Detective Conan es propiedad intelectual de sir Gosho Aoyama y sus respectivos distribuidores. No intento robar ni plagiar nada, sólo escribo 'tomando prestados' los personajes de esta magnífica serie, para divertirme a mí misma y divertir a los demás lectores. Aunque si algún día me quieren regalar a Shinichi, no les diré que no…

* * * * * * * * * *

-¡¡Un precioso collar para unas preciosas señoritas!! ¡¡Anímense, jovencitas, está a mitad de precio!!

-No, no… - dijeron ambas, rechazando con tristeza ese precioso collar que les ofrecía el viejo de la tienda.

Ran y Kazuha pasaron al tenderete siguiente, observando cómo cada vez había más cosas extrañas a cada paso que daban. Ya hacía más de una hora que los chicos se habían ido y ellas ya se habían cansado de tanto sol, por lo que habían decidido ir a hacer turismo por el mercadillo que había al paseo marino que quedaba justo al lado de la costa. Estaba bastante lleno, cosa que hacía que aún hiciera más calor, y más de una vez dieron gracias a las grandes sombras que les ofrecían los poderosos hoteles que se plantaban al otro lado de la calle.

De repente, Kazuha observó un pequeño brillo en la mano de su amiga y se la tomó - ¿Qué es esto, Ran? ¡Wow, un anillo! – exclamó la chica, mirándola con emoción -¡¡Ran, no me digas que vosotros…!!

Ran, al principio un poco confundida, lo entendió todo y roja como un tomate negó con la cabeza, mientras hacía un signo de 'X' con los brazos -¡Te-te equivocas, Kazuha! ¡Este anillo es sólo un regalo por mi cumpleaños! ¡Sólo eso!

Kazuha observó el anillo que la chica llevaba al dedo corazón de la mano izquierda. Era precioso: muy fino, color plateado y con un pequeño brillante azul en el medio, de tal manera que aunque parecía muy modesto daba un toque de madurez a la chica.

-Me gusta mucho… Jo, qué envidia – dijo ella, mirando unas joyas de madera que había a una pequeña tienda del paseo – Por mi cumpleaños, Heiji me regaló un peluche… - dijo la chica, algo fastidiada – Bueno, dos. Son dos ranas, una grande y otra pequeñita. La grande la tengo en la cama, y la pequeña la hago servir como amuleto.

Ran la miró con una sonrisa burlona - ¿Otro 'amuleto'?

-¡R-Ran! –exclamó la chica algo roja- ¡Cómo te pasas!

Kazuha, roja, empezó a intentar disuadir a su amiga que seguía dale que te pego con insistir en que era un regalo muy romántico, mientras continuaban andando por el paseo lleno de gente, mayoritariamente extranjeros. Pero ninguna de las dos chicas se dieron cuenta que a pocos metros de distancia les seguía un hombre que iba vestido con camisa negra, desabrochada, con pantalones negros y gorro y gafas oscuras; lucía unos collares que parecían de oro en su pecho descubierto, dándole un aire de ricachón. Hacía casi media hora que llevaba siguiéndoles, observando sus movimientos minuciosamente. Y cuando vio que la chica de la melena larga enseñó su anillo, sonrió e hizo rápidamente una llamada. Al cabo de unos instantes, le volvieron a llamar, y asintió con una malévola sonrisa, tocando finamente el cañón de la pistola que había en su bolsillo. Y, disimuladamente, empezó a sacar el cañón de él…

CiNtUrO-cHaN CCF presenta…

Glosario de Términos:

* * * * * * * * * * Cambio de Escena

// ~~ \\ Flash Back

*…* Pensamientos de un personaje

El caso del asesinato del blanco número 19

File 4 – El principio de la conspiración

*Ran…Ran… ¡Ran… por favor, que no te haya pasado nada!* Shinichi corría con todas sus fuerzas, seguido muy de cerca por Heiji, el cual no paraba de intentar llamar al móvil de las chicas, pero nadie respondía. Eso aún había hecho aumentar su preocupación al detective de kanto. Cuando relacionó el nombre de orquídea con su significado en japonés, ran, y le vino a su cabeza la imagen de la chica sonriendo, su corazón dio un vuelco y de nuevo empezó a sentir ese desasosiego que tenía siempre cuando ella estaba en peligro.

