Capítulo 4
En los morrales encontró mucha más comida de la que esperaba. Shión, él siempre le cuidaba y se aseguraba de que nunca le faltase de nada. Tenía un gran cariño por aquel hombre, le había criado con tanto amor a él y a su hermano. Tanto Saga como él había descubierto hacía mucho el tipo de relación que unía al consejero mayor del Reino y Mago principal del Castillo con su padre el Rey.
FLASHBACK
Era una noche lluviosa de invierno, hacía frío y llovía a raudales. Los dos pequeños príncipes discutían acaloradamente en la habitación que por aquel entonces compartían.
Saga¿cómo demonios se te ha ocurrido meter esas ratas en palacio¡Eres idiota!
Kanon: lo primero no las llames ratas! son ratoncitos y tienen nombre. Su mamá murió... como la nuestra. El cocinero la mató con la escoba y yo lo vi... ¿acaso crees que me podía quedar tan tranquilo viendo cómo sus hijitos morían por nuestra culpa?
Saga: sí claro, y explica el por qué tenías que llevarlos al gran salón durante la cena y dejar que corretearan libremente asustando a todas las doncellas. Kanon a veces pienso que no somos hermanos!
Kanon: yo sólo quería darles algo de comer, no fue mi culpa que se escaparan.. y si dudas de nuestra relación... pues mírate a un espejo!
Saga: sí muy bien, y ahora nos hemos quedado sin cenar y yo tengo hambre
Un enorme puchero de Saga puso fin al enfrentamiento entre los dos. Kanon le miraba divertido. ¿Y ese era el heredero, el hermano mayor? Cuando se trataba de comida, Saga parecía claramente un bebé.
Kanon: ya es tarde, estarán todos durmiendo. Vayamos a la cocina a por algo de comer. Nadie se enterará.
Saga: sí, creo que moriré si no ceno
Kanon: ya deja de decir bobadas! venga, en silencio
Dos pequeñas sombras se movían sigilosamente por los pasillos del palacio... ¿sigilosamente? En realidad estaban haciendo más ruido del planeado. A Saga le rugían las tripas y Kanon se desesperaba y discutían de nuevo a cada momento.
Los guardias, enterados del incidente durante la cena y del castigo impuesto por el Rey a los príncipes, suponían cual era el destino de los niños y miraban hacia otro lado haciéndose los desentendidos mientras trataban de contener las risas.
Ya con el estómago lleno y cargando unas cuantas viandas para terminarlas en su habitación escucharon ruidos en el cuarto de su padre y, por supuesto, se acercaron a ver qué era.
Kanon¿qué has visto?- preguntó en cuanto el que se había asomado retiró la cabeza del medio
Saga: pues no lo sé... papá está con Shión... desnudos los dos
Kanon: sí ya claro, anda quita y déjame ver
Efectivamente, el rey y el mago estaban desnudos y se abrazaban y acariciaban con entusiasmo mientras sus bocas se unían en un apasionado beso.
Kanon confundido miró a su hermano.. con cierto deje de repulsión en su rostro
Saga: Qué?
Kanon: nada, sólo me preguntaba si eso es algo normal entre el rey y el consejero... y dado que tú vas a ser el rey y yo...- no pudo acabar la frase
Saga palideció intensamente y a duras penas consiguió articular palabras
Saga: espero que no, no sé porqué pero no me agrada la idea
Cuando años después recordaban aquella noche, ya sabiendo perfectamente lo que hacían Dohko y Shión, no podían evitar reírse hasta llorar de la cantidad de motivos que encontraron aquella noche para no tener ese tipo de relación.
FIN FLASHBACK
Preparó algo ligero, imaginando que el estómago del chico no estaría muy bien en estos momentos y empezó a comer reservando una buena cantidad para el otro.
Cuidando que el fuego se mantuviese encendido, se acercó hasta la cama y acarició con suavidad la mejilla del rubio. Alguien le había maltratado sin ninguna piedad y eso no podía quedar sin venganza. Ahora no podía hacer nada al respecto porque tenía una misión urgente que cumplir pero en cuanto volviese a palacio, tomaría cartas en el asunto.
Shaka abrió los ojos de nuevo, estaba en la cabaña con aquel hombre que lo había salvado de morir. Seguramente se habría desmayado por el dolor puesto que lo último que recordaba era como tiraban de su brazo con fuerza. Con dificultad logró sentarse en la cama. Estaba sólo y el olor a comida le hizo recordar que no había probado bocado desde hacía muchas horas. Entonces se abrió la puerta y Kanon entró llevando un montón de leña que acomodó junto a la chimenea.
Kanon: vaya, al fin despertaste. Espera un minuto, te daré algo de comer, porque debes de tener hambre¿no?
Shaka: si, tengo hambre. Gracias por... bueno por todo. Mi nombre es Shaka
Kanon: aquí tienes... Shaka. Aún está caliente.
Le tendió una escudilla con lo que le había guardado y se quedó observando cómo el rubio devoraba todo su contenido.
Kanon: ten cuidado no te atragantes
Shaka se dio cuenta de que el otro lo observaba divertido y supuso que había sido demasiado grosero al comer. Se sonrojó por la vergüenza y dijo:
Shaka: lo lamento, es que tengo hambre
Kanon: está bien, lo hice para ti. Calentaré agua para cuando termines para que puedas bañarte. A mi también me hace falta un baño, huelo demasiado a... bueno demasiado mal.
