Todos los personajes son propiedad exclusiva de Gosho Aoyama y sus respectivos distribuidores. No pretendo apropiarme de la serie ni mucho menos, simplemente intento potenciarla mediante la narrativa, sin ningún ánimo de lucro, por puro placer de escribir y hacer que la gente se divierta leyendo .

REVIEWS: ¡Muchas gracias a todos los que me habéis dejado review, me hacéis MUUUUY contenta, hontou ni!

JKRanIV: jajaja gracias wapa! Gomen ne! Pero esque si no lo dejo en el punto muerto no tiene gracia! xD! Pero bueeeno, aquí tienes el siguiente capítulo, espero que te guste!! o

Ranmoon Boy: ahg! Me has calado! :P Pero no todo es tan sencillo (lo de Jack, me refiero), porque aquí hay mucho más de lo que tu dijiste al review... En cuanto a la actitud extraña de Shinichi, está más que justificada, tú espera y lo sabrás! Espero que te guste el cap, ¡gracias por mandar review!

Maggie-chan: jajaja, aquí tienes el proximo capítulO! Shin Ran a topeeeee!!!! Gracias por el review amiga! Espero que te guste este chapt!

Taigrin Dido: chica, creía que te habías muerto! Qué es de tu vida???? Me ha hecho ilusión que me dejaras review :) Espero que te guste este capítulo, disfrútalo!!

Shinishi: muchas gracias por los ánimos! Gracias por el review!

Michel88: no es que lleve desde junio sin subir nada, es sólo que tardo un poco en subir los caps, jajaja '' Este capítulo, por ejemplo, lo publiqué en mi página web (Shinichi's Memories) en junio, y hasta ahora no lo he publicado en ¡pero ahora los pondré más seguidos! Gracias por el review :)

Aclaraciones:

… Lo que piensa un personaje

Cambio de escena

Texto en cursiva: flash back

Texto en cursiva: palabras que dicen en inglés

… Un lugar


SUCEDI" EN NUEVA YORK

Cap.4: El chico que sostenía el paraguas y la chica que lloraba

Un fanfic de CiNtUrO-cHaN

Ya era entrada la noche. La investigación había finalizado, y Kazuha esperaba fuera del Magnolia el regreso de Heiji, mientras que Kogoro, Agasa y los niños se habían vuelto al hotel. La joven de Osaka observaba entretenida y a la vez aburrida el ir y venir de agentes, inspectores y cámaras de televisión.

Ya ha pasado hora y media… ¿Qué está haciendo ese estúpido? pensó con indignación Kazuha, mirando al interior del edificio a través de la puerta de entrada que acababa de abrir un periodista.

-¡Siento el retraso! – finalmente, el detective del oeste hizo aparición, aunque no por la puerta principal – Ya he terminado.

Kazuha frunció el ceño – Ahg, cada vez tardas más en solucionar los casos, Heiji. Pierdes facultades – dijo ella, mientras le cogía del brazo. Ambos empezaron a andar a través de la calle, esperando que apareciera algún taxi vacío – Por cierto… Supongo que habrás visto a Kudo-kun… - dijo Kazuha, insegura.

Heiji asintió – Sí… Nos hemos encontrado y hemos charlado un momento.

-¿Qué te ha dicho? ¿Le has preguntado qué hace aquí y por qué se fue…?

El joven de Osaka miró hacia el cielo, suspirando – Sí, indirectamente. Aunque él me ha contestado que no me incumbe, indirectamente también. Además, le he dicho que estábamos todos a Nueva York, incluída neechan.

Kazuha abrió los ojos – Entonces él ya sabe que está aquí, ¿no? ¿Le has pedido su número o algo, para contactar con él?

-No. No he encontrado el momento oportuno.