-¡¿Qué hay, Hattori?! ¿Lo cogen? – exclamó él, parando un momento para tomar el aire.

Él negó con la cabeza, suspirando. Shinichi frunció el ceño y se puso de pies encima de una pequeña pared de apoyo, desde donde había muy buena vista. Miró a banda y banda. Ese día había mercadillo y estaba todo demasiado lleno como para encontrarlas allí… *Piensa, piensa, ponte en su piel… una chica, después de darse un remojón y ver un mercadillo, iría a las tiendas de… ¡joyas!* Shinichi giró su cabeza automáticamente hacia la izquierda, y entre la gente las vio. Ran y Kazuha, charlando animadamente delante de una tienda de collares hawaianos. El chico suspiró aliviadamente, pero al bajar la cabeza en signo de descanso, vio algo que no le gustó. A tres metros de las chicas y acercándose, un hombre negro estaba sacando una pistola de su bolsillo, y apuntaba a…

El hombre vestido de negro se quitó la pistola y empezó a apuntar hacia la chica, ante el asombro de la gente que había a su lado. Empezaron los gritos de pánico.

-¿Qué pasa, Kudo? – dijo él sin entender las facciones de su cara. Entonces dirigió su vista donde miraba el chico y lo comprendió todo – N-No…

El hombre cerró un ojo y con el otro apuntó con la pistola firmemente. Ran seguía hablando animadamente con Kazuha, la cual estaba un poco roja.

-Ran – murmuró él, sin dar crédito a lo que veía – Ran… ¡¡RAN!! ¡¡RAAAAAAAAAAAAAAAN!!

Sus fuertes gritos llegaron a los oídos de la chica, la cual parpadeó y se giró lentamente *¿Shinichi?*

Pam

-¡¡AAAGH!! ¡¡Una pistola, una pistola!! – gritó una mujer que hacía la compra, dejando caer al suelo las bolsas.

-¡¡Llamad a la policía, que alguien llame a la policía!! – dijo un hombre, apartándose rápidamente del criminal que tenía al lado.

Todo empezó a transformarse a un mundo de irrealidad. Shinichi, aún desde lo alto de la pared, saltó al suelo y se dirigió rápidamente hacia allí. Miró hacia Ran con preocupación, pues con tanto alboroto las habían empujado y su campo de visión no había permitido verlas desde su posición. Entonces notó que tenía un dilema. A la derecha, el criminal empezando a huir, y a la izquierda, donde se suponía que estaba Ran. Tiró hacia la izquierda sin pensar; lo más importante era la vida de Ran.

-¡¿Se encuentra bien?! – Shinichi parpadeó. ¿Esa era la voz de Ran? Se hizo paso entre la multitud, y allí encontró sentadas al suelo Ran y Kazuha ayudando a un hombre de unos cincuenta años con sangre en el brazo derecho - ¡¡Traed una ambulancia, rápido!! – exclamó la chica, rompiéndose la parte inferior de su camiseta y usándola como venda para parar la hemorragia. De pronto, la chica se percató de la presencia del chico - ¡Shinichi! ¡Menos mal…! ¡N-Nos han disparado… le han disparado! – dijo ella, algo pálida y asustada. De repente, al verle, había sentido que ya no era necesario tomar el control de la situación pues allí estaba él para ayudarla.

Shinichi se arrodilló a su lado con preocupación - ¡¿Tú estás bien?! ¡¿No te han dado?!

