Detective Conan es propiedad intelectual de sir Gosho Aoyama y sus respectivos distribuidores. No intento robar ni plagiar nada, sólo escribo 'tomando prestados' los personajes de esta magnífica serie, para divertirme a mí misma y divertir a los demás lectores. Aunque si algún día me quieren regalar a Shinichi, no les diré que no…
Ambas chicas se encontraban conversando animadamente sobre sus bikinis nuevos, cuando observaron que los dos detectives finalmente se acercaban hacia ellas. Algo mosqueadas les recriminaron y preguntaron la razón de por qué todas esas prisas, aunque ellos simplemente eludieron la pregunta, como tantas otras veces antes. Entonces Ran lo vio; vio un hombre parado afuera del hotel, a la calle de delante, entre la multitud que iba y venía. Él sobresalía de todos por su gran estatura y sus extraños atuendos, pese a hacer tanto calor. Sin embargo, se encontraba a demasiada distancia para que ella le pudiera ver la cara. ¿Quién era ese hombre? Estaba claro que les estaba mirando, pero había algo extraño… ¿Lo había visto antes…?
-Shi…Shinichi – dijo ella, tocándole el hombro para que él se girara y le prestara atención – Ese hombre…
Cuando ella iba a señalarle su posición, se percató que allí ya no había nadie. Shinichi arqueó las cejas sin entender - ¿Qué hombre?
Ran siguió mirando hacia allí sin entenderlo. Eso, estaba totalmente segura, había sido real. Le había visto como veía ahora mismo a Shinichi, a Kazuha-chan y a Hattori-kun. Entonces… ¿es que el hombre también se había percatado de que le habían descubierto? Y de ser así… ¿por qué había huido?
-¿Ran-chan? – dijo Kazuha, mirándola confusamente - ¿Ocurre algo?
Ella se giró hacia su amiga y sonrió nerviosamente – No, no. No pasa nada. Sólo que… me ha parecido que nos espiaban…
Ambos jóvenes se alarmaron - ¡¿Qué?! ¿Dónde? – exclamó Shinichi, mirando fijamente a Ran - ¿Dónde le has visto?
Ella señaló tímidamente el punto más o menos preciso donde le había visto. Pero evidentemente él ya no se encontraba allí. Heiji se apoyó a la pared cansadamente – Esto no va bien. ¿Crees que es una parte más del pequeño enigma de mi padre…?
Shinichi se encogió de hombros sin saberlo – Pero, ahora que lo mencionas, el término para resolver el enigma finalizó ayer por la noche, ¿no?
Ran y Kazuha hicieron un largo suspiro – Hop… ahora no tendremos días gratis… ¡con la ilusión que me hacía! – farfulló Kazuha, con las manos en la cabeza. Ran también suspiró.
-Jujuju, no me subestiméis… - dijo Heiji, guiñándoles a todos un ojo - ¿Verdad que el señor Ietaka hizo trampas escondiéndonos las pruebas? ¡Pues nosotros haremos trampas con el término fijado!
CiNtUrO-cHaN CCF presenta…
Glosario de Términos:
Cambio de Escena
// Flash Back
… Pensamientos de un personaje
El caso del asesinato del blanco número 19
File 5 – Amigos
Shinichi se puso una mano en la cabeza de nuevo, intentando concentrarse. Heiji había ido a llamar a su padre para decirle cómo les iban las cosas, y las chicas habían dicho que se iban un momento a recepción a preguntar las horas de los hidromasajes. Ahora se encontraba totalmente solo en su habitación, con la vista perdida, intentando averiguar algo. A su lado tenía una pequeña libreta donde iba apuntando los avances. Se la miró de nuevo, pese a sabérsela ya de memoria.
