Capítulo 9: Re: Infiltración 2.0
Noodle despertó con un fuerte dolor en la pierna, no podía caminar. Todo el suelo estaba cubierto de sangre, estaba mareada, apenas podía mantenerse despierta. Se arrastró a su refrigerador, sacó lo primero que vio y se lo comió. Recuperó un poco de fuerzas; pero aun así no estaba completamente curada, era obvio.
Mayo ya había comenzado, y los dos meses de preparación para esa noche prácticamente fueron inútiles; si no la hubiera descubierto aquel chico todo hubiera salido mejor, y ahora estaba en una situación complicada, muy complicada. Aún le costaba pararse, por suerte la bala no le dio directamente en la pierna, aunque si había hecho daño. Era domingo, le tocaba día libre, tenía que aprovecharlo para arreglar todo ese desastre. Sacó una dosis de morfina del refrigerador y se la inyectó, tomó una potente bebida energizante y comenzó a limpiar. Tiró los restos de su auto intervención quirúrgica, trapeó la sangre del piso. Al terminar de hacerlo, vio que quedaba una mancha de esta, una muy grande, se preguntaba cómo había sobrevivido al perder tanta sangre en todo el trayecto y en su base. Seguro compraría una alfombra y la taparía.
Se echó en su futón, a pensar que debía hacer ahora. Tenía que estar un tiempo inactiva, necesitaba recuperarse. Vio que no podía hacer mucho en ese estado, el trabajo tendría que seguir llevándolo si quería mantenerse, serían unas largas semanas, el solo pensarlo ya le hacía sentir cansada. Que se puede hacer, pensó, sabía que esas cosas iban a suceder. Practicó como disimular la herida y el dolor, no quería que nadie se involucrara y ni se metiera en sus asuntos.
Un mes después del incidente de la infiltración y Noodle estaba corriendo alrededor de las calles de Osaka muy temprano, se ejercitaba para poder volver a la acción. Tal vez un mes de recuperación para una herida de bala era muy poco, considerando por todo lo que paso; sin embargo, ahí estaba corriendo unos cuantos kilómetros.
Llegó a su base y alistaba su equipamiento que llevaba hacía ya un mes. Era casi igual, excepto que esta vez incluía un tapa caras como el que le quito al chico que la descubrió, pero era totalmente negro, no tenía el dibujo de calavera, y consiguió una armadura de kevlar para el torso. Verificó que todo estuviera en orden, contó las municiones y afiló sus cuchillos.
Durmió unas horas para poder descansar, esa noche iba a actuar y necesitaba estar descansada. Se despertó a eso de las once de la mañana, desayuno ligero y salió a caminar. La herida estaba ya recuperada, ya podía moverse tranquilamente, y para ella eso era más que suficiente. Mientras caminaba repasaba todo lo que iba a hacer esa noche, había aprovechado su descanso para planear esta vez sí saber qué hacer, tratando de considerar cada situación posible. Se había pasado días pensando en estrategia, había memorizado miles de escenarios posibles, se había pasado horas en Google Maps tratando de encontrar la base donde había estado y huido.
Movía los labios, como si hablara sola, de hecho eso hacía, se decía para sí misma todo lo que podría suceder mientras caminaba con las manos en los bolsillos. Entró a almorzar a un local de comida rápida, hace tiempo que no comía una hamburguesa y le entraron las ganas.
Luego de comer, se dirigió a su trabajo, cuatro horas siendo cajera, matar el tiempo era lo que necesitaba hacer. Esta vez su amigo no iba a ir, ella ya había reservado esa noche. Terminó y se dirigió a su base, ya era hora de que comenzara a prepararse. Básicamente lo que tenía planeado era plantar explosivos en aquella edificación en la que estuvo y hacerla volar, era simple en teoría, pero claro, la práctica era algo diferente. Terminó de ponerse su equipamiento y activó un mecanismo en su cuarto que esperaba no usarlo.
