Como están mis amigos, espero que hayan pasado una buena semana, y aquí vuelvo a aparecer yo con un nuevo capitulo de la historia, y seguro se preguntaran ¿Por qué actualizaste tan relativamente rápido? pues por un lugarcito llamado universidad, ya como se me están acabando las vacaciones tengo que aprovechar el tiempo libre que me queda para poder escribir las actualizaciones de la historia y no dejarlos sin nada, ahora sin mas que decir, los dejo con el capitulo
Capitulo 5: siguiendo la misión y encuentro con la Tia M
Todos se quedaron en shock tras conocer la identidad de la mujer, y como no lo estarían, frente a ellos esta la madre del protagonista del libro que están leyendo, y aparte de que Poseidón se desmayo de la impresión al verla, ya pasado algo de tiempo donde la ya presentada como Sally había llegado, Hestia le había convocado un asiento junto a ella, mientras Apolo chasqueaba los dedos para rodearla de un aura dorada y así ponerla al corriente de lo que había pasado, con lo cual hizo lo mas sensato que una madre haría al saber todo lo que le había pasado, y había hecho su hijo, se desmayo completamente, con lo cual, el Dios de la Verdad los despertó con sus poderes, y ya estando completamente curados, se pudo continuar con la lectura del dichoso libro
Capítulo 5: Reptilia
Recuerdo que la primera vez me quejé con los dioses por lo sucedido anteriormente. Ahora digamos que no estoy tan cabreado…en serio Zeus ¡Quieres que encuentre tu dichoso rayo y te pones a hacer puntería conmigo! ¿¡Y encima arriesgando la vida de un buen amigo y mi amor!?
Geez…no me sorprende por qué después tu esposa te grita y golpea por actuar con un niñato caprichoso.
-hasta el chico reconoce como te pones ¡tienes que madurar y dejarle de prestar mas atención a tus dichosos rayos!- lo ultimo le grito Hera a Zeus el cual ya mostraba una cara con algo de arrepentimiento
Al menos me saqué un problema de encima. No quería esta vez a Hades respirando detrás de nosotros con cada paso que demos en nuestra búsqueda. Si mantiene su palabra…puede que le diga de un nuevo método de tortura para los campos de Castigo.
- que interesante, seguramente será una idea que tomare en cuenta-dijo Hades con un brillo de interés en sus ojos en cuanto a esa idea para los Campos del Castigo, lo cual hizo que la mayoría tuviera un escalofrió debido a la ligera sonrisa malévola del Dios del Inframundo
Así que allí estábamos, Clar, el chico cabra y yo, caminando entre los bosques que hay en la orilla de Nueva Jersey. El resplandor de Nueva York teñía de amarillo el firmamento a nuestras espaldas, y el hedor del Hudson nos impregnaba nuestras fosas nasales con un aroma putrefacto.
Grover temblaba y balaba, con miedo en sus enormes ojos de cabra. Le pasé una bolsa de papel madera que traía conmigo en mi mochila, solo para que me la quite inmediatamente y empiece a hiperventilar dentro de ella.
-Tres Benévolas. Y las tres de golpe- bueno…si lo dices de esa manera, se puede interpretar de muchas formas mí querido amigo.
- sobre todo que no son tan Benévolas con sus objetivos, tuviste suerte de saber lo que pasaba por que sino habría salido bastante mal- dijo Grover, el cual recordaba esa escena de una manera muy diferente, lo cual asusto un poco a la señora Jackson
-¿porqué lo dices Grover? ¿Acaso del futuro de donde vienes salió mal?- pregunto Sally con un semblante preocupado por los peligros que pudo haber pasado su amado hijo
- para resumir todo, esta vez todo fue muchísimo mejor que la vez anterior, muchísimo mejor- le contesto el Señor de lo Salvaje a Sally, la cual se relajo un poco en su asiento, haciendo que la lectura continuara
-Al menos tienes que tranquilizarte con el hecho de que no peleamos. Es más, ganamos una buena cantidad de tiempo a nuestro favor. No nos atacaran…al menos no Lord Hades- digo, intentando hacer entrar en razón a Grover, quien de a poco se relajaba.
-Pero… ¿cómo lograste que nos dejaran ir tan fácilmente? – me preguntó Clar, frunciendo tiernamente el ceño.
-Persuasión mi querida compañera Amazona. El arte de convencer a alguien de que lo que digo es realmente cierto y encima ganar algo con ello- le digo sonriendo mientras ponía un dedo en su ceño, haciendo que deje de formar arrugas.
-Y también nos advirtió de ese rayo. Si nos hubiese dado…bueno, no estaríamos aquí para contarlo- me respondió con un rubor en sus mejillas por haberla llamado amazona y sacar su ceño fruncido.
Cosa que también le paso a la clarisse en carne y hueso, se sonrojo de manera algo visible, cerrando los ojos sintiendo un pequeño masaje en su entrecejo, poniendo a varias chicas celosas y haciendo sonreír a la madre de su interés amoroso
-Ven…por eso les dije que no guardaran sus mochilas, conociendo mi suerte, lo más seguro es que algo malo iba a pasar apenas comencemos la búsqueda- señalo las mochilas con nuestras pertenencias.
Grover baló lastimeramente.
-Mis latitas… Has salvado mi bolsa llena de estupendas latitas para mascar- dijo Grover mientras me reverenciaba como su nuevo héroe personal, haciendo que Clar suelte una hermosa carcajada mientras yo desesperadamente trataba de huir de las garras de chico cabra.
todos los semidioses griegos y parte de los romanos, estallaron en risas al imaginar a Grover correr tras Percy para adorarlo, ya pasado un rato, estaban todos ya calmados y con un Grover queriendo que la tierra se lo tragara por la vergüenza que paso, se pudo continuar
Atravesamos chapoteando terreno fangoso, a través de horribles árboles enroscados que olían a colada mohosa. Era verdaderamente un asco. Una vez que terminemos esta misión, le preguntaré a mi padre si puede junto a Deméter y Arty, limpiar este lugar. Es realmente deprimente caminar por aquí.
