LIBERACIÓN
Gravitation, sus personajes, historia y otros relacionados directamente a este anime, no son de mi propiedad. Cualquier parecido con esta historia, es pura coincidencia.
Capítulo 5: Vacaciones…:
El grupo de muchachos estaban concentrándose en el estrecho pabellón del hospital, esperando angustiosamente la salida del médico.
Había pasado treinta minutos desde que Tohma Seguchi se había desmayado en el escenario de la disquera.
Noriko, quien era la más angustiada, fue en su ayuda. Se aterró muchísimo al notar la ardiente fiebre del muchacho y de la desesperación, de no poder encontrar su pulso.
Ryuichi dejo por unos momentos su lado infantil y ayudo a Noriko a auxiliar al rubio, quien ya estaba casi muerto. La mujer de cabellos púrpuras le dio un poco de aire al muchacho (respiración boca a boca) pues notó el ahogamiento de este.
Los demás empleados de la disquera, se apresuraron para llamar a la ambulancia, para que se llevaran al rubio inmediatamente.
Y ahora, estaba ahí, en el hospital. Frente a lo que parecía ser el pabellón de urgencias. Había un tumulto de gente que corría de aquí para allá. Muchos eran enfermeras, médicos y otro personal. Algunos eran chismosos quienes lograron divisar al rubio y lo reconocieron como el tecladista de Nittle Grasper, pero fueron dispersados por algunos miembros de seguridad, y por los mismos muchachos del grupo.
Shuichi y los demás estaban ahí, también. Se enteraron mediante Sakano, quien salió casi a la carrera para ver a su 'jefe'. K no lo entendió bien, pero cuando supo del incidente, también siguió a Sakano. Los otros tres jóvenes, no supieron nada y simplemente los siguieron. Fue recién en el hospital donde se enteraron de lo ocurrido.
Shuichi llamó a Yuki, pues el era el único 'pariente' de Tohma. Necesitaban a alguien cercano a él para que realizaran el papeleo respectivo.
El novelista, a mala gana, fue al hospital, donde encontró a un 'muy alterado' Shuichi y a los demás miembros del grupo.
Yuki tenía que informarle a su hermana de lo ocurrido, pues de todas formas, necesitaban a un pariente de Tohma y dado que no había más, necesitaban a su esposa.
Sakano parecía algo afectado y triste. El no poder haber estado ahí para ayudarle antes de que todo eso pasase, le hacía sentir un sentimiento de culpa.
K estaba algo más calmado que el productor. Estaba preocupado, sin duda alguna, pero no podía expresar más de lo que sentía. Le daba pena que el rubio tuviese más importancia por su empresa que por su propia salud. Pero agradecía al cielo, de que se haya desmayado en la disquera, pues de haberlo hecho en su casa, de seguro nadie lo encontraría.
Shuichi, solo pudo sentirse algo preocupado. Tenia abrazando constantemente al rubio novelista, quien estaba tratando de fumar un poco en un lugar, donde obviamente, estaba prohibido.
Hiro y Suguro, solo podía andar por ahí, para calmar sus nervios. Hiro no estaba tan preocupado como los demás, pero Suguro sí. El podría haber hecho todo el papeleo que tanto exigía el hospital, pero (hay que ser sinceros) era menor de edad, a pesar que sea el pariente más cercano.
Noriko estaba nerviosa e impaciente. El médico que atendía a Tohma no regresaba. Había visto unas escenas del intento de 'resusitacion' de Tohma, la cual la obligo a mirar a otro lado. El muchacho se veía casi pálido. La fiebre probablemente se había desaparecido, al igual (casi) que su vida.
Ryuichi, había estado algo más tranquilo de que de costumbre. Sostenía a su casi inanimado muñeco entre sus brazos. Miraba al suelo mientras se apoyaba en la pared del pabellón. Estaba triste. Se veía dulcemente triste, para algunos. El torrente de emociones que pasaba por su rostro era indescriptible.
Fue entonces que todo el mundo comenzó a mirar a la entrada del pabellón. Algo o alguien estaba acercándose, 'quitandose' de encima a todo lo que se le acercaba. Los demás jóvenes comenzaron a tragar saliva y miraron a lo que parecía ser una hermosa mujer de cabellos castaños y un excelente maquillaje que cubría la desesperación y amargura en su rostro.
