Capítulo 19: Empezamos de nuevo
─¿…Atsuki? ─dijo Noodle totalmente desconcertada.
Cómo es que Atsuki la había encontrado, cómo es que había entrado, cómo es que no sintió su presencia sino después de un momento. Aun no lograba encontrar lo que buscaba debajo de la mesa, pero ya no le sería útil, pensó. Eso creyó hasta que él lo mostró algo.
─Creo que buscabas esto. ─dijo sacando una pistola que tenía oculta.
Esa pistola se supone que debía estar pegada con cinta aislante debajo de la mesa para usarla en casos de emergencia. Comenzó a preocuparse al ver que la sostenía como si nada, ¿acaso iba a vengarse por lo de Mako?
─Oye Atsuki escucha, sé que Mako se encuentra mal ahora mismo y que por mi culpa se encuentra como está ahora, pero puedo explicar porque me marché y los dejé en Osaka. Si lo que quieres es dinero, está bien puedo dártelo, pero dame el arma.
─No te preocupes Noodle, no he venido a hacerte daño. ─dijo parándose del sillón. ─Sé que no eres la causa por la que Mako se halla en coma. ─dijo acercándose a la mesa donde estaba ella y dejando el arma sobre ella. ─Estoy aquí para proponerte algo. ─seguidamente ella cogió el arma para desarmarla dándose una sorpresa al ver que no tenía el cargador; volteando a ver que lo tenía él en su mano moviéndolo de izquierda a derecha mostrándoselo a propósito.
─¿A qué te refieres?
─Sé porque viniste a Japón, al menos la razón por la que sigues aquí.
─¿De qué estás hablando?
─Quieres cazar a Mazuu.
Cómo es que Atsuki sabía sobre eso, pensó. No era posible que él supiera sobre Mazuu, solo era alguien x después de todo.
─Creo que has pasado mucho tiempo en la trabajando en la cocina, no sé de lo que hablas.
─Cuando me retiré comencé a trabajar a tiempo completo como cocinero; pero antes, antes de que Mako se mudara conmigo por la universidad, me dedicaba a dar otra clase de servicios.
─Atsuki, de verdad no sé a qué te refieres…
─Noodle estoy hablando en serio; además, si no fuera por mí estarías muerta.
─Ahora sí que estás deliran…
─Cuando apenas habías llegado al piso en Osaka y sufriste tu ataque de ansiedad, te encontré tirada en piso acercándote a un tablón roto de este. Si te acuerdas, lo que había era un botiquín, pero al volver a tu casa no estaba. ─aquello que Atsuki decía, se acordaba de que al caer al piso vio un botiquín bajo los tablones del piso, pero por el golpe y al volver al día siguiente y no haber encontrado nada, pensó que había sido una ilusión.
─No estabas alucinando cuando viste ese botiquín, antes de vivir en el piso que estaba con Mako, vivía ahí y puse eso en caso de emergencias. Pasó el tiempo y me mudé un piso abajo y dejé eso ahí olvidado.
─Eso no prueba que salvaste mi vida.
─Una noche volviste cojeando debido a una herida de bala en la pierna. Lograste llegar a tu departamento y pudiste intervenirte quirúrgicamente, aunque de manera muy improvisada. Sin embargo, perdiste mucha sangre, y te desmayaste; pasado unos minutos, entre con una bolsa para transfusiones de sangre y te la inyecté mientras te hallabas inconsciente. Ya terminado, empaque todo y me fui sin dejar rastro de haber estado ahí.
Si lo que Atsuki le estaba diciendo era verdad entonces quiere decir que era consciente de todo lo que hacía desde el principio. Nunca lo había visto como un enemigo, pero ahora que se daba cuenta, tenía un buen físico y las veces que había hablado con él se notaba que era una persona muy inteligente y conocedor de varios temas. Si se ponía a deducir a que era a lo que se dedicaba anteriormente, ya se hacía una idea de lo que podría ser.
─Entonces, ¿que era a lo que te dedicabas?
─Era un asesino a sueldo, y daba otro tipo de servicios.
─¿Por qué tenemos que mudarnos? ─preguntaba Atsuki a sus padres.
─Es por problemas de dinero. ─le respondió su mamá mientras hacia su maleta rápidamente.
─Pero, no quiero irme.
─Solo coge una mochila y mete tus cosas favoritas. ─le dijo para que no le siguiera fastidiando.
Entonces se fue a su cuarto y sacó de sus cajones la ropa que más le gustaba. Buscó su mochila del colegio y metió lo que podía dentro de ella. Últimamente sus padres se habían estado comportando fuera de lo normal, más agitados y preocupados. A pesar de tener 6 años, demostraba un buen entendimiento de lo que le rodeaba. Había comenzado recientemente el colegio como cualquier otro niño de esa edad, y a pesar de no ser el mejor de su clase, demostraba un potencial que no debía ser desperdiciado, su profesora se había dado cuenta de ello. Ella quería apoyarlo, pero ahora ya no sería posible.