-bueno, ya decía yo que ese lugar necesitaba algo de limpieza, aunque no se si Artemisa nos ayudaría-le dijo Poseidón a la Diosa de la agricultura Deméter la cual asintió en acuerdo a su hermano
- tienes razón, ese lugar necesita de una buena limpieza, y que dices tu artemisa, ¿nos ayudaras a limpiar la zona cerca del Rio Hudson?- le pregunto Deméter a la Diosa de la Caza, con una ligera sonrisa, la cual se cruzo de brazos durante unos minutos, hasta que al final termino mascullando un si entre dientes, lo cual hizo sonreír a los dos Dioses mayores
Al cabo de unos minutos, Clarisse se puso a mi lado. Con nuestros hombros rozando suavemente entre sí, provocando que se sonroje, lo cual me hace formar una pequeña sonrisa.
-Percy mira, yo…quiero agradecerte por lo que hiciste allá en el autobús- me dijo con una ligera coloración en sus mejillas. A pesar de que ante los demás actúe como una matona, en mi corazón ella es realmente una mujer amable y cariñosa.
-Haré lo que sea necesario para mantenerlos a salvo. Aunque me cueste la vida, recuérdalo Clar- le respondo, dejando escapar inconscientemente el mote cariñoso que le había dado antes de venir otra vez.
Esto hizo sonrojar de nuevo a la mencionada hija del dios Res, el cual ya estaba algo molesto por las reacciones de su hija para aquel chico hijo de Poseidón, el cual para ganar su aceptación deberá hacer algo de gran valentía (N/A: cosas valientes hechas por Percy sobran para regalar)
Se quedó en silencio durante unos cuantos pasos. Grover iba delante nuestro, intentando disimular el hecho de que había oído nuestra charla. A medida que avanzamos siento un calor en mi mano derecha, la cual reconozco perfectamente, aunque nuestros cuerpos sean aún los de unos púberes, encajan perfectamente cuando nuestros dedos se entrelazan.
-No estás solo en esto, ¿me escuchas? No te dejaré ir tan fácilmente- me dice en un susurro, haciéndome abrir los ojos por un mero instante por la sorpresa de su confesión, para luego hacerme sonreír completamente, apretando un poco más fuerte mi mano, demostrándole que estoy de acuerdo.
Esto hizo sonreír de felicidad a clarisse, la cual sintió ese apretón en su mano, como si el mismo se la estuviera dando en ese momento, haciendo que de un suspiro de manera feliz, dándole celos a las demás chicas interesadas en el, por la atención dada hacia ella en la historia
La tormenta había cesado por fin. El fulgor de la ciudad se desvanecía a nuestra espalda y estábamos sumidos en una oscuridad casi total. Con Clar aún continuábamos caminando tomados de la mano, disfrutando del calor transmitido en ellas.
En medio de nuestra pacífica travesía, hubo un terrible chirrido, que nos sacó de nuestros lugares. Un ruido similar al de un búho que está siendo torturado. Si Atenea estuviese aquí en este momento, estaría sacrificando a Grover como si fuese el Ophiotaurus.
Grover se dio un facepalm, al recordar como eran sus habilidades con la flauta en ese tiempo, también que la mención del búho torturado hizo que Atenea se agitara debido a que ese era su animal favorito y sagrado, aparte de que la mención del Ophiotaurus puso algo nerviosos a los dioses
-Eh, mi ¡flauta sigue funcionando! Si me acordara de alguna canción busca sendas, ¡podríamos salir del bosque! – Grover no diré esto en voz alta…pero apestas cuando intentas tocar esa cosa, te costó años en aprender algo coherente, no lo lograras en unos segundos.
- que eso ya lo se, tuve que tratar mucho tiempo para mejorar mis habilidades con la flauta, y mejoraron mucho cuando me convertí en el Señor de lo Salvaje, aparte de que la bendición de Pan me ayudo bastante- dijo Grover al principio alzando la vos pero fue perdiendo intensidad hasta quedar como un murmullo que se pudo escuchar en toda la sala, entristeciendo a Hermes por la muerte de su hijo
Tocó unas notas, pero la melodía no se apartó demasiado de Hillary aprestaba con una flauta en estos momentos, quizás si utilizo la bendición que me dio Pan en mi vida pasada pueda que nos sea de ayuda.
-Grover, ¿puedes prestarme un momento esa flauta? – le pido lo más inocentemente posible.
-Para qué Percy? – me pregunta con una ceja levantada.
-Es que yo sé algunas canciones con la flauta… ¿pero hay algún requisito especial para lograr lo que tú querías? – le pregunto, a pesar de saber perfectamente que tengo que sentirme uno con la naturaleza para que así funcione.
-¡En serio! ¡Genial! Pero para que funcione tienes que mimetizarte con la naturaleza, ser uno con los elementos. Funciona mucho mejor con los sátiros porque fue originalmente una bendición por el dios Pan. Pero tú siendo un hijo de Poseidón puede que funcione…- me dijo mientras me entregaba el instrumento.
-¿Qué tiene que ver que por ser hijo de Poseidón ayude? – le cuestioné para aparentar las apariencias, haciendo que Clar mire interesada nuestra interacción.
-Todos los hijos de Poseidón, Deméter, Dionisio, y los cazadores de Artemisa pueden sentirse en armonía con la naturaleza. Es por eso que tu puede que tengas oportunidad de hacer algo- me explicó, a pesar de saberlo por la misma persona, pero ya adulta en la otra línea temporal.
