Capítulo 5: "El Retorno del Entrenador Legendario – Parte 5"

Ciudad Azafrán

Ya habían pasado 3 horas desde que los 2 jóvenes y el pokemon habían llegado a la ciudad. Desde entonces White se las había arreglado para arrastrar al azabache a través de las tiendas populares de la ciudad, pese a que este originalmente solo planeaba recorrer esta.

Al principio, este no le dio importancia, pensando que la chica solo estaba emocionada frente a esta nueva ciudad, sin embargo, esto cambió cuando al azabache lo arrastraron a través de varias tiendas de mujeres. El joven resistió lo mejor que pudo, pero no paso mucho tiempo para que el entrenador acabara escapándose de White tras ver las decenas de bolsas a un lado de la chica.

- ¡Ash Ketchum, regresa! - (gritó la castaña corriendo detrás del entrenador, cargando varias bolsas con ella)

- ¡No pienso cargar con tus compras! - (gritó el azabache, corriendo aún más rápido)

- ¿No eres popular?, 4 chicas te han perseguido y ni han pasado tantas horas - (murmuró Pikachu, burlándose de su entrenador)

- ¡Cállate, no tengo tiempo para esto! - (gritó Ash, doblando rápidamente en una esquina)

Mientras el par de jóvenes mantenían esta escena, en lo alto de un edificio a unas cuantas calles de ahí, cierta castaña observaba divertida la persecución del par de entrenadores. Miraba atentamente a Ash a través de su binoculares, este se mantenía peleando con su pokemon, mientras corría de White manteniendo una velocidad que la chica cargada de bolsas pudiera seguir.

Blue sabía mejor que nadie que el joven rápidamente tomaría las bolsas de la chica cuando esta se cansase. Era un idiota amable.

- Red, Red, al parecer sigues metiéndote en problemas de faldas - (murmuró Blue, mirando al entrenador con una sonrisa irónica)

Regresando a la persecución, Ash ya llevaba corriendo bastante tiempo de la chica, ambos abandonaron la zona comercial y se acercaban a la zona residencial.

Cuando el azabache dejó de ver tiendas en las calles logró calmarse un poco, aunque la chica parecía cada vez más molesta.

- ¡Vuelve aquí Ash! - (gritó White, sacando una pokeball de su bolso) - ¡Ve Serperior, atrápalo! -

- ¿¡Ahora usarás pokemon!? - (gritó Ash, mientras esquivaba hábilmente al pokemon)

La persecución comenzó a aumentar el ritmo a medida que el pokemon de White comenzó a presionar a joven. La chica miraba incrédula, como el joven se las arreglaba para escapar de cada intento de Serperior por atraparlo, fue hasta el punto en que se preguntaba si no era un Mankey disfrazado.

La cara de White era todo un espectáculo.

Para este punto, la persecución de ambos jóvenes ya había llamado la atención de los peatones, especialmente la de los niños entre el público, quienes aplaudían cada vez que el azabache hacía una acrobacia para esquivar al pokemon serpiente. Pikachu quien estaba aferrado al azabache en todo momento, miraba a su contraparte pokemon con pena.

Tras varios minutos, el joven dejó su persecución y se acercó rápidamente a la castaña, quien ya cansada se había tropezado. El público a su alrededor, aplaudieron cuando el joven atrapó a la chica en sus brazos, mientras atrapaba las bolsas de compra en el camino.

- Idiota, si estabas cansada debiste detenerte en la plaza que pasamos recién – (comentó el azabache, mientras regañaba a la aturdida y sonrojada White)

- ¿Q-Qué? – (murmuró tímidamente la joven) – P-Pero tú… -

- Mira, no hubiese huido si me dijeras antes que querías comprar ropa – (dijo el joven, manteniendo su mirada) – Pero te pasaste del limité en la 7° tienda, no creas que usaré un vestido solo porque te apetece –

- … Creí que se vería bien en ti – (murmuró la castaña desviando la mirada de la del azabache)

- ¡Jamás! –

- Qué raro… bien recuerdo que lo solías hacer de vez en cuando – (Murmuró Pikachu, ganándose la mirada de odio de su entrenador)

- ¡Cállate! –

- ¡P-Por cuanto tiempo vas a abrazarme! – (gritó la sonrojada White)

.

..