-¿Qué momento ni qué narices? Sois amigos, no hace falta esperar ningún momen…

Heiji paró en seco y miró a Kazuha con decisión – Kazuha, hemos discutido. De hecho, creo que hace tiempo que dejamos de ser amigos… el Shinichi Kudo que me he encontrado hoy en el Magnolia es alguien MUY diferente al Shinichi Kudo que recordábamos de antaño. Algo en su cara, en su expresión… algo ha cambiado. Y cuando le he dicho a la cara lo preocupada que estaba neechan por él, me ha cogido del cuello y se ha puesto a gritarme cosas como 'no entiendes nada'. No sé. Creo que él no lo ha pasado muy bien este tiempo, que digamos…

La joven de Osaka se confundía por momentos. Tiró de nuevo del brazo de Heiji, obligándole a andar – Bueno, al menos ahora sabe que estamos aquí… De momento, volvamos al hotel y contémoselo todo a Ran-chan…

-¿Tú crees? – dijo Heiji, con la mirada llena de duda – El hecho de que Kudo me haya dicho que me olvide de él, que nos apartemos de él y cualquier cosa de esas… y que encima no mostrara ningún interés por encontrarse con neechan… ¿Crees que sería bueno decírselo? Aún empeoraría su ya de por si deficiente estado emocional.

Kazuha pisó con fuerza el charco que había delante suyo, empapándose los pies - ¡Qué rabia! Por una vez que estamos en Nueva York… Creo que no vamos a disfrutar mucho de éste viaje… - dijo la chica, mirando hacia abajo.

Heiji sonrió y negó con la cabeza – Tiempo al tiempo. Creo que pronto tendrás sorpresas.

-¡Ah, sí, la riñonera! Aún no me lo has dicho… ¿Qué tienes escondido en ella? ¿Eh? ¿Eh? – dijo la chica de Osaka, sonriendo - ¡Dímelo…!

-¡AÚN no! – dijo él, impotente, remarcando la palabra 'aún'. Kazuha hizo pucheritos y desistió, mirándole de reojo confundida. Acto seguido, encontraron por fin un taxi vacante de pasajeros y se introdujeron en él, dirección Hotel Prince.

El joven detective abrió la puerta con la tarjeta y se la volvió a guardar cuidadosamente en su bolsillo. Entró en lo que era una gran estancia con las cuatro paredes, el techo y el suelo de color metálico lustroso. Parecía, más que una pared, un espejo de lo limpio que estaba.

Al centro de la estancia había una mesa alargada circular. En esa mesa se encontraban sentados Jodie, Shuichi, Shiho, Raddish y otro hombre al cual no conocía.

-¿Raddish? – Shinichi frunció el ceño, y al tiempo que se sentaba en su silla correspondiente y dejaba sus documentos encima de la mesa, observaba el hombretón regordete, calvo y de bigotes negros interrogativamente - ¿Qué hace él aquí?

Jodie sonrió – Oh! Didn't I tell you? (¡Ah! ¿No te lo había dicho?) Él también forma parte del F.B.I., aunque a veces atienda asuntos policiales – dijo la mujer de cristalinas gafas – Veo que ya le conocías.

-Sí… de un viejo caso (NA1). Parece que esta organización es como una caja de sorpresas.

-Ejem… - Shuichi se aclaró la garganta, algo incómodo – Tengo otras miles de cosas que hacer, así que si no vamos al punto…

-OK, OK! – exclamó Jodie, calmándole los humos – Antes de nada, éste es Raymond Willis, lo acaban de destinar a nuestro departamento de investigación y llevará el caso con nosotros.

El hombre que estaba sentado al fondo hizo un ligero movimiento de cabeza. Debía tener unos veintitantos años. Era rubio tirando a castaño, con unos ojos azules oscuros. Iba vestido bastante ordinariamente, con ropa de paisano y unas gafas de sol en la cabeza. Shinichi le correspondió el saludo.

-Bien, ahora que ya estamos todos… Esto es una reunión de emergencia – dijo Raddish, sacando papeles de su maletín – No sé si os dais cuenta de lo que habéis hecho esta noche al pasar por delante del escenario.

Jodie entrecerró los ojos – Corresponde a lo sucedido ayer. Nosotros nos fuimos por precaución, pero Raddish se quedó haciendo la investigación pertinente. Raddish, por favor, cuéntaselo – inquirió Jodie, juntando ambas manos entrelazadas y apoyando la cabeza en ellas.