Todos miraron a Grover con curiosidad, a lo cual de manera incomoda respondió la duda no hecha que tenían todos
-debe de ser mas delante de mi línea temporal, no recuerdo haberle enseñado eso antes de venir para acá- respondió el sátiro respondiendo la duda que tenían, retomando así la lectura del libro
Asintiendo a lo que me dijo, tomo la flauta y empiezo a reproducir una melodía que había escuchado tocar hace unos años al nuevo señor de lo salvaje. Una melodía suave y armoniosa, con las notas fluyendo libremente por el aire, envolviéndonos a cada uno de nosotros, trayendo una sonrisa y calidez en nuestros cuerpos. El lugar parecía responder a mi canción pues una brisa corría las ramas de los árboles, limpiando una senda para que avancemos. Y el cielo trató de dispersar sus nubes, para que la carroza manejada por mi chica de la luna nos ilumine el camino.
Justo en estos momentos todos escuchaban una tonada de flauta que les dio un sentimiento de paz y armonía indescriptibles, sacándoles una sonrisa a cada uno de los presentes en lo que duraba la música
Una vez que terminé de tocar las últimas notas, me di cuenta de que, tanto Grover como Clar tenían sus ojos cerrados, disfrutando de la sensación de la naturaleza viva. Acercándome lentamente a Clarisse, me puse a unos centímetros de su oído izquierdo y soplé suavemente en ella, haciendo que se estremezca y abra sus ojos, solo para encontrarse frente a mí, con nuestras narices tocándose. Pude ver como empezaba a sonrojarse de nuevo, así que aproveché el momento y le di un casto beso en sus finos labios, solo para alejarme de ella e ir y sacudir a Grover para que retomemos nuestro camino.
Estas mismas sensaciones las sentía la mencionada clarisse, la cual se estremeció al sentir un soplo en su oído lo cual hizo que se sonrojara furiosamente, y un momento después sintió el beso en sus labios, dejándola en un estado de shock con una sonrisa en sus labios, haciendo que las demás chicas interesadas en Percy ardieran en celos (N/A: unas mas que otras obviamente)
Tras disfrutar de un feliz momento de viaje sin inconvenientes, Grover me iba preguntando si no existía la posibilidad de que sea un hijo de Apolo en lugar de Poseidón, debido a mi capacidad con la música. Mientras que Clar se había aferrado férreamente a mi mano, negándose a mirarme a los ojos, lo que me hizo un poco triste, aunque sabía que era una reacción normal para ella, así que decidí masajear el dorso de su mano con mi pulgar, haciéndola sentir cómoda y deje atrás su inseguridad. Al caminar aproximadamente unos kilómetros más, empecé a ver luz delante: los colores de un cartel de neón. Olí comida. Comida frita, grasienta y exquisita. La verdad, desde que regresé aquí estaba necesitando una hamburguesa doble con queso. La comida del Campamento es demasiado saludable para mi gusto.
-ohhh no, ya recuerdo completamente ese lugar, como lo detesto- gruño Grover haciendo que los demás se interesen en saber en que lugar se encontraban ellos, como para hacer que el sátiro tuviera semejante reacción
Seguimos andando hasta que vi una carretera de dos carriles entre los árboles. Al otro lado había una gasolinera cerrada, una vieja valla publicitaria que anunciaba una peli de los noventa, y un local abierto, que era la fuente de la luz de neón y el buen aroma.
Era el restaurante de comida rápida que siempre había esperado, una de esas raras tiendas de carretera donde venden flamencos decorativos para el jardín, indios de madera, ositos de cemento y cosas así. El edificio principal, largo y bajo, estaba rodeado de hileras e hileras de pequeñas estatuas. El letrero de neón encima de la puerta me que anteriormente me había resultado ilegible, ahora ya no lo era, aunque la luz de neón roja seguía siendo un dolor en el culo a la hora de leer.
-Emporio de gnomos de la tía Eme- dije para los demás, o en realidad para Clar ya que con su dislexia seguro estaba matando a sus ojos tratando de adivinar que decía allí.
-¿la tía eme? el nombre me suena- dijo Poseidón pensando, a la vez que atenea hacia prácticamente lo mismo, tratando de averiguar la identidad de esa mujer, mientras los demás seguían absortos en la lectura
-¿Cómo sabes que dice ahí? – me preguntó curiosamente Clar.
-Aprendí a superar la dislexia, ¿si no como crees que me escapé de las aburridas clases que daba Chase? – le respondí.
-Pero en la escuela te costaba leer…- me dijo Grover, a lo que rápidamente tuve que pensar en una mentira digna de Hermes.
-En realidad mi madre me enseñó pacientemente a leer, superando de a poco mi problema, también me dijo que en la escuela tenía que fingir tener dislexia para no levantar sospecha. Al principio no sabía a qué se refería, pero ahora creo que todo tiene razón. Además, también me enseñó muchos idiomas- le respondo con una mentira que no lo es del todo, pues en realidad fue Atenea.
-me gusta que me halagues, no me gusta las mentiras disfrazadas de halagos cariño-dijo Sally suspirando, mirando de reojo como la mencionada Diosa de la Sabiduría se sonrojaba levemente antes de fruncir el entrecejo y seguir pensando aparte de que el dios Hermes no podía estar mas orgulloso de ese chico, sacándole otro suspiro a la madre de nuestro querido protagonista
-Ohhh! Sally/ ¡Tu madre es astuta! – dijeron sorprendidos, lo que me hizo reír alegremente.
-Si quieres puedo enseñarte una vez que terminemos esta misión- le digo a Clarisse honestamente.
Ella tan solo asintió fervientemente con la cabeza, haciendo que tanto Grover como yo nos cause una risa alegre.
A cada lado de la entrada, como se anunciaba, había dos gnomos de jardín, unos feos y pequeñajos barbudos de cemento que sonreían y saludaban, como si estuvieran posando para una foto. Crucé la carretera siguiendo el rastro aromático de las hamburguesas. No me importaba el hecho de que Medusa estuviese ahí, su hechizo no me afectaría esta vez, pero nos iba a dar comida gratis. Y luego la mataría, un plan simple.
