17 — Rendición


Mi atención estaba dirigida hacia otra cosa en particular. No pude siquiera ver la batalla. No pude ser capaz de ver cómo Ruby se alzaba entre la fisura gigantesca y se mantenía por los aires junto con su Trapinch, imitando a un dios omnipotente. No pude ver nada. Mi mirada perdida tan sólo era capaz de imaginarse los traumas que había tenido hoy. ¡Necesitaba concentrarme! ¡Necesitaba ganar aquella Master Ball! ¡Al menos necesitaba dar todo en esta batalla para demostrar que mi lugar en el gremio no era injusto! ¡Debía de hacerle saber a los espectadores que no era un estorbo para el Gremio Esmeralda! O bueno… a los espectadores que quedaban.

El coliseo estaba ahora dividido en dos partes. Del lado izquierdo, la gente que restaba se apartaba de los pequeños trozos de grada que aún caían por el gran hoyo. Sin embargo, la peor parte ya había pasado. Los de la derecha, también se encontraban de la misma manera. Algunos seguían perplejos por el poder del Trapinch y la habilidad táctica de Ruby; otros, simplemente se morían de la emoción por ver cómo aquel tipo se convertía en uno de los mejores combatientes de PBO.

Masato, con las pupilas esmeraldas dilatadas, se aferraba a los barandales de su trono, como si tuviese miedo de caer. A unos centímetros delante de él, la grieta se había dividido y había rodeado a él, Shigeru y a mí, como si el ataque no quisiera hacernos daño. De hecho, jamás nos hizo daño alguno.

Lo que quedaba del campo no era más que un terreno dividido a la mitad, con un agujero agrietado enorme de unos diez metros de largo. Aparte, también habían algunos trozos pequeños de suelo en medio del agujero que no eran más que simples trozos de piedra que flotaban cual islas abandonadas, y nosotros estábamos en una de ellas.

La muchedumbre estaba desconcertada por saber cómo combatirían los del siguiente encuentro, que era el chico de orbes amarillos contra mi persona. Sin darle muchas vueltas a mi cabeza, desde un principio sabía que aquel tipo iba a ser el campeón del torneo. Aunque viéndolo bien, Ruby podía darle batalla. Sería un encuentro emocionante. Sin embargo, desde que anunciaron que combatiría contra aquel chico inexpresivo, me había dado totalmente por muerta. Era imposible que le ganar a alguien de su nivel… aunque viéndolo bien, noté que Shigeru tenía un nivel 6 ¡¿Por qué era tan fuerte entonces?! Un nivel no tan promedio, pero tampoco tan alto como para hacer lo que había hecho en los encuentros anteriores.

— ¡Usuarios de Pokemon Battle Online! —la voz de Masato produjo un eco por el coliseo destruido— ¡YA TENEMOS A NUESTRO PRIMER FINALISTA, RUBY!

La gente que restaba gritaba de emoción. Noté que varios usuarios más comenzaban a reconectarse y a amontonarse tanto en el pedazo izquierdo del coliseo como en el derecho. Sin embargo, hubo un momento en el que la gente ya no podía entrar y comenzaron a amontonarse detrás de nosotros. Justo detrás de donde los pilares habían caído a causa de la fisura; justo donde había terminado el gran ataque.

El muchacho albino, aterrizo suavemente delante de Masato, a unos pasos de la orilla de la "isla". El espadachín mantuvo la compostura y asintió, aunque en su interior podía notarse asombrado. Cuando el chico se colocó a un lado del jugador del yelmo verde, instantáneamente Masato desapareció y en su lugar se mostró un letrero azul con las palabras "DESCONECTADO". La gente se asombró por momentos, incluso Ruby se vio algo impactado por la repentina desaparición del organizador del torneo.

— ¡Queremos el siguiente combate! —notamos que la muchedumbre comenzaba a alterarse.

— ¡Queremos ver a Shigeru!

— ¡Dale una paliza a ese estorbo!

— ¡No se merece estar ahí! ¡Entro injustamente!

— ¡Sí! ¡Ella es la Injusta Ganadora!