Su papá llegó al departamento en donde estaban, parecía que ya tenían todo listo. Rápidamente ambos padres tomaron a su hijo y se lo llevaron. Bajaron del edificio y se subieron a un auto. Conducían deprisa, con Atsuki en el asiento de atrás. Él agarraba su mochila con sus ambas manos y miraba por la ventana. Según lo que iba pasando seguro que no iba a volver por un tiempo a ese lugar. Llegaron al aeropuerto, hicieron el check-in y tomaron el primer avión que podían a Tailandia.
Llegaron después de unas horas a Bangkok, salieron del aeropuerto, tomaron un taxi y se dirigieron a un hotel barato. Se asentaron en el cuarto del hotel y arreglaron todo lo que tenían. Cerraron las cortinas y las puertas con llave, incluso bloquearon la puerta con una silla. Su mamá terminó de bañarse, y al salir de la ducha, su hijo preguntó.
─¿Por qué estamos huyendo? ─sus padres se le quedaron mirando y le comenzaron a explicar.
─En Japón ya no podemos quedarnos, al menos no por ahora. Así que vamos a vivir un tiempo aquí en Tailandia.
Iba a preguntar de quien huían, pero pensó que si lo hacía las cosas no terminarían bien. Al día siguiente su papá salió para buscar trabajo mientras ambos se quedaban en casa. Cuando regresó su esposa le preguntó cómo le había ido.
─¿Conseguiste el trabajo?
─Sí, por ahora es lo más fácil y rápido.
Atsuki jugaba mientras escuchaba la conversación de sus padres. Al parecer su papá saldría por unos días. Hasta que volviera él y su mamá se quedarían en el hotel y esperarían a que volviera. Así vivieron por un tiempo, a veces salía su papá y a veces su mamá; se iban por un tiempo y luego volvían. A pesar de vivir en ese hotel barato, ganaban dinero y podían mantenerse. Esta vez ya no se aislaban completamente, salían y a veces se paseaban para comprar cosas para subsistir. De vez en cuando él salía de su cuarto y se paseaba alrededor del hotel.
Un día salió del cuarto a pasearse como ya hacía habitualmente. Pateaba unas rocas que se hallaban en la parte del pasto que daba junto a la calle. Así estuvo por un rato hasta que notó algo, había un perro caminando cerca de él. Ahora que lo pensaba, era la primera vez que veía uno; se le acercó lentamente para intentar acariciarlo. El perro se hallaba sentado, pero notó la presencia de que alguien se le acercaba. Al ver a un niño que quería tocarlo se paró rápidamente y optó por irse; sin embargo, ese niño corrió por donde planeaba irse poniéndose al frente suyo. Dio una vuelta para irse por otro lado, pero volvió a ocurrir que se puso al frente suyo. Así estuvieron por un rato hasta que el perro estaba contra una pared. Si no hacía más que molestarlo aquel niño entonces solo lo ignoraría. Él con su objetivo de tocar al animal ya parecía estar a punto de cumplirse, no había nadie que lo viera ni que lo molestara, estaba en una especie de callejón. Había sido divertido hacer que el perro se moviera de un lugar a otro sin que pudiera escapar. Sabía que intentaría huir así que lo llevó sin que se diera cuenta a donde estaban ahora. Finalmente acercó su mano a la cabeza del perro, estaba sonriendo, sí que se divirtió usándolo como un instrumento. Qué tal si en vez de… pensó; y su mano que estaba a punto de acariciar la cabeza, cambio de dirección un poco más abajo. Su mano se hallaba alrededor del cuello del perro haciendo cada vez más fuerza. El perro en un intento de defenderse comenzó a agitarse, resultando en vano al Atsuki inmovilizar sus patas con su otra mano las de adelante y pisando las traseras. Fue por unos segundos que estaba realizando aquello.
─¡Atsuki!, ¡dónde estás! ─le llamaba su mamá.
Del susto soltó al animal y se le quedó viendo como trataba de recuperar la respiración. Entonces salió corriendo de aquel sitio para encontrarse con su mamá. Sin dudarlo eso había sido toda una experiencia para recordar.
Meses después de haberse mudado a Tailandia, ahora esperaba para ser hermano mayor. Su madre se había quedado embarazada de su padre. Aun no sabía muy bien cuál era el proceso para que una mujer quede encinta, pero sabía que debía haber planificación para ello, de seguro que esto había sido un accidente. Ya se le notaba la panza a su madre, y también los cambios de ánimo de ella con su padre. Las discusiones eran un poco más frecuentes, pero no tan fuertes diría él, era algo que podía dejar pasar.
Sus padres ya habían juntado una buena cantidad de dinero con el trabajo que realizaban. Ya era habitual que se apareciera uno de ellos después de varios días en el cuarto de hotel. Asimismo, su madre ya llevaba casi nueve meses de embarazo. Una noche mientras él y su madre veían televisión, recibieron una llamada. Al contestar era su padre. La expresión de su madre se puso intranquila al oír la llamada. Después de colgar, rápidamente comenzó a empacar todo de nuevo, como lo habían hecho hace unos meses. De un escondite sacó un montón de dinero, cogió a su hijo y se fueron del hotel.
