Capítulo 13: "El nacimiento de Red - parte 6"

_Hace 3 años, horas antes del juicio_

El azabache se encontraba solo, mirando fijamente el cielo estrellado, se sentía realmente mal, inseguro, enojado, etc.

Hacia unas pocas horas se había despertado del coma de una semana, en el que cayó, luego de finalmente acabar con el antiguo enemigo de su padre. Cuando recibía atención medica se le informó de la sentencia final de su amigo, cosa que lo heló completamente… nuevamente, sentía que el error que cometieron con su padre, volvería a ocurrir, y eso lo enfurecía.

Furioso, intentó cancelar la ejecución, pero en el camino, fue detenido por Steel y Emilia, quienes no le permitieron ir. Molesto, el joven se largó, abandonando la Torre y dirigiéndose al Pueblo Fallabor.

Se detuvo en una plaza, la cual se encontraba cercano al Centro Pokemon. Curiosamente, la plaza era idéntica a la plaza en la que le habían entregado su huevo.

- ¿Por qué…? - (susurró molesto el joven, mientras apretaba fuertemente sus puños) - ¿Por qué tiene que ocurrir esto? -

El joven estaba tan sumido en sus pensamientos, que no notó la presencia de Emilia detrás de él, la chica preocupada por el joven, pensaba que el azabache irrumpiría en la prisión de la torre, con el fin de rescatar al peli blanco. Ella se había tranquilizado al notar, que el azabache se dirigía fuera de la torre, pero se angustió al entender el dolor del joven.

- Ash… ¿sigues pensando en Ryota? - (preguntó una angustiada pali plateada, la cual estaba mirando preocupada al azabache)

- No es justo… Ryota nos ayudó a vencer a Javier, él solo quería vengar a su familia, la cual fue asesinada por las trampas de ese bastardo - (respondió el joven, con pesar, mientras se giraba para ver a la chica) - ¿Y Steel? -

- Mi padre, está tratando de convencer a los ministros, de que cambien la sentencia… él no quiere que ejecuten a Ryota, pero no tengo idea de cómo lo logrará, esos hombres no parecen razonables - (contestó la chica, mientras ponía sus manos en el pecho) – Ryota será ejecutado mañana… ¿Cómo lograremos salvarlo, Ash? -

- No… no lo sé… - (susurró el joven, con pesar y amargura, mientras cerraba sus ojos, frustrado)

- Seria genial… que un héroe como Red, nos ayudase - (susurró Emilia, sacando el libro rojo del cuento, de su mochila) – Si es él, nos ayudaría sin dudarlo… y salvaría a todos -

- Si… este mundo necesita a alguien que lo proteja y les patee el trasero a los villanos - (respondió el joven, en broma) – Pero… sería un sacrificio más, a la larga lista de personas que buscaron cambiar al mundo, y fallaron en su intento… solo es una búsqueda inútil -

- No lo creo… no creo que sea inútil del todo, Ash- (contestó la chica, mirando al joven con una calidez, nunca antes vista por el azabache) – Se dice una sola persona no puede cambiar el mundo, pero… yo creo que alguien, que no se rinda… una persona, con una voluntad fuerte y un corazón honesto será capaz de guiar a otros… enseñarles que hay una mejor manera de vivir, de generar un cambio -

- Emilia…- (susurró el joven, observando sorprendido a la chica)

- Jamás le he dicho esto a nadie, pero deseo cambiar el punto de vista de la Torre de los Milagros… no creo que sea necesario ocultarnos, no creo sea necesario mantener al margen a todo el mundo, no creo que se necesiten más sacrificios – (comentó la chica, dejando boquiabierto al joven) – Detesto el modo en el que los guardianes ven al mundo hacía abajo, como si dependiera de ellos el orden de mundo, detesto como se olvidan que también son personas, como si el amor y el verdadero afecto no fuera necesarios para ellos, detesto como no creen en los cambios, ignorando o despreciando la posibilidad de buscar un futuro mejor… -

- Emy… -

- Detesto como deciden sacrificar a buenas personas… detesto que mi padre se le haya dado la espalda, su propia familia, por asuntos sin importancia… odio como planean sacrificar a Ryota, por sus miedos estúpidos – (agregó la chica, girándose para mirar directamente a los ojos al azabache, el cual quedó sin aliento al ver la mirada de decisión en los ojos de la chica) – No soy Red, no tengo ese tipo de fuerza… pero al menos, creo que debo intentar cambiar este lugar… ¿Qué harás, Ash? –

