Capítulo 6: "El Retorno del Entrenador Legendario – Parte 6"

_Hace 4 años_

- …Mmm… -

Ash abría lentamente los ojos, luego de haber quedado inconsciente gracias al ataque realizado por el hombre llamado Steel, durante la batalla anterior. Su cuerpo pesaba y sentía todo su cuerpo cansado.

- ¿Dónde…? -

Aturdido, miró a su alrededor, dándose cuenta de que encontraba en una habitación estilo oriental y con aspectos rústicos, los pisos eran de madera y a su lado, un pequeño ropero muy viejo. Este se encontraba solo dentro de la habitación, dentro un futon japonés, con sus cosas a un costado de la habitación.

Una ventana a la izquierda del azabache, dejaba pasar una cálida brisa con aroma a mar, mientras al frente estaba una puerta corrediza, se veía bastante dañada por el paso del tiempo.

- ¿Dónde estoy? - (se preguntó el joven entrenador, mientras se paraba para inspeccionar la habitación) - ¿Y dónde están Pikachu y Charizard? –

El joven revisó sus cosas, aliviándose de encontrar el resto de sus pokemon dentro de sus respectivas pokeballs. Mientras se terminaba de alistar, sintió una presencia detrás suyo, precisamente, de la puerta.

- Veo que ya te levantaste, mocoso - (comentó un hombre peli plateado entrando a la habitación de improviso, causando que el azabache adoptara una posición de pelea, algo improvisada) - ¿Qué demonios haces? -

- ¿Dónde están mis pokemon? - (respondió el azabache, mirando fijamente al hombre) - ¡Si les has hecho algo…! –

- Ajá, te harán faltan más músculos si quieres comenzar amenazar a alguien como yo, chico – (respondió el hombre con una sonrisa burlona, antes de hace un gesto con la cabeza, apuntando a la ventana) - Están afuera, genio, despertaron antes que tú –

- ¿Eh?... ¿De verdad? – (preguntó un perplejo azabache)

- Claro que es verdad, mocoso, ven sígueme, estaban preocupados por ti – (comentó el hombre dándose media vuelta, ante la mirada atónita del joven)

- ¡Ah!, ¡E-Espera!, ¡Déjame tomar mis cosas! -

El azabache siguió al hombre a través de un largo pasillo, este conectaba la habitación anterior con varias otras habitaciones, curiosamente solo su habitación parecía más descuidada que el resto de estas.

Originalmente, el joven pensaba que la casa sería más pequeña, sin embargo, tras pasar por otros 3 pasillos parecidos al anterior, recién salieron a un gran patio interior, le sorprendió un poco lo grande que en realidad era la casa. Tras salir, no tardaron menos de 1 minuto en encontrar afuera a los pokemon del azabache, los cuales se alegraron bastante al verlo, Charizard por su parte, incinero al entrenador como saludo.

- Ja… ja, ja, chicos veo que están bien… - (dijo un incinerado azabache, mientras una gota de sudor resbalaba por su nuca)

- Claro que están bien, ya pasaron 3 días desde que perdiste el conocimiento, mocoso - (comentó el hombre, haciendo que el azabache se helara por completo)

- ¡¿3 Días?! - (gritó el entrenador, bastante sorprendido) - ¡¿Como pude estar 3 días inconsciente?! -

- Es normal que pasara… recibiste bastante daño por parte de mi Aggron en su Modo Aural… realmente, ¿acaso buscas morir?, no debiste tratar de interponerte en el camino del ataque, tus pokemon estaban muy preocupados por su tonto entrenador - (respondió molesto el peli plateado, dejando al Ketchum bastante confundido)

- ¿Huh?, ¿Modo Aural? - (preguntó el azabache, sin entender lo que decía el peli plateado)

- Es una de las tantas habilidades que poseen los Guardianes Aurales, mira esto… - (dijo Steel, mientras levantaba su mano y creaba en ella, una esfera de energía de color azul) - ¿Lo reconoces? –

