Capítulo 14: "El nacimiento de Red - parte 7"
Varias horas habían pasado, el azabache ya había sido capaz de alejarse del cuartel general de los guardianes, gracias a los esfuerzos de Steel. Ryota, que se había despertado, sacó un Hydreigon y comenzó a volar en él, tras agradecer a la chica por el viaje, también, al azabache, aunque un poco molesto y avergonzado. Emilia, por su lado, había permanecido en silencio casi durante todo el viaje, ella aún pensaba en el destino de su padre y las consecuencias de sus acciones.
Los 3 jóvenes se habían detenido, luego de varias horas, en el camino hacia Ciudad Slateport, donde pensaban tomar un viaje exprés hacia Johto. Los jóvenes estaban cansados y decaídos, sin embargo, todavía quedaba una conversación pendiente entre los jóvenes.
- Así que te iras por tu lado, ¿no? - (murmuró el azabache, este había sido llevado todo el camino por el Altaria de la chica, pero ya era capaz de pararse correctamente, al igual que Pikachu) - ¿No es ese tu plan, Ryota? -
- ¿Así que lo sabias? - (respondió el peliblanco, con una media sonrisa, antes de colocar una mirada seria) – Yo soy un prófugo, cometí varios crímenes, mientras vagaba por ahí con Mask of Ice… ustedes… tú eres el idiota que le acaba de declarar la guerra a los guardianes, por un idiota como yo… y Emilia, es la hija de un héroe, que le declaró la guerra a los guardianes por las estupideces de sus alumnos… no importa como lo mires, yo los arruiné a ambos –
- ¿Y qué si lo hiciste? – (respondió el azabache, mirando con el ceño fruncido al peliblanco) – Es cierto que te equivocaste, lo arruinaste y cometiste crímenes… pero al menos yo, no puedo culparte por lo que hiciste, perdiste a tu familia y fuiste engañado… sí, dañaste personas, pero siempre evitaste matar, además, al final recapacitaste y volviste al camino correcto –
- También creo lo mismo, además, en cuanto a la decisión de papá… y aunque me preocupa, no creo que se equivoque, ustedes 2 son nuestra familia, después de todo - (agregó la chica, con una sonrisa, alegrando a los 2 jóvenes)
- Emilia… Ash… - (murmuró el joven, mirando con pesar a ambos, antes de suspirar pesadamente y bajar la cabeza ante ambos) – Lo siento… y gracias –
- De nada – (respondieron el chico y la chica, con una sonrisa)
- Pero, aun así, creo que deberíamos seguir caminos separados, por ahora – (comentó nuevamente el peliblanco llamando la atención de los jóvenes) - Quizás nuestros caminos puedan llegar a unirse algún día… sin embargo, este no es el momento… aún no he encontrado, a todos los culpables del asesinato de mi familia… -
- Ya veo – (murmuró tristemente la chica, para luego mirar al azabache, que parecía estar en su propio mundo) - ¿Ash? -
- Bueno, a decir verdad, sería una molestia que los guardianes me atraparan, si sigo con un prófugo - (comentó el azabache, con una sonrisa, causando que al Inazuma se le marcara una vena) – Sin embargo, tampoco estoy de acuerdo, en que te vayas… no por esas razones, al menos -
- ¿Y qué harás?, ¿Me derrotaras y luego me llevaras con ustedes? - (preguntó el Inazuma, mirando desafiante al entrenador) – Yo tengo camino, Ash… que, a diferencia de ustedes, no será un campo de rosas -
- Recuerda que yo soy el que les declaró la guerra a los guardianes, y tiene medio mundo, en su contra - (respondió el joven azabache, con una mirada igual de desafiante) – Tendré que dejar mi nombre por un tiempo, de lo contrario, muchas personas se verán afectadas… además, decidí seguir los pasos de mi padre, así que tampoco lo pasaré muy bien -
- Ash… - (susurró la chica, mirando preocupada al azabache, antes de cambiar su mirada a una molesta) - ¡Ustedes dos!, ¿No les basta la preocupación que he pasado por su culpa? –
- J-Je, je… lo siento Emy – (respondió el azabache, con una mirada avergonzada)
- …Sé cuidar a mí mismo, mejor preocúpate por este idiota de acá – (dijo el peliblanco, apuntando con su cabeza al azabache)
- ¡Oye! – (gruño el aludido)
- Y ustedes dos no cambian… ¿Cuándo piensan dejar de pelear? – (murmuró la chica un poco divertida) – Por cierto, Ash… ¿Por qué Red? –
- ¿Eh? –
- El nombre… no importa como lo veas, lo copiaste del libro – (comentó la chica, mirando divertida al joven, que se avergonzaba)