Primero tenemos esos asesinatos en serie, todos con víctimas del mismo tipo. Segundo, tenemos el enigma del padre de Hattori, pidiéndonos que busquemos el hombre de esa fotografía, que según él dice y afirma está 'que el hombre en cuestión goza siempre de una incesante compañía'. Luego también está ese hombre que tanto Ran como yo hemos visto y que no para de espiarnos, aunque la descripción que ella me ha dado no concuerda mucho con la del hombre que vi yo; el ataque a las chicas, y esa pista de 'Gisei down'. No lo entiendo… ¿tendrá algo que ver el enigma del padre de Hattori con los asesinatos en serie? Sería mucha casualidad… asesinatos en serie a nivel estatal por un simple juego. Pero de saberlo, el padre de Hattori no nos habría dejado hacer algo así, incluso dudo que nos dejase venir aquí; entonces, la cuestión está en que él no debe saber de qué va todo esto… Incluso me atrevería a decir que… que tal vez él no haya escrito ese papelucho… oh, se me olvidaba, Hattori me dijo que se lo dio a MANO, es decir que no hubo terceras personas ni nadie que se lo diera en nombre de su padre, así que tuvo que dárselo él. Y por consiguiente, también sabría lo que había en su interior… ¡¡Ahhhh, me voy a volver loco…!!
-¿Shinichi?
El joven escuchó la voz de Ran desde el otro lado de la puerta – Qué – dijo él sin ganas, sin quitarle la vista encima del papel.
-¿Puedo pasar? – el detective le respondió que sí y ella entró, con un helado en la mano y otro para él – Toma, para que se te enfríen las ideas – dijo ella, riendo un poco. El chico frunció el ceño pero lo aceptó - ¿Y Hattori-kun? ¿No estaba contigo?
-Ha dicho que iba a llamar a su padre. Para informarse un poco más de qué va todo esto.
-Ah, ya veo… - dijo Ran, sentándose a la silla que había al lado de la cama, encendiendo el televisor - ¿Lo has oído? Esta madrugada encontraron… - dijo ella, visiblemente pálida. Sin embargo Shinichi no sabía de qué le hablaba.
-¿Qué encontraron? Eh, venga, dilo ya… ¿Ran? – el joven empezó a preocuparse, aunque ella simplemente señaló el televisor, donde estaban dando las noticias.
Hoy, a las cinco de la madrugada, se ha encontrado una nueva víctima a la prefectura de kansai, concretamente a Kobe, a unos 25 km de Osaka. La víctima ha fallecido por estrangulación con un objeto parecido a una cuerda; la policía afirma que, una vez más, no ha habido ningún testigo, y que aún no tienen más pruebas. Este asesino en serie empieza a causar el pánico entre las jóvenes con el mismo prototipo de físico que el de las víctimas, y las autoridades van como locas intentando encontrar el o los asesinos…
Shinichi cerró la televisión, con la vista al techo – Otra víctima más… ¿cuántas llevamos ya…?
Ran se paró un instante a contarlo – Esta es la catorcena víctima, si mal no recuerdo… - la chica lucía visiblemente pálida.
-Ahora a Kobe… ese asesino se está peinando el Japón entero… pero al menos sabemos que está lejos de aquí – dijo él, tumbándose a la cama.
Ran frunció el ceño - ¿Y si el atacante y el asesino no son la misma persona? ¡Kazuha-chan y yo estamos muy, muy asustadas…! – dijo ella, yendo hacia la ventana – además, ese hombre que antes nos espiaba…
Shinichi se sentó interesado en la conversación, aunque también estaba preocupado. Miró a Ran desde su posición frunciendo el ceño – Ran… ¿hay algo que no nos hayas dicho?
Ran continuó mirando el paisaje; debían ser las seis o siete de la tarde, y el sol empezaba a ponerse. La chica jugueteó con sus dedos un instante – Lo… no sé, pero yo a ese hombre que vi antes lo tengo visto de algún sitio…
El joven detective abrió los ojos y se puso de pies - ¡¿De dónde?! ¡¿De dónde lo tienes visto?! ¡Intenta recordar! ¡Podría ser un avance muy importante…!
Ran cerró los ojos intentando concentrarse – No…¡no lo recuerdo…! Sé que lo tengo visto de algún sitio, pero no se de dónde…
-¡Maldición, Ran! ¡Intenta concentrarte un poco! Si lo tienes visto de algún sitio, es posible que incluso sepas su nombre, ¡el nombre del asesino o del perseguidor! Venga, ¡¡haz un esfuerzo!! – gritó él.