- ¿Yo? – (preguntó confundido el joven, causando que la chica mostrara una sonrisa complicada)

- No creo que tu sueño esté equivocado, aspirar a cumplir ese sueño es lo que te hace ser tú… y no quiero que eso cambie, independiente de como acabe el día de hoy – (contestó Emilia con una triste sonrisa, dando unos pasos hacia atrás, y comenzando a alejarse del joven) – Ash, iré al juicio de Ryota… no sé si haya algo que pueda hacer, sin embargo, creo que debo estar allí… no te pediré que hagas lo mismo, pero me alegraría que estuvieras ahí también –

- ¡E-Espera!, ¡Emy, yo…! – (gritó el azabache, completamente abrumado por la petición de la chica, sin embargo, cuando intentó avanzar a la peli plateada, sus pies le impidieron acercarse)

- Está bien, sé que papá encontrará la forma de hacer algo – (murmuró la chica, casi como si estuviera tratando de convencerse a sí misma y luego le dedicó una última sonrisa al joven) – Te veré luego, Ash -

La chica salió de la habitación, dejando a un helado azabache, el cuál al perder de vista a la chica, solo pudo caer impotentemente en un banco cercano. Estuvo varios minutos sin moverse, mirando solamente hacia el suelo, tan concentrado en sí mismo, que no notó como la ceniza volvía a caer una vez más sobre él.

- ¿Vas a quedarte ahí, esperando? – (preguntó una voz en la cabeza del azabache, alertándolo profundamente)

- ¡¿Quién está ahí?! – (preguntó el joven, mirando hacia la dirección en donde se fue la chica, solo para encontrar un Riolu, mirándolo fijamente)

- Riolu… -

- Ash

El joven se quedó mirando a su pokemon en silencio.

El Riolu del azabache, eclosionó poco después de que el azabache pelear por primera vez con Ryota, también fue luego de que este supiera de la supervivencia de Javier. Era un pokemon raro, por decir menos, desde que nació no mostró una actitud apegada como muestran los pokemon bebés en su primer momento, era serio e independiente, a menudo desaparecía de la vista del azabache, solo para luego encontrarlo en algún lugar apartando practicando el aura.

Según Steel, también era un pokemon peculiar.

En primer lugar, los Riolus y Lucarios son pokemon conocidos por su increíble sensibilidad al aura, además de ser el compañero ideal para todo guardián, pese a su poca cantidad y difícil crianza. Incluso, hay varias investigaciones que indican que fueron, de hecho, los Lucarios los originarios maestros del aura, y quienes les enseñaron a los humanos, sus secretos. Pese a esto, es conocido que todos estos deben pasar por un estricto entrenamiento, al igual que los humanos, para usar este poder.

Pues he ahí el problema, este pequeño nació sabiendo usar su poder de forma natural. Desde el punto de vista del maestro del azabache, su dominio por este era incluso superior al de Lucarios adultos, y podría ser muy fuerte, pese a la poca concentración del aura en el interior de este. Además, jamás ha mostrado especial respeto por el azabache, de hecho, hasta era común que no le hiciera caso si el azabache no lo trataba bien.

Pese a esto, jamás se alejó del azabache en momentos difíciles.

Era como si estuviera evaluando al joven, cada vez que esto pasaba.

- ¿No harás nada? – (preguntó Riolu, mirando directamente al azabache a los ojos)

- No puedo hacer nada… - (respondió el joven con pesar, desviando la mirada de los ojos del pokemon, temiendo que el pokemon azul mirase en el interior de él)

- No recuerdo que eso alguna vez te detuviera – (comentó el pokemon azul, sorprendiendo enormemente al azabache) – Ya sea con ese hombre corrupto, o cada vez que intentabas hablar con ese chico peli blanco… siempre fuiste directo hacia ellos, siendo honesto con tus propios sentimientos –

- Eso era porque tenía al anciano conmigo, además siempre me apoyó Emy en esos tiempos… soy muy débil para cambiar algo – (respondió el azabache, bajando impotentemente la cabeza)

- … No recuerdo que eso te haya detenido cuando fuiste al Árbol del Comienzo cuando Pikachu fue llevado por Mew – (contestó el Riolu, helando totalmente al azabache, que miró estupefacto al pokemon azul)

- ¿Tú…?, ¿Cómo? – (preguntó el azabache, mirando directamente hacia los ojos del pokemon azul)

- Jamás te detuvo el peligro, y cuando el mundo te necesitó, no dudaste en saltar al frente pese al peligro que enfrentaste… y en ese entonces, ¿sabías siquiera que era el aura? – (continuó el pokemon, sin importarle el enmudecido joven, mostrando una valiente sonrisa que el joven jamás vio en el pokemon desde que eclosionó) – Además, no solo yo pienso eso, ¿sabes? –

- Realmente – (comentó otra voz, llamando la atención del morocho quien se giró para encontrar a otro de sus pokemon, Pikachu) – Siempre has hecho cosas absurdas y locas, ¿Qué te preocupa ahora?

