Chicos y chicas, en serio perdón por toda la demora, comencé clases a finales de febrero aparte de que ha habido problemas con la electricidad en todo el país, pero sin más que decir los veo en las notas finales

Capitulo 7: encuentro con Ares y llegada al Casino Loto

Estando todo el lugar algo silencioso de parte de los griegos, y murmullos un poco confusos de parte de los romanos, Zoe se levanto de su asiento, agarro el libro de las manos de Hestia, y se regreso a sentar para continuar con la lectura, bajo la confundida e inquietante mirada de Artemisa, ya que siendo su líder, y una diosa virgen, esta encontrando algo extraña su actitud en lo referente al chico en el que esta basado el libro, pero apartando esos pensamientos, se concentro en la lectura que Zoe ya había iniciado

Capítulo 7: Lotus Flower

Llegamos en la tarde a Denver con siete días para finalizar la misión. A pesar de haber comido en la parte de restaurante, aún tenía hambre, necesitaba tener una comida tranquila, sin el pensamiento de que debo mirar mi espalda a cada segundo. Sin contar el hecho que ninguno de los tres había tomado una ducha desde el momento que salimos al campamento mestizo.

-si, es bastante molesto el no poder ducharte durante algunos días, o si consigues hacerlo, es de manera incomoda- dijo uno de los hijos de ares, siendo respaldado de buena por la gran mayoría del campamento Mestizo, y una parte del campamento Júpiter

Estaba prácticamente rogándole a Caos de que nos encontrásemos rápidamente con Ares para que vayamos a Waterland a buscar su dichoso escudo y aprovechar las duchas que tenían.

Esto causo que todos miraran al mencionado dios de la guerra preguntándose el porque mandarlos a ellos a hacer eso, aunque el único que tenia una respuesta, es Grover el cual sonreía un poco recordando como fue todo lo que paso, y preguntándose como seria todo ahora

-Deberíamos llamar a Quirón y hablarle sobre tu encuentro con la náyade- dijo G-man haciéndome recordar que Chase hizo lo mismo, pero solo con la intención de que hable justamente con el idiota de Castellan.

-un idiota, con todas las características amplificadas por 10- dijo artemisa con una mueca entre odio y asco mirando a Luke, el cual seguía atado junto a Annabeth, siendo también victima de la mirada de la Diosa virgen de la Caza

-Lo haremos mediante los llamados "Mensajes Iris", ¿no? Eso fue lo que aprendí de los hijos de la cabina de Apolo- comento con mi mejor cara de inocente, la cual haría orgulloso a Hermes y a Apolo.

-Sí, debemos de buscar un lugar que nos brinde agua para ello- me respondió Clar, tomándome de la mano y empezando a marcar el rumbo.

Caminamos sin rumbo por el centro durante una media hora, hasta que al final encontramos un lavacoches con mangueras vacío. Nos metimos en la cabina más alejada de la calle, con los ojos bien abiertos por si aparecían coches de policía, a pesar de que sabía perfectamente que ningún patrullero aparecería, excepto por aquel ruidoso coche con música a todo volumen.

-Necesitas de dracmas para poder iniciar una llamada, ¿cierto? – pregunté lo más ignorante posible mientras Grover agarraba una manguera.

-Así es, ¿alguno de ustedes tiene en sus bolsillos? – preguntó mirándonos, mientras estiraba una mano.

Con un poco de cuidado, rebusqué en mis bolsillos, a la espera de encontrar una de esas dichosas monedas. Veamos…un iPod, Riptide, unos trozos de ambrosía que saque durante el viaje de mi mochila, unas migajas de un sándwich, y…ajá! ¡Unos dracmas!

-el chico debería tener un poco mas organizados sus bolsillos, se nota que están vueltos un asco-menciono Deméter arrugando un poco la nariz al escuchar las cantidad de cosas que tenia Percy en sus bolsillos

Metió las monedas y puso el selector en la posición "LLUVIA FINA". Viendo como G-man, decidió que no podía mantener la constante presión de la manguera y arrojar la dracma para la llamada, dándole la moneda a Clar.

Grover apuntó el pitorro al aire y el agua salió en una fina lluvia blanca. A lo que me tuve que contener la risa, pues veía la cara de concentración que llevaba, cuando fácilmente con un mero pensamiento podía ordenar a la humedad en el aire para que forme un arco iris con la luz del sol.

Clarisse levantó la moneda por encima de su cabeza. Alzando un poco la camiseta que llevaba, dejando ver su estómago, haciendo que tenga que controlarme para no saltarle encima y empezar a besarle suavemente…estúpidas hormonas de este estúpido cuerpo adolescente.

Todos soltaron algunas risas al ver como se fijaba en el cuerpo de clarisse en el momento más inoportuno mientras que clarisse se sonrojaba y ponía una pequeña sonrisa de orgullo, mientras que Artemisa, Zoe (que estaba leyendo el libro) y las demás cazadoras fruncían el ceño, mientras que la Diosa y su Teniente le enviaban una mirada furiosa a la chica, mientras que Ares murmuraba cosas en contra del chico por mirar de esa forma a su hija

-Oh Iris, diosa del arcoíris, acepta nuestra ofrenda por favor y comunícanos a la Colina Mestiza- le pidió con un tono suave, lanzando el dracma dentro del medio de comunicación.

Por un instante, no ocurrió nada. Y yo estaba tentado a empezar a realizar un bailecito de felicidad por no tener que verles la cara a los traidores, pero obviamente no pude hacerlo ya que empezó a sintonizar una imagen del Campamento. Mostrándome los campos de fresas, y el canal de Long Island Sound en la distancia.

Todos los semidioses griegos sonrieron con nostalgia al escuchar la descripción de su campamento, mientras que los romanos tomaban nota mental de los datos de ese campamento para compararlo con el suyo, y tratar de implementar las cosas que les parecieran interesantes

De pie, dándonos la espalda, estaba el bastardo poseído, simulando tener una pose dramática para nuestra llamada. En momentos como este me dan ganas de gritar de frustración por no poder descuartizarlo lentamente, ya que lo necesito para reunirme con mis esposas. Juro que cuando termine esta condenada búsqueda me tomaré todas las aspirinas que encuentre en la enfermería.

-que nivel de repulsión les tiene el chico, aunque no sorprende al saber lo que hicieron en su línea de tiempo, y no lo culpo, yo también les trataría igual-les dijo Hefestos a Luke y Annabeth, con una mirada dura y fría, siendo secundado por todos los semidioses menos octavian que se había quedado callado(N/A: octavian es un idiota en la totalidad de la palabra, pero es increíblemente bueno hablando, se le tiene que reconocer que tiene bastante carisma)

-Luke! - lo llamé, simulando la mayor cantidad de alegría que podía reunir en un momento como este.

Se volvió, haciéndose el sorprendido. Eres la vergüenza más grande para la cabina de Hermes, ni una actuación puedes hacer sin delatarte, pedazo de idiota.

-Percy! Y ésa es Clarisse? ¡Alabados sean los dioses! Eh, chicos, ¿están bien? – awwww…la pequeña perra se preocupa por nuestro bienestar, pero que corazón más generoso posee su alma pura e inmaculada.

-Puedes pasarnos con Quirón- le corté por lo sano, no pretendía verle la inmunda cara por mucho tiempo.