El hombre de ojos entrecerrados se giró hacia Shinichi – William Rushell, tal y como ya sabes, fue envenenado. Encontramos un pote de vidrio a un contenedor que había fuera, y en su interior había restos de somnífero. Creemos que el autor le durmió y acto seguido le mató. De ahí a que nadie lo oyera.

-¿A qué se refiere con 'nadie'? – inquirió el detective del este.

-Me explico. Creemos que su muerte tuvo lugar en su camerino. El lugar donde se encuentra está en el corredor donde hay tres o cuatro camerinos más, y dicho corredor da por un lado al escenario. Si él hubiera gritado al ver un sospechoso entrar en su camerino, por fuerza alguien le hubiera oído. Y el hecho de que no se oyera nada es porque estipulamos que el asesino era un conocido de la víctima. Por eso, la víctima le dejó entrar sin reparos. Michelle Stampford, la que encontró el cadáver, y otros presentes, afirmaron que en ese momento había mucha gente entre bastidores, observando la obra desde los lados. Por eso es prácticamente imposible conocer la identidad del autor.

-Vaya, inspector, me deja sin habla. La policía cada vez mejora más en cuanto a deducción – dijo Shiho calmadamente.

Raddish vaciló un instante – Bueno, de hecho todo esto lo supimos gracias a algunas claves que nos dio un chico…

Shinichi miró de reojo al hombre ¿Un chico?

-Decía que era detective. Era moreno y hablaba un japonés extraño… En fin, nos ayudó con la investigación, pero sin que nos diésemos cuenta se fue, sin tiempo a preguntar su nombre. Podría ser un sospechoso…

-No, inspector. Él es Heiji Hattori, un antiguo amigo que tuve en mi estancia en Japón. Y su japonés extraño es debido a que usa el Osaka-ben, el dialecto de Osaka.

-Oh… - Raddish se lo apuntó en una pequeña libreta y prosiguió – Finalizando, esto es todo lo que tenía que contaros acerca del asesinato. Ahora… vienen las consecuencias de vuestra aparición.

-Eso mejor lo explico yo – le cortó Jodie, ajustándose las gafas – Veréis, conocéis mejor que nadie la situación en que os encontráis. Y al haberos mostrado ayer en público…

-Nos han encontrado, ¿no? – dijo Shiho, cruzándose de brazos, bastante inquieta.

-Y no sólo eso… - prosiguió Shinichi, sonriendo – Si nos vieron a nosotros, vieron a Jodie y a Akai. Así que saben que estamos con el F.B.I.

Jodie asintió – Exacto. Lo que más me preocupa es que haya algún infiltrado en el cuerpo. Eso sería fatal, porque como agente de la organización podría acceder fácilmente a vuestras fichas TOP SECRET, y así saberlo todo.

-¿Entonces… qué nos recomiendas, Jodie? ¿Que nos sigamos escondiendo como sucias ratas, o que demos la cara de una buena vez? Llevo esperando demasiado tiempo – dijo Shinichi, con la mirada encendida y la mente perdida en algún lugar del pasado.

Shuichi encendió un cigarrillo, escuchando atentamente todo lo que decían. Raymond y Raddish estaban ambos quietos y en silencio, expectantes. Jodie fue la encargada de contestar – Bueno… Aún no hemos diseñado ningún plan, pero antes que nada debemos actuar con las consecuencias. Seré directa, chicos. Ahora que saben que seguís vivos, y en Nueva York, no dudarán en investigaros. Vuestros datos de los últimos tres años están bajo control, pero no puedo decir lo mismo de los datos de los diecisiete años restantes. Con eso quiero decir que podrán obtener cualquier tipo de información durante ese periodo. Y con ello van incluidos vuestros antiguos centros de docencia, los lugares que solíais visitar, hasta podrían saber cuál era vuestra bebida favorita.

