Capítulo 12: 1 de 3
Mientras insertaba cartuchos de escopeta en esta, Noodle se preparaba para un asalto inevitable. Se hallaba en un alto al fuego y aprovechaba esos escasos segundos de tranquilidad para reabastecerse y así poder seguir luchando. Había logrado llamar la atención de esos mercenarios de manera muy efectiva al atacar directamente su reunión.
-Ya les dije que los dejaré en paz si medan lo que les pedí. –dijo Noodle sosteniendo su escopeta con una mano y revisando su bolsillo con la otra.
-¡No vamos a hacer eso! –respondió uno de los hombres que se hallaba luchando.
-Se los advertí. –y sacando una granada cegadora lanzándola hacia ellos, esperó a que detonara en frente de ellos, luego de oír sus quejidos salió de su cobertura y corrió disparando dándole a todos sus objetivos.
Se quedó parada sacando el cartucho de escopeta que quedaba. Se dirigió hacia el hombre que le había negado su pedido, solo le había disparado en los brazos para que no pudiera defenderse. Estaba retorciéndose en el piso del dolor, iba a entrar en shock. Se agacho sobre él para ver si esta vez obtenía una respuesta.
-Ahora, dónde está esa memoria.
-En mi… bolsillo… de mi saco… el derecho…
Prosiguió a cogerlo y se la metió en el bolsillo. Sacó un aparato y se lo pasó al mercenario moribundo, seguidamente salió del complejo y presionó un detonador haciendo explotar el aparato. Mientras caminaba por la calle ya sin la cara cubierta, sostuvo en su mano la prueba de que ella podía ser sujeto 14. La partió a la mitad con sus manos y la tiró a la pista para que los autos terminaran de destruirla, suspiró y siguió su camino. Por un mes y medio desde que encontró el almacén de Kyuzo trató de borrar todo rastro de su identidad como potencial candidata para ser un objetivo de Mazuu, se la pasó visitando a sus perseguidores uno por uno deshaciéndose de ellos y de su información. Finalmente parecía que había acabado con la mayoría de ellos, ahora solo quedaba acabar con algunas más y que los demás se replegasen por el miedo, sentía como los tenía a todos en la palma de su mano.
Entró en el taller de reparaciones de electrónicos, nombre muy largo por cierto, el dueño era algo irritante además. Había mandado a reparar la cinta de Kyuzo, aun quería saber lo que le sucedió y ver si podía sacar algo de información necesaria para ella. Hacía rato que le había traído la cinta para que la reparara y aun no lo hacía, se la pasaba posponiéndolo.
-¿Ya lo reparaste? –preguntó Noodle de mal humor por solo ver su rostro.
-Ya te dije que tomará tiempo hacerlo. –respondió mientras trabajaba en algo.
-Me has estado diciendo eso desde que lo traje aquí.
-Sí, pero a diferencia de esas veces esta vez sí estoy trabajando en ello. –dijo mientras levantaba la cinta mostrándosela.
-¿Eh?, ¿por qué cambiaste ahora de opinión?, ya estaba pensando en buscar otro reparador.
-Anoche la oí y me quede con la intriga de lo que sucedía. No sé si sea real lo que hay aquí dentro, no me importa la verdad, pero cuando estoy frente a una buena historia la debo terminar. –dijo mientras seguía concentrado con su trabajo. –Estará lista para mañana, puedes venir a recogerla luego de que termine de oírla.
-Bueno, entonces volveré mañana a la tarde.
-Sí sí…
Volvía hacia su base a seguir planeando los demás asaltos que le quedaban por hacer. Faltaban solo tres por atacar y ya su plan daría resultado, terminando con fuegos artificiales en la Galería. La primera pandilla con la que acabaría se encontraba a las afueras de Osaka, en zonas casi rurales, según el mapa que revisaba en su pared. No parecían la gran cosa, seguro solo tendrían información repetida o algo parecido. Igual no iba a arriesgarse a que hicieran algo por lo que iba a actuar mañana contra ellos. Empezó a alistar todo lo que iba a necesitar y estaba al alcance en su base e iría a recoger lo que le faltaba en el almacén antes de ir hasta allá.