"¿Qué pasó!".-preguntó.
"Mi-Mika-san".-dijo Shuichi algo nervioso mientras trataba de contener a la mujer.-"Seguchi-san, esta en la sala de urgencias. Lo están atendiendo".
"A ti no te pregunté, mocoso!".-dijo algo molesta mientras con una mano lo 'agachaba' al suelo al muchacho.
"Pe-pero eso fue lo que pasó, Mika-san".-le dijo Suguro también algo nervioso mientras calmaba a la mujer.-"Estan atendiéndolo ahora".
"Pero¿Qué fue lo que pasó".-volvió a preguntar. Estaba vez Noriko decidió hablar, pues fue la que vio todo.
"Mika, tranquilízate".-le dijo mientras se acercaba a ella y la tomaba de los hombros y la llevaba a otro lado del pabellón.-"Lo que pasó fue que Tohma se desmayó en el escenario, en la disquera. Lo trajeron al hospital para que lo vieran. No se lo que pasó".
"Pero¿Qué le pasó?".-preguntaba.
"Parecía estar enfermo".-dijo Noriko, admitiendo que no podía ocultar nada a la esposa de su amigo.
"Pero ¿Qué no pudieron decirle!".-dijo esta vez gritando y miraba a todos los presentes quienes levantaron la mirada para verla.
"Dios! Es su jefe ustedes son sus empleados, debieron hacer algo!".-dijo esto a Shuichi a los otros dos muchachos quienes quedaron reducidos a nada, porque la castaña se les abalanzaba.
"Pe-pepero nosotros no estábamos ahí".-le respondió nerviosamente Shuichi. Casi audible.
"¿Y ustedes dos!".-esta vez se dirigió a K y Sakano.
"Nosotros tampoco estábamos con él".-respòndieron trataron de ser algo mas diplomáticos con ella, para que no se aventara sobre ellos dos.
"¿Y tú?".-le dijo a Yuki. El rubio estaba algo confundido.
"Yo no soy su empleado".-dijo secamente mirándola a los ojos de su hermana.
Mika no tuvo más opción que quedarse callada. No podía echarle la culpa a nadie. El único culpable de todo, era el mismo Tohma. Por pensar más en su trabajo, le paso lo que le pasaba.
Recibió la llamada de su hermano, justo cuando regresaba de su viaje. La llamada de Yuki en la que decía 'tu marido esta en el hospital' fue suficiente para que la alocada mujer regresará como un bólido.
Y ahora, estaba ahí. Esperando a que su marido saliese del cuarto, donde parecía estar.
Tanto esfuerzo que hizo para llegar, para que él, se hiciese pasar por listo y se enfermara.
"Tohma, eres un tarado!".-gritó ligeramente mientras golpeaba la pared del pabellón con su pie.
Los demás no dijeron nada y solo se quedaron observando y esperando a que las puertas donde se encontraba el rubio se abrieran.
Finalmente, unos minutos más y emergió del lugar un medico. Mika lo reconoció al instante.
"Aoi-san".-dijo la mujer, sorprendida.-"Estas cuidando a mi esposo?".
"Mika-san?".-miró confundido hacia la castaña.-"Eres tu. Sí, estoy atendiendo a tu esposo".
"¿Qué pasó¿Qué tiene?".-preguntó Noriko quien se acercó al joven médico al igual que los demás (a excepción de Yuki).
"Bueno…".-dijo este, mientras colocaba las manos en los bolsillos de la bata blanca que llevaba puesta.-"Tohma-san, hemos tratado de que reciba aire sus pulmones. Ha sido muy difícil considerando el estado físico en el que se encuentra. Hemos logrado que estable por el momento. La fiebre ha vuelto y hemos tratado de darle algunos antibióticos para bajarle la fiebre…".
"Pero¿Qué tiene?".-preguntó K.
"Neumonía".-dijo este.-"Casi fulminante. Es un verdadero milagro que haya sobrevivido. El ahogamiento y la falta de pulso, son ejemplos de una neumonía fulminante. Pero gracias a Dios que no ha muerto. Por unos instantes lo perdimos, pero le dimos masajes cardiacos para mantenerlo estable".