-U-Un momento… - los ojos del joven detective se agrandaron – Entonces… Ellos sabrán quiénes eran…

Jodie asintió, con las facciones tensas – Sí. Saben quiénes son vuestros antiguos amigos y/o familiares. Cool Kid… Debes contactar con Hattori-kun ipso facto, antes de que la Organización le encuentre primero. A él y a cualquiera con quien hayas tenido contacto estos últimos tiempos. Tú lo mismo, Shiho – dijo Jodie, mirando a la científica, aunque dudando si había establecido contacto con alguien más que con ellos.

Shinichi se alzó rápidamente y sacó su móvil, y en él empezó a buscar la lista de contactos.

-Don't worry, Cook Kid (No te preocupes, Cool Kid). No pensarás que, aún sabiendo que tu amigo está en peligro, nos habremos quedado tan anchos, right? Hemos enviado dos agentes de confianza al Hotel Prince. Ahora mismo Hattori-kun está en el comedor del hotel, cenando con otra gente, sano y salvo.

Shinichi respiró aliviado – De todas maneras, voy a llamarle y le diré a Hattori que venga aquí y así se lo explicaré detalladamente.

Jodie asintió y Shinichi, empezando a marcar el número de teléfono de Heiji (y rezando para que no se hubiese cambiado el número en esos tres años) a la vez que salía de la estancia y andaba por el pasillo. Al cabo de unos instantes de hacer el típico ruido, Shinichi al fin oyó la inconfundible voz del joven de Osaka - ¿Sí, quién es?

Shinichi respiró hondo. Era evidente que no sabía quién le llamaba porque en esos tiempos había tenido que cambiar tanto de número como de móvil en numerosas ocasiones. El joven detective salió por fin del edificio y se recostó a la pared. Era una noche algo inestable. A ratos llovía, y a ratos paraba. Aún así, soplaba un viento helado.

-Hola, Hattori. Soy yo, Kudo – dijo Shinichi.

-¿Kudo…? ¿Por qué me llamas? ¿Sucede algo? ¿O ya estás dispuesto a contármelo todo?

Shinichi sonrió interiormente. No había cambiado nada. Seguía teniendo la intuición de un buen detective tan aguda como siempre – Es algo difícil y largo de explicar. Pero estoy dispuesto a contártelo. Ahora voy a coger el coche y te espero en la calle que hay delante del hotel – dijo, al tiempo que sacaba unas llaves plateadas y al pulsar un botón se encendía un moderno coche rojo pasión deportivo.

-Bien, no hay problema. ¿Les digo dónde voy o no?

-No, no. Esto de momento sólo te incumbe a ti. Que nadie se entere que vas a verme. Hay dos agentes vigilándoos para que no pase nada, así que estate tranquilo.

El tono de voz del detective de kansai se inquietó - ¿Dos agentes vigilándonos para que no pasa nada? Kudo, explícate AHORA mismo. No voy a salir de estas paredes dejando a Kazuha y a los demás aquí sin saber qué ocurre.

El joven detective puso el teléfono en un encaje del coche que había al lado del posavasos y apretó el botón de manos-libres, de manera que ahora podía hablar y conducir con total libertad. Shinichi respiró hondo – Ya te lo he dicho… Es largo de explicar y…

-Me da igual.

Estúpido detective curioso… pensó amargado Shinichi Aunque…yo también lo soy – Está bien, está bien… Verás, sintetizando, la Organización sigue buscándonos aunque hayamos recuperado nuestros cuerpos, y hace unas horas, en el Magnolia, nos vieron.

-¡Lo sabía! Sabía que aún te traías algo entre manos y que no estabas con nosotros por no ponernos en peligro. Sabía que no podrías haberte apartado de neechan de una manera tan cruel y inhumana – dijo Heiji, ya en su habitación, cogiendo la chaqueta – Y en el escenario del crimen, cuando me dijiste que ya no te importaba nada, era porque creías que entre la multitud podría estar alguien escuchando, y no querías que la relacionaran contigo para no ponerla en peligro… ¿A que sí?

Shinichi paró en un semáforo en rojo y suspiró – Bueno… más o menos. Por cierto, ya te lo he dicho pero… Asegúrate que ni Ran ni nadie se enteran que te vas.

Heiji asintió – Vale, vale… Ah, espera un… Neechan…

Shinichi miró de reojo al teléfono móvil - ¿Qué pasa, Hattori?

