Detective Conan es propiedad intelectual de sir Gosho Aoyama y sus respectivos distribuidores. No intento robar ni plagiar nada, sólo escribo 'tomando prestados' los personajes de esta magnífica serie, para divertirme a mí misma y divertir a los demás lectores. Aunque si algún día me quieren regalar a Shinichi, no les diré que no…
* * * * * * * * * *
Ya eran las doce tocadas cuando ambos chicos y Ran salieron de la habitación de Kazuha, la cual sin darse cuenta se había convertido en la 'sala de reunión' de los cuatro jóvenes. Ran dio las buenas noches a los chicos y se encerró en su habitación, pasando el candado, algo asustada por el las noticias que habían dado antes en la televisión. Sin embargo, Heiji y Shinichi no se fueron a dormir. Entraron ambos en la habitación del chico de Tokio con expresión seria.
-¿Así que era cierto? – preguntó Heiji, cruzándose de brazos y sentándose en la silla que había al lado de la mesita de noche. Por su parte, Shinichi se quitó la americana empapada y la colgó al respaldo de una segunda silla.
-En efecto. Alguien nos sigue.
Desde hacía unas horas, que ambos chicos se habían dado cuenta de que no estaban solos, de que alguien les seguía los movimientos minuciosamente. Y sin parecer equivocados, el sospechoso número uno parecía ser el hombre que se sentaba en un rincón oculto en el Cat's Room, donde habían estado antes con las chicas. Por si acaso, decidieron comprobarlo. Esa misma noche, en el comedor, Shinichi vio a un hombre sacando un poco la cabeza por detrás de la puerta de los servicios que había al lado del comedor. Dando el pretexto de que se iba al servicio, fue tras él. Al entrar a los lavabos, se encontró con la ventanilla abierta, y aquí empezó la corta persecución, porque a las pocas calles lo perdió de vista. Luego volvió empapado al hotel.
Heiji se puso una mano en la barbilla en postura intelectual, intentando razonar lo sucedido. Sí, definitivamente había alguien que les seguía, pero… ¿quién y por qué? Eso era algo que no lograba comprender. Tal vez tenía algún tipo de relación con el acertijo que les había brindado su padre y el señor Ietaka. Pero… ¿realmente valía la pena incluso espiarles? ¿O había algo más… algo que se les estaba escapando?
-Esto no me gusta.
Heiji se giró sorprendido hacia Shinichi, el cual se encontraba al lado del cristal de la ventana mojado por la suave llovizna. Miraba hacia la nada, en algún punto infinito donde su mente y sus ideas se reconciliaban. Cierto, a él tampoco le gustaba nada todo eso. No podía ser nada bueno. Pero de momento lo único que podían hacer era encontrar al perseguidor y cogerlo con las manos en la masa, y luego hacerle cantar. Shinichi salió de su estado de trance y se dirigió hacia Heiji.
-Será mejor que nos vayamos a dormir. Deja el móvil encendido, por si acaso – dijo él. Heiji asintió, le dio las buenas noches y desapareció tras la puerta. Shinichi abrió el armario, se colocó el pijama y se tumbó a la cama, intentando aclarar su mente. No había podido atrapar al criminal, pero podía hacer una buena descripción de él. Era un hombre de mediana estatura, un poco más alto que él, tirando a delgado y con pelo largo y negro, aunque seguramente se trataría de una peluca. De momento eso era lo único que sabía ahora.