- ¿¡C-Cómo hiciste eso!? - (preguntó un sorprendido Ash, que miraba como la esfera desaparecía, sin dejar rastro)

- ¿Esto?, es básico, solo debes concentrar el aura en un punto específico, por ejemplo, la palma de tu mano… - (murmuró Steel, haciendo que pequeñas luces, se crearan alrededor de su mano) – Luego reúnes la energía comprimiéndola mientras la giras, así creas una esfera aural común… ¿entendiste? -

- Mmm… ¿Eso creo? - (respondió el azabache, poniendo su mano derecha al frente e intentaba concentrarse) – Lo intentaré… -

- Oh, no te esfuerces mocoso, puede verse fácil, pero la gente común y corriente no pude siquiera poder sentir el aura, incluso a lo largo de toda la vida - (comentó Steel, mientras veía el esfuerzo que ponía el azabache en su mano)

- Cállate, anciano, no puedo concentrarme… - (gruñó el entrenador, mientras cerraba sus ojos y se concentraba)

- Ya mocoso, deja de presionarte tan-

Steel no pudo terminar lo dicho, ya que alrededor del azabache, pequeñas luces se reunían a su alrededor concentrándose lentamente en su mano. El hombre miró estupefacto al azabache durante varios minutos, viendo como la cantidad de luces aumentaba alrededor del joven, el cual tenía una expresión complicada mientras cerraba los ojos.

- Imposible… - (murmuró Steel)

- Pikaa…- (murmuró el pokemon amarillo, mirando impresionado a su entrenador, junto a Charizard)

- E-Esto… es muy difícil… - (susurró el azabache, logrando crear una pequeña esfera en la palma de su mano, tan pequeño como una uña, que luego se desvaneció completamente) – M-Maldición… ha, ha… ya no puedo más –

El azabache calló de rodillas respirando pesadamente, mientras sus pokemon se le acercaron rápidamente, preocupados por su entrenador. Steel, por otro lado, luego de su impresión anterior, cayó en silencio mientras comenzaba a mirar con una mirada compleja al joven.

- Mocoso, ¿Cómo lograste usar el aura tan fácilmente? - (preguntó Steel con su mano puesta en su barbilla)

- S-Supongo que es porque antes… ya había tenido una experiencia cercana con el aura… me encontré con un pokemon que podía ocuparla… - (respondió el entrenador)

- Ya veo… - (murmuró el hombre, quedándose unos segundos en silencio, para luego mirar fijamente al azabache) – Ahh, bueno, supongo que es normal, ya que está en su sangre -

- ¿Eh?, ¿Qué quieres decir con eso? - (preguntó el azabache, bastante confundido)

- Oh, nada, nada - (respondió el hombre, alejándose del joven entrenador) – Así que, desde antes, ya tuviste el camino marcado, mocoso -

- ¡H-Hey, no huyas!, ¡No puedes dejarme así! - (gritó el azabache, corriendo tambaleante, detrás del peli plateado)

- Oh, se me olvidaba - (susurró Steel, deteniéndose para mirar al Ketchum) - Hey mocoso, desde ahora vivirás y entrenaras en este lugar… y soy tu nuevo maestro –

- … ¿Huh? – (preguntó un confundido Ash)

- Y te voy cobrar, aunque no te preocupes, podemos programar un plan de pago luego –

- … -

- … -

- … ¿¡Queeeee!?- (gritó el azabache)

.

..