En el aeropuerto ambos esperaban para entrar en la zona de embarque, Mientras caminaban hacia el lugar, su mamá paró mientras se agarraba su ancho vientre por un momento. Luego de esa corta pausa continuaron, hasta que se subieron al avión. Aterrizaron y después de recoger sus maletas su madre volvió a quedarse parada y a agarrarse el vientre, pero esta vez no volvía a la normalidad y lentamente comenzó a agacharse. La siguiente escena era ambos siendo llevados en una ambulancia a la clínica más cercana para atender el parto de su madre.
Después de unas horas su madre, él y su hermana estaban en una habitación, se llamaba Mako. Al verla era una bebé sonriente que miraba con curiosidad todo a su alrededor. Su madre la tenía en brazos, la veía sonreír honestamente por primera vez después de mucho tiempo. No es que se alegrara por su nacimiento ni que estuviera molesto por ello, pero le pareció descuidado ese resultado por la situación que pasaban. Así estuvieron por un rato hasta que alguien entró por la puerta. Su madre esperaba a una enfermera, pero era un señor en traje. Cuando su madre vio quien era, su expresión cambió, e inconscientemente protegía a su bebé. Atsuki notó el cambio de ambiente cuando entró el señor.
─¿Dónde se encuentra su esposo?
─Ehm… este… él ya no va a poder estar aquí por un tiempo…
─Esa no va a ser excusa.
─¡No, no!, podemos pagar la deuda. ─y le dijo a su hijo que trajera un maletín.
El señor revisó sorprendido el contenido que tenía dentro, estaba completo. A pesar de haber huido, habían logrado recaudar todo el dinero que les habían hecho perder. Vio al niño, no se había inmutado a diferencia de su madre; es más, estaba como si nada hubiera pasado. No era que no era consciente de lo que sucedía, sino que no le importaba la situación que estaba viviendo, lo notaba en su indiferente mirada.
─Oye niño, ¿por qué tu padre no está aquí?
─No, él no… ─quiso responder su madre.
─Se quedó en el extranjero. ─dijo mientras su madre se le quedaba mirando.
─¿Sabes por qué se quedó allí?
─Son mulas. ─dijo sin inmutarse. Su madre se quedó estupefacta al escuchar salir eso de su hijo.
─…Atsuki.
─Esto se puso interesante. Sabe, a pesar de que hayan pagado todo, no le hemos cobrado ningún interés. ─habiendo dicho eso la madre se puso nerviosa.
─¿Qué…?, nunca se nos habló de intereses.
─Las cosas pueden cambiar con el tiempo.
─En-entonces, solo denos más tiempo.
─Dudo que puedan volver a conseguir dinero como lo hacían. Sin su esposo, y con un recién nacido le va a ser imposible.
─¡No no porfavor!, ¡solo necesito más tiempo!
─Puede arreglarse de otra manera. ─y mira al niño presente. ─Chico, si sabes a lo que se dedicaban tus padres, entonces sabes porque uno de ellos ya no está aquí. ─Atsuki asiente. ─¿Qué piensas de ello?
─Si estuvieron haciendo eso por un buen rato sin problemas, entonces fue por una estupidez o mala suerte que lo atraparan ahora, después de todo no se puede abusar de algo. ─dijo después de pensarlo por un rato.
─¿Y no quieres saber cómo sería posible para evitar ese problema y cualquier otro?
Sus ojos se abrieron; su padre había sido encarcelado por que lo habían atrapado mientras hacía su trabajo, pero aquel hombre le ofrecía una manera de poder pasar por alto esa clase de situaciones. ¿Era posible? Recordó la vez que jugó con el perro, se había detenido por el llamado de su madre; pero, y si no hubiera sido así. Poder realizar lo que quiera sin interrupciones, tenía que saber si estaba diciendo la verdad ese hombre.
─Yo… quiero saber. ─una sonrisa apareció en el rostro del hombre.
─Entonces, tenemos mucho que hacer. ─y le extendió su mano con la intención de que lo acompañara.
Su madre estaba perpleja, veía como su hijo caminaba inexpresivamente ignorando la mano que le habían dado y pasando al lado del hombre saliendo del cuarto.
─Nuestros negocios han terminado. ─dijo finalmente mientras se retiraba.
En la camilla, ella trataba de alcanzarlo para que no se fuera; sin embargo, al no ser físicamente capaz de hacerlo, solo se quedó sollozando y llorando con Mako en brazos.
Caminando por los pasillos de la clínica junto al hombre, salieron del lugar y entraron al auto del hombre. Conduciendo, el hombre veía al niño sentado mirando por la ventana. Le tocó el hombro, e inmediatamente la mano de él se puso sobre la suya agarrando su dedo meñique con un poco de fuerza. Luego de unos segundos la soltó y volvió a como estaba antes.
