Hola! Saluda Haru, ya casi se acerca el final de esta historia c: . Dejaré caps especiales de las respectivas parejas cuando lo finalice.

Y voy a pulir los primeros capítulos para que quede impecable.

Sin más, un capítulo más.

psdt: El NicoMaki tuvo que pagar los platos rotos unu


Quedaban alrededor de 2 días para la presentación del evento que se realizaría un "Sábado" para finalizar y graduar al terminar las estudiantes de tercer grado.

¿Cómo era la situación? Pésima.

Las chicas de la academia visitante y las de Otonokizaka no tenían casi ninguna comunicación amistosa por lo sucedido provocando una notoria distancia entre ellas.

Y en la que más se notó diferencia era entre la pianista y la pelinegra, cada que hacían sus prácticas; la pelirroja no le dirigía la palabra intentando ignorarla.

La modista en las ocasiones que lograba ver a Umi intentó saludarla o acercarse, pero sólo obtenía una sonrisa a medias sin escucharla hablar.

Las únicas que se mantenían un poco amables eran Tsubasa y Rin, ellas no eran tan rencorosas a comparación de el dúo de SoldierGame

— ¿Cómo se encuentra Ayase-san?.— Preguntó Honoka mientras estaba sentada en una banca del patio principal de la preparatoria.

— Nada bien, esta deprimida. En ninguna de las ocasiones que tuve que convivir con ella la había visto así de decaída.— Suspiró Tsubasa estando a su lado.

— Me siento igual que Nico-chan y Kotori-chan, no entiendo por qué las cosas cambiaron así.— Se puso sería.

El problema tenía que ser grave para que Honoka se pusiera con un semblante serio y pensativo.

— Y pensar que Eli espero años para confesarse y ahora que creyó que la tenía junto a ella... Sólo jugó.— Suspiró.

— Algo sucede, Nozomi-chan no es de esas personas que harían algo así.— Respondió defendiendo a su amiga.

— Lo que sea, no debió haberse comportado así y mucho menos haber besado a Kenta frente a sus ojos.— Dijo molesta.

— Tengo la sensación de que hay algo detrás de eso...— Susurró terminando de dar un último sorbo a su jugo de manzana.

Eli no hacía sus reportes y observaciones para evitar a toda costa a la mayor.

— Ella misma me dijo que no me quiere, no tengo ya por que intentarlo.—

Lo único que le quedaba era dar aviso a su respectiva academia sobre a qué hora iniciaría el evento para darle informes a sus estudiantes.

Entonces Eli ya no se preocupaba en absoluto.

Un característico tono hizo ruido desde su bolsillo, caminó a un pasillo que se encontrara solo para responder la llamada que se visualizaba en la pantalla.

"Padre"

— ¿Papá?.— Respondió y un pequeño brillo en sus ojos iluminaron los ojos celestes que habían estado apagados.

— ¡Hola mi Elichika! ¿Cómo estás?.— Una entusiasmada voz sonaba del otro lado del teléfono.

— B-bien papá.. ¿A qué debo tu llamada?— Preguntó con curiosidad.

— Lamento molestarte, tal vez estés ocupada, pero tengo una buena noticia.—

— Para nada, siempre me anima escucharte papá.— Se recargó en una pared.

— ¿Recuerdas la carrera de mecánica industrial que quieres estudiar? ¡Te conseguí una beca acá en Rusia!.— Su voz se llenaba de emoción.

Era entendible, el señor Ayase tenía alrededor de 3 años sin ver a su pequeña rubia.

— P-pero papá... Eso quiere decir que tendría que dejar todo en Japón para irme a vivir allá.— Se sorprendió con la noticia.

— Lo sé, pero oportunidades así no las hay 2 veces.— Dijo seriamente.