-viendo que quiere hacerte perder el tiempo, lo comprendo perfectamente- comento Zoe en un murmullo, que se escucho bastante bien ya que todos estaban en silencio, mientras que algunos la miraron con sospecha ya que ella nunca estaba de acuerdo con un hombre ni con nadie del sexo opuesto

-Está abajo en las cabañas. Estamos teniendo algunos problemas con los campistas. Escuchen, ¿va todo bien? Le ha pasado algo a Grover? – preguntó, simulando preocupación, lo cual hizo que me dieran ganas de ahorcarlo lentamente mientras metía un palo en su culo.

-¡Estoy aquí! ¿Qué clase de problemas? - exclamó Grover, apartando el pitorro y entrando en el campo de visión de Castellan.

Y justo como en la línea temporal anterior, un enorme Lincoln Continental se metió en el lavacoches con la radio emitiendo hip hop a lo que más daba. Cuando el coche entró en la cabina de al lado, el bajo vibró tanto que hizo temblar el suelo. Y como si no fuera poco, era tan fuerte que de alguna manera hacia vibrar mis pulmones, haciendo que tenga que aguantarme las ganas de mostrar una mueca de dolor.

-Quirón tenía que… ¿Qué es ese ruido?– en serio Castellan, ¿qué demonios crees que es ese ruido? ¿Acaso piensas que tengo mi propia banda tocando afuera de este lugar?

-JA la impertinencia del chico es bastante graciosa, en verdad se nota que le enseñe bien- dijo Hermes soltando una pequeña carcajada que relajo un poco el ambiente del lugar

Viendo de reojo a Clar, me doy cuenta su cara se estaba tornando un tanto cabreada, haciéndome que retroceda inconscientemente un poco. Había visto esa cara las suficientes veces como para ya generar un acto reflejo. Me apiado de los pobres diablos que van en ese auto, pues ella ya se hizo de su lanza.

-ohhhh JAJAJAJAJAJA algo de acción, ¡que bien!- exclamo ares junto con todos sus hijos griegos y la gran mayoría de sus hijos romanos, mientras que los menos adeptos para las luchas (véase Afrodita y sus hijas, tanto griegas como romanas) lo vieron con malos ojos

-Ven Grover! ¡Démosles a esos cabronazos una lección por hacer tanto bullicio! – grito Clar, agarrando del brazo a mi pobre amigo mitad cabra.

-¿Qué? Pero…- debo admitir que la cara de Grover era para un portarretratos.

-Percy! Toma la manguera- me ordenó, a lo que respondí con un saludo militar, haciendo que esboce una sonrisa tierna.

Grover murmuró algo sobre que las chicas eran más difíciles de entender que el oráculo de Delfos…amigo, tu solo tienes que aguantar a Juniper. En cambio yo tengo a catorce mujeres…y ¡una de ellas es el oráculo!

Tomé la manguera y ajusté el pitorro para mantener el arco iris y seguir viendo al idiota.

-¡Quirón ha tenido que detener una pelea! Las cosas están muy tensas aquí, Percy. Se ha corrido la voz de la disputa entre Zeus y Poseidón. Aún no sabemos cómo; probablemente el mismo desgraciado que invocó al perro del infierno. Ahora los campistas están empezando a tomar partido. Se están organizando otra vez como en la guerra de Troya. Afrodita, Ares y Apolo apoyan a Poseidón, más o menos. Atenea está con Zeus-me aulló, haciéndome gruñir por su tono de voz aflautada.

Los dioses se tensaron un poco al ver las distribuciones de las cabañas, estando prácticamente iguales a cuando ellos se alinearon el la Guerra de Troya, cosa que hizo sonreír un poco a poseidon ya que tenia mas apoyo que el propio Zeus

El volumen de la música descendió bruscamente, lo que me hizo sonreír maniacamente por dentro, imaginándome las amenazas que mi Clar les debe de haber hecho a esos tipos.

-¿Y en qué situación estás? Quirón sentirá no haber podido hablar contigo- claro…porque tú ni siquiera le contaras de esta llamada maldito hijo de puta. Espero que Kronos te viole repetidamente en tus sueños, idiota.

Me decidí por inventar alguna excusa, ya no aguantaba verlo, y tampoco pensaba contarle todo como lo hice la primera vez.

-Tú sabes, un monstruo por aquí, otro monstruo por allá. Pero veamos el lado bueno, no he perdido a nadie en mi búsqueda- dije, regocijándome por la cara que puso ante mi última frase.

-ufffff que golpe tan bajo-dijo Reyna, teniendo todo el apoyo por parte de su hermana Hylla y todo el campamento Romano, junto con gran parte del Campamento Griego

-Oye, ¿estás usando las zapatillas voladoras? Me sentiré mejor si sé que te sirven de algo- ¿cómo mandarme por el agujero al Tártaro?

Al haber hecho mención del Tártaro, Sally se cubrió su cara con miedo mientras poseidon y todos los que conocían a Percy palidecían un poco debido al terror que les enfundaba ese nombre, mientras que tanto Artemisa, Atenea y Hades seguían pensando en quien de ellos le habría puesto ese hechizo en especifico a las zapatillas

-Me han venido muy bien. Son bastante útiles para eludir los ataques de los monstruos- mentí tranquilamente con cara de palo, cosa que se creyó completamente, reafirmando así mi teoría de que es el peor hijo de Hermes en toda la historia.

-¿En serio? ¿Te van bien? – preguntó sonriendo estúpidamente.

El agua se terminó. La lluvia fina empezó a evaporarse. Me daban ganas de gritar jubilosamente. A lo que me propuse aprovechar para una última frase.

-Oye Luke! Tienes algo en la cara- le dije, indicándole con un dedo por alrededor de su nariz.

-¿Qué? Qué teng…-

Pero la lluvia había desaparecido y la imagen de Castellan se desvaneció por completo.

-Estupidez…lástima que nunca puedas quitártela de tu rostro- dije riéndome fuertemente, llamando la atención de mis compañeros de viaje que volvían de su incursión con los sujetos del automóvil.

-oye hermana, en verdad el chico es bastante implacable con sus enemigos, y bastante amable con sus amigos, el chico impresiona-le dijo Hylla a su hermana, la cual estaba de acuerdo de forma algo cohibida, porque su hermana no había mostrado tanto interés en los hombres hasta ahora; mientras que tanto Zoe como Artemisa están impresionadas(aunque no lo dirán a la luz publica… por el momento) del desempeño de Percy, mas todavía creen que hará lo mismo que todos los hombres le han hecho a las miembros de su grupo

-¿Qué sucede Percy? ¿Acaso pasó algo? – preguntó con una ceja levantada Clar, dándome una mano para levantarme de donde estaba sentado.

-No Clar, nada que tengas que preocuparte. Ahora vamos a buscar algo de cenar- respondo, sin soltar su mano y empezar a marchar hacia el local de comidas para encontrarnos con su padre.

Unos minutos más tarde estábamos sentados en el reservado de un comedor de cromo brillante, rodeados por un montón de familias que zampaban hamburguesas y bebían refrescos.

-ohhh recuerdo ese lugar, y no son recuerdos bonitos precisamente-dijo Grover tapándose la cara con las dos manos debido a la vergüenza, mientras todos lo miran con las cejas levantadas preguntándose que pudo haber pasado para que el reaccionara así

Al final vino la camarera. Arqueó una ceja con aire escéptico e inquirió:

-¿Y bien?

-Bueno… queremos pedir una cena- le pedí lo más educadamente posible.

-¿Tienen dinero para pagar, niños? – tengo lo suficiente como para comprar toda la maldita comida de este maldito lugar…si es que aceptan monedas de oro, por supuesto.