De repente, un sinfín de apodos e insultos comenzaron a abofetearme. Los abucheos y los gritos desesperados eran una tormenta para mis oídos. Yo no había hecho nada para merecer esto; yo no hice nada para que me trataran de aquella forma. Todo había sido culpa de Satoshi, por no haberse presentado ante mí y poder dar una batalla digna. Todo era su culpa y yo estaba sufriendo las consecuencias.

Repentinamente, Masato apareció de nuevo en el lugar de donde había desaparecido y se disculpó por la momentánea desconexión, producida por "lag". Entre la muchedumbre apareció la maga que había perdido contra Ruby, Haruka, y saltó varios metros hasta colocarse en el acantilado donde nos situábamos. Por momentos pensé que estaría triste por haber perdido el duelo, pero noté que estaba angustiada. Un rostro que denotaba preocupación y algo de duda. No obstante, lo que más me impresionó fueron sus pupilas. Aquellos orbes esmeralda dejaban entrever unas pupilas tan diminutas que apenas y pude apreciarlas. Antes de saber realmente lo que significaba aquella mirada, Masato me interrumpió de mis pensamientos.

— ¡El siguiente encuentro se llevará a cabo! ¡Misako contra Shigeru! —la multitud tanto en las gradas como en el pastizal detrás de nosotros, comenzó a abuchearme tanto que no pude soportarlo. Sin embargo, cuando Shigeru dio un salto de más de diez metros y se colocó en la parte izquierda del campo, los abucheos se tornaron en silbidos de alegría y emoción— ¡Las condiciones del campo que dejó el combate anterior no sería problema para los nuevos integrantes del Gremio Esmeralda!

Yo salté, pero no lo hice con tanto estilo como el castaño lo había hecho. De hecho, aún así lo hubiera hecho con más estilo que él, de todas maneras me seguirían abucheando.

— ¡El jugador que derrote a su oponente, o bien, logre hacer que éste se rinda, ganará el encuentro! ¡COMIENCEN!

No me extrañó que aquellas palabras no pudiera escucharlas. Todos los abucheos, todas las cosas que me aventaban desde las gradas semi-destruidas, todo lo que me había pasado en un mismo día. No era capaz de procesar todo lo que estaba pasando por mi cabeza. La amnesia repentina, Hikari en el mundo real, el haber lastimado a un Ash que se encontraba atemorizado por quién sabe qué razones, los abucheos que recibía por entrar injustamente en el gremio. ¿Por qué tuvo que desaparecer Satoshi en un momento como éste, en un día como aquel? ¿Por qué todas estas cosas me estaban pasando en un mismo día? ¿Será que el destino me esté regresando todo de una apuñalada después de haber lastimado a Ash y a mucha gente más? ¿Será que todo esto está ocurriendo por alguna razón? Peor aún, jamás iba a poderles demostrar a los demás que iba a ser capaz de ganarme justamente un puesto en el gremio al derrotar a Shigeru. Éste ni siquiera le tomaría esfuerzo derrotarme. Toda la gente de este juego comenzó a odiarme desde que entré, me está odiando justo ahora y me odiará por el resto de la existencia de PBO. ¡No era justo! ¿Por qué me sucedía esto a mí? ¡¿POR QUÉ?! ¡Se supone que entré a Pokemon Battle Online para que no sufriera más! ¡Se supone que este maldito juego tenía que cubrir todo ese dolor, olvidar el pasado que no quería recordar! ¡Debía ser como algún tipo de capa protectora que me hiciera invisible ante el mundo real! ¡No todo lo contrario! Ahora, en lo único que pensaba era lo que me había pasado en el otro mundo, y ni siquiera podía concentrarme en el juego. Ahora, me sentía más sola aquí que en el mundo real, y eso me destrozaba aún más por dentro. Ya no sabía distinguir si el lugar donde estaba era el mundo virtual o el real… y la verdad no me importaba.

Me arrodillé en mi lugar, mientras más rocas, basura virtual o demás cosas eran arrojadas hacia mi posición, aunque me dolían más los abucheos.

— Me rindo.