"Dios mío…".-solo dijo Sakano mientras regresaba a su posición original. Los otros muchachos se quedaron escuchando al médico. Incluso Ryuichi estaba escuchando atentamente. Mika había quedado casi perpleja ante tal explicación.
"El día de mañana, si es que aun permanece estable, le haremos unos análisis a sus pulmones. Estoy seguro de quedaran muy afectados después de esto".-dijo esto ultimo el médico mientras regresaba a la sala de urgencias y volvía trayendo una especie de bandeja donde llevaba unos papeles.
"Mika-san".-dijo este mientras se acercaba.-"Debes firmar estos papeles, para autorizar los análisis".-dijo esto mientras le daba la bandeja y le prestaba un lapicero.
"Pero, Tohma puede hacerlo".-le dijo algo extrañada.
"No creo que pueda, ahora".-le respondió.
"Bueno…".-dijo contiendo la bandeja y firmando donde el médico le indicaba.
"Ni has leído en lo que decía".-le reprendió Noriko, no confiaba mucho en los médicos.
"Tranquila".-le dijo.-"Aoi-san es una amigo de Tohma y mio. Es amigo de la universidad".
Noriko quedó tranquila ante esto y se llevó consigo a Ryuichi, quien ya estaba algo más tranquilo, al saber que Tohma estaba 'ligeramente' fuera de peligro.
"¿Puedo verlo?".-preguntó Mika al médico.
"Claro, Mika-san".-le dijo abriendo la puerta del lugar para que entrase a verlo.-"Solo tú".-dijo esto último al ver que los demás querían entrar.-"Es un área esterilizada".
Contentos con esa respuesta, los muchachos regresaron a sus posiciones originales, esta vez mas tranquilos. Incluso Shuichi se llevó a rastras al pobre de Yuki, hacia la cafetería donde seguro, sacaría todo lo que hubiese en la billetera del novelista, para pagar alguna comida en especial.
Suguro, Hiro y K, también se fueron acompañando a la 'feliz pareja' regresarían cuando Mika, saliese de ver a Tohma.
Noriko, Ryuichi y Sakano, fueron los únicos que se quedaron. Muy a pesar de que Ryuichi, quisiese jugar al médico con Kumagoro, tuvo que permanecer sentado. No duró mucho así , por lo que Noriko se lo llevó a tomar comprar una soda y dársela para que el muchacho 'hiperactivo' se calmase.
Solo quedó Sakano, quien también, decidió irse donde estaba su grupo y tomarse algo para que lo calmase.
En sí. Todos se fueron, y de seguro regresarían cuando Mika saliese de la sala…
Entró con cuidado a la sala de urgencias y fue ahí cuando lo vio.
Estaba conectado a lo que parecía una especie de respirador artificial. De este, salía una especie de 'humo' blanco, que marcaba el ritmo de respiración. De la respiración de Tohma.
Se acercó un poco más y pudo observar que tenía una especie de pequeñas ventosas que conectaba pegadas al desnudo pecho de Tohma. Al parecer eran las ventosas que daban un enfoque más exacto a su corazón.
Una especie de 'gancho' estaba en uno de sus dedos, el cual se encargaba de 'monitorear' los latidos del corazón del rubio. Un catéter estaba en uno de sus brazos. Dicho catéter, seguro tenía un analgésico que hiciese bajar la fiebre.
En cuanto al rubio. Apenas y estaba con vida. Su respiración era marcada por respirador, que bombeaba esa médica en forma de 'humo' a sus pulmones.
Mika se acercó un poco más y cogió con cuidado la mano del rubio. La mano que no estaba cubierta por nada. Sintió un poco de lastima por él. Estaba ahí, apenas vivo, respirando con dificultad. Pasó una mano sobre los rubios cabellos del tecladista y para su sorpresa, el joven no despertó. Solo se quedó ahí, como mudo testigo de las caricias que le daba su esposa.
"Bueno,".-dijo el médico moviéndose para atrás.-"Los dejaré solos".