- B-Bueno, ya sabes… había poco tiempo y era el mejor nombre que se me ocurrió en poco tiempo… además, recordé que tú dijiste que nos parecíamos y siempre creí que era genial – (respondió el Ketchum, mirando hacia otro lado con la cara roja)
- B-Bueno, sí, creo que se parecen… pero no esperaba que lo usaras así, aunque me alegra que te gustara – (respondió la chica, con un ligero sonrojo mientras también evitaba la mirada del joven)
- …Ustedes dos podrían no coquetear frente a mí… lo digo en serio, es muy incómodo para los que estamos de fondo – (comentó un cansado peliblanco, cosa que apoyaron todos los pokemon presentes, asintiendo con la cabeza)
- ¡¿?!, ¡¿Quién está coqueteado?! – (gritaron los 2 jóvenes, completamente rojos)
Los 3 jóvenes continuaron conversando entre sí un buen tiempo, hasta que llegaron al puerto. Ahí, el grupo abordó un barco que les esperaba por orden de Steel. El grupo estaba muy sorprendido por este hecho, más aún, al ver que el capitán del barco, resulto ser el mismo hombre que los trasladó en primer lugar.
El grupo llegó con éxito a la isla en unas cuantas horas, tras lo cual el hombre les hizo saber que dentro de poco la isla entraría en su fase de refugio y, por tanto, nadie podría salir o entrar en la isla. El grupo sé miro un momento, antes de asentir con amargura.
- Debo quedarme en la isla, mientras papá no vuelva, debo esperar en este lugar – (comentó la peli plateada, mirando con pesar a los chicos)
- Yo me quedaré también… debo cuidar de Emy, hasta que el anciano se aparezca – (dijo el azabache, mirando a la chica con una mirada amable)
- Yo me iré… antes de morir, Javier dejó salir información importante que necesito investigar – (comentó el peliblanco, mirando seriamente a ambos jóvenes)
- No vayas a cometer más estupideces, ¿de acuerdo? – (agregó el azabache, mientras miraba al peliblanco con una sonrisa) – Tendré que patearte el trasero, sino –
- ¡Je!, entonces… ¿Me vas a detener, Red? - (susurró el peliblanco, con una desafiadora sonrisa)
- Si, eso haré - (respondió el joven, con la misma sonrisa, mientras el peliblanco solo sonreía) – Sin embargo, no será en esta ocasión, hermano… Steel me dejó al cuidado de Emilia, hasta el día en que el volviera, debo protegerla -
- Pero Ash, no es necesario… mi padre, volverá, estoy segura - (susurró la chica, mirando al joven, con una triste sonrisa)
- Lo sé… pero, ni pienses que te alejaras de mí, recuerda que serás mi esposa, Emilia - (respondió el azabache, mostrándole una radiante sonrisa a la chica, la cual se sonrojo furiosamente, mientras que Ryota, no entendía de lo que hablaban sus amigos)
- ¡Eso es solo si mi padre no regresa, idiota! - (gritó la chica, intentando contener su vergüenza)
- Espera, ¿En qué momento avanzaron tanto? – (preguntó un confundido peliblanco, mirando confundido a la rata amarilla)
- ¿Quién sabe?, ¿Un par de horas?, Es difícil saber cómo evoluciona la cabeza de este idiota, tras ignorar a tantas chicas en el pasado – (respondió Pikachu, sintiendo un dolor de cabeza al ver a su entrenador)
- Ya veo, sigue haciendo las cosas a su maldita manera… - (murmuró el peliblanco, relajándose y acercándose al par de jóvenes que seguían en su mundo, interrumpiéndolos) – Entonces, supongo que esta es la despedida, ¿no? –
- ¿Te irás ahora? – (preguntó la chica, mirando tristemente al peliblanco)
- Si… quizás hoy será el último día que nos reunamos, así – (respondió Ryota, con una sonrisa solitaria adornando su rostro)
- ¿De qué hablas, idiota? - (preguntó un sonriente Ash, poniendo su mano, al frente del peliblanco y la chica) – Yo juró que los buscaré a ambos, incluso en el infierno mismo, de ser necesario… así que… hasta el día, en que nos volvamos a reunir, los 3 juntos y en paz… -
- Je, je… idiota - (comentó una divertida Emilia, colocando su mano, sobre la del azabache) – Entonces es una promesa, hasta el día, en que nos volvamos a reunir… -
- Si… hasta el día, en que nos volvamos a reunir… - (murmuró Ryota, con una sonrisa en el rostro)
- "Viviremos nuestra vida, sin arrepentimientos" –
Los 3 jóvenes se miraron sonriendo, sabiendo que, desde ese día en adelante, les esperarían miles de dificultades a lo largo de su aventura.