Las carcajadas de Kanon eran contagiosas y el rubio casi se ahoga al atragantarse con un pedazo de pan. Pero de nuevo ahí estaba el peliazul palmeándole la espalda para ayudarle a tragar.
Shaka: vaya me has vuelto a salvar- aún con lágrimas en los ojos- tendré que agradecértelo bañándome, yo tampoco huelo a rosas creo.
Mientras Shaka se lavaba en la bañera, Kanon estaba fuera acomodando al caballo y dejándole en el establo agua y comida.
Kanon: hey Barbosa, qué opinas de nuestro acompañante?. Es guapo verdad? jejeje, ya sé que a ti eso te da igual. No sé qué hacer con él, no puedo dejarlo aquí solo pero tampoco sé si debo llevarlo conmigo. No sé quién es ni qué le ha ocurrido. Aún no le he dicho quien soy yo ni lo que tengo que hacer. Supongo que será un buen tema de conversación esta noche. Bueno, ya lo tienes todo, me voy dentro que hace frío. Si pasa algo... relincha jeje
Una vez dentro de la cabaña supuso que el otro ya habría terminado y se acercó a la bañera para cambiar el agua para lavarse él. Cuál sería su sorpresa al encontrarse a un rubio desnudo secándose con una toalla, lleno de cicatrices y marcas pero que ninguna de ellas opacaba su tremenda belleza. Debió irse en aquel momento y dejar de mirarlo pero algo se lo impedía. Sus piernas no reaccionaban y solo pudo volverse cuando Shaka le descubrió mirándole
Shaka: oh Kanon! disculpa, ahora mismo acabo
Kanon: lo siento yo... esperaré junto al fuego
Shaka estaba totalmente ruborizado "me ha visto desnudo¿qué demonios hacía ahí parado? qué vergüenza!. Se habrá fijado en mis golpes, no soy algo agradable de mirar, me pregunto qué pensará de mí ahora"
Mientras sentado junto a la chimenea y no menos sonrojado "Kanon eres un idiota! porqué me he quedado mirándole? pensará que soy un auténtico cerdo! a pesar de los golpes es muy hermoso.¿quién podrá golpear a alguien tan bello?"
El rubio se acercó a Kanon y le dijo
Shaka: yo ya terminé, tiré el agua y antes había puesto más a calentar, por eso tardé más de lo previsto. Lo he dejado todo preparado para ti
Kanon: gracias pero no tenías que haberte molestado, era mejor que descansases.
Mientras Kanon se metía en el agua caliente esperando recuperarse de la sensación de vergüenza que aún tenía encima, Shaka observaba lo que había por la cabaña buscando algo con lo que entretenerse. Entonces se dio cuenta de que el jabón estaba encima de la mesa. Kanon lo había olvidado. Sin más lo tomó dispuesto a llevárselo antes de que se metiera en el agua
Shaka: Kanon olvidaste el jabón en la... "está desnudo¿cómo se ha podido desvestir tan rápido?"...mesa
Kanon: "mierda!" gracias
Aún después de cenar ambos mantenían el rubor en sus mejillas. Sentados frente al fuego observaban en silencio el crepitar de las llamas, envueltos en un ambiente de tranquilidad y relajo.
Kanon: mañana por la mañana debo continuar mi camino- dijo sin saber muy bien hasta dónde debía contar- me dirijo al sur, hacia las tierras de los Faré a hacer unos negocios.
Shaka lo miraba con los ojos muy abiertos. No se le había ocurrido pensar en qué le depararía el próximo amanecer y ese error podía costarle caro. No tenía dinero ni posesiones de ningún tipo, ni siquiera lo básico ya que las ropas y el calzado que llevaba en ese momento se los había tenido que prestar Kanon. Además, era probable que lo buscaran, bien para venderlo o más probablemente para matarlo y no estaba muy seguro de poder sobrevivir en esas condiciones.
Kanon¿hay algún lugar al que puedas ir¿tienes familia o amigos en algún sitio?
Los ojos del rubio se llenaron de lágrimas mientras negaba lentamente con la cabeza. Hubiera querido contestar pero las palabras se le atoraron en la garganta impidiéndole pronunciar nada. Kanon notó la angustia del chico y, aunque se moría por saber quién era y qué le había ocurrido, entendió que no era el momento, quizás más tarde...
Kanon: si quieres puedes acompañarme, al menos durante parte de mi viaje. Al sur hay varias ciudades lo suficientemente grandes como para que puedas encontrar trabajo y... bueno, empezar una nueva vida olvidando lo que sea que te ha ocurrido.
De nuevo los hermosos trozos de cielo se fijaron vidriosos en él, esta vez murmurando un agradecimiento que los labios se negaban a pronunciar. Una leve sonrisa, pequeña aunque cargada de esperanza fue toda su respuesta.
Kanon se levantó y dispuso la cama para los dos. Cuando todo estuvo listo se volvió y dijo:
Kanon: tendremos que compartir la cama, quizás no sea muy cómodo pero al menos no pasaremos frío.
Shaka se limitó a asentir, para él las emociones estaban a flor de piel y temía que si abría la boca no fuese capaz de contener los sollozos de lástima y agradecimiento que pugnaban por ser liberados.
Ambos se metieron en la cama y pronto se quedaron dormidos gracias al cansancio arrastrado y las emociones vividas.