*Y en caso de que nos siguiera con algún objetivo, ¿a quién seguiría? Lo más seguro que a Hattori o a mí… tal vez sea alguien que tuviera relación con nosotros en algún caso, vete a saber. En fin, lo mejor será descansar, y mañana empezaremos las investigaciones adecuadas.*
CiNtUrO-cHaN CCF presenta…
Glosario de Términos:
* * * * * * * * * * Cambio de Escena
// ~~ \\ Flash Back
*…* Pensamientos de un personaje
… Un ruido
El caso del asesinato del blanco número 19
File 3 – Blanco Fijado
Bibibibi-bibibibi-bibibibi-bibibibi
El diabólico ruido despertó al instante a Shinichi, el cual de poco no se cae al suelo del susto. Paró el ruidoso aparato de un golpe y se levantó perezosamente. Las 7 am. ¡¿Quién demonios le había puesto el despertador a esa hora?! La imagen de Ran diciéndole que debían madrugar le vino a la cabeza como un relámpago, y se dirigió al armario mientras farfullaba cosas inaudibles con expresión cansada. ¿Hasta con el despertador tenía que molestarle? Aunque, en cierta manera, sabía que era una forma más que la chica tenía para estarle encima y quizás para asegurarse de que no se iba sin su consentimiento. Claro que eso también podían ser paranoias suyas, pero el hecho de saber que le había echado tanto de menos y sufrido por él tanto le alegraba como le entristecía. Pero ahora no era cuestión de aclarar si era alegría o tristeza lo que le ocurría, sino de no irse nunca, nunca más. Y si por algún motivo tuviera que ausentarse de Tokio, volvería una vez a la semana como mínimo. Se lo había prometido a él mismo.
Miró a un lado y a otro, como si alguien fuese a entrar en su habitación, y sacó una pequeña foto escondida inteligentemente en la maleta. Era la foto que se hicieron ambos cuando recuperó su cuerpo, esa vez en la obra de teatro (NA1). No se podía decir que hubieran salido para una portada de revista, pero esa foto tenía un gran valor sentimental, y sabía que Ran también tendría lo más seguro una. Pero lo cierto es que desde que ya había dejado de ser Conan, no sabía tantas cosas de ella como antes; el hecho de vivir con ella hacía que la chica le cogiera confianza y que no parase de explicarle sus cosas; desde la que tenía menos importancia, como por ejemplo alguna aventurilla con Sonoko, hasta las preocupaciones por los exámenes finales o vete tú a saber…
*Lo que está claro es que estamos igual justo antes de que me encogiera. Y ahora ya no somos críos… e-en teoría somos más maduros, podríamos asumir más cosas y… tal vez ya iba siendo hora de que terminara lo que empecé en el Kyoto Hotel… (NA2) Le pediré que… que… que se…. Que si quiere… que…*
Shinichi movió rápidamente la cabeza en la cual se podrían freír huevos y se tumbó una vez más, exhausto. Cerró un poco los ojos para descansar unos minutitos más, cuando tuvo un mal presentimiento, y una voz muy familiar gritó. Sus ojos se agrandaron y rápidamente se puso de pies, y corriendo se dirigió a la habitación contigua, la correspondiente a la de Ran, desde donde había oído su voz.
-¡¿Qué pasa?! – dijo él acercándose a la chica. Ran estaba en la puerta de la habitación mirando horrorizada en ella. Él se adelantó y se la puso detrás, mientras se adentraba en la habitación. Lo que vio le sorprendió: estaba toda desordenada, con los muebles tirados aquí y allá, la cama deshecha, el equipaje revuelto, los cristales de las ventanas rotas y un jarrón tirado al suelo, haciendo que el agua mojase la maqueta. Kazuha, la cual estaba al lado de Ran, fue a alertar al chico de Osaka, el cual tardó un poco en despertarse.
-¿Qué dem…? – Heiji se frotó los ojos al entrar en la estancia, no fuera caso que eso sólo fuese un sueño. Ran miró sin dar crédito a lo que veían sus ojos a su habitación. Shinichi se giró y se dirigió hacia ella sin entender.
-¿Qué ha pasado aquí? – preguntó algo aliviado, dando gracias a que no le hubiera pasado nada a Ran.
-P-Pues… - Ran lo miró algo asustada – C-Cuando he venido aquí… me… me lo he encontrado así… ¡yo no lo he hecho! – dijo ella rápidamente como si fuesen a darle la culpa.
Shinichi le puso ambas manos en los hombros para reconfortarla – Eso ya lo sé. Pero lo que no entiendo nada… ¿dormías tan profundamente que no te has enterado de nada? – preguntó él incrédulamente.
Kazuha se adelantó negando con la cabeza – Al final Ran, a eso de las dos o tres de la madrugada, llamó a mi puerta y se quedó a dormir conmigo. Y cuando por la mañana ha vuelto a su habitación, se ha encontrado con… con esto – terminó ella, mirando la habitación sin entender nada.