— ¿Puedo pensarlo? Es una gran oportunidad así que estoy un 95% segura de que iré...—

— Me parece perfecto Elichika, sé que éste sábado es tu graduación, así que iré por ti para cenar y hacer equipaje.—

— Me alegrará verte papá, gracias por tomarte el tiempo de venir sé que estas ocupado.—

— ¡No agradezcas! Es lo menos que puedo hacer por ti. Te llamaré después cuando me encuentre allá, Arisa te manda saludos.— Habló amorosamente.

— Muy bien. Regresale mis saludos porfavor.—

— ¡Hasta luego Elichika!.— Sin más colgó la llamada.

¿Aquélla señal era su destino o salvación?

Sí se iba a estudiar la universidad allá, podría irse a despejar su mente y tal vez olvidar a la pelimorada, cosa que se haría difícil, pero con la distancia podría ser posible.

Pero el lado negativo implicaría abandonar a sus grandes amistades, le dolería en el alma dejarlas aunque fuera un tiempo.

La rusa dejó salir unos de sus largos suspiros del día.

— De verdad creí en Nozomi..— Susurró desganada.

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— ¡¿Te irás a Rusia?!.— Su grupo preguntó al unísono con el mismo tono de voz.

— Aún tengo la oportunidad de rechazarlo, pero sería difícil conseguir una beca así de nuevo.— Dudó por unos segundos.

— Lo mejor es que pienses por ti misma y lo que quieres, Eli.— Ánimo la arquera.

Ya era hora de la salida, se tomaron un descanso en el jardín trasero para platicar de la gran noticia que tenía la rubia para sus amigas.

— Acabaremos el evento, será la graduación y de ahí.. ¿Te irás?.— Maki se sorprendía cada vez por la repentina noticia.

— Si, mi padre vendrá por mi.— Sonrió.

— ¡Lo que sea mejor para nuestra líder, Nya!.— Rin levantó las manos para cerrar un puño y dejar un pulgar arriba.

— Aunque nos separemos, será un honor haberte conocido, Eli.— Las demás voltearon sorprendidas por las palabras de la pelicastaña.

Tsubasa no era de demostrar su cariño a sus amigas, aunque no era extraño. La ojiverde no era tan unida a ellas, pero si lo suficiente para sentirse cómoda por la convivencia que tuvieron en aquellos días.

— Uhh, Tsubasa nunca le había dicho algo así a Eli.— La pelirroja decidió molestarla.

— ¡Una no puede ser cariñosa con ustedes por que empiezan a burlarse!.— Se defendió.

— Como sea, sí es que me voy.. Voy a extrañarlas demasiado.— Una rubia era honesta con su grupo.

Las contrarias sonrieron, aunque sentían una ligera tristeza;estaban felices por saber que la mayor podría ir a estudiar lo que quería y estar cerca de su familia.

— Regresemos a casa y pidamos de comer algo a domicilio.— Comentó Maki.

— ¿No vas a pedirle a tu Cheff que nos cocine?.— Enarcó una ceja la peliazul.

— Quiero comer pizza.— Dijo en pocas palabras.

— Bien, vamos.— Sonrió la rubia.

Estuvieron a dar algunos pasos, cuando la chica gatuna se separó del grupo.

— ¡En un momento las alcanzo, nya!. Olvidé mis cosas en el club de atletismo.— Avisó mientras emprendió camino.

Las chicas decidieron esperar en la entrada para irse con el chófer de la heredera Nishikino.

— Iré por Rin, regresó en seguida.— Tsubasa decidió regresar al patio para lograr ver a Rin, pues la mencionada se había tardado un poco y considerando lo amistosa que era la chica gato, no era de dudar que estuviese hablando con las estudiantes.

— ¿Qué haces Rin?.—

— ¿N-nya?.—

La menor estaba en las gradas hablando con nadie más ni nada menos que, Kotori y Honoka.

— ¿Puedes explicarme qué haces?— Se acercó de manera intimidante.