Iba montando en una motocicleta a gran velocidad hacia su objetivo. Al llegar, se quitó el casco, se puso lentes de visión nocturna y cargó un maletín en su espalda. Se movía por las sombras de ese vecindario abandonado tratando de no ser vista. Al estar al frente de la entrada, parecía que el lugar estaba abandonado, seguro que después de lo que hizo decidieron cambiar de cuarteles. Se sintió un poco decepcionada, pero decidió entrar para ver si encontraba algo; además, seguía con el plan de volarlo todo. Manipuló las cerraduras y entró, era justo como lo recordaba. Llegó a la sala de la primera prueba, estaba oscura y desolada. Entró por las escaleras y fue a la sala de la ventana. Era una sala de conferencias pequeña, con una mesa en el centro, monitores de computadora y un armario que parecía ser una pequeña armería, pues ahora estaba vacía. Mientras trataba de hacer funcionar las computadoras, una cámara oculta en la ventila mostraba todo lo que Noodle hacía.
No encontró nada en las computadoras, por lo que se dirigió hacia otras salas, donde había más de lo mismo. Terminó de hacer lo que planeo y se comenzó a retirarse, y al salir de las escaleras a la sala de pruebas, un rayo de luz la iluminó, e inmediatamente varios puntos rojos apuntaron por todo su cuerpo.
-La verdad es que creímos que serías más profesional que esto. –dijo el hombre que había torturado a Toshiya. –Quién diría que la misma persona que frustró varios de nuestros planes se infiltraría, haría un escándalo y sobreviviría para terminar lo que empezó. Si te rindes ahora puede que el señor Mazuu se apiade de ti.
Estaba rodeada, pero bajo la máscara que le cubría la nariz y la boca, sonrió. Apretando el botón del detonador que tenía en la mano hizo explotar toda la parte que había estado revisando. Comenzó a correr y disparar hacia los hombres que le apuntaban, logró derribar a algunos, cogió el arma de uno de ellos, y se puso a cubierto mientras le seguían disparando. Revisó su celular y vio que aún no terminaba de cargar. Puso el cargador en el arma y comenzó a devolverles los disparos.
-¡Ríndete!, ¡no tienes a donde ir! –sonó la voz del hombre por los megáfonos.
-¡Crees que no sabía que esas cámaras estaban ahí!, ¡creo que te equivocaste en lo profesional que puedo llegar a ser!
-¡Mátenla ya! –y un hombre con un lanzacohetes le apuntó.
Noodle sacó del maletín una granada, la activó y la lanzó lo más fuerte que pudo al aire y comenzó a emitir un fuerte sonido de alta frecuencia, haciendo que todos se cubrieran los oídos por el dolor, el hombre del lanzacohetes Desvió su disparo por el sonido y la ojiva salió dirigida hacía la pared haciéndole un agujero, al parecer la explosión era más fuerte de lo que Noodle pensó, de verdad querían mandarla a volar, por suerte había logrado que le repararan aquella granada que usaron contra ella. Usando tapones especiales en los oídos terminó con los hombres que se hallaban en el piso con ella, ahora solo faltaba los que estaban arriba y ya tenía una salida en la pared agujereada. Cargó el arma y comenzó a disparar mientras corría e iba a otro lugar donde ponerse a cubierto. Cogió sus shurikens y los lanzó, haciendo estos un recorrido curvilíneo, alcanzando a algunos hombres, cayendo al lado del rostro del hombre que se hallaba liderando todo eso.
-Señor, espero que todo esto haya sido buena idea. –dijo a través de un radio.
-No te preocupes, toda esa información me servirá, además eres reemplazable.
-Bastardo. –dijo el hombre luego de colgar y vio que un hombre salió volando hacia él. Sacó su pistola y se preparó para luchar.
Noodle apareció presionando algo en su celular, y sacando su cuchillo largo y pistola comenzó a pelear contra el hombre. Salían balas disparadas de aquel combate, tratando de atinarse el uno con el otro. A Noodle se le acabaron las balas, por lo que comenzó a luchar cuerpo a cuerpo, evitando que el hombre hiciera algún disparo por evitar ser alcanzado por la cuchilla. Finalmente Noodle acorraló al hombre contra la pared y lo alzó del cuello contra ella.