Shinichi arqueó las cejas - ¿Tenías miedo, Ran? – dijo él inocentemente.
La chica se hizo un poco la ofendida – Sí, pero es que… oí unos ruidos extraños y…
*¿Ruidos extraños?* Fue el pensamiento que pasó por las mentes de Shinichi y Heiji al mismo instante. Los dos se centraron en la chica. ¿Quién había hecho y por qué? ¿Acaso buscaban algo que tenía Ran? ¿Y si la buscaba a ella misma y, al no encontrarla, había montado todo ese desorden para que no sospechasen que iba detrás de ella? ¿Y de ser así… por qué querría ocultarlo y por qué querría a Ran?
-¿Qué fue lo que oíste? – preguntó Heiji.
Ran se puso una mano en la mejilla – Eh… Creo que… eran como unos extraños golpeteos contra algo… parecían golpecitos en el cristal de la ventana. Supongo que sería la fuerte lluvia, pero en fin, ya sabéis como soy, me asusto por nada… así que fui en busca de Kazuha – dijo algo sonrojada. Sin embargo, ni Shinichi ni Heiji pensaron que eso era una simple trivialidad. Ambos se dirigieron al ventanal y salieron a fuera. En efecto, tal y como aseguraba Ran, había marcas de extrañas pedradas en la pared, como si alguien hubiese intentado fijar alguna cuerda atada a una piedra o un objeto parecido para poder escalar.
-Bien pues, será mejor que llamemos a recepción – pronunció Shinichi quedo.
* * * * * * * * * *
*Llamar a recepción fue equivalente a no hacer nada. A parte de tener que dar mil y una explicaciones para hacerles entender de que Ran no había hecho nada y que el desorden no era debido a una alocada fiesta de adolescentes, llamamos a la policía, pero estos se negaron a hacer ninguna investigación por carencia de pruebas, alegando que les dejaran de triquiñuelas, que la Gran Policía de Tottori no tenía tiempo que perder en trivijuegos. Así que nos quedamos como al principio, cosa que no nos importó ni a Hattori ni a mí. A las que sí parecía importarles era a las chicas, las cuales estaban algo asustadas por los incidentes. Normal. De todas maneras, ni Hattori ni yo nos separamos un pelo de ellas, y hemos acordado que para esta noche, que ambas duerman en una misma habitación y que uno de nosotros dos vaya haciendo turnos de noche, para mayor seguridad.*
*Tanto Hattori como yo creemos que esto no puede ser obra de nadie más que de ese extraño espía que no para de acecharnos desde que vinimos aquí. ¿Pero por qué la habitación de Ran y no, por ejemplo, la de Kazuha? ¿Es que ella tiene algo que no tenga ella? ¿Alguna cosa que ni ella misma sepa que posee? Esto no va bien. Esto no va bien…*
-Hey, Kudo- Shinichi alzó la cabeza. Se había olvidado por completo que se encontraba en el Cat's Room, tomando, como era habitual, un helado con los tres; eran ya las diez de la mañana y después del pequeño incidente y de que la policía no quisiera saber nada de ellos, habían decidido ir a la cafetería a desconectar un poco - ¿Sigue en pie el acertijo de mi padre? – preguntó él.
Shinichi le hizo el signo de victoria - ¡Pues claro! Por algo soy el mejor detective de Japón, puedo llevar más de un caso a la vez…
-¡Oye, te recuerdo que el mejor detec…!
-Ya, ya, ya. ¡Parad! – exigió Kazuha, harto aburrida - ¿Os creéis que es el mejor momento para… esto? ¡Os recuerdo que han estado a punto de atacar a Ran! ¡Porque, quién sabe, si hubiera estado esta noche en su habitación, vete tú a saber lo que le habrían hecho! ¡¡ASÍ QUE NO OS QUIERO VOLVER A OÍR HABLANDO DE ESTAS COSAS!! ¡¿ENTENDIDO?!
Shinichi y Heiji hicieron un ligero movimiento de cabeza, muy intimidados, mientras Ran, con una gotita en la nuca, intentaba calmar a su furiosa amiga, la cual volvía a entrar en sus casillas.