En la actualidad

- ¿Y bien, querido?, ¿piensas responder? - (murmuró Sabrina, en el oído del azabache)

- N-No tengo nada que ocultarte, Sabrina - (respondió el azabache, tratando de alejarse lo más posible de la peli morado, cosa que era difícil, ya él estaba encadenado a la silla)

- ¿Oh?, ¿Entonces desaparecer durante más de 1 año sin dar alguna noticia ahora esta bien?, mejor cállate y responde - (susurró la líder de gimnasio, cada vez más cerca del azabache)

- V-Vamos Sabrina, n-no es necesario llegar a extremos - (contestó el entrenador, a centímetros de la cara de la mujer) – M-Mira desátame y hablemos como adultos -

- Si no respondes, no me dejas otra opción, querido - (susurró Sabrina, rosando sus labios con los del entrenador) – bueno… por ahora abre la boca… -

- ¡Como si fuera a permitirlo! - (gritó una voz, seguida de una explosión, que destruyó toda la pared del costado)

La repentina explosión mando por los aires al par de jóvenes.

Sabrina aterrizó grácilmente, mientras miraba con molestia hacia el lugar donde había ocurrido la explosión. El azabache por otro lado se golpeó con la pared, mientras destrozaba la silla que lo atrapaba en el proceso.

– Sabrina, creo que ya te lo dije antes, pero veo que necesito repetirlo… ¡Red no te pertenece! – (grito una joven castaña, apareciendo detrás de la pared destruida)

- ¿¡B-Blue!? - (gritó el azabache, en una mescla de agradecimiento y horror, al mismo tiempo)

- Oh, hola de nuevo Red… veo que te diviertes - (respondió la castaña, con una sonrisa en el rostro, pero que ocultaba un terrible y espantoso instinto asesino)

- Blue, ¿Qué rayos supones que haces? - (preguntó la peli morado, mientras fulminaba a la castaña con la mirada) - Este es un terreno privado, que le pertenece exclusivamente a mi familia, así que lárgate -

- Oh, vaya, vaya, lo siento… debí destruir la casa por completo y no solo la pared, ¿no lo crees? - (murmuró la chica, sin quitar de ella, esa falsa sonrisa)

- ¡Ja, ja!, que divertida eres Blue, veo que sigues molestando a Red, pero deberías saber a mi querido solo le gustan las "mujeres", no las "niñas" - (comentó Sabrina, haciendo lucir su espectacular cuerpo a una molesta Blue)

- ¿Estás segura de decir eso?, recuerda que ya no eres tan joven… mira, ¿Seguro no estas flácida ya? - (respondió Blue, con una malévola sonrisa) – En cambio, mírame, joven, dulce y todo firme… los hombres no dejan de comerme con su mirada, ¿sabes? -

- ¡Ja, ja!, ¡Claro que miraran a una mujer barata!, ¿Pero sabes?... ¡Red me prefiere a mí, antes que a zorra cualquiera! - (gritó Sabrina, con una vena palpitando en su frente)

- ¡Oh, ho, ho!, ¡Para tú información, Red está loco por mí, así que ríndete, anciana! - (gritó Blue, en el mismo estado que la peli morado)

Ambas mujeres comenzaron a mirarse agresivamente la una a la otra, estallando un par de rayos entre ellas, mientras enfrentaban sus miradas. Si las miradas mataran…

- ¡Idiota! –

- ¡Fea! –

- ¡Mujerzuela! –

- ¡Bruja! –

- … -

- … -

Ambas mujeres se gritaron durante varios segundos, al mismo tiempo que la temperatura de la habitación bajaba varios grados a medida que la intención asesina de ambas chicas se desbocaba.

- ¿¡A quien prefieres, Red!? - (gritaron ambas jóvenes, pero en lugar de encontrar al azabache, solo encontraron a la silla vacía en un costado de la habitación) -¡RED!-

Lejos de aquella habitación, Ash corría a toda velocidad por los pasillos de lo que parecía ser una gigantesca mansión.