Ante esta revelación, a Atenea se le abrieron los ojos del susto y ahogo un grito entre sus manos, a la vez que Sally se desmayaba y a Poseidón le estaba a punto de dar un ataque cardiaco, aun cuando los dioses no podían morir a causa de estos, y ante estos imprevistos se tuvo que detener la lectura para que Apolo se encargara del ataque cardiaco de su tío, y de despertar a Sally para así poder continuar leyendo
-Ve con cuidado- me advirtió Grover, a lo que me tuve que abstener de girar los ojos en exasperación, sabía que estaba preocupado por nosotros, pero quiero hacerle saber que debe tenernos un poco más de confianza.
-Dentro las luces están encendidas. A lo mejor está abierto- bien, a lo mejor debo dejar que Grover continúe cuidándonos, no creo que con mi estado actual pueda detener por mucho tiempo a Clar. Seamos honestos, durante los primeros dos años de campamento, ella siempre fue más fuerte que yo.
-Un bar- comenté con nostalgia, recordando esos breves momentos en donde iba a bailar con mis amores, disfrutando de la música, la comida, las bebidas…
-¿así que el chico sabe bailar? ya podre yo ver esos pasos y saber que tan bueno es en la pista de baile- dijo Afrodita, con una sonrisa coqueta, y un pequeño sonrojo en sus mejillas, haciendo molestar a Piper, y a las demás chicas
-Sí, un bar- coincidió ella.
-¿Acaso se han vuelto locos? Este sitio es rarísimo- chilló mi fiel amigo el chico cabra, advirtiéndonos con su nariz de sabueso que había un monstruo por alrededor.
-primero una cabra, ahora un sabueso, ¿Qué puede ser mas degradante para mi?- dijo el sátiro, con un aura depresiva cubriéndolo. Haciendo quela mayoría se ría por lo gracioso de la situación, aparte de que Thalia estaba pasando su mano por la espalda de el para darle apoyo, aunque con la sonrisa que tenia en su cara no ayudaba mucho que digamos
No le hicimos caso. Bueno, yo no le hice caso, Clar tan solo seguía su instinto estomacal.
El aparcamiento de delante era un bosque de estatuas: animales de cemento, niños de cemento, hasta un sátiro de cemento tocando la flauta. El tío de Grover…como llegó acá cuando estaba buscando a Pan nunca lo supe.
-Beee-ee! Se parece a mi tío Ferdinand! – baló Grover, lo cual me llamó la atención… ¿cuántas formas de balido tendrá en realidad un sátiro? Siempre me lo pregunté, quizás en esta línea del tiempo pueda sacarme esa duda.
-te tomara toda una vida el saberlo amigo mío, toda una vidas porque yo no contestare esa duda tan rara- dijo Grover de mala manera haciendo sonreír de nuevo a Thalia, y haciendo que la lectura continúe
Nos detuvimos ante la puerta.
-No llamen. Huelo monstruos- lo sé Grover, yo también sé que allí dentro hay un monstruo que quiere prácticamente convertirme en piedra y adorarme como un dios.
-Solo huelo hamburguesas, ¿es que acaso tú no tienes hambre? – querida Clar, creo que además de enseñarte a superar tu dislexia, tendré que enseñarte modales para con los sátiros.
-¿¡CARNE!? !YO SOY VEGETARIANO! – chilló tan fuerte que puede que haya despertado a Gaea antes de tiempo.
-Grover…comes enchiladas de queso y latas de aluminio. Los tres de nosotros sabemos perfectamente que esas dos cosas no catalogan como vegetales- le digo con cara de palo, provocando una risita a Clar y una mirada fulminante a G-man.
-Venga, vámonos. Estas estatuas me están mirando- replicó frustrado.
Esto hizo que todos se rieran de manera algo escandalosa a costilla de Grover, el cual estaba profundamente avergonzado, ya pasados unos minutos donde todos se calmaron bajo la amenaza de Grover de lanzarles latas se pudo reanudar la lectura
-Venga, vámonos. Estas estatuas me están mirando- replicó frustrado.
Entonces la puerta se abrió con un chirrido y ante nosotros apareció una mujer vestida con una larga túnica negra, que le tapaba todo menos las manos, cuyas uñas estaban bien cuidadas. Los ojos ocultos tras un velo oscuro. Y cuando nos habló, tenía un ligero acento a alguien oriundo de Medio Oriente. Lo cual me hace que me pregunte…Medusa ha tenido milenios de vida y resurrección y ¿no ha aprendido a mimetizarse con la gente de otra manera?
-Niños, es muy tarde para estar solos fuera. ¿Dónde están sus padres? -bueno…el mío está discutiendo con Zeus como unos niños, el de Clar está seguro en estos momentos platicando con Castellan, y el de Grover está desaparecido en acción.
Al haberse mencionado sobre la posible reunión de Ares y Castellan en el libro, todos miraron con mucha sospecha al dios de la guerra, el cual se hacia el desentendido en todo ese asunto
Creo que esta vez intentaré otro enfoque para mentirle, ya que la última vez fue un fracaso total y Hermes me obligó a tomar clases de encubrimiento de historias.
-¡YA SABIA YO QUE LE HABIA DADO CLASES, Y NO PUEDO ESTAR MAS ORGULLOSO DE ALGUIEN QUE NO SEAN MIS HIJOS APARTE DE EL!- grito el mencionado Dios llorando de orgullo, y siendo golpeado en su cabeza por artemisa, haciendo que se callara para que prosiguiera la lectura del libro
-Estamos escapando de una chica maniática- le respondo, evitando formar una sonrisa en mi cara.
-¿Escapando? ¿¡Pero eso no puede ser!? – exclamó Medusa.
-Sí, esa muchacha con ojos grises estaba gritando algo acerca de querer transformarnos en insectos o algo por el estilo… Llevamos horas huyendo y estamos muy cansados- lo siento Tena, pero cuando te lo explique luego lo comprenderás.
-y espero esa explicación, porque apruebo lo de engañarla, mas no el engaño usado-dijo atenea, haciendo que algunos la miren de forma picara haciendo que esta se sonroje y se cruce de brazos
-Oh, queridos niños. Tienen que entrar, pobrecillos. Soy la tía Eme. Pasen directamente al fondo del almacén, por favor. Hay una zona de comida- se tragó el cebo, lo más seguro es que esté pensando en Atenea ahora.