Ran negó con la cabeza – N-No… oí que me gritaban… que me gritabas – corrigió ella con una pequeña sonrisa en los labios – y me giré, y vi al hombre con la pistola y justo cuando disparó me aparté un decímetro… pero entonces la bala tocó a este pobre hombre…

-¡¿Qué ha pasado aquí?! ¡¿Estáis bien?! – Heiji logró por fin hacerse paso entre la multitud. Kazuha, algo pálida y asustada al igual que Ran, se alzó y se lo contó todo. Entonces, él y Shinichi se miraron con decisión y empezaron a correr.

-¡¡Eh, dónde vais!! – gritó Ran siguiéndoles con la mirada. Pero ya estaban lejos para oír su respuesta, aunque ya la sabían. Ahora que ambos se habían asegurado que estaban bien, iban a buscar al criminal.

Metros más lejos, Shinichi y Heiji corrían con gran velocidad, intentando hacerse paso entre la gente con mil y una estrategias de disuasión. Ambos se separaron sin decirse nada, formando una pequeña estrategia de ir cada uno por un lado y así, cuando el agresor se girara, tal vez no les viera y ellos así podrían sorprenderle metros más allá.

Pero el hombre no se giró, continuaba corriendo. Poco a poco los dos jóvenes fueron reduciendo las distancias. Él pareció verles y aún se esforzó en correr más, pero parecía estar cansándose. A Shinichi le sorprendió que corría de una forma un tanto extraña, como si cojeara débilmente de la pierna derecha.

*¿Tendrá alguna cicatriz? ¿O tal vez se ha hecho daño en la persecución…? No importa, pero es un detalle a tener en cuenta y… ¡¿qué?!*

Shinichi parpadeó, al igual que Heiji, al observar que el agresor vestido de negro se metía en un coche igualmente negro y lustroso que acababa de llegar y derrapar encima de la acera, causando varios heridos. El agresor saltó sobre la puerta trasera del furgón ágilmente y la cerró.

-¡¡Maldición!! – Ambos jóvenes empezaron a correr con todas sus fuerzas, pero era demasiado tarde. El furgón se había perdido entre las encrucijadas calles de Kyôga.

Ambos jóvenes pararon de correr, abatidos, respirando dificultosamente – Maldita sea… arf… - dijo Heiji para si mismo, pegando un puñetazo a la pared – Qué rabia… unos segundos más y le pillábamos… - Heiji se adelantó hacia Shinichi, el cual estaba metros más adelantado - ¿Te has dado cuenta del cojeo?

Él asintió forzosamente – S…sí… También tengo la… matrícula – dijo él entre respiración y respiración – Aunque probablemente sea falsa… - dijo él, mirando al cielo – Esto no me gusta nada, Hattori. Demasiadas cosas en tan pocos días…

Ambos jóvenes se dieron media vuelta y reprendieron el camino de vuelta, cabizbajos - ¿Crees que tiene que ver con que Mouri tenga el pelo largo y castaño, y ojos azules? – preguntó Heiji.

Shinichi negó con la cabeza – No lo sé. Pero dudo que a nivel nacional, el asesino haya escogido precisamente a Ran, ¿no crees?

-Pero piensa que la última víctima apareció aquí cerca, en Kyôga… no sería tan descabellado – opinó él.

Shinichi se puso ambas manos a los bolsillos – No, no conozco ningún asesino que se haya quedado en el mismo sitio donde mató a alguien. Además, piénsalo. Todas las víctimas han sido encontradas en lugares distintos… ¿por qué precisamente ahora se quedaría a Kyôga para atacar a Ran? Además, no teníamos previsto venir aquí. Él no podía saberlo. Y no creo que haya disparado a Ran simplemente porque es el prototipo de chica de pelo largo oscuro y ojos azules. Además, parecían muy bien organizados. Incluso tenían un furgón preparado para la huida, y eso no había ocurrido en ningún asesinato anterior…

-¿Entonces estamos tratando muchos asesinos a la vez, no? – repuso Heiji, preocupado.