Cuando el médico salió, Mika se sintió un poco más segura por no sentirse tan observada. Buscó un asiento alrededor y cuando lo consiguió lo acercó a la cama donde estaba Tohma, para después sentarse en el.
Miró por unos instantes al rubio. Se veía tan frágil ahí. Parecía como si estuviese durmiendo. Talvez lo estaba, pero por lo que parecía, talvez era más posible que estuviese inconsciente.
Volvió a coger su mano y la llevó a sus labios. Estaba algo preocupada. Bien era cierto, que estaba fuera de peligro, aun corría el riesgo de volver a recaer en la enfermedad.
Trató de cubrir su pecho desnudo con las pocas sabanas proporcionadas por el hospital. No quería que tal 'perfección' sea vista por todos.
Estuvo un rato así. Cogiéndole de la mano y mirándolo con detenimiento, esperando a que esos hermosos ojos verdes se abriesen.
Paso unos minutos y sintió que no podría ver esos ojos aún. Se levantó de su asiento y se acercó a su rostro para después darle un ligero beso en la frente.
Fue entonces cuando sintió que algo la tocaba. Algo tocaba su trasero!.
Se sintió algo molesta e incomoda. Un tumulto de sensaciones. Era como si un muerto tocase su zona, 'privada'. Trató de moverse y se sorprendió al ver la mano de Tohma posada en sus 'posaderas'.
Se movió bruscamente, alejándose de él y miró el rostro del rubio. Se cogió ligeramente, donde había colocado su mano mientras lo observaba. Sus ojos estaban aún cerrados, pero su mano seguía en esa posición. Luego de unos segundos, la mano se movió regresando a la cama y lentamente, los ojos de Tohma se fueron abriendo.
"Tohma!".-dijo una bastante sorprendida Mika.-"Estas despierto!".
El rubio no pudo contestar. Se podía notar la confusión en sus ojos. Parpadeaba bastante y miraba al techo. Giraba sus ojos para tratar de observar lo demás ya que lo que tenía en su rostro no lo dejaba mover mucho su cuello. Trató de quitárselo, pero fue detenido por alguien. Acaso era su esposa?
"No lo hagas".-le dijo algo más calmada.-"Estas en el hospital. Te desmayaste en la disquera y te han traído hasta aquí".
El rubio intentó decir algo. Al parecer era algo referente con…
"La disquera esta bien, no te preocupes".-le informó ella sentándose y cogiendole la mano.
"El rubio se tranquilizó ante esto y volvió a mirar el techo. La dichosa maquina de respiración aún funcionaba, llenando todo de humo a su lado. Abrió un poco más los ojos y señalo a su esposa.
"Llegué hoy".-le dijo.-"Pensaba darte una sorpresa, pero mi hermano me la ha dado a mi, diciendo que tu estabas aquí".
Tohma se calmó un poco y quiso volver a preguntar…
"Sí, Eiri esta aquí".-le informó. Al rubio no se le pasaba nada.
Volvió a señalar. Esta vez era a la mascarilla que llevaba en la cara.
"Es un respirador. Te están aplicando medicina".
El rubio, no contento con esa respuesta, movió la mano que tenía libre hacia donde estaba la mascarilla e intentó sacársela.
"No, espera! Qué haces?".-le reprendió Mika mientras lo detenía.- "Déjalo ahí, es para que puedas respirar.
El muchacho era bastante terco, por lo que siguió sosteniendo la mascarilla en su mano, mientras Mika, también la sostenía.
"Esta bien, pero solo unos momentos".-la mujer de cabellos castaños, no tuvo más opción que dejárselo sacar.
"Perdóname".-dijo Tohma con una leve sonrisa. Su voz era casi audible.-"No pude aguantarme".
"¿De qué?".-preguntó al confusa.
"Por tocar tu…".-se detuvo por unos momentos. Se sintió algo avergonzado.
"Aja".-solo le dijo de forma irónica.
"Qué…fue lo que…pasó?".-trató de decir. Cada palabra necesitaba un poco de aire para ser dicha y para el rubio, era dolorosisimo.
"Te desmayaste en la disquera y la ambulancia te ha traído hasta aquí. El doctor ha dicho que es neumonía y que ha sido un milagro que vivieras aún".