- … ¿Ese es el Gimnasio de ciudad Azafrán? –

- Si… lo es, aunque es un poco distinto a como lo recuerdo –

Un par de jóvenes entrenadores se detuvieron frente a un gran edificio ubicado a un gran espacio que se distingue dolorosamente en esta ciudad plagada de edificios. El recuerdo en sí, ni el edificio era algo que extrañara al joven, años atrás el gimnasio ya le había asombrado, tampoco era que hubiese cambiado mucho tras este tiempo.

Es solo…

- ¿Qué diablos pasa con esta multitud? – (murmuró un confundido azabache)

Una multitud de varias decenas de miles se encontraban en las puertas del gimnasio. Muchas de estas gritaban cosas irreconocibles, mientras derramaban lágrimas y proclamaban el nombre de Sabrina. No era necesario ser genio para comprender que estas personas eran fanáticos de la líder del gimnasio de ciudad Azafrán, sin embargo, los jóvenes fueron abrumados por la presencia de estos.

- … ¿Una secta? – (preguntó el pokemon amarillo, mirando aturdido la escena, al igual que su entrenador)

- ¿Qué diablos hizo esa chica mientras no la vigilaba? – (susurró un sombrío azabache)

- V-Voy a preguntar qué está pasando… - (comentó White, mirando nerviosa al joven a su lado que se apretaba la cabeza con ambas manos)

- Claro, pero ve con cuidado… no parecen muy estables en este momento, saca uno de tus pokemon por las dudas – (respondió el azabache, quien desde que vio la escena tenía dolor de cabeza)

Tanto el azabache como su Pikachu miraron a la joven acercarse a la multitud con cierta cautela, mientras su Serperior miraba con atención a sus alrededores. Mirando esto, el Ketchum se dejó caer en un asiento cercano, mientras a su lado dejaba las bolsas y miraba a su pokemon.

- … ¿Qué crees que ha pasado? – (preguntó cautelosamente el joven)

- ¿Quién sabe?... Esas personas se veían destrozadas – (respondió el pokemon, mirando cuidadosamente a la multitud) - ¿Tal vez… algo le pasó a Sabrina? –

- … -

El joven no respondió a lo dicho por su pokemon, sin embargo, cualquiera que haya interactuado con el joven azabache sabría que en el instante que el pokemon preguntó eso, el aire alrededor del entrenador cambió. Los ojos serios de él comenzaron a adquirir poco a poco, un profundo y intenso color rojo, totalmente ajeno a los normales iris del azabache.

- El Team Rocket ya fue destruido… ¿Acaso otro grupo de idiotas quieren seguir su ejemplo? – (murmuró sombríamente el azabache, poniendo nervioso a su pokemon)

- Vamos, no creo que sea lo que piensas, en primer lugar, esa chica… ¡Ash! –

El azabache estaba mirando fijamente hacia el edificio de gimnasio, sin embargo, el grito de su compañero llamó instantáneamente su atención. Este miraba hacia la calle por la que llegaron originalmente, esto extrañó al azabache quien miraba confundido hacia la dirección que miraba el pokemon.

Ahí…

- ¿Un Abra? – (preguntó un confundido Ash)

- Espera Ash, este Abra… se me hace conocido… - (murmuró Pikachu palideciendo)

- Abra…- (murmuró el pokemon, juntando sus manos y creando una brillante luz, cosa que aterró al entrenador y a la rata)

- ¡Ese movimiento es…! - (gritó el azabache, antes de desaparecer del lugar, junto a Pikachu y el Abra)

Mientras esto ocurría, la joven castaña salió corriendo desde la multitud, su expresión pálida y mirada asustada no era inferior a la de los otros miembros de fans a su alrededor.

- ¡Ash!, ¡Es terrible!, ¡Sabrina!, ¡Ella va a…! - (gritó White, entrando corriendo hacia el lugar donde estuvo el joven unos segundos atrás, sin encontrar ningún rastro del azabache, solo sus bolsas abandonadas en la banca) - ¿Ash? –

.

..

El azabache se despertó en una habitación oscura, no sabía con exactitud cuánto tiempo estuvo inconsciente, pero ahora se encontraba cautivo dentro de una habitación oscura con un pequeño haz de luz iluminando a lo lejos. El joven se encontraba sentado en una silla y encadenado de pies y manos, no encontraba rastro alguno de Pikachu y no podía detectar ninguna presencia en el lugar, él realmente estaba una mala situación.