— Tsubasa-chan, Rin-chan no esta haciendo nada malo.— Su querida novia se puso en medio.

— Cariño...— Susurró al notar la mirada decidida de la ojiazul.

— Tenemos que decirle Honaka-chan.— La modista opinó mientras estaba a lado.

— ¿Decirme?.—

— Sabemos que Ayase-san se irá a Rusia.— Soltó Kotori.

— ¿Qué hay con eso?.— Volvió a enarcar una ceja.

— Tsubasa-chan, queremos que Ayase-san y Nozomi-chan arreglen las cosas.— Honoka estaba realmente decidida.

— P-pero.. ¡Honoka! Ella misma le dijo a Eli que no quería nada con ella.—

— Nozomi-chan miente..— Dijo la peligris.

— ¿Tienes pruebas?.— A Tsubasa no le convencían tan rápido.

— Después del convivio, Nozomi-chan no respondió ninguna llamada mía por la noche al irse con Kenta.. Y cuando la vimos en la preparatoria al día siguiente.. Actuaba muy sensible, vi como Nico-chan le sostenía de los hombros al hablar con ella, y Nozomi-chan hizo una mueca de dolor.— Declaró haciendo contacto visual con los ojos de la pelicastaña.

Tsubasa se sentía llena de dudas. ¿Estaba suponiendo lo correcto?.

— Cuando me acerqué a ella... Tenía marcas rojas y moradas en el cuello. Le pregunté pero se tensó y me evadió.— Eso último hizo un 'click' en la mente de la mayor.

— Quieres decir.. Que..¿Él la golpeó?..— Preguntó con asombro.

— Lo pensé por mucho tiempo, y siento que es lo mas cercano a lo que podría ser.. De verdad que Nozomi-chan quiere muchísimo a Ayase-san.. Siempre nos contaba de ese amor que sentía por ella.— Habló convenciendo a la pelicastaña.

— Es mucha información para procesar.— Se dijo a si misma Tsubasa.

— ¡Porfavor ayúdanos con ésto,nya!.— Suplicó la menor juntando las palmas de sus manos.

— Rin, sabes que las demás están molestas con ellas y no se diga con Toujo-san.— Frunció el ceño.

— Tsubasa-chan va a ayudarnos quiera o no.— Su novia la abrazó para darle un suave beso en la mejilla, ganándose un ligero rubor.

— B-bien, espero que no nos terminen aniquilando Umi y Maki.— Dijo desganada.

— Perfecto, gracias Kira-san— Agradeció la modista.

— ¿Cuál es el plan según ustedes?.— Preguntó mientras seguía abrazada de su novia.

— Vamos a hablar con Nozomi-chan para que nos diga la verdad de lo que sucede.— Contestó Kotori.

— Tienen 2 días y ya será el evento, probablemente después de eso Eli tome su vuelo a Rusia.— Siguió hablando Tsubasa al mismo tiempo que levantaba dos dedos indicando el tiempo.

— ¡Tsubasa-chan, nya! Tenemos que irnos o vendrán por nosotras.— Advirtió la pelinaranja.

—Cierto ya hicimos mucho tiempo, las veo después.— Se despidió con un beso de su novia y un saludo a la modista.

Salieron de prisa el dúo para encontrarse rápidamente con su grupo e irse antes de levantar sospechas.

— Realmente ¿crees que logremos algo, Honaka-chan?.— Preguntó la modista al notar que las dos chicas se fueron.

— Esto déjamelo a mí Kotori-chan.. Yo hablaré con Nozomi.— Habló con demasiada seriedad.

— Honoka.. chan...— Sus ojos la miraron de arriba hacía abajo, la chica entusiasta y juguetona tomó un semblante frío y decidido.

Dejaría eso sus en manos..

— Ya es casi media tarde, lo mejor sería ir a hablar con ella por una buena vez.— Tomó sus cosas mientras daba varios pasos.