No sé si Masato pudo escuchar aquello. Lo único que pude ser capaz de presenciar fueron débiles y cálidas gotas de tristeza que caían y se secaban al instante que tocaba el agrietado suelo. Mis lágrimas comenzaron a ser más abundantes, más dolorosas… Estaba decidido: una vez que terminara el torneo iba a dejar PBO para siempre e iba a seguir con mi vida miserable y normal de todos los días, rechazando a los chicos y fingiendo ser una chica materialista y egoísta. Sin algún amigo verdadero, sin alguien a quién amar realmente. Es cierto, aún tenía a mi madre que me quería, ¿pero cómo era capaz de regresarle ese amor si me había olvidado de ella por algunos momentos en la vida real? Tenía a mi Pokemon, Fennekin, por el cual había decidido quedarme y mejorar en PBO, pero eso ahora ya no importaba. Mi Pokemon no sería capaz de curar aquella herida que ha estado creciendo durante los años. Esa soledad, a pesar de tener a varios chicos a mis pies y varias "amigas" que sólo te hablan por lo popular y bonita que eres, se sentía tan real, tan dolorosa que un juego no sería suficiente para hacerla desaparecer. Incluso… incluso… ni siquiera abandonar aquel juego sería capaz de curar aquella soledad. Esa presencia solitaria que he estado sintiendo durante mucho tiempo iba a permanecer por siempre. Jamás se iba a ir; se había convertido en mi peor enemigo… Mi mente estaba tan distorsionada, tan furiosa y tan triste que por algunos segundos pensé en lo peor… Sí. Sabía que nadie me quería… ¿Y entonces, quién demonios me iba a extrañar si por alguna razón me iba?

— ¡Me rindo! —volví a decir esta vez más fuerte y más claro— ¡Yo me rindo!

La gente paró de abuchear. Masato se levantó de su asiento y me miró con algo de preocupación; Haruka, que a pesar de haber percibido algo extraño en ella, me volteó a ver y percibí que quería estar a mi lado, pero no hice caso de ello. Ni siquiera pude saber dónde demonios se encontraba Hikari ahora, pero eso no importaba. Ella tan sólo me conocía en el juego y nada más. Si en realidad supiera quién era en el otro mundo, de seguro me odiaría. ¡Estaba muy segura de ello!

— Bueno… ya que insistes… ¡El ganador del gremio es Shi…! —algo fue interrumpido por Masato.

Noté que alguien se encontraba frente a mí. Sus botas marrones estaban a centímetros de mi cabeza. El sujeto me tocó un hombro e hizo que levantara mi mirada. Shigeru se encontraba con un rostro frío. Tan frío, que no supe si en realidad estaba molesto por haberme rendido, o triste por verme de aquella manera. Aparte un par de mechones carmesí de mi rostro y quité la mirada de sus ojos, puesto que no podía soportar esa frialdad.

— No.

Al principio, no supe qué quiso realmente decir. Sin embargo, me di cuenta de que por primera vez había escuchado su voz con atención. Una voz grave, misteriosa y segura de sí misma.

— No te rindas.

Limpié las lágrimas de mis ojos. Podía verlo con dificultad a causa del agua que se colaba por mis orbes rosados.

— No te rindas —repitió fríamente— Eso es peor que perder en batalla. ¿Quieres que la gente te desprecie aún más? ¿Quieres que sepan que terminaste como Satoshi? ¿Cómo un cobarde?

— No —negué. Sabía que si me rendía, la gente me iba a odiar más de lo que ya lo estaba haciendo— No quiero que me odien. Yo no hice nada.

— Entonces levántate y lucha —el muchacho me ofreció una mano. Sin embargo, me quedé ahí, con la mirada perdida entre sus ojos.

— Lo siento… —susurré. Después de todo lo que había pasado, ya había tomado la decisión, y no la iba a cambiar por nada. Que la gente de PBO me odie más; de todas maneras, ya me odiaban desde un principio y eso no iba a cambiar—… ¡Yo me rindo!