- Vaya, me recuerda a la vez que Steel me llevó a unas de sus "misiones secretas"- (murmuró el azabache, tratando de sacarse las cadenas) – Al menos las cadenas son nuevas… y no tienen cosas raras atadas a ellas –

El joven comenzó a retorcerse en la silla, haciendo que el sonido de cadenas comenzara a sonar bastante en la habitación vacía. El joven estaba concentrado en esto, pero luego se tensó, al notar la presencia de otra persona en la habitación.

- Será mejor que no intentes nada… Red, estás completamente atrapado - (murmuró una voz, cercana al azabache, quién solo suspiró cansadamente)

- Haa… ya sabía que ese era tu Abra, solo tú eres capaz de hacer esto a plena luz del día y en un lugar lleno de personas… ¿no es cierto, Sabrina? - (comentó el entrenador, mirando fijamente al único haz de luz en la habitación)

Ahí donde miraba, apareció una hermosa y sensual mujer, poseía un hermoso cabello largo y de un color morado oscuro, aparentaba unos 20 años y llevaba un traje que hacía juego con el color morado de su cabello. La bella mujer que haría que 9 de 10 hombres y mujeres giraran su mirada para verla, lo estaba mirando con gracia.

Incluso su mirada burlona era atractiva.

- ¿Cómo has estado Red, o debería llamarte Ash ahora? - (dijo la chica acercándose al azabache)

- Ash, si no es mucha molestia, originalmente nos conocimos con este nombre… ¿Y bien, que vas a hacer ahora?, porque tengo cosas que hacer, ¿sabes? - (respondió el entrenador, forzando una sonrisa, mientras seguía intentando romper las cadenas)

- Pues esperaba disfrutar de nuestro reencuentro… después de un largo 1 año sin vernos - (contestó la mujer, sentándose en las piernas del entrenador y mirándolo encantadoramente)

- Vamos Sabrina… ¿Por qué no me dices dónde esta Pikachu, me dejas ir y luego hablamos? - (preguntó el entrenador, tratando de resistir las caricias de la chica)

- No lo haré - (respondió secamente la mujer, para luego mirarlo directamente a los ojos) - No hasta que me digas… ¿¡Dónde demonios has estado todo este tiempo!? –

- ¿Otra vez? – (se preguntó el azabache, mirando nervioso a la joven)

.

..

Meseta Añil

En la Meseta Añil, cierto pelirrojo entrenaba arduamente a sus pokemon dentro de una espaciosa sala de entrenamiento dentro del edificio. La sala poseía diversos equipamientos para el entrenamiento, asimismo poseía gradas y una gran arena de combate. En la arena, el pelirrojo hacia que sus pokemon practicaran entre ellos usando todas sus fuerzas para pelear, pese a que estos se encontraban bastante agotados por el entrenamiento, el pelirrojo seguía dándole órdenes a sus pokemon.

Esto no fue bien visto a la mirada del resto de los campeones, quienes se encontraban viendo el entrenamiento del pelirrojo.

- Lance, deberías dejar que tus pokemon descansen - (sugirió Cynthia mirando el estado de los pokemon)

- No podemos bajar el ritmo, Cynthia… a este paso no lograremos ganar el Torneo - (respondió Lance mientras seguía con el entrenamiento) – por otro lado… ¿¡Qué hacen ustedes aquí!?, ¿¡No se supone que deberían haber regresado a su región?!, ¿¡Qué hay de Eden?! –

- Vamos, vamos, la pequeña Iris acaba de irse a Eden para revisar las cosas allá, le irá bien – (Comentó Diantha, vestida con un bello vestido blanco y un par de lentes oscuros, bebía tranquilamente un jugo junto a la rubia campeona)

- Además, podemos ir en cualquier momento si le surge algún problema, así que por ahora solo podemos relajarnos - (comentó Steven, vestido con una camisa hawaiana y unos lentes negros, mientras tomaba un jugo para él de las campeonas)

- ¿Steven, sacaste eso de mi guardarropa? - (preguntó el pelirrojo interrogando al peli plateado)