Le dimos las gracias y entramos.
-¿Muchacha de ojos grises? – me preguntó curiosa Clar.
-Algo me dice que esa mujer trama algo, cuando yo te avise, cierra los ojos fuertemente y no los abras hasta que yo te diga. Lo mismo va para ti Grover- les digo en un susurro, tratando de que Medusa no me oiga, y que mis compañeros estén atentos.
-ohhh el chico tiene un plan, vamos a ver que es lo que planea- dijo Apolo con interés en lo planeado para deshacerse de la maldecida por Atenea
Ellos tan solo asintieron con la cabeza, lo cual me hizo sentir más calmado.
Pasamos por el almacén donde tenía a todas sus esculturas, en todas las poses posibles, con ropas de diferentes regiones. Pero decidí hacer caso omiso de ellas, tenía que enfocarme en lo mío.
El olor de las hamburguesas empezaba a querer afectarme, podía ver los ojos vidriosos de Clar y el castañeo de dientes de Grover. Vi por el rabillo de mi ojo el momento en el que Medusa cerraba disimuladamente la puerta para evitar que escapemos. Lo cual me gustaría decirle que esa acción es un arma de doble filo, pues en unos momentos ella querrá salir corriendo despavorida.
-es bueno tener confianza hijo, pero esto ya raya en la arrogancia, y eso esta mal-dijo Sally, preocupada de lo que le pudiera suceder a su único hijo, a lo cual Grover le mando una mirada tranquilizadora para que se calme
-Por favor, siéntense- dijo Medusa.
-Muchas gracias señora- le comenté.
-Eh…la verdad es que no tenemos dinero con que pagarle señora- dijo Clar, a lo que yo quería corregirle, pues en mi mochila traía suficiente como para sobrevivir dos semanas.
-No, niños. No hace falta dinero. Es un caso especial, ¿verdad? Es mi regalo para unos chicos que están siendo perseguidos por una bruja- replicó Medusa.
La única bruja aquí fuiste tu, desgraciada- despotrico Poseidón, sorprendiendo a atenea, ya que el la estaba defendiendo
-Gracias señora- complementó Clar.
-De nada Clarisse- le respondió la maldita por Atenea.
Nuestra anfitriona se puso a cocinar detrás del mostrador. Antes de que nos diéramos cuenta, había traído bandejas de plástico con hamburguesas, batidos de vainilla y patatas fritas.
Antes de que Grover y Clar comenzasen a comer, decidí platicar con la Gorgona.
-Así que dígame… ¿como es que una mujer tan amable como usted terminó aquí sola vendiendo esculturas? – digo, atrayendo la atención de mis compañeros con mi pregunta incomoda.
-Bueno, verás hace mucho tiempo yo estaba de novia con un hermoso sujeto, pero una malvada mujer de ojos grises tormentosos que envidiaba mi belleza y relación, así que se propuso separarnos. Ella provocó un terrible accidente. Mis hermanas se quedaron conmigo. Compartieron mi mala suerte tanto como pudieron, pero al final tuvieron que dejarme. Solo yo he sobrevivido, pero a qué precio, niños. A qué precio- no me hagas llorar bruja.
-¿envidia? esta contando una versión muy mancillada de lo que paso, eso solo fue lo que tuvo que pagar por eso- dijo Atenea con un tono de odio en su voz por lo dicho por medusa mientras que Poseidón ponía una cara de asco al ori la palabra novios
Ganas no me faltaban para destapar a Riptide y cortarla en trocitos por la bazofia que había largado. Dite me había contado lo que había sucedido realmente. Medusa había robado una poción que inhibía la conciencia de la persona, y lo había utilizado en mi padre. Al cual le dijo que se encontraran en el templo de Tena.
-te dije que tenia razón sobrina, yo nunca me acorde de lo que hacia hasta que tu llegaste, todo fue por culpa de esa bruja que me engaño, yo nunca estuve de acuerdo con lo que hice con ella en tu templo- le dijo el Dios del Mar a Atenea, la cual miro a Afrodita, afirmándole con la cabeza que el estaba en lo correcto, y le hizo un ademan a este diciéndole que después hablarían de eso
-Vaya…lo siento mucho por Esteno y Euríale. Realmente las debes de extrañar mucho no…Medusa- le digo sonrientemente, haciendo que la maldita retroceda unos pasos.
-Có-cómo supiste quién era yo, ¿hijo de Poseidón? – dubitativamente me preguntó, lo cual me hizo sonreír ampliamente ahora.
-YA, ¡CIERREN LOS OJOS! – grité, haciendo que Clar y Grover cerrasen fuertemente los ojos ante lo que iba a pasar. Más vale prevenir que curar a veces.
Antes de sacar a Anaklusmos, recubrí mis ojos con una fina película de agua, refractando así la visión. En términos más simples…era como si tuviese miopía. Lo cual funcionaba perfectamente a mi favor en el caso de que Medusa intentase convertirme en piedra. No funcionaría, pues no la vería claramente como ella lo necesita.
-se nota que es mi hijo, en verdad que sabe como utilizar sus poderes a su favor, y eso estuvo muy bien planeado- halago Poseidón mientras Sally suspiraba de alegría al ver que no le pasaría nada a su hijo
Percibiendo por los contornos borrosos de mi visión, vi que Medusa estaba quitándose el velo, revelando su cabellera de serpientes. A lo que inmediatamente destapé a Riptide y cercené de un solo movimiento su cabeza.
Escuché el sonido de desvanecimiento, viendo con dificultad como la cabeza caía al suelo, rodando a mis pies, con las serpientes realizando movimientos reflejos de querer morder mi calzado.
Con mucho cuidado me arrodillé, envolví la cabeza del monstruo en el paño negro y la recogí. Aún chorreaba un líquido verdoso. Definitivamente iba a llevar conmigo la cabeza de Medusa esta vez. La guardé en un morral que había a unos metros de donde estaba.