Rápido, letal y eficiente, así debía ser ese asalto, no debería haber más complicaciones. Noodle iba en motocicleta hacia donde se encontraba la pandilla que buscaba. Llegó a una locación cercana y alistó sus armas del almacén, cubrió su rostro con su cubre cara, gafas y capucha, y comenzó a caminar con arma en mano.
-Oye, ¿aún queda comida?
-Déjame ir a ver.
-Bien, ese guiso quedó para seguir comiendo.
Mientras esperaba a que su compañero fuera a recogerlo, oyó un golpe en el piso del otro cuarto. Rápidamente se paró y fue a ver que sucedía, encontrándose con una figura enmascarada y a su compañero muerto en el piso en un pequeño charco de sangre. Desenvolvió su arma para disparar contra esa figura, pero al hacerlo, desde sacar su pistola de su funda y apuntarla, la figura hizo lo mismo pero más rápido y acercándose hacia él y dirigiendo su cuchillo a su cuello.
-Necesito que me den todo lo que sepan de sujeto 14. Ya viste lo que le pasó a tu amigo por desobedecer.
-Eres él… -y diciendo eso le dio u golpe en el estómago.
-Necesito la información. –le seguía diciendo Noodle mientras lo interrogaba. Era un tipo duro por lo que se le ocurrió que hacer cuando oyó que se acercaban más personas.
Entraron otras personas más armadas, parecía que volvían de una patrulla. Al entrar a la casa en la que se supone que debían estar los dos que habían dejado, pero no estaban. Ingresaron para ver qué era lo que sucedía y al ver a uno de ellos dormido en la silla apoyado sobre la mesa fueron a despertarlo y darle un regaño. Le movieron el hombro para que se despertara pero no reaccionaba, lo agitaron más fuerte hasta que se cayó de la silla revelando que solo era un cadáver con un corte en el pecho. Al presenciar esto se pusieron a la defensiva rápidamente sin embargo una figura enmascarada noqueó a uno de ellos al instante, el segundo que se hallaba ahí apuntó su rifle hacia Noodle, quien apenas notó eso y prediciendo los movimientos que haría lo inmovilizó cogiéndolo por detrás y usando su arma para disparar al tercero que se hallaba ahí, dándole en el brazo por debajo del hombro y otro en la pierna por el muslo. Agarrándolo para que no se moviera comenzó a interrogar a su rehén.
-¡No vamos a darte nuestra información!
-Les recomiendo que sí.
-Igual vas a matarnos, mejor hacértelo difícil.
Mientras se seguía interrogando a golpes, el que había quedado inconsciente comenzó a recuperarse y darse cuenta de la situación. Silenciosamente agarró su arma del piso, la cargó, apuntó al enemigo y jaló el gatillo.
-Bien hecho idiota, mataste a tu compañero. –dijo Noodle desde una esquina oculta.
-Qué… -y fue a revisar a quien había disparado. Al voltear el cuerpo fallecido era uno de sus compañeros que tenía unos explosivos atados a él.
-No es un error que no te haya matado. –dijo mientras sacaba su pistola. –Para poder sacarles información necesitaban un incentivo y saber que no pueden hacer nada contra mí. –y apuntó al cuello de este.
-¿Qué es lo que quieres? –preguntó con rabia e impotencia por no poder hacer nada.
-Quiero toda la información que tengan sobre mí. –allí entendió que aquella chica enmascarada era la que todos buscaban, era verdad los rumores que estaba cazando a todos los que sabían de ella, y ahora era su turno.
-Todo lo que tenemos está en esos archivos. –dijo señalando a un estante con pioners en el. Seguido de eso fue a revisarlos no sin antes haber inmovilizado sus brazos dislocándolos. Al ver todo lo que encontró confirmó sus suposiciones viendo que no tenían mucha información que conseguir.
Prosiguió a destruir todo lo que encontró quemándolo y preparó su retirada. El que tenía los brazos dislocados se sorprendió al ver que lo había dejado así nomás, ella se había largado. Pensó que se había apiadado de él y lo había dejado en paz, sin embargo comenzó a oír un pitido lento que comenzó a acelerarse, eran los explosivos que se hallaban en cuerpo del que había disparado, seguidamente vio una rápida ráfaga de luz. Noodle se alejaba en su motocicleta, la primera parte de su operación había concluido y ahora debía reponerse y planear que hacer con las otras dos.
