() Detective Conan es propiedad intelectual de Gosho Aoyama-sensei y de todos sus distribuidores. Este fanfic no está hecho con ánimos de lucro, por eso no me considero violadora de ninguna ley.

Ran le ayudó a llegar hasta allí, y mientras el chico examinaba más o menos a qué altura estaban, Ran preguntó:

-¿Y… cómo has sabido que Gin era Kohl, el jefe de la Organización…? – dijo la chica, frunciendo el ceño.

Él la miró y sonrió – No tenía ni idea.

A Ran se le cayó una gotita - ¿Eing?

Shinichi sonrió y prosiguió – Me imaginé que, si todos los nombres en clave de los subordinados de la Organización eran bebidas alcohólicas, cabía la posibilidad que el jefe se llamara Alcohol o Kohl. Y mira, lo he acertado…

Ran frunció el ceño – ¡Te estoy preguntando que cómo sabías que él era Kohl, no cómo has sabido cómo se llamaba el nombre en clave del jefe!

Entonces él volvió a sonreír – Jaja, no hay explicación lógica… Creí que si le decía que era Kohl, me quedaría mejor la frase de "Es irónico que tu nombre en clave, Kohl, sea el causante de tu perdición", ¡jajaja!

Ran entrecerró los ojos – Eres un fanfarrón…

Ojalá fuera así… Ojalá fuera cierto esto, Ran… Pero la verdad es que él, Gin, no era Kohl…

-¡Vamos, tenemos que intentar salir de aquí!

-¡Allí hay una salida de emergencia, lo probaremos por allí!

La verdad es que el auténtico Kohl era el que antes ha llamado a Gin… Y Gin no ha apagado el teléfono, por lo cual Kohl ha oído toda la conversación…

-¡¡Perfecto, no ha llegado el fuego por aquí!! ¡Vamos, Ran! ¡Ya falta poco!

-¡Sí, vale!

Me interesaba que tanto Gin como Kohl creyeran que yo pensaba que Gin era Kohl, y que cuando acabara con él, la Organización quedaría totalmente aniquilada…

-¡Cough, cough…! ¡Aquí hay mucho humo!

-¡Toma, ponte este pañuelo, Shinichi! ¡Yo ya tengo el mío de antes!

Nada más lejos de la realidad… Estoy seguro que la Organización no terminará aquí… Pero todo esto no puedo decírtelo, Ran. Si te lo dijera, sólo te preocuparías más y más… Prefiero que creas que ahora todo ha terminado, e intentes llevar una vida normal… Algo que tal vez yo nunca logre hacer.

"The case of the mystery APTX 4869"

A Great Detective of Love Fanfic,

bye CiNtUrO-cHaN

Archivo XVIII: - Salvación

Kogoro se rascó la cabeza y frunció el ceño, mirando los numerosos mapas que le acababan de ceder a él y al inspector Megure. Eran del edificio en cuestión, el cual, según los cálculos de esa extraña niña pequeña, no tardaría en derrumbarse. Eso, evidentemente, no fue una muy grata noticia para todos. Como sintiéndose amenazados por aquel comentario, cada cual se puso a hacer su faena con mayor eficacia que antes, con falsas esperanzas renovadas. Sato y Takagi supervisaban los cuerpos de policía, y Shiratori, junto a algunos de sus hombres, habían ido a acompañar a la gente que salía del edificio al hospital para, más tarde, llevarles a Comisaría.

-Kogoro, ¿se sabe algo ya? – preguntó Eri Kisaki, la abogada, apareciendo por detrás de su marido. Todo ese tiempo había permanecido apartada de la multitud, mirando en silencio al edificio donde se encontraba su hija.

Kogoro se giró hacia ella y negó lentamente con la cabeza. Megure se adelantó y habló – Los agentes y el piloto del helicóptero afirman que no han visto aparecer a nadie al tejado, y como el edificio está en riesgo de derrumbamiento, no he dado orden de aterrizaje. Ahora está manteniéndose en suspense en el edificio, a la espera de nueva orden.