-¿la ultima vez no se la quedo?- pregunto Apolo a Grover el cual negó con la cabeza antes de responderle al Dios de la verdad
- el… se las envió a ustedes como un "regalo"- dijo el Sátiro de una manera algo avergonzada mientras algunos se reían, entre ellos el propio Hermes
-que impertinente es el chico, se nota que les tiene poco respeto a algunos de nosotros- dijo Hera, dándole una mirada tanto a Zeus como a Dionisio
-Pueden abrir los ojos- le digo con un tono suave, haciéndoles saber que el peligro ya había pasado.
-¿Estás bien? – me preguntó preocupado el chico cabra.
-Sí, y parece que aparte de comida gratis, hemos ganado un importante trofeo de guerra- les digo con una sonrisa brillante.
-¿Estás seguro que podemos comer esto y no nos hará daño? – me preguntó Clar.
-Creo que no tiene nada, pues lo único que percibí fue algo parecido a un encantamiento mientras Medusa nos hablaba para mantenernos atontados. Así que no, no creo que la comida tenga algo. No te preocupes, si quieres probaré y primero- le digo sonriendo suavemente, haciendo que ella asiente con la cabeza.
Probando un poco de la hamburguesa que nos fue dada, no sentí nada en ella como lo había hecho la vez anterior. Parecía que lo que me había afectado anteriormente estaba completamente ligada a la vida de la maldita. Dándome vuelta, les dije que era seguro comer.
-seguramente un hechizo para inhibirle sus sentidos y tratar de controlarlos para convertirlos en piedra- dijo la Diosa de la Guerra estratégica, dando su análisis de lo que pudo haber sido ese encantamiento en la comida, seguido de una confirmación del propio Grover
Ellos sonrieron tímidamente.
Me puse en pie. Recordando lo que había hallado aquí la vez pasada.
-Ahora vuelvo. No se preocupen, iré a ver si encuentro algo que sea interesante- digo tranquilizándolos.
-Ten cuidado Percy, cualquier cosa grita e iremos rápidamente- me contestó Clarisse, a lo que respondí con una sonrisa.
En el fondo del almacén encontré el despacho de Medusa. Sus libros de contabilidad mostraban sus últimos encargos, todos envíos al inframundo para decorar el jardín de Hades y Perséfone. Con la dirección del inframundo, era Estudios de Grabación El Otro Barrio, West Hollywood, California. Doblé la factura y me la metí en el bolsillo.
- primero que nada, que nadie se atreva a ir a esa dirección a no ser que o sea estrictamente necesario, o sea una misión a la que deban ir al inframundo, y segundo, ya no volveremos a comprarle esculturas a esa mujer ¿oíste cariño?- dijo Hades, haciendo que todos los semidioses le afirmaran con la cabeza fervientemente, y dirigiendo lo ultimo a su esposa Perséfone, la cual estaba totalmente de acuerdo con su marido, para disgusto de Deméter
En la caja registradora encontré veinte dólares, unas cuantas dracmas y unos embalajes de envío rápido del Hermes Nocturno Express. Metí todo cuidadosamente en la mochila, la cual tuve que encantar para que entren más cosas de lo que aparenta su tamaño exterior.
-veo que el chico Percy piensa en todo, no se le escapa ningún detalle, eso esta muy bien- halago Reyna, algo muy raro teniendo en cuenta que Percy es griego, y ella una romana, lo cual sorprendió a todos los semidioses romanos
Regresé a la mesa de picnic y les comenté sobre lo que había hallado. Esperé a que terminasen de comer y nos preparamos para continuar nuestra travesía.
-Vamos, tenemos que seguir, ese rayo no se encontrará solo- les digo burlonamente, tomando la mano de Clarisse y saliendo de la tienda, con Grover liderando el camino.
Esa noche nos sentimos bastante agradecidos. Bueno, al menos ellos, yo por mi parte me sentía tan feliz que por poco empezaba a brillar como un árbol de navidad. Iba tomado de la mano con mi amor, mi mejor amigo nos acompañaba en mi misión, y había logrado sacarme de encima por unos días a la perra de Chase.
-si, son bastantes motivos para estar bastante feliz, aunque yo debería estar allí contigo-dijo Thalia, aunque diciendo lo ultimo en un susurro tan bajo que nadie lo escucho, excepto Grover, el cual sonrió con ganas, debido al visible enamoramiento de la hija del Dios del Cielo con Percy
Acampamos en el bosque, a unos cien metros de la carretera principal, en un claro que los chicos de la zona al parecer utilizaban para sus fiestas. El suelo estaba lleno de latas aplastadas, envoltorios de comida rápida y otros desechos.
Habíamos sacado algo de comida y unas mantas de casa de Medusa, pero no encendimos una hoguera para secar nuestra ropa. En lugar de eso, las sequé con un movimiento de mi mano, a lo me agradecieron fervientemente.
Decidimos dormir por turnos. Yo me ofrecí voluntario para hacer la primera guardia. Clarisse se acurrucó tímidamente sobre mi pecho entre las mantas y empezó a roncar en cuanto sus ojos se cerraron. Solté una risita tenue, ya que ella a pesar de estar dormida, estaba sonrojada por la posición que había tomado y por las caricias que hacía en su pelo para que durmiese.
Y la mencionada hija de Ares se volvió a sonrojar con una pequeña sonrisa de felicidad debido a que sentía esas caricias en su cabello, haciendo que las chicas tengan celos de toda la atención mostrada hacia ella
Grover se recostó contra el tronco de un árbol y observó el cielo nocturno.
-Duerme. Te despertaré si surge algún problema- le sugerí, sabiendo perfectamente por lo que estaba pasando en este momento mientras miraba la naturaleza que le rodeaba.
Asintió, pero siguió con los ojos abiertos.
-Me pone triste, Percy- lo sé mi amigo, pero, aunque hagamos algo, no importa cuánto nos esforcemos, los mortales seguirán contaminando inconscientemente.