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_Torre de los Milagros, una semana después_
Dentro de unas celdas, ubicadas en la parte más profundas de la Torre de los Milagros, 2 hombres se encontraban sentados frente a frente. Uno era un hombre guapo, con un largo cabello negro cayendo a lo largo de su espalda, esté miraba con el ceño fruncido al otro hombre, que le devolvía la mirada de la misma manera. Ese hombre, era un hombre imponente, llevaba un cabello plateado corto y un tanto quemado, su mirada era decidida, pese a estar un tanto lastimado y estar esposado.
- Te pasaste, Steel –
- Lo mismo digo, Elmer –
Ambos hombres se miraron duramente, durante varios minutos, antes de que el pelinegro suspirara pesadamente. Además de los 2 hombre, a espaldas del pelinegro se encontraban 7 hombre y mujeres, 4 de ellos habían perseguido al azabache, el día de su huida.
Ellos eran los 7 Ejecutivos de Departamentos de la Torre de los Milagros, los 7 ejecutivos al mando del hombre pelinegro, Elmer von Hessen, ex miembro de Aural Wings y compañero de armas del peli plateado.
- ¿Entiendes el problema en el que te encuentras? – (preguntó el pelinegro)
- Me pregunto… ¿Sabes lo que es ver morir a un alumno frente a ti? – (respondió el peli plateado)
- Ryota Inazuma debía ser juzgado, no puedes ignorar lo que ha hecho – (comentó el pelinegro, mirando fríamente a Steel)
- ¿Ayudar Mask of Ice?, Sabes lo difícil que es lidiar con ese sujeto… además, ¿No solo se escabulló al archivo?, Hasta donde sé, no hay nada de gran interés en ese lugar – (contestó el peli plateado, mirando sospechosamente al peli negro) - ¿O hay algo que deba saber, Elmer? -
- ¡Maldito idiota, como si supieras lo que ese malnacido se llevó! – (gruño Meyer, captando la atención del peli plateado)
- Silencio, Ejecutivo Meyer - (comentó Elmer, mirando seriamente al calvo, el cual volvió a su posición tras la mirada de su superior) – Steel, lo que se llevó Mask of Ice, puede traer muchos problemas a la Orden… decir que Ryota fue engañado y por ello no merece un castigo, es estúpido en sí mismo –
- Un castigo, sí… no una sentencia de muerte Elmer –
- Eso solo te dice el nivel de su falta –
Ambos hombres se volvieron a mirar en silencio. Tras unos minutos nadie dijo nada, ya sean los 2 hombres o los 7 testigos, sin embargo, al final, el pelinegro suspiró y luego se levantó, pensando en retirarse.
- Será mejor que vayas pensando lo que le dirás a los grandes maestros, tienes una gran suerte que ellos tienen las manos llenas siguiendo las pistas de Mask of Ice – (comentó el pelinegro, haciendo un gesto con la cabeza, indicando que se retiren sus subordinados de la celda)
- Por el contrario, ex-amigo… eres tú el que tiene mala suerte, en verdad – (respondió el peli plateado, con una sonrisa confiada)
- ¿Qué quieres decir? –
Tan pronto las palabras salieron de la boca del pelinegro, una enorme presión cayó sobre la torre entera, comenzando a temblar furiosamente, por la fuerte presión del aura externa.