Entonces, sin previo aviso, pasaron un seguido de coches patrulla delante del Cat's Room donde se encontraban, cosa que no pintaba mucho con la vista turística de la ciudad. Iban muy rápido y con las sirenas puestas. Había pasado algo.
Shinichi y Heiji se los quedaron mirando algo alterados – Oiga, perdone – dijo Heiji al camarero que pasaba por su lado. Este se acercó a él amablemente - ¿Ha ocurrido algo para que haya tanto alboroto?
El camarero hizo cara de sorpresa y se le acercó más - ¿No lo sabe? Ayer por las noticias no paraban de darlo. Ha aparecido una nueva víctima de ese asesino en serie muy cerca de aquí, en un pueblo a unos cinco kilómetros.
Los cuatro jóvenes se lo quedaron mirando - ¿Qué? – exclamó Heiji - ¿Sabe algo más de lo ocurrido?
El camarero puso un aire de desconcierto – Bueno… sólo lo que se comenta por aquí. Que es la víctima número trece, si no hierro, y que también tenía el pelo largo y oscuro, y unos ojos verdes…
-¿Verdes? – preguntó Shinichi – Qué raro, si hasta ahora…
-Tal vez era simple casualidad – apuntó Ran. Luego se giró hacia Kazuha – Kazuha, tú los tienes verdes…
La chica tragó con dificultad y asintió, algo pálida. Era como si ahora tuvieran un temor y motivo de preocupación en común. Pero no había de qué preocuparse, tenían a sus dos grandes detectives los cuales no les dejarían solas ni un instante, además tanto la una como la otra sabía de algún arte para dejar K.O. a su contrincante, por lo que 'en principio' no había problema…
Un ruido les alertó. Era para sorpresa de Shinichi, el ruido de su móvil. Lo cogió algo sorprendido al ver que el interlocutor era, ni más ni menos, que el inspector Megure. Lo que no sabía es que Ran le estaba mirando con una cara bastante preocupada. Que el inspector Megure le llamara en sus propias vacaciones no podía significar otra cosa que…
-¡¿Un caso?! – repitió Shinichi pegándose al aparato.
*Efectivamente* Pensó Ran con tristeza, bajando la cabeza *¿Te volverás a ir…?*
-Sí, sí lo he oído. Sí, justamente lo estábamos hablando con Hattori… Sí, Hattori está conmigo – Shinichi hizo un inciso; seguramente el inspector Megure se lo estaba explicando todo. Shinichi miraba hacia la nada con expresión seria y a la vez neutra – Entendido. Sí, iremos a echar un vistazo. No se preocupe. Sí. Adiós – y colgó.
Heiji le echó un vistazo entendiendo la situación – Te ha pedido que vayamos a la escena del crimen, ¿verdad? – dijo él sin ganas. Shinichi asintió gravemente - ¿Y cómo nos lo montamos? Supongo que a vosotras no os hará mucha gracia ir vagando por un pueblo donde ha habido un asesinato, ¿no? – dijo el chico girándose hacia Ran y Kazuha. Estas se miraron durante un momento dudosas.
-No pasará nada mientras vayamos las dos juntas, ¿verdad? – dijo Ran sonriendo. Kazuha asintió - ¡Si alguien intenta hacernos nada, le propiciaremos un buen golpe de kárate y seguidamente otro de judo!
Ambas chicas empezaron a conversar animadamente sobre los trajes de baño que se pondrían esa tarde a la playa del pueblo donde había habido el asesinato, mientras los dos detectives empezaban a preocuparse por el caso. Tal vez no había sido muy buena idea venir a esta playa…
* * * * * * * * * *
-Un sol radiante.
-Un estupendo bañador.
-Un cielo azul.
-¡Y el mar!
-¡Nos lo pasaremos geniaaaal! – Ran y Kazuha, dadas de la mano y ya con el bañador puesto, se dirigieron corriendo al agua del mar de Kyôga, el pequeño pueblo donde había aparecido la víctima número trece. A Heiji y a Shinichi se les cayó una gotita al pensar que se habían preocupado antes por ellas. Estaba claro que nadie osaría hacer nada a esas psicópatas (cariñosamente).