- ¡Esas dos siguen igual de violentas, no han cambiado nada desde entonces! - (gritó el azabache, bajando las escaleras hasta una especie de sótano)- ¡Pikachu, responde!, ¡Debemos irnos antes que nos maten! - (agregó el joven, pateando una puerta negra, en la cual mantenían atrapado al pokemon amarillo, adentro de una pequeña jaula en la que apenas podía moverse)

- Vamos, que hasta las jaulas del Equipo Rocket eran más grandes - (murmuró Pikachu, mientras comenzaba a tocar una armónica, que estaba en el piso)

- ¡Pikachu, deja de jugar!, ¡Blue y Sabrina, ya debieron de darse cuenta de que me escapé! - (gritó el Ketchum, pateando la jaula y destruyéndola en el acto)

- ¿Qué?, ¿Blue y Sabrina?... ¿Puedes estar un momento sin que las chicas te persigan? - (preguntó el pokemon, mirando fijamente a su entrenador)

- ¡No es como si quisiera eso!, ¡Rápido, tenemos que salir lo más rápido de aquí! - (gritó el entrenador, golpeando y pateando, puerta tras puerta, para salir de aquel lugar)

Cuando el azabache logró divisar la puerta principal, no lo pensó ni 2 minutos, y la derribó de una patada, mandándola varios metros lejos. Pero al dar 1 paso fuera de aquel lugar, este fue interceptado, por unas furiosas Blue y Sabrina.

- ¿A dónde crees que vas, Red? - (preguntó Blue, con una mirada homicida en el rostro, que espantó al azabache)

- Querido, ¿Era necesario destruir toda la mansión, mientras venias hasta aquí? - (preguntó Sabrina, mirando molesta al entrenador y la puerta recién destrozada)

- ¿Ash, no puedes tener relaciones normales con las mujeres? - (preguntó el pokemon, mirando molesto a su entrenador)

- No es como si quisiera que esto fuera así, ¿Sabes? – (susurró el azabache, mientras retrocedía lentamente)

- Pero sigues siendo perseguido como idiota, ¿Sabes? – (murmuró el pokemon)

- ¡Cállate! - (murmuró el azabache, mirando de la misma manera al pokemon) – C-Chicas, realmente me gustaría quedarme a responder sus preguntas, pero… ya saben, hay cosas que puedo y no puedo decir… - (agregó el azabache, sacando una pokeball de color rojo y dorado, que sorprendió enormemente a ambas chicas) – Así que, lo siento, no tengo tiempo para seguir jugando aquí -

- ¡Espera, Red! - (gritaron ambas chicas, tratando de detener al azabache, pero este fue envuelto en un gigantesco torbellino de fuego, desapareciendo sin dejar rastro, junto a Pikachu)

De regreso a la ciudad Azafrán, White caminaba sola a través de las calles buscando alguna pista que la ayudara a encontrar al desaparecido azabache. Incluso había liberado a sus pokemon, pero a pesar de eso, no encontró rastro alguno del joven. Su mirada ahora mostraba una gran preocupación, pese a que hace unas horas ella estaba hecha una furia por ser dejada atrás por el chico.

- Ash… ¿Dónde estás? - (susurró tristemente la chica, preocupando a sus pokemon)

La chica siguió caminando hasta que llegó a un pequeño parque, donde se sentó en una banca cercana a ella. Sus pokemon la miraban con preocupación, mientras que la chica les devolvía la mirada con una sonrisa forzada para tranquilizarlos.

Sin embargo, su mente seguía pensando en el azabache.

- Ash… - (murmuró la chica, cerrando los ojos)

- ¿Dijiste Ash? - (preguntó una voz, detrás de la chica, sorprendiendo a la castaña)

White, al mirar al dueño de aquella voz, se encontró a una pequeña chica, de un largo cabello rubio y recogido en una coleta, vestida con un chaleco amarillo, un traje negro debajo de este, botas de agua y… por alguna razón llevaba una caña de pescar.

La chica era muy linda, pero lo que más sorprendió a la castaña, fueron el gran sombrero de la chica, y la Pikachu hembra, con una flor en la cabeza, que la miraba con curiosidad. La chica emanaba una sensación frágil y adorable inocencia, la castaña se quedó mirándola durante varios segundos antes de responderle.