-¡PERCY JACKSON! yo no te eduque para que tengas esa actitud, te tendré que lavar la boca con jabón-exclamo Sally de manera enojada, mientras las chicas reían al ver lo que le espera a su objetivo amoroso, mientras que tanto Artemisa como Zoe sonrieron, Sally hubiera sido una muy buena cazadora

Estaba a punto de responderle que podía meterse su actitud de princesa en el trasero cuando un rugido sacudió el edificio. Ares había llegado en lo que él llama una motocicleta, pero yo sigo diciendo que es un mini elefante motorizado.

ya para este punto todos miraron a Ares, preguntándose el porque él apareció allí, aparte de que tanto Atenea como todos sus hijos lo miraron de manera sospechosa entrecerrando los ojos tratando de averiguar porque motivo Él Dios de la Guerra visitaría a ellos, mientras que el mencionado dios al notar sus miradas se encoge de hombros

-oigan ya dejen de mirarme, ni yo se porque aparecí allí, algún motivo tendré-dijo Ares ya hastiado de las miradas fijas en el

Al entrar en el restaurante, Ares produjo una corriente de aire cálido y seco. Los comensales se levantaron como hipnotizados, pero él hizo un gesto con la mano y todos volvieron a sentarse.

Regresaron a sus conversaciones. La camarera parpadeó, como si alguien acabara de apretarle el botón de rebobinado. A lo que sabía perfectamente lo que nos iba a preguntar de nuevo, para mi desgracia.

-Tenéis dinero para pagar, ¿niños?– repitió groseramente la empleada que actuaba como una perra.

-Ponlo en mi cuenta- comentó Ares, sentándose al lado de Grover…lo siento G-man, pero solo yo me siento al lado de mi antigua-futura esposa.

-¿Aún sigues aquí? – sep, el mismo Ares que conocí en la línea anterior. Grosero y creído.

La muchacha se puso rígida, se volvió como un autómata y regresó a la cocina. Claro, al sujeto con cara de secuestrador serial le hace caso, pero al adolescente con mucho dinero en sus bolsillos ni le toma el pedido.

Hera suspira mientras se pone una mano sobre el puente de la nariz mientras que Artemisa gira los ojos exasperada a la vez que tanto Apolo como Hermes se aguantan las ganas de reír, debido a que Ares no disimula su influencia en los humanos

Ares me miraba fijamente, yo sabía perfectamente porque lo hacía. Primero porque estaba tomado de la mano con su hija, aunque él no lo admita, es un padre bastante sobre protector. Y segundo porque estaba intentando hacerme enfadar con su aura, lástima que eso ya no funciona conmigo. Cosas tan banales como sus intenciones no me alteran.

-bueno, es bastante maduro si el aura de este idiota no lo afecta, eso denota un buen entrenamiento mental-dijo Artemisa algo impresionada de eso, debido a que son muy pocos semidioses que logran soportar el aura de Ares, el cual la miro de mala manera al haberlo llamado de ese modo

Le regalo una sonrisa orgullosa, haciendo que me mire con los ojos abiertos.

-Así que tú eres el crío del viejo Alga, eh? – en serio primo, das asco para abrir una conversación casual.

-Así que tú eres el niñato del viejo cabeza de aire, eh? – replico, manteniendo mi sonrisa, escuchando a Grover que le falta el oxígeno y a Clar riéndose detrás de su mano suelta.

Para sorpresa de todos hades empieza a reírse a carcajadas por los apodos de sus hermanos los cuales le miran de mala manera, pero el Dios de los Muertos seguía riéndose a viva voz durante unos largos minutos, mientras que los romanos ven que el dios del inframundo no es el dios estricto que ellos pensaban que era

-ohhh por Caos, creo que nunca me había reído así en mi vida, ohh que gracioso-dijo Hades limpiándose una lagrima que le había salido por tanto reír, a la vez que sus hermanos lo miraron mal de nuevo

-Percy, éste es…- comenzó a decir Clarisse, solo para ser detenida por su padre.

-No pasa nada. No está mal una pizca de carácter. Siempre y cuando te acuerdes de quién es el jefe. Sabes quién soy, ¿primito? – Mmh…no estoy seguro, eres ¿Dionisio?

Ya para este punto los que estaban llorando de la risa eran Apolo y Hermes, mientras que el mencionado Dionisio miraba al libro como si quisiera vaporizarlo solo por hacer esa comparación, ya cuando los dos dioses se calmaron es que se pudo seguir con la lectura

-Eres el padre de la hermosa señorita que está sentada a mi lado. Ares, el dios de la guerra- le respondo gratamente, ya que es mejor empezar con el pie derecho con mi futuro suegro.

-Has acertado, pringado. He oído que te llevas bien con Clarisse- ¿"bien"? ¡Por el amor de Caos! Me estoy aguantando las ganas de tomarla en este momento y besarla delante de tu cara.

-Ella es una mujer muy linda, tanto por fuera como por dentro. Debo decir que ella es perfecta- declaro, haciendo sonrojar cómicamente a Clar, mientras que Ares me mira con mayor detenimiento.

-Cuidado con como la tratas niño, no querrás terminar en el inframundo. Pero no he venido exactamente para advertirme sobre tu comportamiento con mi hija, ¿sabes? He venido para… He oído que estabas en la ciudad y tengo una proposición que hacerte- y aquí vamos de nuevo en la búsqueda de su cochino escudo, al menos esta vez podré recuperar la bufanda de Dite para poder entregársela personalmente, y empezar así una nueva relación, haciendo que deje al idiota belicista de Ares.

Cuando dijo lo ultimo Afrodite se sonrojo furiosamente al ver que alguien se preocupa por ella que agacho la mirada al suelo con una pequeña sonrisa de felicidad, lo cual hacia que todos y cuando digo todos es TODOS los presentes la miraran con los ojos abiertos por su tan inesperada reacción que sorprendió de una manera que nadie sabia que lo haría, mientras que ares estaba hirviendo de la rabia al ver que le quitarían su pareja de relaciones fortuitas

En serio, Clar es la viva imagen de su madre, si no fuese por el hecho de que es griega, hubiese dicho que es una amazona o una hija de Bellona. Es hermosa, inteligente y mortal, no como su padre que es idiota que se dirige a una pelea sin dudar. Es más, tiene más parecido con Tena que con su padre.

Esto hizo que la susodicha Tena mirara a Clarisse y después pusiera sus ojos en Ares, haciendo eso por unos momentos en verdad vio la razón que hay detrás de lo dicho en el libro, Clarisse tiene más parecido con ella que con su propio padre

La camarera regresó con bandejas repletas de comida: hamburguesas con queso, patatas fritas, aros de cebolla y batidos de chocolate. A lo que procedí a retirar unos dólares para pagar, antes de que Mister Señor de la Guerra saque sus monedas de oro y quiera darle un infarto a la pobre mujer.

-Gracias por la comida señorita- le digo con un tono neutro, dándole una mirada seria a Ares, el cual estaba por sacar sus dracmas.

Para este punto incluso poseidon y hades miraron a Ares como si fuera un tonto al tratar de utilizar Dracmas para pagarle a la camarera

La camarera tomó el dinero y se marchó sin rechistar. Uff…pude evitar una escena esta vez.

-¿Qué favor puedo hacerle yo, un mero semidiós, a un dios olímpico como usted? – le pregunté con un tono burlón, mientras disfrutaba de mi comida.