Ran se giró hacia Shinichi enfadada - ¡¡Hago todo lo que puedo!! ¡Si te digo que no sé de dónde lo tengo visto, pues no lo sé, lo siento mucho!
-¡Oye, no hace falta que grites! – dijo él, cruzándose de brazos.
-¡¡Eres tú el que ha empezado, baka!! – le respondió ella.
-¡¿Cómo que baka, aho?! ¡Si no fuera por este baka estarías MUERTA!
Ran se quedó pálida, y sin decir nada se alzó y se marchó veloz como el viento, dando un fuerte portazo al salir. Shinichi se quedó plantado, sin decir nada, y se desplomó en su cama resoplando ruidosamente. Acto seguido se abrió la puerta, y un intimidado Heiji entró en la habitación.
-Oye, Kudo, ¿ya estáis otra vez con vuestras tonterías?
Él no le hizo caso – Es culpa suya. Bah, da igual, mañana no se acordará de nada… Seguro que ahora ya está en su habitación, desahogándose con Toyama…
Heiji arqueó las cejas y miró por fuera de la habitación, en dirección a las habitaciones de las chicas - ¿Estás seguro que Neechan ha ido a su habitación? Porque yo lo dudo…
-¿Dónde sino? Ya es casi de noche… - dijo él sin darle importancia. Heiji se rascó la cabeza.
-Por eso mismo… Creo que aún no me hacen falta gafas, he visto a Neechan bajar con el ascensor…
Ahora sí, Shinichi se incorporó - ¿Qué? No me digas que esa idiota quiere salir de noche con la de gente peligrosa que anda suelta… - Heiji no dijo nada y él se puso de pies, echando a correr hacia las escaleras, seguido por Heiji.
Los últimos rayos de Sol empezaban a disiparse a través del largo y rojizo horizonte. El viento se tornaba frío, y la piel se le puso de gallina. Se apretó más contra sí misma para intentar darse calor. Se puso el pelo en orden, pues el viento no paraba de hacerlo ondear, y volvió a acurrucarse sobre si misma.
Ran se encontraba en la playa, donde ya no había absolutamente nadie. Lo cierto es que tampoco había escogido la zona más turística, sino un trocito de playa algo recóndito. Estaba sentada en la misma arena, sin importarle ensuciarse un poco. Eso no le importaba, lo que le importaba y dolía también eran las palabras de Shinichi. Ella también había dicho cosas que no sentía, pero no sabía por qué, en casi todas las discusiones, ella siempre era la primera en irse, como si fuera la que aguantara menos. Y eso le dolía en el alma y en el orgullo… Pero eso tampoco importaba; sólo importaban sus palabras.
Ya son las siete… pensó la joven, mirándose la nuca izquierda donde se encontraba su reloj deportivo de pulsera. Se volvió a acurrucar sobre ella misma Desde que desapareció, que nuestra situación ha cambiado mucho… Ya no es como antes, que yo siempre tenía el control, y que a la mínima que le intimidaba cedía; ahora ya no es así… Él ya no cede, y yo tampoco cede, y así lo único que conseguimos es que las discusiones siempre vayan a peor… Shinichi, ¿por qué somos tan orgullosos? No lo sé… - ¿Eh…? – Ran alzó la cabeza. Había notado como la arena de su espalda se había movido, como si alguien hubiera pisado en ella y la hubiese movido. Ella se giró poco a poco.
-No son horas de estar por aquí, Mouri-san – dijo la silueta vestida de negro para evitar ser reconocida. Ran abrió los ojos sobremanera, y sus cuerdas vocales se neutralizaron - ¿No dice nada, señorita? ¿Tiene frío? – entonces el hombretón le puso su americana negra encima de sus hombros, hecho que aún la sorprendió más.
-Gra…cias… -titubeó ella, sin saber si aceptarla o no - ¿Quién es usted…? – preguntó la chica con la tez blanca – Es… es el… ase…
El hombre, de tez morena y algo musculoso, aparentemente de unos veintitantos años, con gorra con visera, sonrió y se echó a reír. Ran restó inmóvil, mirándolo, sin saber si reír o echarse a correr.