Eri asintió lentamente, abrazándose a ella misma para entrar en calor. Eran ya las cinco de la madrugada, en pocas horas saldría el sol; mas aún así, hacía un frío helador y soplaba un viento del norte. Kogoro notó el ademán de la mujer y sin decir nada, se quitó la chaqueta y se la puso encima, para sorpresa y ligero sonrojo de Eri.

-¡Inspector! – Megure se giró para encontrarse con la cara alarmada de Sato – Los agentes especiales nos han informado que se retiran del edificio. Los expertos dicen que no tardará más de diez minutos en caer al suelo.

-¿Qué? – Megure agrandó los ojos, pero reaccionó al instante - ¡Muy bien! ¡Ordena a todo el mundo que se retire del edificio a una distancia prudencial de quince metros! ¡Que todo aquel que sea ajeno a la intervención se retire a veinte metros! ¡Avisa a los helicópteros que vuelan al lado del edificio que se aparten a una distancia prudencial!

Sato se puso la mano en la cabeza y asintió firmemente - ¡A la orden! – y acto seguido se giró hacia Takagi, al cual explicó la situación. Este asintió y transmitió las órdenes a todos los agentes.

Eri se puso la mano en la frente – Ran…

Kogoro miró el reloj y frunció el ceño Maldita sea… ¡Salid de ahí!

De repente, Kogoro oyó un pequeño sollozo. Provenía de Eri, la cual se acababa de quitar las gafas para secarse los ojos con lágrimas. Kogoro frunció el ceño y se acercó a ella – Tranquila, Eri. Ran saldrá sana y salva… Y ese idiota de Kudo también.

Sin embargo, ella no parecía muy convencida de ello. Mas aún, intentó asentir y parar de llorar.

-¡¡RAN-CHAN!! ¡¡RAN-CHAN!! ¡¡SAL DE AHÍ, RAN-CHAN!!

Kazuha empezó a correr hacia el edificio, gritando desesperadamente. Heiji la cogió por detrás y la hizo retroceder, con mirada dura - ¡Estás tonta o qué! ¡Ten más cuidado! ¡El edificio se cae a pedazos, y no se te ocurre nada mejor que ir hacia él!

La chica de Osaka, con lágrimas en los ojos, intentó soltarse del agarre del chico - ¡Suéltame! ¡Ran-chan y Kudo aún están ahí! ¡Si no salen de inmediato, van a…!

El chico aflojó el agarre y miró a Kazuha – Ya lo sé. Pero sólo podemos esperar. Así que hazme el favor de tranquilizarte. Ve junto a Aoko y esperaos ambas a unos veinte metros del edificio, ¿de acuerdo? Yo vendré en cuanto todo esto haya acabado, junto a Mouri no Neechan y Kudo. ¿Entendido?

La chica bajó la cabeza, sollozando. Heiji frunció el ceño y la cogió por los hombros, para que le mirara - ¿Entendido?

Ella asintió a regañadientes – N-No tardes.

Heiji observó en silencio como Kazuha se retiraba lentamente, dirigiéndose hasta Aoko en silencio. Prefirió no decirle nada; él tampoco sabía qué hacer o pensar. Múltiples pensamientos le asaltaban sin dejarle concentrar. Kudo y Neechan aún se encontraban en el interior del edificio, y según los cálculos, en unos siete minutos todo esto habría terminado. ¿Para bien o para mal? Eso él no podía saberlo. Sólo hacía lo que hacían todos, rezar interiormente para que no ocurriera nada malo.

Además, había otro punto que le preocupaba: la Organización de los hombres de negro. ¿Y si no habían acudido a la última planta porque se habían topado con obstáculos inesperados que no fueran gases o fuego? ¿Y si se habían encontrado a algún miembro armado? ¿Y si ya estaban…?

¡¡NO!!