Apuntaba cuidadosamente con la mira del francotirador a la ventana del edificio. Tenía que pararse en la posición perfecta para que pudiera atinarle. Habían pasado años desde que se fue de la clínica y fue acogido por los yakuza. Lo entrenaron para que se hiciera cargo de trabajos de campo. Aprendió a pelear y a usar armas, se había vuelto muy bueno en ello. Trabajo por mucho tiempo con ellos, ellos considerándolo como parte de su familia. Cuando había cumplido la mayoría de edad decidió buscar un trabajo aparte. Era bueno en la cocina, a veces preparaba la comida para los demás del grupo y lo elogiaban por eso. Pasados tres años, teniendo veintitrés, se hallaba empacando las maletas en su cuarto.
─Atsuki, ¿qué estás haciendo? ─le preguntó el mismo hombre que lo había traído a aquel lugar hace años.
─Estoy empacando. ─le dijo de espaldas mientras seguía empacando.
─¿De qué hablas?, ¿te vas?
─Sí.
─Pe-pero, ¿cómo así?
─Ya olvidaste la razón por la que me hiciste venir.
─¿La razón…?
─Hacer lo que quiera sin problemas.
─Sabes que eso te lo dije para que vinieras conmigo ¿no?, no va a hacer fácil que te vayas.
─Soy consciente de todo lo que he hecho hasta ahora, pero parece que tú no. Por cierto, siguiendo esa idea, me estoy llevando todo tu dinero guardado.
─Oye, no juegues conmigo chico.
─Te dije que no estabas entendiendo la idea de esto.
─Atsuki, yo mismo te acogí; pero si es necesario, puedo deshacerme de ti. ─y sacaba una pistola de su saco. Parando de empacar, se volteó y lo miró fijamente.
─Como si pudieras dispararme. ─y se acercaba lentamente hacia él. El cañón del arma apuntaba el pecho de Atsuki.
─No juegues conmigo chico, te lo repito.
─No puedes hacerlo. ─y cogió el arma desde arriba moviéndola para que no le apuntara y finalmente dando un fuerte tirón para quitársela. ─Te dije que no podrías… pero a diferencia tuya, yo sí. ─y le dio un disparo rápido en su pie. El hombre se tiró al piso de dolor mientras Atsuki se metía la pistola en la casaca.
─¡Bastardo!, ¡crees que puedes irte así nomás!
─Puedo hacerlo. Otra cosa, sé que le has estado robando a la organización junto con otros más. Me tomé la libertad de llevarme ese dinero y de entregarlos con el jefe. Le estoy dejando una nota para que no me molesten de ahora en adelante, he de esperar que lo entiendan. ─terminó de empacar y cogió el maletín.
─¿¡Así vas a dejar las cosas!?, ¡¿vas a abandonar a otra familia de nuevo?! ─le gritaba. Caminando tranquilamente dándole la espalda le respondió.
─¿Qué familias? ─y dejaba la habitación.
El hombre al que le apuntaba ya estaba en posición para darle. Inhaló aire, aguantó la respiración y jaló el gatillo. Con el objetivo eliminado, empacó todo y procedió a irse. Bajaba por las escaleras de servicio cuando tocó su oreja para activar un intercomunicador.
─Sophia, ya está hecho.
─Bien, sal de ahí, después vemos lo del pago.
─De acuerdo. Por cierto, ¿quién era el objetivo?
─Un fiscal, ya sabes, lo de siempre.
─Entiendo. ─salió del edificio y entró a un auto.
─Uff, este fue un poco más complicado.
─¿De qué hablas?
─Se esforzaron por ocultar su ubicación muy bien, se me dificultó más encontrarlo.
─Te estás deteriorando, ¿cuántos años dices que tienes?
─Ya me estoy oxidando jeje, tengo 37. Es más, este es nuestro último trabajo.
─¿De qué hablas?
─¿No te lo dije no?, estoy embarazada.
─¿Es en serio Sophia?
─Oye, acaso estás celoso jojojo. ─dijo riéndose.
─No es eso, voy a tener que encontrar a alguien más para poder trabajar.
─Oh, no te preocupes, ya había estado pensando en eso. Tengo lo que se podría llamar una aprendiz, y la verdad es que tiene mucho talento, incluso más que yo.
─Eso es inesperado.
─Sí… tampoco pensé que terminaría con pareja y un próximo hijo.
─Solo asegúrate que trabaje igual de bien que tú.
─No te preocupes por eso, ella es muy capaz. ─por el intercomunicador se notaba que ella se estaba estirando. ─En un rato más tengo que ir a visitar a la familia, nunca me has hablado de si es que tú también tienes una.
─No necesito de esas cosas
─Vamos no bromees.
─No bromeo.
─Bueno..., supongo que ahora se algo más de ti.
─Eso creo. ─después de ese intercambio de palabras siguieron hablando hasta que Atsuki había llegado a su destino, el pub en el que trabajaba de cocinero. ─Ya me tengo que ir, supongo que adiós.
─Hasta pronto Atsuki, me gustó colaborar contigo. Te daré los datos de contacto de ella para cuando tengas otro trabajo.
