Si es la primera vez que lees esta nota, retrocede un capítulo, si ya leíste el capítulo anterior ignora esto.
Los hombres rápidamente bajaron las armas ante el riesgo que conllevaba perderla. Ella no quería recurrir a eso, pero arriesgar su vida para escapar era lo único que quedaba, y si fallaba, tan solo debía terminar con todo. No iba a dejar que la atraparan, si fracasaba ahí le pondría fin a su recorrido. Para reconfortar esa situación, al menos se podría encontrar con Kyuzo. Seguro él le contaría el resto de su historia que no puedo escuchar en las cintas. Si jalaba el gatillo, el mecanismo que siempre dejaba antes de salir a sus incursiones se activaría luego de veinticuatro horas de haberse prendido. Este ocasionaría que un sistema de engranajes hiciera que un mazo golpeara el piso seguidamente. Mako y Atsuki irían a ver que era ese ruido encima de ellos. Al nadie contestar la puerta, ellos entrarían y verían el mecanismo que hacía el ruido junto a una nota que diría "apágame aquí" y señalaría una flecha a un interruptor. Ellos lo apagarían y leerían la carta dentro de la nota que había dejado explicando toda su situación que había vivido hasta el momento. Claro también expresaría sus gracias hacia ellos y el buen momento que pasaron juntos, y por último les dejaría todo el dinero que tenía en el almacén.
Esa nota la había ido actualizando algunas veces, pero el objetivo siempre era el mismo. Pensamientos como este le venían a la cabeza, uno tras otro inundándola, seguro esta era esa reflexión que las personas antes de morir, pensó. Hizo lo que pudo, logró poner a Mazuu en jaque un par de veces, al menos logró hacerle frente y luchó contra sus planes. Seguro Chiyoko estaría orgullosa del esfuerzo que había hecho, estaría orgullosa…, no era suficiente, le había prometido detener al maligno demonio que había liberado, ni siquiera se le había acercado directamente, no había luchado contra él cara a cara. Seguía mordiendo fuerte sus dientes por el enojo que sentía. No quería quebrarse en frente de sus perseguidores, estaba decidido, iba a presionar el gatillo y no dejaría que hicieran lo que quieran con ella. Noodle dio un suspiro mientras aún sostenía su arma, quienes le apuntaban se dieron cuenta de lo que iba a hacer y trataron de ponerse en posición para saltar sobre ella y detenerla, cuando se oyeron sirenas de policía.
Ella se detuvo y ellos también sobresaltado por el fuerte sonido que había empezado de repente. En instantes de segundos pensó en una salida de ahí, llegó a una que podría funcionar o acabar con su vida, estaría bien con ambos resultados por lo que se puso en marcha. Apenas oyeron las sirenas, bajo la pistola de su cabeza y corrio hacia el grupo de personas que tenía en frente. Se abalanzó sobre uno de ellos tirándose al vacío con él con toda la esperanza de que abajo halla alguna patrulla de policía. Mientras caía, en una rápida acción cogió al hombre y se apoyó sobre él. Lo siguiente que sintió fue un fuerte golpe amortiguado por una persona, pero aún así lo suficientemente fuerte para hacerle daño a ella. Debajo de ella yacía el cadáver de uno de sus perseguidores. Dos policías salieron del auto, ellos habían caído entre el parabrisas y la parte de adelante, sorprendidos de lo sucedido. Había ocultado su pistola para que no la vieran. En seguida gritó.
–¡Ayuda!¡Me quieren hacer daño, me tiraron de techo! –dijo señalando hacia la escalera del quinto piso del que se había tirado.
Rápidamente uno de los policías apuntó su arma hacia arriba y por su radio pidió refuerzos al ver a los sujetos armados. En otro policía ayudó a Noodle a meterla dentro de la patrulla para protegerla; sin embargo, cuando le abrió la puerta, ella le dio un golpe tirándolo en el piso. Se metió dentro del auto, arrancó y comenzó a huir mientras le caían disparos de sus perseguidores.