- ¿Quién eres? - (preguntó White, mirando confundida a la chica)

- ¡U-Um! Soy Yellow, mucho gusto… - (dijo la chica saludando educadamente a la castaña, sorprendiéndola) – ¡E-Esto!… hace poco llamaste a alguien llamado Ash, ¿no? -

- U-Un gusto… bueno, conocí a un chico ayer, en Ciudad Carmín, y sí, se llamaba Ash… ahora lo estoy buscando - (contestó la castaña, alejándose un poco de la chica)

- Mmm… ¿Es verdad? - (preguntó Yellow, mirando a los pokemon de White, quienes comenzaron a inquietarse un poco con la chica) - ¿De casualidad… ese chico llevaba una gorra roja? –

- Pues… Si – (Respondió la castaña)

- ¡¿Y-Y tiene un Pikachu con él?! – (preguntó emocionadamente la chica rubia, acercándose aún más a la castaña)

- S-Si… siempre está en su hombro – (contestó White, alejándose nuevamente por sorpresa)

- ¡¿T-Tiene ojos cafés y unas singulares marcas en las mejillas?!, ¡¿Y-Y una actitud cool, pero amable?! – (pregunto la rubia a pocos centímetros de la cara de la castaña)

- Si a lo primero… pero por favor, reconsidera la segunda pregunta – (murmuró White, con una sonrisa forzada)

– Y-Ya veo, así que eso pasó… - (agregó Yellow, suspirando profundamente) –Así que ha vuelto… él -

- O-Oye, ¿Tú como conoces a Ash?, ¿no? - (preguntó White, mirando a la rubia, un tanto nerviosa)

- Él es… mi amigo - (respondió Yellow, suspirando mientras decía la palabra "amigo")

- Y-Ya veo… - (susurró White, mientras miraba con duda a la chica)

- Umm… de casualidad, ¿Sabes dónde está Ash ahora? - (preguntó la chica corriendo tras la castaña)

- Pues, no lo sé… desapareció hace unas horas, y no logro encontrarlo - (respondió White)

- ¿¡Desapareció!? - (gritó la chica, mientras caía al suelo con un aura depresiva, mientras su Pikachu la miraba tristemente) – A pesar de que Blue me llamó, no soy capaz encontrarte… Red - (agregó, susurrando lo último)

- V-Vamos no te deprimas, de seguro Ash está en el Centro Pokemon, o en alguna tienda… o tal vez se perdió en la ciudad - (comentó White, tratando de animar a la chica)

- ¿Tú crees? - (le preguntó Yellow, con unas pequeñas lágrimas en los ojos)

- ¡Claro, solo déjamelo a mí! - (contestó White, con una sonrisa)

Por otro lado, cierto azabache, quien acababa de escapar de las garras de sus "amigas", y luego de haber recuperado sus cosas del centro pokemon, ahora disfrutaba de una hamburguesa en un callejón, junto a su compañero de toda la vida, Pikachu. El joven tenía una mirada cansada, mientras que una nube negra lo rodeaba.

- ¿Cómo me pasa todo esto, si apenas ayer regresé a Kanto? - (preguntó el entrenador, mirando cansado a su pokemon)

- Bueno, piénsalo, tus amigos que dejaste de ver hace 3 años, intentaron matarte… mientras que a los demás que dejaste de ver hace 1 año, también intentaron matarte… creo que la falta de comunicación, te seguirá jodiendo por un buen tiempo - (respondió el pokemon amarillo)

- ¿Y qué quieres que haga? - (preguntó el azabache)

- ¿Qué tal decir la verdad?, no puedes quedar peor que ahora - (sugirió el pokemon, pero descartó la idea de inmediato, al ver la expresión de su entrenador)

- …Claro que no - (comentó Ash, levantándose para mirar seriamente al pokemon amarillo) – No puedo involucrarlos en esto, es demasiado peligroso, incluso para Blue y los otros… y lo es aún menos para aquellos que no he visto en 3 años… esto es algo que debo enfrentar por mí mismo -