El castaño mantuvo su mano en el aire en señal de impresión. Finalmente pude ver cómo su expresión tenía una pizca de sentimientos. Al fin pude ver cómo se sorprendía por mi respuesta y cómo me apartaba de él, dirigiéndome hacia Masato con lágrimas en mis ruborizadas mejillas.

— ¡El ganador del duelo es Shigeru! —gritó el espadachín verde, aunque se notaba algo de perplejidad en su voz— ¡AHORA TENEMOS EL ENCUENTRO FINAL! ¡RUBY CONTRA SHIGERU! ¡SERÁ UNA BATALLA EMOCIONANTE!

La multitud pasó de aquellos abucheos y lamentos que me dirigían a un vitoreo tan emocionante que no pude comprender después de estar tan acostumbrada a todas las negativas que me daban. ¿Cómo eran capaces de cambiar de los insultos a la alegría tan rápido? Qué jugadores tan hipócritas.

Sin embargo, cuando me coloqué a un costado de Masato, noté que era la única que estaba ahí. Shigeru seguía donde había estado, inmóvil y con la cabeza por lo bajo. Sabía que lo había decepcionado, pero eso ya no me importaba. Jamás lo iba a volver a ver en mi vida después de aquello. Ruby ya se encontraba en el otro extremo partido del campo, con una mirada tan calculadora y misteriosa como solía la chica de cabellos verdes, Haruka, no la vi por ningún lado. Comencé a buscarla con la mirada, por las gradas izquierdas y después por las derechas y finalmente lo hice. Ella estaba al lado de la chica que había derrotado, la luchadora de cabellos rubios que tenía de Pokemon a un Togepi. Ella estaba parada en las gradas al igual que los emocionados espectadores, pero su rostro se dirigía a Masato con suma concentración y algo de temor en su interior. Y pude presenciar que estaba a punto de hacer algo que impresionó a todos, excepto a Haruka.

— ¡Espera! —su voz no fue lo suficientemente alta para callar a la multitud, pero cuando entró en el campo de batalla y saltó hacia Masato, todos callaron y se confundieron ante su actitud.

— ¿Y tú qué quieres? —el espadachín miró por algunos momentos a Haruka, que estaba en las grada. Parecía que ambos se hablaban con la mirada y ninguno de nosotros entendía lo que querían decir. Kasumi señaló al espadachín y lo retó— Yo… ¡Yo te reto a un duelo! —se volteó y se dirigió hacia todos en particular— ¡YO RETO A MASATO A UN DUELO DESPUÉS DE QUE TERMINE LA FINAL!

Esta vez, el silencio fue el más duradero que jamás había imaginado. Pasaron segundos, e incuso varios minutos para que la gente comenzara apenas a murmullar y a soltar algunas risotadas. Otros comentaron que esta chica estaba loca y algunos dijeron que era una falta de respeto para un usuario beta como Masato, pero el espadachín verde se mostró tan normal y corriente que ni siquiera pude ver que se había impresionado en lo más mínimo.

— De acuerdo —el chico de cabellos azules se paró del trono y se colocó el yelmo— Si tú ganas, entrarás al gremio sin ningún problema. Si yo gano, me regalarás a tu Pokemon. ¡¿ESTAN TODOS DE ACUERDO?!

La multitud no mostró señales de rabia o inconformidad. De hecho, algunas risotadas invadieron el ambiente a causa de lo absurdo que era aquello. ¿Cómo era posible que uno de los mejores jugadores de PBO perdiera contra aquella chica?

— Yo… Yo acepto —mencionó Kasumi con miedo en su interior. Al parecer, aquellos ojos eran los mismos que había presenciado en Haruka hace algunos minutos atrás.

— Bien. Sin embargo, haremos esto ahora. ¡Prepárate!

La gente esta vez si se salió fuera de sus casillas… Estaban a punto de ver pelear al Espadachín verde; al mejor jugador de PBO del momento. Incluso Satoshi, el Destello Eléctrico, había dejado de ser el mejor después de convertirse en un cobarde al no presentarse. Todos e incluso yo iba a ver cómo aquel tipo demostraba que los rumores de su fuerza eran ciertos.