-¿Que si soy el asesino? – ahora el hombre se quitó la gorra, para dejar ver un rostro algo sonriente, con facciones más bien serias y con la cara algo cuadrada. El hombre se sentó con las rodillas flexionadas a su lado y le tendió la mano – No pretendía asustarla, Mouri-san. Puede llamarme Cheroki, señorita – dijo él amigablemente.
Ran parpadeó y frunció el ceño - ¿Cheroki…?
Él asintió – No es mi nombre real como habrá deducido ya, pero los compis me llaman así.
Ran rió nerviosamente – En…encantada, yo soy Ran Mouri… como veo que ya sabía – añadió ella con algo de miedo, dándole a entender que le diera explicaciones conforme él sabía de su nombre. Entonces Ran cayó en la cuenta de algo - ¡¡Usted…!! ¡¡Usted es el hombre que he visto esta mañana!! ¡¡El que me espiaba…!!
Él sonrió – Yo no la espiaba, señorita. Simplemente se me quedó mirando, y yo la miré a usted.
La joven pensó en eso un instante. También era posible, o también era posible que todo eso fuera un atajo de mentiras - ¿Y…y bien? ¿Quién es usted, y cómo es que sabe mi nombre? – preguntó ella desconfiadamente.
-Bueno… es algo largo de explicar. Lo cierto es que… - ahora las facciones de Cheroki se contrajeron, desapareciendo todo rostro de sonrisa. Su cara se ofuscó – Verá, señorita, hay algo de lo que debo hablarle… No puedo decirle AÚN quién soy ni por qué se su nombre, porque ellos me buscan. Al igual que la buscan a usted.
El corazón de la chica empezó a latir rápidamente - ¿Ellos? ¿Quiénes son ellos? – preguntó con la tez blanca.
-Oh vamos, señorita… Lo sabe mejor que yo. Lo nota, lo siente… Nota como la miran, nota como al abrir la cortina en un nuevo día, un frío le recorre la espalda; nota como si alguien la vigilara permanentemente, como si unos ojos fríos no dejaran de inquietarla. Sé cómo se siente, porque yo también lo siento… No puedo decirle nada, como ya le he dicho. Tenga cuidado con lo que diga con sus amigos, dígales que vayan con cuidado, porque ellos tienen micros por todas partes a su alrededor… Revisen la habitación, el hotel, su ropa… ya verán como encuentran mini-dispositivos y micros. Pero ahora yo llevo un radar y en un radio de cinco metros no hay ningún aparato que emita ondas, a excepción del móvil que lleva en el bolsillo derecho de su pantalón – añadió él, viendo con simpatía como Ran se tocaba el bolsillo derecho, donde evidentemente se encontraba el móvil que le regaló Shinichi (NA1).
-Así que preste atención. Yo soy un amigo vuestro. No puedo mostrarme mucho porque como ya le he dicho, me buscan. Antes de irme, le diré dos cosas: una, de mi parte, dígale a Kudo que felicidades por la gran deducción de Gisei Down; dudaba que lo acertara. Y dos, el hombre que buscáis se apellida Futahitomi. No puedo desvelarte más AÚN – volvió a añadir él, remarcando ese 'aún'.
-¿Có-cómo? No entiendo nada de nada – resopló Ran, mientras el hombretón se ponía de pies. Ella también se puso de pies para despedirle – Es decir… que usted sabe algo de esos asesinos en serie… o del enigma del dueño del hotel… ¿no?
Él sonrió – Veo que eres lista, como tu novio.
-¿¿Mi-mi novio?? ¡¡¡Se equivoc…!!! – exclamó ella, rojísima.
Cheroki volvió a sonreír – En fin… Recuerde todo lo que le he dicho, Mouri-san.