- Pikachu… -

- No dudaste en darle un puñetazo a Mewtwo, no dudaste cuando te interpusiste en su pelea con Mew, no dudaste cuando ocurrió el desastre de las Islas Naranjas con esas 3 aves legendarias… no dudaste en salvarme, cuando recién nos conocimos – (comentó el pokemon amarillo con una sonrisa en el rostro) – No dudaste en Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh, Unova o Kalos… no fallaste en ningún lugar – (agregó el pokemon, ante el estupefacto chico, que se sorprendió cuando 2 de sus pokeball liberaron a sus otros 2 pokemon que le siguieron a la aventura)

- Ciertamente, aunque aún no estoy contentó con esa batalla con ese Entei, tú no dudaste en desafiarlo pese al peligro – (comentó Charizard, mirando al azabache con confianza) – Eres el mejor entrenador que conozco… aprendí a conocerte y respetarte, así que deja de actuar como un idiota ahora

- Charizard –

- Opino lo mismo… son guardianes, ¿Y qué? – (comentó altivamente Sceptile, mirando al azabache con seguridad) – Este es solo un escalón más en nuestra historia… no pararemos por esto

- Chicos… -

- No estás solo, Ash… - (comentó Riolu, mirando al joven con convicción) – Ash… -

- ¿Qué quieres hacer? – (preguntaron simultáneamente los 4 pokemon)-

- Yo… - (murmuró el joven, enmudeciendo y cerrando los ojos con fuerza)

Seria genial… que un héroe como Red, nos ayudase…

El joven abrió los ojos con fuerza, mientras las palabras de Emilia se repetían en su cabeza.

thump, thump… thump, thump

- Una persona… con una voluntad fuerte y un corazón honesto…- (murmuró el joven, recordando el libro rojo que siempre llevaba Emilia con ella) – Red… Red no existe este mundo… -

thump, thump… thump, thump

- Pero… qué importa, si no existe en este mundo – (murmuró el azabache, mirando fijamente a cada uno de sus pokemon presentes) – Yo quiero salvar a Ryota… y yo… yo quiero ser fuerte… más fuerte que nadie en este mundo –

Tan fuerte, para proteger a todos mis conocidos.

Tan fuerte, para aliviar las preocupaciones de esa amable chica.

Tan fuerte, para impedir que nuevos sacrificios sean necesarios.

Yo… quiero ser…

- Chicos – (comentó el azabache, llamando la atención de todos sus pokemon, los cuales lo miraban expectantes) – ¿Irían conmigo a declararle la guerra al mundo? –

El joven miró fijamente a sus pokemon, mientras sus ojos adquirían un color rojo carmesí.

.

..

- ¡YO SOY RED, EL HOMBRE QUE CAMBIARÁ ESTE PODRIDO MUNDO! -

Nadie podía comprender lo que pasaba, hace menos de un minuto, un traidor iba a ser ejecutado frente a sus ojos. Ahora, un encapuchado le había salvado, y gritado una frase que, si bien podía tomarse como una broma, esta logró helar y dejar perplejos completamente a todos los presentes.

Pasaron varios minutos, sin que nadie lograra pronunciar una sola palabra, o que pudiera mover un solo musculo. Pero al final, fue uno de los altos cargos, quien se paró de su asiento, para encarar al joven. Este, era un hombre de unos 50 años, el cual vestía un traje parecido a un obispo, además de poseer un gran bigote con una prominente calva.

- ¿¡Cómo te atreves a interrumpir este juicio!? - (gritó el hombre, golpeando la mesa que estaba frente a él) - ¿Quién eres?, ¿Qué quieres?, ¡Identifícate ya! -

- Oh, cállate, calvo - (respondió el joven, rascándose la nuca y mirando desinteresadamente al viejo) – Eres muy molesto, ve a conseguir un nuevo corte o no vuelvas –

El ambiente que se había recuperado con la intervención del hombre volvió a perderse. Esta vez, los presentes estaban incluso más perplejos que antes. Al azabache no podría importarle menos la cara del viejo, desde que lo conoció hace un buen tiempo en la Torre de los Milagros ya los trataba a ellos 3 como si fueran basura, de no ser por Emilia, hace mucho que le habría dicho sus buenas verdades.