- Chico Lance, deja descansar a tus pokemon, entiendo que quieras ganar el torneo, pero hacerlos entrenar hasta el cansancio, no traerá los resultados que deseas - (dijo Mirto regañando al pelirrojo, mientras llevaba varias latas de cerveza para él y los otros campeones)

- ¿Incluso abrieron mi refrigerador?… olvídalo, chicos, descansen- (ordenó Lance, dejando descansar a sus pokemon)

- Es raro verte entrenar a tus pokemon sobre exigiéndolos - (comentó Wallace mientras los otros campeones le apoyaban)

- No puedo evitarlo… después de todo, él participará - (murmuró Lance, confundiendo a los demás campeones)

- ¿Quién? - (preguntó Steven mirando con duda a su amigo)

- ¿Recuerdan el rumor que ha estado circulando desde la caída del Team Rocket? - (preguntó Lance mientras miraba el cielo)

- ¿Rumor? - (preguntó Diantha con interés)

- ¿Hablas de Red?, ¿O de su supuesto grupo, Crimson Tempest? - (preguntó Steven, llamando la atención del resto de los campeones, con excepción de Lance)

La bulliciosa sala de entrenamientos calló en silencio tras la respuesta del campeón peli plateado. Todos los ojos del lugar se reunieron en el pelirrojo, este les miro de soslayo, antes de suspirar y comenzar a hablar pausadamente.

- Red… - (murmuró Lance mientras cerraba los ojos) – El misterioso entrenador pokemon que destruyó el Team Rocket, líder de Crimson Tempest, y se dice que es el entrenador más poderoso de todos -

- ¿El misterioso entrenador más poderoso de todos? - (preguntó Cynthia con asombro)

- Espera, estás diciendo, que hay un misterioso entrenador circulando por ahí y que es más poderoso que nosotros… ¿Oye realmente crees en ese cuento infantil? - (murmuró Wallace con burla)

– Ninguno de nosotros ha podido hallar ninguna pista de eso, pero es un hecho que alguien que no es nosotros, destruyó al Team Rocket en su totalidad hace poco más de un año, ¿Quizá realmente existe? – (comentó una divertida Diantha)

- Pero tampoco he tenido noticias de él en mi región, los chicos de Team Galactic tampoco me dieron ninguna afirmación al respecto cuando los interrogué – (comentó Cynthia, mirando con duda)

- ¿Quizá sea porque el Team Rocket es originario de Kanto? – (preguntó Mirto, mirando al pelirrojo)

- No es solo un rumor - (sentenció Lance dejando a todos impresionados) – No son muchos, pero hay personas que se han encontrado con él… solitario, callado y misterioso, así ellos lo describen -

- También hay otros, que lo describen como todo lo contrario - (susurró Steven llamando la atención de los campeones) – Amable, divertido y sociable… hay muchas versiones de cómo es su personalidad, pero hay algo en lo que todos concuerdan… -

- ¿Algo? - (preguntó Mirto bastante metido en la historia)

- Fuerte, es definitivamente fuerte - (dijeron ambos campeones, que se dedicaron a relatar el rumor de una manera bastante seria)

– Al menos, tan poderosamente fuerte, que nadie que le ha retado ha podido vencerlo – (agregó Lance, atrayendo las miradas de todos, una vez más)

- Pero es solo un rumor, ¿no? - (preguntó Cynthia, no muy convencida con lo dicho)

- Bueno, no hay nada que pruebe que él existe… pero el hecho que hubo alguien que aplastó al cáncer conocido como Team Rocket, es algo a tener en cuenta - (comentó Máximo con una sonrisa, mientras el resto de los campeones asentían seriamente, con excepción del pelirrojo)

- No será uno de esos tipos de la Unión, ¿No? – (se preguntó Wallace, a lo que recibió la mirada burlona del mayor del grupo)

- ¿Esos hipócritas?, ¡Si fuera uno de ellos ya habría salido a jactarse y robar el mérito! – (comentó un sonriente Mirto)

- ¡Ciertamente!, ¿No nos lo echarían en cara a nosotros antes que nadie? – (apoyó Diantha) – Están desesperados por reemplazarnos –

Mientras los campeones discutían el pelirrojo miraba a los campeones con una mirada cansada, Steven sé dio cuenta rápidamente de esto y comenzó a hablar preocupado.