-Algo que un dios no tiene tiempo de hacer. No es demasiado. Me dejé el escudo en un parque acuático abandonado aquí en la ciudad. Tenía cita con mi novia, pero nos interrumpieron. En la confusión me dejé el escudo. Así que quiero que vayas por él- aprovecha los últimos momentos con mi Dite, porque ya no será tuya. No es un juguete para que la uses y luego la deseches. Solo para repetir el mismo ciclo interminables veces, por un capricho tuyo.

Esto hizo que el sonrojo de afrodita se intensificara mas si fuera eso posible, mientras que Artemisa, su teniente Zoe y las demás cazadoras abren los ojos de la sorpresa al ver que un hombre defiende con fervor a una mujer, y gran parte de esa sorpresa es que esa mujer defendida sea Afrodita, los cual hace que le den el beneficio de la duda a nuestro querido protagonista

-¿Por qué no vas tú? – pregunté como la primera vez, haciendo que se enoje, lo que me producía diversión.

-También podrías preguntarme por qué no te convierto en una ardilla y te atropello con la Harley. La respuesta sería la misma: porque de momento no me apetece. Un dios te está dando la oportunidad de demostrar qué sabes hacer, Percy Jackson. ¿Vas a quedar como un cobarde? O a lo mejor es que sólo peleas bajo el agua, para que papaíto te proteja- se inclinó hacia mí, a lo que respondí nuevamente con una sonrisa tranquila.

-Mira a donde están tus pelotas- respondo con un tono de voz divertido, pues apuntando directamente a sus testículos había dos cuchillos de hielo hechos a partir de la humedad en el aire.

-Qu-qué? ¿Cómo? – preguntó sorprendido, mientras Grover y Clar me miraban con caras de asombro.

-Tan solo te diré que están ahí desde el momento en que te sentaste. Pues no sabía en un principio quien eras- respondo mientras bebo mi batido.

-rayos ares, te puso en jaque bastante rápido JAJAJAJAJAJAJA-se burlo Hermes haciendo que Ares se vuelva a enfurecer de que un chiquillo lo haya agarrado desprevenido

Los fieros ojos de Ares me quisieron hacer ver cosas como la primera vez que nos encontramos. Excepto que esta vez, lo único que podían revelar mis ojos, era el reflejo de una persona que estaba siendo controlada por un deseo tan egoísta como estúpido.

-Lo sé todo sobre tu misión, pringado. Cuando ese objeto mortífero fue robado, Zeus envió a los mejores a buscarlo: Apolo, Atenea, Artemisa y yo, naturalmente. Ahora bien, si yo no percibí ni un tufillo de un arma tan poderosa…pues entonces tú no tienes ninguna posibilidad. Aun así, estoy intentando concederte el beneficio de la duda. Pero tu padre y yo nos conocemos desde hace tiempo. Después de todo, yo soy el que le transmitió las sospechas acerca del viejo Aliento de Muerto- y de nuevo el muy idiota confesó todo su plan "malévolo"…bastante cliché si me permito decir.

Por lo ultimo dicho, todos miraron a Ares, el cual sudaba de manera profusa buscando alguna manera de librarse de esto debido a que tanto Zeus como Poseidon y Hades lo estaban mirando con los ojos entrecerrados y liberando parte de su aura intimidando a los Romanos y a los mas pequeños de los griegos, y haciendo que el Dios casi moje sus pantalones de la presión

-¿Tú le dijiste que Hades robó el rayo? – repito nuevamente en mi vida, sabiendo perfectamente lo que me iba a contestar.

-Claro. Culpar a alguien de algo para empezar una guerra es el truco más viejo del mundo. En cierto sentido, tienes que agradecerme tu patética misión- oh Caos, dame fuerzas para no abofetear al infeliz que tengo delante de mí.

-Generaste una posible guerra, solo para darme una misión. Vaya…gracias por ser tan generoso- digo con todo el sarcasmo posible, que hasta un niño de tres años se hubiese dado cuenta.

-Eh, ya ves que soy un tío generoso. Tú hazme ese trabajito, y yo te ayudaré en el tuyo. Les prepararé el resto del viaje- no debo golpearte, no debo golpearte, no debo golpearte.

-eres en verdad un idiota ares, se que te gustan las guerras, pero comenzar una en tu propia familia es bajo, incluso para ti-dijo Hefestos suspirando por el comportamiento de su hermano, el cual desvió la mirada

-Estamos bastante bien por nuestra cuenta padre- escucho decir a Clar mientras recitaba mi nuevo mantra en mi cabeza.

-Sí, seguro. Sin dinero. Sin coche. Sin ninguna idea de a qué se enfrentan. Ayúdame y quizá le cuente algo que necesita saber. Algo sobre su madre- dijo mientras me señalaba con un dedo, pues parece que no se enseñaron que es de mala educación hacer eso.

-¿Mi madre? – replico usando mi mejor voz de asombro y preocupación.

Sonrió. Creyendo que él tenía la sartén por el mango. Es una lástima que dentro de unos días no pueda tener la misma opinión. Creo que le mostraré un pequeño truco que Hermes utilizó antes de sucumbir ante las fuerzas combinadas de Gaea y Tártaro.

Al oír esto Hermes se desmayo por la sorpresa de saber su muerte, Apolo lo ayudo a que no se golpeara al desmayarse, y cuando despertó estaba con la mirada perdida procesando la información mientras preocupada a sus hijos al ver su expresión, con lo cual se decidió seguir leyendo

-Eso te interesa, eh? El parque acuático está a un kilómetro y medio al oeste, en Delancy. No puedes perderte. Busca la atracción del Túnel del Amor- en serio Dite, hasta cuando seguirás fingiendo que te gusta estar al lado de este tarado…Geez, dame unos días y podremos, o, mejor dicho, podré volver a verte y alejar la presencia detestable de este imberbe.

-Antes de que te vayas, déjame preguntarte algo. Cuándo provocaste la cizaña en el Olimpo… ¿pensaste en que tus hijos tarde o temprano tendrán que luchar y lo más posible morir en un producto vanidoso de tu cabeza? – le cuestiono, haciendo que brevemente abra sus ojos y mire por un segundo a su hija.

-Tienes suerte de haberme encontrado a mí, pringado, y no a algún otro Olímpico. Con los maleducados no son tan comprensivos como yo. Volveremos a vernos aquí cuando termines. No me defraudes- repitió como la primera vez, excepto que ahora he implantado una idea que le hará cuestionarse sus elecciones.

Después de eso Ares desapareció, sin dejar evidencia alguna de que estuvo aquí con nosotros.

-Puro carisma tu querido padre. Al menos no es un idiota como el que tenemos en el campamento- digo con cara de palo, haciendo que Grover se ahogue con su comida, y que Clar suelte una sonora carcajada.

-se nota que en verdad a los dos los tiene en muy alta estima hermanos-le dijo Apolo de manera burlona, haciendo que los dos mencionados lo miraran mal, lo cual le saco una carcajada al Dios de las Profecías

Llegamos a Waterland al atardecer. Mi mente tan solo estaba fija en la ducha que se hallaba en su interior. Apestaba, me sentía incómodo. Y sabía perfectamente que Clar se sentía de la misma manera.

Sin contar tampoco que mi cabeza me estaba jugando una mala pasada, enviándome imágenes de nosotros dos, bañándonos juntos. Realmente odia las hormonas juveniles.

La puerta principal estaba cerrada con candado y protegida con alambre de espino. Dentro, enormes y secos toboganes, tubos y tuberías se enroscaban por todas partes, en dirección a las piscinas vacías.

