love Fanfic,

bye CiNtUrO-cHaN

Archivo XV: - Ayuda mutua

Shinichi y Ran parpadearon incrédulamente, sin creerse lo que estaba ocurriendo. Se miraron boquiabiertos y Ran tartamudeó - ¿E-Ese no es Hattori…?

Shinichi asintió alegrado - ¡¡Ran, rápido, busca algún papel o algo que les podamos lanzar!! ¡Seguro que les llega! ¡Vamos, no queda tiempo! – dijo él cual sargento, buscando entre cajones y cajones que había allí. Ran se puso a buscar a regañadientes Esa idea ya te la di antes yo, listo…

-¡Aquí! – dijo él rápidamente, cogiendo un bolígrafo de su chaqueta – A ver... – el joven detective suspiró hondo, relajándose. Necesitaba tener la mente fría, no podía permitirse ningún fallo, porque eso significaría la muerte – Les diremos que estamos sin salida, que el incendio se ha propagado más abajo… y que nos envíen ayuda y…

-¡Un helicóptero! – exclamó Ran, por detrás de él. Shinichi se giró hacia ella sorprendido - ¡Sí! Diles que nos envíen un helicóptero a la planta alta del edificio, allí seguro que tiene espacio de sobras para aterrizar… ¡es la única manera de salir del edificio! – dijo la chica, sonriendo con nuevas esperanzas. El joven detective, algo herido muy en el fondo por no haber picado antes, sonrió sinceramente y asintió – También les diré que si reciben el mensaje, tiren una bengala… - y dicho esto lo añadió a la nota. Ran sin perder un instante cogió algún objeto pesante y Shinichi envolvió el papel en él; era un tintero vacío pero de buena calidad. El joven dobló el papel y lo puso dentro y ambos jóvenes sacaron la cabeza por la ventana. Cerrando un ojo, Shinichi tiró el objeto con todas sus fuerzas hacia abajo. Sí, sin lugar a dudas llegaría bien. Y lo leerían, y les traerían el helicóptero. Shinichi miró a Ran feliz y ella también le sonrió, por fin la suerte les sonreía.

Y en esos instantes, metros más abajo, alguien hizo un gran grito, con todos sus pulmones. Heiji Hattori, el detective de Osaka, se tocó la cabeza sorprendido y adolorido, done había aparecido en ese instante un gran chichón. Kazuha se lo quedó mirando sorprendida, a punto de reírse, cuando vio que había caído un extraño objeto al suelo. Curiosa, lo recogió y vio que en su interior había un papel - ¡¡H-Heiji!! ¡¡Mira!! – dijo la chica enseñándoselo. El joven de kansai olvidó su dolor y se releyó la nota de nuevo. Acto seguido informó al inspector Megure para que tiraran una bengala.

Menos mal, parece que Kudo y neechan están sanos y salvos… aunque… Heiji se frotó la cabeza llorando silenciosamente Me las vas a pagar, Kudo… gruñó él interiormente, dejando que Kazuha le pusiera una tirita.

-¡¿Ran está a salvo?! – preguntó Kogoro, leyendo la nota que acababan de tirar - ¡¡MÁS TE VALE, DETECTIVE AFICIONADO!! – gritó Kogoro Mouri con el puño alzado, sabiendo que nadie le escuchaba.

Jodie miraba preocupada hacia arriba, intentando buscarles entre el humo y el fuego, pero era imposible, demasiado alto para donde alcanzaba su vista. De repente, oyó un ruido de derrape a pocos metros y se giró sorprendida. Entonces vio un coche largo y lustroso, negro. Sus ojos se agrandaron sobremanera. ¿Es de la Organización? ¡¿Qué hace aquí con tanta policía…?!

-¡S-Shuu…! (NA1) – Jodie cogió de la manga a Shuichi, el cual se giró. Ella le señaló discretamente al coche. Entonces, para su sorpresa, sonrió y se dirigió hacia allí. Y la puerta del coche se abrió, y de allí salió un viejecito vestido con traje negro, apoyado en un bastón, junto con su chofer.

Jodie agrandó los ojos – U-Usted… - dijo, tartamudeando y acercándose a él junto a Shuichi - ¡Señor Black!

El hombrecito sonrió y negó con un dedo amistosamente – Oh, Jodie, llámeme James a secas.

La mujer no salía de su sorpresa - ¿Qué hace aquí…? En Japón y en un lugar precisamente como este, y precisamente ahora – dijo ella, mirando de reojo al edificio. Luego miró hacia Shuichi – No es casualidad, ¿verdad?