- ¿¡M-Molesto!? - (murmuró el hombre, mirando furioso al encapuchado, con una vena marcada en la frente) - ¿S-Sabes quién soy, maldito traidor? -

- ¿Un viejo calvo hijo de p%&a, que tiene cara de estreñido, un aliento de muerto y pasas, y tiene un estilo de religioso corrupto asalta niños? - (contestó el azabache, causando que más de uno de los presentes, se les, cayera la quijada al suelo)

Un poco más alejados de aquella escena, Steel y Emilia, se habían quedados totalmente helados, mirando palidecidos lo ocurrido. Steel medio levantado, no pudo evitar golpearse la frente con la mano, mientras que Emilia todavía no regresaba a la realidad.

- P-Papa… ¿Ese no es Ash? - (preguntó Emilia, mirando aterrada a su padre, el cual estaba igual, o peor que ella)

- S-Si… de eso no hay duda… solo él tiene la suficiente estupidez, para hacer este tipo de cosas - (murmuró el peli plateado, con un tic en el rostro)

- P-Pero, al que acaba de insultar… ¿No era el rango 10 Meyer, el Ejecutivo de la sección de ejecución de los guardianes, y uno de los 4 reyes? - (peguntó la peli plateada, mirando fijamente a su padre)

- Así es… el mocoso, tiene un talento único, para meterse en problemas… y para insultar a personas poderosas - (respondió el hombre, mientras suspiraba)

- Es un idiota- (comentaron tanto el padre, como la hija, mientras golpeaban su frente con su palma)

De regreso con el azabache, este se encontraba viendo divertido, como el hombre frente a él, parecía digerir lentamente, cada uno de sus insultos, causando que la cara del hombre pasara por varios cambios.

- ¡M-MALDITO MOCOSO! - (gritó el hombre, estallando de furia) - ¡JURO QUE TE MATARE CON MIS PROPIAS MANOS! -

- Ya cállate, viejo calvo - (murmuró el entrenador, dándole la espalda al general, para mirar, fijamente al peliblanco, a través de su capucha) – Hey Ryota, tienes una mirada patética, ¿Qué diablos te pasa? -

- ¿Eres un idiota…? - (pregunto el Inazuma, mirando al azabache, como si este se tratara de algo, fuera de su imaginación) - ¡Te mataran, As…! - (el peliblanco, tenía toda la intención de seguir hablando, pero el azabache, lo golpeó fuertemente dejándolo inconsciente, ante la mirada sorprendida de todos)

- ¿Vamos, es que todo el mundo va a seguir jodiéndome? - (comentó el joven, tomando al peliblanco y lanzándolo encima de su Charizard) – Bien chicos, ya tenemos el paquete, nos vamos -

Y así el azabache, salió como llegó, dejando a todos los presentes perplejos y confundidos. Sin embargo, al cabo de unos minutos, todos reaccionaron, persiguiendo e insultando al entrenador.

La persecución del azabache, se volvió inesperadamente peligrosa, de un momento a otro. Desde el suelo, los guardianes usaban a sus pokemon para derribar al azabache, utilizando una serie de ataques "efectivos" contra su pokemon, el cual simplemente los esquivaba o los bloqueaba, gracias a la ayuda de Pikachu. Mientras qué desde el aire, varios guardianes, especialistas en el tipo volador, comenzaron a atacar al joven, el cual, con suerte lograba que su pokemon pasara a través de los ataques enemigos.

- ¡Me siento como cristiano, en tierra de paganos! - (gritó el joven, mientras esquivaban una serie de ataques lanzados por sus perseguidores) – ¡O como pobre, en barrio alto! -

- ¿Ash, crees en dios? - (preguntó un confundido Pikachu)

- Pikachu, vimos a Arceus, ¿A qué viene la estúpida pregunta? - (respondió el azabache, mientras miraba molesto al pokemon)

- ¡Porque solo de milagro salimos de acá en una pieza! – (gritó el pokemon)

- ¡Oigan!, no es por molestarlos… ¡¿Pero no pueden dejar esa conversación para después?! - (gritó Charizard, mirando molesto a ambos, mientras giraba en el aire para esquivar los ataques enviados a ellos) - ¡Ash, tenemos que salir de aquí, pero ya! -

- ¡Bien, entonces vamos a hacerlo chicos! - (gritó el azabache, sacando una extraña piedra de su bolsillo, mientras cargaba una gigantesca cantidad de aura en esta) - ¡Adelante, Mega-Charizard! -

Una brillante luz, cubrió por completo al pokemon de fuego, mostrando así, la mega evolución de Charizard. Este se veía más fiero, con 3 cuernos, en lugar de hoy, sus alas eran más grandes, y a ahora, su cola llevaba unas especies de puas, además ahora era un poco más grande que antes. Al acabar la trasformación, ante la mirada sorprendida de sus perseguidores, el pokemon se alejó rápidamente de aquel lugar, a una velocidad realmente absurda.