El chico de Osaka negó con rudeza con la cabeza No. Kudo es más listo que esto. Así que… te estoy esperando, Kudo. Tengo que devolverte el golpe de antes dijo Heiji, sonriendo con nostalgia, tocándose el chichón que le había salido como consecuencia del impacto de la nota de auxilio de Kudo, hacía un rato.

Metros más allá, sentada en el sillón de un coche amarillento, observando fijamente la pantalla de un portátil, se encontraba Ai Haibara. Tras haber acompañado a Jodie a la ambulancia para que la llevaran al hospital, junto a Vermouth, se había metido en el coche y ahora se encontraba inspeccionando los datos del edificio. De repente, notó una inestabilidad considerable en los pilones centrales. Sus ojos se agrandaron. Lo volvió a comprobar, y sus ojos se agrandaron aún más. Con un hilo de voz, llamó al profesor. Éste acudió en su ayuda, con preocupación - ¿Qué ocurre, Ai?

-El edificio aguantará menos de lo que esos expertos han anunciado – dijo ella, saliendo del coche – Y a menos que quiera tener una preciosa plataforma amarillenta en lugar de un coche, le recomiendo que aparte el vehículo de aquí. Yo me encargaré de los niños – dijo ella, dirigiéndose hacia Genta, Ayumi y Mitsuhiko. Agasa asintió rápidamente y empezó a hacer marcha atrás.

Y de repente, hubo un gran temblor en toda la zona. Eso no era causado por el edificio. Era…

-¡¿Un terremoto?! – exclamaron algunas voces, incrédulamente.

¡Mierda, lo que nos faltaba…! Heiji miró al edificio No…¡¡NO!!

El edificio, ya de por sí marchitado, empezó a tambalearse. Una nueva explosión en algún pisto entre el 5 y el 7 no favoreció mucho la situación. Todo el mundo empezó a echarse a correr, dejando sus sitios. Desde la lejanía, Kazuha y Aoko se habían dado las manos, mirando al edificio fijamente, mientras que Kaito, al lado de Aoko, hacía lo mismo. Heiji corrió a reunirse con Kazuha, y todo el cuerpo policial se desplazó hacia atrás. Eran los últimos segundos que el edificio se mantenía erguido. Y así, sin más, hubo aún más explosiones, los cristales que aún no se habían roto lo hicieron con gran estrépito, y algunas de las alarmas de los coches patrullas empezaron a sonar. Poco a poco, vieron como el edificio se iba deformando por la parte de arriba. Y así, ante los ojos incrédulos, asombrados y aterrados de la multitud, la gran masa de acero empezó a irse abajo, con gran estrépito, un piso tras otro, causando una enorme humareda de polvo.

-N-No… - Eri miró petrificada a la intensa nube de polvo que los había engullido - ¡¡NOOOOOO!! – la mujer se echó a llorar encima del pecho de Kogoro, mientras él seguía observando el panorama totalmente pálido, sin reaccionar.

Kazuha se puso ambas manos en los labios, con los ojos mortalmente agrandados, mirando fijamente al suelo. Heiji, no mucho mejor, se había dejado caer y ahora estaba sentado, apoyado al lado de Kazuha al coche patrulla, con la visera de la gorra tapándole la cara. Aoko se acercó con pánico a Kaito, y él la abrazó. Pese a que no habían tenido mucho tiempo para conocerles, Ran y Conan, o Shinichi, o quien fuera en realidad, les habían salvado la vida.

La reacción de los bomberos y policías fue inmediata. Todos se dirigieron rápidamente hacia el centro de la nube de polvo, con mangueras aquí y allá para exterminar algunos incendios que aún perduraban pese al incidente.

-Sí, entendido, que vengan rápido – Megure colgó el teléfono móvil y respiró – Ahora vendrán más refuerzos. La prensa no tardará en venir… Creo que deberíais iros a casa y descansar. Nosotros os avisaremos si hay noticias – dijo el hombretón, dirigiéndose a Kogoro y Eri.