El señor James Black se encogió de hombros y sonrió – Le pedí personalmente a Akai que me fuese enviando pequeñas noticias vuestras, y en cuanto vi que esto se ponía tan interesante, cogí el primer vuelo para ver que estaba todo en orden… Y mucha orden no he encontrado, que digamos – dijo el anciano, mirando el edificio en llamas.

El inspector Megure llamó a Jodie, y la mujer tuvo que disculparse y retirarse. James Black sonrió y le hizo un ademán de adiós, mientras que al irse su cara se ensombrecía. Acto seguido miró a Akai - ¿Y bien…? ¿Qué tienes?

-Lo mismo que la última vez. No es fácil ir siguiendo dos mafias, ¿sabe? Hago lo que puedo – dijo el hombre de la mirada viperina tajante - ¿Cómo va por Nueva York?

Él hizo un leve gruñido – Mucho, mucho ajetreo… les tenemos la pista cerca, pero nunca conseguimos atraparles definitivamente… Son como fantasmas, se mueven por todos lados pero nunca se dejan ver… ¿Crees que ambas organizaciones tienen algo que ver?

Shuichi no dijo nada. Él lo interpretó como un 'no sé' y prosiguió – De ser así… quien dice dos, dice tres, y quien dice tres dice un millón… ahora me doy cuenta de cuán pequeño soy en el mundo… pero si por poco que sea puedo ayudarlo, así lo haré… En cuanto a esta organización de NY, tal vez sea esta misma que está presa en este edificio en llamas… Y de ser así, es muy irónico que su escondite, su madriguera, se convierta en su tumba…

-¿En la tumba de quién? – preguntó Jodie, que acababa de aparecer por detrás de ellos. El señor James Black hizo un pequeño gesto de sorpresa, pero luego sonrió entrañablemente de nuevo.

-Que por fin les ha llegado la hora a esos asesinos. Por fin tus padres serán vengados – concluyó él, sabiendo que esa última frase la distraería un rato en sus pensamientos, sin permitirle sospechar de él ni de Shuichi. Y eso es lo que ocurrió, Jodie se quedó pensativa observando el edificio, buscando, como si sus ojos fueran rayos infrarrojos, una mujer: Vermouth, la asesina de sus padres y causante de su desgracia… ¿moriría calcinada? ¿lograría escapar…? ¡Eso nunca…NUNCA!

Cegada por la venganza y los deseos frustrados de aquella noche, no hace mucho, en un puerto, donde no consiguió matarla (NA2), la lanzaron a correr desesperada pero silenciosamente, camuflada entre los árboles, hacia una puerta trasera del edificio, esquivando a los policías. No permitiría que escapara… Esa mujer seguro que tendría un as en la manga para huir, y no se lo iba a permitir…

Shuichi la observó silenciosamente, al igual que James. No se lo impedirían. Ambos se pusieron a hablar de nuevo; y mientras tanto, Shuichi Akai, el agente del FBI, no percibió que una de las muchas miradas de la gente que allí había iba hacia él… Una mirada fría como el hielo.

Fiuuuuuuuu. Booooom.

Shinichi y Ran observaron la bengala alzarse lenta y a la vez rápidamente, dándose paso entre el humo, el cual empezaba a propagarse a grandes alturas, alertando sin duda a la población de la periferia de Tokio. Ellos no lo sabían, pero eran muchos los curiosos que se habían acercado a ver qué ocurría, al igual que la prensa y la televisión. Pero a ellos lo único que les importaba era esa bengala, la cual era el símbolo de la esperanza. Habían recibido su mensaje, y ahora vendrían a por ellos…

-¡Menos mal…! – suspiró Ran, apoyándose al lado de la ventana y tapándose la boca más y más con el pañuelo. El aire empezaba a cargarse peligrosamente y ambos no paraban de toser, sobretodo ella. El joven alertó que de seguir así cogerían una intoxicación, y eso era lo último que necesitaban en un momento semejante.

-A ver, pensemos – dijo él, mirando fijamente a Ran – Si nos mandan un helicóptero, lo lógico es que lo hagan aterrizar a la parte superior del edificio, ¿no? – Ran asintió débilmente – Bien, tenemos que ir ahí. Tenemos que conseguir llegar hasta allí… Nadie sabe lo del helicóptero salvo nosotros dos, y lo lógico es que si hay un incendio, la gente intente ir hacia abajo, ¿no? Porque de ir hacia arriba se condenarán igualmente… Yo creo que lo que harán es intentar hacerse paso entre el fuego por algún conducto secreto o algo… y mientras todos bajen, nosotros subiremos. ¿Qué te parece?

