Capítulo 8
Cuando por fin llegaron al campamento, Shaka habría caído al suelo sin remedio si Aioria no lo hubiera sujetado. Un joven de largo cabello oscuro y hermosos ojos azules se acercó hasta ellos con cara de sorpresa:
Shi: Aioria! Shura¿Qué hacéis aquí¿Habéis encontrado al príncipe¿y este quién es?
S: Shiryu por favor, hazte cargo de Shaka, nosotros tenemos que hablar con el jefe
Shaka se quedó mirando a aquel hombre mientras los otros se metían en el interior de una tienda. No había querido ir allí pero no le habían dejado elección posible. No sabía muy bien qué se supone que era, si un invitado o un prisionero, si tenía alguna posibilidad de salir con bien de aquello o si sería el final.
Shi: así que te llamas Shaka
Sus ojos no parecían agresivos, más bien estaba sencillamente sorprendido de encontrarlo allí
Sh: sí
Shi¿y cómo demonios has acabado con estos dos? Este es un campamento clandestino y nosotros somos proscritos. no es un sitio seguro en el que estar
Sh: yo no pedí venir!- respondió enojado
Shi: de acuerdo, está bien- alzó las manos a modo de disculpa mientras sonreía cálidamente- lamento haber sido grosero contigo sólo me ha sorprendido mucho encontrarme con una cara nueva. Me llamo Shiryu y creo que seré tu compañía durante un rato. Ven, tomemos algo
Hablaban tranquilamente mientras bebían un poco de vino. Resultó ser un hombre tremendamente agradable y divertido. Era culto y tenía muy buenos modales, no parecía un vulgar ladrón huido de la justicia. Aquello parecía reforzar lo que le dijeron antes Shura y Aioria sobre que el ejército rebelde estaba formado por nobles caídos en desgracia frente a los ojos del Vizconde.
De repente, Shura llegó a donde estaban: ven, el jefe quiere hablar contigo. Ven tú también Shiryu, tendremos que decidir qué hacer.
Al entrar en la tienda, lo primero con lo que se encontró fue con los ojos de Aioria que le miraban con curiosidad. Resultó ser un lugar bastante amplio, limpio y ordenado. Era algo así como un lugar de reunión, donde los rebeldes decidían cuáles iban a ser sus movimientos. En el centro había una mesa ovalada con sillas dispuestas a su alrededor que en ese momento estaba vacía. Al otro extremo de la habitación, un hombre imponente le observaba con detenimiento. Probablemente sería el líder del movimiento.
Sin duda era hipnotizante. Poseía un cuerpo alto, fuerte y esbelto, con una piel acanelada y una cabellera azul de grandes bucles. En cierto modo, le recordó a Kanon. Pero su rostro era diferente, era más afilado que el el Kanon, seguramente sería más joven, sus labios más finos y sus ojos de un color totalmente diferente pero igualmente bellos: en vez de las hermosas esmeraldas del príncipe este hombre tenía dos inmensas turquesas que brillaban con furia.
M: bienvenido, Shaka. Mi nombre es Milo y soy yo el que dirige la resistencia frente al clan de los Faré. Ese maldito malnacido de Camus, terminó con toda mi familia, los Elasel, y ahora planea matar a todo mi pueblo y de paso también a los lepadorenses. Entiendo qué hacía el príncipe Kanon por aquí, pero tu presencia me resulta sospechosa. Shura dice que eres un esclavo¿es eso cierto?
Sh: no, yo... prefiero morir antes que volver a ese infierno- apretaba los puños con fuerza, convencido de que aquel hombre pretendía venderlo de vuelta a sus amos
M: hum... ¿dónde naciste, Shaka?- le preguntó mientras le miraba con suspicacia.