Ambos, sin embargo, negaron con la cabeza rotundamente – Nos quedaremos aquí, inspector Megure.

Él asintió amargamente y les dio la espalda, encaminándose hacia Sato y Takagi, listos para recibir órdenes.

¿Dónde… estoy…? Me duele… todo…

La chica de larga melena oscura entreabrió los ojos lenta y dolorosamente. No se acordaba de nada. ¿Qué hacía en ese lugar? Estaba todo oscuro y no lograba discernir nada. Lo único que sabía más o menos de lo cierto es que se encontraban en el exterior… Un viento helado empezó a hacerle ondular su cabellera y a reanimarla. Notó que tenía extraños pesos encima y debajo suyo. Piedras, cristales rotos, trozos de desechos de un…¿edificio?

Los ojos de Ran se agrandaron ¡C-Claro…Shinichi y yo estábamos buscando una salida y… todo empezó a moverse…!

La salida de emergencia. Ambos corriendo. Ambos dados de la mano. El suelo desfalleciendo. Explosiones aquí y allá… y la puerta salvadora. Todo se vino abajo sin saber cómo ni por qué, y entonces notó que un peso se le venía encima. Ran frunció el ceño, aún sin entender mucho. Poco a poco, ya con los ojos abiertos, intentó sentarse, no sin esfuerzo. Y entonces su corazón dio un vuelco: encima suyo estaba ni más ni menos que el cuerpo inerte del joven detective.

-Sh… ¿Shinichi…?

La chica sintió que un miedo le invadía el cuerpo. Empezó a tocar el hombro de Shinichi para que reaccionara, pero él seguía teniendo los ojos cerrados. Entonces se percató de otra cosa: sus ropas estaban llenas de sangre. Pero no sangre suya, sino de él, de Shinichi… Las heridas de las balas, las quemaduras, y tantas otras cosas hacían que el muchacho permaneciera estático en medio de un charco negro. El cuerpo de Ran empezó a temblar. Movió el cuerpo de Shinichi más abruptamente, pero él no despertaba. No podría ayudarle ella sola, necesitaba ayuda. Pero... ¿qué podía hacer? Si apenas conseguía mantenerse en pies sin que sus rodillas flaqueasen, ¿cómo podría transportarle a él?

-A…Ayuda… - dijo ella, con un hilo de voz, mirando a su alrededor – Ayuda… Ayuda…

Ran cerró fuertemente los ojos, mientras de ellos iban saliendo más y más lágrimas. Poco a poco, intentó levantarse con la ayuda del árbol que había a su lado. Cuando hubo recuperado el equilibrio, se quitó silenciosamente la chaqueta que horas antes le había cedido Shinichi a ella, para devolvérsela – Es-Espérame, voy a buscar ayuda… Ahora vuelvo, Shinichi… - dijo ella, en tono tranquilizante, más para sí misma que para él.

Notó punzadas de dolor, pero no importaba. Seguía andando y andando hacia donde se oían más voces y ruidos de sirenas. Notó una fuerte presión en la cabeza. Tal vez se habría golpeado con algo al salir. Pero no, su conciencia no le permitía flaquear, no hasta que hubiera dicho a alguien que Shinichi se encontraba allí, en medio del bosque, y que necesitaba ayuda…

De repente, le pareció que veía ilusiones. El pequeño bosque de árboles terminaba en una gran explanada, continua al edificio, donde se encontraban absolutamente todos. Sus padres, la policía, sus amigos… Nuevas lágrimas de emoción salieron de ella. Sus pasos lentos fueron cada vez más rápidos e inseguros.

-A…Ayuda…

Heiji fue el primero que la vio. Parpadeó, incrédulamente. Kazuha le siguió y ambos echaron a correr hacia Ran. Acto seguido, lo hicieron también Kogoro y Eri, sin dar crédito a lo que veían sus ojos. Heiji fue el encargado de evitar que Ran no cayera al suelo semiinconsciente.