Shinichi asintió – Sí. Sinceramente, no creo que podamos encontrar el asesino en serie, porque puede que esté muy lejos. Y no creo beneficioso quedarnos más tiempo en este pueblo, Ran y Toyama deben estar muy consternadas, no querrán que nos quedemos aquí. Y para serte sincero, yo tampoco lo quiero.

Heiji asintió – Luego estaría este agresor… Y ese es un buen punto, ¿por qué te dejó ese mensaje? No tiene lógica que te avisara de que iba a cometer un asesinato, ¿no crees? De no querer hacerlo o de estar seguro, habría hecho uso de otra alternativa…

Shinichi parpadeó – Espera, piénsalo. Ese mensaje… estaba relacionado con esa víctima. ¿Es posible que tengan algo en común el asesino en serie y los agresores? ¿Es posible que busquen algo en común?

-Entonces, el mensaje… No lo envió ningún agresor, sino alguien que intentaba ayudarnos, y que por el motivo que sea, no puede dejarse ver – dedujo el detective de kansai.

Instantes después llegaron a la zona donde habían disparado a aquel hombre. Ya hacía unos minutos que se lo habían llevado al hospital de la capital, Tottori, pues el de Kyôga no estaba suficientemente preparado. Hacía una puesta de sol algo extraña, entre nubes y claros; ambas chicas estaban apoyadas al saliente del paseo, que dividía este con la playa, acurrucadas sobre sus rodillas y mirando al suelo.

-Hola – dijo Heiji en modo de saludo. Kazuha y Ran alzaron la vista.

-¡Heiji! ¡Ya era hora! ¿Qué demonios ha pasado aquí? – demandó Kazuha, saltando al suelo firme y encarándose al chico.

-Bueno, er-er… pues… - Heiji miró asustado a Shinichi por el acoso de Kazuha. Él sonrió con una gotita en la nuca y se interpuso entre ambos, apaciguando a la furiosa joven.

-Sabemos lo mismo que vosotras. Después de analizar el lugar de los hechos volvimos, y vimos a ese desgraciado apuntándoos, y simplemente os avisamos… Le perseguimos, y le perdimos – dijo él con total serenidad - ¿No os ha pasado nada, verdad? – dijo él, preocupado. Kazuha negó algo sonriente.

-No, no. Por suerte nos avisasteis a tiempo… Bueno, mejor dicho avisaste a tiempo a Ran, PORQUE A MÍ NADIE ME AVIS" – dijo Kazuha, mirando con el ceño fruncido a Heiji, el cual notó un poco de sosiego.

-No te enfades, mujer, que a quien apuntaban no era a ti, sino a Mou…

Shinichi se giró hacia él y se puso un dedo en la boca. Heiji paró enseguida y se puso una mano detrás de la cabeza, mientas empezaba a decir - ¡¡Apuntaba al moujo ese…!!

Kazuha frunció el ceño - ¿'Moujo'…? ¿Qué rayos es eso? – preguntó ella cuál interrogatorio.

Heiji se echó atrás – M-Moujo, pues era ese tío al que dispararon… u-un moujo es un turista cuarentón… con… sombrero… y… ¡eso es un moujo! – dijo él, orgulloso de salirse siempre 'tan bien' de las situaciones comprometidas. Kazuha siguió con el interrogatorio y Heiji intentó salirse como podía. Shinichi no les prestó atención y se dirigió hacia Ran, que aún seguía acurrucada a sus rodillas, con los ojos cerrados, como si durmiera.

-¿Estás bien? – preguntó él dulcemente.

