Capítulo 14: ¿3 de 3?
Solo quedaba visitar un grupo de personas malas más y ya habría terminado su objetivo de hacer que todos dejaran de buscarla. Los anteriores dos no le habían causado tantos problemas y esperaba que este último siguiera así. Así como había investigado con el anterior grupo también debía hacerlo con este. Iba a tomarle un buen rato, pero iba a lograr conseguir saber todo lo necesario para poder acabar con ellos.
Seguía pensando todo eso echada en su futón con ropa ligera mientras giraba sobre si misma agarrando su almohada contra ella también preguntándose cuando terminaría el verano. Dándoles vueltas al asunto pensó que esta vez sería un ataque directo, sin rodeos, entrar por sorpresa e ir directamente a por su objetivo. Sí, así sería esta vez y luego de eso terminaría con todo en La Galería. Se sorprendió de haber logrado todo eso ella sola, al parecer tenía un gran potencial, después de todo fue creada para esa clase de situaciones.
Pensaba que haría luego de acabar con Mazuu, no quería quedarse en blanco luego de que lo hiciera. Tal vez volver al mundo musical como solista, seguro que le iría bien. Asimismo, no quería olvidarse de todos a los que había conocido ahí en Japón, a Mako, Atsuki y al chico escritor de novelas ligeras. Seguro seguiría siendo inquilina de ese viejo piso del par de hermanos. Y claro, como olvidarse de Chiyoko, iría a visitarla y decirle que por fin había acabado con el demonio que había liberado. Vivir una buena y tranquila vida era lo que quería, sin caos ni aquelarres, una que otra dificultad para afrontar pues son parte de la vida.
Soñar despierta no le costaba nada, lo hacía cada vez que podía y disfrutaba de ello. Lo único que la interrumpía de hacer eso era comer, como justo ahora. Abrió el refrigerador y vio que no tenía mucho adentro de él. Se había descuidado en abastecerse y esto era consecuencia de ello. Cerró el electrodoméstico y pensó que podría hacer. Vio la hora y aun no era muy tarde, confirmando eso salió de su departamento sabiendo que hacer. Bajaba las escaleras al piso de abajo y toco la puerta que buscaba.
─Oh, hola Noodle, no te esperaba por aquí. ─dijo Mako al ver quien era que tocaba la puerta.
─Bueno si…, es que pasaba por aquí… pensando si tenías… algo de… ─y diciendo eso no pudo terminar la frase.
─¿Algo de qué? ─´preguntó Mako tratando saber qué era lo que deseaba su amiga.
─Algo de… ─y sin poder terminar la frase debido al sonido que hizo su estómago por esta se le puso la cara roja.
Mako dejó escapar una tierna risa mientras se cubría levemente la boca con su mano.
─¿Algo de comida? ─dijo terminando su frase.
─Este no, bueno sí; es que me olvidé de hacer las compras de la quincena. ─respondió finalmente. Mako río una vez más. ─Claro pasa, seguro tengo algo que convidarte. ─le dijo dejándola entrar.
Ella también llevaba ropa ligera, lo cual estaba totalmente justificado con el calor que hacía. Le dijo que esperara en la sala mientras traía algo. Esperó un buen rato ahí sentada, pero Mako no regresaba. Entonces notó que ella salió de la cocina con una bandeja con agua y galletas de soda. Se sentó al lado de ella viendo que tenía una expresión azarada.
─Bueno…, mientras buscaba comida me di cuenta de que tampoco teníamos mucha comida que digamos, y esto fue lo mejor que encontré. ─dijo, y dio un suspiro de decepción. ─Vamos a tener que esperar a que regrese Atsuki y prepare algo. ─seguido de eso Noodle cogió una galleta y le dio un mordisco.
Ambas comieron humildemente y pasaban un buen rato esperando a que Atsuki regresara y llegara con la compra para preparar algo. Mako había llamado a su hermano para que luego de que terminara sus quehaceres trajera algo para alimentarlas. A pesar de que se lo dijeron por sorpresa tuvo que acceder para no dejarlas sin comida. Siguieron esperando hasta que finalmente llegó y empezó a cocinar.
Los tres cenaron juntos, Noodle y Mako saciando su hambre y Atsuki mirando como ellas disfrutaban su comida. Luego de haber terminado los tres se quedaron compartiendo un rato juntos. Finalmente se retiró del departamento y volvió a suyo. Cuando salía por la puerta su amiga la habló.
─Oye Noodle, la próxima vez que vuelvas si va a haber comida, así que… ya sabes, vuelve pronto. ─dijo sacando una cálida sonrisa.
─Claro. ─le respondió devolviéndole esa sonrisa y subió por las escaleras.
Luego de haber pasado un buen momento le tocaba trabajar, por lo que mañana comenzaría a investigar todo lo posible sobre su última incursión que haría. Se echó en su futón y se durmió.
A la mañana siguiente fue a investigar en donde residían aquellos maleantes. Ellos se escondían en el mundo nocturno de Osaka, en los clubes y bares de la ciudad; haciendo y cobrando favores a la gente a cambio de una buena suma de dinero. Al enterarse de la oferta que le pusieron a su cabeza, comenzaron a crear una red de investigación con las personas que frecuentaban esos lugares y les debían favores. Se habían cuidado de que no se supiera quienes los dirigían y habían hecho un buen trabajo con ello; sin embargo, ella finalmente había rastreado hasta llegar a ellos en esos lugares.
