Capítulo 10

Habían pasado por lo menos 4 horas desde que aquel gigante abandonó las mazmorras y Camus no se había movido ni tan siquiera un centímetro. Kanon se maldijo por no poder ayudarlo, ni tan siquiera acercarse y taparlo con algo. Abrazó con más fuerza al pequeño que descansaba entre sus brazos, no quería que él también pasase frío.

La noche había caído, húmeda y heladora. Kanon sentía entumecerse los dedos de sus manos, su aliento hacía pequeñas volutas de vaho en el ambiente. Las gotas de agua se condensaban en la pared y en el suelo y ni tan siquiera le habían dejado una mísera manta con la que taparse.

De repente escuchó un gemido seguido de un golpe seco. Susurros y pasos apresurados. No sabía si despertar a Hyoga o dejarle dormir, si aquellos malnacidos pretendían hacerle algo lo pagarían con su vida.

Alguien se paró en seco justo delante de su celda. Llevaba una capa con capucha que no dejaba ver nada de su anatomía. Kanon se levantó desafiante, buscó con la mirada pero no encontró nada que pudiera usarse como arma en caso que necesitara defenderse. La sombra retiró lentamente la capucha que le cubría dejando que una brillante melena rubia cayese sobre sus hombros

-Shaka!- Kanon no sabía si creer en lo que veía o si quizás solo fuese un sueño, uno muy hermoso

Te encontré, Príncipe Kanon- dijo Shaka mientras le miraba fijamente con sus bellos ojos azules y una dulce sonrisa se formaba en su rostro

-Shaka¿Qué haces aquí?- intentaba recuperarse de su sorpresa, además Shaka ahora conocía su verdadera identidad. Kanon se preguntaba si quizás no estuviera molesto por no habérselo dicho.

Rescatarte, por supuesto¿qué si no, las explicaciones ya llegarán luego

Otra sombra llegó a la altura de Shaka y también retiró su capucha. Sacó algo de algún bolsillo oculto y manipuló la cerradura hasta abrirla

A: debemos darnos prisa, Príncipe. Las explicaciones vendrán más tarde

K: debemos sacarle a él también- dijo señalando el inerte cuerpo de Camus

A: no tenemos tiempo de andar rescatando a los presos del vizconde- contestó Aioria molesto

K: si él no viene yo tampoco- la firmeza de sus palabras arrancó un bufido de disgusto en Aioria, quien rápidamente abrió la otra celda.

Sh: ten, para que no tengas frío- le entregó a Kanon una capa muy similar a la suya

K: gracias- pero en vez de ponérsela volvió a entrar en la celda y tomó entre sus brazos un pequeño bulto de uno de los rincones, envolviéndolo consuma delicadeza en la capa que le acababan de dar.

Shaka lo miró curioso y se asombró al ver un niño pequeño, rubio y dormido entre los brazos de Kanon

Sh¿Quién es?- suavemente retiró un mechón de pelo de la frente del pequeño

K: las explicaciones luego¿recuerdas?- contestó con una sonrisa

Por su parte, Aioria había llegado hasta Camus y lo observaba horrorizado. Estaba totalmente recubierto de sangre, prácticamente desnudo y muy frío. Respiraba débilmente y con dificultad, pero estaba vivo. Se quitó su propia capa y envolvió al joven en ella. Lo tomó en sus brazos sorprendido de lo poco que pesaba

A: entiendo que quisieras sacarle de este infierno. Yo lo llevaré, esperemos que podamos salvarle, ahora vámonos, no tenemos mucho tiempo.

Las tres sombras se deslizaron sigilosamente fuera del castillo. A una distancia prudente de la muralla exterior se encontraron con otros dos hombres ataviados de igual manera que cuidaban de cuatro caballos a los que mantenían en silencio.

A: traemos dos más, un niño y este pobre diablo- dijo refiriéndose a un Camus que no se había movido lo más mínimo desde que lo levantaron del frío suelo de la celda.

Shura echó una ojeada al hombre que llevaba Aioria: dios mío, debemos darnos prisa o no resistirá. Nos turnaremos a llevarlo para que los caballos no se fatiguen demasiado pronto, el Príncipe que monte con Shaka como estaba previsto y al niño puede llevarlo Shiryu

Shi: yo lo llevaré- dijo el pelinegro a Kanon indicándole que le entregara al niño

Shaka afirmó con la cabeza haciéndole ver a Kanon que era buena idea entregárselo y Hyoga pasó a las manos del pelinegro que lo sujetó con un solo brazo mientras con el otro agarraba las riendas del caballo.

Shaka indicó al Príncipe que montase en uno de los caballos y él se situó delante mientras le decía que se iba a quedar helado, que era una lástima que no se le hubiese ocurrido traer más capas. Kanon no pudo evitar reír ante ese comentario y más aún al ver al rubio hacerse un lío con las riendas.

K: déjame tu capa

Shaka le miró asombrado, en el fondo era justo. Kanon le había salvado la vida así que era él quien debía pasar frío y no el azulino. Sin embargo no se esperaba que Kanon se colocase la capa y la abrochara... por delante del pecho de Shaka!