— Iré contigo Honoka-chan.— La peligris no dejaría ir sola a una de sus amigas más cercanas.

— ¿Qué hay con Nico-chan?.—

— Nico-chan de verdad esta molesta con Nozomi...—

— Es entendible viniendo de Nico-chan, saber que su mejor amiga prefiere darle gusto a sus padres ... — Dijo con desagrado.

Las dos chicas caminaban tranquilamente, todo dependería de lo que Honoka hablara con Nozomi. Aunque la peligris no sabía si confiar en su querida amiga, pero en realidad no es como si tuviera otra opción.

A los cálculos de Kotori. Nozomi tendría que encontrarse en casa, pues sabía que Kenta tenía trabajo en las tardes por lo que sólo pasaba por su prometida para dejarla en su hogar.

— ¿Es aquí?.— Preguntó Honoka al notar la puerta con una placa 'Toujo'.

— Sip.— Tomó aire por los nervios.

Era la primera ocasión que se animaba para ir a hablar con su mayor, después de lo sucedido con la rubia.

La querida Kousaka estaba decidida, tocó el timbre esperando a que la pelimorada saliera de su hogar.

— ¿Honaka-chan?... Kotori.— Una desaliñada tarotista salía de su casa, parecía cansada.

Gracias a que Nozomi evitaba lo más que podía a su amigas, éstas no se daban cuenta del delicado deterioro en el que se encontraba.

— Nozomi-chan, tenemos que hablar contigo.— Anunció con firmeza la pelicafé.

— Sí es por lo de Ayase, supongo que lo saben. Así que no pierdan su tiempo.— Sonrió falsamente.

— Vamos a hablar contigo, quieras o no. Nico-chan estaría aquí si tan sólo dejaras de alejarte de quienes te aprecian.—Se mantuvo fuerte la chica entusiasta.

Había dado en un punto muy sensible, a Nozomi de verdad le dolía el haberse alejado tan bruscamente de la pelinegra, era una de las cosas que le afectaban.

— Nozomi-chan, tú jamás estarás sola.— Recalcó Kotori.

Se sentía diferente, la peligris hizo contacto visual con los ojos esmeraldas apagados de la mayor. Una mirada llena de cariño y compresión que movió todo de si misma. ¿Qué tenía que hacer?

— Pasen..— Suspiró derrotada dejando pasar a las dos chicas.

Tomaron asiento en la sala de estar, la mayor les ofrecía alguno bocadillo pero ninguna de las acepto.

¿Qué Honoka se negara a algún postre? Eso sí que era raro.

— Pueden comenzar.— Se dispuso a escuchar Nozomi.

— ¿Qué te hizo cambiar de parecer?.— Atacó la modista.

— N-nada.. Sólo pensé bien las cosas.. Y yo no quiero que Eli cargué con problemas como yo.— Agachó la mirada y con suavidad abrazó sus piernas mientras se encontraba sentada en un gran sofá.

— Nozomi, ¿sabes de lo que es capaz Ayase-san por ti?.—

— Kotori-chan, no quiero que un hermosa ángel como ella; tenga prejuicios y luche tanto sólo para estar conmigo.— Seguía con su mirada abajo.

— ¿La sigues queriendo?.— Soltó secamente.

— No he dejado de quererla... Pero no es lo correcto, estoy destinada a casarme con Kenta y cumplir con las expectativas de mis padres.—

— Necesito saber... ¿Qué te arruinó las ganas de luchar por Ayase-san?.— Seguía insistiendo por encontrar una respuesta la peligris.

— No hay motivo. No quiero que ella se desgaste por mi.— Levantó la mirada con debilidad.

— Ayase-san se irá a Rusia..— Honoka cansada por la negatividad de la mayor decidió dar la noticia.

— ¿A Rusia?...— Sus ojos se abrieron de tal impresión.