Ran asintió lentamente, volviendo a toser. Shinichi frunció el ceño No podemos ir por los conductos de ventilación porque allí aún habrá más humo y menos oxígeno, y eso sería letal para ella… pensó el joven detective, mirando muy preocupado a Ran, la cual seguía tosiendo cada vez más y más. Rápidamente le cogió la mano y se arrodilló, haciendo que ella también lo hiciera. Ran le miró sin entender y él sonrió – El humo pesa más que el aire; se colocará hacia arriba. Si vamos así de rodillas estaremos a salvo – dijo, empezando a andar. Ran sonrió agradecidamente y le siguió. Les sorprendió que no hubiese ni guardias, ni gente corriendo loca de allí hacia allá. Al contrario: no había un alma. Y ni alarmas, ni nada… ¿es que se habían olvidado de ellos? Claro… esto lo han causado los de fuera, una estrategia para darnos tiempo… pensó Shinichi, atando cabos Pero no puedo creer que Gin haya picado… Debemos ir con cuidado

El edificio estaba a oscuras. El corredor por donde gateaban también, alumbrado tan sólo por una tenue luz del circuito eléctrico a prueba de fallos. Shinichi iba delante, intentando orientarse; lo que tenían que hacer era, simplemente, buscar escaleras e ir hacia arriba; daba la mano a Ran para asegurarse que no se perdía de vista, y de ese modo a la vez le intentaba dar esperanzas y fuerzas para seguir.

Ya llevaban un buen rato así; habrían subido como unos tres pisos y se encontraban buscando el modo de ascender al cuarto, tarea difícil porque eso parecía ya un laberinto más que otra cosa. El joven no paraba de oír los tosidos y respiraciones agitadas de Ran; optó por parar un momento a descansar. Ran se dejó caer, apoyándose a la pared y respirando agitadamente, con el pañuelo húmedo en los orificios nasales.

-¿C-Cómo estás, Ran…? – dijo él, intentando no parecer cansado; si Ran veía que él se desvanecía, ella aún se encontraría peor.

Ran asintió con una débil sonrisa, intentando parecer bien para no preocuparle – Es…toy…¡cough, coug…! Bgg…bien… – finalizó ella, volviendo a toser. Shinichi la miró preocupada y miró a sus alrededores; no parecía que fuese a haber una cocina en un lugar así para coger un poco de agua… la única opción era seguir.

El joven volvió a andar de rodillas, dándole la mano a ella nuevamente – Ánimo, ya falta poco… - ella no dijo nada, guardándose las fuerzas.

¡Ah, las escaleras…! pensó el joven detective, lleno de júbilo. Pero a medida que se acercaban a ellas, una horrible visión se apoderó de ambos – Es…están ardiendo… - musitó Ran.

Shinichi abrió los ojos sorprendido - ¡Maldición…!

Los quince o veinte escalones primeros estaban empezando a arder, y las llamas iban ya a casi un metro de altura, ganando terreno. El detective de kanto las miró sin saber qué hacer. Si nos vamos de aquí y buscamos otra salida, tal vez no encontremos ninguna, y para cuando volvamos las escaleras ya estarían ardiendo hasta el infierno, y esto se convertiría en una ratonera, así que…

Shinichi se quitó rápidamente la chaqueta que llevaba y se puso de pies a las escaleras, haciendo un ademán a Ran para que le siguiera. Ella se puso una mano a los ojos para evitar el gran calor que allí había - ¿Qué…qué vamos a hacer…? – preguntó ella con un hilo de voz. Y de repente, notó el tacto de la prenda de Shinichi en su pelo - ¿Tu chaqueta? – Ran miró interrogativamente a Shinichi y él asintió.

-Póntela alrededor del pelo y la cara. Vamos a subir las escaleras por la barra, y yo te llevaré a cuello o a la espalda, como quieras. Mmm… mejor a la espalda, que si te llevo al cuello aún correrías más peligro de quemadura y…

Ran enrojeció - ¡P-p-pero… pero no puede ser…! ¡No podrás conmigo…! ¡Y es peligrosísimo, ¿pretendes subir por la barandilla cargando conmigo mientras te vas quemando?! ¡Perdona el comentario, pero no soy una muñeca de porcelana, hago kárate y podría perfectamente subirla rápidamente, y cuanto más rápido, menos me quemaría! ¡Así que ni se te ocurra pensar que…!