-Neechan no está en el hotel. A la hora de cenar no ha venido. Kazuha me ha dicho que se había ido a dar una vuelta para, según ella, aclarar sus ideas…

-¡¿QUÉ?! – Shinichi abrió los ojos. Un sentimiento de preocupación que hacía tiempo que no sentía tan potente se apoderó de él - ¡¿Cómo que no está?! ¡¡Pregúntaselo a Toyama, RÁPIDO!!

Heiji asintió y se alzó rápidamente. Salió de su habitación y llamó a la de Kazuha. Ella le abrió sin entender mucho a qué venían esas visititas nocturnas y al ver la cara que hacía su chico, empezó a preocuparse - ¿Hei-Heiji… qué pas…?

-¡Neechan! ¿Dónde está neechan? ¡Dímelo rápido!

-¿R-Ran-chan…? – Kazuha le miró algo asustada – Cuando…Cuando hemos llegado al hotel, me he encontrado que en nuestra habitación había una nota suya, que ponía 'He ido a dar una vuelta para tranquilizarme y pensar. No me esperéis para cenar. Ran" No…No sé nada más…

Heiji miró el pequeño papel que le mostraba Kazuha.

-¡Hattori, eh Hattori! ¿Qué pasa?

Heiji volvió a coger el teléfono – Kazuha dice que ha ido a dar una vuelta. No sabe adónde.

Kazuha miraba interrogativamente al joven de Osaka – Heiji… ¿Qué ocurre…?

-¡¿Cómo que no sabe adónde?! – exclamó el joven detective de Nueva York, histérico, acercándose a toda velocidad con su deportivo. Respiró hondo, intentando calmarse. Cierto, en los últimos tres años no sabía si la mentalidad de Ran había cambiado o no, pero sí que conocía la mentalidad que tuvo durante diecisiete años, y no podría ser muy diferente. Así que volvió a respirar hondo e intentó introducirse en su mente. Ambos habían estado en Nueva York años atrás. El haberse reencontrado aquí le habría propiciado a la chica un fuerte shock. Necesitaba pensar con tranquilidad, sin ser molestada. Y el lugar que reunía todas esas características y que, además, estaba cerca del hotel, era sin duda…

-Hattori, voy a buscar a Ran. Llama al 001 y dile a quien sea que te conteste que quieres hablar con Jodie Starling de parte de Shinichi Kudo. Diles que yo he ido a buscar a Ran y que en cuanto pueda iré al cuartel con todos.

Heiji frunció el ceño - ¿Entonces qué hacemos…? ¿Vamos todos o sólo yo…?

Shinichi meditó un instante – Sólo tú. Y Toyama también. Si descubren tu identidad, irremediablemente podrían relacionar a Toyama contigo. Tráetela a ella para mayor seguridad.

-¿Y qué hacemos con Kogoro, Agasa-hakase y los tres pequeños?

-¿Ayumi, Genta y Mitsuhiko están aquí también? – Shinichi arqueó las cejas, y sonrió melancólicamente al recordar viejos tiempos. Sin embargo, se obligó a si mismo a volver rápidamente a la realidad. La situación era cada vez más precaria – No corren riesgo. No creo que los relacionen conmigo, ya que aún ni los he visto… Además, por lo que pudiera pasar, hay dos agentes vigilándolos. Dejadles una nota diciendo que tanto vosotros dos como Ran habéis ido a algún…emm… concierto… Y que estaréis fuera unos días. Tengo que colgar.

-¡Kudo, esp…! – demasiado tarde. En lugar de la voz de su amigo, escuchó el tut-tut del teléfono. Heiji pulsó el botón Fin de llamada y respiró sonoramente. Luego miró hacia la preocupada Kazuha y frunció el ceño – Quítate el pijama.

Kazuha se puso toda roja - ¿¿Q…Que me quite el…??

Heiji asintió inocentemente – Y ponte ropa de calle. Coge una bolsa con cuatro o cinco menesteres de EXTREMA necesidad y cuando termines, sal. O mejor aún… Conociéndote, eres capaz de agarrar la maleta entera. Ya me encargaré yo de los cuatro menesteres. Tú cámbiate y abrígate, que hace frío.