Ambos detectives estaban sentados en un pequeño bar al lado de la playa, cada uno observando a su chica. En la escena del crimen aún estaban reestructurando las pruebas, por lo que habían decidido pasar unos minutos después, al menos para contemplar, según ellos, el 'paisaje marino'. Dicho paisaje consistía en Ran, Kazuha, el juego de pelota al que jugaban y sus sexys bikinis/bañadores.
-¿Sabes, Ran? – dijo Kazuha mientras intentaba devolver la pelota a la chica.
-¡Sí, dime! – dijo ella dando un ligero movimiento de piernas para lograr devolver la pelota a la chica.
-Me ha sorprendido mucho Kudo. Me lo imaginaba mucho más serio, más modesto, más…
-¿Diferente a Heiji? – objetó Ran. Kazuha asintió febrilmente con una sonrisa.
-Exactamente. Pero por lo que he visto ambos son igual de críos.
Ambas chicas rieron complacidas. De hecho, las vacaciones no estaban siendo del todo arruinadas… y se lo pasaban bien. De momento sólo llevaban dos días, pero lo estaban aprovechando bien. Antes de venir a Kyôga habían dado otro paseo por las tiendas de detrás del hotel, y ambas chicas se habían deleitado casi una hora en dos o tres escaparates, mientras Shinichi y Heiji no paraban de farfullar y de calificarlas como lentas, aunque a ellas eso plim.
-Bueno, Kudo, será mejor que vayamos tirando – Heiji se puso de pies y le hizo una señal a Kazuha con el brazo diciendo que se iban. Ella se lo respondió y volvió a la pelota – Otro caso más a nuestra larga lista.
Shinichi también se puso de pies y ambos chicos se marcharon, ante la mirada atenta y preocupada de Ran. A través de los callejones no paraban de encontrarse oficiales de policía corriendo de aquí para allá, algunos vestidos de incógnito, otros con el equipaje. Los habitantes del pueblo se veían ligeramente asustados, cosa que no era de extrañar teniendo en cuenta los sucesos. Al cabo de un par de minutos llegaron a un cruce entre dos callejuelas, donde se había producido el homicidio.
Al centro de las investigaciones había un hombre vestido a lo habitual, el cual parecía el jefe de todo aquello. Al verles, el hombre se acercó a los dos detectives con expresión seria – Está prohibido el paso aquí.
-Estamos autorizados. Venimos de parte del inspector Megure – dijo Shinichi sin prestarle atención – Él es Heiji Hattori y yo Shinichi Kudo. Somos detectives.
El hombre parpadeó – Lo siento. Creí que erais simples curiosos. Yo soy el inspector Kaho Oogaki, de la comisaría de Tottori – acto seguido le tendió la mano a ambos detectives y consultó su agenda – El inspector Megure ya me dijo que vendrían 'refuerzos de Tokio'. Me ha pedido que os explique paso por paso lo que tenemos. Seguidme – el inspector Oogaki se dirigió a la pared que había justo al lado del sitio donde horas antes había permanecido la víctima – En este punto, exactamente aquí, se han encontrado rastros de pelo y de huellas dactilares de la víctima, por lo que suponemos que el agresor la empujó a la pared para dejarla sin sentido y acto seguido matarla.
-¿Cómo la mató? – preguntó Heiji.
-Como las doce anteriores. Aún no se ha encontrado el arma del crimen, por lo que suponemos que debe haber sus huellas dactilares. Hemos dado orden de busca y captura de un sospechoso que podría ser el asesino – y acto seguido les tendió una foto. Era un hombre con una cara apenas visible y borrosa, dada por algunos pocos testigos. Tenía el pelo largo y oscuro, gafas de sol y boina. Shinichi se acercó a la foto con los ojos agrandados.
-¡Es él! – gritó señalando la foto – El tipo que seguía a Ran. Estoy seguro – Shinichi se acercó más el retrato del hombre y lo miró unos instantes, para que quedase definitivamente en su mente. Luego se la pasó a Heiji para que este la examinara y luego la devolviese al detective Oogaki.