La chica sonrió al verles de nuevo – A…ayudad…a Shinichi… Por favor… - dijo ella, entrecerrando los ojos, con la respiración cada vez más irregular y entrecortada.

-¡Ran-chan, aguanta! – dijo Kazuha, acercándose a ella y sonriendo – Menos mal que estás bien, Ran-chan… - dijo la chica de Osaka, sin poder evitar que se le cayeran las lágrimas – M-Menos mal…

-¡Neechan, ¿dónde está Kudo?! – preguntó Heiji, mirándola seriamente. Ran giró la cabeza para mirarle, y lentamente señaló el bosque. Luego, todo se volvió oscuridad a sus ojos, y se dejó caer sin sentido en los brazos de Heiji.

Pip-pip-pip.

Un incesante, torturador, agotador y agudo ruido no paraba de repetirse a escasos centímetros suyos.

Pip-pip-pip.

¿El hospital? ¿Cuándo había llegado allí? Lo último que recordaba era… era…

Pipipip-pipipip-pipipip.

El alarmante ruido le avisó de un profundo dolor de cabeza. Con las manos se la tocó con fuerza para intentar aliviar ese dolor. Pero no lo logró.

Hubo un seguido de pasos y voces, hablando floja pero firmemente. Notó un dolor punzante en su brazo. Le acababan de inyectar algo, aunque no sabía el qué. Pero poco a poco notó un profundo y agotador sueño, y se quedó en silencioso letargo.

Horas más tarde, despertó. Su visión, algo borrosa, no lograba discernir a la persona que, según creía, estaba sentada a su lado. Se encontraba con las piernas y los brazos cruzados. Poco a poco fue recuperando la visión, y cuál fue su sorpresa al ver de quién se trataba.

-¿S-Starling…? – dijo con una voz prácticamente inaudible Chris.

Ella sonrió y se quitó las gafas, secándose los ojos – Veo que ya has despertado.

-¿Ya… te han dado… el alta…? – preguntó ella, con el ceño fruncido. Jodie no dijo nada – Supongo que después de esto será cuando llegue el verdadero Infierno.

Jodie frunció el ceño y la escrutó severamente – El infierno que tú te creaste, Chris…o Sharon, o vete tú a saber.

-Prefiero Chris, gracias – dijo ella irónicamente – Lo sé… y aún no comprendo por qué me sacaste de allí… Bueno, sí que lo comprendo. Sabías que si moría allí, no moriría sufriendo, y supongo que tu mente retorcida no quería verme morir tan fácilmente, sino que aguarda verme entre rejas, delirando a punto de volverme loca, ¿no?

Jodie se puso de pies con un movimiento brusco. Acto seguido sonrió para si misma y se dirigió a la ventana – Piensa el ladrón que todos son de su condición.

Chris parpadeó - ¿Eh?

La mujer del FBI se giró y la miró directamente a los ojos – Yo no soy como tú, Vermouth. Si te hubiera dejado morir allí sería igual que tú. Además, en algo no te has equivocado: quiero verte entre rejas, para que así pagues todos los crímenes que sólo Dios sabe has cometido.

La mujer de largos cabellos dejó caer su nuca en la cama, suspirando sonoramente – Dios no existe.

Jodie frunció el ceño sin saber a qué venía eso, mientras que Chris sonreía melancólicamente.

-Lo que no sé es el porqué de tu lucha acérrima con Ai – dijo ella, yendo directamente al tema que le interesaba - ¿Os conocíais previamente, no?

Ella frunció el ceño – Por qué preguntas eso ahora. Sabes perfectamente que no voy a contestarte.