- ¡Ja!, ¡Los dejamos atrás! – (gritó un emocionado Pikachu)

- ¿Creen que fue suficiente distracción? – (preguntó el azabache, a sus pokemon)

- Hicimos cuanto pudimos, Riolu y Sceptile se encargarán de recuperar los pokemon de Ryota – (respondió Charizard, concentrándose en perder a sus perseguidores)

- Cierto, confía en ellos – (agregó la rata amarilla, consolando a su entrenador)

El escape iba realmente bien, los perseguidores del azabache, no eran capaces de seguir su velocidad, sin embargo, tras avanzar unos pocos kilómetros, unas cadenas doradas, se atravesaron en el camino del entrenador, deteniéndolo al instante.

- ¿Dónde crees que vas, mocoso traidor? - (murmuró el mismo hombre, al cual el azabache, había insultado momentos antes, este iba sobre un Braviary, el cual a diferencia de su entrenador, parecía bastante fuerte) - ¿Realmente, crees que voy a dejarte escapar tan fácilmente? -

- ¿Pues no crees que estas muy viejo, para correr detrás de los jóvenes?, mejor retírate, no vaya a ser que se te suba la presión, calvo - (respondió el azabache, con una sínica sonrisa)

- TE MATARE… TE JURO QUE TE MATARE - (murmuró el general, mirando furioso al azabache)

- Hey, basta eso Meyer, recuerda qué aun siendo un general, debes obedecer la ley de los guardianes - (una voz detrás del azabache, lo hiso voltearse inmediatamente, viendo así, a un hombre de unos 25, castaño, que le miraba seriamente, este iba sobre un Fearrow) – Será mejor que pienses lo que harás, chico… técnicamente hablando, todavía no eres un traidor, aún puedes parar esto, si sueltas a ese joven que tienes ahí -

- Pero Kiel, eso no es justo - (se quejó esta vez una chica peliverde, al parecer un poco menor que el azabache, estaba a la derecha de este, y parecía estarle haciendo un puchero al hombre anterior, ella iba sobre una Togekiss) – Eso es muy aburrido, al menos déjame pelear con él, solo una vez, vale -

- Melisa, eso es abuso, lo sabes - (comentó en esta ocasión, un niño, de unos 10 años, el cual, poseía un extraño peinado, este estaba flotando gracias a la ayuda de su Mr. Mime, el cual usaba sus poderes psíquicos, para ayudarlo) – El chico, no tendrá ninguna posibilidad -

- Ehh… pero Esmerald, ¿No viste como escapó de sus perseguidores?, él no es tan malo, además ya sabe usar el Aural Mode - (se quejó la chica, mirando molesta a niño) – Además, tu eres menor que él Esmerald -

- Kiel, Melisa, Esmerald, ya basta con eso… ese mocoso es mío, yo lo mataré, digo, lo enjuiciaré - (comentó el calvo nuevamente, mientras comenzaba a pelear con los otros 3) – Que ustedes también sean Ejecutivos de Departamento, no les da el derecho de juzgar traidores, es mi responsabilidad, como Ejecutivo del Departamento de Ejecución –

- Por eso nadie te quiere – (comentó la chica, causando que una vena saltara en la frente del calvo)

- También debes parar con esto Meyer - (dijo el hombre, mirando molesto al calvo) – Que seas el Ejecutivo del departamento de Ejecución, no te da el derecho sobre el mocoso ese, recuerda que yo dirijo el departamento de la Ley -

- No Kiel, creo que te equivocas, en este caso es el Ejecutivo quien debe… - (susurró Esmerald, mirando fijamente al hombre)

Totalmente ajenos a la actual situación, el azabache miraba al grupo, con una mezcla de sorpresa y una profunda confusión, mientras sus pokemon le imitaban, con una cara llena de confusión.