Los tres se acercaron a la víctima. El señor Oogaki les explicó que se calculaba que la muerte había sido entre las dos y las cuatro de la madrugada de ese mismo día. La causa de la muerte era la misma que las otras víctimas anteriores, con los mismos rasgos. Se había detectado sudor al cuerpo de la víctima, por lo que dedujeron que había corrido. Seguramente habría notado que alguien le seguía y cuando empezó a correr éste se adelantó y la mató.
-Tal vez recibía amenazas. ¿Qué ha dicho la familia de la víctima? ¿Se comportaba de algún modo sospechoso? – preguntó Heiji, alzándose y mirando al inspector.
Él negó con la cabeza gravemente – No. Los familiares y amigos más próximos han dicho que actuaba como siempre y que no se la veía preocupada. Lo cierto es que empieza a cundir el pánico, no sólo aquí sino en todo Japón. El hecho de que aún no haya ningún punto en común entre las víctimas nos hace pensar que pueda tratarse de un asesino que mata indiscriminadamente, y el hecho de que los asesinatos hayan sido en lugares diferentes hace que toda la población en general esté asustada. Y con razón, además.
Shinichi frunció el ceño y miró el cadáver con detenimiento. Nada. No había nada, ninguna pista, ningún señal. Pero había una cosa que le preocupaba y que no lograba entender. Si supuestamente había un asesino que mataba indiscriminadamente, y el sospechoso que había visto era él, entonces… ¿qué hacía rondando por Tottori la misma noche del asesinato? ¿No hubiera sido mejor que en lugar de seguirles a ellos, hubiese estado vigilando a la víctima? *A no ser… que estemos tratando con dos personas y no una. Entonces todo tendría más lógica. Pero y si nos siguiera realmente a nosotros… ¿cuál sería el motivo? ¿Y detrás de quién va?* El chico de Tokio se rasgó la cabeza y empezó a murmurar maldiciones. No lograba encontrar ninguna respuesta a sus múltiples preguntas.
-Eh, Kudo – Heiji se acercó a él con expresión severa – Esto no me gusta. Creo que sería mejor que volviéramos con las chicas cuanto antes – dijo él, mirando el poco trozo de mar que se veía a lo lejos a través de las calles despueblo de Kyôga.
Shinichi negó con la cabeza – Ellas estarán bien, y no hay de qué preocuparse. No conozco ningún asesino que ataque en plena playa. Pero en cambio si abandonamos la escena y se nos pasa algún detalle por alto, es posible que vuelva el asesino y lo haga desaparecer.
Heiji frunció el ceño. Pese a saber que tenía razón, tenía una opresión en el pecho que hacía preocuparse por ambas chicas, en especial por una. ¿Y si ahora ellas habían ido a dar un paseo y él las sorprendía a la mínima oportunidad? *Como siga así, me volveré loco… No, me volverá loco. ¡Más le vale que esté bien…!*
-De acuerdo, Hattori. Procedamos – Shinichi se giró hacia el chico de Osaka con los brazos cruzados, y luego hacia el inspector Oogako - ¿Hay algo más que debamos saber? ¿Alguna cosa extraña que esté relacionada con el caso? Cualquier cosa que nos sirva y que no parezca tener ningún punto en común en todo esto.
El hombre de pobladas cejas, vestido con corbata y traje marrón se puso una mano en la barbilla, intentando concentrarse. Llamó a un oficial y éste le entregó su bloque de notas donde había apuntado los detalles del caso – Bueno, creo que ya está todo dicho… Ah, esperad, esto… bueno, no sé si tiene mucha importancia, pero…
Ambos detectives se pusieron alerta – Señor Oogaki, a menudo son los pequeños detalles los que nos llevan a resolver los grandes enigmas (NA3) – dijo Shinichi mirándolo con atención – Díganos qué detalle es ese.