-Te entiendo Grover, ver el estado en el que tratan a la naturaleza que los rodea…algún se volverá contra ellos, y no sabrán la razón de ello- le comento.
- Y el cielo. Ni siquiera se pueden ver las estrellas. Han contaminado el cielo. Es una época terrible para ser sátiro- yo también miro el cielo, dejando caer inconscientemente una lágrima al darme cuenta que La Cazadora no se encuentra allí, que aún está viva y me encargaré de que eso continúe así.
-¿La Cazadora?- le pregunto Artemisa a Grover el cual, junto con Thalia, le dieron una mirada de tristeza a Zoe, la cual junto a la misma diosa entendieron, esto hizo que la misma Zoe apretara los puños al saber de su futura muerte
-Tan solo podemos tener esperanza de que unos pequeños actos demuestren a los demás el ejemplo que deben seguir- le digo, brindándole un poco de esperanza.
-Al ritmo que van las cosas, jamás encontraré a Pan-
-Si lo harás Grover, recuerda mis palabras. Lo hallarás y yo te ayudaré en ello- le comento, haciéndole sonreír un poco.
Una brisa extraña atravesó el claro, anulando temporalmente el olor de basura y porquería. Trajo el aroma de bayas, flores silvestres y agua de lluvia limpia, cosas que en algún momento hubo en aquellos bosques. De repente, sentí nostalgia. Pan nos había escuchado y nos daba su agradecimiento.
Justo en ese momento, ese mismo aroma descrito en el libro, soplo sobre el lugar donde ellos estaban haciendo que cerraran los ojos para poder disfrutar de un olor y una brisa tan natural que ninguno de los semidioses sintió antes, y haciendo que los dioses sintieran nostalgia por ese tiempo en donde todo eran praderas y con mas vida natural que en la actualidad
Grover miró el cielo nocturno, como meditando en nuestros problemas.
-¿Qué tal si yo hago el primer turno? Duerme un poco- me dijo Grover como la primera vez.
Quería protestar nuevamente, pero sabía que, si esforzaba a mi cuerpo, este iba a reaccionar de la peor manera. Y yo no quería preocupar a Clar con mi enfermedad. Grover comenzó a tocar Mozart, muy suavemente, y me di la vuelta. Los ojos me escocían. A los pocos compases del Concierto para piano n.° 12, me quedé dormido.
En mis sueños, me encontré en una oscura caverna frente a un foso insondable. Los fantasmas advirtiéndome que no debía acercarme al borde del abismo.
- al menos en ese tiempo lo ayudo, le doy un aviso a través de sus sueños, se nota que al menos me cae algo bien, aunque ahora me cae bastante mejor, aunque tendré que hablar con el sobre el tema de mis dos hijas con el, una laaaarga charla- dijo Hades con una pequeña sonrisa macabra en su rostro, haciendo que tanto Hazel, como Bianca le exijan que no lo haga, o que al menos si lo va a hacer, no sea brusco, haciendo que el acceda a no sobrepasarse con Percy
Caminando tranquilamente, hice caso omiso de ellos, dándoles una sonrisa tranquilizadora, a lo que ellos me miraron sorprendidos, comprendiendo que no tenían nada de qué preocuparse.
Miré hacia abajo en el foso, esperando a que mi querido y amable abuelo me dé su charla amistosa.
-El pequeño héroe. Demasiado débil, demasiado joven, pero puede que sirvas- comentaba haciéndose el misterioso Kronos.
-Te han engañado, chico. Haz un trato conmigo. Yo te daré lo que quieres- ohhhh, ¿me darás la cabeza de Castellan y Chase en bandeja de plata? No, no…mucho mejor dame pedazos de sus cuerpos en pedazos, y yo adivinaré a quien pertenece cada parte.
-hermano, Percy puede ser macabro cuando quiere, cuando estemos frente a el será mejor no hacerlo enojar-le dijo Travis a su hermano
-tienes razón hermano, al menos para salvaguardar nuestra integridad física, y no salir perjudicados- respondió Connor haciendo que varios de los campistas griegos sonrían, mientras que Sally solo suspiraba por la actitud de su hijo enfrente de las personas que lo traicionaron y le hicieron mal
Se formaba una imagen sobre el abismo: mi madre, congelada en el momento en que se había disuelto en aquel resplandor dorado. Tenía el rostro desencajado por el dolor, como si el Minotauro siguiera retorciéndole el cuello. Me miraba fijamente y sus ojos suplicaban «¡Márchate!».
Yo la miré tranquilamente, sabiendo que en estos momentos mi madre estaba cuchicheando con Perséfone sobre Hades.
las mencionadas abrieron ligeramente los ojos, luego se miraron y soltaron una risita a costa del Dios del Inframundo el cual suspiro con una sonrisa, al menos su esposa se alegraba de tener a alguien con quien conversar aparte de el y sus sirvientes durante esos tiempos que pasaba con el
Una risotada fría sacudía el abismo. Una fuerza invisible me quería empujar, pretendía arrastrarme hacia el abismo. Me mantuve firme.
-Ayúdame a salir, chico. Tráeme el rayo. ¡Juégasela a esos traicioneros dioses! – ya cansado de escuchar las incoherencias de mi queridísimo abuelo, decidí tirar un escupitajo al foso, poniendo toda la esperanza posible de que le dé.
Luego de eso, llegué a la conclusión de que había dormido lo suficiente y tenía que despertarme.
Abrí los ojos y era de día. Bajé la vista a mi pecho y vi una imagen que alegró completamente mi mañana.
Me había olvidado que Clar, en su sueño, me abraza como si fuese su peluche personal, inmovilizando mis brazos. Parece que el viaje en el tiempo no cambio eso. Ni tampoco el hecho de que tiene el sueño pesado.
Esto hizo sonrojar a clarisse, de nuevo, y afrodita le mando una mirada cómplice lo cual hizo que ella volteara su mirada al piso de manera vergonzosa, para molestia de su padre, el cual todavía no estaba convencido de que el chico se mereciera a su hija
Viendo que Grover lo más seguro es que está con ese caniche extraño, aprovecho la ocasión que se me presentó.