Él la cortó - ¡Ran, no tenemos tiempo para discutir! ¡Tranquila, ya se que has engordado, pero soy fuerte y podré cont…!

Ran le dio un golpe en la espinilla, haciendo que el chico saltara de dolor. Ran apretó los puños enfadada - ¡¡AHO!! ¡¡Me importa un comino que me provoques y que te hagas el chulo!! ¡¡Si lo hacemos a tu manera no sólo te quedarás marcado por toda la vida, sino que es posible que sólo yo salga de las escaleras viva!!

Ran se quedó callada y observó la cara neutra de Shinichi, la cual miraba al suelo. Ran se dio cuenta de cuál era su verdadero propósito… él no iba a hacerlo para ambos, sino para ella… iba a jugárselo todo, incluso su vida, para que ella saliera indemne…

Metros más atrás hubo un derrumbamiento; el piso de encima se vino abajo, haciendo que todo ardiera más. Pero eso no pareció importarle a ninguno de los dos. Ran continuaba impactada – Ni… ¡¡NI SE TE OCURRA!! ¡¡SHINICHI, NO PIENSO…!!

Sin previo aviso, Shinichi la cogió y se la cargó a la espalda con gran facilidad y ligereza, haciendo que la chica se sorprendiera y pensara que realmente se había vuelto más fuerte. Acto seguido, saltó –con algo más de esfuerzo- hacia la barandilla. El joven hizo un pequeño grito de dolor al notar tan próximo el contacto con el fuego, pero aún así siguió. Con una mano agarraba a Ran por atrás, y con la otra iba tocando la pared para percatarse de qué relieve tenía y de cómo tenía que moverse. Se había puesto a Ran a la espalda para apoyarla en la pared, y así al hacer él fuerza a la pared, al mismo tiempo la neutralizaba y le evitaba escaparse.

-¡¡SHINICHI, ESTÚPIDO AHO!! ¡¡SUÉLTAME AHORA MISMO, IMBÉCIL!! ¡¡SHINICHI!! – exclamó Ran, intentando soltarse del agarro en vano. Empezó a llorar desmesuradamente, llena de impotencia y de culpa, pero sobretodo de miedo; no por ella, sino por él. Por lo que estaba haciendo por ella, y por lo que se estaba haciendo a sí mismo - ¡¡Shinichi estúpido idiota, SUÉLTAME DE UNA VEEEEEZ!! – dijo ella, llorando a lágrima viva, pellizcándole y golpeándole en los hombros - ¡¡No pienso permitirte que lo hagas!! ¡¡Shinichi, suéltame!! ¡¡Por favor, por favor suéltame…!!

Shinichi cerró los ojos para no oír más y para a su vez intentar aliviarse el dolor, aunque eso último no lo consiguió. El fuego cada vez le rozaba más la suela de los zapatos, y la barandilla cada vez parecía quemar más. Pero él seguía andando lentamente por ella, intentando no resbalar. Faltaban apenas tres metros, tres escasos metros, para que dejasen atrás el alcance del fuego que de por sí ya iba aumentando.

Pero algo falló: hubo un nuevo derrumbamiento, metros atrás, haciendo que todo el edificio temblara él entero. Y ese echo, añadiendo a que el joven detective no se encontraba muy concentrado en su tarea, ayudaron a que perdiera el equilibrio. El corazón de ambos se aceleró. Lentamente, Ran se fue separando del cuerpo de Shinichi mientras éste iba cayendo. Ran lo vio todo muy lentamente. Pero reaccionó muy rápidamente.

Con la mano izquierda cogió el antebrazo de él con fuerza.

-¡Nunca…!

Se arrodilló levemente, haciendo el perfecto equilibrio en la barandilla con las piernas.

-¡…voy a…!

Con la mano restante, la derecha, se agarró a ella, sin importarle que el fuego le estuviera rozando los nudillos, y haciendo contrapeso con ella misma, con la mano izquierda hizo subir a Shinichi de nuevo, haciéndole chocar contra la pared.

-¡...PERMITIRLO!

