Mega Charizard X – 20


Y ahí me encontraba. Frente a los dos chicos que habían estado a punto de asesinarse. Ambos, me miraron desconcertado, pero con una frialdad que pude comprender a la perfección. No sabían qué había sucedido, no sabían el por qué lo había hecho y no sabían por qué diablos me encontraba ahí y en aquel preciso momento. De hecho, nadie sabía por qué lo había hecho. Nadie sabía por qué había desaparecido en el torneo y había aparecido en aquellos momentos. En cambio, yo sí lo sabía.

El chico castaño me miró de una forma indiferente, pero trató de mantener la compostura y no hacer ningún movimiento en falso, o yo lo podría percibir. En cambio, el chico albino de un momento a otro se sorprendió. No lo culpaba… Si alguien más se hubiera aparecido en medio de la final del Torneo Esmeralda, hubiera lanzado un rayo proveniente de su espada eléctrica —que apenas y aquellos dos pudieron esquivar—, y nos hubiéramos alejado de la gente lo bastante como para luchar a solas, también me habría asombrado de la misma forma.

Apenas pude percibir la pantalla virtual que se encontraba sobre el coliseo destruido. Mi rostro estaba totalmente siendo emitido a través del monitor. Toda la gente estaba observándome a través de aquel miedo. Todos, incluso Masato. Aquello me hizo dudar por algunos momentos, pero a pesar de ello sabía que tarde o temprano la gente tendría que verme luchar. La gente iba a estar a punto de presenciar mi poder, lo que había estado tratando de ocultar durante todo este tiempo… Sin embargo, eso ya no importaba. Ya nada tenía importancia; lo único que debía de hacer ahora era matar a Masato, para hacerle ver a todos los jugadores de Pokemon Battle Online que era un inútil y débil chico. Su gremio debía de caer justo ahora. No obstante, sabía que iba a ser difícil. Incluso, el tratar de acercarme a Masato y atacarlo iba a ser complicado, puesto que aquellos dos tipos iban a intervenir tratando de defender a su líder. Aquellos dos tipos a los que no tenía que subestimar por ningún momento… A simple vista y con el poder que habían demostrado a lo largo del torneo, sabía perfectamente que se trataban de jugadores beta. No era cualquier cosa el acabar con ellos.

— Lo siento, pero hasta aquí llego este torneo de mierda —mencioné. Mi túnica blanca se ondeaba al compás del viento que hacía por la pradera larga y extensa. La luna incluso hacía más cegador el color de mis atuendos.

— No comprendo —dijo fríamente el muchacho de cabellos castaños, Shigeru.

— Lo que has oído —dije sin balbucear. Mi voz tenía un toque de frialdad y misterio—. El Gremio Esmeralda no es nada más que basura.

— ¿Qué? —inquirió Ruby. Sus ojos carmesí brillaban en medio de la noche— ¿Quién te crees para aparecerte de la nada ya amenazarnos de esa manera?

— Soy el Destello Eléctrico —dije, aunque aquello sonó algo egoísta.

— Oh, el destello eléctrico —bufó el abino— El tipo que no se presentó en la segunda ronda. El tipo al que ahora llaman "Destello Cobarde".

— ¿Con que así me llaman ahora, eh? —sonreí—. Bueno, la verdad no me importa el cómo me llamen.

— ¿Por qué hiciste eso? —dijo Shigeru, con una voz más fría de la que yo tenía.

— ¿Qué? —cuestioné, confundido— ¡Oh! ¿Te refieres al casi matarlos de un trueno? ¿O el haberlos traído hasta aquí, donde nadie pueda interrumpirnos?

— ¿Por qué haces esto? ¿Qué quieres lograr con esto? —repitió.

— Bueno —dije con la cabeza por lo bajo. Algo había cambiado en mí… algo que no quería recordar. Algo que me había pasado hace un par de horas—. Hago esto por una razón… Una razón que tú no comprenderías.

En ese instante, desenvainé nuevamente mi espada blanquecina. Unas milésimas de segundo después, un par de chispas eléctricas resonaron alrededor de ella, pero poco después, antes de que Shigeru se diera cuenta, aquellas chispas ya estaban detrás de él, con la punta de mi espada a punto de cortarlo a la mitad.

Noté que el semblante frío del chico castaño se impresionó. Sus pupilas dilatadas al voltearse delataron un rostro incapaz de pensar. Un rostro que se había sorprendido por mi velocidad… No por nada me llamaban el Destello Eléctrico.