El hombre dudó un instante y les hizo signos de que le siguieran. Andó por el estrecho callejón hasta llegar al final, donde se juntaba con la animada calle. Se paró un metro antes de ese punto y se agachó. Shinichi y Heiji le miraron contrariados, y él les señaló un pequeño punto de la pared. Ambos jóvenes se agacharon por igual y lo inspeccionaron. Casi a tocar de suelo, entre algunas plantas silvestres que habían crecido, había un especie de papel grisáceo y sucio, pegado con celo a los viejos cimientos. Heiji acercó la cara y leyó los dos caracteres que habían escritos en el papel con tinta extraña y mala caligrafía más una palabra inglesa: "Gisei down"
-¿Gisei down? – Shinichi papadeó - ¿'Víctima abajo'? ¿'Víctima inferior'? ¿Qué significa esto?
Heiji se giró hacia el detective, el cual negó con la cabeza – Como ya miramos debajo del cuerpo de la víctima por si acaso esto fuera algún mensaje del asesino, y no encontramos nada, lo dimos por algún juego de críos… y como no había ninguna imprenta digital, pues…
Shinichi se giró hacia él – El hecho de que no hubiese ninguna huella dactilar en el papel significa, precisamente, que no lo hicieron unos niños.
El inspector parpadeó sin entender y Heiji le hizo una aclaración – A ver, piénseselo. ¿Qué tipo de crío escribiría algo en un papel y luego borraría sus huellas? Está claro que esto es obra de alguien que no quería ser reconocido, aunque de momento no sabemos si es una amenaza o bien un aviso. ¿Eh, Kudo?
El chico de Tokio asintió absorto, concentrándose en el papel *¿Gisei down? ¿Qué quiere decir? ¿Debajo de la víctima? ¿En alguna parte inferior de la víctima? O que… tal vez… ¿'víctima a bajo'…?* Shinichi apartó rápidamente las hierbas malas del suelo, las cuales medían casi un metro, hasta que entre todo ese tumulto de verde encontró una pequeña flor. Estaba arrancada de tajo, y era obvio que no había crecido allí sino que alguien la había dejado. La cogió cuidadosamente con un pañuelo para evitar poner sus huellas en ella y se la quedó mirando. *¿Es posible que se refiera a esto…?*
-Oh, vamos, Kudo – oyó decirle a Heiji sarcástico desde atrás, como si le hubiera leído la mente - ¿En serio crees que una flor puede ser una víctima? ¿O una posible víctima en un futuro cercano? – replicó él, poniéndose de pies.
Sin embargo, el chico no le hizo caso, sino que se quedó mirando la flor en estado de shock. Un sudor frío le recorrió todo su cuerpo y un horrible presentimiento se apoderó de él. Observó la flor de color liloso que yacía en sus manos.
-¿Kudo? ¿Qué ocurre? – preguntó Heiji al no obtener respuesta. Él se alzó poco a poco y le enseñó la flor - ¿Y?
-Es… una orquídea… - dijo él con la mirada vacía – Ella… será la próxima víctima… ¡¡MALDICIÓN!! ¡¡RÁPIDO!! – el chico, reaccionando, le entregó la flor al inspector - ¡¡Analícenla y si tienen resultados llámeme a mi número!! ¡O pregunte por mí al hotel!
Shinichi empezó a correr a través del callejón. Heiji se quedó parado sin saber a qué venía eso, hasta que se paró a pensar en la flor y en su nombre en japonés… Rápidamente se dirigió con su amigo, dejando algo tocado al inspector Oogaki.
Fin del cap.3
CONTINUARÁ
Notas de CiNtU
NA1 – "La Obra de Teatro", más conocida como la saga "Shinichi's Rebirht (el renacimiento de Shinichi)". Viene al volumen 26 (la podéis encontrar en Shinichi's Memories traducida al español). Id y leedlo vosotros, porque realmente vale la pena estar bien enterado.
NA2 – Lo que estuvo a punto de pasar en el Hotel Kyoto fue que Shinichi de poco no se le declara a Ran ^^ Para más información, visitad la dirección anterior. Esta parte sería el desenlace final de Shinichi's Rebirth.