Estacionó el auto, dejó el maletín en la maletera y cerró con llave. Entró por la parte de atrás del pub, ingresando directamente a la cocina. Se fue a los baños a cambiarse y procedió a realizar su trabajo de turno.
─Oye Atsuki, tengo que decirte algo. ─le dijo el dueño del local que había entrado en la cocina.
─¿Qué pasa?
─Esta señora que llegó hace ya un rato preguntó por ti. Le dije que te podía ver cuando llegaras. ¿Tienes alguna idea de quién puede ser?
─No, pero tengo un mal presentimiento. ─dijo dejando de preparar algunos vegetales. ─La veré pero que sea rápido. ─salió de la cocina y miro a la mesa que le habían indicado, se acercó y se sentó frente a ella. Su cara le resultaba familiar y tendría al menos 45 años, pero no recordaba haber conocido a esa señora.
─Atsuki… ─dijo al verlo, ¿quién era ella que lo reconocía claramente?
─¿La conozco?
─Oh, no me presentado, soy la hermana de tu madre. ─por eso es qué se le hacía tan familiar, se parecía a la persona que lo había concebido.
─Hemos terminado aquí. ─y se paró para volver a trabajar.
─¡No espera! ─y le agarró el brazo, resultando en él cogiendo su muñeca y haciéndole daño. Lo soltó, y se la agarró.
─Le traeré hielo. ─dijo dando un leve suspiro.
Ambos de nuevo en la mesa, esta vez ella con una bolsa de hielo en su muñeca, continuaron con la conversación.
─Atsuki, sé que dejaste a tu madre cuando eras un niño, ella estuvo desgarrada por ese hecho, cuando parecía que finalmente podrían tener una vida normal.
─Claro que no, él de seguro aún sigue encarcelado; además no me fui porque me persuadieran, fue por pura cuenta propia, así como es de cuenta propia que ya no siga con ellos. No sé si te hayas dado cuenta, pero no pienso de la misma manera que los demás.
─Soy consciente de la clase de persona que eres, supongo que desde pequeño se debe haber notado los síntomas, pero ahora no eres más que alguien aislado de los demás, de la sociedad.
─Puede que tu lo veas como una imperfección, pero para mí es como si a un perro lo hubieran liberado de la cadena que ata su cuello, disfrutando de las nuevas posibilidades que se me presentaban mientras veo como los demás siguen encadenados sin poder descubrir su verdadero potencial.
─¿Y acaso esas nuevas posibilidades se reducen a asesinar gente? ─le dijo su tía firmemente. Ella sabía de su trabajo, de seguro lo había estado siguiendo estos años; que error que eso lo hubiera pasado por alto. ─Fui yo quien le presentó a mi hermana al grupo al que perteneciste; sin embargo, no supieron sobrellevar lo que requería aquello. Traté de arreglar las cosas, pero cuando huyeron del país ya no me hacían caso esos hombres. Cuando volvieron, me sorprendió que pudieran pagar su deuda, pero entendí lo que les costó al solo volver ustedes dos y a la nueva integrante. He sabido todo lo que has hecho desde que decidiste unirte a las personas que los perseguían. Luego de que te fueras, tuve que acoger a tu madre y tu hermana recién nacida. Ella estuvo bien por un tiempo, pero cada vez que pensaba en esa escena de su hijo abandonándola la deprimía más. Llegaba hasta no querer hacer nada, finalmente perdió las ganas de vivir y ocurrió lo inevitable. Tu hermana no tiene recuerdos de ella, tuve que criarla yo.
─¿Qué es lo que esperas de esto?, si me conoces entonces sabes que no me importa esa clase de historias y discursos. ─su tía suspiró pareciendo que estaba rindiéndose.
─Solo quiero que vuelvas a ser parte de nuestra familia. Traté de convencer a Mako de que viniera, pero la idea de conocer a su hermano fugado la ponía nerviosa.
─Entonces esto tiene que ver con ella, ve al grano.
─Ella ya terminó la secundaria, ya tiene 18 años y va a estudiar en una universidad cerca de aquí. Quiero que se mude contigo y vivan juntos.
─Cómo si eso fuera a pasar. ─dijo y cuando se paró del asiento para irse a trabajar de nuevo apareció alguien al frente de ellos.
─Tía al final creo que si sería lo mejor si viniera. ─dijo una linda chica que estaba al frente de ellos, era joven, llevaba ropa algo holgada y tenía un bonito cabello avellana.
─Mako, justo a tiempo, él es tu hermano. ─frente a ella había un chico con una camisa de franela remangada con un mandil encima, se veía un poco mayor que ella y tenía el cabello negro un poco largo.
─¿Atsuki? ─preguntó; sin embargo, continuando lo que había empezado, caminó de vuelta a la cocina apartando a Mako de él.
La mano que había tocado su hombro para hacerla a un lado se había sentido particularmente rara. Si de verdad era su hermano entonces no tendría que haberse sentido como la de un desconocido. Dio una mirada a su tía quien bajaba la mirada y se volteaba viendo sus manos; no sabía lo que había ocurrido, pero claramente él la había hecho sentir mal. A ella no le importaba que su hermano no la reconociera, después de todo en 18 años nunca lo había visto, podía continuar su vida normal sin él, pero no iba a soportar que lastimara a su tía.