"Vaya…que sorpresa".-dijo en tono algo irónico.-"Y tú? Cómo has llega-".-se corto, al sentir que su pulmones se llenaban de tanto aire puro, comenzó a toser. Mika le ayudó a colocarse la mascarilla nuevamente. Después de eso, el rubio, pudo tranquilizarse al sentirse invadido por aquella medicina.
"Estaba llegando".-le explicaba.- "Iba a llamarte para decirte que llegaría a casa, pero mi hermano llamó y dijo que estabas en el hospital".
El rubio solo se quedo mirándola por unos instantes. No podía decirle mucho con la mascarilla puesta.
Mika tampoco había dicho algo después. Estaba algo preocupada, o talvez, recuperándose del susto que le dio su marido. Muchas emociones en tan poco tiempo, tenían a la mujer con los cabellos en punta.
"¿Y mi empresa?".-dijo como si se tratase de un ligero ronquido.
"Tú preocupándote por tu empresa".-le dijo molesta.-"Tu salud es primero, de acuerdo? No tienes porque estar pensando tanto en ella!".
El rubio siguió mirándola. Esperando que su esposa le dijese lo que esperaba escuchar…
"Esta bien, no te preocupes".-le respondió dejándose vencer por la insistencia. No entendía como en un momento tan critico, se le ocurría pensar en su empresa.
Después de eso Mika le contó de lo que pasaban sus demás empleados. Le contó que ellos estuvieron esperándole por varios minutos, para saber si estaba bien. Noriko y Ryuichi eran los que estaban más preocupados, y al escuchar esto el rubio, sintió un poco de tranquilidad. Al menos sabía que alguien más se preocupaba.
También le contó sobre el médico que lo atendía. Una amigo de la 'familia' a quien, desde joven, conocían de la universidad. Mika agradecía que Tohma estuviese en buenas manos.
Pasaron varios minutos conversando (al menos Mika). En cierto modo, lo hacia para calmar al rubio, quien no dejaba de pensar en lo ocurrido, su empresa y el concierto que estaba por venir.
"Tohma-san".-se escuchó desde la puerta.-"Veo que ya despertaste".- decía el hombre en bata blanca mientras se acercaba al rubio.- "¿Cómo te sientes?".
Tohma solo levantó su pulgar hacia arriba, señalando que estaba bien.
"Me alegro".-dijo este dándole una ligera sonrisa.-"Te has salvado de una grande, Tohma-san. Debo decir que, a pesar de tu condición física y de lo fuerte que fue el ataque, has logrado sobrevivir lo que muchos no podían.
"Me debo sentir alagado?".-dijo con sorna el rubio, quien aun llevaba la mascarilla puesta.
"Ja no exactamente".- le dijo.-"Bueno. Mika-san? podemos hablar un momento afuera?".-le preguntó mirando a la mujer.
"Claro".-contestó.-"Trataré de regresar".-dijo esto ultimo mientras miraba a Tohma y lo soltaba de la mano.
Una vez afuera. El médico llevó a Mika hasta la recepción, donde podrían conversar con mayor tranquilidad.
"Mika-san".-comenzó.-"Tohma-san esta fuera de peligro. En verdad me sorprende que haya despertado tan pronto".explicaba.-"Pero debo decirte que su condición física no me agrada mucho".
"¿Qué quiere decir, doctor?".-le preguntó al confundida.
"Mira, no hay necesidad de hacer análisis para esto".-le dijo mirándola a los ojos.-"Esta desnutrido, lo puedo notar en su rostro. Todavía no sé cuánto exactamente, pero es un hecho que esta muy desnutrido".
"Eso puedo explicarlo".-le informó Mika, mientras miraba al suelo.-"Tohma es un hombre de negocios y un artista, anda pensando más en cómo va la empresa que en él mismo.
"Parece que no ha estado alimentándose bien últimamente".-decía el médico mientras revisaba unos papeles".
"Lo dudo".-le contestó.-"He salido casi una semana fuera de Tokio. Come cuando yo le cocinó. El solo, no se percata en comer algo, porque anda pensando en los negocios que tiene que cerrar".