La joven de Osaka estaba cada vez más perdida - ¿Y adónde vamos…? ¿Hablabas con Kudo-kun, no? ¿Qué es eso de la Organización…? ¿Y qué pasa con Ran-chan? Heiji. ¡Heiji, no me ignores! – exclamó finalmente la chica de la cola de caballo, con los nervios aflorando.

-No hay tiempo, Kazuha – la contradijo Heiji seriamente. Kazuha le observó. Vio que en realidad la situación era extrema, así que paró de preguntar y, cuando Heiji hubo salido de la habitación, empezó a cambiarse a toda prisa.

-¿Crees que estará bien? – preguntó Jodie en voz baja a Shuichi. Ambos habían salido de la habitación, y el hombre de verdes ojos había aprovechado la ocasión para encender un cigarrillo.

Shuichi se encogió de hombros – Es un chico listo. Sabe apañárselas solo. No como otros… - sin querer, dirigió una rápida mirada hacia el interior de la estancia.

Jodie se percató de ello y le miró sorprendida - ¿Detecto cierto punto de preocupación en la voz del hombre más frío e insensible de Nueva York? Oh my God (Oh, Dios mío), tengo que estar soñando.

Shuichi la ignoró, tiró el cigarrillo al suelo y lo pisó con el zapato, como si de una tortura se tratara. Jodie le siguió rápidamente, sonriendo con timidez – Vamos, vamos, no te enfades hombre.

-No estoy enfadado.

A Jodie se le cayó una gotita. Observó la corpulenta figura de Shuichi, vestido todo de negro con una americana de cuero, y su incondicional gorro azul oscuro. Pero su sonrisa pronto se borró de su cara. Lo cierto es que no era la primera vez que se daba cuenta que el ambiente entre Shuichi y cierta persona del grupo era bastante tenso. Concretamente, el ambiente entre la científica y ex miembro de la Organización, Shiho Miyano y él. Todo apuntaba a que ya se conocían de antemano. La pregunta era… ¿Dónde se conocieron, por qué, cómo y por qué las cosas están así ahora? Bueno. Eso son cuatro preguntas pensó Jodie. Pero sea lo que sea que pasó entre ellos, tengo la corazonada de que tuvo algo que ver con la Organización. Y conociendo a Shu, es posible que tuviera que ver con… con…

La imagen de una mujer, con unos preciosos labios pintados rojo carmesí, al igual que el color del pequeño hilo de sangre que fluía por su barbilla, junto con una preciosa y larga cabellera rubia ondulada, al tiempo que sostenía una pistola empuñándola con fuerza le vino a su cabeza.

Jodie miró de nuevo a Shuichi, sin entender. ¿Es posible que me esconda algo…?

El cielo volvía a dejar caer lluvia, como si un Dios todopoderoso hubiera cogido un cuchillo afilado y hubiera herido a las nubes. De nuevo había vuelto ese insoportable viento que hacía constar que Nueva York estaba sumida en la estación de las lluvias, otoño.

Eran las doce y media de un nuevo día. El parque estaba totalmente sumido en la oscuridad, a excepción de los pocos metros de radio que iluminaban las farolas, puestas cada tres metros alrededor de los paseos más transitados.

Una sombra se movía lentamente. Era la sombra de una mujer sin paraguas, desvalida a la lluvia. Aunque pese a estar empapándose toda, parecía no importarle mucho. Sólo miraba la luna, y andaba.

Ran pensaba en todo lo sucedido. Lo que empezó hace cinco años, cuando Shinichi se fue por primera vez, y lo que ocurrió dos años después, tres años antes, cuando volvió a irse, esa vez para no volver jamás. Tres largos años habían transcurrido, y aunque las cicatrices de su corazón permanecían presentes, estaban algo olvidadas. Pero dichas cicatrices se habían abierto repentinamente, sin permiso, al verle esa misma noche dos veces. La primera vez pensó que era una alucinación, y no era ninguna tontería porque no hubiera sido la primera vez que le veía en sueños. En la segunda ya no hubo lugar a dudas. Era él, era el Shinichi de carne y huesos, y el hecho de que Kazuha también lo hubiera visto se lo confirmaba.