Una vez ya se había alejado de la base de los pandillero volvió al almacén para guardar lo que había utilizado de allí. Al volver a su base se quitó su equipo y se puso ropa normal, iba a descansar un rato luego de haber realizado una operación de asalto. Pasaron unas tres horas de relajo hasta que recordó que tenía que recoger la cinta arreglada en la tienda esa, por fin podría saber lo que le pasó a Kyuzo. Salió a la calle y fue en búsqueda de ella, caminó hasta que llegó a la tienda del chico. Al entrar a ella el chico la vio entrar ya sabiendo porque estaba allí.
-Aquí está la cinta.
-Bien, aquí está tu paga.
-Si, si… -y habiendo respondido, su clienta procedió a irse. –Pareces una buena chica, ojala que contigo no se cumpla contigo lo de tal palo tal astilla. –y habiendo escuchado se volteó y prosiguió su camino comentando.
-Ojalá. –y siguió su camino.
Regresaba por donde vino yendo a su base, jugueteaba con la cinta en su mano haciéndola girar sobre sí misma. Llegó a la puerta de esta y subió las escaleras pausadamente. Al llegar al penúltimo piso ya faltándole solo ese para poder llegar al suyo una puerta se abrió bruscamente al lado de ella sorprendiéndola completamente haciendo que tire la cinta al aire.
-¡Wuaaa! –gritó.
-Oh Noodle perdón por asustarte. –dijo Mako luego de abrir la puerta. –Me quedé dormida cuando hoy día sale el nuevo manga de… -y dejó de hablar al ver a su amiga arrodillada en el piso con una cinta de cassette rota en las manos.
-Oh no puede ser, lo siento mucho. –comenzó a decir Mako mientras hacía una reverencia y con las palmas de las manos juntas a manera de pedir disculpas. –Prometo que te voy a comprar otra.
-No te preocupes. –le respondió. –No vas a tener que comprar otra, vas a pagar la reparación.
-Sí sí, lo que sea para compensártelo. –dijo finalmente.
Miraba las piezas rotas de la cinta en el piso de su cuarto, seguro la arrojó muy fuerte como para que chocara contra el techo y se rematara contra el piso. Sin nada más que hacer sobre aquello suspiró mirando al techo mientras estaba sentada con las piernas cruzadas. Debía conseguir repararla de nuevo, no creyó que llevarla donde antes sería una buena idea ya que terminó raro esa conversación con el chico, además seguro que si la llevaba de nuevo se la iba a hacer más larga y la fastidiaría con eso. Ese lugar no era una opción, debía buscar otro. Parece que iba a tener que seguir esperando para saber lo que sucedió con Kyuzo.
-Como sea pensó. –pensó.
Ahora debía preparar su segundo asalto, esta vez tocaba una atacar a una organización más decente que la anterior. Eran los típicos mafiosos de traje que tenían negocios sucios. Miró en su mapa y su información para ver en donde se localizaban. Al parecer financiaban construcciones para poder realizar sus negocios ocultos en ellas sin tener molestias. Se movían mayormente en la noche cuando estas se hallaban sin obreros que molestasen por lo que decidió atacarlos a esas horas. Esta vez iba a ser algo de sigilo, entrar silenciosamente a sus instalaciones, conseguir la información y deshacerse ellos sin dañar la infraestructura del edificio.
-Será divertido, como en un videojuego. –se dijo a sí misma.
Atacaría en unos días, debía investigar el sitio donde se hallaban y realizar un plan preferiblemente sin fallas. Visitó la construcción y tomó fotografías del lugar percatándose que podía entrar por la grúa de construcción. Siguió con eso hasta que finalmente se hallaba en la azotea de un edificio vecino de noche. Se puso su máscara, gafas y capucha características mientras se hallaba sentada al borde con el vacío bajo sus piernas. Se paró, revisó la hora y se preparó para empezar.