─¡Oye!, ¡discúlpate con ella! ─le gritó. Ignorándola siguió su camino. ─¡No me ignores! ─le volvió a gritar y aceleró su paso para agarrarle el hombro. Cómo antes, lo había hecho con su tía, le quitó la mano de encima, pero esta vez no siendo tan brusco, solamente se la quitó de encima en un movimiento rápido y entró a la cocina. Sin pensárselo dos veces, ella también entró a la cocina enojada.
─¡No puedes ignorarme así!, ¡discúlpate con ella!
─Sal de aquí, solo pueden entrar empleados. ─dijo mientras los otros tres cocineros la veían entrar
─No me importa, discúlpate con ella.
─No debes meterte en lo que no te incumbe, vete a casa, es mejor que no te relaciones conmigo.
─No me importa que no me consideres familia ni nada, pero no voy a tolerar que lastimes a ella. ─dijo señalando a la puerta que daba a la zona de mesas. ─Ella es lo más cercano que he tenido a una madre, a diferencia tuya yo no pude conocerla.
─Si te hace sentir mejor nunca la consideré a ella y a tu padre como familia, ni a ustedes dos.
─¡Cómo puedes ser tan frío; y quieres prestarme atención y dejar de ignorarme! ─le gritó de nuevo al ver que Atsuki no le hacía caso y seguía trabajando. Enojada le sostuvo las manos impidiendo que continuara cortando vegetales. En otro movimiento rápido se deshizo de su agarre, sí que era molesta.
─Sal de aquí, estas interrumpiendo mucho. ─volvió a decir.
─No estoy interrumpiendo, solo estoy tratando de que demuestres humanidad hacia tu familia. ─y volvía a agarrar sus brazos. ─¡¿Qué clase de persona debes ser para pensar así?!, no me imagino teniendo una vida normal contigo.
Con la paciencia agotada, agarró los brazos de Mako haciéndolos a un lado y presionándolos contra la mesa, seguidamente agarró su cuchillo que estaba usando y lo clavo entre los dedos de ella dándole a la tabla de cortar.
─Oye Atsuki. ─dijo uno de los cocineros.
─Entonces quieres saber que clase de persona soy. ─le dijo con un tono frío. ─Todos, fuera.
─No puedes botarnos así nomás. ─dijo otro de los cocineros, arrepentido de ello al pasar un cuchillo al lado de su cabeza, clavándose en la pared.
─Fuera. ─y siguiendo sus indicaciones salieron por la entrada trasera del local. Quitó el cuchillo de la mano de Mako, claramente algo asustada y sorprendida por ello. ─Hasta los 5 años se podría decir que vivía una vida normal, sin embargo ya pensaba diferente de los otros niños de mi edad. Ellos se veían tan infantiles e inmaduros, no podía entenderlo, ¿por qué era el único que pensaba con claridad? Después de un tiempo cuando ya tenía 6, súbitamente nos mudamos a Tailandia, todo apuntaba a que huíamos de alguien, pero no dije nada al respecto. Para conseguir dinero, tus padres hicieron de mulas, transportaban drogas consigo y las llevaban al extranjero. No me quejaba de ello, la verdad me daba igual, después de todo solo me interesaba mis acciones y propio bienestar. Después de unos meses apareciste tú por primera vez, y no fuiste más que un accidente, asimismo tampoco me interesó ese evento. Cuando tenía 7 repentinamente volvimos a Japón pero tu padre no volvió con nosotros, lo descubrieron y arrestaron, de seguro aun sigue durmiendo entre rejas en algún país. Al aterrizar te dio la gana de nacer y nos llevaron a una clínica en donde un hombre de los yakuza venía a cobrarnos la deuda por la que huimos. Sorprendentemente habían recaudado dinero suficiente para pagarle, pero el hombre por alguna razón creyó que yo era diferente, y así era. Me uní a ellos y me entrenaron para ser un asesino, eso es lo que soy ahora, cómo vez se me da bien hacer daño a la gente con diferentes objetos y de diferentes maneras. Ellos creían que eran mis dueños, pero ya les he dejado claro que no es así. Y ahora por una estupidez de volver con la familia ustedes dos se aparecen queriendo que regrese para formar unos inexistentes y lo creen que son lazos de afecto. Ahora mismo solo están siendo una piedra dentro de mi zapato.
Mako no sabía la razón por la que su hermano no había estado con ellos todo este tiempo, y ahora que él mismo se la había dicho creía que vería dolor en su mirada; sin embargo, lo único que veía era indiferencia. ¿De verdad estaba relacionado sanguíneamente con alguien así? Uno creería que él debió haber pasado por mucho para convertirse en eso, pero claramente había nacido así, y no podía soportar eso.
─Como si ese drama fuera a detenerme. ─y saltó sobre él. ─¡Discúlpate con mi tía ahora mismo!