-Bueno… ¿Y cómo entramos? – preguntó curioso G-man, haciendo que una idea brille en mi cabeza.

-Mi querida amazona, ¿me haría el honor de patear ese insulso candado y permitirnos la entrada? – pregunto, mientras hacía una reverencia burlona.

-Patán- me dijo Clar, la cual me golpeó juguetonamente en la nuca y reventó el candado con su lanza.

Clarisse sonrió con un sonrojo al ver como ellos se trataban, la hacia sentirse como una niña haciendo que las demás chicas que sentían algo por Percy le miraran mal ya que ellas todavía no aparecían en la historia

Encontramos la tienda de souvenirs que había quedado abierta. Aún había mercancía en las estanterías, como ropa, mochilas, pelotas…

-Miren, hay duchas. ¿Por qué no aprovechamos y nos bañamos? – pregunto, con un brillo en mis ojos que podría traducirse como esperanza por un poco de agua y jabón.

-Querido, no hacía falta preguntar. Hace días quería cambiarme de ropa, menos mal que no perdimos nuestras mochilas en el viaje del autobús- respondió Clarisse, dirigiéndose a una de las duchas.

No debo seguirla, no debo seguirla, no debo seguirla. A como va todo esto, creo que me voy a morir primero por no poder hacer algo con ellas que por mi enfermedad. Odio mi vida.

Esto hizo que los semidioses griegos, y parte de los romanos junto con los dioses Apolo Hermes, y sorpresivamente Hefestos se rían a costa de las cosas que piensa el chico, se ve que tiene una suerte de estar en situaciones graciosas

En pocos minutos estuvimos todos bien limpitos y cambiaditos. Creo que mi pelo había vuelto a brillar luego de quitar toda la roña que tenía encima.

Al cabo de un minuto de caminata, la cual yo lideraba, encontramos el famoso "Túnel del amor". Una piscina vacía gigante, rodeada por alrededor de una docena de estatuas de Cupido, las cuales fueron construidas por la mente perversa y genial de Hefestos. Y como broche final, en el fondo había un bote, en donde estaban el escudo de Ares y la bufanda preferida de Dite.

-Okey…bajamos, lo tomamos y nos largamos- proclamó Clar, queriendo bajar, solo para ser frenada de golpe cuando la sujeté del cuello de su remera.

-No tan rápido amor. Primero debes fijarte bien en tu entorno. ¿Ves aquellas estatuas? Dime que letra tienen dibujadas- le digo suavemente mientras le indicaba las imágenes de mármol de Cupido.

-Eta…- me responde.

-¿Y a quien representa esa firma? – le vuelvo a preguntar, pues mi motivo no era hacerla sentir mal, sino enseñarle a ver lo que la rodea. Que no cometa los mismos errores que yo tuve mi primera vez.

-el chico es observador, reconoció mi firma y no quiere caer en la trampa otra vez, es inteligente-elogio el Dios Herrero impresionado de las habilidades del chico, era un hijo de poseidon bastante inusual, pero le agrada bastante su actitud

-A Hefestos. Es una trampa. ¡Diablos! ¡Casi caigo en ella! – empezaba a gritar y agitarse, solo para detenerse abruptamente cuando la abracé y empecé a acariciar su espalda.

-Shhh…está bien, no pasó nada. No debes ponerte de esa manera Clar. Si no me hubiese dado cuenta primero, lo más seguro es que hubiésemos sido los dos que quedásemos prendados a lo que sea que haya allí- la tranquilizo susurrándole al oído.

-¿Entonces cómo haremos para recuperar lo pedido? – un tembloroso y preocupado Grover nos preguntó.

-Si las duchas que utilizamos tenían agua en ellas, entonces en las tuberías que componen este lugar deben de tener un remanente aún. Grover ve a la cabina con Clar y encuentren el botón de encendido. Una vez que haya agua suficiente, intentaré controlarla para que me traigan el escudo y la bufanda- les explico, mientras los veo irse a la cabina de mando.

Los vi tocar todos los botones, mirándome de una forma que podría explicarse como: este lugar está vencido. A lo que tuve que ir con el plan B. Repetir lo que hice la primera vez. A pesar de que no me agote físicamente el tener que convocar el agua de las tuberías, tampoco significa que no me empiece a molestar los pulmones.

-me sigue preocupando esa enfermedad que tiene, veré que puedo hacer para alargar su esperanza de vida-murmuro Apolo bajo la mirada de la madre del chico y de sus futuras parejas

Las tuberías se sacudieron y el agua inundó lentamente la piscina, esta vez, comparado con la primera, tuve mayor control sobre el dominio de mi padre. El bote viró, se levantó con el nivel del agua. Me concentré en controlar el bote y logré que siguiera la corriente, a mi dirección, sin estrellarse contra las paredes ni activando las trampas del dios herrero.

Recogí la bufanda. Reflejaba destellos rosas y su aroma era una exquisita mezcla floral. Algo embriagador. Pero luego de haber pasado varios años junto a Dite, me terminé acostumbrando. Lo metí en la mochila, para regresarlo luego a su bella dueña.

Luego me hice del maldito escudo, a lo que pude respirar de tranquilidad cuando ninguna trampa fue activada. Les hice una seña a mis compañeros para que bajen, y salimos del parque.

El punto bueno de esta mini misión, fue que no tuve que pasar por los inconvenientes como en la línea temporal anterior.

El malo…no pude ver a Grover con la cabeza atorada en la foto gigante de Noo-Noo. Quería sacarle una foto para mi álbum

-uffff, al menos esa foto no existe hay, era demasiado vergonzosa- dijo Grover siendo consolado por Juniper mientras algunos reían de la reacción del conocido Sátiro

Ares estaba esperándonos en el aparcamiento del restaurante. Bastardo cómodo, que es incapaz de hacer frente a una trampa de su hermano.

-Bueno, bueno. No los han matado- comentó con un tono entre decepcionado y feliz.

-¿Decepcionado? ¿O te preocupas por nosotros, pero no quieres admitirlo? – le pregunté retóricamente.

Le arrojé su escudo. Era desproporcionado y se sentía incómodo en mis manos. El escudo con el grabado de la luna de Arty era mucho más fácil de manipular. Geez…debí de haberlo traído en vez de esconderlo en mi cabina.

-Ahí tienes tu juguete. Ahora danos el móvil para continuar nuestro viaje, y la información que tienes de mi madre- le digo en un tono seco, ya no tenía ganas de seguir hablando con él, quería meterme al puto camión y dormir con Clar en mis brazos.

Ares agarró el escudo y lo hizo girar en el aire como una masa de pizza. Cambió de forma y se convirtió en un chaleco antibalas. Se lo colocó por la espalda.

-¿Ves ese camión de ahí? Es su vehículo. Los conducirá directamente a Los Ángeles con una parada en Las Vegas- yupi, ahora puedo viajar en un roñoso camión que transporta ilegalmente animales exóticos.

-¿QUÉ TRANSPORTAN QUE?-pregunto de manera escandalizada tanto Deméter como Artemisa ya que eran las más apegadas a la naturaleza, mientras miran a Grover, el cual se encoge de miedo y se esconde en la espalda de Juniper

-D-descuiden mi señoras, l-los a-animales son liberados mas tarde-les dijo el sátiro para salir indemne y no sufrir su furia, lo cual hizo que ellas lo vean mas calmadas

-Rústico, se ve que lo tuyo no es la sutilidad. Ahora la información de mi madre si no es mucho problema- le vuelvo a pedir, pues me estaba por empezar a doler la cabeza por tanto esfuerzo que hice viéndoles la cara a varios idiotas el día de hoy.