No obstante, cuando estuve a algunos centímetros de matarlo, tuve que desviar mi espada debido a que algo se interpuso en mi camino; algo que cegó mis ojos por un momento. Una repentina luz verde cegó mis ojos, pero fui capaz de contrarrestar el tajo de aquella espada esmeralda que se había interpuesto en mi camino.

Retrocedí un par de metros y sonreí. Finalmente ahí estaba Masato, con su espada esmeralda destellante y un escudo circular tan grande que le cubría casi toda su armadura. A sus costados, estaban la chica de cabellos claros esmeraldas. Si no me equivoco, su nombre era Haruka… Aquello me sorprendió. ¿Acaso era parte del gremio? ¿Tan fuerte era? ¿O sólo llegó ahí por cuestiones de al azar? Sin embargo, me sorprendí al ver que a su otro lado, estaba Misako.

Sentí una punzada en el estómago. No me gustaba la manera en que me miraba… no me gustaba nada el rostro sombrío que me lanzaba. Sus mechones rosados recogidos en una larga coleta se ondeaban con el viento, y la espada de tonos rosados brillantes que tenía sobre la mano me hicieron dar cuenta de que no iba a dudar en matarme. No la culpaba… sabía que estaba furiosa por el no haberme presentando en el torneo. Sabía que la había decepcionado totalmente, aunque me alegré por ella al ver que había formado parte del gremio… Un gremio que estaba a punto de bajar su reputación.

Los usuarios que habían sido parte del espectáculo, comenzaron a correr hacia nuestra posición. Necesitaba apartarlos a como diera lugar, o ellos también irían contra mí. Todos los malditos usuarios estarían en mi contra, y si quería vencer a Masato, sería prácticamente imposible si aquella batalla fuera de miles contra uno.

Sin pensarlo dos veces, salté medio metro por el aire, y di una voltereta de 360 grados, con una pierna estirada a lo largo del perímetro. Aquella patada que lancé, extendió un gran círculo transparente y eléctrico el cual rodeó a todos. Masato y compañía lo esquivaron si dificultades, pero lo que no sabían era que aquel ataque no iba dirigido a ellos, sino que era una especie de escudo que comenzó a encerrarnos hasta estar completamente sin escapatoria. El semicírculo estaba cubierto de una electricidad apenas visible en los contornos, por lo que era imposible pasar sin ser herido. Y por supuesto, nadie de los espectadores tendría el nivel para pasar aquel escudo sin morirse, por lo que ellos ya no intervendrían más en el encuentro.

— Vaya, vaya, vaya —Masato se notaba sorprendido— Miren quién llegó a arruinar la fiesta.

Yo tan sólo me limité a guardar silencio.

— ¿Por qué apareciste de repente? —me comenzó a invadir de preguntas— ¿Por qué no te apareciste en los cuartos de final? Gracias a ti, ahora todos odian a la nueva integrante del gremio —señaló a Misako, que seguía con aquella mirada que no logré comprender— ¿Por qué llegas a arruinar mi torneo, Satoshi?

Yo quedé en silencio. Poco a poco la gente comenzó a invadir los alrededores de la llanura. Sin embargo, todos se dieron cuenta que estábamos rodeados por aquel semicírculo de un azul transparente que irradiaba chispas eléctricas.

— Eso no te incumbe —dije sin más.

— ¡Idiota! —soltó Misako de repente—. ¡IDIOTA!

Sinceramente, sentía lástima por ella. ¿Había dicho Masato que ahora todos la odiaban? ¿Por qué? ¿Qué había hecho yo? ¿La odiaban por que no me había presentado a en la segunda ronda? ¿Por qué deberían sentir eso por ella? A menos que…

Ahora entendía su rabia. Ella había sido mi contrincante, y cuando vio que no me presenté, supongo que pasó automáticamente a las semifinales, y la gente se molestó por aquello. Se molestó porque había formado parte del gremio sin siquiera luchar.

— Lo siento —mencioné, apretando la empuñadura de mi espada—. En verdad lo siento, Misako.

— ¡No te perdonaré! —gritó con rabia. Los espectadores comenzaron a susurrar; incluso noté que algunos querían entrar para golpearme, pero les era imposible.

— Basta ya de tonterías —intervino el espadachín verde— O me dices a qué viniste, o…

— ¿O qué? —dije con atrevimiento. Mi sonrisa se tornó fría, y solté una carcajada débil pero sarcástica— ¿Vas a matarme? ¿Tu gremio me va a matar? ¿Y qué ganas con matarme? Inclusive, si me matas, puedo volver a conectarme y a intervenir en tu estúpido torneo.