-Según la información que obtuve, es posible que tú fueses su supervisora en América, mientras duraban sus estudios. Lo he comprobado, y en Harvard hay un expediente de una tal Kayano Miyagi que, según fuentes privadas, encaja perfectamente con la descripción de Shiho Miyano. Así que, según deduzco, tú eras la encargada de supervisarle los movimientos en América, junto con otro miembro de la Organización, el difunto Kenzo Masuyama, o Pisco. Antes de ir a los Estados Unidos, ni tú ni ella os conocíais… así que vuestro odio debe provenir de algún hecho que hubiera acontecido allí…

Chris restaba en silencio, escuchando. Jodie proseguía – Otra cosa que no entiendo es por qué te callaste y no dijiste nada acerca de Conan y Ai, sabiendo que eran Shinichi Kudo y Sherry. Por muchas vueltas que le doy, no logro encajarlo. A no ser que quisieras acabar con ellos tú sola, o que quisieras investigar acerca de las consecuencias de la aptx 4869…

-La aptx 4869… qué melancolía – dijo ella, torciendo los labios – Hay pequeños errores en tu explicación, Starling. Cierto, Pisco era el encargado de supervisar su trabajo, al igual que supervisó el de sus difuntos padres. Yo… simplemente la observaba a mi modo, discretamente.

-¿Envidia?

Ahora sí, los ojos de la mujer de largos cabellos dorados se enfurecieron - ¡¿ENVIDIA YO DE ESA?! ¡¡¡JA!!! – instantes después, retomó la compostura – Yo simplemente… Quería ver en qué consistía esa famosa droga de la que Elena me había hablado tantas veces.

Jodie frunció el ceño - ¿Elena? ¿Elena Miyano no era la madre de Haibara?

Chris asintió – Eso mismo. Me comentó que ella y su marido estaban sintetizando un prototipo de droga que no aparecía en la autopsia. Pero eso no es lo que me llamó la atención: lo verdaderamente interesante es que, años después de su muerte, vi unos pequeños esbozos de los apuntes de Sherry… y ella no sólo había modificado la droga, sino que la había avanzado grandiosamente. Por supuesto, ni ella ni yo sabíamos que encogía… aún no había sido probada con humanos, sino sólo en ratas. Y una de dichas ratas, en lugar de morir…encogió – Chris sonrió y cerró los ojos – Así que yo pensé en crear otra derivación de esa droga… Otra droga que en lugar de matarte, produjera ese aspecto secundario: encoger.

La mujer del FBI la miraba impactada – Chris, tú… ¿Así que este es tu pequeño secreto?

Ella sonrió silenciosamente, mirando a la nada – Sí… Sherry no es la única científica de abordo… Ella ideó la apotoxin 4869, y yo la apotoxin 5003.

Jodie se quedó en silencio, observándola. Chris prosiguió – De hecho hay poca diferencia entre ambas… La única diferencia son esas 134 partículas de diferencia entre las dos que yo añadí… Y combinándolas con el estereotipo de la aptx 4869, por fin creé la apotoxin perfecta: la 5003.

-¿Y así es como te mantienes? ¿Ese es tu famoso secreto? Una droga… - dijo Jodie, escandalizada - ¿Para qué? ¿Por qué querías ese cambio de aspecto tan y tan radical?

Chris sonrió maléficamente – Obvio… Intenta recordar todas esas noches que tú, Cool Guy, tu querido Shuu, James o el mismísimo Gin os rompisteis la cabeza intentando desvelar quién era yo en realidad, y en tal caso que fuera Sharon, cómo lo había conseguido… Sólo con veros los rostros de incertidumbre valía la pena.

-Y además, seguramente hiciste contrabando con esa nueva droga, ¿me equivoco? – Chris no dijo nada, lo cual fue una respuesta para Jodie; prosiguió – Además, recién rejuvenecida, todo el mundo creyó muerta a Sharon, aunque nadie fue testimonio de su muerte… Y supongo que a todas nos hace ilusión quitarnos unas cuantas primaveras, ¿eh? – dijo ella, irónicamente – Pero es un invento humano… No durará para siempre, y tarde o temprano volverás a ser Sharon Vineyard, si ese era tu auténtico nombre, claro.