-¿Estás seguro de que la soportarás? No está muerta- dijo haciéndose el misterioso…lo cual no era lo suyo perfectamente.

-Es un rehén, ¿la están utilizando para controlarme, no? – pregunto simulando algo de impresión.

-Así es. Ahora toma esta mochila. Volveremos a vernos, Percy Jackson. La próxima vez que te pelees, no descuides tu espalda- uy que miedo, el dios de la guerra me está advirtiendo que tendrá una rabieta, que miedo…tarado.

Sacó una mochila de nylon azul y me la lanzó. Contenía más ropa limpia para todos, veinte dólares, una bolsa llena de dracmas de oro y una bolsa de galletas Oreo con relleno doble. En síntesis, pura basura…bueno, quizás las galletas no tanto.

-Sí, si…lo que sea- le respondo agitando despreocupadamente una mano mientras le daba la espalda para irme hacia el camión tomado de la mano de su hija.

-Eso no ha sido muy inteligente, Percy. Lo más seguro es que lo has cabreado ahora- me dijo Clar en un susurro.

-Meh…ladra demasiado como para morder- le comento tranquilamente.

-JA, se nota que el chico en verdad te conoce hermano, eres demasiado sobre protector, pero no le harás nada por como trata a tu hija-le dijo Apolo de manera burlona haciendo que se gane una mirada irritada del Dios de la Guerra

El interior del camión estaba oscuro, hasta que destapé la espada de Zoe, la cual arrojó una débil luz broncínea sobre una escena muy triste, una cebra, un león albino y un topi. O como lo había llamado anteriormente, el antílope raro.

Antes de que Grover pudiese empezar a despotricar acerca de las injusticias de los mortales para con la naturaleza. Procedí a reacomodar las comidas de cada uno de los animales, les di agua purificada y le quité el globo que tenía en un cuerno el topi.

Con un movimiento de mi mano, hice que el viento, a partir del dominio de las tormentas, arrastrase afuera el hedor, las moscas, y refrescase el cubículo. Todo antes de que los traficantes arranquen el camión.

-se nota que su hijo es muy unido a la naturaleza señora Jackson- le menciono Connor Stoll a Sally, haciendo que ella afirme con la cabeza, y también haciendo que Grover vea con admiración al libro viendo que todo salió bastante diferente a la ultima vez

-Grover, ya que tú eres el más conectado a la naturaleza de los tres, diles que se tranquilicen y que los ayudaremos pronto- le pido a mi amigo el sátiro, quien asintió y fue a hablar con cada uno de los animales.

-Eso fue lindo de tu parte Percy. No sabía que tuvieses un lado defensor de la naturaleza- me dijo Clar, dándome un beso y burlándose juguetonamente a mi costa.

-Nadie merece pasar por algo así. Ya sea humano o de cualquier tipo. Ven vamos a descansar un rato ahora que podemos- le contesto, tomándola suavemente por la cintura, mientras me sentaba en un rincón, posicionándola entre mis piernas, con su cabeza recostada sobre mi pecho.

-¿Estás cansado verdad? Puede que no me lo digas, pero puedo verlo en tus ojos Percy. Descansa, yo te avisaré cuando lleguemos a destino- lo que me dijo me sorprendió, me hizo sonreír y también logró que la abracé fuertemente, aspirando el delicioso aroma que despedía su cuello, el cual besé suavemente, antes de dormirme.

Bien.

Quería dormir plácidamente con la mujer que amo en mis brazos.

Lo logré, pero me tuve que aguantar los tediosos sueños que venían con ello. El lado malo…escuchar a los idiotas de mi queridísimo abuelo paterno y su perra poseída.

El lado bueno, ver a Thalia, aunque sea en un sueño. ¡Je! La puedo besar y lo más seguro que no lo recuerde cuando salga del pino.

Esto hizo que Thalia se sonrojara de manera furiosa ya que es nombrada por primera vez en el libro, y poniéndola alegre de que iba a ser besada, aunque sea en un sueño compartido, esto también hizo que la creciente molestia de Artemisa y Zoe incrementara más mientras sigue la lectura, haciendo que ellas entren en una etapa de negación por lo que estaban empezando a sentir por Percy

-Venga, Percy. No eres tonto, ¿verdad? Agarra el lápiz- oía al profesor que me tenía haciendo la tarea de matemáticas, mientras yo estaba con un chaleco de fuerza. Pobre diablo, ahora puedo hacer tranquilamente ecuaciones de materias universitarias sin sudar. Todo gracias a Tena.

Miré hacia el pupitre de al lado y vi a Thals sentada allí, también con camisa de fuerza. Tenía mi edad, el pelo negro y revuelto, peinado a lo punk, los ojos azules esta vez, sus carnosos labios pintados suavemente con un color rojo, y sus hermosas pecas en la nariz, completando así la imagen perfecta que siempre tuvo.

La descripción detallada de su aspecto hecho de esa forma hizo que el sonrojo de Thalia se volviera mas intenso de ser posible aparte de que puso su mirada de manera tímida en el piso con una pequeña sonrisa de satisfacción, sumado al aumento de la molestia de las demás chicas ya que ellas han sido excluidas de la historia por ahora

La observaba tranquilamente forcejear con la camisa de fuerza, me lanzaba una airada mirada de frustración y espetaba:

-Bueno, sesos de alga. Uno de los dos tendrá que salir de aquí- vaya cariño, siempre tan suave conmigo.

Me levanté de mi asiento y me deshice de mis retenes. Me acerqué a paso lento hasta quedar frente a frente, con nuestras narices rozándose. Pude ver la incertidumbre en sus ojos, y el rubor que teñía sus lindas mejillas.

Antes de que me diese cuenta, nuestros labios se estaban tocando. Sin la necesidad de ir más lejos por ahora. Corrí mi mano por su espalda, desatando las correas que la retenían, liberándola.

-No veremos muy pronto mi amor. Tan solo espera un poco más, por favor- dije mientras pasaba tiernamente mis dedos por su cara, disfrutando momentáneamente la suavidad de su piel.

Me alejé unos pasos y me despedí con una sonrisa. Solo para seguir con el siguiente escenario que debía presentarse en esta "pesadilla". Una vista panorámica de un abismo.

-Percy Jackson. Sí, veo que el intercambio ha funcionado- y no sabes cuánto la has cagado por eso, abuelo. Te desmembraré poco a poco, disfrutando ver la desesperación que me darán tus ojos.

Todos los dioses abren los ojos desmesuradamente al oír mencionada la palabra "abuelo", esto hizo que todas las divinidades se miraran de manera nerviosa ya teniendo una idea de quien es esa persona

-¿Y no sospecha nada? – volvió a preguntar. Idiota, se cada movimiento posible que puedas hacer y doce diferentes maneras para desbaratar tus planes.

-Nada, mi señor. Está totalmente en la inopia- sigue creyendo eso Castellan, sigue con tu ignorancia…

-Un engaño tras otro. Excelente- creo que no valía la pena dejar a Thals para escuchar la charla de estos dos imbéciles.

-En serio, mi señor, hacen bien en llamaros el Retorcido, ¿pero era esto realmente necesario? Podría haberos traído lo que robé directamente…- si…claro, y Ares es un caballero inglés…

-¿Tú? Has mostrado tus límites con creces. Me habrías fallado por completo de no haber intervenido yo- auch, eso debió dolerle profundamente al perro traidor.