— O le diré a todos tu secreto… —él continuó, ignorando mis advertencias.

A pesar de que yo ya sabía que él sabía sobre mi secreto, sobre lo que quería ocultar, fingí no sorprenderme.

— Pues diles —dije fríamente. Mi actitud impresionó al de la armadura esmeralda; él pensó que lo que había dicho sería una amenaza para mí, pero estaba totalmente equivocado. El revelar mi secreto… el revelar lo que él había descubierto en la habitación del jefe del nivel uno ya ni siquiera me importaba—. ¡DILES A TODOS! ¿Qué ganas con eso? ¡¿Qué me odien?! Al fin y al cabo ya me odian… ¡Ya todos me odian en este juego, pero eso ya no me importa! ¡Lo único que me importa es lo que quiero conseguir ahora!

— ¿Y qué deseas conseguir? —Masato interpretó mi silencio como respuesta—. Bien, no importa. De todas maneras, les diré a todos —el chico volteó a ver a sus alrededores. Miles de personas observaba la batalla como si el hacerlo dependiera de sus vidas. Estaban tan concentrados, tan asombrados, tan confusos por saber lo que pasaba, que ni siquiera se daban el tiempo para respirar— ¡DAMAS Y CABELLEROS! ¡Este chico…! ¡Satoshi es un "cheater"! ¡Él hace trampa en el juego! ¡¿Por qué creen que tiene tal poder?! ¿Por qué creen que venció él solo al Charizard? ¡Yo lo vi con mis propios ojos!


Súbitamente, el gran dragón anaranjado surcó los aires cálidos del volcán, y en un abrir y cerrar de ojos ya iba descendiendo hacia mí, a pesar de haberlo intimidado con mi espada eléctrica.

Los ojos del Pokemon se posaron hacia mi localización, y cuando estuvo a centímetros de embestirme con una de sus garras, lancé un gran corte que despidió una onda eléctrica que dañó parte del muro del volcán. Mi espada estaba forcejeando con una de sus garras, como si mi arma no fuera nada más que un simple juguete para él.

Traté de alejarme de ahí, ya que mi fuerza iba disminuyendo y poco a poco sería hombre muerto. No obstante, cuando pensé que todo estaba perdido, Pikachu llegó al rescate y lanzó un impactrueno que aturdió al Charizard por algunos momentos.

— ¡Ahora, cola de hierro! —el Pokemon amarillo saltó por los aires y su cola comenzó a brillar. Charizard se reincorporó, y pudo esquivar aquel ataque. Pikachu dio directamente contra el suelo y lo partió en grietas.

El Pokemon de fuego lanzó un rugido al aire y atacó con un lanzallamas que apenas y pude esquivar. Sin embargo, los compañeros del espadachín verde no fueron lo suficientemente hábiles como para poder esquivarlo. Instantáneamente habían muerto en el intento.

— ¡NO! —Masato estaba anonadado. Ahora sólo se encontraban él, su Ralts, mi Pikachu y yo. Takeshi incluso ya también había muerto, a pesar de que me había mencionado que él sólo podía acabar con el jefe del nivel uno. Aunque debo decir que tuvo por lo menos el valor para decir que podía vencerlo.

Volteé a ver al espadachín. Sabía de antemano que era un usuario beta, puesto que lo vi un par de ocasiones en aquella versión. No obstante, me sorprendió que se comportara de aquella manera en el juego, y mucho más con el primer jefe del juego.

— ¡¿Qué diablos te pasa?! —le grité furioso—. ¡Levántate y lucha!

— Ese… ese Charizard —dijo con una voz entrecortada— No es el mismo que en la versión beta. Él no tenía esa fuerza.

— ¡¿Y qué esperabas?! —Masato comenzaba a incomodarme.

— ¡Sabía que no sería igual que en la beta, pero jamás imaginé que fuera así de poderoso!

— Pues ahora lo sabes —me agaché y recogí su espada. Extendí su empuñadura hasta su alcance, para que pudiera tomarla—. Ahora, quiero que te levante y luches. O tendré que llevarme todo el crédito.

El tipo se reincorporó y se llevó a las manos su espada esmeralda, que en aquellos momentos tenía más tonos carmesí debido al aire volcánico del lugar. Su escudo ya estaba destrozado en el suelo debido a los ataques del Charizard, y su preciado Ralts estaba a punto de perecer. El peli-azul levantó la vista, y el Pokemon surcó nuevamente los aires. Súbitamente, sus alas brillaron desde la salida del volcán. Incluso aquellas alas despedían brillos más cegadores que el mismo sol que se colaba por la boca de la montaña. El Pokemon descendió a una velocidad inimaginable, y ésta vez fue directo hacia el muchacho de la armadura verdosa. Sin pensarlo dos veces, fui directo hacia mi compañero y lo empujé hacia un lado, mientras el Charizard me daba de lleno con una de sus alas.