La cuestión era… ¿Qué hacer ahora? Cuando Kazuha le dijo que fuesen con Heiji para encontrarse con él, ella tuvo un repentino ataque de nervios. Demasiadas emociones. Sintió pánico, dolor, frustración, temor… y todo eso se fusionó con la frase: ¿Kudo-kun? Yo no conozco a ningún Kudo-kun.

Ran paró de andar y suspiró hondo. Le odiaba. Le odiaba porque a pesar de haber sido el mayor causante de su desesperación, tristeza y soledad, el causante de haberla abandonado dos veces, aún así, en lo más profundo de su corazón, le seguía queriendo. Y lo odiaba con su ser, porque sabía que nunca podría deshacerse del amor que sentía por él.

Lo que sientes no es odio. Es miedo. Miedo de saber la verdad.

Ran se puso ambas manos en la cabeza. ¿Otra vez su estúpida conciencia?

No es odio. Te sientes dolida, porque tras haberle esperado todo este tiempo, tras haberle querido en secreto, él te abandonó sin mostrar ningún tipo de tristeza.

-No. Eso no es verdad. Él… no… - Ran se apoyó al tronco de un árbol cercano con cansancio. Tenía la cara llena de agua, de lluvia y de lágrimas.

¿Por qué…? ¿Por qué me hizo todo eso? ¿Por qué no puedo dejar de quererle…? Ran se sentó sobre sus rodillas y se tapó la cara con ambas manos, empezando a llorar.

-¡¿Por quéeeeeee….?! ¡¿Por qué no puedo…?! ¡¿POR QUÉ?!

De repente oyó pasos que se acercaban por detrás. Acto seguido, dejó de sentir el tacto de la fría lluvia sobre su piel. Ran separó sus manos de su cara lentamente y miró hacia abajo. Lo primero que vio fue un paraguas. Y el que lo sostenía era, ni más ni menos que…

¿Por qué…? ¿Por qué…?

-Sabía que estarías en Central Park.

¿Por qué no quieres que te olvide?

Ran se alzó lentamente y ambos se encararon. ¿Él… sonreía?

¡Maldita sea! ¿Por qué siempre vuelves a aparecer?

Nuevas lágrimas afloraron en sus mejillas.

Dímelo, Shinichi…

Fin del cap.4

CONTINUAR

NA1: ved aclaraciones del capítulo anterior referentes a Raddish.

Notas de la autora

¡Hola a todo el mundo! ¿Os ha gustado este capítulo? Espero que sí Juju me estoy poniendo las pilas en este fic… Por fin, en el capítulo 4, el ansiado reencuentro (aunque vale, lo admito, tendréis que esperar al capítulo 5 para más romance XP). Os recomiendo que os vayáis leyendo este fic con atención, porque cada cosa tendrá, en su tiempo, su lugar de ser… Así que no seáis impacientes

Gracias una vez más por vuestro apoyo incondicional!!!! Nos veremos en el siguiente capítulo o!! Muchas gracias a Lex, Haku, Azalea, Sachiko, Ran-chan, Ai, Ran Kudo, Jess, Arzainer, Kazuha, Ran Mouri 1987, Kmiloncia, JkRanIV, Pussy0017, kevvy-kev, Silver Lady, An-neechan, Ralfa, Shiku, Det.Hitomi, Mirta 22, Belly-chan, Ran Aoko, Aryma, Kari Ishikawa, Miruru, Sango-chan, ONPU, Natàlia Hattori, a todos los participantes del foro de Shinichi's Memories, a los participantes de la comunidad de Kazuha Hattori y a la gente de Tantei Holmes Sensei. ¡Domo arigatou, mina-san! Cualquier referencia, enviadme un mail a o a , ok?

Jya ne,

CiNtUrO-cHaN

23 de junio del 2004

(lo he publicado un pelíiiiin tarde XD)