-Pero, mi señor…- ¡oh por amor a Zeus! ¡No te puedes sentir mal porque te dijo la verdad Castellan! ¡Eres un inútil con todas las letras!

-Haya paz, pequeño sirviente. Estos seis meses nos han rendido mucho. La ira de Zeus ha aumentado. Poseidón ha jugado su carta más desesperada. Ahora la usaremos contra él. Pronto obtendrás la recompensa que deseas, y tu venganza. En cuanto ambos objetos me sean entregados… Pero espera. Está aquí- vaya…sí que eres lento abuelo. La ironía de que seas un titán del tiempo. Creo que deberías enfocarte mejor en la agricultura y has de un buen uso a tu guadaña.

Ya para este punto, hasta los semidioses tenían una idea de la identidad del que hablaba con Castellan, el cual ardía de rabia y se retorcía haciendo tintinear sus cadenas de Acero Estigia mientras los fulminaba a todos con su mirada, ya que el único ser que tenia los dominios del tiempo y de la agricultura era el Titán Kronos

-¿Qué? ¿Lo has convocado, mi señor? – pfff! Como si fuese necesario.

-No. Maldita sea la sangre de su padre: es demasiado voluble, demasiado impredecible. El chico ha venido solo- bueno, si en vez de tragar como un pato, hubieses masticado, no estaría aquí para aguantar tus berrinches.

-¡Imposible! – créeme Castellan, dijeron que era imposible que pudiese enamorarme de Tena… ¡y al final tuve un hijo hermoso con ella!

-¡Para un débil como tú, puede! Así que… ¿quieres soñar con tu misión, joven mestizo? Pues te lo concederé- meh! Ya me estaba aburriendo…

La escena cambiaba una vez más, y esto ya se estaba poniendo cansador. Así que decidí despertarme para evitar una molestia.

La respiración suave de la belleza en mis brazos, me decía que aún estaba dormida.

Verla tan tranquila me hacía agradecer una vez más al trato que hice con Caos. Aunque sea temporal, aprovecharé para salvarlas y darles una oportunidad de que tengan un final feliz.

Sé que estaba actuando de manera egoísta, pero no puedo evitarlo. Se perfectamente que, si me relaciono sentimentalmente con cada una de ellas, al final las lastimaré. Pero hasta que ese fatídico día llegue, me preocuparé en hacerlas lo más felices que pueda. Todas y cada una de ellas se lo merece. Tanto por lo que han pasado, como por haberles fallado una vez.

-ohhh, pues haremos que cambies ese pensamiento, nosotras trataremos de hacerte feliz a ti también Percy-murmuro Bianca, pero se escucho perfectamente ya que todos estaban en silencio, haciendo sonrojar a la gran mayoría de las chicas interesadas en Percy y haciendo sonreír tanto a Sally como a poseidon, por ver como ellas se preocupaban por su hijo

Lágrimas silenciosas corrían por mi cara, mientras me aferraba firmemente al cuerpo cálido de Clar. Absorbiendo su esencia, disfrutando de su presencia y su amor. Dejando besos en la coronilla de su cabeza, lo cual provocaba que se moviese un poco, reacomodándose y soltando palabras sueltas como: Percy, amor, lindo.

Me saco una sonrisa su ternura y quería que esto nunca se acabe. Pero justo en ese momento el camión empezó a detenerse.

Habíamos llegado a Las Vegas.

Sacudí a Clar por el hombro. La cual se despertó casi al instante mirándome fijamente.

-El camión ha parado. Vendrán a ver los animales. Despertaré a Grover y nos esconderemos- le dije mientras procedía a zamarrear a mi amigo la cabra humana.

Nos escondimos detrás de unas bolsas que contenían nabos y esperamos a que los traficantes lleguen.

Las puertas traseras chirriaron al abrirse. La luz del sol y el calor se colaron dentro.

-¡Qué asco! Ojalá transportáramos electrodomésticos. ¿Tienes calor, chaval? - le preguntó al león, y le vació el resto del cubo directamente en la cara, después no quieren que algo malo les pase…idiotas, el karma les morderá el trasero.

-en verdad odie, odio, y seguiré odiando a esos idiotas-dijo Grover con algo de veneno en su voz, haciendo que varios lo vean sorprendidos porque nunca han visto esa faceta del sátiro antes, lo cual hizo sonreír a todos los dioses que estaban ligados con la naturaleza

El león rugió, indignado. Si no hubiese estado en esa situación, lo más seguro es que se lo hubiese comido al instante.

-Vale, vale, tranquilo- dijo el hombre, pobre diablo, en unos segundos no sabrás que te sucedió.

El camionero le lanzó al topi una bolsa de Happy Meal aplastada. Le dedicó una sonrisita malévola a la cebra. Y yo me estaba debatiendo entre golpearlos hasta la inconsciencia o patearles una y otra vez las pelotas.

-¿Qué tal te va, Rayas? Al menos de ti nos deshacemos en esta parada. ¿Te gustan los espectáculos de magia? Éste te va a encantar. ¡Van a serrarte por la mitad! – creo que fue suficiente, me concentré un poco y con la humedad en el ambiente hice dos carámbanos de hielo. Los golpeé en la cabeza lo suficientemente duro como para complacer mi disgusto y el de mis compañeros.

Abrimos las jaulas y le pedí a Grover que les indicase un camino seguro para donde quieran que vayan.

Grover levantó las manos y le dijo algo a la cebra en idioma cabra, una bendición enseñada en un principio por Pan.

-Vamos, salgamos de este camión asqueroso- dije tomando la mano de Clar y saliendo de ahí, viendo como los animales se alejaban por las calles.

-al menos la tuvimos mas sencillo que la ultima vez, eso es bueno-dijo nuestro querido Señor de lo Salvaje suspirando de manera aliviada al ver que todo salió muchísimo mejor a como el lo recordaba

Pasamos junto al Monte Casio y el MGM. Dejamos atrás unas pirámides, un barco pirata y la estatua de la Libertad, una réplica bastante pequeña pero que me provocó la misma añoranza. La cara de Tena había sido el modelo original de la estatua.

Caminamos unos minutos más, hasta llegar delante del Hotel Casino Loto. Me debatí entre entrar o seguir mi camino. Pero al final decidí por entrar. ¿Por qué? Bueno, primero que nada, nos bañaremos como se debe, comeremos algo, me haré de una tarjeta de crédito gratis, y si la posibilidad se presenta me comprare algo de recuerdo para regalarles a mis amores.

aquí Hades se alarmo un poco al ver el hotel donde iban a entrar, aunque esperaba que no les pasara nada malo allí adentro, mientras que algunas se sonrojaron al ver que el les compraría regalos a ellas

El portero nos sonrió.

-Ey, chicos. Parecen cansados. ¿Quieren entrar y descansar? – bueno…si nos los pides así.

Entramos tranquilamente y Grover junto a Clarisse exclamaron:

-Wow!– a veces las grandes frases sobran.

-Eh! Bienvenidos al Casino Loto. Aquí tienen la llave de su habitación- dijo el recepcionista, entregándonos unas llaves.

-Esto, pero… - fingí mascullar.