- ¿Lance? -

- Lamento informarles que existe… y es tan poderoso como dicen los rumores - (murmuró Lance llamando la atención de los campeones)

- ¿Cómo lo sabes?, ni que te hubieras enfrentado a él antes, ¿No es cierto? - (preguntó Wallace mirando serio al pelirrojo)

- Esa es la cosa… me enfrenté a él - (respondió Lance haciendo palidecer a los campeones)

- ¿Qué dices?, ¿Cuando?, ¿Cómo lo encontraste? - (preguntó Mirto, haciéndole un interrogatorio al pelirrojo)

- Hace un año, un tiempo después de la destrucción del Team Rocket… lo busqué durante bastante tiempo en las cercanías del Monte Silver - (contestó Lance mirando fijamente al cielo)

.

..

_Hace 1 año_

- ¿Qué estoy haciendo? -

Las palabras de un solitario hombre subiendo la ladera nevada resuenan en el lugar.

Este lugar ha estado fuera del límite por mucho tiempo, este lugar lleno de trampas naturales hace mucho que fue declarado un sitio de mucho peligro.

- Pero soy el campeón… -

El murmuro del hombre resonó mientras intentaban atraer la fuerza interior del hombre, quien miraba fijamente más allá de la montaña.

Habían pasado 2 meses, desde que la base central del Team Rocket había sido destruida. Tras el incidente ocurrido en cierta parte de Kanto, salieron a la luz pública las muchas atrocidades hechas por esos sujetos. Esto provocó una ola de ira, que llevo a que la policía y miles de entrenadores, cazaran a los miembros restantes del Team Rocket.

Crimson Tempest, el grupo no identificado de entrenadores, ya había atacado conjuntamente la principal cede del Team Rocket, junto con las otras subsidiarias más importantes en otras regiones. Por lo que los otros entrenadores solo debieron preocuparse de cazar a los restantes miembros que se escaparon de las garras del grupo desconocido.

Giovanni, el líder de Team Rocket, logró escapar usando a sus muchos subordinados como carnada. La persecución de estos acabo, con un total de más de 1000 miembros de este Team, atrapados y enjuiciados.

Ni uno solo salió librado del problema.

Poco se sabe sobre eso, pero muchos rumores dicen que un joven entrenador solitario era el líder de Crimson Tempest. Se dice que fue el responsable de la destrucción de la base central del Team Rocket, y de dar a conocer la información, de sus muchas fechorías a las autoridades.

La gente llamó al grupo tempestad, por la ola de destrucción que trajo al grupo conocido como Team Rocket. Como si de una tempestad se tratase, trajeron consigo un nuevo sentimiento de justica y castigo a los malhechores, mientras que les mostraron un nuevo camino a las personas.

Luego de esto, el grupo solo desapareció sin dejar rastro.

Todo a mano del líder de ojos rojos, Red.

Esos rumores llevaron a Lance, el campeón de las Regiones de Kanto y Jotho, hacia el monte Silver, lugar donde unos aldeanos aseguraron ver al entrenador legendario, escalar aquel monte, que era bastante conocido por lo peligroso que era escalarlo.

Llevaba mucho tiempo rastreando al supuesto entrenador legendario, pese a la probabilidad de ser ridiculizado por el resto de campeones. Pero él sabía que, si un entrenador de tal envergadura vagara libre por las regiones de los otros campeones, sin duda, hubieran hecho lo mismo que él.

- Genial, no pudo encontrar un mejor lugar, para venir a aparecer - (murmuró Lance, mientras encontraba la salida de las muchas cuevas del Mt. Silver, encontrándose con una fuerte tormenta de nieve) – Juró, qué si la información que me dieron esos jodidos aldeanos es falsa, los haré la comida de mi Dragonite -

La ventisca golpeaba fuertemente al campeón, quien lograba protegerse de ella, con un abrigo de la Liga pokemon. Cada paso era una verdadera tortura, pero gracias a sus pokemon logró llegar a la cumbre del Mt. Silver

- Ahh, ahh… maldito entrenador legendario, ¿porque no te fuiste a unas jodidas islas paradisiacas? - (se preguntó el campeón mientras veía el paisaje desde la cumbre del Mt. Silver) – Vaya, la vista no es mala-

- Sí, es maravillosa, pero deberías ver los atardeceres… ni siquiera tus queridas islas paradisiacas pueden ganarle - (comentó un joven a la espalda del pelirrojo)

Ahí fue cuando Lance conoció al, tan mencionado, entrenador legendario. Era bastante joven, no podía ser mayor a unos 16 o 17 años, vestía una camisa y unos pantalones de color negro, una chaqueta sin mangas de color rojo, junto a una gorra roja, que ocultaba su rostro, más aún, logró divisar un par de ojos rojos que lo miraban tranquilamente.