K: así no pasaremos frío ninguno de los dos

Shaka estaba abrumado. Para conseguir taparse así, Kanon se había pegado a su cuerpo como una segunda piel, sentía los latidos de su corazón contra su espalda, sus muslos aferrando sus piernas y su aliento rozar su sien.

Sh: pero así no puedo dirigir al caballo- no quería protestar realmente, pero sentía que el corazón se le saldría del pecho si latía tan fuerte.

Kanon volvió a reír divertido: yo tomaré las riendas, tú solo dime qué camino seguir

Así viajaron lo más rápido que pudieron hasta el campamento rebelde donde los esperaban con impaciencia. Una vez allí, Shiryu preparó comida para los rescatados mientras Mu se hacía cargo de Camus y Shura curaba las pocas heridas de Kanon. Shaka se fue con un aún dormido Hyoga hasta la tienda principal donde Milo esperaba impaciente.

M¿quién es el niño?- preguntó curioso

Sh: no lo sé, estaba en la celda con Kanon. También hemos traído a otro, estaba muy mal

M: sí lo sé, me lo dijo Shiryu. Mu es muy bueno con la medicina, seguro que puede hacer algo por él.

Hyoga abrió los ojitos con sueño y pereza, pero enseguida se vio observado por unas hermosas turquesas y unos bellísimos zafiros que nunca antes había visto. Sin saber quienes eran, ni qué hacía durmiendo en los brazos de aquel rubio, ni dónde estaba ni mucho menos cómo había llegado hasta allí sólo acertó a decir un simple hola que arrancó sonoras carcajadas a los dos hombres.

Sh: hola peque, has dormido mucho

Hyoga pensó que aquel hombre tenía una sonrisa muy bonita

M: me llamo Milo y él es Shaka. Te hemos sacado de esa celda en la que estabas con Kanon

El pequeño se puso en pie rápidamente y puso sus manitas en los hombros de Milo, con los ojos llenos de lágrimas preguntó:

H¿y mi hermano?

Sh¿tu hermano¿era el que estaba en la celda de enfrente?

H: sí- ahora era Shaka quien recibía la angustia de sus preciosos ojos

Mu: tu hermano vivirá- entrando por la puerta- estaba muy mal herido y tardará bastante en recuperarse, pero estoy seguro de que con los cuidados apropiados sanará

La hermosa sonrisa de Hyoga iluminó toda la habitación

H¿puedo verle?

Mu: aún está inconsciente, deja que descanse y luego te llevo¿de acuerdo?- se arrodilló a su altura y le acarició la mejilla mientras le dedicaba una sonrisa dulce y llena de paz

H¿Y Kanon?- la curiosidad y el desparpajo del pequeño parecía no tener límites

M¿Kanon¿es esa forma de llamar a un Príncipe?- preguntó Milo burlón

H: él me deja que le llame así- con su pequeño ceño fruncido desafiaba a Milo a contradecirle

M: JAJAJAJAJA!- para Milo aquel pequeño tenía una dulzura y una frescura que le encandilaban- y tú quien eres enano, que te codeas con los Príncipes

K: él es Hyoga, hijo de Halníbar- Kanon acababa de entrar por la puerta acompañado de Shura, Aioria y Shiryu quien llevaba bandejas con comida, y contestó a la pregunta en lugar del niño.

H: Kanon!- el pequeño saltó a los brazos del príncipe quien lo alzó y le plantó un beso en la mejilla- ¿sabes? ese señor de ahí ha dicho que Camus se va a poner bien- dijo señalando a Mu

K: se llama Mu y sí, tu hermano se pondrá bien pronto, ya lo verás

Ninguno podía creelo. ¿Esos eran los hijos de Halníbar¿Aquellos a los que habían odiado y contra los que se supone que estaban luchando? Si todo aquello no lo había hecho el Vizconde, entonces ¿contra quién demonios se suponía que tenían que enfrentarse?

De todos el más sorprendido era Milo, quien veía cómo había estado odiando a un fantasma. Y el menos Shaka, puesto que estaba demasiado ocupado perdiéndose en las esmeraldas del Príncipe que le devolvían la mirada con igual pasión, aún con el pequeño colgado de su cuello.

Shiryu: bueno, quizás debamos seguir hablando luego de esto. Ahora comed que seguro que tenéis hambre- colocó la bandeja llena de deliciosa comida en el centro de la sala.

Hyoga corrió a sentarse al lado de Shaka e hizo señas a Kanon para que se sentase a su lado. Kanon se situó al lado del niño sin apartar un instante la vista del rubio, quien se sonrojó intensamente.

Aioria: yo prefiero comer en mi habitación, tengo cosas que hacer

Mu: Aioria espera!. ¿Te importaría dormir esta noche con Shura y el niño? Yo tengo que cuidar de Camus

Shura: un momento, cómo que conmigo?

Mu: el príncipe y Shaka tienen que dormir en algún sitio esta noche y la tienda de Shiryu es demasiado pequeña para los dos, por eso pensé que tú podrías ceder la tuya

Shura: pensé que Shaka dormiría contigo como hasta ahora y el Príncipe con Aioria

Aioria: no! mejor quédate tú conmigo, prefiero tener a un amigo cerca que no a...- y sin más salió de allí dejando a todos con una cara de inmensa sorpresa