-No, no. La cuenta está pagada. No tienen que pagar nada ni dar propinas. Sencillamente suban a la última planta, habitación cuatro mil uno. Si necesitan algo, como más burbujas para la bañera caliente, o platos en el campo de tiro, lo que sea, llamen a recepción. Aquí tienen sus tarjetas Lotus Cash. Funcionan en los restaurantes y en todos los juegos y atracciones- ¡gracias tío Hades!

Nos entregó a cada uno una tarjeta de crédito verde. Siempre atesoraré este pedazo de plástico.

-Disfruten de su estancia- no sonrías tanto amigo, con mi dominio del tiempo, puedo saber exactamente cuánto estoy aquí metido.

Subimos al ascensor y buscamos nuestra habitación. La cuatro mil uno. Era una suite con tres dormitorios separados y un bar lleno de caramelos, refrescos y patatas. Línea directa con el servicio de habitaciones. Toallas mullidas, camas de agua y almohadas de plumas. Una gran pantalla de televisión por satélite e internet de alta velocidad. En el balcón había otra bañera de agua caliente y, como había dicho el botones, una máquina para disparar platos y una escopeta, así que se podía lanzar palomas de arcilla por encima del horizonte de Las Vegas y llenarlas de plomo. Cosa que a Afrodita no le gustaría una mierda si se enterase.

-¿¡QUE TIENEN QUE COSA!? Hades, me dirás donde esta ese hotel para resolver eso ¿entiendes? ¿ENTIENDES?- le grito Afrodita a hades mientras lo agarraba de los hombros asustándolo por su reacción tan repentina, sensación que fue compartida por todos, incluyendo a sus hijas, ya cuando se calmo cuando hades prometió decirle la dirección, se pudo continuar con la lectura del capitulo

-Antes que nada. Primero deben saber que estamos metidos en una versión moderna de la región de los comedores de Loto. Así que no debemos gastar nuestro tiempo en tonterías. Aprovechemos para bañarnos y tener un cambio de ropa. Coman solo lo que haya aquí, pero no aceptemos lo que nos ofrezcan abajo. Con suerte cuando salgamos abra pasado un día y medio como mucho- les explico rápidamente, viendo como sus ojos se abren por la revelación, solo para contestarme con un movimiento de cabeza.

-Genial. Absolutamente genial- gimió disgustado Grover.

-Si es así, entonces yo pediré la ducha en primer lugar- nos dijo Clar, dándome un beso y dirigiéndose al baño.

-Aprovecha a comer algo G-man, yo no tengo hambre por el momento, así que aprovecharé a ver si encuentro algo de interés y regreso rápidamente. No me demoro- digo a mi amigo, mientras el comienza a abrir unas bolsas de papas y me da el visto bueno.

Salí de la habitación y me dirigí directamente a la tienda de souvenirs. Tenía pensado aprovechar considerablemente la tarjeta a mi disposición en la compra de algunos artículos. Vi unos peluches que curiosamente, estaban establecidos en un cierto patrón de orden. Cada muñeco de felpa representaba el animal de cada dios. Vi unos perros, algunos delfines, unas águilas. Me decidí en tomar uno de un burrito para Tia, una paloma para Dite, uno que parecía a Pumba del Rey León para Clar, uno de un búho para Tena. Para Arty me sentía en un dilema, podía comprar una de un ciervo, o uno que era de un hombre que estaba ahorcado, con un cuchillo en el corazón y tres flechas en su entrepierna.

esto hizo sonrojar a cada una de las nombradas, debido a que el chico en verdad sabia como regalarles un detalle que ellas valorarían, aunque tanto atenea como Artemisa seguían sin aceptar que empezaban a sentir algo por el, las demás estaban felices de los regalos que iban a recibir

Tomé los dos. Como algunos dicen, mejor que sobre a que falte.

Antes de pagar todo, tomé un ramillete de rosas blancas y le pedí al vendedor si podía facilitarme un papel y una lapicera.

Alla mia cara:

Io do questi splendidi fiori in modo da sapere quanto ti amo.

Voglio che tu sappia che non si deve dubitare della sua bellezza, e si deve sempre avere fede.

Ci si vede presto il mio amore. Attendere per me per favore.

L'amore, il tuo ammiratore segreto.

-Por favor, entregue esto a la señorita Di Angelo de la habitación tres mil uno. Si pregunta de parte de quien, dígale que es un admirador- le pido al vendedor, luego de pagar por mis compras, y meter las bolsas con los peluches en mi mochila.

En cuanto termino de leer la carta, la fogata que estaba entre los dioses y sus hijos se elevo y lanzo hacia Bianca un ramillete de rosas blancas sospechosamente iguales a los descritos en el libro, y que también tenían una carta, la cual fue leída por la semidiosa hija de hades, logrando que se sonrojara furiosamente haciendo que un tomate se quedara pálido si se le comparaba al rojo de su cara

Luego de hacer eso, me dirigí inmediatamente al cuarto que nos habían dado y me di un baño. Comí un poco de la comida chatarra que había allí y procedí a irnos de nuevo de ese lugar maldito.

-Venga, vamos. Si nos quedamos más tiempo aquí será demasiado tarde- les dije, liderando el camino hacia la salida del hotel.

El botones del Loto se acercó presuroso.

-Bueno, bueno, ¿están listos para las tarjetas platino? – antes de que alguien pudiese decir algo, recubrí mi mano con una capa de hielo y le quité la tarjeta, metiéndola rápidamente en mi bolsillo.

Hades sonrió al ver que el chico no se dejo influenciar por el aura del lugar, ni comió nada para entrar en trance y quedarse eternamente, el chico le agradaba cada vez mas

-Nos vamos- le dije secamente, pasando por su lado y saliendo al exterior, ignorando el aumento de olor y ruido que trataban de inducirme a que no me vaya.

Salimos del Casino Loto y corrimos por la acera. Era por la mañana, muy distinto que la primera vez, pero debía corroborar el día exacto en el que estábamos. Fui hasta el quiosco más cercano, miré la fecha de un periódico. Era 17 de junio. Habíamos pasado un día y medio dentro del Casino Lotus, tal como lo había predicho.

Nos quedaban cuatro días para la fecha límite, y esta vez pensaba hacer las cosas bien. Si tenía suerte, en el momento que consiga el rayo y le patee el trasero a Ares, cuando llegue al Olimpo, podría ver a mis amores.

-vamos a ver quien le patea el trasero a quien, porque dudo que me pueda ganar-dijo el mencionado Dios de la Guerra haciéndose el importante, logrando que todos los dioses giraran sus ojos de forma exasperada por su actitud

-bueno, hasta aquí el capitulo, ¿quien quiere leer el siguiente?-pregunto Zoe mirando a la multitud de semidioses hasta que alguien levanto la mano y se dirigió hacia donde estaba la teniente de la Diosa de la Caza

- yo lo leeré señorita Zoe-le dijo leo Valdez agarrando el libro de las manos de la hija del Titán Atlas, a la vez que iba a sentarse en su asiento para leer el próximo capitulo

muy bien, hasta aquí llega el capitulo, espero que les haya gustado, ahora, explicando el motivo de mi tardanza para publicar, en un principio fue porque mi inspiración se fue completamente, pero ya últimamente fue por problemas eléctricos que hubo en todo el país y no me dejaban escribir porque la luz no duraba el tiempo suficiente para que yo escribiera, pero estos últimos tres días aproveche que no se fue la luz para empezar a escribir como un desgraciado, así que espero que en verdad les guste el capitulo, nos vemos en el siguiente (el cual tardare menos en publicarlo, así que no desesperen) Atte: red snorlax 42