Chris frunció el ceño. La puerta se abrió, interrumpiéndolas a ambas.

Jodie contempló la nueva figura sorprendida – Shuu… Creía que te habías ido de vuelta a América junto al señor Black…

Shuichi Akai entró en la habitación con su habitual gorra y ropa negra, sonriendo furtivamente, como el cazador que mira fijamente a su presa. Vermouth frunció el ceño y le aguantó la mirada.

-Vámonos, Jodie. Aquí ya no pintamos nada… Dejemos que Rotten Apple medite un poco.

Vermouth hizo un signo de disgusto ante el nombre, y le miró con una mirada fría. Jodie salió de la habitación, y Shuichi cerró la puerta. La mujer de largos cabellos dorados se tumbó de nuevo, y miró por la ventana.

No está todo perdido…

Y sonrió.

-Shhh, no hagáis tanto ruido, que la despertaréis…

-Yo no hago ruido, eres tú la que me da conversación.

Kaguha frunció el ceño y le dio una colleja, y Heiji hizo una mueca de dolor. Ambos se encontraban sentados, de brazos y piernas cruzadas, en la sala de espera. Eri y Kogoro acababan de seguir al médico, el cual les conducía a la habitación de Ran, y ahora ellos se habían quedado aquí a esperar qué tal iba la situación. A su lado también se encontraba el doctor Agasa y Ai. Los Detective Boys estaban cada uno en sus respectivas casas, durmiendo profundamente, pues esa había sido una noche muy, muy larga.

-¿Qué tal estará Ran? – se preguntó Kazuha, mirando al suelo y tocándose el omamori, como si así también protegiera a su amiga.

Heiji sonrió y le puso una mano encima del hombro, y ella se arrimó al hombro del chico, suspirando – Tranquila, antes el médico ha dicho que neechan se encuentra perfectamente, sólo un poco aturdida por excesiva inhalación de monóxido de carbono, junto algún que otro rasguño. Seguramente ahora se habrá despertado, y por eso han hecho llamar a Mouri no ojisan y a Kisaki.

-¿Y Kudo? – preguntó Kazuha, también preocupada - ¿Cómo está él?

-Varios disparos en puntuales zonas del cuerpo, exceso de monóxido de carbono en la sangre, y quemaduras leves en la mano. Sin embargo, lo preocupante es lo primero que he mencionado. Sigue durmiendo.

Heiji y Kazuha se giraron hacia la imperturbable Ai, la cual estaba mirando fijamente a la pared, sin mover un músculo en señal de tensión o cualquier otro sentimiento. Agasa miró hacia abajo, con culpa.

-Disculpen – dijo una enfermera jovencita, acercándose a ellos cuatro – ¿Son ustedes familia, parientes o amigos de Ran Mouri?

Todos asintieron. Ella les hizo un signo para que la siguieran y les condujo a su habitación. Allí se encontraba Ran, despierta y hablando con su madre. Kogoro, a un lado, estaba subiendo un poco la persiana para que entrara luz.

-¡Ran! – exclamó Kazuha, yendo pitando hacia ella.

La chica sonrió y ambas se abrazaron (con cuidado, pues Ran aún no estaba del todo recuperada) - ¿Qué tal estás? ¿Cómo te encuentras?

Ran sonrió - ¡Bien, bien! Siento haberos preocupado. Ahora estoy genial… Un poco mareada al hacer movimientos bruscos, pero bien.

El médico que antes se había llevado a Eri y a Kogoro apareció – No hay de qué preocuparse; sólo ha sufrido una pequeña intoxicación por culpa de la inhalación de humo, su salud no corre ningún peligro – dijo él, causando la alegría contenida de todos.

-Eh… Esto… - Ran de repente cambió su cara, por otra más ofuscada - ¿Y Shinichi cómo está?

Eri frunció el ceño – Él… Aún no se ha despertado, pero no te preocupes.

Ran frunció el ceño y observó las caras de todos – Mamá… dime cómo está y no te desvíes del tema.