- Ash… ¿Qué está pasando? - (preguntaron los 2 pokemon del joven, los cuales miraban perplejos la situación)

- No lo sé… pero creo que será mejor irnos- (susurró el azabache, mirando de igual forma, la escena que se formaba frente a ellos, mientras su pokemon daba la vuelta y se iba silenciosamente)

- ¡Meyer, déjame pelear con él, luego lo matas si quieres! - (gritó la chica, apuntando hacia la dirección del joven entrenador, el cual ya iba bastante lejos de ellos) – Ah, se escapa… -

- ¡Oye, regresa aquí! - (gritaron los 4 generales, causando que ellos lo persiguieran)

Si la persecución hasta ese momento había sido difícil, ahora esta se había vuelto desesperante. Los 4 perseguidores, le hacían honor a su título, ya que aún a la extrema velocidad de Charizard, estos le perseguían sin ningún problema.

- Demonios, no podemos perderlos - (murmuró el joven azabache, mirando molesto a sus perseguidores) - ¡Charizard, cambio de planes!, ¡Usaremos el Full Bust para aumentar la velocidad y llegar rápidamente al Sello de Origen! - (agregó él, llamando la atención del pokemon)

- ¡¿Aún más?! – (gritó un perplejo Pikachu)

- ¡¿Qué?!, ¡¿Estás loco?!, ¡Ash, apenas soportas la velocidad actual! - (le advirtió el pokemon de fuego, mirando serio a su entrenador) – Sé, que debemos perder a los Ejecutivos, pero la fuerza de ese sello no es normal, si usamos el Full Bust ahora no tendremos energía para romper el Sello -

- Charizard, no podemos darnos el lujo perder más terreno - (comentó el azabache, mirando a su pokemon seriamente) - Además, el Sello de Origen es el más cercano a este lugar, es ahora o nunca -

- Ash déjame recordarte, que Charizard no tiene cinturones de seguridad, así que será mejor que cambies de plan - (murmuró el pokemon amarillo, el cual solo recibió, una tranquila sonrisa por parte de su entrenador, cosa que lo aterró profundamente)

- Entonces, reza todo lo que sepas, Pikachu - (respondió el joven, mientras se apoyaba en le inconsciente Ryota, y se sujetaba de Charizard, el cual cumplió las ordenes de su entrenador) - ¡Full Bust! -

Con el grito del azabache, el aura en el interior del joven comenzó a drenarse rápidamente y era transferido a su pokemon de forma explosiva.

- ¡…! -

Charizard, rugió un atronadoramente, al mismo tiempo que su cuerpo se volvía rojizo, como si este fuera una caldera funcionando a toda potencia. El pokemon aumentó enormemente su velocidad, dejando atrás a unos sorprendidos guardianes, que no esperaban el aumento explosivo de velocidad.

Usando todo el control y las maniobras posibles, el pokemon se fue acercando rápidamente a la salida norte del desierto. Desde la distancia en la que estaban el grupo divisó el Sello de Origen, un altar parecido al primer altar al que el azabache vio antes de entrar a la Torre. Su única diferencia, es que este era ligeramente más grande y de él una luz verde parecida a una pared parecía dividir el desierto en 2 mitades.

En su primer viaje, Steel los llevó sin decirles a través de decenas de sellos antes de entrar al verdadero desierto.

Ya habían avanzado bastante, dejando atrás al grupo perseguidor, y la base de los guardianes. En ese momento, el azabache se dio tiempo, para ver a su inconsciente compañero, este aún no se despertaba, incluso con todas las violentas maniobras, que tuvieron que utilizar. Aquello de cierta forma, asustó al azabache, el cual comenzó a pensar, que se había pasado un "poco" con aquel golpe.

Sin embargo, ese momento de paz fue arruinado, cuando a lo lejos una luz salió disparada hacia ellos, obligándolos a esquivarla de emergencia, causando que perdieran el equilibrio y comenzaran a caer. Antes de caer, el azabache logró divisar la figura de los 4 generales, a lo lejos.

Todo se hubiera ido al diablo, si es que cierto peli plateado, no hubiera amortiguado la caída de estos, logrando atrapar al pokemon de fuego, con una sola mano.