Toda la torre cayó en pánico en un instante, no solo la zona exterior de la torre, sino que hasta las celdas en los niveles más bajos de la torre eran afectados por la cantidad desbocada de aura. Los 7 ejecutivos entraron en pánico, mientras que el pelinegro miró molesto al peli plateado.
- … ¿Qué hiciste Steel? –
- ¿Qué hice?, Solo le conté a cierto grupo de personas que, al parecer, Javier Maxson, el hijo de p%&a que nos hizo el infierno en el pasado y al que creímos muerto, había estado viviendo y manipulando a todos, otra vez… justo en frente de tus narices – (comentó el peli plateado, levantándose de la silla, y acercando sus manos esposadas al pelinegro, que lo miraba estupefacto) – Y tal parece, están muy molestos, después de todo, al que creímos el mejor candidato a líder ha estado haciendo un trabajo muy mediocre… y para colmo, dejó al más grande enemigo nuestro convida –
- Esto no acabará en paz, en el peor de los casos, una nueva guerra civil estallará… ¡Los esfuerzos del Líder serán en vano! – (gritó por primera vez, una mujer de cabello azul y gafas, mirando a Steel con horror)
- Esto es algo que les incumbe solo a los miembros de Aural Wings, no te atrevas a meter tus narices en asuntos de otras personas – (contestó el peli plateado con indiferencia)
- … ¿Llegarás a estos extremos, Steel?, Aunque salgas hoy, el consejo no se quedará callado por esto – (murmuró Elmer, suspirando pesadamente, ante la negativa del hombre)
- ¡Oh!, ¡Lo sé!, ¿Pero sabes qué?, No me importa – (comentó peli plateado, acercándose a centímetros del hombre) – Será que tu excusa sea muy buena, Elmer… porque si no… el ataúd destinado a Ryota, tendrá un nuevo dueño, viejo amigo –
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_En la actualidad_
El azabache se encontraba mirando fijamente al cielo estrellado, el cual era alumbrado por los cientos de estrellas en el firmamento, y una gigantesca luna llena, la cual parecía calmar sus pensamientos.
- En fin, luego de separarnos, me quedé con Emilia, a la isla donde entrenábamos, fueron unos días muy complejos… ya que Emy estaba muy preocupada por su padre, pero al cabo de un mes, Steel se apareció de la nada en la puerta, con una gran sonrisa - (murmuró el entrenador, sintiendo un fuerte dolor de cabeza) – Resulta que él tenía un medio para ignorar el tema de la barrera, así que no tuvimos que esperar los 3 meses… luego me quedé los otros 2 meses entrenando y mejorando mis habilidades, hasta el otro cambio de estación, cuando salí y comencé a ejercer oficialmente como Red… el héroe renegado, destructor de organizaciones malignas, el entrenador pokemon más fuerte, etc. Y eso sería el fin… ¿preguntas? -
- ¡Claro que sí, idiota! - (gritaron todos los pokemon del azabache, los cuales los miraban molestos) - ¡Te has saltado muchas cosas! -
- ¿Eh, de que cosas hablan? - (preguntó un confundido azabache)
- Cosas como lo que hiciste luego de eso, la forma en que te diste a conocer como Red, lo que pasó con los guardianes, con Ryota, y Emilia, ¿Qué pasó con la boda?, como fue que conociste a las demás chicas, y si, Pikachu nos contó de ellas - (respondieron todos los pokemon, a la vez)
- Así que Pikachu, ehh… - (murmuró el joven azabache, dirigiendo su vista hacia el pokemon amarillo, que parecía hablar tranquilamente con el resto de los pokemon, que lo habían acompañado en la aventura) – ¡Oye deja contarles cosas que no vienen al caso! –
- ¿Qué dices?, ¿Hablas de lo que hiciste a solas con Emilia mientras Steel no estaba o qué? – (preguntó el pokemon, haciendo que el azabache se volviera completamente rojo y comenzara a toser descontroladamente)
- ¡N-No pasó nada! – (gritó un molesto azabache)
- Aja, y yo soy un Psyduck – (respondió el pokemon de mala manera)
- Ash… ¿Qué quiso decir Pikachu? – (preguntó sombríamente Bayleef, mirando aterradoramente a su entrenador)
- … -
- … -
El joven y el pokemon se miraron fijamente durante un par de segundos, segundos en los cuales cientos de conversaciones y acuerdos eran llevados en microsegundos. En el fondo, Charizard y el resto de compañeros del par, se golpearon la frente con sus manos/patas, siendo los únicos capaces de entender la secreta conversación del par.