— Si,Nozomi-chan. Estás apunto de perder al amor de tu vida si no abres los ojos y te das cuenta de lo que sucede.— Se acercó ahora que tenía la atención de la mayor.

— N-no entiendes Honoka-chan.. No es tan fácil de lo que piensas..— Se abrazó a si misma con miedo.

— Nunca sabré qué es lo que estás pasando Nozomi-chan.. Jamás tendré idea de lo que es estar en tus zapatos, pero yo también he luchado por amor.— La sinceridad de su voz captó por completo a Nozomi.

— ¿Luchaste por amor?.— Levantó una ceja confundida.

— ¿Crees que Tsubasa-chan y yo iniciamos una relación tan fácilmente?¡Pues no!. La familia de Tsubasa esperaba a otra candidata e incluso a un chico, cuando me conocieron; no podrías imaginarte como su familia me rechazó por no ser de alto nivel.— Los orbes azules delataban dolor.

La peligris y la tarotista se quedaron en silencio esperando lo que diría la entusiasta y motivada chica.

— Incluso le pagaron a mi familia para que me alejaran de ella... Y sin embargo Tsubasa-chan luchó de la misma manera por mi, no se rindió ni yo tampoco. Tienen que aceptar que el amor tiene que ser real, eso es lo que quieren los demás para ti, tu felicidad.— Honoka abrazó con emoción a Nozomi, quien ocultaba pequeñas lágrimas.

— Estoy completamente segura de que sí hablas con Ayase-san y le dices lo que pasa, ella no se rendiría.— Al fondo se escuchaba la voz de la pajarita mientras la pelimorada abrazaba a la pelicafé.

— Es peligroso..— Susurró.

— ¿Qué es peligroso Nozomi-chan?.— Pregunto Kotori al escuchar la suave voz de su mayor.

Honoka se apartó para que pudieran verse, pero se mantuvo a su lado tratando de consolarla.

— T-tengo miedo...— Pronunció pasando una mano por su cuello.

— ¿De Kenta?.— Los ojos de la peligris podrían revelar tantas cosas con la intensidad en la que miraba.

Nozomi se quedó helada ante tal insinuación, escuchar el nombre y que sus amigas estuvieran tan cerca de lo pudo haber sucedido.

— Esas marcas en el cuello no son normales Nozomi-chan.—

— ¿M-marcas? Son del suéter que-

— ¡No! Después de que te fuiste con Kenta aquella noche, apareciste en la escuela y parecías cansada.. Nico-chan te tomó de los hombros y hiciste un leve quejido de dolor...— Se acercó rápidamente para estar a un metro de distancia mientras lo decía.

— No es lo que crees Kotori-chan.— Dijo nerviosa la mayor.

— Claro que lo sé, sé que Kenta pudo haberte golpeado o es lo más cerca que estoy de saber que ocurrió realmente.—

— Yo..— Dejó salir con dolor.

— Tienes que ser libre, no debes de estar bajo la sombra de un idiota como Kenta y de unos horribles padres.— Sus palabras estaban llenas de cariño.

—¿Y cómo lo hago?.— Se llenó de dudas, estaba tan cerca de cruzar una línea pero sentía que caía al vacío cuando recordaba el poder de Kenta y de su familia.

—Debes decirle lo que pasa a Ayase-san, podría jurarte que ella te ayudaría.— Honoka respondió en seguida.

— ¿Cómo saben? ¿Ella no me odia?.— Su inquietud le delataba.

— Hemos estado hablando con Rin-chan, nos contó como Ayase-san se ha sentido al extrañarte y preguntarse que hizo cambiar tu amor por ella.— Kotori lo dijo con seguridad.

— Mi querida Elicchi.. Ella no merece lo que soy ahora.— Una lágrima volvió a recorrer su mejilla.

Antes de que esa lágrima terminará por bajar a su barbilla, la peligris la limpió con delicadeza.

— No mereces la familia que tienes y que te obliga a hacer algo que no quieres.— Habló la modista.