- ¿¡Steel!? - (preguntó un impresionado azabache, el cual no daba crédito a lo que había pasado) - ¿He muerto, no es así? -

- Lo siento, pero aun no…- (murmuró el hombre, golpeando fuertemente la cabeza del azabache, el cual se quejó el suelo adolorido) - ¡Ahora me quieres explicar, ¿Cómo demonios se te ocurrió hacer eso?! -

- ¡No tengo tiempo para esto anciano, los Ejecutivos me siguen de cerca! - (gritó el azabache, mirando molesto al hombre, que bufó molesto)

- Tienes suerte que me trajo Emilia, mocoso idiota - (respondió el hombre, apuntando con el dedo, a la chica, la cual estaba junto a su Altaria esperándolos cerca de ellos) – Vete, llévate a Emilia y Ryota contigo a la Isla, no necesitan preocuparse en ese lugar, incluso el Ejecutivo de los guardianes no pondrá un pie en ese lugar si es que tiene cerebro -

- ¿Eh?, entiendo… - (respondió el joven entrenador, mirando confundido al peli plateado, indicándole a su pokemon que se moviera, antes de detenerse de golpe y mirando al hombre, que seguía de pie en ese lugar) - ¿Anciano, por qué no vienes? -

Ante la pregunta del joven, Steel dejó salir un profundo suspiro, colocándose frente al Ketchum, cosa que confundió al chico.

- ¿Steel? - (preguntó el chico, mirando al hombre, mientras un extraño presentimiento, surgía en su pecho)

- Ya vete, mocoso - (murmuró el hombre, sorprendiendo al joven) – Ryota y tú, ya no tienen nada que hacer en este lugar, llévate a Emilia contigo… yo debo ajustar las cosas en este lugar -

- ¡¿Qué dices, papa?! - (susurró la peli plateada, asustada por las palabras dichas por su padre)

- Hoy uno de mis alumnos iba a ser ofrecido, para calmar la mente de unos viejos imbéciles, ahora otro de mis alumnos decidió poner su trasero al fuego, para hacer algo que su maestro debió hacer... lo siento hija, sé que no estoy siendo un buen padre… pero ya no puedo hacer la vista gorda, le voy a salvar el trasero a mis alumnos y ajustar las cuentas con estos imbéciles de una vez por todas - (respondió el hombre, soltando una pequeña carcajada)

- ¿¡De qué demonios hablas, anciano!? - (gritó un molesto azabache, el cual bajó de un salto de su pokemon y había tomado al peli plateado del abrigo) - ¿Qué mierda quieres decir con eso?, ¿Es que acaso piensas enfrentarte a esos idiotas, tú solo?... si haces eso, ¿Qué pasara con Emilia?... ¡Contestame! -

- ¡Ya basta, maldito mocoso! - (gritó Steel, golpeando fuertemente al azabache en la cabeza, mientras lo empujaba hacia la chica) – Hace tiempo, dejé que mi mejor amigo muriera, por una causa tan estúpida como esta… no pienso permitir, que la historia se vuelva a repetir… definitivamente, ¡Juró que los protegeré! - (continuó, lanzando su abrigo negro por los aires, dejando ver a un traje de batalla de color plateado) – Ya vete, y cuida a Emilia… porque si no lo haces, te prometo que yo mismo te destrozaré, incluso si debo arrastrarme desde el mismo infierno -

- Steel… - (murmuró el azabache, viendo como los generales, estaban cada vez más cerca de ellos) – Si no regresas sano y salvo, te prometo que haré a Emilia, mi esposa- (continuó el azabache, con una sonrisa en rostro, haciendo sonrojar enormemente a la chica, mientras la tomaba de la mano, para llevarla con sus pokemon) - ¡Chicos, ya nos vamos! -

- ¡E-Espera Ash!, ¿¡Es en serio!? - (gritó la chica, mientras el joven la hacía subir a su Altaria, mientras el azabache, parecía ignorarla completamente)

Luego de que ambos jóvenes se montaran en sus pokemon, el peliplateado dejó salir un ligero suspiro, mientras veía molesto a los generales, los cuales parecían haberse dado cuenta de su plan. Reuniendo una gran cantidad de aura en su cuerpo, el peli plateado liberó a su Aggron, que le miró determinadamente, entonces, se arrodilló, y tocó el suelo con sus manos.

- Allen… tu hijo es igual de idiota que tú - (susurró el hombre, esbozando una divertida sonrisa) – Mocoso, será mejor que ni pienses en acercarse a Emilia… antes de proponértele… ¡Debes vencerme a mí! -

Dicho esto, el hombre creó rápidamente varios pilares de hierro, los cuales se elevaron hasta el cielo, formando así, una gigantesca pared de hierro, la cual separó a los generales del azabache. Estos, al verse imposibilitados de perseguir al azabache, bajaron a encarar al peli plateado.