No obstante, la chica de cabellos verdes salió disparada hacia Masato. Se notaba furiosa y confundida. Yo no comprendía el por qué de aquello ¿De qué estaban hablando?

— ¡Se supone que sería después de la final!

— Lo siento Haruka. No puedo resistir la tentación de tener a ese Togepi. Ahora, apártate.

Ruby y Shigeru se apartaron de los extremos del campo. La chica de cabellos rubios ocupó uno de aquellos lugares, mientras el yelmo verde y pesado del muchacho se situaba en el otro lado.

— Espero que sepas lo que haces, Kasumi —su voz resonaba por todo el campo. La gente estaba tan atenta viendo al chico que ni siquiera era capaz de apoyarlo.

— Lo siento, pero esta vez te ganaré —la jovenzuela miró a Haruka, que se encontraba a mi lado junto con Ruby y Shigeru. Parecía que en el fondo estaba preocupada, pero asintió con determinación y apoyó a su amiga.

— ¡Tú puedes, Kasumi!

— Bueno… Contaré hasta cinco. A partir de ese momento, comenzará la batalla ¿de acuerdo? —Al momento de desenvainar su espada, despidió una luz que llegó hasta los extremos del frimamento de tonos púrpuras y oscuros. El chico le indicó a un jugador que se deshiciera de su escudo, puesto que no lo necesitaría. El muchacho asintió y lo cargó, mientras se alejaba del campo— Tan sólo necesitaré mi espada para derrotarte.

— Eso lo veremos —un aura de luz amarillenta salió de ambos puños de Kasumi.

— Cinco… cuatro… tres… dos… —incluso, a pesar de todo el sufrimiento que había sentido hoy, aquella batalla me hizo olvidar de todo por algunos momentos. Todos estaba totalmente atentos y el viento era el único que irrumpía el sosiego—…uno.

Una ráfaga de aire atravesó el agujero del escenario. Aquella ventisca inesperada hizo tensar el ambiente, rompiendo con el silencio de una vez por todas. Cuando Kasumi se preparó para correr, lo que la sorprendió a ella y a todos los presentes fue que el muchacho ya no se encontraba en su sitio.

— Has perdido —el chico le clavó la punta de su espada por la espalda. Una pequeña punzada apenas rozó sus atuendos y parte de su piel. No obstante, ese leve contacto con ella, esa punta afilada de color verde fue suficiente para que su vida bajara hasta que le quedara 1% de energía.

Me di cuenta demasiado tarde cuando supe que aquella ráfaga de viento repentina había sido Masato que atravesó todo el campo y se colocó a espaldas de la enemiga.

— Increíble —incluso la voz de Ruby me hizo sorprenderme. Jamás lo había visto tan sorprendido.

— No quiero matarte… puesto que quiero que me entregues de inmediato a Togepi —el muchacho envainó su espada y se la colocó en la espalda lentamente.

— Yo… yo… y-… —ni siquiera Kasumi era capaz de hablar a causa de la gran velocidad con la que el muchacho había hecho todo. La joven se volteó, aún con un rostro exaltado, y tomó su pokebola entre las manos temblorosas. La depositó en la mano verde enguantada y estirada del peli-azul y éste sonrió.

— Ahora… que comience la batalla final —finalizó.


Vaya... esta semana se me pasó muy lento pero a la vez muy rápido xD. Si pensaron que el título del capítulo iba a estar relacionado con que Max se iba a rendir o algo por el estilo, estaban equivocados xD NUNCA JUZGUEN A UN CAPÍTULO POR SU NOMBRE, jajajá. Bueno, la siguiente será una de las batallas más emocionantes que habrá leído el mundo =O... nah bromeo. Sólo será una batalla emocionante que sólo yo he leído... sólo yo. Y yo sólo sé cuán emocionante será la batalla de Ruby VS Shigeru. El viernes publicaré el capítulo. Será así como su regalo de Halloween xD Muchas gracias a los que me felicitaron y gracias por todos sus reviews, críticas, visitas y demás. Si no se han animado a comentar, háganlo y recomienden el fic o lo que sea xD Sin más me despido. ¡Nos leemos!


Próximo capítulo: La Final Esmeralda