Tardó unos instantes, y ella movió la cabeza afirmativa y lentamente. Eso no reconfortó mucho a Shinichi – Si estás preocupada por el hombre del hospital, no lo estés. No fue culpa tuya. Ese tipo de locos no tienen preferencias… además, si te hubiese tocado a ti, estarías mucho más gravemente herida de lo que lo está ahora ese hombre… ese moujo – añadió él con aires divertidos.

Ran sonrió débilmente y volvió a cerrar los ojos, apoyándose de nuevo sobre si misma. Parecía tan tranquila, y a la vez tan preocupada por lo que había ocurrido. Shinichi sintió unas terribles fuerzas de abrazarla, decirle que lo sentía mucho y que no permitiría que jamás de los jamases volviera a repetirse una cosa así, de transmitirle seguridad en sus brazos, y de tantas otras cosas…

-No soy tonta… - dijo ella, tajante.

Shinichi salió de sus pensamientos y la miró sin entender - ¿Cómo dices?

Ran bajó las piernas y se puso de pies. Aún llevaba la camiseta rota, pues instantes antes se había quitado un buen trozo para curar al hombre de la hemorragia. Ahora tenía un aire salvaje e indomable. Miró a Shinichi con decisión, mientras el viento soplaba – Sé perfectamente que ese hombre iba a por mí.

Shinichi parpadeó incrédulamente y ella le dio la espalda, mientras susurraba imperceptiblemente – No es la primera vez.

De nuevo sopló el viento cálido de la costa, haciendo que el pelo de la chica ondeara sin rumbo en el cielo. Shinichi se quedó inmóvil, observando la fría figura de la chica. Pasaron unos instantes y ambos se quedaron igual; el joven detective de kanto parpadeó incrédulamente y adoptó una posición seria, acercándose hacia ella - ¿Qué quieres decir con 'no es la primera vez'? – dijo él, sin negar la evidencia de que ese hombre iba a por ella.

Ran no se inmutó y continuó con la cabeza baja, hablando entre susurros – Es una sensación horrible. Cuando caminas, cuando paseas, cuando miras los escaparates… Es una extraña sensación, un frío te recorre el cuerpo… me giro y… y veo gente… no veo que nadie me mire, pero aún así… lo noto…

El joven, conmocionado, percibió el pequeño temblor en la voz de la chica, una voz quebrada y asustada. Shinichi se sentó a su lado, rozando con ella, mientras pasaba su brazo por detrás y la apoyaba hacia él, intentando reconfortarla.

-E-Es una sensación horrible – concluyó ella, apoyando su cabeza en el hombro de él, intentando no llorar. Se sintió protegida a su lado, como si todas las penas pudieran marcharse, esfumarse; ahora se encontraba en su mundo, pero a la vez no podía huir de la realidad – Tengo mucho miedo…

Shinichi frunció el ceño, visiblemente alterado - ¡Aho! Si tenías miedo, ¿por qué no…?

-Porque estás tan ocupado que yo… - dijo ella tajante, respondiéndole a la pregunta antes incluso de formularla. Después de haberlo dicho, se quedó en silencio. Sabía perfectamente lo que había querido decir con ello, porque simplemente era lo que ella pensaba: que con tantos casos y ajetreos, aunque hubiera vuelto, las cosas no habían cambiado y al paso que iban no cambiarían nunca. Y ella no quería vivir de una ilusión, de una esperanza. No le importaba que con esa frase quizás estuviera comprometiéndose y dando a entender sus sentimientos, lo único que quería era una respuesta para a partir de ahí cambiar de rumbo de vida.

Shinichi agrandó los ojos impactado. Él también sabía lo que había querido decir Ran. Ella se encontraba con la vista baja, mirando al suelo. No supo qué contestarle. Porque, por un lado, él anhelaba tener casos, deducir, atrapar a asesinos, para así convertirse en el mejor detective de todo el mundo. Pero allí siempre estaba Ran, como contrapartida, que le impedía disfrutar al cien por cien de su trabajo como detective. Sabía que cuanto más se dedicara a ello, menos podría estar con ella. Y ciertamente, esa decisión empezaba a echársele cada vez más encima – Ran, yo…

-Esto… perdonad, pero… - Shinichi y Ran alzaron sus cabezas hasta encontrarse con Heiji y Kazuha – Es que lleváis quince minutos sin decir nada y se hace de noche… - dijo Heiji.