— ¡Tienes que demostrar tu amor por Ayase-san!.— La pelicafé ánimo con una sonrisa.

Sus amigas le habían echo entender un punto muy importante a este nivel. ¿Qué más daba? Si ya no tenía nada, y lo único que estaba en sus manos era su apreciada rubia.

— Hablaré... Con Eli..— Susurró lo suficiente fuerte para que las chicas escucharan y se mirarán con una sonrisa.

— Tienes que hacerlo pronto, antes de que ella se vaya.— Comentó la peligris.

— El día del evento.. Hablaré con ella, sé que sólo falta un día, pero quiero organizar mis ideas y reunir el valor suficiente para hacerlo.— Sonrió, una sonrisa que le había costado hacer durante toda la semana.

— Te esperaremos.— Finalizó aquél tema la pelicafé, poniendo de pie para marcharse junto a la modista.

— Honoka-chan.. Me alegra que tú y Tsubasa hayan permanecido juntas apesar de los problemas.— Halagó con felicidad la pelimorada.

— Gracias Nozomi-chan.— Agradeció.

— Sé que Nico-chan esta molesta conmigo por mis tonta decisiones, pero díganle que estaré en su presentación para apoyarla.— Acompañó a sus amigas a la entrada para despedirse.

— Le diremos, porfavor cuídate Nozomi-chan. No dudes en llamarnos si ocurre algo.— La modista se despidió levantando la mano a la par de Honoka para salir por la puerta.

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— Te equivocaste en esa parte Yazawa-san.—

— Ehh? ¿cuál parte?.— Preguntó confundida la pelinegra.

— Mira, escucha.— Indicó mientras comenzaba a cantar el primer coro de la canción.

— Oh, cierto. Me adelanté.— Admitió sin ánimo.

— Debes de poner más atención, sólo tenemos ésta práctica y mañana la presentamos.— Usó un tono de voz duro y frío.

Cosa que le molesta a bastante a la pelinegra, a causa de su falta de comunicación y confianza; constantemente tenía errores. La manera de corregir de Maki se había echo seco.

— ¿Es necesario qué me trates así?.— Rompió el hielo con una sola pregunta.

— No voy a responderte.— Siguió en lo suyo.

Al estar solas, sentía más libertad de hablar las cosas. Ya habían terminado los ensayos de la banda de música, Maki le exigió a Nico quedarse para seguir por una hora.

— ¡Yo no hice nada! Y me tratas como si yo le hubiera echo eso a Ayase-san.— Reclamó la más bajita.

— Sigamos con las prácticas, no me interesa hablar de ese tema contigo.— Ni si quiera se limitó a prestarle la atención suficiente.

— Creí que al menos éramos amigas..—

— ¿Amigas? Lo siento Yazawa-san, ya no existe algo que pueda haber entre nosotras.— Mantuvo su mirada ocupada en unos libretos de notas.

— Tienes razón, estoy perdiendo mi tiempo. Por un momento creí que eras agradable y linda, pero me equivoqué.— Exclamó molesta tomando su bolso.

Lo último dicho le hizo levantar la mirada a Maki, sintió preocupación y culpa.

— N-Nico-chan..— Susurró al ver que la mayor salió enojada de la sala y cerró la puerta.

Se mantuvo de pie mirando sus libretos para guardarlos en un cajón cerca del piano. Miró por la ventana del segundo piso en donde se encontraba.

¿Esa era Rin? ¿Abrazando a Koizumi?

¿Por qué Rin actuaba como si nada apesar de que esa chica es amiga de Toujo?

Tal vez había sido muy cruel con Nico, tal vez ella jamás tuvo la culpa de lo que hizo su amiga y sin embargo la trató como una desconocida sin importancia o tal vez peor.

La pelinegra había estado comportándose amable e incluso trataba de acercarse a la pianista durante esos días en donde ella misma la ignoraba.