Sh: no lo sé, no recuerdo nada de mi infancia- se sentía atrapado, no podría salir de allí puesto que Aioria, Shura y Shiryu le cerraban el paso
Mu: tampoco me recuerdas a mí?- una voz dulce y melosa formuló la pregunta
Se volvió inmediatamente para tratar de identificar a aquel que hablaba a sus espaldas. Era un hombre joven, de largos cabellos lilas, ojos verdes y piel pálida como la suya. Sin embargo lo que más le llamó la atención fueron unos puntos rosados en donde debieran haber estado las cejas. Tuvo la extraña sensación de que no era la primera vez que los veía
Mu¿Por qué me miras así, Shaka¿Acaso ya no te acuerdas de mí?
El pobre rubio no sabía qué hacer. En realidad no tenía ni la más remota idea de quién podía ser ese que le increpaba, pero de alguna manera la sensación que le producía no le era desconocida.
Sh: n...n...no, no lo conozco señor- la voz le salió en un susurro
El recién llegado se acercó con el reproche grabado en su mirada. No apartaba sus ojos de los cielos de Shaka, parecía que le estaba retando pero na sabía a qué.
M: Mu¿conoces a este esclavo?- la profunda voz de Milo le devolvió a la realidad
El aludido se volvió hacia Milo con cara de asombro y con una cínica sonrisa en sus labios
Mu¿Esclavo? Milo! él no es un esclavo
Shura: él mismo lo ha confirmado y además tiene el cuerpo lleno de cicatrices, muchas son antiguas. Han debido maltratarle durante años. Mira su espalda
Mu¿humm, hasta dónde extendiste tu exploración, Shura?- dijo mientras se acercaba peligrosamente a Shaka
El rubio retrocedió espantado, sin saber a qué atenerse y a punto estuvo de gritar cuando notó cómo el hombre de los puntos en la frente le subió la camisa que portaba, dejando a la vista de todos su espalda marcada.
Se apoyó en una de las sillas y cerró los ojos con fuerza cuando Mu le bajó un poco el pantalón.
Los ojos de todos estaban abiertos al máximo, el asombro los había dejado mudos. Shaka esperaba el próximo movimiento, un golpe, que siguieran desnudándole, un insulto... pero nada ocurrió. Pasaron incontables segundos que a él le resultaron horas y nadie se movió.
Finalmente Shaka encontró el valor para girar su rostro y mirar al hombre que le había descubierto. Se encontró con los ojos de Mu, quien lo miraba con una mezcla de alegría, cariño y melancolía que le hicieron temblar.
Finalmente Mu le soltó y permitió que se colocara la ropa. Cuando Shaka comenzó a mirar a los que le rodeaban se dio cuenta que todos mantenían su vista fija en él y seguían en silencio.
Mu fue el primero en hablar:
Mu: realmente has sufrido mucho¿no es cierto?
Sh: ...
Aioria: tienes la marca de Lepadoria, no puedo creerlo
Shura: con ese tatuaje en tu espalda¿cómo demonios han podido hacerte eso?
Sh: ... - no podía hablar, no sabía qué decir. Siempre quiso saber el motivo de tener aquel dibujo grabado para siempre en su piel, una parte de su vida que no conseguía recordar y aquellos hombres parecían saberlo. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Milo: entonces es cierto- Shaka se volvió a mirarle- no recuerdas nada, y sin embargo lo importante es que estás vivo. Mu, ocúpate de él, explícaselo todo, luego hablaremos.
El aludido le tomó de la mano y gentilmente tiró de él para que lo siguiera. Sus piernas respondieron al pedido, pero su cabeza trabajaba a mil por hora intentando entender lo que estaba sucediendo. Casi sin darse cuenta, se vio sentado en el suelo de otra de las tiendas, la de Mu supuso, encima de unos cojines mientras el otro, sentado justo enfrente, le tendía una cajita de madera.
Mu: ábrelo
Dentro había muchas cosas, parecían los recuerdos de la infancia de un niño. Había una peonza, canicas, pequeñas piedras de vivos colores y algo que le llamó mucho la atención: dos pequeños trozos de cabello trenzado, uno lila y otro rubio y un collar de cuentas de madera.
Mu¿no deseas preguntarme nada?