En su hombro derecho logró ver a un pequeño Pikachu, le recordaba a alguien que conoció en el pasado, pero no logró recordar a quien exactamente.

- ¿Qué, has visto un fantasma? - (preguntó el entrenador mirando con burla al campeón)

- ¿Eres Red? – (Preguntó cuidadosamente el pelirrojo)

- … -

- Quiero… hacerte unas preguntas - (respondió el pelirrojo mirando seriamente al entrenador)

- ¿Y si yo no quiero contestarlas? - (preguntó el entrenador desafiando al campeón)

- Te haré responderlas, aún si es por la fuerza - (respondió el campeón aceptando el desafío)

Ambos entrenadores, llamaron a sus pokemon, enfrentándose en una épica batalla entre ambos. La batalla duró varias horas, sin que ningunos de los 2 se diera por vencido. Al final la batalla concluyó, con la derrota del campeón, a manos del entrenador legendario

- ¿C-Como… como ha pasado esto? - (murmuró Lance, cayendo de rodillas mientras el frio viento de la cumbre llenaba sus pulmones)

- Te has hecho débil, Lance - (dijo el entrenador, mientras se retiraba hacia el interior de Mt. Silver)

- ¡Alto! - (gritó Lance, deteniendo al entrenador) – Dentro de un año… crearemos un gran torneo, para decidir quién es el mejor entrenador de todos… -

- ¿Y qué quieres que haga? - (preguntó el entrenador volteándose a ver al campeón)

- Participa… quiero, mi revancha - (respondió Lance)

- … No tengo ninguna razón para participar – (comentó el joven, mirando desdeñosamente al hombre)

- Creo que muchos entrenadores vendrán a retarte en masa si saben que vives acá… - (respondió el pelirrojo con una sonrisa)

Tras las palabras del campeón, el aire ya gélido de la montaña encontró nuevas alturas de forma brusca. El azabache miraba fríamente al pelirrojo, mientras sus ojos rojos parecían brillar.

El ambiente tenso siguió por varios minutos, hasta que el joven azabache comenzó a reír divertidamente. El joven miró al hombre con una sonrisa feroz, que logró intimidar al campeón.

- Cómo quieras… pero, si le revelas a alguien mi ubicación, olvídate de tener intacto tu título - (comentó el entrenador, quien desaparecía dentro de a las cuevas del Mt. Silver)

.

..

- ¿P-Perdiste contra…EL ENTRENADOR LEGENDARIO? - (gritaron los campeones, mirando impresionado al pelirrojo)

- Así es, pero no se preocupen, pienso obtener mi venganza en este torneo - (respondió el pelirrojo apuntando su puño al cielo)

- Sin embargo, ¿No creo que sea tan fuerte? – (preguntó una confundida Cynthia) – Por lo que nos cuentas, pareció que peleaste a la par con él, entonces solo es fuerte hasta el mismo nivel que nosotros, ¿No? –

- Cierto, me lo imaginé… ¿Cómo decirlo?, más impactante – (comentó el Wallace, mirando al confiado pelirrojo)

- No, lo siento… la verdad es que me abrumó – (respondió Lance, sorprendiendo a todos los campeones una vez más) – Es cierto que peleamos durante horas, pero al final, ni uno de mis pokemon venció a uno de los suyos -

- ¿Qué?, ¿Bromeas? - (preguntó un estupefacto Mirto)

- En lo absoluto… - (respondió Lance con una sonrisa auto despectiva) – Limpió el piso conmigo –

- ¿Tan fuerte? - (Preguntó un serio Steven)

- Sí, y si seguimos así, no tengo duda que volveré a perder - (comentó Lance antes de girarse a ver a los otros campeones) – Entonces, campeones, ya que se van a quedar un tiempo… ¿Quieren entrenar conmigo? –

CONTINUARÁ…