─¿Aún sigues con lo mismo?, lo del cuchillo de antes fue una advertencia. ─y caminó hacia una pared. Se volteó para estar de espaldas contra ella y golpeó su espalda contra ella, excepto que su hermana se hallaba ahí.
─¡Cómo si eso fuera a detenerme!, ¡estos golpes comparados con los de mi tía no son nada!
En medio de esos golpes, su hermana agarró su rostro y metió sus manos en su boca estirándola. Atsuki con la boca extendida y doliéndole, agarró los hombros de Mako presionándolos con los dedos para que dejara de estirarle la boca. Sentía como su hermana sobre él se retorcía por el dolor, pero a pesar de ello no cedía y seguía subido sobre él. Mientras hacían eso, caminaba balanceándose alrededor de la cocina, hasta que se tiró de espaldas contra la mesa, cayendo sobre ella. Finalmente ella soltó su rostro y se quedó sobre ella por un rato. Ella respirando rápidamente, volteó a un lado y vio unos vegetales y condimentos. Sin pensarlo, cogió una cebolla y algo de wasabi, y los sobó sobre los ojos de su hermano. Con los ojos ardiéndoles, se paró rápidamente y se los agarró por el dolor que sentía. Caminó ciegamente tratando de llegar al lavabo y lavarse los ojos. Mako aun sobre la mesa, se paró agitadamente, pero apenas manteniéndose en pie. Vio a su hermano tratando de llegar al lavadero, tomó aire y corrió hacia él derribándolo. Se puso sobre él, juntó ambas manos y comenzó a golpear exhortándolo para que se disculpe con su tía. Recibiendo golpes en su pecho, sostuvo con su brazo los de ella haciéndolos a un lado, y dando un fuerte golpe en su estómago. Paró de golpearlo y se agarró su vientre con la respiración cortada y se hizo a un lado apoyándose sobre una pared.
─Discúlpate… con… ella…
─¿Aun sigues con eso? ─le dijo estando echado en piso con su brazo cubriendo sus ojos. Seguido de eso, Mako dio un fuerte grito y se puso sobre él de nuevo y comenzó a golpearlo en su cara.
Sentía como fuertes puñetazos hacían que volteara su cabeza de izquierda a derecha. En uno de esos golpes, cogió su brazo y en un rápido movimiento, golpeo el rostro de ella quitándosela de encima. Cayó a un lado, quedándose un rato en el piso. Atsuki se paró para ir a por ella; sin embargo, al dar un paso, cayó al lado de ella. Se dio cuenta que tenía el tobillo torcido. Dio un suspiro, y se volteó boca arriba.
─Cuando salgamos ayúdame a pararme y a caminar a donde tu tía. ─le dijo. Mako sorprendida lo miró, tenía los ojos rojos, probablemente por lo que le hizo.
─¿Te vas a disculpar?
─Ayúdame a llegar a la mesa donde está ella. ─ambos se pararon, él apoyándose en su hombro.
─¿Esto quiere decir que nos vas a considerar como personas?
─Claro que no, si no aceptaba seguro seguiríamos así todo el día. Pero… voy a dejar que vivas conmigo. ─al escuchar eso, se tornó sorprendida, seguido de una sonrisa, continuado de una mueca de dolor por el golpe que le había dado.
─Cielos, creo que debo ir a la clínica.
─Lo tuyo se cura con hielo, no puedo caminar bien, yo debería ir.
─Sí, pero creo que tengo una costilla rota. ─dijo agarrándose su torso.
─Terminemos con esto nomás.
Ya en casa, habiendo terminado de traer la última caja de la mudanza, Mako se sentó en el sillón.
─Que lugar más agradable. ¿Has estado viviendo aquí todo este tiempo?
─Vivía un piso arriba, pero era muy pequeño para ambos.
─Oh entiendo. Entonces… ¿vas a seguir dedicándote a…?
─Voy a dejarlo, voy a tratar de hacer algo diferente. ─Mako sonrió al escuchar eso viniendo de su hermano.
─Voy a tener que avisarle a Sophia que ya necesito a su aprendíz.
─¿Qué?
─No es nada. Por cierto, ¿cuándo empiezas tus clases?
─Aun falta un rato para que eso pase.
─¿Qué vas a estudiar?
─Iba por una carrera corriente, pero luego de conocerte; decidí que quiero ayudar a que la gente no se sienta mal consigo. Voy a estudiar psicología.
─Lo que sea. ─y se fue al baño.
Sentada en el sillón prendió la televisión y fue a la cocina a ver si había algo de comer. Abrió la refrigeradora y vio unas latas de cerveza. Con una sonrisa pícara cogió una de ellas. Al cerrar la puerta, una mano le quitó la lata.
─Nada de alcohol para ti.
─¡Oh vamos!
─Cumple la mayoría de edad y puedes sentirte libre de tomar las que quieras.
─¡Cómo puedes ser tan rígido con eso, tú matabas gente!
─Esto es diferente. ─y abrió la lata para tomársela él.