Conducía por las calles de Osaka huyendo del peligro, se alejaba lo más que podía de ese lugar para ocultarse. Al huir, por la radio de la patrulla se comenzó a oír una transmisión.
–Atención a todas las unidades, se les informa del robo de una patrulla en la… –continuó transmitiendo. –Dar prioridad a los sujetos armados. Que otro equipo persiga a la patrulla robada.
–Recibido central, nosotros nos ocupamos de ella. –respondió por la radio uno de los oficiales.
Ahora tenía que deshacerse del carro en el que andaba. Tendría que ir a una zona no tan concurrida y abandonarlo. Lo más rápido era dejarlo abandonado en un callejón e irse sin levantar sospechas. Sin embargo, con la sangre de su herida seguro identificarían quien era ella, también tenía que deshacerse del auto. Conduciendo se le ocurrió como es que haría desaparecer al auto y a sus perseguidores. Cambio de ruta dirigiéndose a su objetivo preparada para lo que se vendría.
Los perseguidores volvían a su guarida en los locales de bares, se habían librado de los policías y estaban regresando. Fueron recibidos por un hombre que bajaba de los pisos superiores con rifle de francotirador, el mismo con el que Noodle había chocado mientras investigaba ese lugar días antes.
─Es tan buena como dicen jefe, ya la teníamos rodeada pero entonces amenazó con dispararse a sí misma. ─dijo haciendo un gesto de pistola con su mano disparando a su cabeza.
─Sí, apenas se apareció la policía aprovechó esa oportunidad para escapar, por eso perdimos a…
─Está bien, cumplió con su deber. Por ahora solo queremos que no nos desmantele. ─respondió el hombre que parecía ser el jefe de esa pandilla.
─Tuvimos suerte de que nos preparáramos para un ataque de ella. ─dijo uno de los que se encontraba ahí.
─Sí, sino no hubiéramos tenido oportunidad.
─Ahora que sabemos cómo actúa podremos atacarla y reclamar la recompensa que ofrecen por ella.
─Sí, nos vendría bien ese dinero.
─Dejen de parlotear, y prepárense por si es que ataca de nuevo. ─replicó el jefe.
─No lo sé jefe, estaba gravemente herida, una de sus manos no la podía usar y tenía el disparo que le dio antes.
─Y aun así se les pudo escapar, ya vayan a posicionarse. ─dijo finalmente.
Los secuaces finalmente comenzaron a ir sus posiciones que les correspondían. Pensaban que sería algo innecesario y por gusto, pero igualmente optaron por hacerlo. Cuando empezaron a ir a sus puestos, se oyó el sonido de un auto acelerando fuertemente. Preguntándose qué loco iría a toda marcha por esas estrechas calles, vieron como lo que parecía ser ese mismo auto aparecía de la nada por la pared que separaba el local del exterior, chocando con todo lo que se encontraba a su paso. Del auto salió Noodle, por la ventana de las puertas traseras cayendo al piso y respirando agitadamente.
Uno de los hombres se levantó del piso viendo lo que había sucedido, y furioso cargando su arma procedía a disparar a su enemiga, siendo interrumpido por el disparo de ella misma, atinándole en la cabeza. Luego de eso se levantó lentamente, abrió la puerta del auto para sacar su maletín. Lo abrió y ahí se encontraban las granadas que no usó, iba a emplearlas si es que su ataque original funcionaba. Sin embargo, por lo sucedido no tuvo la oportunidad de ello. Ahora iba recurrir a ellas para terminar con su cometido. Las alistó y dejó sobre el auto. Las argollas estaban todas atadas a una cuerda que sostenía Noodle. Comenzó a retirarse y cuando había salido unos metros del local, jaló la cuerda y se puso a cubierto detrás de otro edificio. Seguidamente se oyó una explosión.
Comenzó a huir lentamente de aquel lugar, tenía que curarse sus heridas, iría a la Galería.