- Ash… - (murmuró el pokemon, mirando preocupado a su entrenador) – Si esa es tu decisión, los demás y yo te apoyaremos -

- Gracias, amigo - (contestó el azabache, dejando subir a Pikachu a su hombro)

Ambos, pokemon y entrenador terminaron sus respectivas hamburguesas, con una sonrisa. Antes de comenzar a alejarse del callejón mientras vigilaban a su alrededor con una actitud alerta. Sin embargo, ambos no notaron como un hombre llevaba ya varios minutos mirándolos desde un Dragonite, mirando divertido al par.

- Parece que te va bien, muchacho - (dijo una voz detrás del azabache, que logró identificar inmediatamente)

- ¡Pro-!, ¡Profesor Oak! - (gritó el azabache)

- Vaya… realmente has cambiado mucho en estos años, incluso ya eres más alto que yo, Ash - (dijo el hombre, mirando con orgullo al joven, a quien necesitaba mirar ligeramente hacia arriba) – Aunque, creo que lo que más ha cambiado es tu fuerza... creo ahora eres más fuerte cualquier otro entrenador, ¿no es así? -

- ¿D-De que habla profesor? - (preguntó Ash, un tanto nervioso)

- Tranquilo, estoy al tanto de tu situación… no tienes que fingir conmigo - (respondió el Prof. Oak, mirando serio al entrenador) – Yo también tengo mis propios métodos para encontrar información… además, me considero muy perceptivo, solo yo, que te he conocido bastante en el pasado, podría haberme dado cuenta de ello -

- Profesor...- (murmuró el azabache, cambiando su actitud a una totalmente seria, mientras sus ojos adquirían un color carmesí) – Ya veo, así que usted también sabe lo que ocurre en la "oscuridad" -

- Bueno, yo también me vi envuelto en ese tipo de problemas cuando joven… aunque creo que mis problemas, jamás llegaron a ser tan graves como los tuyos - (respondió el profesor, sonriéndole al joven entrenador) – Lamento que hayas tenido que encargarte del Team Rocket, como ciudadano de Kanto, no puedo deberte más que ahora… pero no puedo estar muy feliz por ello –

- … Lo desaprueba – (preguntó el joven con una mirada complicada)

- De ninguna manera… es solo que hubiera querido que jamás hubieras visto ese mundo, solo eso – (comentó el mayor de los Oak, palmeando el hombro del joven) – Ya tienes unos 18 años, ¿no?, los años pasan realmente rápido… ve a ver a tu madre, chico -

- Si, lo haré, sin duda… -

- Y hazlo antes de volver a meterte en problemas, ¿Quieres? – (continuó el profesor, mientras sonreía irónicamente)

- Ja, Ja… usted ya lo sabe, tengo un don para meterme en problemas - (comentó Ash, dándole al profesor una media sonrisa)

- Eso no lo discuto… desde joven ya te involucrabas en aventuras peligrosas - (dijo el mayor de los Oak, dándole la razón al entrenador con una sonrisa forzada en su rostro, para luego cambiar su actitud) – Dime Ash, ese rumor que anda rondando en torno al torneo, ¿Es cierto? -

- ¿Hm?, ¿Qué rumor? - (preguntó el azabache, confundido)

- Hay un rumor que ha atraído la atención de un número increíble de entrenadores de todo el mundo… dice que; "En este torneo, se decidirá al más fuerte entrenador, pero qué para obtener la corona, has de derrotar al rey de todos, aquel que cabalga sobre un dragón rojo, y trae consigo los ojos del demonio"- (relató el hombre, viendo fijamente al entrenador) – "El rey de los entrenadores y la leyenda viviente, Red" –

- … ¿Qué pasa con ese rumor tan dramático? – (murmuró el azabache, mientras una gota caía por su nuca)