El joven detective apoyó ambas manos en la pared para evitar volver a perder el equilibrio, respirando ajetreadamente. Notó un dolor punzante alrededor de su cuerpo, seguramente le quedarían algunas marcas de cicatrices de quemaduras, pero gracias a Ran no serían nada comparadas con las que hubieran podido quedar de no haberle impedido la caída; de hecho, de no haber sido por ella, ahora estaría perfectamente calcinado. Shinichi se giró hacia Ran, sin saber si darle las gracias o recriminarle el hecho de haberle salvado la vida poniendo en peligro la suya. Pero en lugar de eso, se quedó mirando cómo la chica le tomaba la mano y seguía 'subiendo' por la barandilla a paso ligero, sin querer perder ni un instante. Era asombrosa la rapidez y agilidad con que lo hacía, ya que la barandilla, de por sí, no medía más de unos siete decímetros de amplitud, y además era de superficie ovalada, haciendo más fácil el riesgo a la caída.

De un salto, ambos jóvenes se colocaron, por fin, en la zona segura de las escaleras, donde aún no había llegado el fuego. Subieron unos metros más, hasta llegar por fin a la nueva planta, la cual no estaba tan llena de humo como la anterior, aunque no tardaría mucho. Allí fue donde ambos se derrumbaron y empezaron a toser y a sentir todo el dolor de las quemaduras.

Shinichi se acercó a Ran con expresión severa - ¡Idiota! ¡Eres una irresponsable! ¡Por poco te matas!

Ran alzó la mirada hacia él con rabia, la cual aún tenía las lágrimas de antes - ¡¿Y tú qué, eh?! ¡¡Loco suicida!! ¡¡Al menos podrías haber intentado recuperar el equilibrio en lugar de intentar que yo te soltara mientras te caías!!

Él frunció el ceño - ¡¿Y qué querías que hiciera, eh?! ¡¿Permitir que tú cayeras conmigo?!

-¡¡Pues sí!! ¡¡Preferiría eso que ver cómo te morías por mi culpa, ¿sabes?!!

El joven detective respiró hondo, cerrando los ojos. Luego la volvió a mirar un poco más apaciguado – Este no es el momento. Ahora no es momento de discu…

-¡¡Me importa un pimiento si es momento de discutir o no!! ¡¡Para empezar, si no me hubieras cargado encima, podríamos habernos evitado todo este asunto, porque para tu información no soy una vaca lechera patosa, sino una karateka que sabe hacer equilibrios!! ¡Además, ¿por qué tuviste que cogerme?! ¡¿Y por qué te sacaste la ropa para taparme?! ¡¡No quiero que hagas más tonterías de esas, ¿oyes?!! ¡¡Nunca más!!

-¡¡Idiota!! – exclamó él, olvidándose de la frase apaciguadora que había formulado antes - ¡¡Lo hice para PROTEGERTE!! ¡¡Y lo volvería a hacer, y lo haré siempre!! ¡¡No me hubiese importado caer allí mientras tú hubieses estado a salvo!! ¡¡No me digas que no lo haga, porque no puedo hacer eso!! ¡Es superior a mí, no puedo evitar protegerte, estúpida! ¡Si te pasara algo JAMÁS me lo perdonaría, ¿es que no lo entiendes?!

-¡¿Y tú no entiendes que si te pasara algo a ti yo tampoco me lo perdonaría?! ¡¿Por qué no piensas más también en cómo me siento yo?! ¡¿No te has parado a pensar nunca que yo siento lo mismo que tú?! ¡¡Si te veo sufrir, aún más si es por mi causa, yo también sufro mil veces más que tú!!

-¡¡Tú no lo entiendes!! – gritó él.

-¡¡No, eres tú el que no lo entiende!! – repitió ella.

-¡¡CÁLLATE, IMBÉCIL!!

Ambos se quedaron mirando al otro; ambos habían dicho lo mismo al mismo instante. Ese simple hecho les hizo parar de discutir y ver las cosas de un modo distinto; ver las cosas como realmente habían pasado, como ambos habían sentido lo mismo el uno por el otro, y ninguno de los dos había querido renunciar al otro.

-Tienes razón, no es el momento… -susurró Ran, separándose un poco de él.

Shinichi asintió pesadamente – Sí, será mejor que sigamos… pero antes límpiate un poco la mano, toma – dijo él, cortándose un trozo de su manga y atándosela a ella – Así al menos te parará la hemorragia durante unos momentos…

Ran asintió pesadamente y se secó las lágrimas – Gracias… por todo… ya sabes, soy un poco cabezota…

Él negó con la cabeza – Y yo… pero sólo quería que estuvieras a salvo, y…

-¡Y yo también, id…!