(3 botellas de kétchup extra grandes y mi silencio, en cuanto a tus travesuras en nuestras aventuras, ante Chuchu, Pikachu)
(Agrega también la devolución de mi premio de literatura que cayó en manos de Blue, Ash)
(Pikachu, ese premio ya no existe, déjalo ir)
(…Maldita sea, trato hecho)
- ¿Y bien?, ¿Qué quisiste decir antes Pikachu? – (Volvió a preguntar Bayleef, dejando salir sus lianas de forma amenazadora)
- Nada, en lo absoluto – (respondió el pokemon mostrando una sonrisa pura y sin mentiras)
- ¿Huh? – (murmuró una desconcertada Bayleef, ante la respuesta del pokemon) - ¿Pero lo de antes? -
- Fue una broma, una broma – (respondió el pokemon, con una sonrisa)
- Y-Ya veo –
Mientras el azabache miraba la escena, lentamente se alejó del área, mientras miraba la hora en su celular. Al ver la hora se sorprendió y dejo salir un suspiro cansado.
- ¡Hey, mira la hora!, Pikachu, ahora tú te encargas de contarles la historia, ¿de acuerdo? – (comentó el entrenador, retirándose a toda velocidad del lugar)
- ¡¿Qué?!, ¡Espera!, ¡¿Por qué?!- (gritó Pikachu, bastante sorprendido, mirando perplejo a su entrenador) - ¡Ese no era el trato Ash! -
- ¡Ese trato ya está zanjado!… además, tú escribiste un libro de nuestras aventuras, bajo el seudónimo de Pik, ¿no? - (murmuró el joven, mirando a su pokemon con cierta burla) – Según recuerdo, vendiste varias copias de él, ¿no es cierto, Pik? -
- P-Pero eso no es razón para hacerme esto… además, de que eran 7 libros los que contaban nuestra historia - (murmuró el pokemon, mirando como su entrenador se alejaba, cada vez más) - ¡Espera Ash!, ¿¡A dónde crees que vas!? -
- ¿Dónde dices?, pues a la casa del Prof. Oak, me estoy muriendo de frío y sueño - (respondió el joven azabache, mientras bostezaba) - Además, ya han pasado varios meses, desde que puedo dormir tranquilamente en una cama cómoda, no puedo perder la oportunidad -
- ¡Oye, no seas irresponsable!, ¡No les dejes el trabajo a los demás! - (gritó el pokemon amarillo, mientras el azabache se alejaba de su vista) – Rayos, bueno chicos, ¿Quién me ayuda con esto? - (continuó, mirando como cada uno de los pokemon, que usó Ash, habían desaparecido) - ¡Traidores! -
La hora marcaba las 1: 49 am, definitivamente el azabache, no podría ir a su casa a esta hora, así que luego de pensarlo un tiempo, decidió pedirle alojo al Prof.
De camino, no pudo evitar recordar la charla que tuvo con Steel, a los pocos días que este llegó a la isla. Recordaba lo incomodó que se sintió inicialmente, y lo perplejo que terminó, después de la charla.
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_Isla de Steel, hace poco menos de 3 años_
El azabache se encontraba sentado rígidamente y sudaba por todas partes, mientras se encontraba frente al peli plateado. El hombre lo miró con el ceño fruncido, antes de dejar salir un pesado suspiro que hizo saltar al joven.
- Hey, mocoso, diré esto de antemano, no me interesa lo que sucede entre Emilia y tú, ya no son unos mocosos y han visto lo suficientemente del mundo, como para decidir qué hacer o no hacer – (comentó el hombre, para alivio extremo del joven, quién dejo salir el aire en sus pulmones, como si se le fuese concedido otra vida, aunque claro, como si tuviera tal lujo) – Pero que quede claro, si llegas a lastimar a mi hija o si me haces abuelo antes de tiempo… ni ser hijo de Allen, protegerá a tus pelotas, ¿Quedó claro? –
- … S-Si, muy claramente – (comentó un asustado Ash, el cual volvió a su estado inicial, mientras cerraba fuertemente sus piernas en pánico)
El ambiente, que por segundos recuperó su armonía, volvió a ponerse pesado ante la amenaza del hombre. El azabache parecía un estropajo condenado, mientras era puesto bajo presión del hombre.