Ella asintió, no muy convencida – Gra…
-¡¡RAAAAAAN!! ¡¡SUÉLTELA, MALDITO!! – exclamó Shinichi desde lejos; él y Heiji empezaban a descender por las rocas de la playa, y se acercaban a ellos corriendo. Ran, que al principio se sintió algo complacida porque él se había preocupado por su seguridad, se apresuró a decirles que eso era un malentendido, cuando de repente notó el frío y musculoso tacto del antebrazo de Cheroki, oprimiéndole el cuello y haciéndola correr a empujones hacia no sabía donde. El pánico empezó a dominarla, intentó hablar pero no podía; con sus brazos intentaba soltarse del agarre, pero ese hombre era demasiado fuerte. La última y única opción era el kárate: empezó a aspirar para concentrar toda su fuerza, y justo cuando oía las voces de Shinichi a lo lejos, cada vez más lejos, e iba a hacerle una buena inmovilización, ambos pararon de correr. Cheroki la había conducido hasta ya el paseo de Tottori, lleno a rebosar de gente. Inmediatamente la soltó - ¿Qué…?
-Ya le he dicho que ellos nos vigilan; no pueden saber que sigo vivo, o al menos deben creer que quiero matarla. Por favor, cuando le cuente a su amigo lo que dicho yo, asegúrese de que no la pueden oír. Hasta pronto, y no vaya sola como la he encontrado en la playa; ha tenido suerte de que fuera un amigo… - dijo él, poniéndose de nuevo la gorra, unas gafas de sol, y cambiándose de cara de su chaqueta reversible; ahora era roja.
Ran sonrió algo nerviosa – Vale, lo tendré en cuenta. Muchas gracias – le hizo una pequeña reverencia, pero cuando volvió a mirarle, ya no se encontraba allí; la gran masa de gente que circulaba por el paseo marítimo se había encargado de garantizarle un buen camuflaje.
-¡¡Ran!!
La joven oyó la voz de Shinichi a escasos metros detrás de ella. Se giró algo perturbada por todo lo que había pasado, intentando rebobinar y recordar mentalmente todo lo que le tenía que decir, cuando notó que el joven se acercaba demasiado a ella y la abrazaba con fuerza.
-¡Menos…arf…mal…!
Ran notó que el joven respiraba con dificultad. ¿Habría estado corriendo esa inmensa distancia al tope? Por ella… - Shi…Shinichi… Tranquilo, estoy bien… No me ha pasado nada… - intentó tranquilizarle ella, devolviéndole el abrazo con ternura, como si intentara infundirle coraje.
Él automáticamente se separó de ella y le examinó el cuello, para corroborar si le había quedado marca, pero no – Ya te lo he dicho… estoy bien – dijo ella, volviendo a sonreír – Ese hombre…
Pero por favor, cuando le cuente a su amigo lo que dicho yo, asegúrese de que no la pueden oír.
Shinichi la miró fijamente - ¿Ese hombre, qué? ¿Qué pasa aquí? ¿¿Le conoces??
Ran le miró y le puso un dedo en los labios con seriedad – Te lo contaré luego. Aquí podría ser peligroso.
El joven detective frunció el ceño – Pero…
-¡Shh! – le reprendió ella. Y entonces, como si fuera la cosa más natural del mundo, Ran le cogió por el brazo – Volvamos al hotel, que ya es hora de cenar. Kazuha-chan debe estar enfadad porque la hayamos dejado sola.
Shinichi se la quedó mirando, pero ella iba observando la gente de su alrededor, sin dar importancia a que ambos iban agarrados, como una pareja normal y corriente. Con la mano libre, se rascó la cabeza nerviosamente, algo sonrojado, aparentando indiferencia y siguiéndole la corriente.
-¡¿Y ese estúpido?! ¡¿Se ha perdido o qué?! – exclamó por enésima vez Kazuha, ya en la mesa del comedor del hotel, junto a Shinichi y Ran, mirando el reloj de la pared - ¡¡Me pone histérica!! ¡¡No puedo comer si estoy histérica!! ¡¡LE VOY A BUSCAR!!
Kazuha se puso de pies, pero Ran se apresuró a agarrarla por el brazo y volverla a sentar – Kazuha-chan, tranquila, ya sabes cómo es Hattori-kun, seguro que aparece de un momento a otro…
-¡¡ME CAGÜEN LA…!!