Nadie dijo nada. Ran miró inquisitivamente al doctor, el cual asintió - ¿Shinichi Kudo, no? Hmm-mm… Su estado es crítico. Ahora mismo está en la sala quirúrgica.

-¿Se recuperará? – preguntó Ran con la sangre fría, sin inmutarse. El médico se encogió de hombros.

-Si todo va bien, sí. No se preocupe, señorita Mouri, esta operación está siendo sometida bajo mucha profesionalidad, no permitiremos que ocurra nada. Y si me permite, ahora tengo que seguir con mi inspección. Buenas tardes – dijo él, cerrando la puerta.

Todos se quedaron en silencio, aguardando la reacción de Ran.

-Esto… - para sorpresa de todos, Ran habló con su sonrisa habitual – Estoy un poco cansada, me gustaría dormir un poco…

-Por supuesto – dijo Eri rápidamente – Estaremos en la cafetería tomando algo, si necesitas cualquier cosa llámanos, ¿vale?

Ran asintió y uno a uno se fueron retirando, sin acabar de comprender la aparente cara de normalidad de la chica. Cuando el último hubo cerrado la puerta, la máscara se le cayó y la chica bajó la mirada tristemente. Estaba feliz, sí, porque habían salido de ese edificio en llamas con vida, prácticamente por arte de un milagro. Pero estaba a la vez sumamente preocupada por Shinichi, aunque el doctor hubiera dicho que no había riesgo, una operación seguía siendo una operación.

Ahora todo había pasado. Ya no había más peligro; esa extraña secta que perseguía a Shinichi había sido destruida por completo, y los que no habían muerto en el incendio, estaban bajo custodia policial. Así pues, ahora que todo había pasado, era la hora de volver al tema del principio de todo que quiso dejar aparcado hasta que todo pasara: el pequeño secreto de Shinichi.

Ran recostó su cabeza en el incómodo colchón y cerró los ojos, aún pensando. Ahora era mejor descansar, de ello ya hablarían cuando salieran del hospital. Así pues, poco a poco le fue entrando todo el cansancio y dolor acumulado hasta el momento, y se sumergió en el mundo de los sueños.

Fin del cap.18

CONTINUAR

Notas de la autora:

¡Hola! Aquí tenéis por fin el capítulo 18, espero que os haya gustado He tardado un poco más en ponerlo porque, al ser el penúltimo, tengo que ir con cuidado de no precipitarme a un final barato Y sip, habéis leído bien… Este es el penúltimo capítulo, así pues The case of the mystery APTX 4869 va a finalizar en el capítulo 19 (ueee, qué casualidad xD), o eso tengo previsto al menos U

Y otra cosa importante… Hoy, 1 de mayo, día del trabajador… ¡Éste fanfic cumple ni más ni menos que UN AÑO! ¡Sí, sí, como lo leéis, UN AÑO! ¡¡Felicidades!!

Muchas gracias a todo el mundo que me anima. Especiales gracias a Lex, Haku, Azalea, Sachiko, Tantei Ran, Ran Kudo, Arzainer, Ran Mouri 1987, Kmiloncia, JkRanIV, kevvy-kev, Silver Lady, An-neechan, Ralfa, Shiku, Mirta 22, Belly-chan, Ran Aoko, Aryma, Kari Ishikawa, Miruru, Sango-chan, ONPU, Natàlia Hattori, a todos los participantes del foro de Shinichi's Memories, a los participantes de la comunidad de Kazuha Hattori y a la gente de Tantei Holmes Sensei. Thanx a lot!!

Si tenéis algún comentario, queja, duda o reclamación, escribidme a cinturo3xl.net o a cinturohotmail.com

En fin, nos vemos en el capítulo 19… TTTT No, otro fic que se acaba… Me estoy deprimiendo xD.

Sin más que decir, se despide…

CiNtUrO-cHaN

{{ 1 de mayo del 2004 }}

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