Antes de nada estos personajes no me pertenecen a mi, sino al gran Nobuhiro Watsuki.
Espero que les guste la historia
Un Susurro En La Oscuridad
Mi amor, no tengo valor para decirte esto… creo que no soy digno de ti, de tenerte… por todo el mal que he causado antes… por todo el daño que te han hecho por mi culpa… mi princesa… me siento solo si tu no estás, me noto vacío, y con un dulce dolor en mi pecho. Te amo Kaoru-dono… pero me falta valor… Quiero estar a tu lado, abrazarte, susurrarte todo lo que siento al oído cuando estas a punto de dormirte, para que sea mi voz lo último que escuches, y para que sea conmigo con quien sueñes, a pesar de que no me apartaré ni un segundo de tu lado… vigilaré tus sueños, y si despiertas por alguna pesadilla te refugiaré en mis brazos y curaré todo tu miedo con mi cariño y con mis besos.
No se si sabrás lo mucho que me importas, mil veces he notado tus celos, pero tu tristeza en estos días se me hace insoportable… te amo mi princesa y no se siquiera si soy digno de ti… te veo deambular por el dojo y cuando entrenas a Yahiko no pones tu energía de siempre… ¿por qué? No entiendo que te pasa… ¿es por mi culpa? Porque ahora no me miras como siempre… me miras con ojos tristes… ¿es que sabes lo mucho que te amo y que no me atrevo a decírtelo o es que crees que no siento nada por ti? Si es esto ultimo puedo entender como te sientes… y curaré ese dolor esta noche, princesa…
Kaoru-dono, estas poniendo la mesa para que cenemos… he cocinado yo… y sin que tu lo supieras he mandado a Sanosuke y a Yahiko fuera, para que no nos interrumpan esta noche… hoy no…
- Kenshin ¿dónde estarán Sano y Yahiko? –tu voz en estos momentos me parece la cosa más dulce del mundo -.
- No los esperes… Sano me ha dicho que se lleva a Yahiko esta noche así que no nos preocupemos.
Te sientas y yo te sirvo la cena, comes poco a poco… como pensando en algo…
- Kaoru-dono ¿te pasa algo?.
- No, nada.
No digo nada hasta que terminamos de cenar… recojo la mesa y te sirvo el té… estas ausente.
- Kaoru-dono ¿te gustaría que vieramos las estrellas?
Te tiendo la mano y te guío hasta el patio, nos sentamos el uno junto al otro y te abrazo, tu sigues ausente como sin entender.
- Kaoru-dono… llevas algunos días extraña… y se que es por mi culpa… solo espero que esto alivie tu tristeza, mírame a los ojos por favor.
Esos ojos tan preciosos que tienes me miran… ya sin ausencia, pero aun con tristeza… me acerco a ti y te doy un beso… muy dulce, noto que dos lágrimas furtivas corren por tus mejillas, vuelvo a mirarte y noto como te recuestas en mi pecho… y en un susurro audible pronuncio estas palabras que tanto tiempo has estado esperando para escuchar y que me unirán a ti en este mundo y en el siguiente:
- Ore no hime… aishiteru.