Shinichi y Ran reaccionaron al instante separándose, ambos rojos, y andando como si nada hacia la parada de buses. Ran se refugió en Kazuha, comentando ambas chicas los sucesos de esa tarde, mientras Heiji y Shinichi, aún entristecido, intentaban sacar algo en claro.

* * * * * * * * * *

-Vuelvan pronto – dijo la joven, vestida con el smoking rojo obligatorio del hotel, haciendo una reverencia a los huéspedes que acababan de irse por la puerta principal. Al irse, volvió a posarse recta, esperando a los próximos huéspedes que entrasen o saliesen del edificio. Lo que no sabía es que alguien tenía su vista fija en ella, a escasos metros, detrás de recepción, y en un punto de su cuerpo algo comprometedor.

El Sr.Ietaka, el encargado del hotel, la miraba con ojos viciosos. De repente, la joven se giró hacia él como quien no quiere la cosa, y el hombretón rápidamente volvió a sus cosas. Sentado en su mesita, toqueteando papeles, encontró uno de cuadriculado: en concreto era la nota que le habían traído esos detectives por parte de Heizo. El hombre se la releyó de nuevo, y prestó atención a la posdata. La releyó y sonrío malévolamente:

"Pd: ya sabes, Ietaka, que suelo ser poco explícito con estas cosas, y que si Toyama y yo nos unimos, llegamos a crear enigmas verdaderamente insuperables. Por eso ambos decidimos darles una pequeña pistilla a los chicos, y es la siguiente: 'Seisan suru ichi'. No les digas nada más, tan sólo estas tres palabras…"

Lo que venía a continuación no tenía importancia. Lo que sí era importante era esa frase, 'Seisan suru ichi'. Por nada del mundo se lo diría a los chicos… ¡suficiente morro habían tenido ya esos dos jefecitos de policía impertinentes para hacerle esto, como para encima darles las pistas para que de ese modo estuviesen más tiempo en su hotel gratis! *Ni de coña… estúpido Hattori, siempre jugando sucio… ¿cómo has podido hacerme chantaje…? ¡Nada de que te debía una! ¡Yo a ti no te debo nada, estúpido polizón! Bah, da igual, esos chicos no van a darse cuenta de na…*

-Seisan suru ichi… - dijo Shinichi, mirando por encima del hombro del hombretón con interés. Luego se volvió hacia Hattori - ¿Qué es esto…?

-Hmmm… - Heiji se puso una mano en los labios – Podría tratarse de… ¿'Primera productora'?

El detective de kanto no dijo nada - ¿O tal vez 'Productora 1'…? ¿Algún comercio que sea el primero en producir algo…? Vaya una pista que nos han dado…

El Sr. Ietaka por poco no se cae de la silla de la impresión. Se giró abruptamente, cogiendo instintivamente la carta, aunque sabiendo ya que era tarde; los miró con la tez blanca - ¡¿Q-Qué hacéis aquí?! ¡No podéis pasar sin permiso!

-Perdone – dijo Shinichi – pero es que nuestras amigas querían pedir las toallas del hotel a recepción para ir a las piscinas del hotel, y como no había nadie en recepción, decidimos hacerle una visitita…

Heiji asintió – Además, eso de mirar a las empleadas no está bien…

Ambos jóvenes se cruzaron de brazos, sonriendo - ¿Por qué no nos quiso dar la pista? – preguntaron al unísono. El Sr. Ietaka los miró, intentando pensar alguna excusa en vano, hasta que finalmente suspiró y bajó la cabeza, dándoles la nota.