-Vamos, termina lo que empezaste. –dijo el hombre siendo asfixiado.
-Espera, que necesito información.
-No te voy a decir nada. –y le escupió en la cara.
Luego de haber volteado el rostro un poco para que no lo cayera totalmente el escupitajo, cogió su cuchillo y se le clavó en el hombro, haciendo que soltara un fuerte grito. Agarró el radio que tenía y habló.
-Hola, creo que tengo a alguien que les pertenece. –e hizo girar el cuchillo clavado haciendo que gritara de nuevo. –Como verán, hice pedazos lo que quedaba de su base y a su escuadrón de hombres que enviaron contra mí. Tan solo quiero que sepan que los voy a encontrar y voy a eliminar, en especial a ti Mazuu, no sé si estás oyendo esto, pero si es así, quiero que comprendas que no voy a parar de buscarte, voy a dar contigo y haré que vuelvas a donde estuviste por un largo tiempo. –y seguidamente Noodle destruyó el radio.
Entonces un haz de luz se posó sobre ellos y entraron hombres armados a rapel por el agujero.
-¡Déjalo libre! –dijo uno de los tres hombres que le apuntaban.
-Bien, llegaron los refuerzos, ¡rápido, deténganla!
Y unas granadas entraron por aquel agujero pasando por debajo de las piernas de los hombres.
-Y aquí están mis refuerzos. –dijo Noodle, y cogió el cuerpo del hombre como escudo para evitar la explosión y los haces de luz cegadora de lo que se había arrojado.
La explosión los tiró hacia atrás, dejando al hombre inconsciente. Se paró y cogió una de las armas de los hombres y saltó del agujero agarrándose de las cuerdas de rapel, cayendo al vacío. Aterrizó en tierra donde se enfrentaban hombres de Mazuu y pandillas de Osaka. Acabó con algunos de los hombres y comenzó a huir. Se subió a su motocicleta y aceleró para ser derribada por uno de los pandilleros, se enfrentó a él y cogió la moto de él y aceleró para largarse, mientras las pandillas acababan con las fuerzas de Mazuu y haciéndose con el control de aquel edificio.
Mientras huía a toda velocidad, recordaba cómo mientras revisaba las computadoras, instalaba un USB para pasar la información a su celular, a pesar de que en ellas ya no quedaba nada, el programa que usó se encargó de rastrear en donde se hallaba ahora rastreándola a través de la deep web, hacerse amigos de hackers había funcionado. Disimuló en las cámaras que no había encontrado nada, y ponía explosivos en cada punto ciego que hallaba. Cuando estaba luchando y vio su celular, esperaba que la información se descargara en este, y al ver que estaba siendo superada en número y que podrían traer más refuerzos, la publicó en internet antes de enfrentar al hombre, para que las pandillas, organizaciones criminales, yakuzas, entre otros, la vieran y se dirigieran hacia esa edificación para hacerse con el control de esta y le sirviera como distracción para que pudiera huir.
Dejó la moto abandonada en un callejón, se quitó la máscara, revisó en uno de los contenedores de basura una bolsa con un abrigo para cubrir todo su equipamiento y se fue hacia su base. Era relativamente temprano, siendo poco más de medianoche. Entró, desactivó el mecanismo que había activado antes de irse y lo guardó, se puso el piyama, trató de irse a dormir; sin embargo, no pudo. Por más que trataba de cerrar los ojos y sumergirse en el sueño no lograba hacerlo. Días después mientras conversaba con su amigo como siempre.
-Oye, mira eso. –le dijo. –Ahora somos compañeros de ojeras. –dijo señalándole los ojos de ella y los él mismo, al parecer él también se trasnochaba escribiendo. Noodle se miró al espejo y respondió.
-Creo que tengo que un problema…