Al final, tras unos minutos torturando al Ketchum, Steel dejó salir un suspiro y procedió a abrir una cerveza que tenía en una hielera.
- Como sea, eso no fue por lo que te llamé hoy, mocoso – (comentó Steel, llamando la atención del joven) – Estoy seguro que Emilia y el idiota de Ryota no llegaron a notarlo, pero hiciste algo increíble allá en la Torre de los Milagros –
- ¿Eh?, ¿T-Te pareció increíble? – (preguntó un avergonzado azabache, mientras se rascaba la nuca)
- Pues claro, no lo noté en el primer momento, no hasta que hablé contigo en el campo de batalla… - (respondió Steel, con una sonrisa, antes de extender rápidamente su mano para atrapar la cabeza del azabache y acercarla a su cara)
- ¡…! –
- Como pensé… realmente son ojos rojos – (murmuró el peli plateado, para confusión del asustado y perplejo joven)
- ¿Steel? -
- Mocoso… dime, ¿En el pasado te has encontrado con pokemon legendarios, capaces de hablar el idioma humano? – (preguntó seriamente el hombre, causando una mayor confusión en el chico) – No me refiero a los que eran capaces de transmitir sus intenciones mediante telepatía… hablo de los que eran capaces de emplear una conversación clara y precisa contigo, como si fuera otro humano más -
- S-Sí… me he encontrado con pokemon así… muchas veces – (contestó Ash)
- … ¿Es así? – (murmuró el hombre, inyectando su aura en el joven, causando que este se retorciera de dolor) – Aguántalo un momento necesito inspeccionar algo… -
Cuando el hombre inyectó su aura, los ojos del azabache cambiaron rápidamente de color, sus ojos cafés oscuros, rápidamente adquirieron un color rojizo oscuro. Entonces, los ojos del hombre adquirieron un color plata claro, mientras comenzaba a observar el cuerpo del joven.
- ¿Q-Qué tengo? – (preguntó débilmente el joven)
- Ash, ¿Conoces el mito de la creación del mundo? – (preguntó el peli plateado, llamando la atención del joven azabache) – El mito explica que Arceus, tras nacer por causas desconocidas, creó 3 entidades clave que trajeron orden al mundo, Dialga, Palkia y Mew… respectivamente, cada uno era tiempo, espacio y vida… tras la creación de estos, los otros pokemon legendarios fueron creados sistemáticamente para dar forma al planeta… cuando la tarea fue completada, Mew creó a los primeros pokemon normales… estos, a diferencia de los Originales, los primeros pokemon legendarios que crearon y moldearon el mundo, poseían una vida limitada, ellos envejecían y morían, pero a cambió poseían una capacidad reproductiva mucho mayor en comparación… –
- N-No entiendo qué tiene que ver conmigo e-eso – (interrumpió el azabache, cortando al peli plateado, que solo aumento la producción de aura, causando más dolor en el joven)
- Los pokemon normales perdieron a sus Originales hace eones… pero los pokemon legendarios, por otra parte, ellos siguen rondando el mundo – (respondió el hombre, sorprendiendo al joven) – Con el tiempo, cedieron sus responsabilidades a sus pocos descendientes, por lo que, aunque la gente no lo sepa, muchos, en realidad veneran a los descendientes de esos pokemon, no a los originales… solo un número muy pequeño de pokemon legendarios, optaron por no dejar descendencia seguir protegiendo su deber de forma correcta –
- ¿D-De verdad? – (preguntó el azabache)
- Es verdad, los guardianes lo hemos sabido hace mucho – (respondió el hombre, frunciendo el ceño y girando inesperadamente al azabache, que no entendió lo que pasaba, antes de sentir su polera ser subida) – Pero los pokemon originales no son como sus descendientes… no, son unos cabrones entrometidos y perversos… ellos disfrutan inmiscuirse en la vida de los demás y espiarlos o bien, molestarlos, para entretenerse… y eso es especialmente cierto con los humanos –
- ¿Steel? – (preguntó un nervioso Ash, notando la mirada del peli plateado fija en su espalda) - …¿Qué hacen esos pokemon? –
- … Eligen portadores, seres humanos interesantes, con una fuerte afinidad con ellos… normalmente, el portador puede vivir su vida entera sin preocuparse de ellos, pero todo cambia si el portador es un guardián – (respondió el hombre, observando la espalda del joven, mientras soltaba un pesado suspiro)
Ahí, en el centro de la espalda del joven, el hombre observó un resplandeciente sol dorado, que le hizo doler la cabeza. Estuvo a punto de bajar la camisa, cuando vio un tatuaje brillante color plata azulino en el omoplato derecho del joven.