Fue de día a pasearse por ahí para investigar el entorno y familiarizarse con él. Mientras caminaba observando el lugar, distraídamente choco contra un sujeto. Rápidamente ella se disculpó con él y siguió su camino. Continuó mirando y entendiendo el sitio pensando cuál sería la mejor manera de atacar. Estuvo un rato más por ahí hasta que terminó de analizarlo, finalizado eso se dirigió al almacén de Kyuzo. Una vez llegado ahí comenzó a ver que usaría esta vez. Ese almacén le había resultado muy útil, una buena herencia de su viejo amigo. Había renunciado a su trabajo parcial debido a que junto a las armas de fuego y provisiones de emergencia se hallaban maletines con cantidades exorbitantes de dinero, algo que le vino muy bien. Aún tenía que hacer reparar la cinta con la historia de quien le había dejado todo eso, pero seguía dejándolo para después, por el momento eso no era la prioridad y además la reparación le saldría gratis ya que Mako pagaría por ella.
Termino de elegir que usaría y se fue de ahí para volver a su base y pensar en estrategias para el asalto que haría. Una vez había llegado comenzó a planear como entraría al lugar y haría para que todos se pasmaran al ser atacados de la nada. Iba y volvía a esos clubes donde se resguardaban revisando todo lo que necesitaba para poder perpetuar su plan. A diferencia del anterior lugar en donde solo borraba la información de manera discreta, aquí iba a crear todo un show.
Pasaron varios días mientras preparaba todo lo necesario, le había tomado más de lo pensado; sin embargo, eso no la detendría. Una noche al revisar maneras de escapar del lugar se preguntó como es que se las había arreglado para que no encontrasen su base; ella tomaba precauciones sobre ello cada vez que realizaba una operación, si es que las podría llamar así. Se aseguraba de no dejar rastros de ella que hiciera que la siguieran y averiguaran donde es que se escondía. Debía pensar en un plan de escape si es que una situación en la que era atacada en su base se llevaba a cabo. Idearía algo en caso de que eso suceda considerando la seguridad de sus arrendadores, no quería que nada malo les sucediese. Pasaron unos cuantos días más hasta que ya tenía planeado cuando y como proceder.
Un día antes de realizar lo que tenía planeado miró el calendario, ya iba a terminarse junio, solo quedaba un mes para que terminara ese dichoso calor. Era cierto que la humedad hacía que fuera insoportable, una vez casi le dio un golpe de calor mientras caminaba tranquila por las calles. Por suerte antes de que tuviera tiempo a desmayarse ya había entrado a un centro comercial donde había aire acondicionado, algo con que combatirlo. Ojalá no ocurriese algo que interfiera, sería algo desafortunado. El día anterior descansaría para así poder estar fresca para el día siguiente. Comería lo normal y dormiría bien, pasaría tiempo relajándose y finalmente tomaría un buen baño.
Noodle iba en dirección al almacén, cogería lo necesario y luego iría a los clubes donde encontraría a sus víctimas. Alistó en un maletín en donde usaría todo lo necesario como la había hecho anteriormente. Salió de su lugar de suministros yendo directo a los clubes. Llegaba al sitio con las manos dentro del maletín a la madrugada, sería una mañana ruidosa. Ya estando cerca y con algunos autos transitando la zona, comenzó a ejecutar su plan poniéndose su máscara. Empezó a correr de frente a la puerta de los establecimientos y haciendo un movimiento rápido, sacó dos granadas del maletín, una en cada mano. Quitó las argollas de seguridad de estos y lanzó los explosivos al mismo tiempo que se ponía a cubierto detrás de unos grandes buzones. Seguidamente ocurrieron dos explosiones al mismo tiempo destruyendo la entrada de uno de los clubes. A dos pistolas en mano se dispuso a abrir fuego, saliendo de su cobertura por un momento apuntó ambas armas a la entrada por si salía alguien, pero apenas las pistolas fueron desenfundadas la de su mano derecha fue destruida y salió volando. En seguida se puso a cubierto nuevamente preguntándose que había pasado. Tenía la mano y la muñeca adolorida por el fuerte movimiento que hubo. Tratando de entender lo que paso de repente fue interrumpida por disparo casi atinándole. Entonces entendió que le estaban disparando de algún lado, debía irse de ahí y buscar otro lugar donde ocultarse. Comenzó a correr y se puso detrás de un auto.
Necesitaba pensar de nuevo lo que iba a hacer, si le dispararon rápidamente seguro que ya le estaban esperando o sabían que podía venir. La mano le seguía doliendo, la tenía como medio colgada, estaba dislocada. No sabía como colocarla de nuevo, solo le quedaba usar la mano izquierda para defenderse. Mientras pensaba que hacer observó como caía una granada cegadora en frente de ella, dio un grito por la ceguera causada, así como oía disparos yendo hacía ella. Trató de escapar mientras veía entre blanco y borroso, metiéndose en lo que parecía un callejón. Al momento de apoyarse contra la pared sintió un dolor agudo bajo la axila derecha, por las costillas y vio como una bala chocaba con la pared. Al levantar el brazo vio una herida de roce de bala, la agarró con su mano izquierda mientras salía sangre de ella. Se apoyó de espalda contra la pared y se dejó caer sentándose en el piso con la mano en la herida sintiendo una costilla rota y preguntándose como saldría de esa.