En su mente volvió a pasar el momento en el que la rubia de ojos azules lloraba desconsoladamente en el suelo preguntándose "¿Qué había echo mal?"

La pelirroja frunció el ceño molesta tomando sus cosas para irse y cerrar la sala de música.

— No.— Se molestó tras recordar a su líder en esas condiciones.

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— ¡Sonoda-san¡.—

— ¿Minami-san?—

La modista se acercó a la más alta para ofrecerle un botella con agua fría mientras mostraba una sonrisa de mejilla a mejilla.

Una dulce sonrisa que la arquera no podía resistirse así que tomó la botella con media sonrisa.

— Muchas gracias.— Hizo una pequeña reverencia de agradecimiento.

— No agradezcas, ¿cómo van tus prácticas?.— Preguntó acercándose un poco más.

La arquera se puso tensa por el acercamiento, estaba por cerrar el pabellón y tomar camino para reunirse con las demás de su grupo.

— B-bien.. ¿Y tú?.— Para no acabar con su conversación decidió quedarse unos minutos con ella.

— Me alegro. Estoy perfecta con el club de costura, aunque.. Kira-san me pidió algo..— Habló maliciosamente.

— ¿Qué te pidió?.— Levantó una ceja.

— Al parecer una chica del club de teatro se enfermó, así que interpretaré su papel ya que yo me ofrecí como suplente desde el principio.— Sonrió gustosa.

— ¿Qué papel te tocó?.— Su curiosidad era visible, le quitó la tapa a su botella de agua.

— Seré la Julieta de Romeo.— Habló con un tono juguetón.

— Espero que todo salga bien. Te deseo mucha suerte.— Dedicó una sonrisa galante para darle un sorbo a su bebida.

—Sonoda-san se vería mucho mejor como mí Romeo.— Atacó con una obvia indirecta.

Como reacción la peliazul casi se ahoga con su agua, y con un gran sonrojo miró a los ojos de Kotori.

— M-m-m- minami-san...— Pronunció con nerviosismo.

Su corazón latía fuertemente, incluso pensó que si aumentaba el ritmo podría salir de su pecho por la intensidad.

La modista daba un paso adelante, y por otro lado la arquera daba uno hacía atrás por los nervios, hasta que una pared la bloqueó de seguir retrocediendo.

— Me gustas mucho.. Umi-chan.—

El rostro de la arquera subió de color, por su mente pasó la idea de pellizcarse. ¿Estaba en un sueño? ¡No!

Poco a poco la modista se acercó para cortar la distancia y darle un suave beso sin intención de ir más lejos. La arquera en ningún momento la aparte e incluso trató de seguir los movimientos.

Fueron pocos segundos, pues quien puso final al pequeño beso fue la chica de dulce sonrisa.

— Kotori..— Balbuceó impresionada.

— Espero mañana tu respuesta, Umi-cha.— Terminó por decir al darse la vuelta, su tiempo había terminado así que de igual manera tenía que retirarse del lugar.

— ¿M-mi respuesta?... ¿De qué?.— Se preguntó confundida posando su mano en sus labios.

Sentía que su cabeza podría echar humo del fuerte sonrojo que adornaba su rostro.

— Oh no, ya pasó bastante tiempo. Tengo que irme rápido.— Palmeó sus mejillas y con un movimiento rápido cerró el pabellón.

Caminaba apresurada con una mano en su pecho, al rededor de su torso cargaba con su arco en su debido estuche. Apretó el lazo que lo sostenía con fuerza, recordando la sensación del beso y de las palabras que le dijo la peligris una y otra vez.

— ¿Umi?.— La voz de una rubia junto a su grupo le hizo salir de su trance.

— A-ah.. Ya estoy aquí.— Saludó nerviosa.

— ¿Acaso tienes labial rosa en tus labios?.— La pelicastaña se acercó para mirar de cerca al rostro de la arquera.