- ¡Steel!, ¡¿Te has vuelto loco?! - (gritó un furioso Meyer, el cual se bajó de su pokemon, al igual que los demás generales) – ¡Esto es un acto de traición, lo sabes! -

- Si, lo sé - (contestó el peliplateado, sin darle mucha importancia a lo dicho por el calvo) - ¿Y qué con eso? -

- Steel, no puedo creer que un hombre como tú, este involucrado en esto… tu eres un héroe, eres el hombre que ha sobrevivido miles de batallas, y que ha visto con sus propios ojos, la peor cara de la Torre - (comentó el castaño, el cual miró fijamente al peliplateado) – Entonces dime, ¿Por qué encubriste a esos traidores? -

- ¿Traidores?… ¿Le dirías lo mismo a Allen, Kiel? - (respondió el hombre, con una sonrisa, causando que los 4 colocaran un mirada tensa) – Dejemos toda esta charla de mierda a un lado… ¿Están preparados para enfrentarme, idiotas?, Ustedes llegaron a su rango, mediante contribuciones y su importancia a la Orden… mientras que yo conseguí mi rango, gracias a lo que hice en la guerra… ¡Les faltan 100 años si creen que ustedes 4 pueden decirme que hacer o no! -

- Las fuerzas de los guardianes llegaran dentro de poco… aun siendo tú, no tendrás ninguna oportunidad, contra todos nosotros - (le advirtió Esmerald, mirando fijamente al hombre)

- ¡Ha!, Deja de hablar tanto mocoso, yo ya pateaba a imbéciles como ustedes desde que tú aún estabas el vientre de tu madre - (respondió Steel, mirando a su pokemon y asintiéndole de vuelta, mientras una insana cantidad de aura comenzó a salir explosivamente el hombre) –Yo soy el hombre, que estuvo al lado del idiota, que una vez cambió al mundo… ¡Será mejor que no me subestimes! -

Y con eso, Steel subió a su pokemon, el cual cambió a su forma de Mega-evolución, pero no se detuvo ahí. El pokemon adquirió un brillo plateado rojizo y comenzó a crecer a un ritmo acelerado, pasando fácilmente los 20 metros de altura. Los 4 Ejecutivos de los guardianes no daban crédito a esto, mientras sus caras palidecían.

- ¡Soy el general del Acero, Steel!, ¡Quienquiera morir, que dé un paso al frente ahora! – (gritó el peli plateado, acompañado del rugido de su pokemon)

Ya lejos de ahí, el azabache subido sobre su pokemon, se abalanzó sobre el monumento de piedra, rodeados por las llamas del pokemon de fuego y los rayos de su pokemon eléctrico. Los 3 rugieron mientras derriban por la fuerza el sello que separaba el territorio de los guardianes con el territorio normal y corriente.

- ¡GUUOOOAAAHHHHH! – (gritó el azabache, liberando hasta la última gota de aura en su cuerpo)

- ¡…! –

CRACK…

Con ruido sordo, el monumento se hizo pedazos, ante la fuerza del ataque. Los 3, el humano y los 2 pokemon cayeron pesadamente al suelo, luego de destrozar la barrera, la cual mostraba un gran agujero por el que los jóvenes podrían cruzar.

Ayudado por la chica, el azabache se subió al pokemon nube, mientras les agradecía a sus pokemon, guardando a Charizard en su pokeball y mientras a Pikachu lo ponía en su regazo. El grupo se quedó mirando hacia atrás en momento, mirando a lo lejos la brillante luz plateada que expulsaba su maestro.

Tras unos pocos minutos, Ryota despertó y se peleó un poco con el joven azabache. Luego llegó Sceptile, cargando con él a Riolu, el cual llevaba 3 pokeball en sus manos. El chico les agradeció y los guardó en sus pokeball, mientras que el peli blanco suspiró con alivio al tener a sus pokemon en sus manos otra vez. Ash miró preocupado a la peli plateada, la cual no despegaba su mirada del campo de batalla.

- Él estará bien, Emy, no hay ser vivo en este planeta capaz de derribarlo… sin alcohol – (comentó el azabache, rascándose descuidadamente la nuca, causando que la chica reaccione)

- …Si, tienes razón… - (respondió la chica, mirando a lo lejos la luz plateada la cual se sobreponía a los cientos de luces la cual la rodeaban) – Debo hacerme más fuerte… -

- Nos haremos más fuertes, los 3 – (agregó el Ketchum, mirando a la chica y el peli blanco) – Vamos de vuelta a casa –

Con esas palabras, el grupo huyó de vuelta a Johto, dejando atrás la tierra de los guardianes. Huyeron mirando, cómo hasta que lo perdieron de vista, que el brillo plateado jamás se debilitó, ni menguó… mostrando la furia y fuerza de su maestro.

CONTINUARÁ…