"Me imagino".-le contestó.-"Bueno, a lo que quería llegar, Mika-san, es que Tohma-san es un hombre de negocios. Veo que tiene una vida agitada y con muchos excesos. La condición en que se encuentra es muy delicada. Con esta pulmonía, es recomendable que…".-se detuvo por unos instantes. Talvez esto era algo difícil de decir.
"Que se tome unas vacaciones".-dijo finalmente.
"¿Vacaciones!".-dio casi un grito ante esto, lo cual provocó que los demás que estaban en el hospital se voltearan a verla.-"Es decir,… es imposible, doctor".-dijo algo apenada.
"Lo sé y te entiendo, pero estoy seguro que-".
"No, Aoi-san. No lo entiende".-dijo la chica apoyándose moviéndose a una de las sillas de espera que había en el lugar.-"No lo entiendes. Ese hombre no pude vivir un día sin pisar los suelos de la disquera. Tratará de escaparse de la casa. Querrá irse como sea. Se…".-decía esto mientras se sostenía la cabeza y se sentaba en la silla.
"Lo sé, Mika-san".-le dijo el médico.-"Por eso te lo dije aquí, en privado. Si te lo decía enfrente de Tohma, de seguro le daba otro ataque".-dijo esto ultimo riéndose un poco.
"Pero es necesario que tome unas vacaciones. La condición en la que se encuentra es muy grave. Sé que es un hombre muy dedicado a su trabajo, pero si no se cuida, podrá recaer otra vez y será peor. Es imperativo de que tome esas vacaciones".
Mika no dijo nada y siguió sentada ahí en la silla. Lo que decía el médico era cierto. Si Tohma no se cuidaba lo suficiente, podría terminar en el hospital por días o peor aún, podría morirse. Era algo que tenía que decidir ella sola, por el bien de su esposo.
"Además".-continuó.-"No tienes que encerrarlo en casa todo el día, hasta que se mejore. Le recomiendo que haga deporte, que se alimente y que se entretenga. Así se recuperará rápido, como para que pueda regresar en mejor estado a su empresa".
"Sí…".-dijo esta vez Mika tranquilizándose un poco y mostrando una ligera sonrisa.-"Talvez tengas razón".
"bien!".-le dio ánimos a su amiga.-"Ahora…viene lo difícil".
Sí, lo difícil. Convencer (u obligar) a que el rubio tomase las vacaciones. Eso sería una tarea que tenía que realizar Mika, ya que parecía ser la única a quien obedecía.
Después de la conversación que tuvieron, los muchachos regresaron a ver al rubio. Mika les dijo que ya se encontraba mejor y que podrían verle cuando lo trasladasen a un dormitorio.
Los jóvenes lograron verlo por unos instantes mientras lo llevaban a un cuarto, donde seguiría su tratamiento de 'humo' en los pulmones.
Finalmente, después de tanto traslado, lograron verlo con mayor detenimiento. En cierto modo, se quedaron algo impresionados por la cantidad de 'aparatos' que estaban conectados al cuerpo del tecladista, pero se tranquilizaron cuando el médico les dijo que estaba fuera de peligro.
Sakano, casi se pone a llorar como un bebito (moco, baba y todo lo demás), mientras K trataba de calamarlo. Suguro y Hiro estaban alegres de que el rubio estuviese mejor. Shuichi, estaba igual que sus dos compañeros revoloteaba por todo el cuarto, 'alabando' a los dioses porque se hubiese salvado Tohma. Ryuichi se desató en lagrimas y casi se abalanza sobre el rubio, pero fue detenido por Noriko, quien lo jaló de una de las orejas. El cantante, se libero de las 'garras' de la tecladista y sacó de su bolsillo, lo que parecía ser una barra de chocolate y lo dejó al lado de Tohma. Pasa sorpresa de todos, el rubio movió su mano y cogió el chocolate.
En cuanto a Yuki, él decidió quedarse afuera. No le gustaba mucho estar en un hospital y mucho menos tener que visitar a un 'conocido'.
Al final, todos tuvieron que irse. La 'hora' de visitas había acabado. El rubio tenía que descansar, para que pudiese recuperarse pronto. Cuando todos se fueron, Mika entró por unos instantes, para decirle lo que ordenó el médico.