El chico pensó por un momento que había muerto. Sin embargo, en realidad tan sólo había bajado un 15% de mi vida. Noté que el espadachín se impresionó y me miró con unos ojos azules tan misteriosos que no pude comprender. Yo por mi parte, me decepcioné al ver que aquel tipo, que afuera se había mostrado invencible, intimidante y poderoso, a la mera hora tan sólo era un cobarde que se dejaba impresionar por el poder del Pokemon.

— ¿Cómo…? —se notaba confuso— ¿Cómo es que no estás muerto?

Yo no respondí. Sabía que ese ataque no me iba a matar. Sabía que el Ataque Ala del Charizard podía matar a un usuario normal, a un jugador avanzado e incluso a un jugador beta, pero yo era diferente… Yo había sido diferente desde que pasó aquello en la versión beta.

— No lo sé —mentí.

— Tú… —mencionó—. Tú eres un "cheater".

Eso me hizo sorprender. En sí, el tipo tenía razón, aunque después de todo no era un "cheater" en realidad. Digamos que los poderes que había adquirido eran gracias a alguien… no gracias a mí.

— Puede que tengas razón —dije.

En ese momento, el Charizard lanzó una llamarada que me cubrió por completo. Sin embargo, mi Pikachu recibió el daño y a pesar del gran ataque, mi compañero tan sólo perdió el 50% de su vida. La vida de mi Pokemon bajó hasta quedar en color amarillo, pero había valido la pena, ya que él había sido la distracción, y yo ya había estado de espaldas al Pokemon de fuego.

Un gran tajo lo cortó a la mitad. Varias chispas lo rodearon como si estuviese siendo electrocutado tanto externa como internamente. Una explosión rodeó el volcán alrededor, aunque poco después todo quedó en un silencio profundo.

Masato estaba sin palabras, pero a mí eso no me importó. Lo que en verdad me importó en esos momentos fue que cuando el humo de la explosión se disipó, el Pokemon anaranjado tenía su vida en un 10%, con su barra en colores cálidos rojizos, pero había diferente algo en él…

Una piedra de un tono azul caía por los aires, y Charizard la tomó, la aplastó entre sus diminutos puños y en ese momento cambió todo: El Pokemon se tornó de un tono anaranjado a un azul cobalto tan intenso que incluso el ambiente se decoloró y pasó a ser todo azul. El volcán comenzó a expulsar lava de un color azul debido a los daños de la batalla, y una gran llamarada azul hirviente, poderosa y voluminosa abarcó los aires del volcán.

MEGA CHARIZARD X

El letrero del jefe desapareció. Jamás había visto esta versión del Pokemon. En la versión beta, recuerdo que yo luché contra un Charizard no tan débil, pero tampoco tan poderoso. Sin embargo, jamás se había convertido en aquello…

Masato no supo que decir, y yo quedé impresionado ante aquello. Debía de usar todo mi poder… debía de hacerlo incluso frente a Masato. Tenía que vencer lo último que quedaba de aquel Pokemon. Tan sólo quedaba un 10% de su vida, pero sería incluso difícil.

Debía de hacerlo…

— Pikachu, usa el mejor impactrueno que tengas.

En esos momentos, la luz que entraba por el agujero del volcán desapareció. Unas nubes grisáceas invadieron el ambiente, pero aquello no le importó al Mega Charizard, que duplicó su velocidad y fue directo hacia mí.

— ¡Qué rápido!

No pude reaccionar. Su golpe me estrelló contra el muro de piedra de la habitación. Mi vida bajó otro 15%, restándolo del 85% restante que tenía.

Cuando me reincorporé, sujeté mi espada con fuerza y fui directo hacia el Pokemon. Mi velocidad no era tan fugaz como la del Charizard, pero sabía que tenía un plan. El Pokemon no hacía planes… él tan sólo atacaba a diestra y siniestra, él sólo le hacía caso a su fuerza bruta, pero yo no… Yo tenía algo en mente.

El Pokemon esquivó mi tajo eléctrico, y a mis espaldas, sonrió.

Su velocidad fue tan impresionante, que calvó una de sus garras sobre mi espalda. Mi túnica blanca se agujeró e incluso sentí un leve dolor sobre mi columna. Las garras me habían atravesado por completo, y poco a poco mi vida iba bajando. 60%... 45%... 30%...