NA3 – A menudo los pequeños detalles son los que nos llevan a resolver los grandes enigmas – Frase utilizada por Shinichi en el caso de 'El primer caso de Shinichi Kudo, asesinato en un avión volando en el firmamento' o algo así… ¬¬UU
Konni~!! Hi guys, aquí está el tercer capítulo! Espero que os haya gustado~!! La cosa empieza a pintar interesante, ¿neh? Juju, y lo que pintará… ^o^ No digo nada, no digo nada… ¬¬U
En fin, ¿qué os ha parecido? ¿Os ha gustado? ¿Sí, no? ¡¡Enviadme un mail a cinturo@3xl.net!! Y los que ya lo hacéis, ¡arigatô gozeimashita o!! En fin, espero que os haya gustado. Ha habido bastante acción, y tengo previsto que la cosa se complique más y más y más y más… En fin, que hay tela. Jujuju, ya me lo imagino, más de uno estará camino de la cocina para coger el cuchillo… ¡sorry, pero es que tenía que dejar un final intrigante! Ya lo sabéis, si no acaba intrigante no tiene gracia (se oye la risa sonora y diabólica de cinturo juju). En fin no me alargo más, espero que os haya gustado.
Al principio, este capítulo estaba formado por lo que hay ahora más parte del capítulo cuatro, pero como me quedó tan largo lo dividí en dos (y aún así me ha salido largo ^^U). Espero que no os haya decepcionado ^^.
Este capítulo va dedicado a Haku!! (O Hattori_Kudo, o Haku-chan, o yo que sé XD), para que siga con sus maravillosos fics!! Desde aquí un abrazo ;p Y cómo no, ¡mil gracias por leer mis fics y apoyarme! De verdad, lo valoro mucho n_n
Nos vemos en el próximo capítulo… (chanchanchan-musiquilla intrigante)
CiNtUrO-cHaN (AKA Cintu)
17·12·03
Reportaje: Ya que estamos en unas fechas muy próximas a la Navidad (para cuando leáis esto ya estaremos en Navidad ^^U), he pensado que el reportaje del capítulo 3 podría estar dedicado al Invierno y a la Navidad de Japón. Y una manera de repasarlo todo es explicando brevemente todos los 'matsuri' (festival) del invierno. Al mes de Diciembre encontramos el On Matsuri (15-18 dic), y se celebra en el santuario Kasuga, en Nara. Hay una procesión de cortesanos, criados y luchadores de la antigüedad; a continuación viene el Hagoita-Ichi (17-19 dic Tokio), el Namahage (31 dic-prefectura de Akita), la Ceremonia de Okera Maire (31 de dic-Kioto), el Año Nuevo (1 ene); este merece ser explicado: se trata del festival religioso más importante de Japón. la mayoría de la gente come fideos 'soba' la noche anterior para tener una vida más larga. Presenciar el primer amanecer trae buena suerte, y los primeros días se dedican a visitar templos y santuarios en familia para comprar talismanes para el año que entra.
Después del Año Nuevo vendría el Dezomeshiki (desfile de Año Nuevo, 6 ene-Tokio), el Usokae (Intercambio de Pinzones, 7 ene, Dazaifu, prefectura de Fukuoka), el Festival Toka Ebisu (9-11 ene, santuario Imamiya, Osaka) y el último de enero, el Yamayaki (festival del Fuego de Hierba, 15 de enero-Nara).
En febrero encontraríamos el Setsubun, un matsuri que sale constantemente a los mangas (como por ejemplo a Ranma 1/2); se celebra los días 3 o 4 de febrero, y es una fiesta nacional; en los templos principales, varias celebridades lanzan semillas secas de soja a la multitud para alejar los malos espíritus, ya que el setsubun consiste en hechar habas por toda la casa para expulsar así a los oni (demonios). En febrero también hay el Festival de los Faroles (3 o 4 feb), y se celebra en Nara. Luego está el Yuki Matsuri (festival de la Nieve, principios febrero -Sapporo/Hokkaido); y, por último, el Saidai-ji Eyo Matsuri (Festival del Desnudo, 3r sábado de feb).
Estos serían los festivales más famosos que hay en el invierno, espero que os haya gustado este pequeño reportaje y que poco a poco vuestra cultura sobre el Japón vaya aumentando ^_^
Por cierto, nada de coger esta información sin permiso, ¿neh? ^o~