Shinichi le puso un dedo en los labios y Ran calló al instante, sin querer tampoco proseguir con esa discusión. Ambos reanudaron la marcha a paso ligero. Si sus cálculos no fallaban, se encontraban ya cada vez más y más cerca del último piso del edificio. Shinichi se acercó a una de las ventanas que había al pasadizo donde se encontraban, la abrió y miró hacia abajo. Esta vez, Heiji y los demás se encontraban en el lado derecho, contrariamente a donde se encontraban antes, aunque los que se habían movido habían estado ellos, y no los de abajo – Bien, vamos a ver – el joven detective, ayudado por Ran, sacó prudencialmente parte de su cuerpo y miró hacia arriba. Y cuál fue su sorpresa al ver que se encontraban ya en el penúltimo piso - ¡Ya casi estamos, Ran! Y el helicóptero estará al caer… ¡un poco más!

Ran asintió felizmente, con las esperanzas renovadas. Encontraron muy fácilmente las escaleras que les conducirían al último piso, y empezaron a subirlas de dos en dos, cuando de repente apareció una sombra metros más atrás, sin que ellos se percibieran de ella. Se oyó un ruido muy diferente a los demás, y Shinichi cayó al suelo sin saber por qué, sólo notando un gran dolor a su hombro izquierdo. Ran se giró y observó horrorizada cómo alguien acababa de disparar al detective, el cual estaba cayendo lentamente dejando caer diminutas lágrimas rojas. Se oyó un ruido de pasos, y finalmente, con una sonrisa triunfal, alguien hizo aparición: Vodka.

Fin del cap.15

TO BE CONTINUED

NA1 – En el caso de "Haloween Party", Jodie llama a Shuichi "Shuu" (tened en cuenta que en realidad, Shuichi se escribiría Shuuichi), cosa que nos hace pensar que tienen un estrecho lazo de amistad.

NA2 – Hechos culminantes de "Haloween Party"; no me mataré a hacer aquí el resumen, puesto que los scans ya están en proceso de traducción .

Notas de Autora

Konni, mina-san!!

Aquí está el tan esperado (¿?) capítulo 15. Deciros que empiezo a tener de nuevo los exámenes, y eso repercutirá en mi tiempo libre, de manera que tan sólo podré escribir los fines de semana y un periodo corto, así que tal vez me demores un poco más de lo normal con los fics… gomen o.

¡Bueno! Espero que los ShinRan fans estén contentos . Me ha encantado escribir la escena de la escalera… aunque tal vez no me haya expresado bien… si tenéis alguna duda de algún movimiento o algo, consultádmelo, ya sabéis que estoy abierta a todos/as . Ah, y que los HeijiKazu fans y KaitoAoko fans no se desesperen… que ambas parejitas tendrán sus momentos MUY pronto, pero como comprenderéis no puedo dejar la trama principal a parte… pero la espera merecerá (o eso espero y deseo) la pena.

Mil gracias a todos por apoyarme tanto. Arigatô .

Especiales gracias a Haku, Lex, Jess, Azalea, an-neechan, Ran Mouri 1987, Kazu, Kikyo Miyano, Ran-chan, Sachiko, Ran Kudo, Ao-chan, Miruru, Silvy, Kmiloncia, Daria, Ralfa, Shiku, Det.Hitomi, Mirta22, Maron-chan, Ai-kun, Kari Ishikawa, y un saludo especial a la gente del Foro de Shinichi's Memories, a la gente del T.H.S, del fic virtual, y finalmente de la comu de Kazuha Hattori y Shinichi y Ran . Gracias a to2, espero que os haya gustado este capítulo nn

Este capítulo se lo dedico a… (redobles y timbales)… ¡¡LEX!! Espero que te haya gustado, y que sigamos siendo frendukis 4ever .

Nos vemos en el próximo capítulo… ¡¡ni más ni menos que el 16!! Y un dato curioso… este fic cumplirá UN AÑO en mayo!! Sí, ya sé, aún falta lo suyo, pero… me hacía ilusión ponerlo aqu o aunque dudo que me dure hasta mayo U (ya me habríais matado xD).

Ay qué cabeza que tengo… mails, dudas, sugerencias o reclamaciones a cinturo3xl.net (con tanta despedida y pamplinas se me olvida de lo importante y básico. Ay cintu, te haces vieja U).

Como diría mi sensei,

Jya ne!!

CiNtUrO-cHaN

24 de Enero del 2004

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