─Pero al menos no me antojes. ─y ambos se sentaron en el sillón para ver la televisión.
Daba un suspiro mientras levantaba la cabeza mirando al techo. El hermano de su amiga todo este tiempo había sido un asesino y que estaba al tanto de lo que ella hacía. No sabía lo entrenado que podía estar; pero aun así, no podía hacerle daño, después de todo era su amigo. Había dicho que había venido para proponerle algo, escucharía que era lo que tenía que decirle y vería si aceptaba o no.
─Bien, qué es lo que propones.
─Ambos vamos a atrapar a Mazuu.
Lo escuchaba con los brazos cruzados mientras lo miraba, no parecía mentir. Hacer equipo con él y cazar a Mazuu. Hasta ahora había trabajado sola, y con la ayuda de personas, pero nunca de manera directa. Una oferta como esa no podía dejarla pasar por alto; pero, a pesar de eso, aún seguía con un problema.
─Aunque dijera que sí, hay una razón por la que me fui de Osaka y no he vuelto. La persona que nos chocó antes de llegar a la clínica trabaja para Mazuu, junto a otras trece forman parte de un equipo especial. Él me dio a entender que, si volvía e intentaba hacer algo, le harían daño a Mako.
─No te preocupes, ya hice preparativos para mantenerla a salvo cuando comencemos a actuar.
─Porque hablas como si ya hubiera aceptado.
─No es como si no tuvieras alguna otra cosa que hacer; además, no quieres decepcionar a Chiyoko, ¿no?
─¿Acaso pusiste micrófonos en mi departamento?
─Sí. ─dijo mientras Noodle daba un paso atrás y levantaba sus brazos como para protegerse.
─No podría garantizarte su seguridad si es que no quisieras cooperar. ─y en un movimiento rápido, se le acercó para darle un fuerte golpe en el estómago. Sin embargo, la mano derecha de Atsuki sostuvo la mano y muñeca de ella. Era fuerte, le hacía daño sosteniéndole; inmediatamente, con su otra mano le iba a atinar un golpe en el rostro, pero paró antes de darle. La mano libre de quien estaba atacando estaba sobre su rostro sosteniendo la parte lateral de este, pero lo que la había hecho parar era el pulgar que se hallaba sobre su ojo apunto de aplastarlo.
─No quiero que tomes eso como una amenaza, de verdad no se de lo que sería capaz Mazuu si es que logra hacerse con mucho poder. Quiero que me ayudes a detenerlo. ─y dejó de hacer fuerza en ambas manos.
─¿Qué planeas hacer con la amenaza a Mako?
─Ya te dije, he hecho preparativos para cuando empecemos ella esté a salvo.
─¿Haces esto por venganza?
─Claro que no, veo que si salimos victoriosos puede ser beneficioso para mí, Mako y para ti.
─Entonces solo compartimos un objetivo en común.
─Exacto, pero si quieres aun puedes considerarme como tu amigo. ─y sonrió con una confianza que demostraba seguridad y superioridad. ─Entonces, ¿tenemos un trato? ─y extendió su mano hacia ella.
Con su mano al frente de ella, ciertamente no sabía qué hacer. Atsuki le aseguraba una victoria definitiva, todavía no confiaba en él completamente, pero honestamente no creía que se le presentaría otra oportunidad así. Si regresaba y volvía a ser una amenaza, no dudaría en cumplir lo que le aseguraron; pero la confianza que él expresaba la hacía considerar su oferta. Mirando su mano, la puerta del cuarto de ella se abrió apareciendo una figura. Su amigo escritor de novelas ligeras, estando solo en shorts, se sorprendió con la escena que estaba ocurriendo.
─Esa no la vi venir. ─dijo Atsuki. ─¿Por eso no quieres aceptar?
─Ehmm, ¿estoy interrumpiendo algo?
─¡No…!, solo, vuelve al cuarto y te explico luego. ─y aun medio dormido cerró la puerta que acababa de abrir.
─Sabes lo que tendrás que hacer con él si decides aceptar ¿no?
─Estoy consciente de ello. ─levantó la mirada, dio un suspiro y le dio la mano. ─Dame hasta mañana para arreglar todo.
─Entiendo. ─y dejó el sitio.
Cuando cerró la puerta de la entrada, se sentó en el sillón, apoyó sus brazos sobre sus piernas y se cubrió la cara. Estando un rato así, se paró y se dirigió al cuarto donde estaba su acompañante.
Al día siguiente Atsuki se hallaba esperándola en el cerco de la entrada a la casa. Noodle salió vestida abrigada y con un maletín en mano y se dirigió a donde estaba él. Llevaba un abrigo para el frío.
─He de suponer que te divertiste todo el día de ayer.
─Cállate.
─¿Le explicaste?
─Sí.
─¿Entendió?
─Sí.
─No seas tan cortante, después de todo ahora somos compañeros. ─y le dio unas palmadas sobre su cabeza tapada por un gorro de lana.
─Solo vayamos y ya. ─dijo mientras se dirigían a la estación de tren.