Sh¿quién eres¿de qué me conoces?... ¿quién soy yo?- su voz fue perdiendo fuerza a medida que pronunciaba temeroso aquellas palabras.
Mu: mi nombre es Mu de Jamiel, pertenezco a una de las familias nobles más antiguas de Lepadoria. Mis padres fueron asesinados cuando intentaron oponerse al rey, nos quitaron todo lo que teníamos y borraron nuestro nombre de la memoria. Asesinaron a toda mi familia, menos a mi primo y a mí, que decidieron que nos venderían como esclavos. Yo logré escapar antes de que me comprasen, pero mi primo se fue con destino desconocido y no volví a saber de él... hasta ahora
Shaka le miraba intentando asimilar sus palabras, su corazón latía apresuradamente y sentía que se mareaba y le faltaba el aire. De repente vio cómo Mu se quitaba la camisa dejando ver su hermoso torso, entonces se dio la vuelta colocando sus cabellos sobre uno de sus hombros y permitiendo a Shaka apreciar un tatuaje... situado en el mismo sitio que el suyo... y que además era idéntico.
Mu: la marca de los hombres libres, de la antigua nobleza lepadorense. La marca de mi familia- lo observó con sus propios ojos llenos de lágrimas contenidas- te he buscado durante mucho tiempo, Shaka.
Shaka apretó con fuerza la caja que aún sostenía entre sus manos, estaba recordando algo, algo que creía olvidado
FLASHBACK
Dos pequeños se abrazaban con fuerza intentando darse calor y coraje el uno al otro. Las lágrimas corrían libremente por sus rostros mientras se intercambiaban unas pequeñas trenzas hechas con su propio cabello.
Sh: tengo miedo, Mu. Eres lo único que queda de mi familia, no quiero perderte
Mu: tenemos que ser fuertes, Shaka. Mientras tengamos estas trenzas nada puede pasarnos, es como si estuviésemos unidos, cuando te sientas solo piensa en mí. yo estaré siempre contigo.
Le abrazó con fuerza, cuando de repente alguien tomó a Shaka del cabello alejándole de él:
Sh: AAAAAAAAAYYYYYYYYY!
Mu: SUÉLTALE! le haces daño!
Afrodita: cállate imbécil! él es ahora mi esclavo y además es muy lindo, lo disfrutaré mucho – miró con desprecio la trenza morada que el rubio apretaba en un puño- ¿qué es esto?. Allá donde vas no lo necesitarás- y sin más se la quitó y la arrojó lejos
Sh: NOOOOOOOOOO! Muuu!
Afrodita: no te preocupes rubito, enseguida le olvidarás, te aseguro que vas a olvidarlos a todos
Sh: no quiero olvidarlo! no quiero!
Mu: SHAKA! - un fuerte golpe lo arrojó al suelo partiéndole el labio
Mu solo pudo ver con impotencia cómo se llevaban a su primo a rastras mientras lloraba, chillaba y pataleaba. Cuando volvió a estar sólo, recogió del suelo la trenza que Shaka debía haberse llevado y la guardó junto a la suya.
Mu: yo no te olvidaré Shaka, no importa dónde, no importa cuándo, te buscaré y te encontraré. Te lo prometo
FIN FLASHBACK
Shaka miraba fijamente a Mu, sus ojos repletos de lágrimas, sus mejillas bañadas en esa deliciosa calidez, sus labios entreabiertos y sin embargo, esa era la primera vez que lloraba de felicidad.
Sh: tengo una familia... tú me buscaste... tú..
Mu no le dejó terminar, se lanzó a sus brazos aferrándose a él como si de ello dependiera su vida
Mu: nunca más Shaka, nunca más te dejaré marchar, nunca más te alejarás de mí- se separó y tomó su rostro entre sus manos- así que ya puedes ir diciéndoselo a tu novia si es que tienes, no te librarás de tu primo con facilidad
Ambos jóvenes rieron entre lágrimas pensado que quizás lo que habían encontrado jamás podría quitárselo nadie.