Al muchacho casi le pasó lo que el medico dijo. Casi le da un ataque al enterarse de que tenía que tomar vacaciones. Sin embargo, Mika le aseguro de que si lo hacía, regresaría pronto a la empresa.
Como se encontraba indefenso, no le quedó otra más que aceptar. Después de todo, era por el bien suyo ¿verdad?
Ya habían pasado cuatro días desde el incidente. Los periódicos y revistas, sacaron durante los primeros días, sobre la 'extraña' enfermedad de Tohma, la cual lo había mantenido ausente en su trabajo.
Cuando salió del hospital, hubo una ola de periodistas, que (dios sabe como se enteraron) se abalanzaron por convaleciente rubio para preguntarle lo ocurrido. Después de contestar con evasivas y ser protegido por su seguridad, regresó a su casa, sano y a salvo.
Ahora, era de día. Se levantó casi temprano para realizar sus actividades normales, pero esta vez, habría algo distinto…
No iría al trabajo.
Se quedaría en casa a realizar cualquier otra cosa que no fuera trabajo. Pero no podía vivir desconectado de lo que ocurría afuera. Por lo que consiguió su laptop y comenzó a revisar los movimientos financieros que realizaba la empresa en la Internet.
Mika le regaño por ello. Le dijo que debía haberse quedado en cama más tiempo, pues no haría nada en todo el día.
"Es que me siento aburrido".-contestó como puchero. Aun tenía su voz ronca. La neumonía había dejado sus pulmones casi 'deshechos' por lo que tenía que cuidarse mucho para que todo regresase a la normalidad
"Debes descansar Tohma, lo necesitas".-decía mientras tomaba una taza de café. La mujer parecía vestirse más formal que de costumbre.-"He dejado algo de tu desayuno en la nevera, más vale que lo tome".-dijo esto ultimo amenazando a su marido. El muchacho no tuvo mas opción que obedecer y preparase su desayuno.
"¿Y ha que hora piensas ir al trabajo?".-le preguntó mientras cogía los alimentos y los colocaba en el microondas.
"Ya, ya ahora voy".-le contestó la mujer de cabellos castaños mientras seguía tomando su café.
"Es que no puede estar sola por mucho tiempo".-le dijo Tohma.
"Tohma, no esta sola. Hay gente ahí".-dijo mirándolo de reojo.-"Además ya me iba".-diciendo esto ultimo, dejo su taza en el lavadero con otros utensilios.
"Oye! Acaso tengo que limpiar yo?".-preguntó.
"Es lo mínimo que puedes hacer".-le dijo la mujer mientras iba hacia el pasillo de la casa.
"¿Regresarás temprano a casa?".-le preguntó Tohma quien salía a ver a su esposa mientras llevaba una taza en una de sus manos.
"Sí, seguro".-le respondió, mientras se colocaba sus zapatos. Se levantó de su posición y se dirigió hacia la pequeña puerta que la llevaría hacia la cochera.
"Mika-san".-le llamó Tohma.
"¿Qué sucede?".-le preguntó algo extrañada.
"Podrías hacerme un favor?"
"Claro".
"Por favor,".-comenzó el muchacho.-"Sé amable con los empleados".
"Ay querido".-dijo riéndose un poco y se acercaba al muchacho, quien tenía una mirada de desesperación.-"Estas alucinando. No soy ninguna dictadora."-dijo esto ultimo mientras colocaba una mano en la mejilla del ahora rubio confundido y le daba un ligero beso en los labios.
"Vendré a cenar".-dijo esto sonriendo un poco y guiñándole un ojo.-"Nos vemos".
Y así, su esposa se fue. Él solo se quedó ahí de pie, mirando la puerta por donde se fue.
Por alguna razón, estaba comenzando a sentirse, tranquilo. Lo que le había dicho Mika podría ser cierto.
Mika era una persona normal. No era ninguna dictadora como pensaba. Talvez era una buena idea de que ella se encargara de la empresa durante su ausencia.
Sus pensamientos se detuvieron al escuchar el Ferrari rojo salir casi 'disparado' de la cochera.
Dio un ligero suspiro y esbozó una calmada sonrisa.
Después de todo¿Qué malo podría suceder?
Roar18-Duran17:
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