Oliendo el aroma a castañas del pelo de Clar, acerco mi cara lentamente a donde está su oreja derecha. Soplando suavemente, haciéndola estremecerse, lo que hace que me apriete más fuerte. Viendo la cara que había puesto, con un ceño fruncido, me dedico a depositar besos como caricias en él, teniendo como propósito, hacerlo desaparecer. Luego de unos minutos de este tratamiento, me vuelvo a su oído, y empiezo a mordisquear suave y lentamente, ganándome unos gemidos como susurros de mi amor, la cual empezaba a mover sus piernas, frotándose entre sí. Lo que provocó que yo mordiese con más ganas, haciendo que lance un sonoro gemido sensual lo que la hizo despertar y mirarme fijamente a los ojos.
Si antes clarisse estaba roja, esto hizo que dejara a las manzanas y a los tomates totalmente blancos, estaba tan avergonzada que se tapo la cara con sus manos para que no miraran lo avergonzada que estaba, lo cual hizo que la Diosa del Amor se carcajeara un buen rato a costa de ella, ya pasados unos minutos clarisse ya estaba un poco mejor y pudieron continuar con la lectura
-Buen día preciosa, espero que haya sido de utilidad como peluche- le digo con una sonrisa juguetona.
-Bu-buenos días Percy- me dijo tímidamente, sonrojándose locamente ante la situación que nos encontramos.
-Podrías liberar mis brazos, creo que los tengo adormecidos. A menos claro…que continúe con el tratamiento que estaba dándole a tu oreja- le susurro esto último al oído.
Inmediatamente me soltó, lo que me provocó un puchero, el cual ella vio y se río ante mis acciones. Sorprendentemente ella me dio un beso en los labios y me dijo suavemente en la oreja.
-La próxima vez…seré yo quien te despierte de un modo extraño- guiñándome un ojo y levantándose, estirando su cuerpo sensualmente como un gato, regalándome un show gratuito para mí solo. Sin mi saber, me sonrojé a los cambios de roles que hubo. Era la misma forma de actuar que tenía ella en mi tiempo cuando estábamos en la intimidad.
Esto hizo sonreír de orgullo a la semidiosa guerrera ya que pudo voltear la situación a su favor para poder ponerlo nervioso, ya al menos sabia como hacerlo, y seguramente cuando lo conociera lo haría sin dudarlo
Al cabo de unos minutos Grover había vuelto con un amigo.
Tenía algo peludo en el regazo, un animal disecado, sucio y de un rosa artificial. No, no se trataba de un animal disecado. Era un caniche rosa.
El chucho me ladró, cauteloso. A lo que le dirigí una mirada que indicaba quien era el que mandaba aquí. Inmediatamente se calló.
-Percy, éste es Gladiolus. Gladiolus, Percy- nos presentó Grover.
Yo tan solo moví mi cabeza en un movimiento que se entendería como un saludo.
Miré a Clarisse, convencido de que empezaría a reírme ante cómo reaccionaría ella.
-No voy a decirle hola a un caniche rosa. Olvídalo Grover- dijo seriamente. Tuve que morderme la lengua, aguantándome una risotada.
Esto hizo que la mayoría lanzara una risotada por lo surrealista de la situación, ya que, ¿Quién le diría "hola" a un caniche rosa? de que las hijas de Afrodita junto con Afrodita misma (menos Piper) chillaran de la emoción por el caniche, lo cual hizo que la lectura se detuviera para que Apolo pudiera revisar si ninguno hubiera quedado sordo con semejante grito en conjunto, y ya después de que todos estuvieran revisados, y que nadie hubiera quedado sordo se pudo continuar con la lectura
-Clar. Yo le he dicho hola al caniche. Tú le dices hola al caniche- le dije con un tono lúdico.
El caniche le gruñó. Clar le devolvió el gruñido y fue un acuerdo mutuo de ambos. Unos segundos más, y Clarisse hubiese tenido unas pantuflas nuevas de color rosa.
Grover me explicó que había encontrado a Gladiolus en los bosques y habían iniciado una conversación. El caniche se había fugado de una rica familia local, que ofrecía una recompensa de doscientos dólares a quien lo devolviera. No tenía muchas ganas de volver con su familia, pero estaba dispuesto a hacerlo para ayudar a Grover.
Señaló colina abajo, hacia unas vías de tren que no había visto por la noche en la oscuridad.
-Hay una estación de trenes Amtrak a ochocientos metros. Según Gladiolus, el que va al oeste sale a mediodía-
Bien, creo que esta vez, Equidna y su "hijito" se llevarán una pequeña sorpresa que los dejará de piedra.
- ohhh maldición, ¿que tantos peligros pasaron en esa misión?-pregunto Poseidón de mala manera a Grover el cual se encoge un poco en su asiento por la manera en la que le hablo el Dios
-pu-pues la verdad, no son tantos peligros como usted cree señor, ya no quedan tantos peligros por pasar, aunque los que quedan son algo mas difíciles-le dijo Grover en un tartamudeo, haciendo que el propio Poseidón suspire de mala manera
- bueno, descansaremos una hora, antes de seguir con la lectura del libro, ya pueden levantarse- dijo Hestia, y al terminar de decir eso la mayoría de los chicos fueron a hablar con sus padres o a hablar entre ellos comentado las cosas que se han leído en el libro pasando el tiempo como lo pasaría una gigantesca familia, haciendo que Hestia sonriera como nunca lo había hecho
buenos compañeros, aquí tienen el nuevo capitulo, como ya les habré dicho en las notas iníciales, ya falta poco para que inicie la universidad, y mi tiempo para escribir se reducirá de manera exponencial dejándome nada mas los fin de semanas libres, pero aun así tratare de escribir para ustedes aunque tratare de escribir estos días para aprovechar este tiempo libre que me queda al máximo, asi que sin mas que decir, me despido atte: Red