Resignado, el hombre quitó la camisa del joven, para sorpresa y horror de este. El peli plateado respiró hondamente, cuando vio el cuerpo del chico.
- …Un usuario del aura… puede presentar marcas en el cuerpo de estos, y estas suelen presentar cambios en el usuario, como modo de particularidades o cambios en la personalidad… tal como es, el cambio de color de ojos… a un color innatural, son los signos de ser un portador de la marca de estos… nosotros, los guardianes, lo llamamos Estigmas – (comentó Steel, mientras bajaba la cabeza y colocaba su mano en su frente, al mismo tiempo que se sentaba pesadamente en el sofá)
- ¿Anciano? – (preguntó un estupefacto azabache, mirando confundido al hombre, antes de mirarse a sí mismo y quedar petrificado) - ¡!, ¡S-Steel!, ¡¿Qué es esto?! –
- Ash – (dijo el hombre, llamando la atención del joven) - ¿Cuántos pokemon legendarios has conocido? –
- Y-Yo… -
- Ash, lo que vamos a hablar ahora, no debe saberlo Emilia… no te preocupes, puedo solucionarlo, tan solo… dame un momento – (murmuró el hombre, tomando su cerveza y dándole un gran trago)
Ahí en el cuerpo de Ash Ketchum… había 7 marcas de distinto color.
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Ash regresó a la realidad al llegar frente al laboratorio del profesor Oak.
El joven suspiró, mientras negaba con la cabeza, intentando alejar esos pensamientos.
- No importa, por el momento está bajo control – (murmuró el azabache, mientras miraba al laboratorio del profesor)
Las luces del laboratorio seguían prendidas, eso alegró profundamente al joven, quien veía como su sueño de dormir en una cómoda cama, se realizaba poco a poco.
Sin embargo, eso fue la mayor estupidez, que se le hubiera ocurrido en toda su vida, y se arrepintió al instante de poner un pie dentro de esta. Al entrar, vio a Tracey y a Brook, sentados y con lágrimas en los ojos, como si alguien los hubiera estado regañando por horas, a un lado Max, el cual tomaba su cabeza como si estuviera desesperado, y por último, Gary, que miraba sombríamente en su dirección.
- ¿Chicos, que les sucede?, ¿Qué les pasó?, ¿Y el Prof. Oak? - (preguntó el azabache, entrando a la habitación por completo, sin embargo, pudo ver en los ojos de estos, una desesperación inigualable, como si quisieran decirle algo muy importante, algo del instinto de supervivencia de Ash, le advirtió aquello, pero era muy tarde para lograr algo)
- Vaya, hasta que apareces… Ash… - (susurraron varias voces, a la espalda del joven, junto al sonido de una puerta cerrándose fuertemente, que, para él, sonaron igual, a una orquesta de ángeles de la muerte)
Lentamente, el joven entrenador se giró, solo para divisar a todas sus compañeras, tanto antiguas como las actuales, todas sonriendo con inocentes sonrisas, las cuales se contraponían con los aterradores ojos que no sonreían en lo absoluto.
El Prof. Oak, por su lado, se encontraba de pie a un lado, claramente tenso por la situación.
- ¿Y bien, no piensas decirnos nada? - (murmuraron todas las chicas a la vez)
- Ehh… bueno… ¿Pikachu, aún querrá cambiar conmigo? - (se preguntó el azabache, totalmente pálido, escapando de la realidad)
CONTINUARA…