- Eres toda una celebridad, ¿sabes? – (comentó el profesor mirando al joven con una media sonrisa) - ¿Entonces, es real? -

- ¿Qué quiere que le diga? - (preguntó el azabache)

- Dime que no te presentaras - (respondió secamente el hombre) – No sé qué intenciones hay detrás de toda esta obra absurda, pero quiero que sepas que no todos los entrenadores apoyan tus acciones… un número no pequeño de ellos desean especialmente desacreditarte, sus celos los han cegado de lo que es correcto o incorrecto, y si participas… ten la seguridad que tendrás muchos enemigos ahí -

- … Yo participaré - (contestó el azabache, mirando firmemente al hombre)

- ¿Por qué? - (preguntó el profesor)

- Hace tiempo, un buen amigo mío fue consumido por la oscuridad del mundo, una oscuridad, que en primer lugar jamás debió existir…- (respondió el azabache, dándose media vuelta) – Aunque logré traerlo de vuelta, jamás dejé de pensar en esa oscuridad… pasé años investigando, y aunque solo he visto un poco más allá del iceberg de esa oscuridad… creo que mi deber es destruir esa oscuridad de una vez por todas –

- ¿Es eso así? – (murmuró el Profesor, mirando al joven con una mirada complicada) - ¿Debes ser tú quién lo haga? –

- Si, al menos, creo que solo así podré estar en paz conmigo mismo… pero me temo que, hasta que no haya solucionado eso, jamás podré descansar en paz – (murmuró el joven)

- Ya veo… - (murmuró el profesor, con una sonrisa, viendo como el entrenador se alejaba del lugar) - ¿No quieres que te lleve de una vez, a Pueblo Paleta? -

- No, no creo que sea necesario… quiero pasar a buscar unos regalos antes de partir… - (respondió el azabache con una sonrisa)

- ¿Regalos?, ¿Estás seguro que tienes tiempo? - (preguntó el mayor de los Oak, apuntando a un par de chicas, que iban en corriendo detrás del azabache, con claros instintos asesinos) - ¿Ese par de ahí no te preocupan? -

- ¿¡Blue y Sabrina!?, ¿¡Cómo me encontraron tan rápido!? - (gritó el azabache, corriendo para salvar su trasero, pero al girar en una esquina este chocó contra alguien) - ¡Perdón, lo siento! -

- N-No te preocupes yo… ¡Ah!, ¡Espera, eres tú Ash! - (gritó White, mirando asombrada al Ketchum)

- ¡¿White?!, ¡¿Qué haces aquí?! - (gritó el azabache, sin darse cuenta de la presencia de la chica, que acompañaba a la castaña) - ¡Lo siento, White, luego hablamos! -

- ¡E-Espera!, ¡Red! - (gritó Yellow, llamando la atención del entrenador y la castaña)

- ¿Y-Yellow?, ¿Tú…? - (dijo el azabache, pero no logró terminar lo dicho, ya que la chica lo abrazó antes de que este pudiera reaccionar)

- ¡Red! - (gritó la chica llorando, en el pecho del azabache) - ¡Sabía que seguías vivo!, ¡Lo sabía! -

- Yellow… - (susurró el entrenador, sobando la cabeza de la chica, para que se calmara) – Vamos tranquilízate, soy fuerte, ¿recuerdas? –

- sinf, sinf… Red… ¿Por qué te fuiste, Red? –

- E-Eso… -

Ambos jóvenes se miraron mutuamente durante unos momentos, la joven rubia con aún algunas lágrimas en sus ojos, miraba fervientemente al

azabache, el chico en cambio, la miraba con una sonrisa nerviosa. Ambos eran ajenos al ambiente rosa que se formaba entre ellos.

Ausente de toda la charla de los jóvenes, White seguía con las palabras de Yellow, repitiéndose dentro de su cabeza.

- ¿R-Red?... E-Espera, acabas d-de llamarlo… ¿¡RED!? -

CONTINUARA…