— Ahora, Pikachu.

Justo nos encontrábamos en el centro de la habitación azul. Las nubes que invadían los cielos, produjeron el eco de truenos que poco a poco iban avecinándose, pero ni siquiera el rayo que cruzó la entrada del volcán, atravesó la habitación y dio de lleno en el centro, se comparó con el débil eco de los truenos que había en el exterior. Éste había sido un sonido ensordecedor, tan cegador que ni Masato pudo ver qué había sucedido después.

El Charizard se quedó inmóvil… mientras mi Pikachu se encontraba detrás de él, con el ataque ya realizado. Yo por mi parte, noté todo borroso. La alerta de que mi vida estaba baja apareció en medio de mi vista, y los látidos de mi corazón fueron tan potentes, tan notorios, que incluso el juego me indicó que mi presión arterial estaba demasiado acelerada.

— Lo… lo hemos logrado… Pikachu —finalicé mientras me arrodillaba en sobre el suelo y me dejaba caer. El Charizard explotó en partículas brillantes, y un letrero de "ENHORABUENA" apareció sobre el aula volcánica.

Había resistido las garras del Charizard sobre mí. A pesar de todo, aún tenía la herida sobre la espalda… aún sentía dolor. Poco a poco mi vida estaba bajando… 5%... 4%... No sé cómo pude lograr aquello, 3%... 2%...

Un premio apareció súbitamente enfrente de mí y de Pikachu. Un premio que cayó, rodó hacia mí y se paró al chocar con mi cabeza. Al levantarme débilmente, noté que se trataba de una Master Ball.

— Vaya —susurré— Una Master Ball.

Masato se impresionó. Él no podía creer que había vencido yo solo al Mega Charizard X. De hecho, él sólo había sido un estorbo para mí.

—¡Es…! ¡Es una Master Ball! —Mencionó el espadachín—. Con ella puedes…

— Ya sé —refunfuñé— Y es una mierda. Con mi Pikachu es más que suficiente para ser fuerte.

Se la aventé al peli-azul. Él me miró desconcertado, pero yo sonreí. 1%... En ese momento, desaparecí explotando en partículas brillantes. Lo malo es que había perdido por primera vez en mi vida en PBO; lo bueno, que finalmente había vencido el primer jefe de la versión original.


— ¡Eso es lo que sucedió! —mencionó Masato, aunque había omitido la parte en la que le había obsequiado el premio. Vaya sorpresa—. Él es un "cheater".

La multitud comenzó a abuchear. La gente me llamó cobarde, tramposo, "cheater", y muchas cosas más que no alcancé a escuchar. Sin embargo, a mi no me importaba aquello.

— ¿Qué soy un "cheater"? —me cuestioné en voz alta, y el espadachín esmeralda se impresionó— ¡Ja! Y una mierda. A mí no me llamen "cheater". Yo soy el único "beta tester" que ha logrado vencer a diez jefes de nivel sólo —aquello hizo parar los abucheos e insultos—. ¡SÍ! ¡YO VENCÍ A DIES JEFES DE NIVEL EN LA VERSIÓN BETA! ¡YO SOY EL ÚNICO QUE HA LOGRADO MATAR AL JEFE DEL NIVEL UNO DE LA VERSIÓN ORIGINAL! A mí no me llamen "cheater". Masato… —el chico me miró—… es hora de demostrarle a todos que no eres el jugador que creen. El único cobarde aquí eres tú. El único débil aquí eres tú. Y en este momento… ¡En este momento serás derrotado por un "Beater"!


NOTA:

"Beta Tester": Probador Beta

"Cheater": Tramposo. Jugadores que usan medios desleales.

"Beater": Palabra que resulta de mezclar las dos primeras letras de "Beta Tester" y las últimas cuatro de "Cheater".


Lamento mucho por la tardanza, pero había estado enfermo toda esta semana de una amigdalitis severa D: Y con mucha fiebre, asíq ue no pude encender mi ordenador y postear al capítulo (Ni siquiera podía pararme XD) Bueno, lamento si lo dejé en suspenso, jaja. Sé que piensan que por qué Satoshi está haciendo todo esto WTF?! Pero lo sabrán. A los que fueron pacientes por fin tuvieron la fortuna de ver cómo venció Ash al Charizard. Sin más me despido y nos leemos el martes. Gracias por sus reviews, sus visitas y a los que se preocupaban de que no posteaba el capítulo xD ¡Nos leemos!


Próximo capítulo: El secreto de los beta