-No se si sabe que es posible que haya vidas en juego – replicó Heiji, tomando el papel – que sepa que su silencio en este tema podría concernir perjudicialmente en nuestras investigaciones, y de ser así se vería mucho más perjudicado de lo que hubiera estado si nos hubiera dado la pista, hubiéramos resuelto el enigma y estado una semana gratis… y ahora nos vamos – dijo dándose la vuelta y saliendo de la habitación, seguido de Shinichi, dejando al hombre bastante tocado.

Ya a fuera, Shinichi frunció el ceño – Hey, ¿qué es eso de 'vidas en juego'? Que yo sepa, el enigma de tu padre y los asesinatos no tienen nada que ver…

Heiji se giró sonriendo pícaramente - ¡Así escarmentará! ¡Jujuju!

El joven detective de kanto sonrió cansadamente, y ambos se dirigieron hacia sus habitaciones donde les esperaban Ran y Kazuha. Mientras esperaban el ascensor, charlando animadamente sobre el significado de 'Seisan suru ichi', una figura alta, no muy esbelta, con cazadora y tejanos y gorra azul marina, les observaba desde el sillón de recepción, sin quitarles un ojo de encima. Cuando estos subieron con el ascensor, él apagó el cigarro que sostenía, sonrió y salió del hotel.

Fin del cap.4

CONTINUAR

Notas de CiNtU

¡Hola! Y he aquí un capítulo más de "El caso del asesinato del blanco núm.19" ^_^ Espero que os haya gustado. Al principio, este y el cap.3 debían ser uno de solo, pero como quedó tan largo, lo dividí en estas dos partes, que más o menos corresponden a la largada habitual de los capítulos de este fic.

Concerniente al capítulo, ¿os ha gustado? Espero felizmente que sí. A mí personalmente me ha encantado escribir la parte de la preocupación de Shinichi y Heiji (bwajajaja, me gusta hacer sufrir a los machos por las hembras –aunque dicho así parecen animales xD-). Bueno, ya tenéis la primera pista: 'Seisan suru ichi'. Este es el principio de un desarrollado enigma que me ha costado MUCHO escribir, así que apreciaría que NADIE lo 'tomara prestado'… ¬¬U O al menos sin permiso…

Y pensad una cosa: este enigma se lo ha inventado una mortal (sí, bueno, hoy me consideraré mortal… :P), así que vosotros también tenéis la posibilidad de desenmascararlo… aunque aún os faltan unas cuantas claves más… a ver quién lo resuelve antes, si Shinichi, Heiji, o vosotros ^_^ Si alguien lo resuelve, le daré un premio :p

Y como dato curioso, deciros que he terminado este capítulo justo un mes después de terminar el cap.3 ^^U Así que ya sabéis más o menos cuánto tardaré en poner el próximo… Ú_Ù Sorry, pero es que empiezo a comprometerme mucho con las clases… ù_úII

Hala, ¡espero haberos encorajado! Nos leemos ^.~

CiNtUrO-cHaN

17·Enero·04

Reportaje: Como ya dije en otro reportaje, Tottori (capital) se encuentra en la zona de Chugoku, en el Oeste de Honshu. Para llegar a Tottori debes ir por la autopista, hasta llegar a la desviación de la carretera principal 29 o, más (MUCHO más adelante) por la carretera 53. Debes hacer como unos 30 km de la autopista hasta la capital en carretera, ya que allí no hay tramo de autopista ni nada… También podéis ir con la línea ferroviaria privada. En la zona de Tottori se encuentran las Dunas de Tottori, altamente visitadas. Tottori da al mar con la costa de San-in, muy visitada y con gran turismo ^_^. Así que hala, ya no tenéis excusa para ir allí. Además, si no me equivoco, fue en Daiei, un pueblo en la provincia de Tottori, donde nació el sensei Aoyama, así que… ¡¡a Tottori falta gente!! o