Heiji hizo aparición en el comedor, abriendo la puerta con exageración, haciendo que todo el mundo le mirara; pero eso a él plum. Siguió andando hasta la mesa de los tres jóvenes, disparando rayos con la mirada al pálido e intimidado Shinichi - ¡¿PERO SE PUEDE SABER DE QUÉ VAS, TÍO?! – exclamó Heiji.
Kazuha frunció el ceño y sin creérselo, sacó un trozo de alga de su americana – ¿Pero de dónde rayos vienes, Heiji? – preguntó Kazuha curiosa, observando el alga.
Él se giró hacia ella enfadada - ¡¡NI LO PREGUNTES!! – y volvió hacia Shinichi - ¡¡Este idiota se puso a correr sin aviso, dejándome tirado!! ¡¡Yo intenté seguirle, claro, para ayudarle a él y a Neechan, pero con las prisas me resbalé con la roca, y…!! ¡¡AAARGH!! ¡¡KUDO, ESTA VEZ TE HAS PADADO!!
Shinichi, muerto de risa (al igual que las dos chicas) se encogió de hombros - ¿Y luego te fuiste con las sirenitas, Hattori? ¡Bwajajaja! ¡Pásame el agua, Ran, rápido…! – exclamó él, partiéndose. Ran a duras penas le pasó el agua ya que ella también se estaba riendo a carcajada suelta, al igual que Kazuha (ella la que más).
Heiji observaba el panorama con los ojos entrecerrados, y luego hizo una risita diabólica. Se acercó a Ran y le susurró algo a la oreja - ¿Sabes? Hoy cuando llegué de noche Kudo dormía, y cuando llegué oí que murmuraba…
La cara de Ran pasó por varios colores: blancos, rosados, rojos y ultrarrojos. Ahora Shinichi ya no reía tanto.
-¡¿Se puede saber qué le has dicho?! – exclamó él, poniéndose de pies, con los pómulos encendidos.
Él se puso de pies y se cruzó de brazos, con un gesto de superioridad - ¡¡HA!! ¡¡Sólo la verdad!! ¡¡Lo que dices en sueños!!
El joven se puso rojísimo - ¡¡YO NO HABLO EN SUEÑOS!!
-¡¡QUE SÍ!!
-¡¡QUE NO!!
-¿Nos vamos, Ran-chan?
-Sí, vale…
Ambas jóvenes, que ya habían terminado de cenar, abandonaron silenciosamente el comedor y se fueron a la habitación de Ran. Incluso desde allí se sentía la pelea de ambos detectives…
Kazuha se acercó curiosa a Ran - ¿Y? ¿Qué es lo que dice Kudo-kun mientras duerme? ¡Va, cuenta cuenta! – dijo Kazuha, con la mano en su oreja. Ran enrojeció un poco y tímidamente se lo susurró a la oreja. Kazuha parpadeó y la miró – Uaah… ¿y crees que es verdad? – le preguntó ella, esperanzadamente.
Ran, silenciosamente, se encogió de hombros Ojalá…
Fin del cap.5
CONTINUAR
NA1 –Al final del caso de "Otro asesinato en Tropical Land" (correspondiente al número 23 de la serie 2 de la edición española), Conan (Shinichi) le manda un teléfono móvil a Ran como agradecimiento por el jersey que ésta le hizo por Navidad.
Notas de la Autora:
¡Buenas ! Hops, el cap5 en línea al fin, espero que lo hayáis disfrutado. Este ha sido un poco más romanticote que emocionante, pero en fin, qué se le va a hacer (creo que esto tampoco os desagrada mucho, neh? ¬¬U xD). Tengo una duda… no sé si es mejor hacer los capítulos cortos, normales o largos… ¿qué opináis vosotros/as? Si tenéis alguna idea respecto a esto, os agradecería muchísimo que me lo comentarais a cinturo3xl.net o por el Messenger . Y en fin, nada más creo. Espero que os haya gustado o Nos vemos en el próximo capítulo ;)
Jya ne!
CiNtUrO-cHaN
14·Febrero·04
St Valentín
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