— Claro que no, no es nada.— Se alejó lo más rápido posible.

— ¿Ese no es el labial que usa Minami-san, nya?.— Dedujo la chica gatuna.

— ¡N-no!.— Negó con la cabeza y sus manos de un lado a otro.

— Por eso la vimos salir con una sonrisa hace unos minutos.— Maki no se quedaba atrás.

— Dejen de atacar a nuestra apreciada Umi, ahora que sabemos que fue besada por Minami-san, no hay nada que decir.— Defendió con una sonrisa la rusa.

— ¿Me estás defendiendo según tú?.— Preguntó la arquera con sarcasmo.

— ¡Regresemos a casa de Maki-chan, nya! Tengo hambre.— Rugió su estómago.

— Suban a la camioneta, también tengo un poco de hambre.— La pianista fue la primera en subir a la gran camioneta conducida por si chófer.

La arquera se alivió de que no la atacarán con sus preguntas y bromas. Tal vez no lo harían.. Por ahora...

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(Toujo's Residencia) 5:00pm

— ¿Qué te hace pensar que puedes decidir por ti misma Nozomi?.— Una voz varonil y fuerte resonaba en las paredes del hogar.

— Tengo derecho a hacerlo, deberían de respetar mis decisiones.— Nozomi se esmeraba por discutir una vez más con sus padres.

Decidió pedir permiso en su preparatoria para salir temprano e irse a encontrar a sus padres.

Tenía la esperanza de convencer a su familia.

— Hicimos un acuerdo con la familia fujimoto y tienes que cumplir con tu deber.— Ésta vez una voz femenina volvió a remarcar las dichas palabras.

— ¿Decidir mi futuro cuando cumplí 10 años? ¿Eso les parece correcto?.— Su dolor y enojo hablaban por ella misma.

— Tienes un futuro asegurado y un estándar social demasiado alto.— El hombre alto de cabello morado se molestaba cada vez más por la insistencia de su amada hija.

— Ni si quiera saben el tipo de hombre que es Kenta.— Habló con desprecio.

— No nos importa que trates de manipularnos y hacernos creer que ese maravilloso chico es horrible, según lo que dices.— La señora Toujo se mantenía a lado de su esposo con firmeza.

— ¡Hagan lo que quieran, pero yo no pienso casarme con ese asqueroso hombre!.— Gritó al borde de las lágrimas.

— ¿Es por esa tal Eli?.— El hombre mayor preguntó con seriedad.

— ¿Eli?.— Paró en seco su sentir.

La mujer madura miró con desprecio a su hija, casi con una mueca de asco.

— Kenta nos contó que estás enamorada de ella.. Y alcanzamos a escuchar que le dirás mañana que no quieres estar con él.—

— Ya no importa, no les interesa saber como me siento. !Así que es verdad, yo no quiero estar con él y estoy enamorada de Eli¡.— Se defendió lo más que pudo sin titubear.

— Estás muy equivocada si piensas que te vamos a dejar ir con otra chica y que arriesgues el apellido de nuestra familia.—

—¡P-pero papá!.— Se puso de pie con desesperación.

— ¡Por última vez Nozomi! No quiero escuchar que sale de tu boca las estupideces que estás diciendo.— Se puso de pie al mismo tiempo con el ceño fruncido.

— ¿Y piensas cambiar a Kenta por una chica? Eso es inaceptable, cada vez me decepcionas más.— Terminó por decir la jovén mujer.

— Apuesto a que ustedes se casaron por interés y no por un sentimiento amoroso, no sé quién de nosotros es más decepcionante.— Limpió sus lágrimas para irse a su cuarto.

— ¡Nozomi¡ ¡Regresa aquí, no hemos terminado!.— Ordenó con fuerte voz el señor Toujo.

— Déjala ir cariño, esta en esa edad de rebeldía.— Comentó fríamente.

Haru~•